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Historia esoterica y espiritual de chile (página 3)



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Dentro de esta definición de pueden ser considerados como magos los Chamanes, Machis, Hechiceros, Vuduistas, Santeros, Taumaturgos Cristianos, Yoguis, Profetas, Santos, Sanadores con Reiki o imposiciones de manos, etc. que operan con seres invisibles de cualquier signo o color. (Magias Negras, Blancas, Grises, Verdes, Rojas, Azules, Violetas, etc.) Y cuando digo seres invisibles me refiero a Angeles Buenos, a Elementales, Genios, Espíritus desencarnados o de muertos, Maestros invisibles, a los Espíritus de los Antepasados, a Demonios o ángeles caídos, e incluso a seres creados por la propia mente, como lo hace la magia tibetana.

Habiendo definido y caracterizado la Magia y los Magos o a quién se puede llamar mago con propiedad, se hace conveniente dar a conocer una definición clásica de Esotérico, vocablo que ya utilizamos en el prólogo. Esotérico viene de una palabra griega estep que significa lo más interior, lo más recóndito de algo. El vocablo Esotérico, Esoterós o Esoterón, fue utilizado por primera vez en el contexto religioso y filosófico, por Pitágoras. Con esa palabra quiso señalar a un conjunto de Doctrinas secretas o interiores que él reservaba para sus discípulos más probados y allegados al Círculo íntimo de su Escuela. Las otras Doctrinas de dominio general o públicas Pitágoras las denominó Exotéricas o externas o exteriores. Más tarde Platón usó esa palabra en el mismo contexto, y Aristóteles, posteriormente dividió también sus escritos en Esotéricos y en Exotericos. Y así sucesivamente, diversos Maestros religiosos de la antigüedad dividieron sus enseñanzas en esos dos niveles. Incluso los Esenios y el mismo Jesús.

Los primeros, o sea los Esenios, como buenos judíos, al estudiar la Biblia o el Antiguo Testamento distinguían entre Nigelôt o las cosas evidentes de las Sagradas Escrituras, y los Nisterôt, o las cosas no evidentes o misteriosas de las sagradas letras. Jesucristo hizo la misma división en sus enseñanzas, diciendo algunas cosas a los de afuera y dando las explicaciones internas o esotéricas sólo a los de adentro, a sus discípulos. Véase Evangelio de San Marcos 4,11 y Ev. de San Mateo 7,6.- Así pues, las doctrinas más interiores, recónditas o profundas de cualquier religión son enseñanzas esotéricas. Incluso o aunque dicha religión,- ya alejada del espíritu y de la época de los que la fundaron,- no reconozca oficialmente la existencia de dichas doctrinas en su seno o en su centro más íntimo. Y las más conocidas por la mayoría de las personas son enseñanzas exotéricas o externas-resumidas generalmente en forma de Catecismos.

Común o vulgarmente se habla de Ciencias Ocultas para referirse al Esoterismo, pero eso no es exacto. Por ejemplo, la Astrología se clasifica entre las Ciencias Ocultas, pero ella no es una ciencia esotérica. Los Esenios no tenían libros de astrología en su Biblioteca, y Jesús tampoco era astrólogo, no obstante los cristianos primitivos y los Esenios tenían sus propias doctrinas esotéricas, que no tenían nada que ver con la astrología. En esta obra utilizaremos la palabra esotérico en su sentido puro y original, no en sus derivaciones populares, ni tampoco en el erróneo sentido de elitista que algunas Encíclicas Católicas han pretendido aplicar a esa palabra. Para dar una aproximación más simple al concepto correcto al lector diremos que esotérico es muy semejante a Místico, y que la Teología, en sus aspectos más profundos, es Esoterismo puro. Por algo es que en el Cristianismo existe la Teología Mística, que estudia las experiencias espirituales de contacto con la Divinidad o vivencias supraconscientes de los santos y de los profetas. Por eso mismo en este libro no hablaremos de astrología, aunque sí haremos alguna referencia astronómica de vez en cuando, si el tema específico lo amerita.

Antes de volver a nuestro Chiloé mágico es conveniente también definir que es un milagro, pues hay demasiados malos entendidos respecto de ellos. Si alguien define los milagros como alguna interrupción o una suspensión en el cumplimiento de las leyes naturales diremos que en esta obra no aceptamos dicha definición. Siempre hay leyes naturales operando en los fenómenos que presenciamos, el problema es que no conocemos todas las leyes naturales, y no conocemos toda la naturaleza, especialmente en sus aspectos invisibles o sutiles. Dios no mete la mano y suspende la operación de las leyes cuando quiere, PUES LAS LEYES DEL UNIVERSO SON EXPRESIÓN PERMANENTE DE SU VOLUNTAD, no algo ajeno a su voluntad. Por lo tanto la definición de milagro válida para nosotros será que éste es un fenómeno de este cosmos en el que por cierto tiempo operan las leyes de otro cosmos. Se utiliza la palabra griega Cosmos pues dicho vocablo significa un mundo hermoso o un todo ordenado por leyes, y esas leyes obedecen al Logos, o al Verbo de Dios o a la Razón Universal que le da sentido y dirección a ese cosmos.

Para la Teología cristiana avanzada los milagros son signos extraordinarios de Dios, un modo de escritura sagrada insertos en nuestra existencia, por una decisión de su misericordia, para llamar nuestra atención y movernos a la conversión, a la fe y a la salvación. Santo Tomás de Aquino, comentando acerca de los Milagros dice:"A Dios solo pertenece el poder obrar fuera de las causas segundas (La teología llama causas segundas a las leyes naturales, a los hombres y a los ángeles que pueden actuar como instrumentos de la Causa Primera o Dios) porque Dios es el que las ha establecido". Y agrega:"los milagros…aunque obrados fuera del orden de las cosas naturales, no deben ser llamados como actos contra naturaleza, porque está en el orden natural que las cosas inferiores estén sometidas a la acción de las cosas superiores". Esta última frase del Doctor Angélico es perfectamente concordante con el concepto o definición de milagro que anotamos en el párrafo anterior, en el que las leyes de un cosmos invisible o superior intervienen en el cosmos visible. Se habla de signos extraordinarios en contraposición con los signos ordinarios de la Presencia de Dios que pueden observarse en la existencia misma, como el orden natural, el amor de los seres, la belleza de la creación, el cielo, la luz, la vida misma, que nos hablan de la Gloria de Dios Creador sin discursos, pues el universo mismo es un discurso de Dios que debería mover a la reflexión. Y tal vez a la contemplación mística.

Franciscanos y Jesuitas se encargaron de ir evangelizando a los Huiliches y Chonos de las Islas del Archipiélago de Chiloé, mientras oleadas tras oleadas de inmigrantes españoles iban poblando esa tierra de Nueva Galicia. Pero el proceso de aceptación de la nueva fe no sería fácil. El idioma era una barrera difícil. Pero gradualmente esa barrera fue vencida. Pero la victoria tuvo un costo grave, el indio aprendió el castellano y se olvidó del huiliche, el idioma de sus antepasados. Solo la magia indígena sobrevivió por algunos siglos a la invasión cultural, a la esclavitud y a la mezcla racial. El mito y la magia fueron los últimos refugios de la cultura de una raza sometida al invasor español.

Pero el mito y la magia también fueron infiltrados o inculturados por las creencias españolas o europeas. Tal es el caso del Cuchivilu. Esa palabra huiliche significa cerdo-serpiente, o un chancho con cola de culebra. Para los judíos el cerdo es un animal impuro y la serpiente es un símbolo del Maligno. Es, en realidad un demonio de esa tradición insular, solo por la lengua o por el nombre. Su esencia es extraña a la cultura de Chiloé prehispánico. Los judio-españoles trajeron al ente en la colonización, y un vidente indígena con el tercer ojo lo vio y lo describió. El recuerdo popular lo hizo un mito. Pero el autor conoció un vidente, entrenado en Yoga, en los 90 del siglo XX que vio dos cuchivilus, madre e hijo, en una meditación en Chiloé mismo. Con exorcismos en hebreo esos entes invisibles fueron destruidos. Y no se les crea inofensivos. Son capaces de perforar el aura y de provocar dolor psíquico de cabeza a los sensitivos. O por lo menos son entes invisibles capaces de estimular la gula y la sensualidad exagerada de las personas que caen bajo su influencia. Recordemos que el cerdo es uno de los animales sagrados de Venus-Afrodita, por su sensualidad, como también lo es la paloma.

Lo mismo ocurre con otra imagen mítica de Chiloé, el Basilisco, que es una serpiente con cabeza de gallo, que nace de un pequeño huevo no fertilizado de una gallina vieja, y que al crecer mata a las personas a las que ataca, absorbiéndoles el aliento vital de la boca. Su origen es europeo o del medio oriente. Es el clásico basilisco de la Biblia, solo que en vez de morder y envenenar la sangre como en Oriente, absorbe la energía vital de los vivos, hasta secarlos o matarlos por un simple parasitismo energético. Es un ejemplo clásico de vampirismo, que en algunos mitos chilotes también toma la forma de la Viuda que exprime sexualmente a sus amantes hasta matarlos. Solo que el Basilisco fue visto por algún psíquico de la Isla, descrito, y luego inmortalizado por las narraciones populares. Cualquier clarividente, en cualquier parte del mundo, puede ver a esos demonios que parasitan las energías vitales de los hombres o de las mujeres. Pero no todos tienen la suerte de que sus descripciones pasen de boca en boca, en un remoto grupo de islas, al sur del mundo.

