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Nuestras guerras independentistas (Venezuela)




Enviado por Domingo Chacón



  1. ¿Por qué recordar la gloria?
  2. Primera batalla de Carabobo (1814)
  3. Batalla Boyacá
  4. Segunda batalla de Carabobo (1821)
  5. La Batalla de Ayacucho (1824)

¿Por qué recordar la gloria?

No podemos ni debemos olvidar nuestro pasado, Los grandes pueblos forjan su futuro a partir de los hechos, de lo que aconteció en el pasado, para eso debemos hacer conciencia, sentido de pertenencia, analizar para poder entender esos momentos en el tiempo y emprender con paso firme y seguro nuestra trascendencia en el futuro. Debemos sentirnos orgullosos de nuestro pasado Republicano. Nuestra historia de guerra por la independencia, está llenas de páginas que cantan con orgullo las proezas de esas luchas para alcanzar el bien más preciado del hombre ¡La Libertad!

Según palabras de José Martí: "La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio" Mencionare en esta articulo destacando estas batallas, Batalla de Carabobo I -1814, Batalla de Boyacá 1819, Batalla de Carabobo II 1821 y por último la Batalla de Ayacucho 1824.

Batallas, importantes sí, pero son solo parte de la historia; las páginas de las batallas y combates documentadas en nuestra Venezuela, entre 1810 y 1826 alcanzan el numero de 469. Unas grandes otras no tanto, pero todas de vital importancia para la causa republicana. En 1810, 6; 1811, 11; 1812, 24; 1813, 59; 1814, 64; 1815, 21; 1816, 42; 1817, 42; 1818, 30; 1819, 37; 1820, 24; 1821, 48; 1822, 31; 1823, 26; 1824, 3; 1826, 1. Si nos referimos a los escenarios de las batallas, en todo el territorio nacional se vertió sangre patriota: Distrito Federal, 4; Anzoátegui, 38; Apure, 40; Barinas, 11; Bolívar, 17; Carabobo, 41; Cojedes, 11; Falcón, 35; Guárico, 43; Lara, 15; Mérida, 11; Miranda, 14; Monagas, 12; Nueva Esparta, 17; Portuguesa, 5; Sucre, 28; Táchira, 2; Trujillo, 8; Yaracuy, 4; Zulia, 19; Delta Amacuro, 4.

En el estado Aragua ciudad importante de nuestra historia, se dieron 26, batallas de ellas, 4 tuvieron por escenario la ciudad de La Victoria: 20 de junio de 1820, 12 de febrero de 1812, 19 de julio de 1816, y 18 de mayo de 1821. En este recuento se apuntan 51 batallas en Colombia, 8 en Ecuador y 4 en Perú.

Siempre la historia destaca los nombres sonoros de las batallas más importantes: la primera batalla de Carabobo, mayo 28 de 1814, la segunda junio 24 de 1824; Los triunfos de Páez: Mata de la Miel, febrero 16 de 1816; Mucuritas, enero 28 de 1819; Las Queseras del Medio, abril 2 de 1819. Los laureles de José Félix Ribas y Vicente Campo Elías en la Victoria, febrero 12 de 1814. Sucre en Pichincha, mayo 24 de 1822; Bolívar en Junín, agosto 6 de 1824.

Esta es una pequeña historia de la gran historia de nuestras guerras independentistas, que el pueblo venezolano supo llevar más allá de sus fronteras, haciendo naciones y forjando libertades; bajo el mando del venezolano más grande que ha producido América: El Libertador, Simón Bolívar paradigma del ciudadano ejemplar, noble y genial guerrero, estadista excepcional, político que cultivaba el arte de lo posible.

La obra de Bolívar esta por llevarse a cabo, como herederos de las glorias de nuestros libertadores, la patria está esperando por el despertar del bravo pueblo. "Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la propiedad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad consiste en el perfecto goce de estos derechos." Simón Bolívar.

Primera batalla de Carabobo (1814)

El 28 de mayo de este año, se celebrarán 203 años de la primera Batalla de Carabobo, una página de nuestro glorioso pasado en los anales de nuestras guerras por la independencia, las fuerzas de la Segunda República al mando del Adalid por excelencia, Simón Bolívar derrotaron a las fuerzas españolas al mando del Mariscal de campo Juan Manuel Cajigal.

