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El Valle del Sumidero de Jibacoa, Cuba: un sitio para la conservación




Enviado por Celia Sanchez Pereira



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Patrimonio intangible asociado al valle
  5. Acciones para la divulgación, promoción y conservación del sitio
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía
  8. Anexos

Resumen

Este trabajo se basa en el estudio relacionado con patrimonio cultural y patrimonio natural basado en documentos rectores que rigen la protección y conservación del mismo, para esto se realiza un estudio del El Valle del Sumidero de Jibacoa se encuentra situado en las alturas de Trinidad en los límites de las provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus, reconocido como Escambray. y se ubica en la zona más importante del Plan Turquino que corresponde al municipio de Manicaragua.

Introducción

Para desarrollar el presente trabajo partimos de conocer las diferentes definiciones de patrimonio cultural y patrimonio natural. El término Patrimonio Cultural ha sufrido grandes transformaciones, desde el siglo XIX cuando algunos objetos y edificaciones comienzan a tener un valor conmemorativo, como una fuente de información y testimonio de la cultura europea. Esta concepción se mantuvo más o menos intacta hasta la segunda mitad del siglo XX cuando los espacios culturales de Europa fueron recuperados de los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Este enfoque centrado en la conservación de los Bienes Culturales representativos de una nación o cultura impulsó la creación de declaraciones y convenciones para la protección del Patrimonio Cultural, entre las que se encuentran:

  • La Convención de la Haya. de 1954 para la protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado.

  • La Convención de 1970 sobre las medidas que deben adoptarse para proteger e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de Bienes Culturales.

  • La Convención de 1972 para la protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural.

  • La Convención Internacional sobre el Turismo Cultural celebrada en México durante la 12 Asamblea General de ICOMOS en octubre de 1999.

  • Convención del Patrimonio Mundial Inmaterial, celebrada en París, del 29 de septiembre al 17 de octubre de 2003.

Desarrollo

La Organización para la Educación la Ciencia y la Cultura de Naciones Unidas (UNESCO), define que el Patrimonio Cultural "es el conjunto de bienes, muebles e inmuebles, materiales e inmateriales, de propiedad de particulares, de instituciones y organismos públicos o semipúblicos, de la Iglesia y de la Nación, que tengan un valor excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte y de la ciencia, de la cultura en suma, y que por lo tanto sean dignos de ser conservados por las naciones y pueblos, conocidos por la población a través de las generaciones como rasgos permanentes de su identidad". (Convención del Patrimonio Cultural y Natural. UNESCO, 1972)

En Cuba, el Decreto No. 118, reglamento para la ejecución de la Ley No. 1 "de Protección al Patrimonio Cultural" de 1977, en su Capítulo I , define en el Artículo No. 1: "El Patrimonio Cultural de la nación está integrado por aquellos bienes muebles e inmuebles, que son la expresión o el testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza y que tienen especial relevancia en relación con la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, la educación, el arte, la ciencia y la cultura en general, y fundamentalmente: los documentos y demás bienes relacionados con la historia, con la incursión de la ciencia y la técnica así como con la vida de los forjadores de la nacionalidad y la independencia, dirigentes y personalidades sobresalientes y con los acontecimientos de importancia nacional e internacional; las especies y ejemplares raros o especímenes de la flora y fauna, así como las colecciones u objetos de interés científico; el producto de las excavaciones y descubrimientos arqueológicos; los elementos provenientes de la desmembración de monumentos artísticos o históricos y de los lugares arqueológicos; los bienes de interés artístico, tales como, los objetos originales de las artes plásticas y decorativas, así como de las artes aplicadas y el arte popular; los objetos y documentos etnológicos o folclóricos; los manuscritos raros, incunables y otros libros, documentos y publicaciones de interés especial; los archivos, incluidos los fotográficos, fonográficos y cinematográficos; los mapas y otros materiales cartográficos, partituras originales o impresas, ediciones de interés especial y grabaciones sonoras; los objetos de interés numismático y filatélico, incluido los sellos fiscales y otros análogos, sueltos o en colecciones; los objetos etnográficos e instrumentos musicales; todo centro histórico urbano, construcción o sitio que merezca ser conservado por su significación cultural, histórica o social, como establece la Ley No. 2 de 4 de agosto de 1977 "Ley de los Monumentos Nacionales y Locales" y todos los demás bienes que el Ministerio de Cultura declare Patrimonio Cultural de la Nación".

