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El hombre: Sujeto y objeto de la reflexión filosófica



  1. Visión general
  2. El hombre: Sujeto de la reflexión filosófica
  3. El hombre: Objeto de la reflexión filosófica
  4. Filosofía como reflexión
  5. ¿Qué es el conocimiento?

Sin principios políticos, sin conceptualización, sin ideales o filosofía, no hay dirección, no hay una meta, no hay una brújula, no hay visión de futuro, no hay ningún elemento para ejercer el liderazgo intelectual. Ayn Rand

El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo. Quevedo

El filósofo, debe hacer filosofía cuando ya la vida ha pasado. Hegel

Hipótesis: dado el contexto socio/intelectual y conceptual, es posible que la reflexión filosófica muestre nuevos bríos.

Visión general

Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños. Khalil Gibrán

La filosofía no es una disciplina, es una potencia de interrogación y de reflexión sobre los conocimientos y sobre la condición humana y, también, sobre los grandes problemas de la vida. Edgar Morin,

Hoy, la dictadura de la tecnocracia contribuye a la deshumanización del hombre, llevándolo a vivir en un mundo hostil, y, al parecer, carente de sentido; en ese contexto, se halla constreñido y apresado por la misma sociedad en que vive, la cual lo aprisiona y, paradójicamente, lo salva de su soledad y su lobreguez.

Concordamos con Rigoberto Pupo que nadie, con sentido común, puede obviar los resultados de la tecnocracia en la época de la globalización contemporánea. Los hombres quedan como enajenados, estériles y deshumanizados. Ello resulta perjudicial, porque la verdad queda vacía de contenido, al estar separada de la belleza y la bondad, cuya armonía la funda e introduce Pitágoras, a partir del sentido de medida, y es continuada por muchos filósofos y pensadores[1]

El reduccionismo, nacido con Descartes, racionalista/epistemológico, convertido en único paradigma de la modernidad, redujo la verdad a la verdad llamada científica, con la nefasta imposición conceptual del discurso cientificista/objetivista, fundado en un logicismo extremo y en un sistema categorial cerrado, en forma de modelo metodológico al cual la realidad y los hechos deben adecuarse. Hoy, la noción de ciencia y ciencia positiva limita el conocimiento y desfigura la investigación.

Por ello, el metodologismo logicista soslaya o no considera la subjetividad humana y toda su riqueza expresiva, incluyendo el lenguaje que es reducido al lenguaje llamado científico, con sus respectivas categorías centrales y operativas. Olvidan que, a la misma verdad de la llamada ciencia, en tanto resultado humano, le es inherente el momento cultural/transdisciplinario y toda la carga de imaginación creadora que impregna el hombre en su acción. Además, no tiene en cuenta la existencia de la verdad histórica, artística, moral; no considera el carácter histórico/cultural y la necesidad de asumirlo en su real integración.

Tal modo de acceso a la verdad, por su reduccionismo epistemológico formal y la identificación del lenguaje con el puro lenguaje científico tradicional, se incapacita, conceptual y metodológicamente, para incluir, en su discurso, otras formas aprehensivas de la realidad, por el hombre, en la construcción de la verdad como proceso y resultado integral del quehacer humano, en correspondencia con sus necesidades, intereses, objetivos y fines[2]

La ciencia positiva se margina o desecha el proceso del saber, el lugar de la imagen que suscita, la imaginación creadora del hombre, la metáfora y otras formas tropológicas, cuyo sentido figurativo no le resta valor cognoscitivo, práctico, axiológico y comunicativo. La ciencia cualitativa activa el proceso del saber y le imprime mayor sentido de integralidad, y con ello, nuevas posibilidades de apertura para penetrar en los procesos reales. No es posible hacer del conocimiento, llamado científico, el núcleo arquetípico del pensamiento y convertirlo en un modelo impersonal que, a priori y teleológicamente, condiciona la realidad existente para hacer con ella una unidad o identidad, llamada verdad.

