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Conceptualizaciones sobre la homosexualidad



  1. Introducción
  2. Intento de definición. Ser o no ser. Homosexualidad y estructuras. La elección y los condicionamientos
  3. Modalidades de la homosexualidad
  4. De la dialéctica del amo y el esclavo a los fantasmas de la sexualidad humana

Introducción

Tengo un amigo que inicia sus charlas de café con la siguiente muletilla: "che, che… vos que sos psicólogo que opinás de…"

  • Yo no soy psicólogo, sólo estudié psicologia!

  • Pero atendés pacientes y trabajas de locologo…

  • Trabajo de psicólogo no soy psicólogo

  • Es lo mismo! Vos siempre salís con cosas de psicólogos

Intento de definición. Ser o no ser. Homosexualidad y estructuras. La elección y los condicionamientos

La homosexualidad debe ser entendida como una práctica, un ejercicio de la sexualidad que se sustenta en una modalidad de atracción. No es de ningún modo un atributo del ser. No se ES homosexual o heterosexual, no otorga identidad ni debería buscarse una clasificación que pretenda incluirla dentro de algún tipo de género.

"Ser homosexual" es un modo de decir, es una licencia lingüística que nos tomamos al hablar, así como decimos que una persona es gorda, flaca, rica o pobre. Nunca es parte del ser en sí y no debería tornarse una identidad. En mi práctica clínica he observado que no resulta lo mismo cuando una persona se refiere a sí misma diciendo por ejemplo "Soy gordo" que aquella que dice "Estoy gordo". No importa cuántos kilogramos pesen o los años que estén excedidos de peso (así sea toda su vida). Aquellos que dicen "SOY" se identifican al SER dando una consistencia a la cualidad que resulta luego bastante difícil de modificar.

El "SER" da idea de "permanente", "eterno", "para siempre", SOY EL QUE SOY que dicho por una zarza ardiente no da lugar a la cuestión humana. El hombre es devenir, cambio constante y finitud. Desde allí diría que cualquier intento de aferrarse al SER tiene cierto aroma a fijación. Si la homosexualidad involucra al ser, de modo que el sujeto en cuestión se define como siendo gay, resulta inevitable plantearse la pregunta acerca de la necesidad que subyace a dicha fijación.

No quisiera entrar en discusiones filosóficas respecto del SER, sin embargo, me resulta práctico destacar que estructuralmente, por una carencia simbólica de SER, las personas (quien más, quien menos) tenemos una profunda necesidad de aferrarnos a algunos atributos para poder SER, o mejor dicho "creer que somos". Advenimos al mundo siendo lo que nuestros padres y la sociedad nos tienen preparados para ser. Somos las expectativas de ellos, su deseo, el lugar que nos asignaron. Somos el nombre que nos dieron, el territorio en el que nacimos, la religión que profesamos. Somos el cuerpo que tenemos, somos nuestros genes, nuestro lenguaje. Somos el status social que tenemos, la familia a la que pertenecemos, el colegio al que vamos, lo que aprendimos, lo que pensamos, somos el título universitario que tenemos o nuestro oficio. Somos hijos, padres, hermanos, nietos, sobrinos, tíos. Somos ciudadanos, contribuyentes… Somos la enfermedad que tenemos, somos nuestra discapacidad o nuestra virtud. Somos nuestra orientación sexual. Todo eso somos, NADA de eso SOMOS.

Existen personas que comprenden fácilmente que aquello que SOMOS es circunstancial, esas personas administran los atributos de su SER como posesiones, sabiendo que algunas de esas posesiones nos acompañaran toda la vida y tendrán peso en nuestra identidad, pero muchas se podrán perder y hasta modificar a través del tiempo.

Hay otras personas que se aferran con desesperación a aquello que creen SER. Y es lógico, detrás del SER está la nada, el vacío, la falta en SER. El hombre tiene necesidad de SER ALGO. Aunque más no sea SER por ejemplo ADICTO. Aún hoy me asombra lo claro que se ve en esta patología cuando se recuperan y pasan a definirse como EX ADICTOS. No importa los años que lleven sin consumir, se presentan como "siendo ex adictos". Se observa muy bien en fundamentalistas religiosos: "Soy cristiano", "Soy judío", "Soy Musulmán" No dicen "yo creo en", sino "yo SOY". En la homosexualidad se ve ese intento de afirmación de la identidad. "Soy Gay". Difícilmente se escuche a alguien decir "soy hetero". Pero el SER GAY otorga identidad. Esto no le sucede a todos los homosexuales, sin embargo resulta importante tenerlo presente por ser un fenómeno por demás frecuente. No niego que en nuestra cultura decir "soy tal cosa" es una manera de expresión habitual. Pero hay que estar atentos pues les aseguro que detrás de esas palabritas tan simples, muchas veces se esconde la estructura del sujeto. Y les advierto que no es bueno quitarles SER a quienes su carencia simbólica de SER es demasiado grande.