Los investigadores se acoge a la definición que ofrece la Dra. Marta Arjona, en su libro, Patrimonio Cultural e Identidad, el cual es reconocido oficialmente por la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural en sus leyes y ha mantenido su vigencia y utilidad durante muchos años entre los museólogos e investigadores. Este concepto se acerca a los rasgos aportados por el museólogo portugués Enrique Abranches (1998). La doctora reconoce que: ¨Forman parte del Patrimonio Cultural aquellos bienes que son la expresión o el testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza, y que tienen especial relevancia en relación con la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, la educación, el arte, la ciencia, la cultura en general, como son los documentos y bienes relacionados con la historia, incluidos los de la ciencia y la técnica, así como con la vida de los forjadores de la nacionalidad y la independencia; las especies y ejemplares de la flora y la fauna; las colecciones y objetos de interés científico técnico; el producto de excavaciones arqueológicas; los bienes de interés artístico como originales de las artes plásticas, decorativas y aplicadas y del arte popular y los documentos y objetos etnológicos o folclóricos; los manuscritos raros, libros incunables y otros documentos y publicaciones de interés especial; los archivos, incluso los fotográficos, fonográficos y cinematográficos; mapas y otros materiales cartográficos; las partituras musicales originales e impresas y los instrumentos musicales; los centros históricos urbanos; construcciones o sitios que deben ser conservados por su significación cultural histórica o social; las tradiciones populares urbanas o rurales; las formaciones geológicas del pasado o testimonios sobresalientes del presente que confirmen las evidencias por la que se identifica la cultura nacional¨.(Arjona, M.1986:36)

El patrimonio puede dividirse, de acuerdo a su naturaleza, en cultural o natural.

El cultural está constituido por:

Monumentos: obras arquitectónicas de escultura o de pintura, monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

Conjuntos: construcciones aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad o integración en el paisaje le dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia.

Lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, zonas o lugares arqueológicos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Por su parte, al natural lo forman:

Los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico.

Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas que constituyan el habitad de especies animales y vegetales amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico.

Los lugares naturales o las zonas naturales, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.

Lo que se califica como patrimonio se ha ido conformando a lo largo de los siglos y forma parte de la memoria colectiva. Es importante que el individuo se reconozca como una pieza clave en este proceso, pues él, individualmente y como parte de una comunidad, es el que más directamente está en contacto con el entorno que le rodea, sabiendo qué elementos pueden ser los más representativos de su identidad.

En este contexto, El Valle del Sumidero de Jibacoa se encuentra situado en las alturas de Trinidad en los límites de las provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus. Limita al Norte, Sur y el Este con la cadena montañosa de Guamuhaya y por el Oeste con la línea imaginaria que va desde el Río Junco hasta la Loma de Maniabrán. El área forma parte de un Valle Intramontano con características naturales impresionantes, se ubica en el complicado relieve perteneciente al Macizo Montañoso Guamuhaya, en las alturas de Trinidad, reconocido como Escambray.y se ubica en la zona más importante del Plan Turquino que corresponde al municipio de Manicaragua.

Un elemento que hace excepcional al Valle, es un impresionante orificio – accidente geográfico- donde los Ríos Jibacoa y Caney desaparecen por su garganta y se sumerge dentro de la montaña para luego reaparecer en el Valle Trinitario. (Anexo 1) La evacuación fundamental de las aguas, se efectúa por el conocido sumidero, con abertura en la superficie superior a los 5 metros.