Por ello, debemos considerar nuestra situación humana; pues siempre estamos en situaciones. Las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si éstas no se aprovechan no vuelven más. El hombre puede trabajar por hacer que cambie la situación; pero hay situaciones permanentes, por su esencia, aun cuando se altere su apariencia momentánea; su poder sobrecogedor se cubre de un velo: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar; estoy sometido al acaso; me hundo inevitablemente en la culpa. A estas situaciones de nuestra existencia las llamamos situaciones límitesquiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límite es, después del asombro, el origen más profundo de la filosofía.

En la vida corriente, frecuentemente huimos de ellas, cerrando los ojos y actuando como si no existieran; olvidamos que tenemos que morir, olvidamos nuestro ser culpable y nuestro estar entregados al acaso. Entonces, sólo tenemos que habérnoslas con las situaciones concretas, que manejamos a nuestro gusto y ante las que reaccionamos actuando según planes en el mundo, impulsados por nuestros intereses vitales[3]Ante las situaciones límites reaccionamos velándolas, y cuando nos damos cuenta de ellas, con la desesperación y la reconstitución: Llegamos a ser nosotros mismos en una transformación de la conciencia de nuestro ser.

Olvidamos que, frente a quienes creían saber y estaban acríticamente instalados en su falso saber, Sócrates sostenía que sólo sabe bien lo que cree saber, el que se percata, desde ese su saber, que no sabe nada; pensaba que, sin saber y sin saberse a sí mismo, el hombre no es hombre, ni el ciudadano (el animal llamado político por Aristóteles) puede ser ciudadano; quería saber, pero lo que buscaba en ese saber era hacerse a sí mismo y hacer a la ciudad; su saber es, por tanto, un saber humano y un saber político, no sólo porque el objeto de ese saber sea el hombre y la ciudad, sino porque su objetivo es la recta humanización y la recta politización[4]Según Sócrates, quien quiera humanizar y quien quiera politizar no puede dejar de saber y, menos aún, puede pensar que sabe, cuando, realmente, no sabe. Así nace su filosofar de una gran preocupación: lo que es el hombre y lo que es la ciudad, como morada del hombre. Ahí están las raíces de su pensamiento, y de ahí surgen los temas sobre los que va a reflexionar. No le importa tan sólo saber cómo son las cosas (el hombre, la ciudad y sus asuntos, la cosa pública que dijeron los romanos), sino, que las cosas sean, que las cosas lleguen a ser, como todavía no son, ya que, por no serlo, son falsas e injustas".[5]

El hombre: Sujeto de la reflexión filosófica

La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho. Víctor Hugo

En la calidad, lo más importante es la calidad de las personas. La filosofía de la calidad considera que lo importante no son las cosas que hace el hombre, sino el hombre que hace las cosas. Y se propone desarrollar integralmente a las personas. Schmelkes, S., 2002

Sócrates siempre defiende el ideal de una verdad objetiva, absoluta, universal; pero el único universo que conoce y al cual se refieren sus indagaciones es el universo del hombre. La filosofía socrática es, estrictamente, antropológica.  En uno de los diálogos platónicos se describe a Sócrates en conversación con su discípulo Fedro. Pasean y a poco llegan a extramuros de Atenas; Sócrates está admirado por la belleza del lugar. Le encanta el paisaje, que celebra con entusiasmo. Pero Fedro le interrumpe, pues le sorprende que Sócrates se conduzca como un extranjero que es conducido por un cicerone. "¿Traspasáis alguna vez los umbrales?", le pregunta; Sócrates responde, con un sentido simbólico: "Cierto que no, mi buen amigo, y espero que sabrás excusarme cuando escuches la razón, a saber, que soy un amante del conocimiento y los hombres que habitan en la ciudad son mis maestros y no los árboles o la comarca"[6].

