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¿Es el neuroaprendizaje emocional fuente del surgimiento de líderes éticos y efectivos? (página 5)




Enviado por Alfredo Otazo



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Como ya hemos notado del concepto y análisis de la resiliencia se desprende un fenómeno fundamental a comprender, este es el estrés. Los factores estresantes, como ya sabemos, detonan un fuerte efecto en las emociones, dado el normal funcionamiento de nuestro cerebro. Es por esto que el autocontrol también juega un rol clave a la hora de comprender el estrés y su manejo y más aun cuando nace de la naturaleza humana y cerebral la capacidad resiliente. Así es lógico que el cerebro humano se adapte bajo la característica de la neuroplasticidad y el valor de ajustarse a los procesos de cambio o crisis que puedan enfrentarse.

La resiliencia permite al ser humano lograr niveles de automotivación muy superiores a la de una condición de normalidad, es decir, la fuerza interior brota naturalmente para sobreponerse a la adversidad.

Empatía

"Ponerse en los zapatos del otro", ¿lo han escuchado alguna vez?, al respecto, el liderazgo requiere de esta competencia para el ejercicio de la influencia que se necesita. En política y en el servicio público resulta trascendental potenciar la empatía en consideración que cada decisión, cada temática y cada gestión tiene que ver con otros, en específico, la comunidad, la sociedad. Los seres humanos nacimos dotados de esta capacidad y también de poder desarrollarla, para lo cual se hace imperioso considerarla en los procesos de aprendizaje de la educación formal y de lo que acostumbra transmitir normalmente la familia.

Habitualmente se entiende por empatía primaria la habilidad de "leer" las emociones de otra persona. Esto puede ocurrir en forma automática y rápida. Se suma a esto la importancia de la sincronización que consiste en escuchar con total receptividad, sintonizando con la otra persona. la sincronización implica una atención que va más lejos que la empatía momentánea, lo cual facilita estar en armonía con el otro.

El ser empático genera una importante sinergia en la organización, la fortalece desde la perspectiva de las relaciones humanas y el mejoramiento de la comunicación interna. Desde este punto de vista, el líder organizacional, social y político potencia el funcionamiento de la organización si toma consciencia de la empatía y actúa a base de esta.

"Si hacemos esfuerzos por ayudar a los individuos, será beneficioso para la organización. Este es un supuesto del que debemos partir, basados en la experiencia, la psicología y la educación. La evidencia ha demostrado que si pretendemos privilegiar al grupo -a expensas del individuo– no servirá para cohesionarlo, ya que los miembros se sentirán ansiosos y desconfiados. El grupo se siente más seguro cuando se escucha y se trata con sensibilidad a cada uno de sus miembros. Además, cuando no hay temor de exponerse en grupo, es más probable que cada persona contribuya más libre y espontáneamente.

No se sabe a ciencia cierta si existe una clara relación entre la moral de un grupo y la productividad. Sin embargo, hay estudios que muestran diferencias entre grupos de alto y bajo rendimiento. En uno de ellos – realizado por la Universidad de Michigan en la empresa Prudential Life Insurance Company-, se comprobó que los grupos que tenían menos supervisión eran más proclives a participar en la toma de decisiones, tenían más confianza en sus supervisores, se sentían reconocidos por la compañía y eran más productivos. En otros estudios se ha observado que cuando los supervisores se dedican más a los aspectos interpersonales que a los de la tarea propiamente tal, tienen mejores resultados en la producción.

Se sugiere que es más fácil lograr la máxima productividad si hacemos aflorar la motivación ya existente en las personas que tratar de estimular externamente. ¿Cómo se logra esto? Escuchando con respeto y comprensión. Escuchar a las personas las hace sentir que pueden contribuir y que su aporte es valioso para la organización. La decisión de dedicar tiempo para escuchar a los empleados es algo que cada supervisor o gerente debe tomar. Actualmente, los gerentes tratan más con personas que con bienes y servicios, lo cual implica nuevas habilidades, como comprender a los demás, percibir los sentimientos y perspectivas ajenas e interesarse activamente por sus preocupaciones. De este modo, adquieren relevancia los siguientes aspectos:

– Orientación hacia el servicio: prever, reconocer y satisfacer las necesidades del cliente.

– Ayudar a los demás a desarrollarse: percibir las necesidades de desarrollo de los demás y fomentar su capacidad.

– Aprovechar la diversidad: cultivar las oportunidades a través de personas diversas.

Conciencia política: Interpretar las corrientes políticas y sociales de una organización".[55]

Resulta básico comprender que la empatía constituye la base del trabajo en equipo y el don que lleva al líder a entender el mundo que lo rodea, es lo que permite cultivar lo que denominan "el espíritu de servicio público" y por tanto aquello que todo líder político debiera generar conciencia para lograr un trabajo eficaz y responsable.

Para seguir con el análisis de la empatía es útil interiorizarse en el mundo neuronal y en específico en el funcionamiento de las denominadas neuronas espejo.

Las neuronas espejo permiten a los seres humanos no quedar indiferentes ante acontecimientos de nuestro entorno, es así como al ver una película experimentamos emociones y sentimientos como si nos ocurriese a nosotros, o bien disfrutamos de un partido de fútbol sintiendo cada jugada acontecida en el tiempo reglamentario, en fin, no deja de ser familiar recordar acontecimientos que afectan a otros pero que en cada uno de nosotros producen una reacción orgánica dada las emociones según sea el caso.

Somos seres sociales y políticos, así lo entendían los clásicos como es el caso de Aristóteles. Vital resulta a nuestra existencia comprender las acciones, intenciones y emociones de los demás. Estas neuronas nos permiten entender la mente de el resto de las personas.

"Estas neuronas fueron descubiertas por el equipo de G. Rizzolatti en la década de los años noventa del siglo XX. Observaron cómo ciertas neuronas del cerebro del mono (macaco) se activan no sólo cuando el individuo realizaba acciones motoras dirigidas a una meta, sino, sorprendentemente, también cuando dicho individuo meramente observaba cómo alguien (otro mono, o un humano) realizaba la misma acción. En la medida que este conjunto de células parecía "reflejar" las acciones de otros en el cerebro del observador, recibieron el nombre de neuronas espejo.

Este descubrimiento que, como en tantas ocasiones en la historia de la ciencia, fue por azar, se ratificó posteriormente con experimentos específicamente diseñados para observar si las neuronas espejo se activaban ante la observación de acciones (y no sólo durante su ejecución), y si estaban implicadas en la comprensión de acciones (activándose cuando el mono no podía ver la acción realmente, pero tenía suficientes datos para producir una representación mental de la misma, es decir, cuando podía imaginarla).

Neuronas Espejo y empatía.

La confirmación de esta actividad de las neuronas espejo llevó a preguntarse si este mismo sistema existía también en los seres humanos, lo cual se ha demostrado a partir de numerosos experimentos en los que han sido de incalculable ayuda las técnicas de neuroimagen.

Los conjuntos de neuronas espejo parecen codificar plantillas para acciones específicas, lo cual permite a un individuo no sólo llevar a cabo acciones motoras sin pensar en ellas, sino también comprender las acciones, sin necesidad de razonamiento alguno.

Dicho de modo más sencillo: si hasta ahora considerábamos que el movimiento, por ejemplo de una mano, era el resultado de un proceso mental en el que, analizadas por el cerebro las percepciones y datos sensoriales, se emitía una respuesta adecuada (que, en el caso de acciones intencionales complejas, requeriría de unas capacidades cognitivas realizadas por regiones especializadas para ello), y que la zona motora del cerebro era la encargada de ejecutar dicha respuesta en forma de movimiento, ahora parece ser que el sistema motor es mucho más complejo, y puede ser el sustrato neural de procesos atribuidos al sistema cognitivo.

Esto tiene dos importantes consecuencias: por una parte, obliga a revisar lo que hasta este momento se ha venido afirmando respecto a las regiones motoras del cerebro (el sistema motor no puede ser ya concebido como un mero "ejecutor pasivo" de ordenes emitidas por otra región cerebral, parece más bien de un complejo entramado de zonas corticales diferenciadas, capaces de realizar las funciones sensoriomotoras que parecerían propias de un sistema cognitivo superior) y por otro lado, supone un importante reto para nuestras convicciones psicológicas acerca de la importancia de la comprensión consciente de los actos humanos.

La importancia de estos descubrimientos es de tal categoría que un prestigioso investigador como V. S. Ramachandran no tiene ningún reparo en afirmar que "las neuronas espejo harán por la psicología lo que el ADN hizo por la biología: proporcionarán un marco unificador y ayudarán a explicar una multitud de capacidades mentales que hasta ahora han permanecido misteriosas e inaccesibles a los experimentos". Y, por cierto, el mismo autor afirma que no se ha divulgado suficientemente este enorme salto científico, y que esta frase suya tan llamativa sobre la relevancia de las neuronas espejo ¡es más famosa que el descubrimiento de Rozzolatti y otros investigadores!.

Comprender a los otros.

Las investigaciones de G. Rizzolatti, V. Gallase, M. Lacoboni, L. M. Oberman, V. S. Ramachandran y otros muchos permiten afirmar que existe un vínculo entre la organización motora de las acciones intencionales y la capacidad de comprender las intenciones de otros. Esto supone la disolución de la barrera entre uno mismo y los otros, y es fácil comprender la ventaja que implica desde el punto de vista de la supervivencia. La comprensión de las intenciones y las emociones de otros es esencial para la vida social y el fundamento de los comportamientos morales.