Volvamos ahora a la Brujería Chilota. La palabra misma contiene un engaño. El brujo implica un hombre con poderes misteriosos, generalmente al servicio del mal, o del demonio. Y la Meica es una mujer con poderes capaces de contrarrestar el mal causado por los Brujos. El brujo provoca enfermedades o muerte, y la meica es la que lo combate en su terreno, el de los poderes o el de los conocimientos de hierbas curativas. Y a veces se hace ayudar por los familiares de la víctima, para capturar al brujo y quitarle el poder o la vida. Ella es la que denuncia las maniobras del brujo y lo identifica ante la comunidad.

Pero esa nomenclatura de funciones del brujo y la meica en Chiloé es muy moderna, no fue así en el origen colonial del problema. El Brujo era simplemente un indio que renunciaba a ser cristianizado y prefería la sabiduría y el poder mágico de sus antepasados huiliches, y para eso se sometía a un ritual que le borrara los efectos del bautismo, y asi retomar el contacto o la comunión con los dioses o con los espíritus protectores de sus ancestros. Pero como la iglesia enseñaba que todas las creencias indígenas eran de origen demoníaco, el pueblo chilote pensó que el indio chamán o brujo era naturalmente un servidor del demonio. Y como debían defenderse de los ataques abiertos o encubiertos de la comunidad de los creyentes cristianizados, españoles, criollos o mestizos, más de una vez hicieron algunas maniobras mágicas contra sus atacantes. Y con malos resultados para aquellos. Eso hizo que se les considerara malos. Aunque simplemente eran aborígenes que se resistían a la fe cristiana y se refugiaban fuertemente en sus propias tradiciones religiosas, y en el poder místico que ellas encerraban. Pero los Brujos eran buenos para la comunidad indígena no convertida al cristianismo, la que poco a poco, fue convirtiéndose en una exigua minoría.

Pero un estudio antropológico esotérico puede aprender muchísimo de las prácticas mágicas de los brujos de Chiloé, y de los efectos que lograban. Hay leyes y fenómenos demostrados por los brujos chilotes que son idénticos a los chamanes del mundo entero, e incluso se les puede relacionar con doctrinas yóguicas de la India. Veamos por ejemplo, la luminosidad del vuelo de los brujos.

Los habitantes del Archipiélago dicen que cuando los brujos se desplazan de un lugar a otro, van irradiando una luz alrededor de ellos, una especia de esfera de luz. En este libro ya hemos hablado de la esfera de luz que rodeaba a Pedro de Bardeci mientras oraba a María dentro de la Recoleta Franciscana donde vivía. Los lugareños dicen que esa luminosidad surge del chaleco de piel humana extraída del pecho de un cadáver, que lleva el brujo en su pecho, el Macuñ. Y que sin ese chaleco no puede volar. Pero ese chaleco o corpiño de cuero humano debe estar vuelto al revés, para que irradie luz y haga volar al que lo usa.

Pues bien. En la Autobiografía de Un Yogui, Paramahansa Yogananda cuenta que muchas veces los grandes yoguis al meditar irradian luz de sus cuerpos. Y que cuando viajan por el aire para ir otros lugares a gran velocidad, con sus cuerpos astrales, van rodeados de una esfera de luz. Y cuando llegan a su destino y se detienen a conversar con alguien, la esfera de luz se apaga. Y eso es, exactamente lo que las narraciones populares dicen de los brujos de Chiloé. Incluso hay narraciones de visiones o apariciones de la Virgen María de la Salette, que viajaba en una esfera de luz. Esa es el aura radiante de los santos y los adeptos de alto rango de la Gran Logia Blanca.

Analicemos el Macuñ de los Brujos Chilotes. Cada aprendiz de un brujo mayor debe ir a un cementerio, abrir una tumba reciente, ojalá de una mujer, pero no es indispensable, y con un cuchillo cortar la piel del lado izquierdo del pecho del cadáver, desprenderla entera, hasta el estómago, con un sector de los hombros, de modo que parezca un chaleco de piel humana. Luego debe cerrar la tumba, e irse en silencio a su cueva o a su casa. Al ponerse ese Peto de Piel ya reseco y curtido con ciertas hierbas, debe ponérselo con el interior hacia fuera del cuerpo, y el exterior de la piel muerta hacia adentro. Así podrá volar y con su luz amarilla iluminar la oscura y fría noche del sur de Chile, e ir de isla en isla o de monte en monte, y aterrizar donde le hallan enviado por su maestro o el Jefe de los Brujos.

El ritual de invertir la superficie de la piel del chaleco y ponérselo en el pecho para volar es una reminiscencia de un antiguo conocimiento esotérico, ya casi perdido para los Chilotes. Se trata de la Doctrina de los mundos internos paralelos. Es propio del Esoterismo el decir que los mundos invisibles son mundos INTERNOS o Cosmos Interiores. Dar vuelta la piel del pecho significa cambiar de plano de existencia. Lo exterior se oculta o se duerme y lo interno se exterioriza, y así el hombre interior se manifiesta y puede salir a volar por los aires del plano astral o del mundo psíquico, invisible para la mayoría de los hombres, pero visible para los sencillos hombres del campo, cuya pureza de corazón les da la clarividencia natural que les permite verlos.

Además, la luz que irradia del macuñ es realidad la Luz Interior que brota del corazón del adepto. De allí la importancia de empezar a cortar la piel por el lado izquierdo, e incluso dejar allí unos cordones de piel. Allí, en el Corazón del corazón está la Luz de Dios, y ella irradia hacia fuera del cuerpo astral del adepto. La Luz del Corazón espiritual es la suprema fuente de conocimiento que da entendimiento a los buscadores de la Verdad. Y esa luz es Luz Dorada. Allí está el misterioso Liber Mundi de los Rosacruces, o el Libro de la Sabiduría Interior. Desde el punto de vista de la Sabiduría Universal no es posible llamar a los brujos chilotes unos servidores del Mal. Pues en verdad, más allá de la superstición de los habitantes del Archipiélago, ellos son servidores de la sabiduría divina y no servidores de la oscuridad. Solo cuando alguno de esos semiletrados chilotes hace un pacto con Satanás, y no con los dioses huiliches, se puede decir que es un servidor del Maligno. Recuérdese la clásica lección de antropología: Un Chamán es un sacerdote de los Dioses del Cielo y de la Tierra. Es un intermediario entre las Divinidades Invisibles del Universo y la comunidad aborigen. Un Chamán sólo hace daño para proteger a su tribu, o a su familia, y sólo a veces para protegerse a si mismo. Por eso el brujo chilote es un incomprendido histórico, que vale la pena redimir hasta donde sea posible, pues las leyes huincas nunca lo redimirán completamente.

El brujo chilote es bueno para su gente, y malo para los que miden la bondad o la maldad con criterios católicos e infantiles. Desde luego que cuando ya toda las islas del Archipiélago estuvieron evangelizadas o cristianizadas, el brujo se encubrió mucho más que antes, buscando un mayor secreto para sus actividades. Pero su sentencia de muerte histórica ya estaba dada. Se fue perdiendo el recuerdo de la lengua madre, el huiliche, y con ese olvido vino también la pérdida de todas las fórmulas mágicas de la tradición oral. Algo se ha rescatado en algunos libros de Mitología Chilota, pero no debe ser más del diez por ciento del total de sus secretos. O menos. Además, la educación del chilote ha mejorado muchísimo durante el siglo XX. Las islas se han llenado de Escuelas Básicas y Liceos, e incluso hay dos sedes Universitarias en Castro y Ancud.

Muchas Iglesias Evangélicas se han construido en la isla grande, a pesar de que el 90 % de la Población es católica. Ya casi no hay espacio para la tradición Chamánica allí. El chamán actual, como dije antes, es un meico o meica ya cristianizado, que usa el castellano y las invocaciones católicas para sanar, o bien es una machi o un machi que usa el idioma mapuche o mapudungún en sus ceremonias. Los dioses son diferentes, sus nombres y atributos también. No se pueden considerar semejantes o idénticos. Hay algunos puntos en común en las ropas, adornos, ademanes, algunas palabras y nada más. Desgraciadamente no hay diccionarios específicos de Huiliche. Ni gramáticas de esa lengua. Si las hay de Mapuche. Lo que si existen son vocabularios escritos de voces chilotas, especie de diccionarios con palabras de origen diverso: español, mapuche, huiliche, y modismos propios del lugar.

Como una curiosidad histórica anotaré para mis lectores una fórmula para invocar a la Pincoya, en Huiliche. El Chamán chilote, o curioso como se le llama, la pronuncia cuatro veces, durante la siembra de linaza en la playa que quiere fertilizar. El efecto del ritual dura tres años, y debe hacerse durante la marea baja, para que el agua cubra la siembra de semillas de linaza que nunca dará fruto vegetal, pues lo que se pretende es aumentar la cosecha de peces y mariscos en esa playa.