La apertura al mundo y la participación son la clave de un sujeto plenamente racional. La relación entre razón y acción pertenece a la constitución del hombre como ser natural. Dicha relación consiste en conocerse. A través de la reflexión filosófica, el hombre descubre y elimina los prejuicios que le dan una visión deformada de la realidad o, si se quiere, le permite rectificar respecto a las falsas ideas que elabora de su entorno y, fundamentalmente, de sí mismo[7]

Entonces, conocer la naturaleza, en cuanto nos es permitido (Rodríguez, Simón en Obras completas) es un deber, porque estamos rodeados de cosas, y sorprendidos por accidentes, que llamamos circunstancias, y frente a fenómenos que, en muchos casos, nos conviene saber explicar. Dependemos de las circunstancias, consecuentemente, es menester acostumbrarnos a obedecerlas[8]

En filosofía, el vocablo "sujeto" hace referencia a un ser que es actor de sus actos, en el sentido de que su comportamiento o conducta no es meramente reactiva, sino que aporta un plus de originalidad  que responde a lo que solemos entender por decisión o voluntad. Suele añadirse también la capacidad de un conocimiento inteligente, lo cual significa que es capaz de conocer la realidad   como objeto, es decir, tal cual es, con independencia de las condiciones propias del conocimiento subjetivo. Este es el concepto de sujeto cognoscitivo.

Entonces, el sujeto es el elemento de la relación que, en su acto de conocer, recibe las imágenes del mundo, las procesa y las explica a través del lenguaje, y genera un juicio. La noción de sujeto se puede entender en dos dimensiones: en sentido amplio y estricto. En el primero se entiende al sujeto como al hombre en su "entera naturaleza", sus facultades, sus sentidos, es decir, lo que integra al hombre en su conjunto, que es el que conoce[9]

En sentido estricto, la noción de sujeto no se entiende como el hombre en su "entera naturaleza", sino que se hace referencia al "mundo interior" del hombre, es decir, al "centro al que se le imputan la conciencia y a los actos intelectuales del hombre"; por ello, el sujeto, epistemológicamente hablando, "es lo que subyace al hombre, es decir, lo que se considera su ser más íntimo y profundo"[10].

Según las diversas opciones del saber, la noción de sujeto es percibida desde:

  • La lógica: un sujeto es aquello sobre lo cual se afirma o se niega algo; a tal sujeto se le denomina "concepto/sujeto".

  • La ontología: el concepto/sujeto es un "objeto/sujeto" ya que es todo aquello que puede ser sujeto de un juicio; en tal caso el "objeto/sujeto" puede ser, además de un individuo, cualquier realidad clasificada: un ente real, un ente ideal, un ente de la metafísica, un valor axiológico, etc.

  • La gnoseología: el sujeto cognoscente es uno de los términos de la correlación sujeto/objeto dada en todo acto de conocimiento; en tal caso, no queda negada la mutua autonomía de ambos términos, pero en un acto de conocimiento es imposible que uno de los dos elementos quede excluido: en el acto de conocimiento siempre hay un sujeto (personal) que efectúa el conocimiento y un objeto del conocimiento (que puede ser otra persona, u otro, que puede ser una cosa).

  • La psicología: el sujeto es (al menos en idioma español) el sujeto psicofísico, a veces, (cuando el plano transcendental en el cual se desarrolla el conocimiento es reducido a un plano psicológico o incluso biológico) es confundido con el sujeto gnoseológico antes explicado.

  • El punto de vista gramatical: el sujeto es distinto del "concepto/sujeto" ya que es la expresión, aunque no el "concepto/sujeto" mismo, el cual resulta ser exclusivamente lógico.

  • La psicología social: el sujeto humano (que es considerado un sujeto social) se constituye a través de los grupos con los que se vincula, incluso desde antes del nacimiento. Por eso, aquella habla de un «sujeto/sujetado», pero también productor y creativo, en tanto posee la capacidad de transformar su mundo y a sí mismo.