Ramachandran llama a las neuronas espejo "neuronas de la empatía" por ser las implicadas en la comprensión de las emociones de los otros. De algún modo, si la observación de una acción llevada a cabo por otro individuo activa las neuronas que permitirían al observador realizar la misma acción, estaríamos ante una suerte de "lectura de la mente".

Las neuronas espejo del observador actúan como un sistema que permiten la comprensión de las acciones y por tanto la empatía, la imitación, y la teoría de la mente. Incluso de ha sugerido que el sistema de neuronas espejo sería el mecanismo neural básico para el desarrollo del lenguaje. Rasgos todos ellos de capacidades relevantes para la hominización, desde un punto de vista evolutivo.

Un elemento esencial de todas estas hipótesis radica en la introducción de la intención en la comprensión de la acción. Los primeros estudios planteaban la función de las neuronas espejo para entender la acción (el "qué" de la acción), sin embargo, lo más interesante está en la comprensión de la intención de dicha acción (el "por qué") sin la cual no sería más que un mero reflejo, como el nombre venía a indicar (neuronas espejo).

Determinar por qué se ejecuta una acción es básico para su comprensión real, y tiene que ver con detectar la meta u objetivo de dicha acción. Para estudiar este tipo de cuestiones se han llevado a cabo estudios con neurociencia magnética funcional, analizando las respuestas de los observadores a acciones con y sin contexto que les diera sentido.[56]

En política y en especial en el servicio público ser empático implica conocer y comprender las necesidades de otros, de mis adversarios, de los amigos, las personas en general. Esto por sobre los afanes individualistas y egoístas, es decir, es legítimo un grado de ambición pero que no sea el objetivo rector de mi actuar. Todo en su justo equilibrio.

En definitiva, gran parte de las crisis políticas en el mundo, la corrupción, el "escalar" sin mediar en el daño a los demás, constituyen características sintomáticas propias de este extravío moral y ético cuyas bases nacen del subdesarrollo empático.

Un líder político subdesarrollado empáticamente se transforma derechamente en un "peligro a la sociedad", un inconsciente del verdadero sentido de la función pública y política. de pasada destruye equipos sin darse cuenta y provoca una clara tendencia hacia la ineficiencia e ineficacia, de cualquier tipo de organización en donde esté. Por todo esto, es vital el logro de políticos preparados en estas temáticas desde muy temprana edad, buscando el fortalecimiento de la empatía y en especial de toda la inteligencia emocional.

Entra en escena un concepto fundamental en el rol de servidor, este es el altruismo. El altruismo se refiere a aquellas conductas que promueven el bienestar de los demás sin una retribución o un beneficio personal, aspecto ligado estrechamente a la empatía. Por su parte, surge también el concepto de solidaridad, tan usado por muchos y fruto de las condiciones biológicas propias de los seres humanos. Se entiende que las conductas solidarias y cooperativas jugaron evolutivamente un rol trascendental en el desarrollo de la cohesión de grupos sociales, lo que permitió que grupos con un número mayor de individuos no relacionados genéticamente se asentaran y rigieran por normas comunes.

Importante es destacar que la gran variedad de factores que inciden en nuestra conducta empática, no sólo tiene relación con aspectos biológicos y genéticamente predeterminados. Al respecto, las creencias religiosas, la educación desde la primera infancia y variados aspectos propios de la cultura, impactan en la empatía de cada cual. Por tanto, vuelve a colación la relevancia de pensar en un modelo de sociedad que parta teniendo como base un real cambio en los procesos educativos y en el aprendizaje, incentivando con esto, el desarrollo de una sociedad más respetuosa, fortalecida desde la perspectiva de la amistad cívica, más ética y con un servicio público, político y función pública mucho más eficaz.

En conclusión Daniel Goleman plantea "La aptitud básica de la conciencia social es la empatía: percibir lo que piensan y sienten los demás sin que nos lo digan con palabras. Enviamos continuamente señales sobre nuestros sentimientos mediante el tono de voz, la expresión facial, los gestos y muchos otros canales no verbales. La capacidad de descifrarlas varía enormemente de una persona a otra.

Hay tres clases de empatía. La primera es la cognitiva: sé cómo ves las cosas, puedo adoptar tu perspectiva. Un jefe con un buen nivel de este tipo de empatía logra que sus trabajadores obtengan resultados mejores que lo esperado, porque consigue explicar las cosas de una forma que entienden, lo cual los motiva. Y los ejecutivos con una gran empatía cognitiva funcionan mejor en puestos en el extranjero, porque captan las normas tácitas de otra cultura con mayor rapidez.

La segunda clase es la empatía emocional: te siento. Es la base de la compenetración y de la química. Los que destacan en empatía emocional son buenos consejeros, profesores, responsables de atención al cliente y jefes de grupos, gracias a esa capacidad de detectar en el momento las reacciones de los demás.

Y la tercera es la preocupación empática: noto que necesitas ayuda y estoy dispuesto a dártela espontáneamente. Quienes se caracterizan por una preocupación empática son los buenos ciudadanos de un grupo, una empresa o una comunidad, los que ayudan a los demás de buen grado cuando hace falta.

La empatía es el componente esencial de la compasión. Tenemos que darnos cuenta de lo que le pasa a otra persona, qué siente, para que se despierte la compasión. Hay un espectro que empieza con el ensimismamiento absoluto, cuando no nos fijamos en los demás, sigue con la fase en que les prestamos atención y empezamos a establecer una sintonía, y continúa con el establecimiento de una empatía, la comprensión de sus necesidades, la preocupación empática y por fin la acción compasiva, cuando les prestamos ayuda.

Al parecer las distintas variedades de empatía se basan en circuitos cerebrales bien diferenciados. Por ejemplo, Tania Singer, neurocientífica del Instituto Max Planck de Alemania, ha estudiado la emocional y considera que la ínsula (que es, recordemos, una de las zonas cerebrales cruciales para la inteligencia emocional, según se ha descubierto) tiene una función decisiva en la empatía. La ínsula detecta señales de todo el cuerpo. Cuando establecemos una relación empática con alguien, las neuronas espejo imitan en nuestro interior el estado de esa persona. La zona anterior de la ínsula descifra ese patrón y nos dice de qué estado se trata.

Para Singer, descifrar las emociones en los demás supone, a nivel cerebral, descifrarlas primero en nosotros mismos; la ínsula se activa cuando nos centramos en nuestras propias sensaciones. Por ejemplo, ha hecho estudios con técnicas de imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) en parejas: mientras uno de los dos se somete a una exploración cerebral, ve que el otro está a punto de llevarse un susto. En ese momento se le activa la parte del cerebro que entraría en funcionamiento si se llevara realmente el susto y no se limitara a ver lo que le sucede a su pareja.

Paul Ekman, el gran experto mundial en expresión facial y emociones, es el científico que se basaba la serie de televisión Miénteme, donde el protagonista revolvía casos policiales detectando cómo se sentía la gente y dejando un lado lo que trataban de proyectar. Descubría si mentían gracias a sutiles "fugas" no verbales de sus verdaderas emociones. Ekman ha confeccionado un programa de formación (que parece dirigirse a ese circuito neurona espejo-ínsula) mediante el cual podemos descifrar las expresiones que aparecen en el rostro de una persona durante apenas la quinta parte de un segundo, tan brevemente que no llegan a reconocerse de un modo consciente. Gracias a ese programa podemos mejorar la identificación de emociones fugaces (pero reveladoras) en la cara de otra persona, y eso en sólo una hora, aproximadamente.

Para alcanzar una mayor capacidad de empatía una vía sería realizar la formación de Ekman, pero para mejorar la empatía cognitiva lo más recomendable es obtener información sobre lo que de verdad piensa la otra persona, comprobar o corregir nuestras corazonadas. Otro método para reforzar la empatía consiste en ver un video o una película sin sonido y adivinar las emociones que se reflejan en la pantalla y luego contrastar esas suposiciones con la realidad. En otras palabras, ofrecer a los circuitos cerebrales dedicados a la empatía datos sobre lo que siente o piensa de verdad la otra persona ayuda a que esos circuitos vayan aprendiendo. [57]

En conclusión, la capacidad empática del líder no consiste en sufrir cuando el otro sufre, simplemente consiste en comprender las emociones del otro, sus sentimientos, sus intereses y su vida en general, permitiendo dirigir y gestionar de acuerdo a quienes lo rodean y con la máxima claridad de los objetivos.

Relaciones sociales.

Este aspecto es un componente vital del liderazgo, no deja de ser trascendental comprender que las buenas relaciones humanas son una condición indispensable del líder, se suma a esto la importancia de la comunicación, la asertividad y la comprensión del escenario en que el líder se desenvuelve, es decir, las circunstancias o momentos que condicionan la oportunidad de lo que se comunica y conducta del líder. Todo esto resulta clave en entender una buena y adecuada relación social.

Como ya se explicara anteriormente, Karl Albrecht define esta condición dentro de la idea de la inteligencia social. En este sentido, se pregunta ¿Podemos convertirnos en una especie socialmente más lista?. Al respecto sostiene: "A riesgo de perdernos un poco en el reino de lo filosófico, quizás valga la pena reflexionar sobre las implicaciones más amplias de una ciencia de la inteligencia social y la posible dirección en la que nos llevaría el estudio de semejante disciplina.

