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Las minas de la buena señora en el valle de Petáquire, Carayaca (Venezuela) (página 5)




Enviado por León Morales



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Los caminos hacia Catia de La Mar, partiendo desde el pueblo de Carayaca, siempre buscaban el paso del Río Mamo, desde los tiempos mismo de la conquista, y en todas esas zonas se ha conseguido oro de 23 quilates más o menos, ese es un buen material, inclusive sirve para colocar lo en los dientes, ya que el de 18 quilates en los dientes los echa a perder, porque genera ácidos que producen caries den la dentadura, el oro de 23 o 24 quilates es el mejor para colocar en las dentaduras.

Las tierras que parten de Cataure y siguen su curso por las montañas salen a Las Cocuizas y de allí se toma el camino que va a Caracas, esas referencias permitieron que se diera con Las Minas de Guaicaipuro en estas tierras de la Parroquia Carayaca. Yo he revisado infinidades de documentos antiguos, y sé que hay uno que habla de lo que estamos diciendo, y está fechado en el año 1.594. Los viejos señalaban que el mismo estuvo en manos d ese ciudadano quien en vida se llamó José Pablo Arismendi.

A mí nadie me puede venir con cuentos, porque yo le tengo un expediente a cada caso de tenencia de tierras que tenemos en el valle de Petáquire y conozco la procedencia u orígenes e las titularidades de

los derechos, propiedades y posesiones con mucha exactitud y veracidad, porque soy un estudioso de la materia, y por eso tengo en la Hacienda "El Limoncito" a mi amigo colombiano Elías Tabares produciendo en esa vaina, y a Juan Castillo en una de mis propiedades produciendo hortalizas, fresa y durazno en "Palo de Agua".

A mí no me gusta que nadie de mi familia me visite, ya que todo lo que tengo se lo voy a dejar a esos campesinos, cuando yo muera, porque la tierra será el pan nuestro en el futuro, ya que en pocos años se avecinan momentos de gran hambruna, miseria y desempleo en nuestra patria, debido a que nadie quiere trabajar la tierra, por nada del mundo; que daño nos hizo el petróleo, carajo.

Claro, vale. Si revisamos todas esas tierras de Petáquire y las de tarmas mismo, nos encontramos que hay muchísimos huecos que han perforado los buscadores de oro y de tesoros. Entre esos tipos estuvieron los hermanos Pastor Kienzler Tortoza y Sebastián Kienzler Tortoza, Sgto. 2º Vásquez (GN.), Juan "Tenerife" Marrero (canario), José Antonio "Pepe" Delgado (pulpero canario), ya que esa gente cavando en la casa antigua de los Kienzler, acabaron con 52 picos. En Petáquire encontraron más de 400 hoyos abiertos.

¿Qué más nos puede usted decir sobre lo que estamos conversando, Dr. Alfonzo Vaz?

  • Que yo sepa, Santiago Morín, le manifestó a sus acompañantes que quienes estuvieron en esas actividades de minería en Petáquire no eran muy diestros en el arte de buscar oro de aluvión. La verdad es que don Martín Tovar y Ponte, familia de Simón Bolívar y uno de los mantuanos más perseguido por el Comandante Boves entre los años 1.813 y 1.814, durante la Guerra a Muerte, le hizo entrega de esa posesión al mentado Santiago Morín en 1.838.

¿Y cómo se dio esa vaina, señor Angel Herrera Guevara?

  • Esas tierras de la dieron a ese hombre como lo hicieron a otras personas, a través de los tiempos don Martín Tovar y Ponte entregó una vaina que no era de él, ya que el método que usaban esos oligarcas degenerados, fue el de denunciar que esas tierras eran realengas y estaban

baldías, desiertas y despobladas, y fíjate si los carajos conocían que allí estaban Las Minas de Guaicaipuro, que las metieron también en la misma vaina. Esas eran "Las Minas de Nuestra Señora" o las del Jefe de Jefes Guaicaipuro.

El señor Angel Herrera Guevara le pregunta al joven León Manuel Morales: – ¿Por qué Martín Tovar y Ponte se fundamentó en las crónicas de Oviedo y Baños, amigo León Manuel?

  • Ese devaluado Conde de Tovar, ratificó que lo que señalaba don Diego de Oviedo y Baños era verdad, en cuanto se refería a las Minas de Guaicaipuro en Carayaca. Él le dio veracidad a esa hipótesis, la verdad fue que ese mal parido ubico los linderos de las minas a cabalidad, señalando que estaba en tierra de los Taramaquas o Tarmas, ya que el supuesto uso de otros toponímicos no existieron como tal, sino que fueron utilizados por los conquistadores españoles y sus secuaces los frailes y sacerdotes con el fin de que más nadie tocara el oro que había en el interior de la misma.

El misterio de esas minas se encierran entre los años 1.838 y 1.894, ya en los años del gobierno guzmancista se nota la presencia de personajes de la vida militar y política del país ubicados con tierras en Carayaca, donde observamos el matrimonio de los padres del poeta Francisco Pimentel y Roth "Job Pim" contrayendo matrimonio con una hija del Gral. Tancredo Agostini en nuestro pueblo, siendo los padrinos de la boda el Gral. Antonio Guzmán Blanco y su señora esposa Ana Teresa Ibarra y Urbaneja, quienes no asistieron y fueron asistidos por el Gral. Caspers y su esposa.

¿Y Por qué aparece el Gral. Manuel Landaeta Rosales con derechos sobre Las Minas de Guaicaipuro en Carayaca, Dr. Alfonzo Vaz?

– Al llegar el Gral. Elbano Mibelli Lobo a Carayaca, bajo cuerda se asocia con el Gral. Manuel Landaeta Rosales y es cuando ambos redescubren nuevamente Las Minas de Guaicaipuro en 1.912. Mibelli Lobo fue Prefecto de La Guaira y Landaeta Rosales fue funcionario del gobierno gomecista, y en esa condición se apegó a La Ley de Minas, exigiendo que le dieran en concesión Las Minas de Oro de Guaicaipuro en el valle de Petáquire, habiéndosele despojado al Gral. José Rafael Ricart, que hubo señalado que él las había recibido en concesión de parte de G. Bertsch.

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General Elbano Mibelli Lobo

¿Por qué a comienzos de siglo se habló sobre una querella sobre esas minas de oro, señor Herrera Guevara?

  • Debemos entender que el extranjero G. Bertsch se lanzó una querella judicial en contra del Gral. José Rafael Ricart, para que le regresaran las minas de oro de Petáquire, siendo su abogado el supuesto leguleyo Guillermo Ramírez Martel, de quien se tenía dudas si era abogado o no, pero como la trampa sale, ya que dicho General hizo referencia Las Minas de Oro que fueron descubiertas por los Taramaquas o Tarmas que habitaron las tierras del Río Mamo, en tiempos de la conquista española en el siglo XVI, y que en ese lugar llevó a la muerte a algunos capitanes y adelantados que jugaron roles genocidas en contra de nuestros ancestrales padres y madres de Los Tarmas.

¿Por qué aparece el colono alemán Maximiliano Hügle en escena en el sitio de El Pericoco en

Petáquire, Vitico?

  • En esos momentos la vaina se puso buena y muy interesante, ya que el verdadero dueño de las tierras era el señor Maximiliano Hügle, descendiente de familias alemanas que probablemente llegaron a mediados del siglo XIX. Las Minas de Oro de Guaicaipuro abarcaban desde La Laguneta de Petáquire, hasta las tierras de El Pericoco, que era donde estuvo establecida hasta hace pocos años la familia Hügle, que son las mismas tierras que adquirió nuestro amigo Angel Herrera Guevara, y que pertenecieron a Cayetana Barrios de Gil y a sus descendientes.

Si vamos al grano, nos encontramos que tanto el Cacique Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez, como Cayetana Barrios de Oropeza, y luego de Gil, en segunda nupcias, estuvieron vinculados familiarmente.

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General Manuel Landaeta Rosales

¿Qué sabe usted sobre esos líos de tierras que se originan ente el hacendado Maximiliano Hügle

y el susodicho General Manuel Landaeta Rosales, señor Herrera Guevara?

Landaeta Rosales no era ningún pendejo, en cuanto a materia de tierras se refiere, ese gran carajo fue un hombre académico y sabía mucho de ingeniería, a pesar de que se la daba de historiador, y se le agradece los grandes aportes que en esa materia le dio a la historia de Venezuela. Ese hombre en su juventud estudio en la Escuela Militar y de Matemáticas que creó el empresario y Coronel Agustín Codazzi.

Las malas lenguas que habían en mi familia, señalaban que el Gral. Manuel Landaeta Rosales como que estuvo estudiando dos años en esa institución militar, pero ese hombre hizo la carrera militar desde soldado y sirvió bajo las inmediatas órdenes de conocidos generales que estuvieron enchufados en los gobiernos liberales de su tiempo y en la era gomecista.

La realidad fue que Maximiliano Hügle tuvo un fuerte impase con el Gral. Landaeta Rosales, a quien acusó que valiéndose de sus influencias en el gobierno del Gral. Gómez, le había invadido un lote de tierras que supuestamente habían sido de su entera propiedad.

¿Pero cuál permiso iba a pedir ese militar que estab apadrinado por la francmasonería y los gobernantes de la época?