La homosexualidad no es una enfermedad, por ende no se cura. No es una perversión, hay sujetos de estructura perversa que son homosexuales: Es cierto. Pero también hay homosexuales psicóticos así como los hay neuróticos. Desconozco si existen estadísticas, si las hubiera me inclino a pensar que reflejarían una realidad cultural acotada a una época y un lugar pero nunca una regla general que explique algo acerca de la homosexualidad.

Me inclino a ubicar detrás de la homosexualidad psicótica aquellos casos en donde la afirmación del ser se encuentra sosteniendo parte de la estructura. No es conveniente generalizar en estos casos, las excepciones cada vez más se convierten en regla. Pero me atrevería a decir que muchos transexuales estabilizan su personalidad en la intervención quirúrgica que les termina de construir una identidad que estaba desmembrada desde el origen. Muchas veces el anudamiento que la intervención real del bisturí causa en la estructura imaginaria del sujeto, alcanza para lograr un funcionamiento simbólico que cualquier neurótico envidiaría.

La homosexualidad del perverso, lamentablemente mucho más común de lo que creemos. Consiste en la cuestión renegatoria de la falta en ser (léase si se quiere castración), unida a cierta fijeza y exclusividad en los modos de su goce. Tomaré como ejemplo ciertos travestismos y el doble juego que presentan al mostrarse como una mujer completa. Muchas veces, el goce pasa por provocar sorpresa en el otro. La transgresión a la ley del padre y el ir mas allá de las reglas del juego social son la moneda corriente. Demás está decir que hacer un reduccionismo en donde se equipare travestismo a perversión sería incorrecto conceptualmente.

La homosexualidad en la neurosis se estructura en relación a la angustia de castración. Cuando la ley paterna se sitúa (como hasta hace pocos años atrás) en el lugar de la prohibición, la aparición del deseo homosexual es vivido con culpa, la represión en todos sus niveles actúa pretendiendo eliminar todo rastro de "deseo invertido", las manifestaciones del inconciente que conectan con dicho deseo generan malestar y culpa. El retorno de lo reprimido hace su aparición en forma de chistes, fallidos, sueños, fantasmas… Cuando lo hace como deseo conciente y franco, el sujeto se ve obligado a tramitarlo con recursos yoicos. El refugio en la fantasía, la disociación objeto de amor/objeto de deseo, la doble vida o el blanqueo social del deseo prohibido bajo la premisa del ser se tornan soluciones posibles. Ser homosexual o Ser gay se torna una explicación social al fenómeno del deseo prohibido, es como si el sujeto pidiera disculpas sociales, "yo soy así, no es mi culpa. Esto no los afecta en nada a ustedes, es parte de mi ser"

Muchas veces he oído discusiones en donde hay quienes dicen que se trata de una elección sexual mientras otros critican tal aseveración asegurando que se trata de una condición. Yo creo que son solo palabras, o si lo prefieren conceptos que sacados de contexto poco explican y vacían de sentido cualquier intento de discusión.

Aquellos que hablan de elección lo hacen probablemente a varios niveles, uno más superficial, si se quiere más discutible, en donde se afirma que un sujeto es libre y elige cómo y con quien practicar su sexualidad. Si la homosexualidad es una práctica sexual, no llevar a la acción dicha práctica sería equivalente a NO SER homosexual: El sujeto elige.

¿Demasiado reduccionista no? ¿Qué se hace con los sentimientos? ¿Y la atracción? Si un sujeto se acuesta con personas del mismo sexo es homosexual, si lo hace con personas del sexo opuesto es heterosexual y si lo hace como ambos es bisexual. ¿Y si no lo hace con nadie? ¿Es asexuado?

Desde la perspectiva de la elección, el sujeto elige SER GAY o elige NO SERLO dejando en el plano de la fantasía toda atracción que implique la cuestión homosexual.