El ejército español con Cajigal al frente, tras haber salido de Coro, pernocto el 16 de mayo en Guataparo, cerca de Valencia, el Mariscal decidió asumir la defensiva, pues deseaba atacar, pero solo hasta que Boves penetrara en los valles de Aragua. El Libertado salió de Valencia el 16 de mayo con 4 divisiones, el día 17 encontró a Cajigal desplegado, pero Cajigal evitó el enfrentamiento y se retiró vía San Carlos. Bolívar retrocedió hasta Valencia para de allí ir a combatir a Boves.

Cajigal volvió a avanzar hacia Valencia y asumió posición de combate en la sabana de Carabobo. Bolívar con 5 divisiones y con toda la caballería que había en la ciudad, enfrento las huestes españolas el 28 de mayo, y ahí, se libró la primera batalla de Carabobo derrotados los españoles, Bolívar encargó al general Rafael Urdaneta la persecución de los restos realistas.

Batalla Boyacá

Como cumbre de estas hazañas bélicas debemos nombrar una que es punto culminante de las glorias de nuestros libertadores, ella es: La Batalla de Boyacá, batalla principal que garantizó el éxito de la 10 y una de las batallas más importantes de la guerra de independencia de América del Sur. La batalla tuvo lugar el día 7 de agosto de 1819 en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de la ciudad de Tunja. Esta batalla fue la culminación de 77 días de la campaña iniciada desde Venezuela por el Libertador Simón Bolívar para independizar el Virreinato de Nueva Granada.

El enfrentamiento tuvo como escenario el puente de Boyacá, sobre el río del mismo nombre, a 17 Km de Tunja; Bolívar derrota al general Barreiro. Antes de este triunfo del ejercito de la Gran Colombia, se escenifico otro combate de vital importancia, el 25 de julio de 1825, se da la batalla del Pantano de Vargas. ¡Dramático!, en un momento crucial del combate, donde El Libertador al ver en peligro el triunfo patriota, grita en medio del fragor de la batalla: "Coronel Rondón, salve Ud. la patria". Juan José Rondón, Comandante de Escuadrón, con catorce jinetes, se arroja a la carga lanza en mano seguido de Lucas Carvajal y el resto de la caballería, y la carga es tan descomunal que desordena la formación realista y permite a la infantería a la bayoneta derrotar a los batallones reales que huyen del campo"

Estas hazañas guerreras descuellan, por ser las batallas que determinan el comienzo de lo que se conoce como la campaña del Sur que culmina con la libertad del continente americano en Ayacucho, diciembre 8 de 1824, el hombre de la gloria y del destino en ese momento le corresponde a El Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, uno de los más esclarecidos oficiales al servicio del padre de la patria.

El último baluarte español El Callao en Perú, capitula el 22 de enero de 1826 después de trece meses de sitio.

Segunda batalla de Carabobo (1821)

Una de las cumbres del Genio militar de Simón Bolívar, fue la Segunda batalla de Carabobo, que se escenifico el 24 de junio de 1821, y fue uno los sellos para la total independencia de Venezuela, al vencer a las tropas de España, en esa oportunidad dirigidas por el mariscal Miguel de la Torre, ocurrido el 24 de junio de 1821 en el glorioso campo de Carabobo. La batalla significo crucial para la captura de Caracas y el resto del territorio que aún permanecía en poder de los realistas, independencia que se consolido de manera definitiva en 1823 con la Batalla naval del Lago de Maracaibo y la toma del Castillo San Felipe de Puerto Cabello.

Antecedentes.

El 28 de enero de 1821 la provincia de Maracaibo se proclamó anexa a la República de Colombia (Gran Colombia). Bolívar decidió reunir el ejército de Apure y las divisiones de la guardia Patriota en Mijagual, a objeto de reanudar las hostilidades.

La Campaña.

Al expirar el armisticio el 28 de abril de 1821 ambos bandos se movilizaron, los patriotas poseían unas tácticas de combate, que les permitía el combate eventual, venciendo a las divisiones rebeldes una a la vez.