Un observador de un planeta remoto, es de suponer que de una cultura más sabia y exitosa que la nuestra, quizá contemplara con consternación la incapacidad de los seres humanos para cooperar y abstenerse del comportamiento inhumano. Para ser justos, ese mismo ser debería reconocerle a los humanos grandes actos de colaboración y esfuerzo común, a la vez que los condenaba por sus colosales atrocidades. No son moco de pavo la gran pirámide, el canal de Panamá, la llegada a la luna, internet y los espectáculos de patinaje de los Ice Capades.

Por otro lado, podría señalar ese observador extraterrestre, los humanos nos hemos demostrado capaces de infligir destrucción y sufrimiento a gran escala, del mismo modo en que pudimos construir y colaborar a gran escala. Dicho sea de paso, muchos de nuestros ufanos grandes proyectos a menudo han acarreado considerables "daños colaterales". Cuando los artesanos de mayor talento de la India completaron el Taj Mahal, el emperador Sha Jahan hizo que los mataran; ordenó que cegaran a los principales arquitectos para que nunca pudieran repetir su obra maestra. Las crónicas relatan que en la construcción del canal de Panamá perdieron la vida más de 5000 trabajadores…

Por aventurarnos un momento en el reino de lo grandilocuente, yo diría que como especie necesitamos tres cosas para mejorar nuestras posibilidades de sobrevivir y vivir en un estado de paz razonable. Ninguna de ellas resolverá el problema de la inhumanidad del hombre para con el hombre, y sumadas es probable que tan sólo puedan mitigar su severidad. Sin embargo, a medida que las vamos perdiendo progresivamente, parecemos alejarnos cada vez más en la dirección equivocada.

En primer lugar, necesitamos líderes representativos de una elevada inteligencia social. Necesitamos, en particular, líderes capaces de articular una visión positiva de desarrollo y progreso, aunque no nos haga a todos felices. Necesitamos dirigentes que apelen a lo mejor que llevamos dentro y nos inviten a crecer como individuos y como sociedad, en lugar de líderes que conspiren con nuestros miedos primordiales y nuestra codicia egoísta.

En segundo lugar, necesitamos un sistema educativo que honre los principios y comportamientos asociados a la elevada inteligencia social, que enseñe a nuestros jóvenes a comprender las culturas y subculturas por las que tendrán que abrirse paso en este mundo moderno y que haga énfasis en el valor de la colaboración por encima del conflicto. Necesitamos un sistema educativo que dote a nuestros jóvenes para expresar sus ideas con claridad, para hacerse entender y para aspirar a entender a los demás antes de reaccionar a su comportamiento…

Por último, necesitamos un entorno mediático que sirva a los valores más elevados de la cultura y no a los meros intereses comerciales de unas corporaciones cuyos ejecutivos se sienten con derecho a vender cualquier cosa que les plazca, a cualquiera al que puedan influir y por cualquier medio posible".[58]

Como ya se indicara en un subtitulo anterior, las relaciones sociales tienen que ver con las habilidades de interacción que tienen las personas, y es en este sentido, donde Karl Albrecht propone la sigla S.P.A.C.E, refiriéndose a la conciencia situacional, a la presencia, autenticidad, claridad y empatía.

Desde esta perspectiva, es muy importante tener conciencia del momento en que me encuentro, esto asociado a posturas, tono de voz y señales que doy dependiendo el contexto. El ser auténticos es otro aspecto importante que, aunque no creamos, el resto de las personas percibe. Además el ser claros y asertivos en lo que expresamos elimina la posibilidad de dobles lecturas. Por último, la empatía, en cuanto sintonía con el resto, es un factor vital para generar buenas relaciones.

Nuestro cerebro está formado y configurado para relacionarnos con las demás personas y mantener buenas relaciones humanas, es por esto, que la formación del ser humano, desde sus inicios, debe orientarse en este aspecto, además de todos las características de un desarrollo de la inteligencia emocional. En la actualidad vemos un sin número de problemáticas suscitadas por la no consideración educacional de esta condición que a mi juicio es la clave del progreso de las personas y las sociedades. No deja de ser esto la respuesta a tanto problema de liderazgo que enfrentamos en la presente época, siendo tan sólo la consecuencia de años de inconsciencia en políticas públicas que no han puesto el acento en algo que pudiese significar el salto cualitativo y cuantitativo al desarrollo de un país.

Hoy nos quejamos de la falta de respeto, del exceso de individualismo, de la falta a la ética, la crisis de la política, en fin, todo efecto de este subdesarrollado modelo educativo que no tomó la conciencia suficiente del gran meollo de las sociedades, el ser humano y la comprensión de su integridad (cerebro, mente, cuerpo y entorno) y su autogestión.

Para Daniel Goleman, las personas que nos rodean tienen la capacidad de moldear y definir nuestros estados de ánimo y nuestra biología, al tiempo que nosotros ejercemos una influencia análoga en ellos. Esa comprensión profunda del influjo que las relaciones tienen en nuestra vida y en la de los demás da origen a lo que puede llamarse la "Inteligencia Social", cuyo desarrollo exige, a un mismo tiempo, conocer la forma en que funcionan las relaciones y comportarse adecuadamente en ellas. Una persona socialmente hábil podría, como lo hace un luchador de jiu-jitsu, reconocer las energías emocionales hostiles y orientarlas para que se tornen positivas.

Ser Líder requiere de buenas relaciones humanas y de generar la mayor armonía posible con su entorno.

Otra disciplina importante que aporta a las adecuadas relaciones sociales y un liderazgo efectivo es la ontología del lenguaje. Quizás el análisis de esta perspectiva intelectual merece un apartado completo, sin embargo, de el quiero rescatar la importancia del lenguaje en las personas, asumiendo que este constituye la base de la comunicación y por tanto, clave en la interacción humana. Para comprender la ontología del lenguaje, el intelectual Rafael Echeverria, expone tres postulados básicos:

1. Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos.

2. Interpretamos al lenguaje como generativo.

3. Interpretamos que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él.

Fundamental resulta comprender que dentro del concepto de relaciones sociales, el reflejo de lo que somos, es un aspecto considerable y que condiciona a otras personas en el proceso de comunicación, y a la vez el efecto o reacción del "otro", entendido como el receptor de los mensajes, también condiciona e influencia al emisor. Es decir, este es un proceso biunívoco.

El primer postulado centra en el lenguaje lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que son. Es decir, los seres humanos son seres lingüísticos, seres que viven en el lenguaje, siendo la clave para comprender los fenómenos humanos.

El segundo postulado, consiste en que interpretamos el lenguaje como generativo, esto implica que el lenguaje no sólo nos permite describir la realidad, además crea realidades. En este sentido, la realidad no siempre precede al lenguaje, éste también precede a la realidad. En consecuencia, el lenguaje genera ser. Agrega Rafael Echeverria "Al postular que el lenguaje es generativo, estamos sosteniendo que el lenguaje es acción.., sostenemos que a través del lenguaje, no sólo hablamos de las cosas, sino que alteramos el curso espontáneo de los acontecimientos: hacemos que cosas ocurran. Por ejemplo, el proponerle algo a alguien o al decirle "sí", "no" o "basta" a alguien, intervenimos en el curso de los acontecimientos.

Basta pensar en las infinitas oportunidades en las que una persona, un grupo, un país cambiaron de dirección y alteraron su historia porque alguien dijo lo que dijo".[59] En conclusión, los seres humanos modelamos nuestra identidad y el mundo en que vivimos, por medio del lenguaje.

El tercer postulado, consiste en interpretar que los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. La Ontología del lenguaje sostiene que la vida es el espacio de tiempo en el que los individuos se inventan a sí mismos, de hecho Nietzsche planteaba que "en el ser humano la creatura y el creador se unen".

En definitiva, las personas nacen con el poder de participar activamente en el diseño de su propia forma de ser. Es decir, el ser humano es un espacio de posibilidad hacia su propia creación. En esto se rescata el más profundo significado de la propuesta de Heidegger, en cuanto al Dasein quien sostuviera la idea de que cada persona tiene infinitas posibilidades para construir su ser y destino, surgiendo desde esta perspectiva la importancia de la libertad como valor humano básico en nuestro ser.

Cabe destacar, que el lenguaje, en cuanto fenómeno, es lo que un observador ve cuando ve una coordinación consensual de la coordinación de acciones, es decir, cuando los miembros participantes de una acción coordinan la forma en que coordinan juntos la acción. El lenguaje, por ende, es coordinación recursiva del comportamiento.

Por todo lo dicho, en relación a la Ontología del lenguaje, no cabe duda de la responsabilidad que se debe asumir con la comunicación y en específico con el lenguaje en el mundo de las relaciones humanas, al respecto, somos seres sociales por naturaleza y como tales, al vivir en un mundo interactuante, se hace indispensable comprender que el lenguaje condiciona y nos condiciona, de este depende como transmitimos lo que queremos o simplemente las emociones, siendo vital desde esta perspectiva, la inteligencia emocional a la hora de gestionar la comunicación y el lenguaje. Mediante el lenguaje asumimos compromisos, ejercemos influencia, emitimos juicios, en fin, existen muchísimos modos de condicionar, incluso con los silencios.