¡No señor! Protestarían enseguida los teóricos del tema. La homosexualidad no se define por lo que el sujeto haga o deje de hacer sino por la atracción. No se elige hacia que sexo sentirse atraído. Se trata de una condición.

El sujeto no es totalmente libre frente a sus actos, como diría un existencialista radicalizado. No elige en libertad. Existen condicionantes, factores que de alguna manera influyen y limitan su existencia (NO LA DETERMINAN, hoy en día ya nadie se anima a hablar de determinismo). La configuración del sujeto toda está condicionada por los modos singulares en que transita su existencia incluso desde antes de advenir al mundo. Todo lo que uno ES o cree SER está condicionado por ese "transito" o atravesamiento singular.

Cuando un sujeto se siente atraído hacia una persona de su mismo sexo no está eligiendo, es algo que le sucede. La elección implica responsabilidad en el asunto. La atracción de tipo homosexual en todo caso es algo que se asume o no se asume. Al tratarse de una condición el sujeto asume o no dicha condición, se hace cargo de lo que le sucede o reniega de ello.

Hay otro nivel en la cuestión de la elección que plantea las cosas desde una perspectiva más técnica. Se trata de la noción de elección de objeto en psicoanálisis. De allí, supongo, deriva en gran medida hablar de elección cuando se habla de sexualidad, no tanto del existencialismo.

La elección de objeto en Freud, implica un proceso temprano y complejo de identificaciones e investiduras libidinales en donde el sujeto opta por dos posiciones básicas: la narcisista o la objetal. Ya me ocuparé de desarrollar ambas posiciones. El planteo psicoanalítico hace referencia al sujeto del inconciente y no ignora la influencia del deseo del Otro en dicha elección. Con esto estoy diciendo que la elección de objeto como concepto incluye la noción de condicionamiento.

Modalidades de la homosexualidad

La sexualidad humana es tan amplia como creativa. Enumerar los modos en que puede manifestarse la sexualidad es lo más parecido a intentar clasificarla en determinados tipos. No estoy ni a favor ni en contra de dicha clasificación, de hecho intentaré realizarla a sabiendas de que resulta imposible abarcar la totalidad de los modos posibles.

Lo primero que debemos decir es que biológicamente sólo existen dos sexos: Masculino y Femenino. Hombre y Mujer. Los hombres tienen pene y las mujeres vagina. (un capítulo aparte merecen aquellas excepciones genéticas que plantean mayor riqueza y complejidad al asunto).

El concepto de genero e identidad de genero es claramente simbólico, atañe en el primer caso a una manera de entender lo que significa ser hombre o ser mujer en un contexto cultural y social determinado. Es un instrumento conceptual que nos permite pensar cuales son los valores, preconceptos, roles que cumplen cada uno de los generos dentro de un determinado lugar y momento histórico. ¿Qué significa ser mujer? ¿Qué significa ser hombre? ¿Qué se espera de cada uno?

Se entiende que el ser humano como animal simbólico y de lenguaje poco tiene de animal. El sexo queda totalmente ligado al concepto de genero que se tenga. Una persona nace con un sexo biológico pero construye su identidad de genero en relación a una infinita cantidad de variables. Ser hombre o ser mujer en el ser humano es más una cuestión simbólica que biológica.

Un intento de clasificar modalidades de la homosexualidad es un intento fallido de hacer divisiones conceptuales que mas van a confundir que a clarificar el asunto, sin embargo, me resulta interesante avanzar por este camino infructuoso.

La primer división que me parece fundamental realizar para abordar la tarea es la que atañe a la identidad sexual. La homosexualidad que cuestiona al género (masculino o femenino) es muy diferente de aquella que sólo afecta el tipo de atracción. Dicho de otro modo. Hay dos grandes grupos, están aquellos que desean convertirse al sexo opuesto o simplemente parecerse y aquellos que desean a personas del mismo sexo sin que su identidad de genero se vea afectada.

Veamos las combinaciones lógicas que podrían plantearse. A pesar de que algunas pueden parecer absurdas o disparatadas, son lógicamente posibles. Solo para empezar a tomar conciencia de la amplitud existente, luego veremos que las variables se expanden.

EL SUJETO EL PARTENAIRE

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Hasta acá un cuadrito con 16 tipos lógicos que surgen de combinar las 4 variables expuestas. La columna de clasificación me ha puesto en dificultades a la hora de nominar algunas combinaciones ya que se va tornando en posibilidades lógicas que no siempre se constatan en la realidad.