La concentración del ejército Libertador se realizó en la ciudad de San Carlos, donde acudieron los ejércitos de Bolívar, Páez y la división del coronel Carrillo. El ejército de Oriente, dirigido por José Francisco Bermúdez realizó una maniobra de distracción avanzando sobre Caracas, La Guaira y los Valles de Aragua que obligó a La Torre a enviar unos 1.000 hombres en su contra para recobrar las posiciones y asegurar su retaguardia. El ejército rebelde avanzó de San Carlos a Tinaco cubierto por la avanzada del coronel José Laurencio Silva, que tomó las posiciones leales en Tinaquillo. El 20 atraviesa el ejército rebelde el río Tinaco y el 23 Bolívar pasa revista a sus fuerzas en la sabana de Taguanes.

El ejército Realista. La Torre distribuyó sus fuerzas de manera tal que cubrieran por el oeste el camino de San Carlos, y por el sur el de El Pao. La primera línea defensiva fue confiada a la Primera División dirigida por el Teniente Coronel Tomás García, la cual se organizó en tres batallones: El batallón del Valencey a cargo del Teniente Coronel Andrés Riesco, ocupó la parte sur del camino; a su derecha se situó el batallón ligero del Hostalrich comandado por el Teniente Coronel Francisco Illas; además de dos piezas de artillería fueron colocadas en una pequeña altura, delante de la línea formada por Valencey y Barbastro.

La posición correspondiente a la vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia liderada por el Brigadier Francisco Tomás Morales, quien contaba con dos batallones principales y uno de reserva. Tomó posiciones el batallón del Infante, a cargo del Tte. Coronel Simón Sicilia; y detrás de esta unidad se situó el batallón ligero del Príncipe.

La reserva quedó integrada por el segundo batallón del Burgos, bajo la jefatura del Teniente Coronel Joaquín Dalmar, quien disponía de cuatro regimientos de caballería. En cuanto al cuartel general, el mismo quedó establecido cerca del batallón Burgos.

El Ejercito Patriota.

El 15 de junio de 1821, Bolívar reorganizó el ejército rebelde en tres divisiones. La primera a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones "Bravos de Apure", al mando del Teniente Coronel Francisco Torres, y los bizarros soldados mercenarios ingleses agrupados en el batallón "Cazadores Británicos" y su comandante Coronel Thomas Ildeston Farriar; además de 7 regimientos de caballería.

La segunda, comandada por el General de División Manuel Cedeño, y los batallones "Tiradores", dirigida por el Teniente Coronel Ludwig Flegel, y el "Vargas", bajo el mando del Teniente Coronel Antonio Gravete), más un escuadrón de caballería. La tercera, cuatro batallones, bajo las órdenes del Coronel Ambrosio Plaza. El de "Rifles" a cargo del Teniente Coronel Arturo Sandes, "Granaderos" al mando del Coronel Francisco Paula Vélez, el "Vencedor de Boyacá" dirigida por el Coronel Juan Uslar y "Anzoátegui", comandada por el Coronel José M. Arguidegui. Las fuerzas rebeldes sumaban en total 6.500 hombres.

La Batalla. Despliegue y táctica.

Esa tarde del 24 de junio, desde el cerro Buenavista, Bolívar hizo un reconocimiento de sus tropas y llegó a la conclusión de que ésta era inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la derecha y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; operación ejecutada por las divisiones de Simón y Cedeño, Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición atacante.

Al darse cuenta La Torre de la maniobra, ordenó al batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la Apure, cabeza de la primera división, que después de cruzar el riachuelo de Carabobo, escalaba la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse dos veces; esto cambio cuando el batallón Cazadores Británicos, que lo seguía, lo enfrentó y lo obligó a retroceder, aunque perdió en esta acción a su comandante Tomás Farriar, pero permitió a los "Bravos de Apure", liderados por Páez, reorganizarse y contraatacar de forma efectiva.

Los batallones Infante y Hostalrich, entraron en auxilio del Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure y unido al Cazadores Británicos para reanudar el ataque, ayudado por dos compañías del batallón Tiradores, hubo de retroceder de forma ordenada. Para detener el repliegue de los patriotas, La Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, que lograron sostener la línea de combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división del ejército colombiano entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente a este nuevo ataque, la Torre ordenó al Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería rebelde, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.