Ayu taufinta Chao troquin mai – ta fucha maior mai quei – ta fucha catrihue mo – tamoyén fucha maior. – Feita huelo toanta cariño mo – cunquelunta suantu mai – notra poñi toponiltún mai – unquilu mai . Feita pu peñi, feita pu langén – favor feacin, – feita yu taofinta pu peñi – o pu langén mai. – hueñe toan – a huetru neo tu yan – meda que cojumo mai – pu peñi mai .

(Recopilado por Renato Cárdenas Álvarez, 1998).

Desde luego que después de la ceremonia la playa debe dejarse tranquila, sin explotar por seis meses o por un año, para que la siembra de la diosa desnuda pueda reproducirse en el plano biológico. Esta es una magia de semejanza o analógica. Sembrar el mar como se siembra la tierra.

Veremos ahora brevemente el caso de la Voladora, una mujer discípula de los Brujos, y servidora que cumple sus encargos a grandes distancias, volando transformada en ave, gaviota o bauda. Pero para hacerlo debe vomitar los intestinos y el estómago en un lavatorio de cobre o en una artesa de madera, y taparlos con un paño blanco, y esconderlos. Pues si algún animal los encuentra y los come o mordisquea, nunca volverá a ser humana.

Esta es una manera clásica de cómo se esconde el conocimiento esotérico, utilizando un simbolismo especial. Salir a volar transformada en ave es un imagen tradicional del vuelo astral consciente fuera del cuerpo físico. Vomitar los intestinos es vomitar o arrojar de si el cuerpo físico, con un acto de voluntad del alma. Además significa una disciplina de ayuno severo, abstinencia de comida, un dominio yóguico sobre las necesidades viscerales. Eso debilita los lazos que unen el alma y el cuerpo, y permiten el viaje psíquico consciente a otros lugares, de este mundo o del otro. Justamente en las biografías de algunos yoguis modernos como Vivekananda, Ramakrishna y Paramahansa Yogananda se habla de vomitar el cuerpo cuando el yogui descubre su verdadera naturaleza divina, gloriosa e infinita, cortando toda relación con su encarnación o su forma física. Los mismos egipcios comparan el alma liberada del cuerpo como un pájaro que vuela.

Dentro del mismo Chiloé se menciona una tradición oral que dice que la voladora sale a volar sólo con la cabeza. Pues si se la encuentra dormida mientras vuela su cuerpo no tiene cabeza. Esa es imagen popular de lo que es un clásico vuelo de las facultades mentales o del espíritu fuera del cuerpo. Cuerpo sin cabeza es cuerpo sin mente, sin conciencia, pues esas funciones están proyectadas fuera del cuerpo, en otra parte.

En las tradiciones chilotas están guardados los restos de un ciencia esotérica milenaria, común a muchos países de la tierra, pero que en otras partes está más diluida. Y no se crea que sólo se trata de un ciencia indígena, y nada más. También están los restos de la ciencia esotérica europea, pues en la isla hay recuerdo de un misterioso libro mágico que fue entregado por un marino español llamado José Manuel de Moraleda y Montero, a una chamana de la isla grande llamada Chillpila, hacia 1787-96. Ese marino era un brujo europeo que hizo despliegue de sus poderes ante los isleños en Tenaún, al Oriente de la Isla Grande. Pero al descubrir que la Chillpila era más poderosa que él, le regalo su libro de conjuros y de sabiduría que traía en el barco. De allí en adelante ese libro mágico ha estado en poder del Juez o Jefe de los Brujos del Archipiélago. Y desde luego se han sacado copias del libro.

La última noticia que el autor pudo obtener de ese libro misterioso es que un hombre cercano a Ancud lo consiguió hacia 1940, lo leyó y haciendo los ejercicios espirituales y ceremonias recomendadas en el texto, recibió tal flujo de conocimientos de la Mente Divina, que se volvió loco, pues su cerebro no pudo procesar ni adaptarse a ese nuevo saber. Los esoteristas dicen a este respecto, no estaba preparado, simplemente. Por mi parte digo que la misma posibilidad de volverse loco por el conocimiento se decía antes para no leer la Biblia, pues nadie sería capaz de leer y de comprender el texto entero. Pero eso es enteramente falso. Hoy la Humanidad culta puede leer los Upanishad, los Vedas, el Korán, el Tao Te King, el Bhagavad Guita y la Biblia, sin volverse loco. Por supuesto que la persona debe ir gradualmente dominando las distintas areas de experiencias y de conceptos a las que lleva la Búsqueda del Gran Conocimiento, y se debe tener un Guía o un Maestro experimentado para entrar en los mundos o esferas superiores de la Realidad. Aquel Chilote que se volvió loco fue víctima de su imprudencia. No tenía ni Escuela ni Maestro.

O tal vez tenía un componente genético de predisposición a la psicopatía, y el libro no tuvo culpa alguna de su locura. El autor ha conocido a esquizofrénicos que se aficionaron al esoterismo y terminaron en un hospital psiquiátrico, suicidándose. Pero el diagnóstico de la esquizofrenia existía desde antes de conocer cualquier doctrina esotérica. Y para que las personas tengan una visión equilibrada del tema es preciso saber que hay estudiantes universitarios que se sobrecargan de tal manera con el estudio, que gatillan una psicosis, sin relación alguna con el esoterismo. Otros gatillan la psicosis con drogas alucinógenas. El peligro de enfermarse por estudiar esoterismo, estadísticamente, es igual que el aprender a conducir un vehículo. La mayoría no tendrá problemas, pero algunos tendrán más de un accidente. O por lo menos uno en la vida.

Sigamos profundizando. Anteriormente se mencionó una confrontación de poderes entre Chillpila y José Manuel de Moraleda, ocurrida en Tenaún, hacia 1790. Pues bien, a pocos Kilómetros de Tenaún está la Cueva de Quicaví. Cerca hay un pequeño pueblo del mismo nombre. La tradición de Chiloé dice que en dicha Caverna o Casa Grande, vivía el Juez o el Mayor de los Brujos de Chiloé. Allí se reunía con los miembros de su cofradía de hechiceros o brujos denominada La Recta Provincia, imitando a las organizaciones religiosas franciscanas o jesuitas, que forman Provincias de Fraters.Y desde luego a cargo de un Provincial, que depende a su vez de un General de la Orden. Actualmente la caverna en cuestión está vacía. El proceso judicial que el intendente de Chiloé, don Luis Martiniano Rodríguez, hizo contra los brujos de toda la isla entre 1880 y 1881, acabó con la secta, por lo menos en la forma en que se la conocía en el siglo XIX. Ahora se sabe que siguen trabajando, pero con otra forma de organización, mal conocida y tal vez muy atomizada. El materialismo contemporáneo y la tecnología, así como la religión anti- sobrenaturalista contemporánea tienen arrinconada a la magia y a la mitología chilota, y al borde de la extinción.

Este libro es un esfuerzo para redescubrir las claves del antiguo conocimiento esotérico, cuyos restos yacen insertos en el pantano de la superstición, del chamanismo y de la mitología chilota.

Sigamos adelante. En la cueva de Quicaví ya mencionada, el Mayor tenía, además del Libro Mágico Original, un objeto misterioso llamado el Challanco. Este objeto era algo parecido a un espejo, o a un cristal o piedra transparente, donde el Juez, el Mayor o Jefe de los brujos, podía Ver, Observar o Revisar lo que hacían sus subalternos, como en un circuito cerrado de televisión, abarcando todas las islas del archipiélago. Otros lo describen como una fuente de cristal con agua y con campanitas adentro. Como el lector ya habrá adivinado, es lo mismo que la tradición europea denomina la Bola de Cristal de Roca, el foco físico para el ejercicio de la clarividencia de los adeptos. O como el Cáliz de plata para adivinación que utilizaba el Patriarca José, el hijo de Jacob, en el Antiguo Testamento.(En el Génesis, cap. 44,5 y ss. se menciona el Challanco de José).

Lo de las campanitas es algo muy interesante. En ciertos ejercicios de yoga, en el trabajo mántrico destinado a desarrollar el oido interior o la clariaudiencia, para oir la voz divina o la música de los chakras del cuerpo astral de los yoguis, es posible oir realmente música de campanitas en el oído derecho. Cualquier estudiante de yoga, medianamente avanzado lo puede atestiguar. Ese dato de la tradición chilota es absolutamente verídico, y no tiene nada de mítico o de fantástico. Los brujos realmente eran yoguis que ejercían la clarividencia del tercer ojo con apoyo de un cristal o espejo mágico, y que escuchaban sonidos internos de los chakras o centros psíquicos del cuerpo astral. Eran clariaudientes. Es decir, también practicaban la telepatía, pues oyendo los sonidos astrales los adeptos del esoterismo o del yoga se preparan para hacer telepatía, es decir, escuchar los pensamientos de las personas y de la Mente Divina.