Todo parece indicar que las salidas de aguas del valle, es única, que de una forma u otra, todos estos sistemas cavernarios se comunican y escurren por el sumidero. Este se encuentra parcialmente cargado de sedimentos arcillosos, siendo insuficiente para evacuar grandes volúmenes de agua en épocas de fuertes lluvias, provocando severas inundaciones que han ocurrido siempre en menor o mayor grado.

Según el "Estudio hidrológico para la prevención de avenidas de agua en el valle de Jibacoa" realizado por el ingeniero Raúl Rojo Pérez la zona se ubica estructuralmente en el complejo metamórfico del Escambray, afectada por procesos de metamorfosismo regional, relacionados con eventos tectónicos ocurridos a finales del Mesozoico e inicios de Paleógeno. Probablemente estos últimos obstruyeron el río Jibacoa provocando su represamiento y con ello la formación de un lago profundo que durante tiempo constituyó un sistema cerrado, donde se depositaron sedimentos que revelan esta génesis. Con el aumento de las concentraciones de CO2 y el ambiente reductor se aceleró la velocidad de disolución del carbonato existente en las rocas guiados seguramente por procesos tectónicos (fallas y grietas). De esta forma se dio lugar al desarrollo de conductos subterráneos hasta alcanzar la salida, 105 metros más abajo e incorporarse al cauce abandonado del río. La estructura geológica de esta zona forma parte de las unidades más antiguas del territorio. El metamorfismo es invertido y se considera el más importante del área del Caribe.

Valores ambientales

Los alrededores del Valle del Sumidero de Jibacoa poseen una belleza paisajística de incalculable valor. La diversidad de formaciones del relieve, es un rasgo que potencia el valor natural del territorio. Algunas de estas constituyen hitos dentro del paisaje. La presencia de sumideros y formaciones cársicas; la abundancia de saltos de agua y pozas (Anexo 2) y la diversidad de miradores. En la vegetación existe una gran diversidad de arbustos, helechos arborescentes, cactáceas, musgos, líquenes y palmáceas. Característica de este lugar son los bosques siempre verdes y deciduos con yaba, cedros, caobas, cuajaní, curujey bonito. También aparecen plantaciones ornamentales como la Campana Blanca, Carolina Roja, Galán de noche, Gardenia, Jazmín de 5 hojas, Mariposa Amarilla, Nomeolvides, etc.

La fauna es silvestre, variada y abundante, que imprime al área un tono de singular belleza por efecto de su colorido, movimiento y sonidos. Está representada por mamíferos, aves, reptiles, peces, anfibios moluscos, crustáceos, arácnidos, etc. Las aves son las de mayor representatividad, se destacan la Cotorra, el Tocororo, el Catey, el Carpintero, la Codorniz, el Zunzún etc. Mamíferos como: la Jutía Conga (Capromys Pilorides). Dentro de los reptiles es común el Majá de Santa María (Epicrates angulifer), el Jubito Prieto, Jubo Sabanero. En los Anfibios se reportan los siguientes endémicos: Ranita colín (Eleutherodactylus eileenae), el Sapo (Peltaphrynsp).Además Baboyas (Leioceohalus) ( Anexo3 )

Valores históricos

El área del Sumidero se supone fue habitada por comunidades aborígenes preagroalfareras, que basaban su economía en la recolección, la caza y la pesca. En zonas cercanas al valle operaron destacadas figuras de la guerra de los Diez Años, como el General mexicano José Iclán, el entonces coronel Lino Pérez y el Mayor General Federico Fernández Cavada. Durante la guerra de independencia de 1895 fue paso a las tropas de Gómez y Maceo en la Invasión a Occidente. En la etapa insurreccional fue refugio de varias organizaciones políticas, fundamentalmente del II Frente del Escambray. En abril de 1958, en el lugar conocido como Dos Arroyos, a unos 4 o 5 Km. del Sumidero fue fundada la Comandancia del Directorio Revolucionario 13 de marzo, dirigido por Faure Chomón y en ese mismo año se instaló una planta de radio radicada en el Sumidero, luego se construyó una pista de aterrizaje con el objetivo de recibir armas para el movimiento revolucionario.