Como último recurso, la Torre le ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería colombiana, pero esta unidad no sólo desobedeció la orden, sino que huyó ante la embestida de las fuerzas de Bolívar. El 1ro. De Valencey forma cuadro y comienza a retirarse, estos fueron perseguidos hasta Valencia.

La batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente de Venezuela, conocidas como campañas de occidente; el poder de los españoles en Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur mientras que sus subordinados acababan la lucha en Venezuela.

La Batalla de Ayacucho (1824)

Culminante acción Militar, punto final de la Campaña Libertadora del Perú, en la que El General Antonio José de Sucre uno de nuestros más brillantes oficiales lleno su expediente de adalid militar con una de los más brillantes hechos militares de nuestra historia.

La Batalla de Ayacucho es uno de los sucesos bélicos más descollantes en la historia militar de cualquier pueblo, en cualquier lugar y en cualquier época. El 9 de diciembre de 1824, él General Antonio José de Sucre, con 6.000 soldados, se enfrenta y vence al virrey La Serna, quien comandaba 9.320 hombres, este hecho ocurrió en el campo inmortal de Ayacucho, que en lengua quechua quiere decir Rincón de los Muertos. Bolívar le había escrito a Sucre: "Expóngase usted, general, a todas las contingencias de una batalla antes que a los peligros de una retirada".

El historiador J.A. Cova, comenta que la Batalla de Ayacucho "No es solamente una épica acción de armas en cuanto a técnica y pericia militar. Es más: la creación de un gran artista, de un supremo artífice que ha vivido soñando con su obra maestra y finalmente la ve realizada con todos los contornos de la obra perfecta. En Ayacucho nada faltó para dar majestad y carácter a la suprema concepción de Sucre".

Con esta batalla se dio libertad al Perú y también a la región llamada Alto Perú, que después se llamó Bolivia y por extensión a toda la América afrogriegohispanolatinoamericana. Asistieron a Sucre aguerridos oficiales: Jacinto Lara, La Mar, Córdova, Miller, José Laurencio Silva. El insigne general Sucre ofreció a los vencidos una capitulación tan gloriosa como la misma batalla. El espíritu de lucha de Sucre fue sublime, él solo, valía por un ejército, recorría las filas diciendo a los soldados: "De los esfuerzos de este día depende la suerte del Sur América. Este será un día de gloria que coronará nuestra constancia. ¡Soldados! ¡viva el Libertador, viva Bolívar, el Salvador del Perú!"

Los preparativos para la batalla decisiva contra el imperio español, comenzaron el 6 de diciembre de 1824 cuando el ejército patriota llego a la pampa de Ayacucho, donde el general Antonio José de Sucre lo organizó así: la división Córdoba (4 batallones) en el ala derecha; la división La Mar (4 batallones) en la izquierda; la división Miller (2 regimientos de caballería) en el centro; como reserva, la división Lara (3 batallones), detrás del centro.

Por su parte, el ejército realista llegó el 8 de diciembre, al mando del general José de La Serna y se estableció en las faldas del cerro Condorcunca, de la siguiente forma: la división Valdés (4 batallones) en la derecha; la división Monet (5 batallones) en el centro; la división Villalobos (5 batallones) en el ala izquierda; la división Feraz (caballería) entre las divisiones Monet y Villalobos; 14 piezas de artillería.

En la mañana del 9 de diciembre, los realistas al mando de La Serna iniciaron el ataque, cuando la división del general Jerónimo Valdés avanzó con la finalidad de desbordar el ala izquierda republicana, al tiempo que las divisiones de los generales Antonio Monet y Alejandro González Villalobos se adelantaban para lanzar su ataque contra el centro y derecha de Sucre, tan pronto como Valdés realizase su ataque.

Valdez atacó a la división Lamar, con tal fuerza que la obligó a ceder, en el acto Sucre que con una serenidad inalterable vigilaba desde un punto llamado la Sabaneta, ordenó a Córdova que cargara sobre el centro enemigo, y reforzara la división Lamar, Córdova cayó sobre dos batallones de la división Villalobos y sobre ocho escuadrones y los arrolló en un momento.