El lenguaje positivo.

Sin duda el lenguaje positivo constituye un hábito que podemos desarrollar dada la infinita capacidad cerebral y su plasticidad. Resulta muy poderoso generar este lenguaje e influir con el uso de esta herramienta, tanto para el beneficio del propio líder como de los demás, es decir, su entorno. En esto el filósofo español Luis Castellanos desarrolla la ciencia del lenguaje positivo señalando "creemos que la clave del éxito de la ciencia del lenguaje positivo está en tomar conciencia de nuestro propio lenguaje para después intervenir en él activamente, es decir, entrenar para generar un hábito nuevo. Las aplicaciones prácticas del lenguaje positivo son infinitas porque las palabras están presentes en casi todos los ámbitos de la vida y pueden convertirse en nuestras aliadas para conseguir más éxito, más salud y más felicidad. Y lo maravilloso de entrenar el lenguaje positivo es que él mismo nos impulsa, nos motiva, nos da la energía necesaria para seguir esforzándonos y nos descubre una forma más inteligente de enfocar el esfuerzo para alcanzar nuestras metas.

Somos seres de investigación, opinión, reflexión, pero son nuestras acciones las que marcan la trayectoria y el destino de nuestra vida. El lenguaje positivo en todas sus expresiones (verbal, escrito y gestual) y en todos sus ámbitos (nuestra habla interior, la comunicación interpersonal, la interacción social)es una poderosa herramienta de motivación que nos ayuda a obtener un impulso extra, a veces casi imperceptible, pero realmente importante, para seguir actuando, para convertirnos en los protagonistas de nuestras vidas"[60]. Esto es clave en el líder, su capacidad de auto liderarse, es decir, saber que su libertad está en decidir su mejor camino, siendo inteligente emocionalmente, trabajando creencias potenciadoras, no siendo esclavo del ego y el qué dirán, y finalmente ser libre en el más puro sentido de Heidegger.

En el ámbito de las relaciones sociales, el líder debe ser muy consciente de su lenguaje verbal, corporal, de su entorno, de sus emociones y de la importancia de la comunicación. Además de procurar el despertar de emociones positivas en las personas para influir desde una perspectiva constructiva. He aquí una de las grandes problemáticas de los políticos actuales que por buscar influencia rápida y corto placista, intentan generar emociones negativas en beneficio propio, ya sea hablando mal de contrincantes políticos o de situaciones poco agradables a las personas.

Los beneficios en el líder y las demás personas son notables al hacerse consciente de lo antes expuesto, minimizando la posibilidad de un estrés crónico, depresión y sus consiguientes efectos en el aspecto biológico y fisiológico, temas ya expuestos anteriormente en la comprensión del cerebro humano. Esto permite el surgimiento de una interrelación positiva al percibirse del líder mayor carisma, fuerza, salud, solvencia y un ejemplo a seguir.

Resulta relevante tener claro que la comunicación no puede considerarse por separado del lenguaje, comunicar es clave en el ejercicio de un buen liderazgo, para resolver problemas y disminuir la tendencia al conflicto. Otro aporte constituye el concepto de inteligencia asertiva. Al respecto, la sicóloga chilena Javiera de la Plaza señala "En pocas palabras, esta es la capacidad para comunicarse, expresar ideas, opiniones, puntos de vista y sentimientos de una manera clara, precisa y desenvuelta, aunque sin atropellar a los demás"[61], sin duda, un buen compendio de lo que debe ser una buena comunicación.

Finalmente el líder es una persona emocionalmente inteligente, consciente de ser una unidad sistémica cerebro, mente, cuerpo y entorno, y con una gran capacidad de adaptación. Sobresale su claridad de misión y objetivos, y el valorar la comunicación y uso del lenguaje en el fortalecimiento de las relaciones humanas. Por esto cuando el líder no sabe empatizar e interpretar las emociones de los demás provoca una disonancia y tiende a comunicar mensajes perturbadores para las personas, desviándolos del sentido de misión y elevando los niveles de malestar colectivo y desmotivación con las respectivas consecuencias que esto trae consigo.

Capítulo 6.

El papel de las creencias

Perspectivas de la "realidad" dan sentido a nuestras vidas, constituyen factor gatillante de emociones y las consecuencias sistémicas que esto trae consigo, manifestándose en la conducta de las personas. Las creencias me pueden llevar a desarrollarme o bien estancarme como víctima de mi autoboicot. Por las creencias muchas veces sentimos miedo, rabia, alegría, en fin, según como interpretemos la realidad de acuerdo a la perspectiva que adoptamos. En esto resulta interesante la idea de que existen tantas perspectivas de la realidad como personas hay, lo que es un reflejo de lo complejo que resulta para el líder generar influencia sobre otros o bien constituyen la explicación de porque existe tal reconocimiento. En definitiva, el líder debe ser consciente de sus creencias e identificar cuales lo limitan y cuales lo potencian. Es así como resulta vital valorar la importancia de la educación y de cómo las personas, desde su primera infancia, pueden adquirir creencias potenciadoras que le permitan autoliderarse y desarrollarse en la vida.

"Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente."

Robert Bolt.

Aun recuerdo desde niño a mis padres cuando decían "no corras por las escaleras porque te vas a caer" o bien "estudia porque si no lo haces serás un hombre del montón", entre tanto dictamen que para mi eran verdades absolutas y de los cuales no cabía cuestionamientos, "cómete toda la comida para que estés sano", ¿no es esto familiar a todos?, pues bien desde muy pequeños somos un "recipiente", receptores de apreciaciones, comentarios, juicios subjetivos, en fin tanta frase y palabrería que condicionan nuestra existencia y que quedarán como verdaderos chip inserto en nuestra mente, pasando prácticamente al plano inconsciente y a dirigir nuestras vidas bajo un autogobierno de lo que entendemos por bueno o malo y que de pasada construyen nuestra forma de ver la realidad.

Estos dictámenes son de manera simple las creencias que tenemos respecto a la existencia, los objetos, los sujetos, el tiempo, etc, tanta cosa que se nos presenta en la vida y que la abordamos según lo que creemos. Es aquí en donde debemos detenernos y analizar la importancia de las creencias en la mente humana, el cómo se gatillan las emociones, cómo nuestro cerebro se va "moldeando" y adaptando a este marco de creencias, cómo a su vez esto repercute en nuestra biología corporal y de manera clara en el entorno, es decir, en quienes nos rodean, en las relaciones sociales. Un claro aporte en esto es la temática de la Bioneuroemoción.

Enfocándonos en la perspectiva del liderazgo, un líder es un ser humano colmado de creencias al igual que todos, cuya experiencia fue dando forma y sentido a su existencia y es aquí donde surge la idea e importancia del aprendizaje como proceso, no sólo el aprendizaje que se puede obtener desde la escuela, sino además aquel que nos da la familia y el que contextualiza nuestro entorno social. En consecuencia, el aprendizaje es la gran responsabilidad que tenemos como sociedad y en el cual estamos al debe por el simple hecho de dejarnos llevar, no ser conscientes de lo que estamos transmitiendo a nuestros niños y jóvenes, no posicionar desde lo político la importancia de esta discusión desde su raíz que es el ser humano, su ser y sus circunstancias, no ser responsables siquiera los medios de comunicación en poner el tema de cómo atendemos el aprendizaje como meollo de una verdadera reforma y cambio de nuestro sistema de educación, sea Chile u otro país, en fin, son muchos los cuestionamientos que vienen a la cabeza y que dan aún más sentido la presente tesis.

Lo anterior da por fundamento la explicación de que la gran crisis política que hoy vive Chile es sólo un resultado de un proceso histórico y aprendizajes que no tuvieron un direccionamiento claro y de un relativismo moral y ético que fue mermando la organización social mediante el lamentable fortalecimiento de los actos de corrupción, falta de respeto por la vida, sobre ideologización, pérdida de la visión de Estado y el altruismo en el servicio público, actores políticos ciegos del camino del bien común y con niveles de egocentrismo peligrosos para una sociedad, entre otros juicios que podrían concluirse y que dan pie a reflexionar de qué es lo que haremos hacia adelante, definiendo para ello objetivos positivos a trabajar. En este sentido, llegó la hora de asumir que existen una serie de creencias que quizás debemos desaprender para luego potenciar creencias que fortalezcan la acción de un líder, sea este político o empresarial y con mayor razón poner el foco en la primera infancia, la educación básica, los adolescentes y una fuerte reorientación de la enseñanza superior como formadora de personas y no sólo técnico y profesionales.

Para seguir adelante con la tesis, se definirá lo que son las creencias, qué entendemos por el concepto y lo que la ciencia nos puede aportar en esto, mediante diversos y connotados intelectuales y científicos.

Wolfgang Hoffmann es un destacado coach con más de veinte años de experiencia y en su obra "Creencias Limitantes" aborda el concepto de creencias definiéndola como "un conjunto de ideas – que consideramos verdaderas y no necesariamente poseen un origen racional – que expresan una visión negativa o positiva acerca de la realidad global o parcial, externa y/o subjetiva del ser. En definitiva, son nociones preexistentes de la realidad que funcionan como filtros que modelan o dan significado a lo observado.