Luego del triunfo revolucionario de 1959 las bandas contrarrevolucionarias hicieron de estas montañas sus trincheras, siendo el valle sitio de tránsito y escondite de Leonardo Peñate y Manuel Pacheco (El Congo) y Zoila Águila (la niña de Placetas) entre otros. Por la parte revolucionaria la figura legendaria de Gustavo Castellón (el caballo de Mayaguara), hizo historia en la persecución de los bandidos desde el Subsector de la LCB radicado en Jibacoa.

A partir del 31 de mayo de 1988 y durante los primeros días de junio debido a fuertes y constantes lluvias, se produjo en el valle de Jibacoa , la segunda de las mayores inundaciones ocurridas en los últimos 50 a 60 años, al registrarse aproximadamente 700 mm. de lluvia en un período de 48 horas. Ante este diluvio inesperado, esta zona recibió su recompensa con la inesperada visita del jefe máximo de la Revolución Cubana, junto al líder afgano Najibullah, el día 10 de dicho mes. Durante su recorrido por el lago artificial formado por las copiosas y persistentes lluvias se interesó por la forma en que estaba atendida la población, los daños causados y orienta un estudio científico del Sumidero.(Anexo 4)

Valores arqueológicos

Según resultados investigativos se hallan 9 sitios donde al aborigen había dejado su impronta, con una gran cantidad de hallazgos que se atesoran en el Museo Municipal. De ellos, la Cueva de los Chivos, fue la de un estudio más completo. Por sus condiciones únicas en el área y su posición privilegiada y estratégica (20 metros sobre el nivel del valle), fue el lugar más seguro para protegerse de las inclemencias temporales que impone la naturaleza (tormentas, inundaciones, lluvias torrenciales), mientras que con un mejor tiempo podían explotar el resto del valle.

Sobre la base de los datos de la excavación, se puede inferir las diversas actividades llevadas a cabo en el marco de las estrategias de subsistencia desplegada en aquel ecosistema. Las densas acumulaciones de restos de animales desarticulados, permitió afirmar que estos hombres practicaron la caza o captura de los mismos, principalmente de jutías y cangrejos de río y capturaron otros en un intenso ir y venir por la zona, transportándolos luego hasta la cueva, donde los descuartizaban o trayéndolos ya descuartizados. Los escasos registros de huesos de peces, son suficientes para suponer, que de alguna manera practicaron la pesca, así como los restos de concha marina, indican la realización de esporádicos viajes hasta la distante costa. La recolección también pudo ser documentada, a través de las acumulaciones de restos de nueces de Nogal (Juglans) insulares gris, más conocido como Nogal del país. Este florece de febrero a marzo y madura sus frutos en junio, época ésta del año, en que los aborígenes del valle debieron establecer la recolección de las mismas bajo los árboles. Estos restos permitieron establecer que la recolección de frutos formó parte de las estrategias de adaptación al valle, de esta paleoncomunidad. Por las características de resistencia, sólo se han conservado los restos de este tipo de fruto, pero debe pensarse que la recolección era una actividad que afectaba probablemente a otras especies de vegetación.

La existencia en la cueva de varias lajas de esquistos, preparadas en forma de morteros y lajas molederas, fortalece el criterio de la trituración de semillas, como la del mezocarpo pulposo del fruto del Nogal para elaborar una especie de harina que bien puede consumirse cruda o mediante el tostado previo de ésta al calor de los fogones.

La existencia de los diversos conos de cenizas, hablan por si solo que allí se encendió fuego sistemáticamente, se cocinaron de alguna forma los alimentos y se consumieron, cuyos restos se mencionaron anteriormente, pero la existencia de fuego indica además, que hubo un intenso acarreo de leña, para mantenerlo durante un tiempo relativamente prolongado, probablemente realizado por mujeres y niños, mientras que los hombres se alejaban en busca de los lugares de caza. De manera general el registro ecofactual de la cueva, refleja una precaria alimentación.