Elegí la palabra Trans por considerarla adecuada para representar tanto la Transexualidad como el travestismo ya sea masculino o femenino, sin olvidar que no son lo mismo. Sucede que diferenciar ambas posibilidades traería aparejado una multiplicación de combinaciones que haría aún más complejo el intento de clasificación. Lo mismo sucedería si incluimos la variable bisexualidad en la columna de atracción. Piensen que los modos de atracción y rechazo no son en la mayoría de los casos fijos y exclusivos sino más bien múltiples y singulares para cada sujeto.

Les pido un esfuerzo más. Imaginen ahora una nueva división entre aquellos que su modo de atracción está condicionada por la actividad, la pasividad o la versatilidad (o sea, aquellos que gozan cumpliendo ambos roles). ¿Cuántas entradas y combinaciones debería tener el cuadro? ¿Un matemático por allí? Esto me obliga a abandonar mi cuadrito e intentar por otro camino. No pienso borrarlo pues bastante trabajo me ha costado. Continuemos.

Si quisiéramos ser justos, deberíamos incluir la variable amor en ese cuadrito imposible. Están aquellos que dividen la atracción (deseo sexual) del amor. Puedo amar solo a personas de determinado sexo y sentirme atraído hacia otro o viceversa. En fin, cada vez me convenzo más de la infinitud del cuadrito y lo absurdo de haber pretendido realizar una clasificación por ese camino.

Dentro de las personas que se denominan trans, están también aquellas que se operan y las que no, aquellas que durante el día cumplen un rol social masculino con una identidad de genero masculina y por las noches asumen una identidad de genero femenina (Cross), aquellas que lo hacen solo en la intimidad o en ocasiones especiales, aquellas de exageran los atributos femeninos a tal punto de autodenominarse de una manera diferente (drags Queen) sin que eso implique algún tipo de condicionamiento sobre su orientación sexual o su identidad de genero.

Dentro del espectro trans existen jergas y jerarquías que son variantes de cultura a cultura, de época en época proliferando nuevas terminologías, reeditando viejas, se mezcla lo científico y lo popular en un sinfín de intentos por explicar la diversidad existente de la condición humana, Mariquita, crossdresser, drags queen, drags King, transformista, transexual, travesti, gay, homosexual, heterosexual, lesbianismo buch, lesbianismo femme, marimacho, bisexual, transgenero, intergenero, identidad queer, etc etc etc…

3) De la dialéctica del amo y el esclavo a los fantasmas de la sexualidad humana

Me resulta complejo esbozar la idea, empezaré por decir que la siguiente afirmación aplica a la sexualidad en general no siendo exclusiva de la homosexualidad. "Los seres humanos gozamos sexualmente de dos posiciones básicas, a saber dominación y sumisión. Dichas posiciones pueden ser fijas, preponderantes o intercambiables, pero gobiernan nuestra sexualidad y nuestro modo de relacionarnos con el otro"

Alguien me señaló que plantear semejante dicotomía inmediatamente después de hablar de la infinitud de variables de la sexualidad humana es al menos confuso, por no decir contradictorio. Sin embargo, lejos de pretender adueñarme de la verdad, quiero que lean críticamente el siguiente apartado a fin de poder avanzar en el debate… hay una porción de verdad a la que me niego a renunciar pese a reconocer mis propias incongruencias. El presente escrito está plagado de errores sin duda, sin embargo apunta a entender y echar luz sobre aspectos aún oscuros de la sexualidad humana.

Es destacable afirmar que resulta un esteriotipo de género asociar dominación con lo masculino y sumisión con lo femenino. Se trata de modalidades del goce que culturalmente han sido adoptados por los respectivos géneros más por cuestiones sociales y de poder que por alguna razón esencialista. Conceptos psicoanalíticos como masoquismo primario femenino y envidia del pene en la mujer son válidos si se tiene en cuenta la dimensión cultural en la que hemos estado inmersos, pero no tocan al ser. Podríamos salvar dichos conceptos si tomamos en cuenta los aportes del Dr. Lacan quien se cansó de aseverar que "el inconciente está estructurado como un lenguaje", siendo el lenguaje devenir y cambio, las estructuras entonces deberían ser entendidas a la luz de los cambios culturales. De allí la importancia de pensar en topología estructural antes que en topología substancial de los conceptos psicoanalíticos.