Las creencias son energía. Energía procesada, transformada y almacenada dentro de nuestro sistema neuro-bio-psicológico en códigos, símbolos, reacciones fisiológicas -eléctricas-químicas, sensaciones, emociones. La creencia es un sistema interrelacionado de elementos o componentes. Por ejemplo, le invito a realizar un breve experimento:

Cierre sus ojos y traiga a su conciencia la palabra "Mamá", preste atención, sólo dos minutos, a todo lo que experimenta la palabra sugerida.

¿Qué sucedió con su cuerpo? ¿Qué emoción experimentó? ¿Qué imágenes se hicieron presente? ¿Qué sensaciones aparecieron? ¿Qué pensamientos brotaron en usted? ¿Hizo algún movimiento con sus manos, labios, piernas u otra parte del cuerpo?

Mamá es en concepto asociado a significados profundos y muy arraigados, de hecho, la sola palabra "mamá" es una creencia. Cuando la traemos a la conciencia empiezan a surgir las manifestaciones asociadas a esa creencia. La creencia empieza literalmente a mostrarse y comunicarse a través de los diferentes tipos y cualidades de energía o información que la componen.

Las cualidades que integran una creencia son:

– Conductual.

– Sensorial.

– Lingüístico

– Neurológico

– Fisiológico

– Corporal

– Cognitivo

– Emocional

Características y dinámica de funcionamiento de las creencias.

  • Las creencias tienen la peculiaridad de dar significado y coherencia a todo evento externo o interno del ser humano. Esta característica hace que las personas muy pocas veces experimenten la realidad tal cual es y que su experiencia de vida se limite a una elaboración mental o representación de la misma basada en sus creencias.

  • Las creencias se forman a partir de eventos especiales o cotidianos a través de las llamadas experiencias tempranas y de nuestra relación con gente a la que consideramos importantes o significativas para nosotros. También se instalan en personas o grupos como consecuencia de crecer y vivir en entornos culturales que comparten dichas creencias.

  • Las creencias filtran y crean nuestros pensamientos y emocionalidad. Así mismo, producen lo que es conocido como "percepción selectiva", la cual se presenta cuando el individuo procesa solo la información que le interesa, debido a que está de acuerdo con sus creencias.

  • Las creencias y sus pensamientos asociados tienen la peculiaridad de que son aceptados generalmente como válidos sin ser cuestionados o analizados previamente.

  • Son un recurso altamente beneficioso para el ser humano, ya que simplifican la relación del individuo con un entorno psicosocial e informático cada vez más complejo. También pueden convertirse en una prisión que limite la capacidad del individuo a observar desde distintos ángulos y a adaptarse funcionalmente a su entorno.

  • Las creencias son muy estables en el tiempo, sobre ellas se levanta todo un andamiaje de conductas, emociones, características relacionales, características de aprendizaje, es decir: la personalidad. A medida que el tiempo pasa y el individuo se hace más viejo, su sistema de creencias se hace mucho más rígido y en consecuencia difícil de cambiar. Sin embargo, algunas de nuestras creencias van cambiando a medida que crecemos con el tiempo. Muchas solo cambian superficialmente, manteniendo su núcleo original aprendido en el pasado; otras realmente se transforman, adaptándose a las nuevas circunstancias del entorno y a la persona.

  • Las creencias funcionan en un nivel diferente de la realidad a la que estamos acostumbrados a observar y manejar. Para cambiar una creencia necesitamos estrategias diferentes a las que utilizaríamos para trabajar con una conducta que es observable y medible.

Las creencias operan como un mecanismo regulador sobre nuestras metas y valores personales. Las metas de una persona están íntimamente relacionadas con sus valores, los cuales son "creencias de rango mayor" que dibujan el estado ideal deseado donde el ser humano cree puede alcanzar su realización plena; sin embargo, los valores, como por ejemplo: la paz, el amor al prójimo, el gozo, la familia, la libertad, etc., son "condicionados" a la vez que "condicionadores", tanto en su significado como, en los medios para alcanzarlos. Si le preguntamos a una persona cuya opinión es que la paz es uno de sus valores fundamentales ¿Qué necesitas para alcanzar la paz?, sus respuestas pueden variar entre las siguientes:

– Para alcanzar la paz debo estar unido a Dios.

– Para vivir en paz debo erradicar mi propio odio.

– Para vivir en paz debo amarme primero a mí mismo.

– Para alcanzar la paz hay que acabar con la pobreza social.

En cada respuesta se puede apreciar diferentes creencias respecto al qué hacer para obtener o alcanzar el valor, de igual manera, se dejan ver las creencias que sobre "sí mismo" posee. Una vez que hace acciones para alcanzar el valor, esta experiencia influirá de una manera u otra en su concepción inicial. En este sentido, hay una relación íntima, concomitante, entre la creencia y el valor o meta que deseamos alcanzar. Dependiendo de cual sea su creencia, el contexto y las metas, la estrategia para alcanzar su valor cambiará.

  • Otra característica es que la creencia de terceros acerca de nosotros o nuestra realidad puede tener una influencia determinante sobre nuestras vidas.

  • Las creencias que más poder e influencia tienen en nuestra vida, a menudo, son creencias inconscientes o desconocidas por las personas, lo cual hace mucho más difícil su identificación y obviamente su transformación.

  • Las creencias son un motor de encendido en el ser humano, activan lo que podremos hacer y lo que no podremos hacer por su influencia. En este sentido, las creencias funcionan a futuro, pueden ser consideradas como un predictor altamente confiable de nuestros comportamientos".[62]

Resulta importante destacar que las creencias, a medida que transcurren los años, más complejo es erradicarlas, por esto resulta fundamental tomar conciencia del proceso de aprendizaje de los niños desde la primera infancia y además hacerse conciente de los valores y creencias que tenemos que inculcar en nuestra sociedad. Desde la perspectiva del liderazgo, constituye el gran paso en el cual se debe considerar la importancia del sistema de creencias y el aprendizaje asociado a este aspecto.

No deja de ser clarificador, que desde el punto de vista del líder político y la formación de ciudadanos, todo parte por pensar el futuro de sociedad que deseamos, cómo soñamos el país en el que vivimos y por tanto inculcar desde la "cuna" familiar los valores y creencias que se requieren para el desarrollo del ser humano virtuoso y ético, para el ser humano trabajador, responsable, respetuoso y honesto; para lograr lideres solventes en todos los ámbitos y por sobre todo en lo social y político en donde se discuten los asuntos públicos y los destinos de toda una sociedad.

Por todo esto, el aprendizaje circunscrito a la sociedad como entorno, la familia y la educación (materializado en los centros de enseñanza) son el foco de qué y cuáles cambios se efectuarán para planificar el cómo.

El factor creencias resulta ser tan relevante que podemos graficarlo de la siguiente manera:

Monografias.com

Resulta destacable el impacto que tienen las creencias en el sistema cerebro – mente – cuerpo – entorno, según lo expresado en la gráfica, en consecuencia, al traer a colación el concepto de entorno, no cabe duda el efecto sobre las relaciones sociales que las creencias en si pueden producir, para que hablar del cerebro y su funcionalidad que en esta tesis se expone. Viceversa, la importancia del entorno al establecimiento de nuestras creencias.

Complementando lo anterior, interesante resultan los estudios expuestos por el científico Bruce Lipton quien vino a revolucionar el mundo científico con sus planteamientos basados en la renuncia a la teoría de que lo genético nos tiene absolutamente condicionados, su aporte destaca el valor del entorno como condicionante fundamental de nuestra existencia y la infinita capacidad que poseemos los seres humanos de poder construir nuestro futuro y de lograr los objetivos.

"Sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética. Sus descubrimientos (que iban en contra de la opinión científica establecida de que la vida es controlada por los genes) y el estudio de la física cuántica le han llevado a criticar duramente la medicina convencional.

"Nos han hecho creer que el cuerpo es una máquina bioquímica controlada por genes sobre los que no podemos ejercer ninguna autoridad, eso implica que somos víctimas de una situación, no los elegimos, los recibimos al nacer ellos programan lo que sucederá.

Agarré tres grupos de células, las puse en tres placas de petri, cambié las condiciones, cambié el medio de crecimiento y los componentes del medio ambiente en cada una de las tres placas.

Luego verifiqué que en una de las placas se formo hueso, en otra musculo y en otra, células liposas. ¿Qué fue lo que controló el destino de cada una de ellas si eran genéticamente idénticas? Eso demuestra que los genes no lo controlan todo, es el ambiente, el ser humano es el que controla, dependiendo de como lee el ambiente, de como su mente lo percibe. Estamos en un punto de la historia en que hemos de elegir ser soberanos o permanecer dependientes. No estamos limitados por nuestros genes sino por nuestra percepción y nuestras creencias" Dr. Bruce Lipton.

Según la nueva biología, somos más dependientes del medio ambiente que de los genes. Ya no se pueden usar los genes para explicar porqué los humanos estamos en el tope de la cadena evolutiva ni tampoco para explicar porqué nos enfermamos, o como actuamos.

Hay enfermedades que si, en efecto, son causadas por un gen, pero estas enfermedades equivalen a menos de un 2% de los malestares que sufre la población mundial. La mayoría de la gente viene a este mundo con genes que deberían permitirles vivir una vida feliz y saludable. Las dolencias mas comunes como la diabetes, los problemas del corazón y el cáncer son el resultado de la interacción entre múltiples genes y sobre todo de los factores medio ambientales, y no son el resultado de uno solo y único gen como se está diciendo.