Maximiliano Hügle, haciéndose el pendejo, quiso sacar de sus predios a Landaeta Rosales, porque sabían que había algo de oro de aluvión en sus tierras, y también conocía el muy muégano, de que allí se encontraban ubicadas Las Minas del Cacique Guaicaipuro, y por eso le doy una vez más la razón a mi viejo amigo el Dr. Carlos Alfonzo Vaz, quien ha contribuido a que el Liceo del pueblo de Carayaca lleve el nombre del más valiente jefe de la resistencia indígena, como lo fue Guaicaipuro, y quien debido a que a su condición de historiador nos ha hecho ver que Guaicaipuro fue el máximo jefe de Los Taramas o Tarmas, y estuvo aposentado en su inmenso Señorío en estas tierras del Gran Karai, de donde proviene el sagrado nombre de Karai-Aká o Carayaca.

La exploración de Las Minas de Guaicaipuro fue la justificación para construir la Presa de Petáquire por parte del Ing. Ricardo Zuloaga. Maximiliano Hügle señala en uno de sus escritos que los señores Manuel Landaeta Rosales, Rafael Bracamonte, Ramón Hurtado y Pedro Nolasco Olivares le anunciaron que ellos eran los dueños de las tierras en donde estaban establecidas Las

Minas de Nuestra Señora o de Guaicaipuro en Petáquire.

¿Por qué ellos alegaron que no se explotaban esas minas desde 1.839?

¿Cómo es que la familia Gil Barrios son dueños de esas tierras, señor Herrera Guevara?

– Los descendientes de Pancha Gil Barrios, me comentaron que los Hügle con artimañas los jodieron en las negociaciones de algún derecho que alguien de ellos les vendió a Maximiliano Hügle, primeramente, debido a que no sabían leer ni escribir y tampoco podían vender de esa manera la totalidad de las tierras, porque eran tierras comuneras.

Lo cierto del caso, es que todos están dentro del marco de la ilegalidad en los asuntos de tenencia de tierras en el Potrero Comunero de Petáquire, en donde aparecen Martin Gil Barrios y su hijo Martín Gil, ya les dije que el primero murió con pérdida de memoria en un ancianato en San Martín en Caracas en 1.905. Esos fueron varios hermanos y hermanas que fueron legítimos derechantes en esas tierras de las zona fría de Carayaca, como fueron Pancha Gil, Martín Gil, Nicomedes Gil, Cirilo Gil y Antonio Gil, yo le compré el derecho a una de sus descendientes, a Cirila Gil Ibáñez, hija de Cirilo Gil Barrios, y por eso soy causahabiente en esas tierras de Petáquire y de El Pericoco.

Entre mis documentos tengo uno que está certificado, en donde esa gente le venden a Maximiliano Hügle parte de sus derechos en esas tierras, y no las tierras en su totalidad, ya que un tribunal debe hacer las particiones y de hecho y derecho no se han hecho al respecto, por eso al adquirirse un derecho, unos se puede establecer en donde quiera dentro de la totalidad de las tierras comuneras. Y tengo que recalcar que los documentos que están registrados en las iglesias tienen validez hasta el año 1.904, en el dado caso de que se extraviaren algunos archivos públicos, después de ese año deben certificarse las partidas a través de los tribunales. Maximiliano Hügle le compra a algunos miembros de la familia Gil Barrios, el 15 de mayo de 1.894, en tiempos del Gral. Joaquin Crespo Torres.

¿Pero no coincidieron los linderos estampados en esas ventas, señor Herrera Guevara?

– En esos tiempos quienes adquirían tierras mal habidamente, solían agrandar sus linderos, moviendo los hitos, colocados con anterioridad a las ventas, y por eso los linderos nunca han coincidido en ningunas de las ventas, que se han realizado al respecto, porque en una época se usó el sistema métrico inglés y ahora se usa el sistema métrico decimal. Fíjate que yo tengo este documento original, en donde se ve una compra que hace el Gral. José Antonio Páez, sobre unas tierras en Petáquire en 1.842, cuando ejercía la Presidencia de los Estados Unidos de Venezuela.

Si lo revisamos con detenimiento podemos observar que el mismo fue escrito con letras de la época paecista y el papel es de data antigua, la tinta es de plumero y es muy reciente, y las medidas sobre el terreno es con el sistema métrico decimal, que no existía en esos días. Eso nos indica que el documento fue forjado y plagiado, porque hasta firmaron muy parecidamente a como lo hacía El "Rey de Los Araguatos y "León de Payara".

Lo más grave es que ese mismo documento en donde le falsean la firma al Gral. Páez en este presente, con el mismo realizó una venta que fue avalada por el Dr. Domínguez Sisco, cuando fue Presidente del Concejo Municipal de Caracas en 1.961. Ese Gral. Landaeta Rosales fue un truhan, estafador y vividor, ya que sacaba documentos que él mismo le daba legalidad, ya que el muy bandido fue Procurador General de la Nación en esos tiempos. Claro, ese historiador viendo que no tenía la razón, usó como garante de los derechos del estado venezolano, el arma de pasar las tierras a la utilidad pública, según Gaceta Oficial 10.116 del 1º de julio de 1.904.

Inmediatamente interviene el historiador popular León M. Morales y señala lo siguiente:

– El Gral. Manuel Landaeta Rosales y sus conmilitones denuncian en La Prefectura del Depto. Vargas y ante su compinche el Gral. Elbano Mibelli Lobo en La Guaira, el hallazgo de una mina, el 1º de septiembre de 1.912.

¿Qué arrecho son?

¿Cómo fue eso que esa gentuza oligárquica hallaron Las Minas de Nuestra Señora o las del Cacique

Guaicaipuro en el valle de Petáquire?

Ya sabemos que Las Minas de Guaicaipuro en Petáquire fueron explotadas por el inglés Robert Syers, Santiago Moreno y Eduard Stopford y sus descendientes entre 1.839 y 1.888.

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Guaicaipuro y Losada

Trasladándonos a fechas más recientes, pudimos conversar con la señora

Rosa Yánez Rivero en su casa en la Calle Tamanaco en el pueblo de San José

de Carayaca en el 2.005, quien es nativa del sitio de "Corralito" y sobre sus ancestros en tierras de

Petáquire, nos señaló lo siguiente:

– Esa zona aurífera Petáquire, fue conocida en los tiempos de la conquista como "Las Minas de Guaicaipuro". Las cuales fueron tierras que pertenecieron a los antepasados de mi difunto padre Balbino Yánez.

Ahora bien, esas minas fueron explotadas por los antiguos indios Petáquires, quienes pertenecieron a la Nación de los Tarmas. De los conquistadores españoles, el primero que comenzó a explotarlas, fue el Capitán Juan Rodríguez Suárez a pesar de que anteriormente fue conocida por el Capitán Francisco Fajardo, en su búsqueda incesante por darle muerte al Cacique Guaicaipuro.

Mi abuela Cirila Gil Ibáñez de Rivero, nos contó que el primer Rivero que vino a las tierras de los antiguos Taramaynas o Tarmas, fue el Capitán Juan de Riberos en 1.568. Luego acompañó al Capitán Garcí González de Silva en la conquista de las tierras que resguardaba el Principal Paramaconi en el valle de Caracallaca o Carayaca. Inclusive ese antepasado mío llegó a derrotar a tan afamado jefe indígena carayaquero quién pertenecía a los Tarmas o Taramas, convirtiéndose en su cuñado, ya que el Jefe Paramaconi se casó con una hermana de ese conquistador español.

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Rosa Yánez Rivero

Así como en Petáquire están Las Minas de Guaicaipuro, en los poblados de Macarao y Antímano en las lomas del Jefe Terepaima, hubo minas de oro que pertenecieron al "Lancero de Las Montañas", y que las mismas están encumbradas con las que Guaicaipuro poseía por los lados de Carrizal y Los Teques".

El Cacique Terepaima era de la familia de los Taramaquas o Tarmas, ya que esas serranías llevaban el nombre de tan afamado guerrero, debido a que fue el sitio más equidistante para acercar los diferentes valles que se encontraban entre las costas norte de nuestro Mar Caribe, ahora llamadas costas de los estados Aragua y Vargas, extendiéndose hacia los lados del Edo. Carabobo.

Las Lomas de Terepaima nos llevaban hacia los valles de Aragua, encontrándonos con el llamado Valle del Miedo. Por otro lado había caminos y atajos que iban hacia el valle de Maracapana, en la tierra tarmeña de Los Taramaynas que conocían como Los Caracas, y en el Señorío del Jefe de Jefes Catia. En esas comarcas había pasos que llevaban a los naturales de estas tierras hacia los lados del Tuy. Con esto queremos decir que esas tierras tenían un orden estratégico para una guerra de guerrillas o guerra popular prolongada.

¿Y qué más sabe sobre el conquistador don Juan de Riberos, será Rosa Yánez?

  • El Capitán Juan de Riberos fue quien descubrió Las Minas de Guaicaipuro en los Teques y las de Petáquire, y que son las mismas que conocemos como de "Nuestra Señora", y que desde esos tiempos pertenecieron a mi familia. A tan egregio antepasado mío, le dieron como bequita, nada más y nada menos que la encomienda de indios Tarmas en Antímano.