  • El psicoanálisis: a partir de Lacan, el concepto de sujeto humano suele ser cifrado con el signo $ que quiere decir sujeto atravesado/clivado/partido/dividido por el lenguaje[11]

La expresión "Sociedad del Conocimiento" tiene sus orígenes en los años 1960 cuando se analizaron los cambios en las sociedades industriales y se acuñó la noción de la sociedad post-industrial. Así, el sociólogo Peter F. Drucker pronosticó la emergencia de una nueva capa social de trabajadores de conocimiento (P.F. Drucker 1959) y la tendencia hacia una "Sociedad del Conocimiento". Este tipo de sociedad está caracterizado por una estructura económica y social, en la que el conocimiento ha substituido al trabajo, a las materias primas y al capital como fuente más importante de la productividad, crecimiento y desigualdades sociales (Drucker, 1994)[12].

La UNESCO la adoptó, dentro de sus políticas institucionales y desarrolló una reflexión en torno al tema, buscando incorporar una concepción más integral. Y Robert Lane, define la expresión "Sociedad del Conocimiento", como "aquella en la que, en mayor grado que en otras sociedades, sus miembros:

  • a. Investigan las bases de sus creencias sobre el hombre, la naturaleza y la sociedad;

  • a. Dedican importantes recursos a esa investigación, y cuentan, por tanto, con una amplia reserva de conocimientos;

  • b. Acumulan, organizan e interpretan el conocimiento en un esfuerzo constante para sacar consecuencias de utilidad inmediata;

  • c. Emplean ese conocimiento para iluminar sus valores y metas, así como para avanzar en ellos"[13].

El hombre: Objeto de la reflexión filosófica

Es preciso que la filosofía sea un saber especial de los primeros principios y de las primeras causas. Aristóteles

Quien afirma que no se debe filosofar, hace filosofía, porque es propio del filósofo discutir qué se debe y qué no se debe hacer en la vida. Aristóteles.

Nunca? pude,? a? lo? largo? de? toda? mi? vida,? resignarme? al? saber?parcelado, nunca pude? aislar? a? un? objeto? de? estudio? de? su?contexto,? de? sus? antecedentes, de su devenir. Edgar Morin

La filosofía es un saber integral sobre el mundo en relación con el hombre. Esa relación es, al mismo tiempo, cognoscitiva, valorativa, práctica y comunicativa. Debe subrayarse que, en el saber filosófico, lo cognoscitivo (gnoseológico) y lo valorativo (axiológico), se integran en unidad indisoluble; pues al hombre no sólo le interesa qué son las cosas, sino para qué le sirven. El hombre constantemente está emitiendo juicios valorativos, a partir de su visión crítica de la realidad.

En el contexto de la ciencia positiva existe el criterio de que la filosofía es una reflexión de segundo orden de la realidad, que se realiza sobre la base de la del primer orden hecha por otros saberes. En este sentido, la filosofía sería conciencia crítica que evalúa sus presupuestos, conceptos, paradigmas, métodos, etc. Pero la filosofía  no constituye un corpus de pensamientos e ideas, exclusivo, independiente y distinto de los restantes saberes, sino, una actividad crítico/reflexiva  de naturaleza cosmovisional sobre aquellos momentos esenciales de los distintos ámbitos de la vida humana en relación con el universo, incluyendo las eternas preguntas sobre los límites del conocimiento, el sentido de la vida, la formación humana, el sentido de la existencia, la muerte, los problemas de la ciencia, de la vida cotidiana, etc[14]

La filosofía tiene por objeto el conocimiento racional de las cosas temporales y mudables del mundo sensible. El objeto formal de la filosofía es la luz de la razón. El resultado del proceso de investigación filosófica es la ciencia, la cual solamente se produce en el entendimiento en virtud de la evidencia intrínseca. La sabiduría se ocupa del conocimiento intelectual de las realidades y verdades eternas e inmutables del mundo suprasensible o inteligible de sus propias fuerzas[15]