Para ir terminando estos apuntes sobre la brujería colonial chilota conviene describir algo sobre los poderes que se dice que tenía Chillpila, la chamana huiliche que derrotó a don José Manuel de Moraleda y que obtuvo su libro. Hacía salmodías cantando en huiliche sus invocaciones, mientras iba cayendo en trance con los ojos cerrados, quedándose quieta como una estatua. Unos minutos después de estar como inconsciente empezaba a producir los fenómenos de retroceso de las aguas del mar, o se avivaban las mareas subiendo a una hora que no era propio que lo hicieran. O producía un viento huracanado. O volaba su espíritu a otro lugar, como hacía Pedro de Bardeci y el Padre Pío. Atraía a los peces hacia las redes de los pescadores. Etc. Todo esto podría parecer fantástico. Pero la Biblia narra portentos parecidos.

Moisés invocó un viento que abrió el mar Rojo para que pasara su pueblo. Josué hizo lo mismo con el río Jordán. Elías y Eliseo también abrieron las aguas del Jordán. Jesús decía a los Apóstoles donde y cuando tirar las redes para sacar peces abundantes, y el viento y las aguas le obedecían. Tendemos a pensar que esas cosas son posibles en lugares lejanos como Palestina o la India o Egipto, y en otras épocas. Pero no en Chile, no en América. Pero la verdad es que ningún lugar de la tierra tiene un privilegio especial sobre los poderes de los Santos, o de los Profetas, o de los Adeptos del Yoga o del Esoterismo. Dios y los Maestros pueden manifestarse como y donde quieran, siempre de acuerdo con el Plan Divino de Salvación o con la Providencia Divina. Y si uno ha tenido la suerte de escuchar narraciones mapuches acerca de los poderes de los grandes chamanes o machis de la época anterior a la llegada de los españoles, nos sorprenderá saber que esos hombres tenían conocimientos sobrenaturales extraordinarios, y también caminaban sobre las aguas como Pedro de Bardeci o como Jesucristo.

Los científicos saben que algunos hombres tienen poderes de psicokinesis o de control mental sobre la materia, o son telépatas o clarividentes. La Parapsicología ha estudiado los fenómenos de experiencias extracorpóreas, o de desdoblamientos, o de proyección astral. Por eso no debe ponerse en duda de que algo o más de algo tiene de cierto la brujería tradicional o el chamanismo nativo. Nuestro concepto de la realidad y de las posibilidades del hombre, como individuo, es muy pobre, muy superficial. Existen tecnologías místicas o prácticas psico-espirituales que permiten una aceleración de la evolución humana, o un despertar pleno de sus facultades latentes. El yoga, el rosacrucismo, la teosofía, las religiones tradicionales, el chamanismo indígena, etc. tienen las claves del desarrollo superior del ser humano.

Para ir cerrando nuestro capítulo acerca de los místicos y brujos de la Colonia en Chile, debemos volver los ojos a Santiago. Dios va a transmutar el mal en un bien inmenso para el alma de Chile. En Diciembre de 1680 un corsario llamado Bartolomé Sharp asaltó Coquimbo y la Serena, robando todo lo que tenía valor e incendiando la ciudad de la Serena. La noticia llegó a Santiago hacia el 20 de Diciembre, y se tomó como un castigo de Dios por los pecados de los Chilenos.

Un sacerdote Carmelita Calzado, Fray Juan de la Concepción, con aires de profeta, afirmó que para reparar las ofensas al Señor y atraer su misericordia, había que traer a Chile a una Orden experta en Adoración de Dios y en reparación silenciosa por los pecados de los hombres. A las Carmelitas Descalzas, Hijas de Santa Teresa de Jesús de Avila, cuya congregación contemplativa no existía en Chile. Y que dos siglos después albergaría en su seno a la primera Santa Chilena, Teresa de los Andes o Juanita Fernández Solar.

La Fundación de esta nueva congregación en Chile sería cara y difícil. Nueve años reuniendo dinero en medio de la población pobre de Santiago, y de los soldados asentados en el sur, en lucha centenaria contra los indios, logró juntar la cantidad adecuada. Al dinero se agregó la donación de un terreno para construir el convento y la iglesia, hecha por el Capitán de marina mercante, don Francisco de Bardeci, el hermano de Pedro de Bardeci. Las crónicas carmelitas dicen que el capitán Bardeci dejó ese terreno a las carmelitas porque en varias ocasiones vio al atardecer una luz al fondo del sitio, que llamaba su atención. Y pensó que Dios algo quería hacer en ese lugar.

Efectivamente, cuando se construyó la iglesia carmelita al lado del convento, el lugar escogido para poner el Santísimo del Templo, donde se guarda el Cuerpo de Cristo Sacramentado, fue el mismo donde Don Francisco de Bardeci veía la Luz misteriosa en los atardeceres anteriores a la Fundación Carmelita. Eso es una especie de visión profética o de una percepción clarividente de un Lugar de Poder, como dicen los Chamanes Mexicanos. Un sitio donde convergen fuerzas invisibles, creando un centro magnético-espiritual importante para la nueva nación.

Ciertamente, pues nueve conventos carmelitas han surgido de aquella fundación de Santiago, hecha el 6 de Enero de 1690. Y como sello de oro de estas diez fundaciones femeninas, el 11 de Febrero de 1899 llegaron los Padres Carmelitas a Chile. Así ellos hicieron naturalmente la Fundación número Once. Una rara sincronicidad con el N· 11 que se repite en toda la Historia de Chile en diversos aspectos de la vida nacional.

Pero hubo más fenómenos sobrenaturales asociados a la instalación de las Carmelitas descalzas en Chile. A lo menos dos, bien documentados.

Las monjas en cuestión, fueron mandadas a traer desde Bolivia, o de Alto Perú, de la ciudad de Chuquisaca, actual Sucre. Los varones encargados de traer a las mujeres fueron Fray Juan de la Concepción, el sacerdote carmelita portugués ya mencionado antes, y el capitán don Gaspar de Ahumada, el mismo personaje que daría su nombre al Paseo Ahumada de Santiago.

Los dos mil kilómetros y más que hubo de recorrer el pequeño grupo de cinco personas, tres mujeres y dos hombres, era una distancia enorme. Y estuvo lleno de conflictos. El sacerdote portugués no soportaba la autoridad del señor Ahumada, y lo obligó a retirarse de la expedición a la altura de Tarapacá. Luego, a la latitud de Copiapó, se disgustó con la madre superiora, Hermana Francisca Teresa del Niño Jesús. Y se retiró del grupo, dejando solas a las hermanas en medio del desierto nortino. Ante tantas contrariedades, la superiora con sus dos monjas hermanas quiso devolverse a su convento de San José de Chuquisaca. Pero se le aparecio Jesús, con la cruz a cuestas, y le dijo que "continuara hacia Santiago", en una visión. Las tres mujeres siguieron hacia el sur, obedeciendo a la visión, a lomo de burro. A las tres semanas o algo más, se les agregó el sacerdote portugués que las había abandonado. Había recibido una orden terminante del Obispo de Santiago, bajo amenaza de excumunión, de que debía acompañar a las hermanas hasta Santiago. Al llegar a la Capital de Chile, a fines de Diciembre de 1689, y al visitar el pequeño convento que les estaba preparado, las monjas vieron en la sala principal, un cuadro con Jesús y la cruz a cuestas, idéntico en el gesto y la actitud al Jesús de la visión de la Priora. Es decir, Jesucristo quería realmente que la Orden Carmelita llegara a Chile. Y como refuerzo del mandato dado, en una hacienda donde descansaron en la Cuarta Región, se les agregó una novicia chilena, hija del dueño del fundo. Ya eran cuatro carmelitas las que llegaron a Santiago, a vivir en el convento preparado para ellas.

Pero faltaba otro hecho providencial que demostraría la intención de Dios de manera indirecta. El 6 de Enero de 1690, como ya se dijo, se hizo la instalación solemne de las hermanas en el convento, en ceremonia dirigida por el obispo de la capital, y con la asistencia de los principales vecinos de Santiago, entre ellos el capitán Francisco de Bardeci y su mujer. Pero después de varios días de luna de miel con la comunidad santiaguina, las monjas del Carmen fueron misteriosamente olvidadas. Ya nadie les llevó alimentos, telas, ofrendas de dinero, etc. Y la chacra del convento aún no daba para vivir. Esperaron un mes y nada. Un segundo mes agotó las mercaderías que tenían de reserva. Hasta el obispo parecía haberlas olvidado. Entonces las cuatro monjas se reunieron y atemorizadas por las circunstancias adversas decidieron una vez más, devolverse a su Convento anterior en Bolivia o Alto Perú.

Entonces, esa noche las cuatro escucharon voces y risas de alegría y conversaciones burlescas, que venían desde el patio del convento donde debía construirse la iglesia. Las monjas, entonces, se dieron cuenta de que los demonios estaban muy contentos de que ellas se quisieran ir de Chile. Y se arrepintieron, pidieron perdón al Señor por su falta de valor, y decidieron seguir en Santiago. Una vez tomada la decisión, amaneció. Y muy temprano comenzó a llegar la gente de la ciudad, con regalos y comida para la pequeña comunidad. Y a los pocos días, varias señoritas pidieron hacerse novicias del convento. Habían pasado la Prueba.