La señora Rosa Yánez Rivero en nuestro tiempo aún no se explica cómo es que estando su familia desde los tiempos de la conquista en estas tierras y que tal vez sean descendientes de los indios Petáquires de la Gran Confederación de los Taramaquas o Tarmas y de la Civilización KATUGUA. No habiendo dudas que sus antepasados participaron en la defensa de estas tierras, como en las luchas campesinas y en la Guerra Federal, y que hoy en día no tengan ni un pedazo de tierra para trabajarla o para ser enterrados, como hacer una casa cómoda y confortable para poder mantener dignamente a sus familias, es una gran ignominia de la vida. El Capitán Juan de Riberos estuvo casado con doña María Maldonado de Luyando, y al fallecer le dejó como herencia su encomienda de indios Tarmas, dicha dama contrajo nuevamente matrimonio con el contador don Simón de Bolívar "El Viejo", quien fue un vulgar "encubridor de fraudes".

¿Y que más sabe usted sobre el reparto de tierras y de encomiendas por parte de sus antepasados en Petáquire, señora Rosa Yánez?

  • Lo viejos de antes contaban éntrelas horas de descansos o de momentos alegres en los caneyes a sus nietos he hijos (as), que en esos tiempos hubo una encomienda de indios tarmeños conocidos como Los Quiriquires y quienes se encontraban en los valles del Tuy. Esa gente fue trasladada a nuestras tierras en Petáquire. Por eso es que todos los que hemos nacidos en las tierras frías de Carayaca, somos mestizos de raza, ya que si bien es cierto, es necesario ver nuestra fisonomía y fenotipo, en donde está bien marcado el cruce ancestral entre aborígenes y españoles, más no con gente de raza africana.

Quiero expresar tajantemente que la Misión Cultura debe trabajar con más ahínco por dar a conocer nuestros orígenes. Porque según las investigaciones de sus facilitadores y activadores que los pareciera que los indios Petáquires no existieron nunca en nuestra historia, ¿o será que nunca estuvieron por estas tierras frías de Carayaca?

En la vida real esos naturales pobladores fueron los verdaderos dueños de todas esas tierras, que por siempre fueron nuestras, y que ahora están en manos de latifundistas, terratenientes, y advenedizos de la política y algunos provenientes de los mundos económico, religioso, cultural, policial, sindical, diplomático, y hasta militar.

El Capitán Juan de Riberos perteneció al grupo de los 37 primeros vecinos que cristianizaron a las tierras y a los pobladores originarios que conformaban el antiguo Hato de San Francisco, el cual fue creado por el Capitán Francisco Fajardo, en los señoríos y dominios de los Taramaynas, y que cristianamente pasó a llamarse Santiago de León de Caracas.

La señora Rosa Yánez Rivero expresó lo siguiente:

– Quién más se acerca a nuestros propios orígenes en la familia Rivero, desde los tiempos de la conquista misma, es el escritor y psiquiatra Francisco Herrera Luque, en su libro "Los Viajeros de Indias", donde escribió lo siguiente: – "… Los Rivero son una raza de aventureros, de gente absurda… Donde quiera que haya una empresa arriesgada, encontramos a un Rivero. Misioneros o revolucionarios idealistas, agitadores de masas…".

Escribiéndose la siguiente cuarteta en aquellos tiempos de la conquista, sobre la familia Rivero,: "Mala gente que camina

Y va apestando la tierra. Nunca si llegan a un sitio Preguntan a dónde llegan".

¿Qué sería lo que realmente pasó a través del tiempo con las familias Rivero, Gil, Ibáñez y Oropeza en Petáquire y sus zonas aledañas?

La señora Rosa Yánez Rivero nos ha narrado parte de la historia de su antigua familia contada por su abuela Cirila Gil Ibáñez, quién falleció en el pueblo de Carayaca, a una longeva edad.

He aquí parte de sus relatos:

– Lo que yo sé, es que don Pedro de Guía Ibáñez, fue el primer miembro de la familia Ibáñez que vino a Venezuela, en esos tiempos de la conquista y colonización de estas tierras. Él fue Teniente General de la Provincia de Venezuela, y le tocó combatir a los reductos de los Taramaquas o Tarmas, que en esos tiempos estuvieron en armas en el valle de Caraballeda en 1.622.

Ese antepasado mío, en nombre del Rey de España y del gobernador de la provincia sometió al jefe indígena tarmeño Curacina, el 2 de agosto de 1.622, quién era ladino porque hablaba muy bien la lengua castellana, y además fue vasallo en contra de su voluntad, en la encomienda que se creó en ese valle.

Sin embargo, mi mamá Cirila Gil Ibáñez, nos decía que cuando el Obispo Mariano Martí pasó por estas tierras en 1.772, ya andaba una de sus bisabuelas por estos lares, quién se llamaba Isabel Ibáñez y era natural de España. Ella vivió en la casa del español Juan Bautista Núñez. Ella era familia de los españoles Simón Aguirre, José Poleo y Bernardo Poleo, porque todos ellos vivieron en la Calle de "La Santísima Trinidad" en el pueblo de Carayaca, debido a que en la Calle de "La Encarnación de Los Hijos de Dios", vivieron los españoles Diego Poleo y Francisco Rivero, quien vivió con Juana Francisca Medina.

En esta misma calle coexistió mi antepasado don Miguel Gil, quien vivió allí con su mujer Irene Petrona. Ambos eran naturales de España y tuvieron una hija llamada María Lorena Gil y un hijo conocido como Francisco Gil, quien hacía vida marital con Soledad, con quién tuvo 5 hijos. Ellos fueron quizás unos de los más grandes colaboradores en la creación de la Parroquia Carayaca, cuando se separó del pueblo de Tarmas, el 10 de agosto de 1.785.

¿Qué más sabe usted sobre su familia en Carayaca, señora Rosa Yánez Rivero?

  • Hacia El Topito de Carayaca vivió Eusebio Gil en 1.772, quién no tenía familia. Igualmente en Petáquire subsistió el español y labrador Diego Rivero, quién en sus tierras tuvo un esclavizado de origen africano, quien trabajaba en la labranza de sus tierras. Yo paso a creer, que él fue el primero de mis antepasados, que se estableció en la zona fría de Carayaca, y en idéntica situación se encontró la viuda doña Rosalía Ibáñez, quien vivió con sus 8 hijos en esas gélidas tierras. Los Ibáñez fueron los dueños "Bajo Seco" en el valle de Petáquire.

¿Por qué usted es descendiente de la líder de Los Comuneros Blancos de Petáquire, doña Cayetana Barrios de Gil en 1.842, señora Rosa Yánez Rivero?

  • Con el correr de los años, mi antepasada doña Cayetana Barrios se casó con el canario don José Antonio Oropeza, en la iglesia de Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas en 1.808. Ellos fueron labradores y criaron ganado en el valle de Petáquire. Con el correr del tiempo, mi tatarabuela Cayetana Barrios quedó viuda y contrajo nupcias con mi tatarabuelo Domingo Gil, naciendo de esa unión Martín Gil Barrios, Francisca Gil Barrios, Cirilo Gil Barrios (mi bisabuelo materno), Nicomedes Gil Barrios y Antonio Gil Barrios.

Francisca "Pancha" Gil, fue conocida cariñosamente dentro de nuestra familia como Pancha Gil. Generándose un problema de carácter legal, en cuanto a tenencia de tierras se refiere, ya que siendo conocida como Pancha Gil, en los diferentes tribunales y juzgados, no reconocen que Pancha es sinónimo de Francisca.

Mi abuela Cirila Gil Ibáñez era hija de Cirilo Gil Barrios y de Josefina Ibáñez. Aparte de mi abuela Cirila, ellos tuvieron los siguientes hijos e hijas: José Gil Ibáñez, Martina Gil Ibáñez, Paulina Gil Ibáñez y Epifanía Gil Ibáñez. Mi abuela Cirila tuvo un hermano por parte de padre, que se llamó Segundo Oropeza.

Mi abuela Cirila Gil Ibáñez se casó con mi abuelo Ramón Rivero, quién era hijo de Eustaquio Rivero. Mi madre Josefina Rivero Gil siempre ha dicho que sus antepasados fueron españoles o nativos de las Islas Canarias. También nos ha contado que ellos eran ricos, pero que perdieron todo lo que tuvieron de tierras y propiedades en Petáquire. Mi abuela Cirila Gil Ibáñez era nieta de Cayetana Barrios de Gil.

Cayetana Barrios de Gil falleció en donde hoy se encuentran las ruinas, que están cerca del rancho en donde vive el señor Ángel Herrera Guevara. Yo sé por narración oral de mi difunta abuela que ella tuvo un tío llamado Martín Gil Barrios, quien murió en un asilo de ancianos en San Martín en Caracas en 1.905. De él sé pocas cosas y a duras penas, debido a que era muy difícil sacarles informaciones a los abuelos y a los padres de uno, ya que no permitían que los niños estuvieran cerca, cuando ellos conversaban con personas mayores.

Yo también sé que el primer Oropeza que vino a estas tierras, fue don Nicolás Pérez Villacreces de Oropeza. Él provenía de la villa de Oropesa en España. No nos explicamos y no sabemos a ciencia cierta, cómo fue que se adoptó como apellido en nuestras tierras, el nombre de su lugar de origen. Lo que yo sí sé, es que ese español vino como hacendado al puerto de Cagua o Puerto Cruz en 1.787.