Las células tienen memoria. Aprenden a través de la experiencia, de su contacto con el medio que las rodea, y luego guardan una memoria que les permite adaptarse mejor y anticiparse a los cambios. Es decir, las células son inteligentes! Esta memoria incluso se mantiene intacta en las células de los órganos que se han donado."[63]

Que importante resulta tomar conciencia del entorno, de quienes nos rodean, de lo que ocurre, por sobre todo el aprendizaje que implica esta interacción constante y lo condicionante que es lo que nos transmiten desde niños, formando con esto, nuestro mapa de creencias que enfocan una perspectiva distinta entre las personas, pueden ser similares, pero diversas al fin y al cabo. Con esto quiero decir, que somos lo que nuestras creencias señalan.

En definitiva, el líder no solo debe hacerse conciente de sus creencias, además debe trabajarlas para desaprender aquellas creencias que nos limitan y dañan y potenciar o instaurar aquellas que implican un avance en nuestra existencia. Es aquí donde surge el concepto de desaprendizaje cuya relevancia es vital en el proceso de vida. Desaprender implica dejar de lado, relativizar y quitar la calidad de verdad absoluta, modos de pensar o creencias que mas bien estorban, y como contraparte aprender, es decir, asumir un proceso de aprendizaje a base de la experiencia.

Desde esta perspectiva, un líder general y un líder político en particular, es recomendable, asuma ciertas creencias que, además, requieren ser transmitidas a quienes lo rodean. En consecuencia, asuma un rol de "educador" de sus equipos y seguidores, sea conciente de la importancia en la educación de esta postura y por tanto se convierta en un agente sinérgico de todo sistema al cual pertenece.

Creencias base desde la cual nace el quehacer del líder social y político

Sin querer dar por absoluta esta postura y considerándola una orientación, algunos aspectos que considero relevante para el líder social y político son:

1. Conocedor de que es una unidad sistémica: Cerebro, mente, cuerpo y entorno.

2. Emocionalmente inteligente, decadencia del egocentrismo.

3. La vida es un constante aprender.

4. Puede ser y hacer lo que se proponga.

5. Respeto por sí mismo y el resto de los seres humanos.

6. Ético, justo y Altruista.

7. Comprender que es un servidor público superponiendo el bien común por sobre el bien particular.

8. El cambio es permanente, en sí mismo y en su entorno.

9. El poder y la influencia son herramientas y una herramienta construye.

10. Dejar de lado o evitar conflictos innecesarios y sin efecto alguno en los objetivos.

Sin duda en cada uno de estos aspectos hay un contenido del cual grandes filósofos han reflexionado, sin embargo, buscando posicionar en la actualidad la figura del "nuevo filósofo rey" resulta implacable destacar estas orientaciones y exponer de un modo profundo, en un apartado especial para ello, las características del líder político, olvidado por muchos y pensado ya hace mucho por grandes mentes, con un complemento de una visión actual que fortalece las creencias que deben resaltarse del líder de hoy y de las personas como ciudadanos y componentes de una sociedad.

Capítulo 7.

Aprender a aprender

El aprendizaje constituye el proceso de vida fundamental para el desarrollo del líder. El líder adquiere sabiduría a base del aprendizaje, mayoritariamente como resultado de la experiencia. Será el Nuevo Filósofo Rey el principal "output" del aprendizaje permanente y a la vez un generador de aprendizaje para otros. En definitiva, el aprendizaje permitirá, a través del tiempo, filtrar las creencias útiles, ser eficiente en los recursos y potenciales que poseo, autopotenciarme de manera constante, asimilar conocimientos útiles y evitar lo innecesario y finalmente ser emocionalmente mucho más inteligente. Este capítulo es un tributo a la importancia de la educación desde la primera infancia y el rol de la familia en esto. Sin duda, el líder siempre aprende pero también incentiva el aprendizaje.

"El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información."

Albert Einstein.

El líder es un aprendiz constante y un sabedor de su ignorancia. El aprendizaje constituye uno de los principales procesos del liderazgo adaptativo, el trayecto en donde se reconoce la ignorancia y uno se hace consciente de ella. El aprendizaje está en todas partes y al reconocer la unidad cerebro, mente, cuerpo y entorno, asumo que la capacidad de adaptarse es algo natural a todo ser humano y que dadas las ilimitadas potencialidades a desarrollar podemos alcanzar el autogobierno como base de un liderazgo efectivo.

Desde la perspectiva del nuevo filósofo rey, el líder político futuro asume su rol de aprendiz constante con la humildad que esto requiere, se desarrolla durante la vida como un ser competente en el saber de su naturaleza, por tanto un líder político en específico y un lider en general, necesita para el desarrollo de sus competencias globales, hacerse consciente, conocedor y poseedor del saber de los potenciales que puede desarrollar, garantizando de esta manera los niveles de influencia necesarios para su efectividad y eficacia.

Un líder, al igual que el martillo de Thor, toma "entre sus manos" una herramienta intangible fundamental y materia de grandes discusiones, este es el poder, trayendo consigo este fenómeno, momentos de gran exigencia humana, especialmente en lo emocional. Esta capacidad de movilizar recursos y personas, requiere de una gran responsabilidad y en específico una importante preparación psicológica previa que nos permita más "visualización" desde una perspectiva sistémica y holística, equilibrio emocional (entendido como inteligencia emocional), inteligencia social y desarrollo de competencias.

En este proceso de madurez humana, el aprendizaje es el gran concepto a comprender y para esto entraremos en su análisis más detallado y que se requiere el líder entienda.

Entenderemos el aprendizaje como "la capacidad de autotransformación de un individuo (o una organización) para asegurar su viabilidad, adaptación y expandir sus posibilidades de éxito.", sin duda nuestra adaptación se encuentra condicionada por nuestra capacidad de aprendizaje, si no fuese así" perderíamos la vida" por no poder aprender de la experiencia, también se puede definir el aprendizaje como "un proceso de expansión de la capacidad de acción para responder de manera más efectiva a los desafíos del entorno." Resulta interesante sin duda, adentrarnos en esta capacidad humana y darle el significativo valor que merece si de liderazgo tratamos. Se inició este capítulo asumiendo que el líder es un eterno aprendiz, para lo cual resulta fundamental generar la consciencia suficiente en quienes asumen el rol de liderazgo y más aún si de política hablamos.

"El arte de aprender.

Nuestros cinco sentidos son receptores especializados en información sobre el medio ambiente y, como tales, suministran al cerebro un conjunto de señales a las que este les otorga significado.

En el caso del aprendizaje, lo importante no es la información que recibimos, sino las modificaciones que los datos producen en nuestro entramado cerebral: los neurocircuitos que se generan y cómo estos cambios pueden influir ante situaciones similares en el futuro.

Así, y durante toda la vida, vamos aprendiendo infinidad de cosas, la mayoría de ellas sin realizar ningún tipo de esfuerzo consciente de retención: la información pasa a nuestros alma-cenes de memoria como un proceso natural que registra, en forma consciente y metaconsciente, todos los datos que alcanzan un determinado umbral de significación.

De este modo, voces, objetos, rostros, lugares, sonidos, imágenes, sensaciones, aromas y sabores se van incorporando a nuestro almacén de recuerdos junto a nuestras vivencias y las emociones que estas nos han provocado, e imprimen en nuestra memoria tanto las imágenes como las construcciones simbólicas que elaboramos.

Ahora bien: ¿por qué, cuando queremos hacer un viaje mental hacia el pasado, reciente o lejano, no todas las impresiones que hemos almacenado afloran con la misma fluidez?

¿Por qué, cuando se trata de recordar algunos momentos de la infancia, los paisajes que disfrutamos en nuestras vacaciones, las películas de Chaplin o, simplemente, los libros que más nos gustaron, los recuerdos surgen a borbotones, mientras que, a duras penas, logramos rescatar algo de lo que estudiamos en primer año o de lo que dijo un expositor en el curso al que asistimos… la semana pasada?

El sentido común nos diría que no recordamos algunas cosas por-que, simplemente no nos interesaron. Y esto es cierto. Sin embargo, más de una vez intentamos recuperar conceptos que aprendimos en la escuela o en la universidad porque los necesitamos en el presente, y no logramos hacerlo.

¿La falla está en nuestras capacidades cerebrales para procesar la información? ¿En el sistema de enseñanza-aprendizaje? ¿En nuestras habilidades para memorizar? ¿En las dificultades para prestar atención dada la vorágine de la vida cotidiana, que no nos permite concentrarnos en una cosa por vez?

La respuesta no es una sola. No es casual que la neurobiología sugiera que no sólo el entorno en el que aprendemos, sino también las moléculas que intervienen en los procesos mentales superiores tienen su responsabilidad en estos mecanismos, y que la neuroeducación apunte a investigar cómo aprendemos y cómo deben transmitirse los conocimientos para que sean aprehendidos.

Durante mi experiencia como catedrático he comprobado que la información transmitida en forma exclusivamente oral, típica de los centros académicos tradicionales, deja huellas muy débiles en la memoria de largo plazo. Por eso muchos alumnos no pueden recordar lo que en algún momento supieron muy bien.