Un par de meses después de estos acontecimientos comenzaron los trabajos de construcción de la iglesia al lado del convento. Las monjas preparaban la mezcla de barro y paja para los adobes y los caballeros de Santiago iban a levantar los muros del nuevo templo de alabanza al Señor. La Orden Carmelita se afianzó, creció y se multiplicó. En poco más de doscientos años, ya eran diez conventos carmelitas femeninos en Chile. Pero hubo que esperar el final del siglo XIX para que llegaran los Carmelitas descalzos varones a nuestro país.

Estos dos hechos misteriosos o sobrenaturales, la visión de la superiora y las voces de los demonios, demuestran que Chile estaba presente en el Plan de Dios. El Señor quería un sello carmelita en el alma de Chile. Esa alma ya tenía una marca jesuita y franciscana muy fuerte, y también una impronta Agustina y Mercedaria más débil. Pero hacía falta el sello místico de una Orden Silenciosa y contemplativa, que pusiera a Dios y a la oración de quietud, como el Centro Absoluto del alma de Chile, sin dualidades ni ambigüedades, en ofrenda permanente de Amor Indiviso al Señor de la Historia y del Universo.

Además, la Providencia Divina estaba preparando el terreno para la futura consagración de Chile entero a la Virgen del Carmen, no como una mera afiliación sentimental e individual con María, sino como un compromiso formal de todas la instituciones del país a una advocación única, que fuese reina absoluta del alma nacional.

Obsérvese que ya el Sacerdote don Juan de la Concepción, a pesar de su mal genio, es un instrumento de la Providencia Divina, haciendo venir a las Carmelitas a Chile. Pero no solo por eso, sino porque el mismo fue el que puso la primera piedra del templo de Nuestra Señora de Luján en Argentina, antes de venir a Chile. Y por que el mismo, anticipándose en más de cien años a la consagración del Ejército de Chile a la Virgen del Carmen, recorrió los regimientos y guarniciones del sur de Chile, con una estatua de la virgen del Carmen en sus brazos, para pedir colaboraciones en dinero para traer a las carmelitas a Chile. Y los soldados cooperaron con la futura reina de Chile. Tal vez para un observador del siglo XXI no tenga mayor importancia esta cuestión, pero para el alma de los Chilenos de aquel entonces era una cosa de crucial validez. Pues era un país y una comunidad esencialmente religiosa. Medievalmente religiosa, y teocéntricamente orientada, diría yo, más exactamente. En un grado tal que los chilenos de hoy no se pueden imaginar. Esa raíz espiritual nacional va a asomarse muchas veces en diversos fenómenos sociales durante la republica, y los modernos políticos y sociólogos no se dan cuenta del origen de esos fenómenos, y los atribuyen a la esclavitud indígena y otra causas que ignoran el fondo religioso del alma nacional. Pero aún es prematuro hablar de esto en este libro. En otros capítulos irá saliendo el tema más naturalmente. Ya estamos a las puertas de la Independencia Nacional, el período colonial va terminando. Solo me queda explicar a mis lectores el concepto teológico de Providencia Divina, para que los hechos que veremos más adelante sean bien comprendidos.

Es propio de los Deistas modernos el pensar que la Historia de los Pueblos es un proceso independiente a la Voluntad Divina. Los Deistas son creyentes, pero creyentes inmaduros en la fe y en el conocimiento espiritual. Les falta reflexión y profundidad, y desde luego, visión, y mucho estudio de la Biblia y otros textos sagrados. Creen en un Dios trascendente que no interviene en la Historia del Hombre, dejando a la Humanidad sola o abandonada a su arbitrio, libre de hacer lo que quiera con su vida o su destino.

No piensan así los Teistas, católicos en su mayoría, pero también lo son los musulmanes, los Judíos, los Hindúes, los esotéricos y espiritualistas libres de grupos no reconocidos. Los Teistas piensan que Dios es el Señor de la Historia, un Dios que se interesa por los hombres, Inmanente a la Creación, pero diferente de ella. Es un Dios que está con y dentro de las criaturas sin ser las criaturas mismas, como sería en un panteísmo. El Teismo considera que Dios si tiene un plan o un propósito especial para los hombres y para los países. Llámese ese plan como se llame, Plan Evolutivo, Plan de Salvación, Proceso de Despertar, Plan de Liberación espiritual, de unificación del cielo con la tierra, de redención, reino de Dios, reino de los cielos, nueva Jerusalén, etc.

Pero ese plan divino, a causa de que Dios es Espíritu Puro y ordinariamente inaccesible, requiere de instrumentos mediadores para manifestarse en la tierra. Esos instrumentos son en primer lugar los espíritus superiores, y en segundo lugar, los hombres escogidos de la Providencia Divina. Dicho de otra manera, Dios es la Causa Primera e inmutable del Universo, y los instrumentos de Su Voluntad son las Causas Segundas. Esas Causas Segundas o Instrumentales de Su Voluntad pueden ser visibles o invisibles. Si son ángeles son causas invisibles, si son hombres, son causas visibles. Si María se manifiesta a una persona lo hace como un servicio instrumental a Dios, para unir lo Invisible con lo visible. Por eso el ángel Gabriel habló con Mahoma. Dios es el motor o el motivador supremo. Y el arcángel Gabriel y Mahoma son sus instrumentos, invisible el uno y visible el otro.

Si Ud. tiene un problema de salud y ora pidiendo a Dios por sanarse, pueden ocurrir varias cosas: O Dios le manda al ángel Rafael, el médico celestial, a su alma y a su cuerpo, y ud. se sana milagrosamente, o bien le acerca un médico visible, por medio de un amigo, o le pone en contacto con un buen farmacéutico. Y su problema se resuelve. Dios ha actuado en su vida personal por medio de las causas segundas o instrumentales.

Pero ahora viene la pregunta. ¿Por qué o Para qué Dios quiere escuchar mis oraciones y ayudarme La respuesta es: porque nos ama, y la segunda razón es porque Dios nos necesita para que cumplamos una misión, grande o pequeña, en sus planes, para mañana o para pasado mañana. Es decir a mediano plazo o a largo plazo. Pues es un Dios Providente, que ve el futuro mejor que nosotros, e incluso Programa el Futuro, pues no somos dueños de nuestro destino. Dios dispone el Destino en nuestras vidas, tanto en lo Temporal, como en lo Eterno.

La mayoría de las personas agradecen a Dios su salvación providencial cuando se libran de un accidente mortal de cualquier clase. Pero no se preguntan ¿Para qué me salvó Dios ¿Qué quiere El de mi Un creyente maduro en la Fe, se hace esa pregunta fundamental. Y así descubre que hay razones superiores para que sucedan las cosas, buenas y malas, de la vida personal y de los países.

Por eso es que el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, publicado en 1992, con la aprobación de Juan Pablo II, define la Providencia Divina como las Disposiciones con que Dios conduce sabia y amorosamente a las criaturas hacia su Fin.(para el que fueron creados.) Y ese Fin, en lo que a las criaturas racionales se refiere, consiste en que los seres humanos lleguen a Participar de su Gloria, de su Bondad, de su Belleza y de su Verdad.

Y el mismo Documento Vaticano declara que los seres humanos pueden ser consciente y libremente, Instrumentos de la Providencia Divina. Eso es una Definición excelente que sirve a los Teistas de todas las religiones.

Según Santo Tomás de Aquino, la Providencia Divina es el equivalente del Gobierno de Dios sobre el Mundo, el que se ejerce igual que el de un piloto de un gran barco, que realiza toda clase de maniobras para llevar o conducir a los tripulantes y a los pasajeros del buque, con buen o con mal tiempo, al puerto de su destino.

Y así va ocurriendo con el pueblo de Chile en su Historia. Para los que leen atentamente la Biblia les es evidente que ese libro sagrado es un texto Teista o Providencialista, donde los profetas dicen claramente que Israel es un pueblo escogido de Dios que tiene funciones sacerdotales, y que cuando es obediente a su voluntad nunca es derrotado en batalla, y a veces puede ser instrumento de castigo para otros pueblos. Y que, al revés, cuando se porta mal a los ojos de Dios, otros pueblos lo castigan fuertemente, por decreto divino, y lo derrotan en la guerra. Ese pensamiento de la Biblia y de los Profetas puede parecer chocante a más de un humanista. Pero en verdad es simplemente Ley de Karma en acción histórica, más allá de lo individual.