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Ruinas de la casa en donde vivió y murió la heroína Cayetana Barrios de Gil en Petáquire en el siglo XIX

Yo tampoco he podido entender, cómo fue que perdimos nuestras tierras en Petáquire y en sus zonas aledañas, ya que con el correr de los años se aparecieron los Fonseca, y fueron adquiriendo de manera extraña la gran mayoría de esas tierras y posesiones, que eran nuestras. Después se apareció el señor Ángel Herrera Guevara, quien era un desconocido por estos lares y que por extrañas circunstancias provino de Caracas, y comenzó a pelear con esa familia de origen colombiano, ya que su abuelo paterno estuvo muy vinculado al carayaquero Canuto Suárez Capote.

¿Por qué el agricultor Canuto Suárez Capote representaba a la Sucesión Capote?

¿Quién fue realmente el colombiano Juan Bautista Fonseca?

¿Por qué los descendientes de Antolino Capote y María Capote negocian tierras con un título supletorio que no es traslativo de propiedad de tierras?

¿Qué opina usted al respecto, señora Rosa Yánez Rivero?

– Al viejo Juan Bautista Fonseca quien fue el papá de Rafael Expedito Fonseca lo mataron de un palazo que le dieron en la cabeza por los lados de La Macanilla en 1.935. Yo creo y así lo confirmo, que los grandes errores que cometieron mis antepasados, fue el darle poder a una serie de personas que se decían ser defensores de los labradores y campesinos en Petáquire. Esa gente se fue aliando con sus amigotes y se convirtieron en nuestros enemigos de clase, y de esa manera nos fueron sacando de nuestra heredad y se fueron quedando con las mejores tierras que hay en toda la zona fría de Carayaca.

Solapadamente nos fueron cercando, y esa es la pura verdad. Los supuestos defensores de nuestra gente y de nuestras tierras, se fueron convirtiendo en vulgares terrófagos y latifundistas. Por ejemplo, las tierras que hoy ocupa el señor Ángel Herrera Guevara, todas son de mi familia, pero como mis abuelos y tíos no sabían ni la O por redonda. Entonces eso dio motivo para que estemos en la situación en que nos encontramos hoy en día, ya que ellos fueron vendiendo sus derechos a esos desconocidos, quienes se auto consideran los dueños del Potrero Comunero de Petáquire.

Antiguamente, la iglesia se fue apoderando de las tierras de Corralito y El Molino. Yo presiento que actualmente muchos de nosotros estamos viviendo en barrios de El Junquito, Mamera, Antímano, La Yaguara, Barrio Nuevo, Caoma o en La Peñita".

¿Qué es eso por favor?

Hay elementos que me preocupan altamente, y es el saber que las familias de Santiago Zarate y Paulino Monterrey Corro, aún andan andariegamente y en procura de un pedazo de tierras para poder sembrar; cuando en el pasado fueron los dueños de grandes lotes de terrenos aptos para la agricultura y pastizales de anímales, como también los fueron los miembros de mi familia paterna y materna.

¿Para qué entonces se jodió mi antepasada Cayetana Barrios en la defensa de las tierras de los

Comuneros Blancos de Petáquire, en las luchas campesinas y la Guerra Federal entre 1.842 y 1.860?

Ahora uno recurre a las instituciones en procura de una casa digna para poder vivir con nuestros hijos y eso es imposible. Debido al clientelismo político, al burocratismo, a la operación colchón, al matraqueo y pare usted de contar.

¿En dónde están los valores y los derechos humanos fundamentales de los venezolanos?

¿De esa vil manera según lo establecido en nuestra Carta Magna, será como construiremos el tipo de sociedad que queremos?

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Casa antigua de Cayetana Barrios de Gil, rancho de tierra y camino a sus tierras en Petáquire

– El mismo caso lo vivieron los ancestros de la familia del padre de mis hijos e hijas, allá por los lados de Petáquire. Es tan así, que la hacienda "El Tibroncito" perteneció a la familia Ferrer. Claro está, ellos cayeron en una hipoteca que no pudieron pagar, ya que siempre caemos en lo mismo y de esa forma siempre somos los más perjudicados, porque pasamos a ser los débiles jurídicos en espera del Chapulín Colorado. Según los viejos ancianos en la zona fría, un vivían llamado Valentín Delgado fue quién se apropió de esa propiedad en 1.910.

En verdad, la señora Magdalena Díaz de Ferrer y sus hijos Martín y Julián Ferrer a partir de ese momento quedaron fuera de sus tierras para siempre y sin derecho a retorno, gracias al leguyerismo que en esa época a través de la peinilla y las amenazas del propio General Juan Rodríguez recayó sobre muchas familias carayaqueras, ya que él era el máximo representante de la vieja y nueva godarría de la época gomecista en nuestra parroquia. Los negocios continuaron cuando Martín Ferrer le vendió una arboleda a Quintín Eugenio Maizón o Maizó, ubicada en el sitio denominado "Las Torres" en el "Pericoco".

Quien conocía mucho de esas historias fue mi difunto padrino de bautizo Ricardo Luy Acosta, quien dejó reflejada su llega a carayaca en este poema que le fue publicado por el maestro Alexi José Rojas:

"Recuerdos de mi llegada a Carayaca en 1.913"

Yo nací en Maiquetía En Maiquetía me crie, Y a Carayaca llegué Con infantil alegría.

Bello y radiante era el día De nuestro arribo a estos lares,

Que a pesar de los azares De siete horas de trocha,

Con mi capital de tres lochas Me atiborré de manjares.

El amigo Víctor González, de pronto le preguntó al investigador León M. Morales: – ¡Qué sabes sobre los orígenes y la vida del Cacique Guaicaipuro, amigo León Manuel?

– La verdad que nosotros debemos quitarnos de nuestras bocas lo que implica la palabra Cacique, aquellos valerosos jefes y guerreros de Los Taramaquas no fueron caciques en sus aldeas y comarcas, ya que ese término fue usado en el medioevo español para designar a las personas que se las daban de más arrechos que los demás, y esa figura fue usada para joder a las personas que formaban los pequeños burgos en esa etapa de la era feudal, bajo ese semblante la iglesia cobraba el diezmo y las autoridades reales los impuestos reales a los indígenas y más luego a los africanos, como a sus descendientes.

Esa figura del cacicazgo dio paso a los mayordomos de fábricas en las iglesias y a los caporales en las plantaciones, siempre el son de maltratar y subyugar a los esclavizados y a los aborígenes repartidos en encomiendas, que luego evolucionó a lo que fueron las haciendas, fincas y hatos de ganados. Los jefes aborígenes nunca usaron o hicieron suyos esos calificativos, inclusive los cronistas hispánicos los llamaban principales o capitanes, y a sus guerreros subordinados los conocían como capitanejos. Hoy en día los jefes de Estado en nuestra patria continúan llamado a los jefes indígenas como capitanes, calificativo heredado de la era colonial.

El Doopotorü Guaicaipuro nació en las montañas de Karai-Aká o Caracallaca (Carayaca) aproximadamente en 1.530. Su lucha revolucionaria en contra de los usurpadores españoles fue por una década, ya que él fue traicionado por un miembro de su corte, cuando se encontraba reunido con 23 jefes tarmeños, para redimensionar la guerra en contra del pérfido Capitán Diego de Losada. Nosotros no tenemos por qué seguir hablando las mismas guebonadas, que hablaron quienes escribieron sobre esa maldita aguerra justa, que genocidamente hizo la corona española en nuestras tierras, que más bien fue una continuación de las guerras de las cruzadas que propiciaron en tierras de Palestina.

Lo que si es cierto, es que Guaicaipuro asumió la resistencia indígena a una edad muy joven. Hay quienes alegan que la recibió de su padre Catuche, eso no es verdad, sino que recibió el mandato de conducir la guerra, por órdenes expresas de los demás jefes de los Taramaquas, que giraron a su alrededor.

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Afro-tarmeño Nicanor León Mayora

Yo recuerdo que el afro-tarmeño Nicanor León Mayora siempre decía que él era afro-descendiente, pero a su vez tenía un poco de raíz indígena tarmeña, a través de su ancestro familiar, como Juan Vicente de León, padre de Feliciano León. Sin embargo, él nos habló que el Libertador Simón Bolívar dictó un decreto en el pueblo del Rosario de Cúcuta en el Depto. de Nueva Granada, para proteger a los indígenas, el 20 de mayo de 1.820, donde dispuso: – "… que se le devolviesen todas las tierras que formaban los resguardos…, que le hubiesen sido usurpadas por particulares, y que después se procediese a repartir dichas tierras entre la comunidad indígena, dándole a cada familia tanta

extensión que pudiese cultivar cómodamente, según el número de personas de que constase…".

El Congreso de La Gran Colombia reunido en la villa de El Rosario de Cúcuta dictó una Ley, el 4 de octubre de 1.821. Que fue refrendada por el Ejecutivo Nacional, el 11 del mismo mes y año, rezó en su Artículo 1º: – "… Los indígenas de Colombia (Gran Colombia) llamados indios en el código español, no pagaran en lo venidero el impuesto conocido como con el degradante nombre de tributo, ni podrán ser destinados a servicio alguno por ninguna clase de persona, sin pagárseles el correspondiente salario, que antes estipulen. Ellos quedan en todo iguales a los demás ciudadanos y se regirán por las mismas leyes…".