Al frente de la caballería colombiana estaba José Laurencio Silva. ¿Podrían los realistas sufrir su terrible ataque? Todo fue en vano, los colombianos eran hombres a toda prueba, dirigidos por valientes capitanes, fieles a los intereses de la independencia para lograr la libertad de América. Al principio el combate había sido pugnaz e infeliz en nuestra izquierda; pero luego se igualo la lucha, y nada pudo resistir la embestida de nuestras tropas.

La derrota se hizo presente entre los realistas, Lamar persiguió a los vencidos atravesando profundas y escabrosas cañadas, Córdova trepó con sus batallones las ásperas faldas del Condorcanqui e hizo prisionero al Virrey La Serna. Lara marchó por el centro y continuó la persecución.

Los españoles se vieron perdidos en todos los escenarios. A las cinco y media de la tarde se presentó al campo patriota el Comandante Mediavilla, ayudante del General Valdez, preguntando por el General en Jefe para proponer una capitulación. Luego vinieron los Generales Canterac y Carratalá, y concertaron con el modesto y noble Sucre las condiciones de aquel tratado, que se firmó en Quinúa, Canterac firmó la capitulación por la prisión del Virrey.

Quedaron como prisioneros de guerra los Generales: La Serna, Canterac, Valdez, Carratalá, Monet, Villalobos, Ferraz, Bedoya, Somocurcio, Atero, Cacho, Landazuri, GarcíaCamba, Pardo, Vigil y Tur, 16 coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 ofíciales y toda la tropa. Es esta una sucinta reseña de la célebre batalla de Ayacucho que consumó la independencia americana.

Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el general Sucre entró en territorio del Alto Perú el 25 de febrero de 1825. Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo estado nacido en el Alto Perú llevaría el nombre de "República Bolívar", en homenaje al Libertador, designado "Padre de la República". Se le concede también el supremo poder ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente. Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo, designando al mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.

Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su resumen de la vida del general Sucre, único trabajo en su género realizado por él, no escatimó elogios ante la hazaña culminante de su fiel lugarteniente: "La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del general Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina". Las generaciones venideras esperan la victoria de Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los americanos el ejercicio de sus derechos, y el imperio sagrado de la naturaleza".

Aquí la visión del estadista El Libertador, en 1825 a Páez: "Los papeles públicos, habrán informado a Ud. de los brillantes sucesos que han coronado nuestros servicios en el alto Perú, y las prodigas recompensas de esas repúblicas libertadas en Ayacucho. Ya me tiene usted comprometido a defender a Bolivia hasta la muerte como una segunda Colombia. De la primera soy padre; de la segunda soy hijo. Así mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegará hasta las márgenes del Río de la Plata. Mil leguas ocuparan mis brazos; pero mi corazón se hallará siempre en Caracas."

La obra que se inició el 19 de abril de 1810 quedó allí sellada. Notables y dignas fueron las palabras escritas por el Libertador después de tener el parte de la batalla inmortal. "El General Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol: es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada"

Este artículo es basado en una necesidad, nuestro actual gobierno, con un pretendido nuevo y novedoso pensum de estudios donde no existen materias como Historia de Venezuela y Universal, además de Biología, Química, Física, inglés, Geografía, Educación para el Trabajo y Educación Familiar. Triste y doloroso es la puesta en escena de este repudiable gobierno. tomaspisarta@hotmail.com

Como colofón me permito reproducir un párrafo de su libro: Los Saberes Inútiles. Editorial Roble. 1975. pág. 105. del Capitulo Palabras de ceremonia. l capítulo Cuidado con la Historia, escrito porGuillermo Morón. Escritor e historiador venezolano. Doctor en filosofía en la Universidad Central de Madrid. Profesor de geografía, historia y ciencias sociales en el Instituto Pedagógico Nacional de Caracas. Como periodista escribió En El Diario, El Impulso, El Nacional y El Heraldo. En Alemania impartió clases de cultura hispanoamericana en la Universidad de Hamburgo.

"Un pueblo solo tiene alientos de creación si comprende su destino esta íntimamente ligado a su virus histórico. El virus histórico hay que meterlo en las venas del alma de los muchachos, desde los bancos de la escuela. Cuidado, pues, con la historia"

 

 

Autor:

Domingo Chacón.

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