Finalmente, para comprender mejor lo que vendrá en los próximos capítulos de esta particular Historia Esotérica y Espiritual de Chile es necesario saber que en la Biblia hay varios tipos de Salvadores o de Liberadores de Pueblos. Por ejemplo, Moisés, Sansón, Gedeón, Samuel, David, son en su momento Salvadores Temporales de Israel. Lo mismo los miembros de la familia de Judas Macabeo, y otros patriotas heroicos del principal pueblo de la Biblia. Esos Liberadores Temporales salvan a sus países en momentos difíciles, de graves peligros históricos, económicos, guerreros, e incluso político-morales de ruptura de la unidad nacional. Dios los impulsa y ángeles invisibles los protegen. Eso dice claramente la Biblia. Hay personas Providenciales en la Historia de cada país sobre la tierra. Y Chile no es la excepción. Los héroes de nuestra Historia del siglo XIX y XX son esos agentes o instrumentos de salvación temporal, y conviene estudiarlos en sentido religioso y / o esotérico, para conocerlos mejor en todos sus lados y así leer mejor los Signos que Dios nos da para nuestra vida por medio de nuestra Historia.

Pero también existen los Salvadores en la Eternidad, en el campo de lo trascendente, tal es el caso de Jesús el Cristo, o el de Sri Krishna, o el de Buda, o el de Shiva. Estos Salvadores Eternos son arquetipos o modelos celestiales de los salvadores temporales. Y en el caso de Moisés, es decir, para los seguidores del Judaísmo, se trata de un salvador en los dos sentidos. La palabra temporal significa dentro del Tiempoo por un tiempo. Eterno significa más allá del Tiempo. O por encima del Tiempo. Es equivocado decir que Eternidad es un tiempo sin fin. Se definiría mejor como un estado de ser sin tiempo o en el eterno presente. Donde no hay pasado ni futuro.

Dios envía a la tierra salvadores temporales y salvadores eternos o trascendentes. Y a veces el salvador enviado hace los dos roles, pues en último término la salvación es un acto global que viene de Dios, y que abarca todos los mundos posibles donde se necesita de un Dios Salvador o Redentor. En la India a los Salvadores que Dios manda a la tierra se les llama Avatares, los que Descienden.(desde un plano superior al humano.) Y desde luego los Agentes Providenciales de Dios no les caen simpáticos a todo el mundo. Tienen rasgos que no agradan a más de alguien, pero lo que a Dios le interesa es que cumplan su misión y nada más, no que ganen concursos de popularidad.

Después de esta digresión teológica volvamos al centro de nuestro asunto. Además de los nombrados hubo otros brujos y místicos en este período colonial.

Por ejemplo una de nuestras brujas autoctonas fue acusada y juzgada por el tribunal de la Inquisición: Se trató de la mujer zamba (hija de indio nativo y de una negra) santiaguina, doña María de Silva, que usaba como nombre publicitario el de Marota de Cuadros. Se dedicaba a la hechicería amorosa y tenía una gran clientela entre las mujeres de Santiago y de alrededores. Tal como ahora se hace. Se dedicaba a los amarres de amor, a crear atracciones, a cortar vínculos peligrosos y ha dar más de alguna poción afrodisíaca a sus clientas. Tambien se dedicaba a la adivinación clarividente concentrándose en el humo de un habano de tabaco encendido. (Como se ve el mundo no ha cambiado nada, ni siquiera en los seudónimos).

Pero fue denunciada por alguien a las autoridades eclesiásticas. Y como en ese momento en Chile no estaba constituido un tribunal competente de la Inquisición, fue enviada a Lima. Allá el Tribunal sentenció: Por los delitos de superticiones, sortilegios y maleficios amatorios, hostiles, ejecutados en fuerza de expreso pacto con el demonio, a quien para estos perniciosos efectos invocaba. Se la condena ciertas penitencias religiosas y a recibir doscientos latigazos en la plaza pública y a diez años de destierro en la ciudad de Valdivia….

Ya en el párrafo anterior se ha mencionado un pacto con el demonio. Y en verdad, es un rasgo característico de aquella época colonial el que algunas personas se atrevan a hacer un pacto con el maligno. Ya lo hemos mencionado antes en relación con la Quintrala, pero ella no fue la única que lo hizo. Muchos otros lo intentaron. Pero tambien una vez obtenido el beneficio y al ver que se acercaba la hora de pagar y entregar definitivamente el alma al Diablo, se arrepentían y buscaban toda clase de recursos para deshacer el pacto fatal.

El más poderoso de los recursos ceremoniales católicos era en esa época, y lo fue hasta mediados del siglo XX, el Velar en vida al arrepentido dentro de un ataud, y dentro de un círculo mágico, una noche entera. El sagrado rito salvador lo debía hacer un sacerdote muy piadoso, en lo posible un franciscano. Y además, un grupo de voluntarios que rezaran por el difunto toda la noche con velas encendidas alrededor del cajón, con el falso fallecido en su interior, tambien orando. La fecha debía ser la misma en que el Diablo vendría a cobrar el alma del pactante.

Este impresionante rito nocturno se hacía normalmente en la cumbre de un cerro, pero ya en el siglo XX se hacía en el interior de una casona de campo, dentro de un cuarto grande sin muebles, excepto el catafalco y los pedestales de las cruces y de los largos cirios de los ritos fúnebres de la iglesia. El gran secreto de ese ritual salvador, además del poder de la oración sacramental, era NO HACER CASO DE NINGUNA COSA QUE FUESE A INTERRUMPIR EL CEREMONIAL. NI RUIDOS, NI APARICIONES, NI TEMBLORES. NI EL SUEÑO, O EL MIEDO, O EL CANSANCIO, NADA DEBÍA DETENER EL FLUJO PROTECTOR DE LA PLEGARIA CONSTANTE. SI SE DETENÍA EL CEREMONIAL EL DIABLO GANABA LA BATALLA Y EL ALMA DEL QUE ESTABA SIENDO VELADO SE PERDÍA PARA SIEMPRE EN EL INFIERNO.

Lo que se mencionó acerca de los ritos efectuados en la cumbre de los cerros para romper los pactos con el maligno era porque según las creencias de aquel entonces se pensaba que el velatorio en vida debía hacerse en el mismo lugar donde el cristiano había hecho las primeras invocaciones y el trato con el demonio. Generalmente los hombres subian a un cerro a buscar ese contacto y hacer el pacto prohibido. El autor ha conversado con personas que durante el año 2008 habían hecho pacto con el diablo en la cumbre de un cerro.

Al parecer los rituales efectuados en la actualidad no han logrado el objetivo de cambiar la suerte material de los invocantes; lo cual es lo contrario de lo que cree la tradición popular. O bien el Diablo está más pobre que antes o le falta el apoyo de algún grupo influyente. O tal vez el alma del hombre moderno, tan débil y enana, ya al maligno no le interesa, por insignificante y de poco peso.

Además el autor ha conversado directamente con personas que dan testimonio de haber participado en ritos de velatorio en vida, para romper pactos con el maligno, efectuados en zonas rurales chilenas alrededor del año 1940. Por lo tanto, la creencia y los ritos de velación de los arrepentidos continúa en nuestros campos. Pero en el mundo urbano el hecho ya está olvidado. Aunque en las ciudades existen grupos satánicos organizados se perdió el recuerdo del rito corrector, tal vez por el eclipse progresivo del catolicismo ritual en medio del secularismo y de la aparición de mucha competencia en el negocio de lo sobrenatural.

Revisemos otras sincronicidades de importancia referidas al número Once acaecidas en el siglo XVIII, antesala de la Independencia y la República.

El 11 de marzo de 1750 el Gobernador Domingo Ortiz de Rozas despachó desde Concepción una fragata con el personal militar y civil, y el apoyo logístico necesario para fundar la primera ciudad colonia del Archipiélago de Juan Fernández.

El 11 de Diciembre de 1762 el Gobernador de Chile Antonio de Guil y Gonzaga redactó y firmó el nombramiento del famoso y legendario Corregidor Zañartu, el perseguidor implacable de los delincuentes y facinerosos de Santiago y alrededores de la segunda mitad del Siglo XVIII, y el constructor de los tajamares del mapocho. Su nombre completo era Luis Manuel de Zañartu. Su dura obra justiciera y ordenadora de la vida social santiaguina duró veinte años, y terminó sólo con su fallecimiento, el 15 de Abril de 1782. Según datos de la Guía Mágica de Santiago, su fantasma aún se pasea por diversos lugares de la capital. Como dato adicional significativo diremos que el famoso Puente de Cal y Canto tenía ONCE Arcos.

En fecha cercana y anterior a las señaladas diremos que el Gobernador Manso de Velasco fundó la ciudad de Melipilla el 11 de Octubre de 1742. Más o menos un siglo después de esa fecha, en ese mismo lugar nació el Héroe de la Armada, inmolado en Iquique, el Teniente Ignacio Serrano, seguidor de Prat en el Segundo Abordaje al monitor Huáscar.

Cerremos este capítulo con un exorcismo, un par de milagros y un dedo apuntado hacia el futuro En el período colonial se hicieron muchos exorcismos, pero hay uno que fue el más famoso y bien documentado: se trató del ceremonial de expulsión del demonio hecho a favor de una joven mapuche de 14 años atormentada por un ente fantasmal de dos metro y medio de alto y de manos negras, que tras aparecérsele y tironearla de un brazo la dejó muda y fuera de si. El exorcismo se efectuó en dos días, el 24 y 25 de mayo de 1653.