Pero, una de las cosas más interesantes, fue que los otros artículos que dictó ese magnánimo Congreso Gran Colombiano, nos eximieron de pagar impuestos civiles o eclesiásticos por los bienes que poseíamos en comunidad. Evadiéndose esta Ley, uno de los más perversos enemigos de nuestros pueblos aborígenes fue el General en Jefe Antonio Guzmán Blanco, quien conjuntamente con los miembros del Congreso Nacional de la época, declararon extinguidos los antiguos resguardos indígenas en 1.882.

En el mandato del Dr. Juan Pablo Rojas Paúl en 1.889, se dispuso que nuestras comunidades continuaran en posesión de sus antiguos resguardos; autorizándonos que practicáramos la mensura, y la repartición proporcional de las tierras.

¿Qué fue lo que pasó con las tierras de la Parroquia Carayaca en 1.961, señor Herrera Guevara?

– Sobre este caso específico y en cuanto concierne a nuestras tierras, y a los descendientes de aquellos bravos guerreros Tarmas del pasado, la Corte Suprema de Justicia dictó un fallo a favor de la Compañía La Electricidad de Caracas en 1.961, donde dictaminaron que la Comunidad Indígena de Tarmas nunca existió. En esa ocasión salvó su voto el valiente magistrado y alto miembro de la francmasonería venezolana Dr. Miguel Santana Mújica, dejando constancia ante la opinión pública venezolana, que dicha comunidad realmente si existió, y que los reclamantes si eran sus legítimos descendientes y herederos.

El abogado defensor de la empresa eléctrica fue el siniestro Dr. David Morales Bello, "abogaducho de las clases dominantes y la burguesía nacional", quien escudó sus fechorías en

los tribunales de la República, a través de los gobiernos adecos y contando siempre con el aval de los dirigentes del Partido Acción Democrática (AD); creando ese mal nacido su propia y nefasta tribu en todos los sectores de la vida política nacional. Quién con su "tribu de alcahuetes, pillos y trúhanes", conjuntamente con la directiva de la empresa la Electricidad de Caracas, le dieron un electro show de dinero a los demás magistrados de la Corte Suprema de Justicia, a quiénes muy santurronamente debemos dedicarle este epitafio:

San Ivo era bretón.

Era abogado y no era ladrón Santo Dios ¡Que admiración!

¿Cómo es que se dieron esas luchas por continuar reclamando las tierras del resguardo indígena

de Tarmas, que son las mismas que le dieron al Cacique Hilario Tortoza en 1.841, amigo León Morales?

– Según me contó el señor José Félix Tortoza Castillo en Tarmas, que su primo lejano el General Valentín García Tortoza, hijo del caraqueño General Paulino García con la indígena tarmeña Genara Tortoza Ochoa, hija del jefe indígena tarmeño Hilario Tortoza y la tarmeña Juana Pascuala Ochoa, fue el joven corneta de la Batalla de Santa Inés, el 10 de diciembre de 1.859 y en el sitio de San Carlos en los llanos de Cojedes, el 10 de enero de 1.860.

Don Valentín García Tortoza regresó al pueblo de Mtra. Sra. de La Candelaria de Tarmas y se encontró con algunos descendientes de sus antepasados aborígenes, comenzando una nueva etapa en el reclamo de sus tierras a partir de la década de los años cincuenta de este siglo. Pero, el ángel de la muerte llegó en 1.964 y nos arrebató al Gral. Valentín García Tortoza, al viejo soldado federal a la edad de 116 años, quien fue víctima de uno de esos extraños accidentes automovilísticos que a diario se suceden y suscitan en la mariana ciudad de Santiago de León de Caracas, y que son muy parecidos a los sicariatos encubiertos que suceden en nuestros días en todo el territorio nacional, en contra de las personas que luchan por la igualdad y la justicia social, y que los cuerpos policiales y militares encubren a través de extrañas resistencias al robo a mano armada.

Esas prácticas se han dado en esta fase del siglo XXI, donde encubiertamente fueron asesinados Argenis Vargas en Cumaná, cuando discutía el contrato colectivo en la empresa japonesa Toyota; Alcedo Mora en Mérida, cuando se atrevió a denunciar las corruptelas que había con una empresa llamada Militarex; Leiditz Ilich Morales Kienzler en Pasaje Estudiantil en Fontur Vargas, cuando descubrió las corruptelas que allí hacían sus directivos bajo el amparo de algunos representantes del gobierno madurista en la región; Jorge Enrique Mier Hoffman en la Isla de Margarita, cuando se atrevió a manifestar que su libro La Carta III, donde desenmascaraba a los verdaderos asesinos del Comandante Supremo y Eterno Hugo Rafael Chávez Frías; Ricardo Durán, quien extrañamente fue asesinado por unos supuestos policías de Chacao, y quien conjuntamente con León Manuel Morales llegó a dictar conferencias sobre "Las comunicaciones aplicadas a la guerra popular y prolongada" en PDVSA-Gas en Anaco, entre otras.

¿No será que en la V República se están practicando las mismas formas de basurear a los enemigos del régimen de turno que en la IV República?

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General Ezequiel Zamora

En una de las conversaciones que sostuvimos con el comisario tarmeño de origen alemán e indígena Sebastián Kienzler Tortoza, sobre esas luchas indígenas libradas por su pariente el Gral. Valentín García Tortoza, héroe tarmeño de la Guerra Federal, quien tuvo la dicha de haber recibido el grabado que le hizo el Comandante José Ignacio Charquet al General Ezequiel Zamora, en donde aparece con un gorro frigio militar que está colocado por encima de su sombrero de cogollo, donde simulaba que el poder militar debía estar supeditado al poder popular, y que siempre estuvo en manos de sus descendientes en La Pastora en Caracas; contándonos lo siguiente:

Valentín García Tortoza, una vez que regresó a la tierra natal de su madre Genara Tortoza Ochoa

de García, se encontró con los siguientes lideres tarmeños de esos tiempos: – "… Pablo Tortoza,

Quirico Tortoza, Lope Tortoza, Ramón Díaz Ochoa, Narciso del Carmen Tortoza Saniel, Torcuato Tortoza Benítez y Antonino Aureliano Ochoa, todos descendientes de los indígenas del pueblo de Tarmas…".

El negocio de las tierras mal habidas nos ha traído grandes problemas y conflictos. Por eso estamos seguros que algún día se levantará alguien con gran liderazgo de masas dentro del pueblo venezolano, quién tendrá el sagrado deber de reivindicarle al pueblo sus legítimos derechos sobre la tenencia de la tierra, que nos fueron usurpadas hace muchos siglos atrás

por los conquistadores y después por sus descendientes.

El afro-tarmeño Nicanor León Mayora nos señaló que una vez muerto el Gral. Valentín García Tortoza, a quién él conoció en sus justas luchas por las tierras tarmeñas y de toda la Parroquia Carayaca, expresándonos lo siguiente:

– Una vez que mueren los viejos líderes del pueblo de Tarmas, surge un nuevo liderazgo que estuvo conformado por los siguientes descendientes de los indígenas tarmeños: – "… Sebastián Kienzler Tortoza, Simón Kienzler Tortoza, Bruno Antonio Kienzler Tortoza, Pastor Kienzler Tortoza, Ramón Tortoza, Martín "Tapiramo" Tortoza y Félix María Tortoza Mayora…".

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Martín "Tapiramo" Tortoza

Las personas antes mencionadas son bisnietos por línea directa del indígena tarmeño Balbino Antonio Tortoza-Tortoza, sobrino del Cacique Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez, quien falleció en la epidemia del cólera que se desató en nuestro pueblo durante 1.855, la cual tuvo sus orígenes en la Isla de Trinidad y en el Puerto de Nueva York, y que llegó a La Guaira en unos d esos navíos mercantes que arribaron en esos tiempos al mismo, produciendo la muerte de 38 personas en nuestro pueblo, quienes fueron enterrados en las tierras de la Posesión Kienzler, justamente en donde ahora vive la negra Susana Bello, madre de "Perico" Pedrón Bello.

En ese mal endémico murieron Balbino Antonio Tortoza-Tortoza
y el francés Johannes Belsinger, bisabuelos de los Kienzler
Tortoza
, a través del coloniero alemán Georg Kienzler Kabis
y la francesa Marcelina Belsinger Milk, todos enterrados en el pueblo
de Tarmas.

En relación a lo antes expuesto, el señor Bruno Antonio Kienzler Tortoza, nos dijo en esa época estas palabras:

– El que más tiempo estuvo en esos líos fue mi hermano Sebastián Kienzler Tortoza, ya que él ha tenido mejor cabeza en esos asuntos que nosotros mismos, y porque posee una gran cantidad de documentos antiguos originales

que fueron de nuestros abuelos alemanes y franceses, como de quienes fueron indígenas tarmeños en nuestras familias.