En nuestro tiempo, más que en otro posterior a Descartes, se hace claramente evidente que el ser humano es el punto central de toda reflexión, no solo en el sentido de sujeto de reflexión, sino objeto de estudio, siendo comprendido como ser-en-relación-con. Y, como consecuencia de esto, las cosas que lo rodean y su mundo, son entendidas como aquello que es-en-relación-con-el-hombre, siendo siempre el ser humano el eje del mundo (axis mundi). De allí que el punto de partida y de llegada de toda reflexión, comprensión y expresión sea, no la relación en sí misma o el lenguaje con entidad propia, sino, el hombre-en-relación-mediada-por-el-lenguaje-con. Dicho de otra manera, el hombre-y-lo-otro, sabiendo que lo otro no sería si no fuera para el hombre ya que somos nosotros los que estamos dándole existencia[16]

"El pensamiento humano no es, en modo alguno, una tarea privada, intimista, como pudiera sugerir El pensador de François-Auguste-René Rodin o la imagen del Descartes solitario junto a la estufa.

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El pensador de François-Auguste-René R

No es tampoco algo aburrido, frío, rígido o mecánico"[17]. El pensamiento (como el lenguaje) no es algo privado, sino una laboriosa construcción de todo el género humano mediante el cual nos adentramos en la comprensión de Dios, del mundo, de nosotros mismos y de nuestras creaciones[18]

Se considera pensamiento a todo aquel producto no del cerebro, sino de la mente, es decir, todo aquello que es extraído de la realidad gracias a la intervención de nuestra razón. Esto no solamente incluye las cuestiones estrictamente racionales, sino también las abstracciones, como la imaginación, porque todo aquello que es de naturaleza mental, independientemente que sea algo racional como la solución de un problema o una abstracción que como producto arroja la creación de una pieza artística.

Los seres humanos, los 365 o 366 días del año, según corresponda, estamos continuamente pensando, y, por ende, produciendo diferentes e infinidad de pensamientos; éstos nos ayudan a resolver aquellos problemas cotidianos que se nos van presentando. tanto en nuestra vida personal como profesional. Sin éstos, sería imposible el hecho de salir de nuestra casa cuando nos vamos a trabajar, pues, cada acción casi siempre conlleva un pensamiento que decidirá, por ejemplo, si es correcto o no hacer tal o cual cosa para nuestro bienestar futuro.

El pensamiento es el conjunto de ideas propias de una persona o colectividad. Es la capacidad de creatividad y de anticipar las consecuencias de la conducta sin realizarla. A través del pensamiento efectuamos una actividad cognitiva donde interactúan los mecanismos de la atención, memoria, el proceso aprendizaje y de comprensión. Implica una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los mecanismos referidos. El proceso de pensamiento es un medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta. Se podría definir el pensamiento como imágenes, ensoñaciones o esa voz interior que nos acompaña durante el día y en la noche en forma de sueño.

Como enfatizaba Eugenio d`Ors, el pensamiento es siempre diálogo: "pensar es siempre 'pensar con alguien'"; "no es sólo que el pensamiento necesite del diálogo, sino que es, en esencia, el mismo diálogo"[19].

El diálogo con los demás, con los que nos precedieron, incluso el diálogo con nosotros mismos, es la fuente del pensamiento por excelencia. Que la tarea de pensar es (¡puede ser!) algo divertido, cálido, flexible y libre es testimonio unánime de cuantos estamos comprometidos en el aprendizaje y la investigación. Descubrir con gozo el futuro en las inteligencias de los estudiantes nos hace sentirnos más humanos y nos lleva a reconocernos orgullosamente como miembros de una gigantesca epopeya intelectual[20]

Entonces, el objeto, el otro elemento que compone la relación, se puede entender como lo que yace ante esa intimidad del hombre o está puesto ante ella de modo que pueda ser conocido. Así mismo, el objeto goza de dos sentidos, amplio y estricto. En sentido amplio, el objeto de conocimiento en su conjunto es el "mundo exterior", dotado de una existencia independiente del pensamiento del hombre. En sentido estricto, el objeto, "no es la cosa o fenómeno parte del mundo exterior conocido, sino lo que hay de inteligible en esa cosa capaz de ser percibido y captado en el acto de conocimiento"[21].