¿Cómo hacer para enseñar mejor? ¿Cómo hacer para aprender mejor? ¿Cómo actúan los mecanismos cerebrales que intervienen cuando incorporamos nueva información, la procesamos y memorizamos?

Con la idea de responder estas preguntas, que me hice durante años y años de dedicación a la formación de empresarios y gerentes y a la capacitación en empresas, comencé a investigar cómo podían aplicarse los avances de las neurociencias a este campo fundamental de la activi-dad humana.

Parte del resultado de este trabajo ha sido plasmado en mis libros, en los que analizo las principales diferencias entre el aprendizaje, es decir, la forma tradicional en que hemos ido incorporando conocimientos, y el neuroaprendizaje, que, a mi criterio, es la disciplina más prometedora para romper con el viejo paradigma e implementar los cambios que necesitamos para ser mejores educadores y mejores aprendientes. En los apartados siguientes, resumiré los conceptos fundamentales."[64]

"¿Cómo aprendemos?

En neurociencias muchos temas son motivo de discusión. Lo que prácticamente no se discute es que el gran científico Donald Hebb estaba acertado cuando, hace más de cincuenta años, señaló que los recuerdos podían estar almacenados en modificaciones sinápticas y que estas modificaciones estaban distribuidas extensamente en el cerebro.

Las ideas hebbianas pueden resumirse en los siguientes conceptos:

La huella de un recuerdo fruto del aprendizaje se produce y se mantiene por medio de modificaciones celulares que primero trazan y luego consolidan la estructura de las redes neurona-les.

El aprendizaje se produce cuando trabajan en simultáneo dos neuronas conectadas entre sí.

El funcionamiento en simultáneo es lo que permite la creación de redes neuronales y actúa como factor desencadenante en la formación de los recuerdos.

Según la teoría de Hebb, la fuerza de una conexión entre neuronas (sinapsis) se incrementa si las células conectadas se activan repetidas veces y en forma simultánea. De este modo, se van formando las memorias resultantes del aprendizaje.

Cabe destacar que cuando Hebb elaboró su teoría la ciencia no contaba con el equipamiento que existe en la actualidad para explorar los mecanismos cerebrales. Recién en 1973, cuando Bliss y Lomo presentaron su trabajo sobre el proceso de potenciación a largo plazo (PLP), la teoría de Hebb fue confirmada.

Lo que observaron Bliss y Lomo fue que cuantas más veces experimentaba una célula el mismo estímulo, más fuerte se volvía la señal eléctrica, permitiendo a las células distinguir entre in-formación nueva e información conocida.

Parece un tema difícil y, por cierto, es complejo. Recurriré, entonces, a un modelo sencillo para ayudar a comprenderlo: ante cada estímulo sensorial se activa la corteza correspondiente, por ejemplo, si su abuelo se acerca con una botella de vino, se activarán las neuronas de su corte-za visual, si hace sonar la copa de cristal con algún utensilio antes de servirlo, se activará su corteza auditiva (además de otras estructuras relacionadas).

Cada vez que evoque la imagen de un buen tinto o de una copa de cristal comenzarán trabajar las mismas neuronas que se habían activado cuando su cerebro registró por primera vez ambos objetos y la relación entre ellos. Si dicha experiencia llevó una emoción profunda asociada, el momento se grabará en su memoria para siempre.

Los siguientes son los principales conceptos que el lector debe retener para comprender el fenómeno del aprendizaje a nivel neurológico:

El aprendizaje depende de la potenciación a largo plazo, que es el mecanismo que traslada la información desde la memoria de corto plazo a la de largo plazo.

La pérdida de memoria después del aprendizaje es enorme. Si bien durante una hora se puede retener la información que se acaba de adquirir (ya que el cerebro integra los nuevos datos), a este lapso le sigue una espectacular disminución en la que, al cabo de 24 horas, el 80% de los detalles puede perderse.

El mantenimiento del aprendizaje (cuando no es emocional) depende del grado de profundidad con que se haya procesado la información durante el aprendizaje, así como de las repetidas recuperaciones que se hagan de los contenidos almacenados."[65]

La vida es un constante proceso de aprendizaje y no solo de aprendizaje, también de desaprendizaje. A través de la vida y mientras maduramos tendemos a la sabiduría, lo que no significa que lo seamos, al revés, nunca se termina de aprender y asociado a esto se encuentra la capacidad del ser humano de ser parte del aprendizaje hasta el último día de vida de la ancianidad.

La experiencia nos va nutriendo de información y de comprensión de situaciones desarrollando con esto el aprendizaje del cual el líder debe ser conciente y hacer conciente a los demás.

Además el aprendizaje implica desmontar creencias y potenciar otras, permitiendo con esto la flexibilidad, mejor desarrollo, mejoramiento de la situación de sí mismo y de su entorno.

El Aprendizaje Hebbiano.

El nombre Hebbiano viene del científico Donald Hebb quien sostuvo que el aprendizaje y la memoria dependían de un simple proceso en que las neuronas que se disparan juntas permanecerán juntas. Lo importante de la idea de Hebb es que el aprendizaje cambia las conexiones entre dos neuronas a nivel molecular. Por ejemplo, cuando se aprende una palabra nueva nacen nuevas conexiones en las redes del cerebro lingüístico debido al aprendizaje Hebbiano.

Importante resulta destacar la relación del aprendizaje con la neurociencia, desde un punto de vista general, las neurociencias estudian los procesos mediante los cuales el cerebro aprende y recuerda. El aprendizaje en si tiene la característica de generar cambios relevantes en el cerebro, involucrando temáticas como la plasticidad cerebral y la sinapsis, la memoria y las partes cerebrales involucradas en esta función.

Siguiendo con la idea general del aprendizaje y concretando una definición se puede entender como aprendizaje al "proceso de adquisición de conocimientos, habilidades valores y actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o la experiencia, Dicho proceso puede ser entendido a partir de diversas posturas, lo que implica que existen diferentes teorías vinculadas al hecho de aprender. La psicología conductista, por ejemplo describe el aprendizaje de acuerdo a los cambios que pueden observarse en la conducta de un sujeto.

El proceso fundamental en el aprendizaje es la imitación (la repetición de un proceso observado, que implica tiempo, espacio, habilidades y otros recursos). De esta forma, los niños aprenden las tareas básicas necesarias para subsistir y desarrollarse en una comunidad.

El aprendizaje humano se define como el cambio relativamente invariable de la conducta de una persona a partir del resultado de la experiencia. Este cambio es conseguido tras el establecimiento de una asociación entre un estímulo y su correspondiente respuesta. La capacidad no es exclusiva de la especie humana, aunque en el ser humano el aprendizaje se constituyó como un factor que supera a la habilidad común de las ramas de la evolución más similares. Gracias al desarrollo del aprendizaje, los humanos han logrado alcanzar una cierta independencia de su entorno ecológico y hasta pueden cambiarlo de acuerdo a sus necesidades.

La pedagogía establece distintos tipos de aprendizaje. Puede mencionarse el aprendizaje por descubrimiento (los contenidos no se reciben de manera pasiva, sino que son reordenados para adecuarlos al esquema de cognición), el aprendizaje receptivo (el individuo comprende el contenido y lo reproduce, pero no logra descubrir algo nuevo), el aprendizaje significativo (cuando el sujeto vincula sus conocimientos anteriores con los nuevos y los dota de coherencia de acuerdo a su estructura cognitiva) y el aprendizaje repetitivo (producido cuando se memorizan los datos sin entenderlos ni vincularlos con conocimientos precedentes).

Teorías sobre el aprendizaje.

Según lo define Isabel García, el aprendizaje es todo aquel conocimiento que se adquiere a partir de las cosas que nos suceden en la vida diaria, de este modo se adquieren conocimientos, habilidades, etc. Esto se consigue a través de tres métodos diferentes entre sí, la experiencia, la instrucción y la observación.

Según Patricia Duce una de las cosas que influye considerablemente en el aprendizaje es la interacción con el medio, con los demás individuos, estos elementos modifican nuestra experiencia, y por ende nuestra forma de analizar y apropiarnos de la información. A través del aprendizaje un individuo puede adaptarse al entorno y responder frente a los cambios y acciones que se desarrollan a su alrededor cambiando si es esto necesario para subsistir.

Existen muchas teorías en torno a por qué y cómo los seres humanos acceden al conocimiento, como la de Pávlov, quien afirma que el conocimiento se adquiere a partir de la reacción frente a estímulos simultáneos; o la teoría de Albert Bandura en la cual se dice que cada individuo arma su propia forma de aprender de acuerdo a las condiciones primitivas que haya tenido para imitar modelos. Por su parte, Piaget la aborda analizando exclusivamente el desarrollo cognitivo.

En las teorías del aprendizaje se intenta explicar la forma en la que se estructuran los significados y se aprenden conceptos nuevos. Un concepto sirve para reducir el aprendizaje a un punto a fin de descomplejizarlo y poder asirlo; sirven no sólo para identificar personas u objetos, sino también para ordenarlos y encasillar la realidad, de forma que podamos predecir aquello que ocurrirá. Llegado este punto, podemos afirmar que existen dos vías para formar los conceptos, la empirista (se realiza mediante un proceso de asociación, donde el sujeto es pasivo y recibe la información a través de los sentidos) y la europea (se consigue por la reconstrucción, el sujeto es activo y se encarga de construir el aprendizaje con las herramientas de la que dispone)

Para concluir diremos que el aprendizaje consiste en una de las funciones básicas de la mente humana, animal y de los sistemas artificiales y es la adquisición de conocimientos a partir de una determinada información externa.