La talla del sílex, permite hablar de un proceso tecnológico completo, llevado a cabo dentro de la propia cueva, coexistiendo los núcleos, las preformas, las herramientas, las esquilas o astillas, que saltan cuando se percuten in situ los núcleos, los restos de taller y los percutores o martillo de piedra, con los que impactaban los planos de golpeo durante el proceso de talla de los núcleos. La ausencia de lascas iniciales con corteza permitió arribar a la conclusión de que los núcleos de sílex eran importados de lugares lejanos, llegando descortezados al valle y con las superficies de astillamiento preparadas, mientras que las marcas de la acción del fuego, observadas en muchas de las obtenidas en la excavación, permiten creer que este haya jugado un papel importante en el proceso tecnológico, en asociación con un pequeño yunque ennegrecido por este contacto.

La exploración por el río Jibacoa demostró la superficialidad de esta hipótesis inicial, pues hasta tanto otros estudios no demuestren lo contrario, todo parece indicar que el aborigen entró al valle procedente de la costa en un momento determinado para establecerse definitivamente en él y mantener contactos esporádicos con esta, pero nunca ciclos sistemáticos de importancia, todo lo cual, aparentemente, queda demostrado en el comportamiento de la presencias de concha marina en los niveles estratigráficos excavados en la cueva y el resto de los sitios del valle.

Este sitio arqueológico cumplió la doble función de ser habitacional y funerario, constituye el de mayor altitud de la provincia y se considera uno de los mayores del país.

Patrimonio intangible asociado al valle

En el criterio popular el nombre dado al Sumidero "Las trancas", proviene de la costumbre de hacer labores de limpieza en la entrada del mismo para evitar las inundaciones. Existía además una cerca alrededor de la zona para impedir que las palizadas producidas por las crecidas de los ríos obstruyeran la garganta del mismo. Mitos y leyendas se tejieron alrededor del peculiar accidente geográfico llegadas hasta hoy y provocando una sensación de misteriosa atracción, entre ellas, se cuenta que los pobladores del lugar debían hacer ofrendas a los dioses para evitar las inundaciones.

Estas ocurrían en épocas de fuertes lluvias o temporales[1]siendo muy famosas las de la zona de Jibacoa, agravadas por la existencia del sumidero "Las Trancas", insuficiente para evacuar los grandes escurrimientos. Esta situación influyó en la aparición de una tradición solo vista en las familias campesinas del lugar, que consistía en la construcción de una vivienda en el fondo del valle y otra en las alturas para trasladarse durante los grandes eventos lluviosos.

Por aquellos años (antes de la construcción del embalse Hanabanilla) se inundaba todo. Existía una frase muy popular, que era real y no figurada, que decía que "en Jibacoa las jicoteas comen palmiche en la palma", lo que era verdad porque cuando el sumidero no podía evacuar toda el agua de las crecidas de los ríos Guanayara y Río Negro, más las cañadas y arroyos desbordados, el valle se llenaba todo de agua, y subía hasta la altura de las palmas.( Anexo 5 )

Manejo y uso adecuado:

La protección, cuidado y conservación del Sitio Sumidero de Jibacoa posibilita que el municipio Manicaragua cuente con un exponente natural de características excepcionales por sus valores faunísticos, florísticos, arqueológicos, históricos, paisajísticos, que lo hacen resaltar dentro del patrimonio natural del territorio.

Es el único accidente geográfico ´sui géneris´, capaz de provocar diversas reacciones cuándo se contempla, a pesar del paso del tiempo. Pudo provocar interpretaciones fantásticas en la mentalidad de los aborígenes, que lo llevaron a asociar: cueva y sumidero. Pero sigue siendo hasta nuestros días, lugar donde se relacionan lo bello y lo mágico.

Acciones para la divulgación, promoción y conservación del sitio

  • Se desarrolla un programa de educación ambiental para la población cercana al sitio, con incidencia en diferentes grupos etáreos. Por ejemplo: con campesinos, para evitar incendios forestales y un uso adecuado del suelo, respetando el uso de la zona más baja del valle para pastos naturales.

  • Se completa el expediente para proponer como Monumento Local al sitio Sumidero de Jibacoa.