La aparición ocurrió en el patio del convento de los jesuitas de Santiago. Los testigos de los gritos y posterior postración de la muchacha llamaron al padre Nicolás Mascardi que estaba orando en su celda. Este acudió y reconoció que la indiecita estaba endemoniada y dio comienzo a la conjuración contra el demonio. Al comienzo los rezos no dieron resultado. Se recurrió al contacto directo con reliquias de santos y a la exposición del santísimo sacramento, y tampoco se obtuvo el beneficio esperado. En la noche se concluyó que el grupo de colaboradores debía ponerse en la gracia de Dios por medio de sendas confesiones de pecados y una vigilia de oración. Hechas las debidas reparaciones y penitencias, al día siguiente, mediante el auxilio de la intercesión del Nombre de san Ignacio de Loyola, se pudo expulsar al ente obsesor de la joven y liberarla de su mudez y perturbación mental.

En el momento culminante se vió salir del cuerpo de la indiecita a un perro negro, que se desvaneció en el aire a unos metros del grupo de orantes que colaboraba con el padre Nicolás. Por lo que se narrará a continuación parece que el sacerdote Mascardi ganó una batalla pero no la guerra.

Es muy propio de las narraciones del folclore de Chile y de otros países la aparición de un perro negro de ojos rojos en circunstancias de invocación del diablo o de lucha en contra de él. En Inglaterra se habla del Grim, y se vincula con un anuncio de muerte para quien lo ve. En este caso parece que se cumplió con el arquetipo, pues el padre Nicolás Mascardi pocos días después tuvo que viajar a la Patagonia argentina a evangelizar a los mapuches de esa región y fue muerto a lanzazos por ellos, un par de meses después de efectuado el exorcismo en Santiago.

Al año siguiente a la fundación de Melipilla, es decir, en 1743, en las cercanías de Chiloé se había hundido la nave Waguer y se habían salvado sólo cuatro personas. Los náufragos fueron acogidos en la Isla Grande y luego traidos a Valparaíso en otro buque. Pero en la ruta se encontraron con un nuevo temporal, muy violento, con terribles vientos que amenazaban con arrojar la nave contra las rocas de la costa. Y toda la tripulación estaba muy asustada, los cuatro náufragos incluidos, temiendo la posibilidad de que ahora ya no se salvarían, pues la muerte los andaba buscando.

Entonces salió de un camarote un sacerdote jesuita a observar la dimensión de lo que iba a suceder de un instante a otro. Al ver la inminencia del peligro, volvió a la cámara y salió con la imagen bendecida de un santo y lo colgó cerca del timón, en la popa del buque, y lo amenazó con arrojarlo al agua si no amainaba el viento y se calmaban las olas. A los cinco minutos se calmó el viento, y cambió su dirección, ahora con una fuerza más suave. Y el buque pudo maniobrar alejándose de los arrecifes. El jesuita tomó la imagen del santo en actitud triunfante y se devolvió con él a su cámara. Una vez más Cristo había hecho el milagro de calmar la tormenta del Mar de Galilea. O tal vez algo de la magia de la Chillpila se le había pegado al jesuita que venía desde Chiloé, la tierra de los Brujos.

El segundo milagro ocurrió en pleno centro de Santaigo, el 13 de Octubre de 1786, a las ONCE treinta de la mañana. El ambiente estaba tranquilo en la Plaza de Armas, no corría viento. Los comerciantes vendían sus productos como todos los días. Entre medio había un comerciante de objetos religiosos que mostraba a un cliente una gran estampa rectangular de la Madre del Señor, de unas tres cuartas de largo por dos cuartas de ancho. Ahora diríamos de 70 por 45 centímetros. De repente la imagen se elevó por el aire y voló hacia el centro de la plaza, evadiendo el esfuerzo de varias personas que trataron de atraparla con los ponchos. Permaneció en el centro de un promontorio de tierra que había allí, sin aterrizar completamente, varios instantes. Cuando las personas ya la iban a tomar, volvió a elevarse. Esta vez muy alto, y perpendicularmente sobre la plaza, como cien metros de altura. Allí permaneció quieta unos quince minutos, luego voló en dirección norte, cuadra tras cuadra, mientras la gente la seguía por las calles. Descendió sobre un solar de la chimba, a unas doce cuadras de la plaza. Allí se dejó atrapar. Se plantó una cruz en el lugar de su descenso, y lugo se construyó y se consagró una capilla, denominada Capilla de la Estampa(actual Parroquia del mismo Nombre, en Avenida Independencia 633, cerca del Hospital J.J.Aguirre), en recuerdo del acontecimiento prodigioso.

Debo hacer notar que el lugar del descenso de la Estampa de María Santísima es el mismo sector donde unos 34 años después Don Bernardo O"Higgins haría costruir el Cementerio General de Santiago, y un siglo después se construiría el famoso Hospital san José, junto a mismo cementerio anotado. Y como se dirá en otros capítulos de este libro, el antiguo Hospital San José de la Comuna de Independencia, ya cerrado, es el foco o el centro magnético del mayor número de fenómenos paranormales de contacto con seres fallecidos, de Santiago, al final del siglo XX y a comienzos del XXI.

Tambien el sector del Descenso de la Estampa de María será desde 1839, el centro de las actividades apostólicas y prodigiosas de Fray Andresito, en Recoleta. Y tambien es cercano al cerro san Cristobal, donde en 1908 se alzará la Inmensa Imagen de María de la Inmaculada Concepción para bendecir desde la cumbre a toda la ciudad, uniendo sus poderes con los de Juan Pablo II, quien bendijo a los cuatro puntos cardinales de Chile desde ese punto o centro sagrado, en Abril de 1987.

Lo que quiero decir en lo profundo, es que la Estampa de María que voló el 13 de Octubre de 1786 señaló una ruta de poder, una línea de Energía Mística, y un lugar magnético de convergencia de fuerzas espirituales para los santiaguinos y para todos los chilenos. Ruta direccional que de modo consciente o inconsciente las personas espirituales siguen al tomar decisiones que iran expandiendo la Capital de Chile hacia el Norte de la Región Metropolitana.

E incluso apunta hacia las Apariciones de la Señora de Fátima en Portugal, que comenzaron un TRECE de Mayo de 1917, Y TERMINARON CON UN GRAN MILAGRO, EL DE LA DANZA DEL SOL, EL TRECE DE OCTUBRE DE 1917, en la misma fecha de nuestro humilde milagrito del Vuelo de la Estampa.

Es más. La hora del Descenso de la Estampa en el lugar indicado es la misma en la cual se aparecía María Santísima a los Pastorcitos de Fátima durante seis meses, las doce del día.

La hora del Angelus del Medio Día en todos los países católicos.

Tambien debo señalar que existe en este pequeño prodigio una señal perfectamente homóloga con lo que el Taoismo denomina Las Venas del Dragón, que son ciertas corrientes de Energía del Planeta tierra, que recorren la geografía de los países y de los continentes, y que los sensitivos pueden captar. O lo que los Chamanes denominan Lugares de Poder.

Como ya estamos a punto de ingresar en el Período de la Independencia Nacional debemos señalar una extraña sincronicidad significativa. Hasta 1808 el Gobernador de Chile fue nombrado por el Rey de España, salvo excepciones. Don Luis Muñoz de Guzmán es el nombre. Pero a ese personaje, representante de la autoridad del Rey en Chile, falleció un día muy especial. Fue el 11 de Febrero de 1808.

Treinta y seis días despues, (el 19 de Marzo de 1808) en España, renunciaba a su cargo de Monarca el Rey Carlos IV, y asumía el Rey Fernando VII, Principe de Asturias, iniciando un accidentado gobierno, interferido por las Fuerzas Francesas de Napoleón Bonaparte, por el alzamiento de las colonias de América, y por graves alzamientos populares en las principales ciudades de la propia España. La muerte del Gobernador Muñoz de Guzmán era un signo del cielo anuciando los grandes cambios espirituales y políticos que se avecinaban para Chile, España y América Latina.

Cincuenta años después en Lourdes, Bernardita Subirus comenzaría a tener una larga serie de visiones de la Blanca Señora que haría grandes milagros delante de una Francia esceptica. Las Visiones terminaron el 16 de Julio de 1858, con la aparición de la Señora de Blanco y celeste ahora vestida de María del Carmen.

Aca en Chile, con la muerte de este penúltimo gobernador colonial, hubo que nombrar al Sr. García Carrasco, que era devotísimo de la Señora del Carmen. Pero le fue tan mal en su gobierno por cuestiones de corrupción de sus funcionarios, que tuvo que dimitir al alto cargo por presión popular, justamente el día 16 de julio de 1810, y dar por nombrado al primer criollo en el Gobierno de Chile, don Mateo de Toro y Zambrano ese mismo día. Precisamente el día de la Patrona de Chile, la Virgen del Carmen. Volveremos a conversar de este hecho en el próximo capítulo.

Bibliografía consultada para este Capítulo sobre Místicos y Brujos de la Colonia.

Apuntes para un Diccionario de Chiloé. Profesores Renato Cardenas Alvarez y Carlos Alberto Trujillo. 1985.

Autobiografía de un Yogui. Paramahansa Yogananda, Editorial. Kier, 1996.