Yo tengo que reconocer que en esas tareas hemos sido acompañados por los negros Juan de Jesús León y mi compadre Nicanor León Mayora, quien es su hijo y ambos descienden del indígena Feliciano León. Igualmente nos ha acompañado Miguel Domínguez, quien es del pueblo de Choroní, los tarmeños y hermanos Encarnación Díaz Ochoa y Saturnino Díaz Ochoa, quienes han estado asistido por el maracucho Lucio Sandrea, quien asesora a mi hermano Sebastián Kienzler Tortoza en esos asuntos de tierras, ya que él está casado con una nieta del Gral. Valentín García Tortoza.

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Bruno Antonio Kienzler Tortoza

La Lic. Esperanza Lucena es también familia del Gral. Valentín García Tortoza, siendo la guarda y custodia del cuadro que le dio a su pariente el Gral. Ezequiel Zamora, una vez que se dio la Batalla de Santa Inés en 1.859. Yo creo según comentario que nos hizo Lucio Sandrea, hace varios años atrás, que ese famoso cuadro se lo dieron al padre de esa jovencita que anda por ahí haciendo investigaciones sobre salud mental en Tarmas, con ese jovencito que es un mal músico y de hecho me cae muy mal, y a quien llaman Wilfredo José García, cuya mujer si es familia de la Tortozera de este pueblo. Ese grabo o pintura sobre el Gral. Zamora se lo dieron fue al escritor Federico Brito Figueroa, quien es de un pueblo muy cercano al nuestro en los valles de Aragua, La Victoria.

Carlos Suárez Tortoza era hermano por parte de madre del Gral. Valentín García Tortoza, ya que él era hijo de José Ignacio Suárez con Genara Tortoza Ochoa. Él fue un reconocido boxeador que fue conocido con el sobre nombre de "El Torito", en la Caracas de los techos rojos, donde yo trabajé como alfarero en una fábrica que era de un alemán, quien de paso me enseñó a manejar carros en esa ciudad, que pareciera está lejana a nuestro pueblo, pero en realidad está muy cerca de nosotros.

El Gral. Valentín García Tortoza, en relación a los problemas de tenencia de tierras del antiguo Resguardo Indígena de Tarmas, le manifestó estas palabras a mi hermano Sebastián Kienzler Tortoza: -"… Mira, Sebastián, mi madre María Genara Tortoza Ochoa ocasión me dijo que nuestro resguardo indígena, fue producto del pueblo de reducción o de doctrina en que vivieron nuestros ancestrales padres, desde los tiempos de la conquista española a estas tierras…".

Ellos siempre conservaron sus tierras comunales, pero después de los tiempos de la primera independencia, muchos de nuestros libertadores irrespetaron sus ofrecimientos de regresarnos nuestras antiguas tierras y resguardos, en groseras palabras: – ¡Esos mal paridos, se fueron haciendo los guebones! ¡Y por eso nos fuimos con el Gral. Zamora a la Guerra Federal!

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Pueblo de Tarmas, año 1.928

Sebastián Kienzler Tortoza, estimado primo y pariente, es cierto también, que desde los días previos al 19 de abril de1.810, esos carajos les dijeron a nuestros antepasados, que no pagaran más tributos, porque tenían que gozar de las ventajas de la regeneración civil, quedando obsoleta la entrega de las tierras a partir de 1.811.

Continuando sobre la conversación realizada con quienes han sido protagonistas de esos eventos que fueron magnificados por el agrarista don Angel Herrera Guevara desde el mismo momento en que conoció en el pueblo de San José de Carayaca a la leyenda viviente que fue don Sebastián Kienzler Tortoza en 1.979, históricamente nos dio a conocer estas letras en la casa del Dr. Carlos Alfonzo Vaz en el sitio de Corralito en la Parroquia Carayaca:

– Los indígenas venezolanos y guayaneses creyeron las
palabras que en su proclama lanzó el General en Jefe Manuel Carlos
Piar
a los indios de Cupapuy y a quienes se encontraban
dentro de las misiones capuchinas y franciscanas que hubo en Guayana durante
la campaña militar que significó el control de ese inmenso territorio
por parte del Ejército Libertador bajo el mando supremo del General
en Jefe Simón Bolívar.

El Gral. Manuel Piar, desde su Cuartel General en el pueblo de Upata, en La Villa del Yocoima, lanzó esta proclama, el 7 de febrero de 1.817: – "…

El gobierno español se ha acabado. La Patria ya está
libre y vosotros que sois sus hijos primitivos debéis ser los primeros
que gocéis de la libertad de sus privilegios y derechos
. Hasta ahora
habéis estado sujetos al capricho arbitrario de los capuchinos que
no contentos con ejercer su ministerio espiritual, os oprimían reduciendos
a esclavos
. En adelante no será así. El ejército de
la República es vuestro defensor. Nosotros os miramos como hermanos
y como tales os concedemos los primeros derechos humanos
. Lo que trabajéis
será para vosotros. Los servicios que hagáis se os pagarán
y seréis premiados para ello, con todos los honores a que os hagáis
acreedores. Venid pues a reuniros con vosotros. Volved a ocupar vuestras
casas y pueblos
. Nadie os hará daño. Vuestras familias, mujeres
e hijos serán respetados y disfrutaréis con ellos, tranquilidad,
paz, abundancia y felicidad…".

¿Dónde ubica usted, el despojos a las tierras de los aborígenes venezolanos, señor Herrera Guevara?

– Esa vaina yo las ubicó con las siguientes formas de esclavitud y explotaciones de las tierras que se han practicado desde los mismos tiempos en que se apareció Cristóbal Colón por estos lares de la creación divina, porque si existió el Edén, fue en Venezuela, carajo.

Yo lo clasificaría de esta manera:

1º.- Regímenes Esclavistas Indígenas de Repartimientos y Encomiendas. 2º.- Pueblos de Reducción y Doctrinas de Indios.

3º.- Mercedes de Tierras a los Hijos de los Conquistadores. 4º.- Régimen Esclavista Africano de las Haciendas.

5º.- Expropiaciones de Tierras Baldías.

Esas políticas contrarias al derecho indiano y a las generaron las constituciones de la República, dieron origen al latifundio y a la casta oligárquica que creo a la aristocracia del dinero, como a los terratenientes del campo y la ciudad, quienes fueron los "arquitectos" de los modelos de expropiaciones de las tierras en contra del pueblo venezolano en todas sus épocas. Dando motivo a que el pueblo se levantara en armas en procura de sobrevivir a los avatares, en que lo habían sumido las castas y las clases dominantes de turno.

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Dominios de los Taramaquas o Tarmas

El problema de tenencia de tierras sigue agravándose en todo el país, ya que las comunidades indígenas continúan siendo desplazadas de sus tierras ancestrales, convirtiéndose sus miembros en mendigos, pordioseros o en unos excluidos del ámbito social, donde se han dado exterminios por parte de los terrófagos como han sido en los casos de los Yanomamis en la Amazonía venezolana y los Yaruros en tierra del Arauca apureño y colombiano, donde no pasa nada y el estado se hace el vista gorda ante esas genocidas guebonadas.

¿Cómo ve el despojos de tierras en Carayaca por parte de la Tribu de David y la iglesia católica en La Guaira, seños Angel Herrera?

– Yo les he dado mucho muchos aportes a los amigos columnistas en los periódicos de La Guaira y en

Caracas, como a Luis Buitrago Segura en El Nacional, Santos García Zapata (Puerto), Alexi J. Rojas (El Tarmeño) y a Nelsón Estanga, como al negro Ignacio Laya (Diario del Caribe) en la página de Juan González P.

En la tierras del antiguo Departamento Vargas del Distrito Federal, se suscitaron una serie de despojos en 1.976, que fueron amparadas por registradores, notarios y jueces corruptos

pertenecientes a la Tribu de David, cuyo máximo ejecutor fue el señor Carlos Andrés Pérez Rodríguez, Presidente Constitucional de la República de Venezuela, en esa ocasión. La iglesia católica en la Diócesis de La Guaira, no escapó de esas corruptelas, como mal endémico de los gobiernos, que subvierten el orden social, a través de la autocracia, como carta escondida para ser aplicada en contra de los sectores que conforman el "débil jurídico", en nuestra nación.

Las clases dominantes tuvieron en esos tiempos en nuestro litoral central, a un Obispo proveniente de la Isla de Margarita, en la persona de Mons. Francisco de Guruceaga Iturriza, 2º Obispo de la Diócesis de La Guaira, y hermano del banquero corrupto don Juan de Guruceaga Iturriza, descendientes de los antiguos guipuzcoanos que llegaron a nuestro histórico puerto a partir de 1.728.

Mons. Francisco de Guruceaga Iturriza es primo hermano de don Juan Iturriza, Obispo Emérito de Coro, miembros reconocidos de la godarría valenciana vinculados al Opus Dei" u "Obra de Dios". La burguesía nacional tuvo muchos representantes dentro del gobierno de Carlos Andrés Pérez, quienes ejercieron el control en las estructuras del gobierno nacional y en el mundo empresarial, policial y militar.

La familia Mendoza Goiticoa controlaron empresas como VIASA, VENCEMOS, PROTINAL, MAQUINARIAS MENDOZA y Cemento LA VEGA. La familia Machado Zuluaga ejerció controles en SIDETUR, La Electricidad de Caracas, Electricidad de Yaracuy, Electricidad de Guatire y Guarenas y con mucho énfasis en EDELCACVG, bajo la batuta del Ing. Leopoldo Aguerreverre (Ex-Presidente de VIASA).