  • Se gestiona la señalización del lugar y los sitios arqueológicos cercanos a él.

  • Se realizan visitas dirigidas con niños, jóvenes y adultos a la sala de Arqueología Aborigen del Museo, donde se promueve el sitio.

  • Se realizan visitas dirigidas y excursiones al lugar, interpretando los principales valores del sitio.

  • Se incluye, en conversatorios, charlas, conferencias que se realizan en el evento de Patrimonio en la montaña.

  • Se prohíbe, en coordinación con los guardias forestales hacer fogatas o realizar cualquier actividad que pueda constituir causa de un incendio.

  • Se incluyó, dentro de la superación de instructores de arte, ubicados en el Plan Turquino, un curso sobre el patrimonio cultural del territorio, sin faltar el tema del Sumidero de Jibacoa.

  • Se incluye en un proyecto de Desarrollo Local, consistente en una propuesta de ruta natural para el turismo nacional y extranjero en el territorio Hanabanilla- Jibacoa.

  • Es fuente de inspiración y convocatoria para el trabajo de artistas y creadores locales.

  • Las leyendas relacionadas con el sitio se han incluido en guiones de obras de teatro.

  • Se ha trabajado con el sitio, el paisaje, las cuevas, en talleres de creación de las Artes Plásticas.

  • Se han montado exposiciones en la Casa de Cultura Antonio Núñez Jiménez de Jibacoa, con hallazgos arqueológicos encontrados en los sitios cercanos al Sumidero.

Conclusiones

La protección, cuidado y conservación del Sitio Sumidero de Jibacoa posibilita que el municipio Manicaragua cuente con un exponente natural de características excepcionales por sus valores ambientales, arqueológicos, históricos, culturales, que lo hacen resaltar dentro del patrimonio natural del territorio. Es el único accidente geográfico ´sui géneris´, capaz de provocar diversas reacciones cuándo se contempla, a pesar del paso del tiempo.

Bibliografía

  • Alvarado Fuentes, L. Patrimonio cultural ¿para quién? Topofilia. Revista de Arquitectura, Urbanismo y Ciencias Sociales. Hermosillo: Centro de Estudios de América del Norte, El Colegio de Sonora, 1 de abril de 2009, vol. I, núm. 3.Disponible en http://topofilia.net/coloquio09alvarado.html

  • Arjona, Marta. Patrimonio Cultural e identidad. Editorial Letras Cubanas. La Habana, 1986, p36.

  • Centro Nacional de Patrimonio Cultural. Compendio de textos legislativos sobre la protección del Patrimonio Cultural de la Nación, 1994.

  • Colectivo de autores. Cultura popular tradicional cubana, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana «Juan Marinello» y Centro de Antropología, La Habana 1999.

  • Consejo de Ministros de la República de Cuba. Ley 33/81 "De Protección del Medio Ambiente y el Uso Racional de los Recursos Naturales"; Editora de la ACC, La Habana, 1982.

  • Constitución de la República de Cuba. Editorial Ciencias Sociales, La Habana,1981, página 21.

  • Cuenca López, José M. Ponencia La educación patrimonial. Disponible en http://www.google.com.ee

  • Tabloide de Universidad para Todos "Áreas protegidas y conservación del patrimonio natural",2006, p 3.

  • UNESCO: El Patrimonio Mundial en Manos Jóvenes. La Habana Julio 2001.

  • ————-Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural . Colectivo de autores. La Habana, julio 2002.

Anexos

Monografias.com

( Anexo 1)

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( Anexo 2 )

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( Anexo 3)

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( Anexo 4 )

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( Anexo 5 )

 

 

Autor:

Msc. Belkis Carpio Fernández,

Centro Universitario Manicaragua, Cuba.

MSc: Celia Sánchez Pereira.

Centro Universitario Manicaragua, Cuba.

Laura de la Caridad González Sánchez. Estudiante de medicina.

UCM Serafín Zárate Ruiz.

[1] Vocablo utilizado por los campesinos del lugar para hacer referencia a las amplias temporadas de lluvias.

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