En el discurso Hegeliano el amo es el que domina y somete al otro, el amo no tiene miedo, se lanza a una lucha a muerte y a puro prestigio con el otro a fin de conquistar su propio deseo, el deseo de someter el deseo del otro, el esclavo es el que teme, con tal de no perder la vida accede a perder su libertad, se dice que su deseo de someter el deseo del otro no es tan fuerte como su temor a perder la vida y es por ello que se somete y se vuelve sumiso. El esclavo aporta racionalidad, le da valor a la vida y elige por amor a su vida una vida de esclavo. El Amo se juega a todo o nada, elige siempre entre su deseo o la muerte.

Lo que no dice Hegel es que ambos gozan. Que el amo goza parecería innecesario decirlo, pero el goce del esclavo se vuelve novedoso y oscuro. El esclavo no solo teme y elige perder su libertad por amor a la vida… el esclavo goza de su posición de sumisión que en definitiva esconde pura actividad.

Sartre el "El ser y la Nada" (1944) se apoya en la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo para hablar del amor. Afirma que en la relación de amor que se establece entre dos conciencias libres, la más débil es la que ama más. La conciencia que ama más es la que se somete a lo que hay en ella de sensible, de emocional, al amor que siente. La Conciencia que ama menos es la que más domina, la que tiene el poder de definir la relación. Si me amás demasiado sos mío y te someto.

Lacan en su seminario número 8 sobre la transferencia (1960) analiza el Banquete de Platón y rescata las figuras del Amante (el sujeto del deseo que se caracteriza por lo que le falta y no sabe que le falta) y el amado (el objeto de deseo que tiene y no sabe lo que tiene). Del lado del amante podríamos ubicar la posición deseante, el amante toma al amado como objeto de amor, lo ama y lo desea en tanto objeto de su propio deseo. Lo interesante de este planteo es que el amante al amar hace surgir su propia falta que intenta colmar con el objeto de amor. El amado en cambio está en una posición narcisista, se deja amar y se convierte en objeto de deseo del otro. Constituyendo esto un goce en sí mismo.

¿Quién es el amo y quien el esclavo? ¿El amante, sujeto en falta que sale a buscar su objeto de amor empobreciéndose a sí mismo y enalteciendo a su objeto amado?. ¿O el amado que en tanto objeto de amor brillante y deseado satisface un goce narcisista poniendo a trabajar a amante para sí? ¿Quién domina y quien se somete? Acá es donde se produce la paradoja del amor, en donde el amo es el amado, quien domina por amar menos, y la actividad queda en manos del esclavo sujeto amante, quien se esclaviza por ser el que más ama. La pasividad es toda del amo en tanto objeto amado.

El Amado deviene en Amo y es quien Domina por amar menos… Su posición es de objeto y es pasivo.

El Amante deviene en Esclavo, por ser quien más ama y es el Sumiso. Es por lógica activo,

El Amo pierde el deseo, (recordemos que su deseo era de reconocimiento, deseo de someter el deseo del otro, conquistarlo, sentirse deseado, amado, una vez que el otro somete su deseo y lo reconoce le quedan dos opciones: se vuelve ocioso y pasivo dejándose amar por su esclavo o sale a conquistar nuevos reconocimientos)

El Esclavo se vuelve Activo, es quien produce y motoriza en nombre de un Amo… Su trofeo es conservar la complacencia del amo, tenerlo satisfecho, conservarlo.

La sexualidad humana se mueve en estas polaridades, la dialéctica del amo y el esclavo puede servirnos para esclarecer modalidades de atracción que con mayor o menor crudeza remiten en definitiva a las mencionadas estructuras.

No estoy hablando únicamente del sadismo y el masoquismo, manifestaciones extremas de una sexualidad humana polarizada por esta dialéctica.

La homosexualidad puede analizarse a la luz de este dispositivo. La atracción entre iguales en donde uno de los sujetos somete al otro, lo domina sexualmente afirmando su poder. El sometido adopta una posición de sumisión y complacencia al conquistador. Y dicho sometimiento encierra un poder desconocido para quien domina, el que se somete esconde en sí mismo el objeto mismo del deseo que le permitirá en un futuro pasar a dominar.

Se trata en definitiva de una lucha dialectica de poder sexual, en donde los partenaires, cada uno a su manera dominan y someten al otro.

 

 

 

Autor:

Lic. Leonardo Cosentino.

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