Cabe señalar que en el momento en el que nacemos todos los seres humanos, salvo aquellos que nacen con alguna discapacidad, poseemos el mismo intelecto y que de acuerdo a cómo se desarrolle el proceso de aprendizaje, se utilizará en mayor o menor medida dicha capacidad intelectual.

Aprender es adquirir, analizar y comprender la información del exterior y aplicarla a la propia existencia. Al aprender los individuos debemos olvidar los preconceptos y adquirir una nueva conducta. El aprendizaje nos obliga a cambiar el comportamiento y reflejar los nuevos conocimientos en las experiencias presentes y futuras. Para aprender se necesitan tres actos imprescindibles: observar, estudiar y practicar"[66]

El Proceso de Aprendizaje

Un gran avance resulta comprender el proceso de aprendizaje del cual se extrae la idea de la ignorancia inconsciente y de cómo todo ser humano puede salir de ese estado. El primer paso del aprendizaje es reconocer que somos ignorantes ante algo y esto es de gran valor para proseguir con los siguientes pasos que requieren la actitud de aprender.

1. El primer estado es el Inconscientemente incompetente. En esta situación no reconocemos y menos sabemos que somos ignorantes, es decir, desconocemos absolutamente la existencia de un posible conocimiento. Esto quizás se produzca por no tener la necesidad de conocerlo.

2. Conscientemente incompetente. Aquí sabemos que ignoramos el tema o que simplemente no poseemos el conocimiento. Recién en esta etapa comenzamos a poner atención en los detalles y nace la necesidad de conocer.

3. Conscientemente competente. Hemos logrado conocer los detalles del nuevo conocimiento, por tanto, somos cuidadosos de aplicarlo, las habilidades se desarrollan dada la capacidad humana de la plasticidad cerebral, nuevas redes hebbianas se forman. Esta etapa, al igual que la anterior, es crucial en el proceso de aprendizaje.

4. Inconscientemente competente. En esta etapa prácticamente actuamos de manera "automática", sin poner mucha atención en los detalles. Es decir, la información ya ha pasado a ser parte de nosotros.

Un ejemplo clásico en este proceso es cuando aprendemos a conducir, alcanzando el último estado a tal punto que podemos conversar mientras conducimos, cambiar la emisora radial, etc.

Tener presente este proceso de aprendizaje es vital dentro la nueva concepción de educación ya que es un hecho irrefutable el acontecer de los hechos en nuestras vidas y la experiencia que se obtiene. El generar acciones educativas en esta línea es un gran avance para la formación de las personas que requiere una sociedad más desarrollada y con los valores que necesitamos para una sana y productiva convivencia.

De esto se desprende que un gran líder se hace con un mix entre conocimiento, formación y aprendizaje, capaz de desarrollar la inteligencia emocional y un criterio de consciencia por la responsabilidad de ser líder. Más aún se hablamos de líder político o social, en el cual el bien común resulta el gran fin a lograr. En esto, el concepto de aprendizaje vicario del cual Bandura expone, resulta destacable.

El neuroaprendizaje.

La neurociencia tiene mucho que aportar al proceso de aprendizaje humano. Sin duda, el funcionamiento de nuestros cerebros entrega pautas reveladoras del potencial que podemos desarrollar, siendo el concepto de plasticidad un gran estímulo a que todo lo podemos aprender, que sólo las creencias limitantes obstaculizan el desarrollo de nuevas habilidades o el mejor aprovechamiento de talentos inherentes a cada cual. Insertar en el conocimiento de los nuevos líderes y personas en general esta idea, resulta un poderoso avance para caminar al ser humano en estado superior y con mayores niveles de evolución en su relación con la sociedad.

Leslie Hart señaló "Enseñar sin saber cómo funciona el cerebro es como querer diseñar un guante sin nunca haber visto una mano".

El Neuroaprendizaje es una disciplina que reúne variadas ciencias como la Neurobiología, la Psicología, la Pedagogía y la Programación Neurolingüística, entre otras.

Tan poderoso resulta caminar por la conciencia del neuroaprendizaje que incluso hasta los aspectos genéticos pueden verse condicionados.

Por este motivo, en la presente tesis, resulta clave el capítulo destinado al análisis del cerebro.

Un aspecto importante en el estudio del aprendizaje es la memoria. "Lo cierto, en cualquier caso, es que sin memoria difícilmente logramos tomar conciencia de quiénes somos. Sin un conocimiento de nuestro pasado como especie no podemos entendernos a nosotros mismos, ni comprender porque nos encontramos en la situación actual, aunque este esclarecimiento no aporte necesariamente luz sobre nuestra dirección futura. De forma análoga, sin retrotraer a la mente las memorias de nuestra vida pasada no podemos concebirnos como seres dotados de una determinada identidad individual que nos distingue de otros. La tragedia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer radica en la escisión abrupta que provocan entre el presente y el pasado de la persona afectada. Quien padece de Alzheimer no consolida memorias a largo plazo, y todo se le representa como un cúmulo de experiencias efímeras no sedimentadas en identidad alguna, sino en acciones pasajeras sin punto focal. Esta falta de unidad experiencial causa una progresiva pérdida de conocimiento de uno mismo y del mundo circundante. La "mismidad" del individuo se desvanece de modo dramático, y paulatinamente se produce el olvido del entorno más íntimo (familiares, allegados…), hasta llegar a la práctica elisión de todo lo que tiene que ver con la propia personalidad. Es verdad que nunca sabemos por completo quiénes somos, pues este conocimiento tan esquivo se encuentra estrechamente asociado a la pregunta sobre lo que podemos ser en el tiempo venidero, pero resulta innegable que la posesión de una memoria vigorosa sobre nuestro pasado ofrece la clave para elaborar una comprensión, aun vulnerable, de nosotros mismos.

Existen procesos que no controlamos conscientemente, y nos vemos sometidos a toda clase de estímulos que no siempre dependen de nuestra voluntad. Nos insertamos en el seno de una cultura y de una etapa histórica que incide en nuestra individualidad y la moldea profundamente, pero nunca agotamos un "plus" sobre toda determinación (genética o ambiental), correlato de lo que llamamos subjetividad. La subjetividad nunca se reduce a la mera suma aditiva de los condicionamientos genéticos y ambientales, porque nuestra biografía, esto es, nuestra experiencia del mundo, nos modifica constantemente. Somos enormemente plásticos a nuestra vivencia del mundo, a nuestra historia, a nuestra memoria, y por ello somos capaces de aprender, individual y colectivamente, y de coronar las extraordinarias cimas científicas y artísticas que hemos conquistado. Este indeterminismo se restringe severamente cuando flaquea nuestra memoria (forzosamente distinta de la ajena) y nos sentimos desprovistos del poder de establecer una identidad, pues con una facilidad desconcertante sucumbimos a las circunstancias y, en una fragilidad inhóspita, vemos lastradas nuestras capacidades para adquirir independencia con respecto al mundo externo. Una buena memoria de nosotros mismos nos permite, por el contrario, concienciarnos de nuestro origen y de nuestras virtualidades.

El interrogante sobre los mecanismos biológicos de la memoria constituye una temática fascinante, que la ciencia solo ha comenzado a abordar, de modo sistemático, en el último siglo y, con especial intensidad, en las últimas décadas, pero cuyas implicaciones han constituido una materia de notable importancia en la historia de la filosofía occidental. Así, Aristóteles, en el siglo IV ac., propuso la distinción entre mneme (memoria conservada) y anamnesis (memoria evocada).

La mneme sería atribuible a numerosas especies animales, mientras que la anamnesis pertenecería en exclusiva al ser humano, pues su ejercicio requiere del concurso de la conciencia. La anamnesis entraña advertir, reflexivamente, lo que recuerdo, para percatarme de que se trata de algo pasado, que no se produce en el momento presente. Aristóteles estudió también la relación entre memoria y asociación, aspecto que recuperaría, casi veinte siglos más tarde, el filósofo ingles John Locke (1632 – 1704). El estagirita supuso que las emociones podían ayudar a fijar las ideas en la mente.

La memoria se ha concebido en la mayoría de los casos, como una de las potencias del alma. En el orbe clásico se le atribuía un carácter propio y autónomo con respecto a otras facultades de la mente, como la inteligencia y la voluntad. En la teoría ventricular de Nemesio, como hemos visto anteriormente, la memoria se alojaba en una de las cavidades posteriores del cerebro. San Agustín, por su parte, distingue entre memoria, intellectus y voluntas. La diferenciación, por tanto, entre la memoria y las restantes capacidades mentales data de antiguo.

Sin embargo, sólo en décadas recientes hemos sido capaces de fundamentar, en términos estrictamente neurocientíficos, la peculiaridad de la memoria como facultad independiente de la psicología humana, basadas en consideraciones de índole estructural y funcional. Sólo ahora empezamos a comprender los mecanismos moleculares subyacentes a esta notable capacidad, presente ya en animales poco evolucionados y dotada de unas virtualidades excepcionales en el caso de la especie humana.

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