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La eutanasia popular desde la Oración de la Grulla (Ceremonia religiosa cubana)



  1. Síntesis
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Síntesis

El presente artículo versa acerca de la ceremonia de la oración de la grulla, como parte de la tradición oral de la actual villa de Gibara. En su desarrollo se constatan las concepciones acerca de la práctica eutanásica del poblador de estas inmediaciones de inicios del siglo XX y más.

Se describe, esta ceremonia, apoyándose de entrevistas a ancianos e la comunidad y practicantes de espiritismo de cordón, hoy referenciada como Pueblo Nuevo.

Summary

This articulate turn about the ceremony of "The crane"s pray", like a part of the oral tradition of village of Gibara, In his development become verified the conceptions about practice euthanasic of the habitant else beginnings of the century XX.

This ceremony is described though of the interviews to old men and the community and spiritist in the community of Pueblo Nuevo.

Palabras claves: eutanasia, tradición oral, ceremonia de la grulla

Key words: euthanasia, oral tradition, the crane's ceremony

Introducción

La muerte es un momento más de nuestra vida. En la cultura latina y particularmente la cultura cubana, no nos prepara para morir. El acto de vivir nos hace olvidar que somos seres vivos finitos y que en algún momento tendremos que enfrentar esta realidad. Vivir es morir, y todo ser humano maduro debe meditar en como quisiera él despedirse de este mundo.

Eutanasia es una palabra de origen griego, que etimológicamente significa buen morir o buena muerte. En este sentido fue empleada por la cultura greco-romana, que no tomó en cuenta la ayuda a morir sino la dignidad de la muerte.

El concepto de eutanasia desde las estructuras macro y microsocial varia en posiciones religiosas, científicas, culturales, por solo mencionar algunas mas logran unificar criterios en torno al sentido humanista que la ve como ayuda a morir sin dolor, contraponiéndose a la distanasia (muerte dolorosa)

Es común que ante situaciones cuando se enfrenta el cuidado de un familiar en fase terminal y en situación de sufrimiento continuo las ideas de que descanse en paz llegan a nuestra mente. De ahí las comunes plegarias para que el proceso llegue a su fin.

Muchos de los seres humanos que rodean al anciano en fase terminal han acudido a soluciones mágicos religiosas para llevar a este ente al mas allá con el fin de evitarle el dolor, esto aunque no lo parezca constituye una aproximación popular al pensamiento eutanásico o propiamente dicho a la concepción popular de muerte digna. Este resulta el caso de la ceremonia de la oración de la Grulla en el siglo XX gibareño.

Desarrollo

La zona de lo que es hoy se conoce como reparto de las 79 viviendas, antes del paso del ciclón Flora , era una parte de la periferia de la villa de Gibara donde por lo recogido del sitio y su distancia del núcleo urbano se fueron aglutinando en ellas personas de escasos recursos, discapacitados y viudas, hasta convertirse en un pequeño asentamiento también conocido por el barrio de yaguas, el Güirito, o el barrio de las viudas.

El pequeño el barrio (de la viudas) adquirió este nombre por la peculiar coexistencia de siete las mujeres pintorescas, todas con sus nombres y señas particulares: Toto , Margarita ,Norberta y otras más .

La costumbre de la época les imponía estar siempre vestidas de negro y llevar ese luto de por vida (al decidir no contraer nuevas nupcias y dedicarse al cuidado de sus hijos y familiares). Eran viudas mustias encorvadas por el trabajo y las penas. De vez en cuando eran convocadas para la realización de la ceremonia de la oración de la Grulla.

La génesis esta ceremonia llego de las Islas Canarias con los inmigrantes de ese archipiélago que se asentaron en la zona de Gibara. Los canarios llegados a estas tierras creían en brujas buenas y en brujas malas capaces de decidir el destino de las personas.

La grulla era considerada un animal mágico en las creencias canarias y no faltan referencias a este animal en muchos relatos de esas islas Para los isleños, cuando una grulla gritaba sobre la cabeza de un humano en pleno campo, su destino estaba marcado . En vuelo, las grullas suelen agruparse en forma de uve y volar enormes distancias Su voz es fuerte, resonante y muy llamativa.

A la ceremonia llegada del archipiélago canario se le añadieron elementos de culto católico y quedo conformada toda una práctica muy reputada en la villa gibareña a principios del siglo XX y hasta la década de los 70, aun con referencias de su empleo por seguidoras a inicio de los años 90 .Esta oración tiene sus raíces de tiempos de la Edad Media cuando la inquisición española quemaba mujeres en hoguera públicas mientras la santa sede bendecía el genocidio .

Esta superstición y/o ritual aseguraba la fiabilidad del método según los lo corroboran los testigos, ancianos descendientes de aquellas mujeres sacerdotisas de un ritual que hoy día consideraríamos una práctica eutanásica primitiva.

La ceremonia para la oración de la Grulla debía realizarse antes de salir el sol o cuando este ya se hubiese ocultado, jamás en presencia del astro rey pues se anularían sus efectos .Las practicantes gibareñas eran fieles al ritual y jamás ante cualquier suplica , desobedecían las reglas establecidas . Nunca propiciaron la ceremonia para niños ni para personas jóvenes, tal era su respeto por el don de la vida.