Claro está, durante ese nefasto mandato del todo está barato, deme dos; el aparato militar estuvo conducido por esos degenerados generales de división de nuestro ejército, pertenecientes a la burguesía nacional, a quienes no se les salvaba ni el mismo diablo, y mucho menos Cristo redentor. Entre esos bandidos que actuaron como guardia de corpus, estuvieron los generales: – "… Manuel Beraciertu Partidas, Luis Guillermo Ferrero Tamayo, Juan Sucre Figarella, Constantino Weir Murzi, Humberto Hernández Grisanti, Juan José Aguerrevere Salamanquez…".

Esos gendarmes del sistema burgués descendían consanguíneamente del mercenario Coronel de Ingenieros Nicomedes Zuloaga, egresado como primer Alférez en la Escuela de Matemáticas, en la promoción de 1.838, donde fue nombrado su director en 1.859. Siendo el encargado del cuerpo de cadetes, que fue a buscar los restos del Padre de la Patria Simón Bolívar en Santa Marta (Colombia), en diciembre de 1.842.

¿O es que acaso María Corina Machado Parisca, Henrique Capriles Radonsky, Leopoldo López y Leopoldo Mendoza, no pertenecen a ese linaje de esclavistas usureros de origen guipuzcoano?

¿No serían esos los mismos apellidos que mataron al Gral. Ezequiel Zamora en San Carlos de

Austria en 1.860?

¿No serían los mismos que derribaron la estatua del Gral. Ezequiel Zamora que estaba en la

Plaza Capuchinos en San Martín en Caracas en 1.957?

¿En cuáles negocios anduvo Mons. Francisco de Guruceaga Iturriza en La Diócesis de La Guaira, señor Herrera?

– ¿En qué negocio no anduvo ese ensotanado sinvergüenza?

Mons. Francisco de Guruceaga Iturriza creó la Sociedad "San Pedro Apóstol de La Guaira", donde participaron las familias más fascistas de la Parroquia Carayaca y del Depto. Vargas en 1.976. Cuya máxima representante al oeste del litoral guaireño fue la maestra Tirsa María Álvarez Padilla, fundadora de "Las Voces Risueñas de Carayaca" en 1.950, y donde también estuvo su esposo el judío polaco Leopoldo Oraá, quien fue el supuesto dueño de inmensos lotes de tierras mal adquiridos en Petáquire y Tarmas, siendo ambos militantes ortodoxos y muy conservadores del Partido COPEI.

Esa gente ha echado mucha vaina durante la gestión del Dr. Luis Herrera Campins como Presidente de la República, desde donde trataron de manipular a la maestra Mirna Oropeza en su gestión en la jefatura Civil de Carayaca. Esa muchacha actuó honradamente en su cargo y no se dejó manipular por esa gentuza copeyana dirigida desde la sede de Copei en Vargas y en Carayaca.

Esa gente aristocrática de Carayaca, adquirió mucho poder en la 1ª Administración Caldera y en la 1ª Administración Pérez. Esos tracaleros con sus conmilitones y abogaduchos leguleyos de oficio, procedieron a negociar fraudulentamente, nada más y nada menos que las ventas de las tierras de Cuaro, Tarmas, Tirima y Carayaca al Centro Simón Bolívar (CSB) en Caracas, en donde incluyeron los cerros Los Claveles, Algarín y Jesús en la Parroquia Maiquetía del actual Edo. Vargas.

La institución gubernamental en esa transacción estuvo representada por el corrupto Dr. Diego Arría Salicetti, asistente del lacayo pro imperialista Koffi Anan, Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), quién con Mons. Francisco de Guruceaga Iturriza y el Dr. Solórzano, Registrador Subalterno de La Guaira, a escondidas firmaron la venta de dichas tierras sobre el capó de una patrulla de la Policía Metropolitana (PM), en un hangar del Aeropuerto Internacional de Maiquetía.

¿De qué manera se involucró La Diócesis de La Guaira en esa vaina, señor Herrera?

  • La iglesia católica guaireña a través de Mons. Francisco de Guruceaga Iturriza estafaron a la nación venezolana por el orden de 8.500.000 bolívares debido a que el Centro Simón Bolívar (CSB) compró tierras que siempre fueron de la nación venezolana, conforme a lo establecido en aquellos tiempos en la Constitución Nacional aprobada en 1.961, ya que en uno de sus articulados rezaba así: – "… Las tierras son por siempre de la nación…".

En materia de derecho, "La Eternidad", se entiende "Por Siempre". Siendo nuestro deber en esos días, el de desenmascarar a esos parias, quienes con sus artimañas descaradamente se atrevieron a estafar al gobierno nacional, y por ende al pueblo soberano de Venezuela.

¿En dónde estuvo tipificada la estafa, señor Herrera?

  • Don Lucas Lovera y Otáñez, Capitán de Su Majestad, El Rey Felipe V de Borbón, en tierras de Venezuela en 1.729, extrañamente donó 9 fanegadas castellanas de 102 varas de tierras en Carayaca, que fueron distribuidas de esta manera: – "… Se le dieron cuatro y media fanegadas a los indígenas del pueblo de San Josep de Carayaca, descendientes directos de los antiguos Taramaquas o Tarmas; partiendo desde el punto en el cual se encontraba ubicada dicha población, en esos tiempos; donándole cuatro y media fanegadas de tierras a la iglesia que estaba dedicada al patriarca San Joseph en Carayaca, la cual sufrió los avatares y daños propiciados por el terremoto del año 1.900 y que estuvo ubicada antiguamente donde hoy está erigido el Hospital Dr. Eudoro González…".

¿Qué buenote fue el Capitán Lucas Lovera y Otáñez, carajo?

¿Cómo adquirió ese bastardo capitanucho hispánico las tierras de Carayaca?

Si los lectores d este trabajo histórico desean saber dónde encontrar estos datos, les informamos que lo busquen en el Libro de Escribanías de 1.729, bajo el Folio 353, Oficina de Registro del Distrito Federal en Caracas. Cabe decir, que el Rey Felipe V fue el primero de la dinastía borbónica francesa en erigirse monarca en España, y en sus colonias en ultramar.

¿Por qué el Capitán Lucas Lovera y Otáñez en nombre del Rey Felipe V, donó tierras que nunca fueron de su propiedad y mucho menos de ese sifilítico monarca español, señor Herrera?

– El fraile español de origen catalán Manuel Acereda Lalinde, miembro de la Orden de Los Agustinos Recoletos, siendo párroco de la iglesia de Tarmas, a finales del siglo XIX, compró unas matas de cocos y un rancho de bahareque, en un sitio denominado Cuauro, donde abundan petroglifos indígenas de gran importancia para la historia tarmeña. Ese ensotanado vagabundo no compró tierras, sino bienhechurías. Adquiriendo la iglesia otras bienhechurías en Tirima – Parroquia Carayaca, como en los barrios Los Claveles, Algarín y Jesús, en las parroquias La Guaira y Maiquetía, las cuales fueron "Obras Pías o Manos Muertas", que nunca debieron ser vendidas, porque en los cánones que establecen las autoridades vaticanas en Roma, dejan claro que las Obras Pías o Manos Muertas no pueden ser jamás negociadas, y así está registrado en el derecho venezolano.

El litoral central guaireño en el siglo XVI

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municipales o nacionales.

Tan denodados tracaleros extendieron sus tentáculos y propiedades hasta Corralito, zona cercana a la antigua represa de Petáquire en Carayaca. Así fue como la iglesia católica unificó sus dudosas tenencias de tierras con un dudoso "título único de propiedad", en donde no se "resguardaron los derechos de terceros", ya que obviaron que al desaparecer las comunidades indígenas de Carayaca y Tarmas, sus tierras pasaron a ser ejidos

A tal efecto jamás pudimos comprender que los representantes del Centro Simón Bolívar (CSB) nunca hicieron un estudio documental y sucesoral sobre la titularidad de tenencia de tierra que indignamente fue presentada por La Diócesis de La Guaira; recibiendo el Obispo Guruceaga Iturriza autorización expresa de Su Santidad el Papa Paulo VI, en representación del Pontificio y Soberano Estado del Vaticano, para llevar a cabo ante los entes gubernamentales, la negociación y venta de dichas tierras antes mencionadas.

¿No fueron choros los responsables de La Diócesis de La Guaira en ese tiempo?

¿No se podría considerar esa venta como una intromisión extranjera sobre nuestra soberanía nacional, señor Herrera?

  • Claro vale, con la participación de El Vaticano en esta ilegal venta, hubo una clara y manifiesta violación de nuestra soberanía nacional. Tenemos que dejar claro ante la opinión pública varguense,

que la iglesia católica nunca fue dueña de ningún lote de tierras en nuestra larga y amplia geografía guaireña, y que mucho menos podía vender en esas condiciones; porque esas tierras históricamente en su totalidad fueron parte del antiguo Resguardo Indígena de Tarmas, siendo sus legítimos dueños quienes descendemos de aquellos pobladores originarios y no esos pederastas conquistadores españoles disfrazados bajo las sotanas con caras de santurrones enclaustrados en sus conventos o seminarios de mierda.