El objeto, no es el fenómeno, parte del mundo exterior conocido, sino, lo que hay de inteligible en ese fenómeno apto para ser percibido y captado en el acto de conocimiento. Cuando se considera la naturaleza del conocimiento intelectual se complica, ya que el mismo se identifica con un acto de reflexión por el que la información del objeto no procede de señales imputables externas sino de un contenido mental inmaterial cuya entidad radica en el mismo sujeto que piensa. Este procedimiento compuesto del conocimiento intelectual presenta una doble articulación por la que el objeto ha de ser mentalizado en el sujeto para que pueda ser objeto del nuevo acto de conocimiento del mismo sujeto que hace posible la reflexión. Esta doble articulación del conocimiento intelectual establece una nueva forma de relación entre el objeto y el sujeto, ya que el objeto del conocimiento no es otro que el mismo y su capacidad de conocer sensible que le relaciona con la realidad externa. Cuando el objeto del conocimiento es el sujeto que conoce es cuando se conoce a sí mismo, y por ello se establece una íntima relación de convergencia entre sujeto y objeto, de la que del acto de conocimiento intelectual se sigue la percepción intuitiva de la propia existencia[22]

Althusser hace una distinción crítica entre el "objeto real" y el "objeto del conocimiento".  Posiblemente Althusser fue el primer marxista que hizo la distinción entre objeto real y objeto del conocimiento. Al menos, no se conoce otros marxistas anteriores que hayan desarrollado el punto. La influencia de Althusser ha perdurado en la izquierda (a veces de manera tácita) y la tesis de la "construcción del objeto de conocimiento" tiene implicancias para las investigaciones marxistas[23]

Filosofía como reflexión

La verdadeira filosofia es reaprender para ver al mundo.  Merleau-Ponty

Todo deseo incómodo e inquieto se disuelve en el amor a la verdadera filosofía. Lao-Tsé

Hoy, por influencia de la ciencia positiva, la filosofía ha sido reducida a un nivel cualquiera de "ciencia" y "solo un duro esfuerzo personal (García Moriyón) permitirá, a los seres humanos, romper con las cadenas de un mundo de sombras y apariencias para ascender hacia la captación de lo auténticamente real[24]Es posible que solo lleguemos a respuestas provisionales, pendientes de posteriores reflexiones que vayan resolviendo los nuevos problemas planteados por las anteriores respuestas. Pues la reflexión filosófica consiste en emprender un camino de análisis y meditación que ayude a dotar, de sentido, a nuestra vida.

Hasta los años 70 imperó una filosofía del conocimiento llamado científico. En las últimas décadas se ha comenzado a desarrollar una filosofía de la actividad metódica que, siendo complementaria a la epistemología, comienza a interesarse por la práctica de los estudiosos, y no sólo por las denominadas teorías científicas. Aparte de reflexionar sobre métodos y lenguaje científico, teorías y hechos, conceptos y leyes científicas, predicción y explicación, racionalidad y realismo, la filosofía de la ciencia comenzó a ocuparse de otros muchos temas: las relaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, la contraposición entre paradigmas divergentes, el progreso científico y su influencia sobre el entorno, las comunidades y las instituciones científicas, la construcción de los hechos y de las representaciones científicas, etc.

La filosofía aborda tres grandes problemas centrales:

  • a. El problema del ser: estudiado por la metafísica y la filosofía de la naturaleza.

  • b. El problema del conocer:  abordado por la gnoseología o crítica, que estudia el "valor" del conocimiento, es decir, si es apto para alcanzar la verdad.

  • c. El problema del obrar: analizado por la éticaque estudia el valor de los actos humanos en orden al fin último del hombre.

El predicado "real", convertido en sustantivo "lo real" o "la realidad", puede aproximarnos al concepto de "ser", incluso llegar a identificarse, ya que "lo real" puede ser entendido como el ser en plenitud, siendo la realidad, la manera primaria de ser.

Epistemológicamente nos interrogamos: ¿Qué es el conocimiento?, ¿Cómo se adquiere el conocimiento? ¿Podemos tener una comprensión de la realidad externa o esta comprensión del mundo se encuentra distorsionada por el sujeto del conocimiento?