Las viudas gibareñas aprendieron bien la oración y los conjuros para ganar así una reputación entre la comunidad rural .Se les convocaba cuando era necesaria su presencia para acabar con la agonía de un moribundo y los sufrimientos de sus familiares más cercanos quienes deseaban que el dolor acabase al reconocer que la muerte vencería la vida

Estas mujeres creían del poder de la oración en conjunto para convocar la muerte. Cada una por sí sola, reconocían, no lograban nada .Cuando lograban juntar sus fuerzas y entender al máximo su invocación colectiva "eran indetenibles".

Se vestían totalmente de negro, con trajes largos que casi cubrían sus pies, sus pelos largos, que dada su viudez no lo cortaban, lo escondían en trenzas disimuladas bajo un velo negro que las hacia aún más lúgubres.

Raras veces la ceremonia era realizada al amanecer .Siempre se hacía al atardecer cuando las mujeres habían terminado sus labores domésticas y la luz solar desaparecía en el horizonte .Con antelación preparaban cada detalle .Las siete viudas, ataviadas para el ritual se colocaban alrededor de la casa en la parte exterior, cada una portando un cirio encendido en sus manos. Espectadores refieren que en noches de luna parecían fantasmales sus figuras y quienes lograron ver a distancia la ceremonia no podían fácilmente olvidar esa visión .Las viudas lucían solemnes y seguras

La viuda de más edad , las más anciana , era quien daba inicio a la ceremonia .Hacia una plegaria en la que pedía al creador que tuviese piedad del alma que habitaba en aquel cuerpo moribundo y que tomase en su seno el espíritu del mortal que ya había sufrido lo suficiente . Luego venia una parte cantada que quienes la escucharon afirman que era la más sobrecogedora de todo el ritual. Las voces de mezzo de las viudas al caer la noche, cobraran una tonalidad y fuerza tan especiales que su canto sonaba como un augurio o una sentencia.

Quienes la escuchaban no podían dejar se sentir un erizamiento total y no era extraño que mientras se celebrase aquel ritual, se sintiera el grito de una aves nocturnas espantadas.

La tercera parte de la oración consistía una serie de frases salmodiadas. La más anciana de las viudas profería una invocación que lentamente repetían las mujeres hasta llegar a la última de ellas y así comenzar de nuevo con otra frase que sonaba como un eco profundo en la solemnidad de la ceremonia. Eran siete frases en total, cada una con un propósito diferente para lograr finalmente hacer salir el alma del cuerpo moribundo y llevarla a otra dimensión.

Los asistentes en el interior de la humilde vivienda se preparaban para el final de la ceremonia .Al concluir la última viuda la repetición de la séptima frase, se cerraba el círculo de la vida. Esta debía producir un temblor en el cuerpo del enfermo seña esta de que su alma se desprendería y sus ojos se cerrarían para siempre .El dolor había terminado.

Comenzaba el llanto de los presentes quienes debían permanecer en el interior de la casa hasta que las viudas terminasen su ritual. La noche ya había caído, las viudas quienes lentamente elevarían sus manos al cielo para dar gracias por el milagro. Luego apagarían sus cirios y lentamente, cabizbajas, se retiraban silentes, hasta ser convocadas para una nueva ceremonia.

Conclusiones

El ritual de la oración de la grulla , una práctica gibareña que tomó cuerpo en el siglo veinte desde el asentamiento rural conocido como el "barrio de las viudas" y fue extendida por la Villa y su interland, constituye hoy parte del tesoro cultural de esta localidad como tantas otras tradiciones.

Eutanasia, tradición oral y superstición convivían en la ceremonia de la oración de la grulla, que devela la concepción de la muerte digna al ser humano al final de la vida en Gibara desde inicios del siglo XX.

El ritual de la Oración de la grulla tenía en su esencia el evitar el sufrimiento de aquellos que en fase terminal de su vida agonizaban. Aun desde una perspectiva mágico religiosa, la familia gibareña aceptaba y legitimaba tales prácticas desde su modelo ético social.

Bibliografía

Soberat Blanchard, Juan M. Güijes, ciguapas y moringos, apuntes para la historia local. Ponencia presentada al taller de estudios de la Cultura Gibareña. Gibara 2014.

Medina, Nora. Migraciones Canarias. Gibara. En soporte Digital.madrid.2002.

Ramírez, Yoselis. Dolor y sufrimiento en la obra cinematográfica de Humberto Solas. Tesis presentada en opción al título de master en Bioética: Centro de Bioética Juan Pablo II, Centro Janssen en coordinación con la Universidad Católica de Valencias. 2012.

Pascual, Miguel A. Memorias de la villa de Gibara. Material mimeografiado. Oficina del Historiador de Gibara.1966.

 

 

 

Autor:

Lic. José Toledo Martínez. Profesor de idiomas.

Lic. Juan Michel Soberat Blanchard Master en Bioética y en Ciencias de la Educación, Defectólogo y Educador Popular.

Lic. Dalgis Fonseca Castro, Lic en Filosofía Marxista Leninista, Directora de programas de radio y educadora popular.

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