Muchos años después, el mismo señor Angel Herrera Guevara en su casa "El Níspero" en el pueblo de Tarmas, le comentó al Dr. Jorge Cedeño, quien fue Prefecto de Caracas en el primer gobierno copeyano del Dr Rafael Caldera Rodríguez:

  • Lo más grave de las ventas de las tierras de Carayaca, Tirima y Tarmas, es que en esta V República el Prof. Alfredo Laya, siendo Gobernador del Edo. Vargas, a comienzos del régimen chavista, le compró un lote de tierras supuestamente al Coronel (Ej.) José Heriberto Machillanda Pinto en un sitio denominado Tirima, por la bicoca de 70.000.000 bolívares, terreno que anteriormente había sido vendido por la Diócesis de La Guaira al Centro Simón Bolívar (CSB) en 1.976. Dicho militar egresó de la Academia Militar de Venezuela en 1.962, como miembro de la promoción General de Brigada "Ambrosio Plaza" y quien con el grado de Teniente fue Comandante de la Compañía de Apoyo de La Escuela de Transmisiones de Las Fuerzas Armadas Nacionales (ESCUTRANSFA) en 1.969. Siendo luego ascendido a Capitán, el 5 de julio de 1.970 y después enviado como plaza al Batallón de Cazadores General en Jefe "José Antonio Páez" Nº 71 en San Juan de los Morros, jurisdicción del Comando de la 1ª División de Caballería (CODICAB 1).

El Cnel. (Ej.) José Heriberto Machillanda Pinto fue compañero de promoción de los siguientes oficiales superiores: Gral. Div. (Ej.) Fernando Ochoa Antich (Ministro de la Defensa en el 2º gobierno de Carlos Andrés Pérez), Gral. Div. (Ej.) Ramón Guillermo Santeliz Ruiz (uno de los jefes de la insurrección militar del 4F en 1.992) y Gral. Brig. (Ej.) Virgilio H. Visconti Osorio (golpista fascista).

Si se quiere esas ventas de tierras estuvieron enmarcadas dentro de la gran corrupción administrativa que embargaron a la nación venezolana desde los tiempos de Rafael Caldera en 1.969, hasta el presente, en donde las burlas de los gobernantes al pueblo venezolanos son el pan nuestro de cada día, ya que en esos calderos han caído muchos revolucionarios bolivarianos en este naciente gobierno y quienes tendrán que responder ante la justicia por alta traición al pueblo varguista y venezolano, ya que el degenerado de Alfredo Laya nunca oyó los consejos oportunos que sobre materia de tenencia de tierra, oportunamente le he dado desde que fue dirigente de la Causa R en estas tierras.

La señora Rosa Yánez Rivero nos contó una anécdota de uno de sus antepasados llamado Martín Gil, sobre esas famosas Minas de Guaicaipuro en Petáquire:

  • Martín Gil Barrios era hermano de mi bisabuelo Cirilo Gil Barrios, quién en Petáquire logró internarse dentro de una cueva que tenía ramificaciones hacia La Peñita y otras zonas montañosas. Los entendidos decían que ese señor observó en el interior de dicha cueva, una gran cantidad de objetos de oro y otras cosas que eran muy extrañas. Inclusive hubo quienes manifestaron que se había perdido por mucho tiempo de su casa, quedando enajenado para el resto de su vida y de esa vaina murió en un asilo de ancianos en la ciudad de Caracas en 1.905.

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Cuevas en Petáquire

¿A que dieron origen los líos de tenencia de tierras en Venezuela, Dr. Alfonzo Vaz?

  • Los problemas de tenencias de tierras dieron origen a la "Guerra Social" que dirigió el Taita José Tomás Boves, a la "Guerra Federal o Guerra de los Cinco Años", y que también fue conocida como "La Guerra Larga" que fue conducida y liderada por el Gral.

Ezequiel Zamora. Los reclamos hechos por "los sin tierras de hoy" en las invasiones de fincas y predios pueden dar paso a nuevas formas de luchas insurreccionales, que pueden poder en un futuro inmediato al pueblo venezolano a las puertas de una nueva revolución con matices diferentes a las que hemos conocido a través de la historia.

Ahora es necesario conocer algunas microhistorias locales que en el pasado contribuyeron a construir la historia regional de Vargas y nacional en su conjunto, en donde los jefes tarmeños jugaron roles protagónicos en contra de los más afamados conquistadores españoles, que osaron penetrar en nuestros sagrado predios en el siglo XVI. El Presbítero Justo R. Paiva Pineda y su padre don Carmelo Paiva Palacios, en su obra histórica "CARAYACA SU HISTORIA RELIGIOSA DURANTE LA ÉPOCA COLONIAL", en una de sus páginas sobre este hecho histórico hacen referencia a lo siguiente:

Notas preliminares (1)

– "… Los pueblos indígenas de los caciques Parmanacay y Prepocumate, en contra de su voluntad, habían sido encomendados a don Juan de Mendoza (quien por cierto vino a Venezuela como criado del obispo Ballesteros pero luego será un activista en la empresa de conquista, para la fecha de fundación de Caracas cabalgaba e una edad de treinta y siete años). La referida encomienda en el valle de Mamo le fue entregada al principio del gobernó de Francisco Hernández Chávez, quien ejerció el poder entre diciembre de 1.569 y el mismo mes del año 70. Mediante una estratagema lograron los caciques que el encomendero se presentara con solo dos hombres a la orilla del Río Mamo; Prepocumate, por la espalda, le dio un machetazo que casi le corta la cabeza y sus dos compañeros mueren quemados en una casa en donde se habían refugiado…"

Los Petáquires liderados por el Dopootorü Guaicaipuro en lo que hoy es el sitio de Corralito en la Parroquia Carayaca, fueron guerreros de grandes estaturas corporales, buenos cazadores y hábiles agricultores y recolectores, sus mujeres eran bellísimas y fueron los guardianes de las montañas frías del valle de Carayaca. Ellos alcanzaron altos índices de longevidad, y ahora podemos deducir que las mujeres y los hombres de esa región de la zona fría carayaquera, presentan un fenotipo de mestizaje que es el producto de la unión genética y consanguínea entre españoles y aborígenes petaquireños tarmeños.

Guaicaipuro es el más valeroso y temible de los indios que poblaron esa vasta región montañosa y costera venezolana, y al mismo tiempo el gran líder de la resistencia frente a los conquistadores hispánicos, siendo ese el motivo por la cual el Dr. Carlos Alfonzo Vaz propuso que dicha unidad educativa en bachillerato llevara el nombre epónimo de Guaicaipuro o "Púa Ardiente", cuya construcción original de su sede tenía característica de ser un instituto con campo deportivo y en sus alturas iba a tener sembradíos que servirían para abaratar los costos del mismo. Primeramente funcionó en lo que fue la casa del boticario César Augusto Gottberg, en la entrada de la extinta Hacienda Guanasnal, a partir del año 1.974, y luego fue trasladada a su nueva sede en las tierras donde está el campo de beisbol "Armando Lozano" y que pertenecieron a la desaparecida Hacienda "El Añil".

Esperamos que nuestros lectores (as) disfruten a plenitud estos relatos antes descritos, los cuales tienen mucha veracidad y que encierran momentos interesantes que nos deben llevar a una gran reflexión sobre los aspectos fundamentales que han ido acabado con nuestras tradiciones culturales y que han puesto a un lado el verdadero conocimiento de la historia como ciencia y que tiene sus leyes naturales como es el desarrollo y el progreso sostenido de los pueblos.

A su vez les damos honras eternas a muchos d los cultores populares pertenecientes a las más diversas castas y clases sociales de nuestra sociedad, que con el corazón abierto y con sus aportes dados hace varias décadas atrás han hecho posible un cumulo de ideas, que no pueden ser ocultadas y que tienen que salir al trasluz del conocimiento, en ras de poder reconstruir nuestra memoria popular colectiva.

Los miembros del MBLP y del Palabreo Popular General en Jefe "Manuel Carlos Miguel Piar y Gómez", y bajo la conducción de nuestro Coordinador General Víctor Juvenal Aponte Aguinagalde les damos las gracias a quienes dirigen esta página de Monografías.com en internet, ya que han hecho posible dar a conocer todos nuestros trabajos históricos, que de hecho no hay dinero posible para pagar lo que en ellos hay contenidos, que es el conocimiento universal de nuestros antepasados preservados en nuestras memorias y que han sido transmitidos en forma oral a través de los tiempos de padres a hijos.

Igualmente les damos nuestros saludos a mis Queridos Hermanos francmasones pertenecientes a La Gran Logia de Masones Unidos de Venezuela en Guayana bajo la dirección del I:. y P:. H:. Luis Cohen Bonalde y la Respetable Logia Simbólica General en Jefe "Juan Uslar" Nº 5 en el Oriente de San Félix-Edo. Bolívar, como al Maestro Masón Elduin José Moffé en El Pinar-Tucani, Municipio Caracciolo Parra y Olmedo en El Vigía-Edo. Mérida, y no podemos dejar atrás al dirigente revolucionario William José Benavides Rondón, Diputado por Monagas ante la Asamblea Nacional y miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario Tupamaro (MRT).

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