Catecismo de la Iglesia Católica. Obra Monumental de Siete Obispos. Entre ellos: Monseñor Jorge Medina Estévez. Chileno. Editorial Lumen . 1992.

Compendio de Teología. De Santo Tomás de Aquino. Ediciones Folio. Año 2001.

Diccionario Histórico de Chile. Varios autores. Ya mencionado en La Conquista.

Enciclopedia Temática de Chile, Varios autores. Ya mencionado en La Conquista.

Chiloé: Economía, Sociedad, Colonización. Antropólogo Mauricio Marino M. 1985.

El Libro de la Mitología, Historias, Leyendas y Creencias Mágicas, obtenidas de la Tradición Oral de Chiloé. Profesor Renato Cárdenas Álvarez. 1998.

Fray Pedro de Bardeci. Por Manuel de la Rosa, Revista Ilustrada, publicada por la Comunidad del Templo Franciscano de la Alameda. 1990.

Historia de Chile. Francisco Encina, Obra Completa, no resumida.

Historia de la Iglesia en Chile. Presbítero Fidel Araneda Bravo. Ediciones Paulinas, 1986.

Historia de Chile. De Alejandro Concha Cruz y Julio Maltés Cortés. Edición Año 2000.

Historia de la Salvación. Manual de Teología Histórico-Bíblica. Presbítero José Severino Croatto. Ediciones Paulinas. 1968.

La Biblia. En diversas versiones.

Guía Mágica de Santiago. Por César Parra. Investigador paranormal. Ril Editores. 2005.

CAPITULO TERCERO.

La independencia de chile y los agentes de la providencia

La fecha verdadera de la Independencia de Chile no es el 18 de Septiembre de 1810. Los chilenos cultos saben que la fecha verdadera fue el 12 de Febrero de 1818, en el primer aniversario de la Batalla de Chacabuco y en la misma fecha en que se cumplían 277 años de la fundación de Santiago. Fue cambiada la fecha de la celebración de la independencia por calmar el ánimo de los enemigos políticos del Libertador don Bernardo O"Higgins Riquelme.

En una proclamación pública solemne, que se leyó simultáneamente en ceremonias cívico– militares de unas ocho ciudades del país, en la fecha señalada, O"Higgins declara que Chile es un Estado Soberano e independiente de toda potencia o nación extranjera. Copìa del documento está en La Biblioteca Nacional, y copiado textualmente en la mayoría de los libros de Historia de Chile. Y desde luego esa Proclamación pone a Chile naciente en "Presencia del Altísimo", como corresponde a una Nación religiosa e independiente. Una vez leída a la muchedumbre se le tomó juramento al pueblo de Santiago en los siguientes términos:¿Juráis a Dios y prometéis a la Patria, bajo la garantía de vuestro honor, vida y fortuna, sostener la presente independencia absoluta del Estado Chileno, de Fernando VII, sus sucesores, y de cualquier otra nación extraña. Y el Pueblo Chileno respondió: "Si, Juramos." O"Higgins también tomó juramento a sus ministros con la Biblia abierta. Y uno de los sacerdotes eminentes de la época, Gobernador Eclesiástico de Santiago, en reemplazo del Obispo, que también juró como patriota, demostrando una fe intensa en la Providencia Divina respecto de Chile, don José Ignacio Cienfuegos, con las manos puestas en los Evangelios, dijo:"Y así lo juro porque creo en mi conciencia que ésta es La Voluntad del Eterno." Anteriormente, en Septiembre de 1811, el Congreso Nacional y Don José Miguel Carrera habían declarado una independencia de hecho, al expulsar de la cámara legislativa a los Diputados de tendencia realista que aún participaban en la asamblea. La independencia se pensaba en relación a España solamente. Pero el Libertador la proclamó respecto de todos los países y potencias extranjeras, no solo respecto de la Madre Patria. Por eso cuando O"Higgins fue presionado durante su gobierno, en 1818, por el Cónsul Norteamericano William D. G. Worthington, para que Chile usara la Constitución de los Estados Unidos como Ley Fundamental de la República, rechazó tal posibilidad con respeto y firmeza, argumentando que nuestro país no estaba preparado para un sistema político como el de la gran República de Norteamérica. El Padre de la Patria no quería un país sometido a los Estados Unidos de Norteamérica.

Ante la misma presión política, hecha por otro Cónsul Norteamericano anterior, Joel Poinsett Robert, en 1812, don José Miguel Carrera reaccionó de muy diferente manera. Aceptó todas las proposiciones del Cónsul para un Reglamento Constitucional y lo hizo aprobar por la Junta de Gobierno que presidía, el 26 de Octubre de 1812. Su falta de realismo político hizo que tal Constitución solo durara un breve suspiro en la llamada Patria Vieja.

Pero para llegar a una declaración solemne de la Independencia Nacional en esos términos y con esa convicción hubo un largo proceso de gestación, del cual el Cabildo Abierto del 18 de Septiembre de 1810 solo fue un brevisimo episodio de una cadena de acontecimientos que se precipitaron rápidamente a partir del 16 de Julio de 1810, fecha misteriosa en la que el último Gobernador Español del Reyno de Chile, don Francisco Antonio García Carrasco, renunció a su alto cargo, por presión popular, y le entregó el bastón de mando del país a un chileno, para que gobernara con todos los poderes, al anciano criollo don Mateo de Toro y Zambrano. Antes del 18 de Septiembre de 1810. Hasta ese momento nunca un hombre nacido en Chile había recibido la potestad para gobernar nuestro país.

Dije anteriormente la fecha misteriosa del 16 de Julio de 1810, pues ese es el día en que se recuerda a María como Virgen del Carmen, Patrona de Chile. Esa celebración religiosa se venía haciendo desde poco más de 500 años, pues el 16 de Julio del año 1251, en Cambridge, Inglaterra, se había aparecido la Madre de Cristo, como reina de los ángeles, al General mundial de la Orden Carmelita, San Simón Stock, y le había entregado el Santo Escapulario, un manto café oscuro, como uniforme para su Orden Religiosa. Para uso de los laicos ese manto o túnica de monje carmelita se ha convertido en dos pequeños rectángulos de género o tela café, unidos por dos cordones, y se pone para que cuelgue sobre la espalda y el pecho de quien lo use, tanto para consagrar su vida a Dios y a la Señora del Carmen, como para ser protegido de los dardos de fuego del maligno enemigo de cada alma, Satanás.

Curiosamente, el último Gobernador Español de Chile, que entregó el bastón del mando del país a Don Mateo del Toro y Zambrano, era un ferviente devoto de la Virgen del Carmen de toda la vida y hasta su muerte en Perú, el 10 de Agosto de l813, dio testimonio de esa intensa devoción Mariana. Además de los secretos de su conciencia que depositaba a los pies de la Señora del Carmen, daba el 50 % de sus ganancias a las Obras Carmelitas. Así lo dicen sus cartas personales enviadas a sus amigos de Chile en 1811. Y como ya se dijo anteriormente, la entrega del mando se produjo justamente el día 16 de Julio de 1810, día de la Patrona del Gobernador García Carrasco y posteriormente nombrada Reina de Chile por las Fuerzas Armadas de la Patria independiente.

Los piadosos patriotas de ese entonces, entendieron que la feliz coincidencia de fechas de la renuncia forzada de García Carrasco, y la celebración de Santa María del Carmelo, y la asunción de un criollo al Poder, tenía un alto significado para el destino de Chile. Dios y María querían que Chile fuese independiente de España y de toda potencia extranjera, y se esforzaron para colaborar con ese designio de la Divinidad. De allí surge, entre otras cosas, la convicción fervorosa del Presbítero patriota, don José Ignacio Cienfuegos, expresada en la fórmula añadida a su juramento, de que Era la Voluntad del Eterno que Chile fuese libre e independiente. Un pueblo soberano.

Lo anterior ha de entenderse en un contexto de una comunidad enteramente religiosa, que viene saliendo de un período colonial de mentalidad medieval. También ha de tenerse en cuenta que en esos instantes la Iglesia no está separada del Estado, y que el rey de España gobierna por derecho divino. Su poder político es casi tan elevado y sagrado como el del Papa en Roma. Esa mentalidad está a miles de kilómetros de la mentalidad política contemporánea. Pero en si misma no es una mentalidad irracional. Es Otra forma de racionalidad. Se llama racionalidad del creyente en la providencia divina. Y está basada, entre otras cosas, en el principio esotérico de las Coincidencias Significativas. O en lo que Carl Gustav Jung denomina las Sincronicidades.

Para los lectores que no conocen la Biblia doy la información. Las coincidencias significativas han existido desde el comienzo de los tiempos, y se toman como señales de Dios, desde el Génesis hasta los Hechos de los Apóstoles. Y existen en la vida de todos los pueblos de la tierra. La parapsicología las interpreta en muchos aspectos como manifestaciones del Psi Factor, del factor psí, o la clarividencia o la telepatía, o de la facultad de premonición, que existe latente en todas las personas. Solo que en los Profetas de Dios la facultad de Presciencia o de Premonición está manifestada en grado máximo.

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