¿Qué es el conocimiento?

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No podemos olvidar que el hombre es un ser o ente consciente de su propia situación en el mundo; y un ser en devenir, no acabado, pues debe asumir la libertad y responsabilidad de crearse un proyecto de vida.

Aplicar el llamado método científico al estudio del comportamiento humano es una tarea difícil, por muchos aspectos. La filosofía, en su principio y su fin, es un humanismo, revela lo que es el hombre en toda su realidad. La reflexión permite, al ser humano, meditar sobre circunstancias, hechos de la vida, entre otros, para poder sacar conclusiones precisas sobre las mismas. A partir de la reflexión, las personas forman una realidad sobre aquello que los rodea y los lleva justamente a reflexionar.

Según Abraham Maslow y Carl Rogers (Humanismo): a) El ser humano tiene una tendencia intrínseca hacia el crecimiento personal y la autorrealización; b) El hombre busca, elige y decide en función de su estado de desarrollo personal.

A su vez, C. Rogers considera que el ser humano posee la capacidad de discernir: a) Hacia dónde dirigirse en determinado momento; b) Qué le afecta; c) Cuáles son sus problemas fundamentales; d) Cómo organizar su vida

La sociedad surcó a través de las fases de la producción rural/artesanal e industrial. La tercera fase productiva, o sea la sociedad del conocimiento, se caracteriza por la importancia que tiene el conocimiento, la predominancia de los trabajadores intelectuales y donde el trabajo repetitivo es delegado a las máquinas, robots y/o computadoras. Entonces, el trabajador tiene más tiempo para sentir, pensar, emocionarse, aprender, ser creativo e innovar.

Hoy, la sociedad del conocimiento exige que las empresas vivan y actúen según los principios éticos, orientándose hacia la reflexión sobre la valoración de la actualización del hombre, que tiene la capacidad de dar sentido a su existencia. Pues, la sociedad del conocimiento significa el surgimiento de una nueva industria con una multimedia interactiva, telecomunicaciones, informática, contenidos, entre otros, que nos permiten un mejor y mayor intercambio del conocimiento reflexivo y, a su vez, el desarrollo vertiginoso de la nueva industria a partir de la incorporación de nuevos conocimientos responsables.

El conocimiento reflexivo es asumido como el recurso más importante en la economía actual, y su adecuada gestión, es la piedra angular de la dirección empresarial. En palabras de Drucker (1994) "En la nueva economía, el conocimiento no es uno más de los factores de producción. Se ha convertido en el principal factor de producción"[25].

Concluimos ratificando que el contexto socio intelectual/conceptual y la sociedad del conocimiento están posibilitando una reflexión filosófica dinámica a través de la vivencia de una ética exigida en diferentes instituciones.

Notas:
[1] Pupo Pupo, Rigoberto, La verdad como eterno problema filosófico, http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/cuba/if/marx/documentos/22/La%20verdad%20como%20eterno%20problema%20filos%F3fico…pdf

[2] Pupo Pupo, Rigoberto, Filosofía de la educación, saberes emergentes, transdisciplinariedad, http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2009100906

[3] Jaspers, Karl, El origen de la filosofía, http://www.uruguayeduca.edu.uy/UserFiles/P0001/File/Or%C3%ADgenes%20de.pdf

[4] Alvarado Pisani, Jorge, El Sócrates de Centroamérica: Ignacio Ellacuría Beascoechea (1930-1989) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=117488

[5] Senent, Juan Antonio, La lucha por la justicia, Selección de textos de Ignacio Ellacuría, 2012, https://books.google.com.pe/books?id=6a5TcrsrT18C&pg=PA29&lpg=PA29&dq=quien+quiera+humanizar+y+quien+quiera+politizar+no+puede+dejar+de+saber&source=bl&ots=GMP_xbgRl-&sig=Z_N-eTZYJORj-55xZyqPurpebBU&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjasPrxuIvMAhUFOSYKHYrTCBoQ6AEIIzAC#v=onepage&q=quien%20quiera%20humanizar%20y%20quien%20quiera%20politizar%20no%20puede%20dejar%20de%20saber&f=false

[6] Platón, Fedro, 230.) (Osman Pinheiro, Jr, Antropología filosófica, http://www.ebah.com.br/content/ABAAAAjb0AK/antropologia-filosofica

[7] Rosales Sánchez, Juan, Razón y acción: Reflexiones en torno al sujeto político en la filosofía de Simón Rodríguez, http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-75532007000200002&lng=es&nrm=i

[8] Citado por Paladines, Carlos en Simón Rodríguez: El proyecto de una educación social, 2008, http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-49102008000100020

[9] Luis Marcelo, Reflexiones epistemológicas, http://luismarcelohernandez.blogspot.pe/2010/08/reflexiones-epistemologicas.html

[10] Flores, Cecilia, La relación sujeto/objeto, http://www.monografias.com/trabajos-pdf4/relacion-sujeto-objetoi/relacion-sujeto-objetoi.pdf

[11] Crivellari, Leandro, Programa de Formación de Profesores SDS Wing Chung – Dpi y DPc3, http://sdswingchung.blogspot.pe/2016/02/programa-de-formacion-de-profesores-sds.html

[12] Citado por Krüger, Karsten, El concepto de 'sociedad del conocimiento', Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, (Serie documental de Geo Crítica). Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 Vol. XI, nº 683, 25 de octubre de 2006, http://www.ub.edu/geocrit/b3w-683.htm

[13] Citado por Avondet, Laura; Di Meglio, Fernnda y Loray, Romina, El desarrollo de las economías contemporáneas frente a la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías, http://www.eumed.net/ce/2010b/aml.htm

[14] Buch Sánchez, Rita M. y Pupo Pupo, Rigoberto, La filosofía en su historia y mediaciones, http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/pupo_pupo_rigoberto/la_filosofia_objeto.htm

[15] Cabarcas, Winston, 2016, Ciencias sociales y filosofía, http://winston2015.jimdo.com/filosof%C3%ADa/grado-10%C2%BA/

[16] El Juego de Filosofar, 2013, Sujeto, aprendizaje y filosofar, http://eljuegodefilosofar.blogspot.pe/2013/07/sujeto-aprendizaje-y-filosofar.html

[17] Nubiola, Jaime, 1994, La tarea de pensar, http://arvo.net/introduccion-a-la-filosofia/la-tarea-de-pensar/gmx-niv584-con12217.htm

[18] María Isabel Irarrázaval Prieto, Post-modernidad, jaque a la libertad, Post modernidad – 1º Europa: libertad iluminismo islam totalitarismos tiránico, HTTP://WWW.CONOCEREISDEVERDAD.ORG/WEBSITE/INDEX.PHP?ID=2291

[19] Nubiola, Jaime, Revolución de la filosofía en Eugenio d’ORS, www.unav.es/users/RevolucionFilosofia.pdf

[20] Conoceréis la verdad, 2016, Post modernidad – 1º Europa: libertad iluminismo islam totalitarismos tiránico, http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=2291

[21] Quesada Silva, Esteban, Curso-epistemología, https://curso-epistemologia.wikispaces.com/Practica02

[22] Botella, Jorge, Sujeto y objeto en el conocimiento, http://www.papelesparaelprogreso.com/numero39/3906.html

[23] Citado por Astarita, Rolando, Althusser y el objeto del conocimiento, https://rolandoastarita.wordpress.com/2010/10/24/althusser-y-el-%E2%80%9Cobjeto-de-conocimiento%E2%80%9D/

[24] García Moriyón, Félix, ¿Qué es la realidad?, https://www.uam.es/servicios/apoyodocencia/ice/olimpiada/Que_es_la_realidad.pdf

[25] Citado por Martínez Caro, Eva y Gallego Rodríguez, Alejandrino, La creación y distribución del conocimiento a través del e-learning: ¿qué factores determinan el éxito?, https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2487703.pdf

 

 

 

 

Autor:

Ramón R. Abarca Fernández.

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