Introducción
La automedicación es una práctica común entre las poblaciones de todo el mundo, quienes la practican en general son personas que han solucionado sus problemas de salud sin la atención médica profesional, por un lado y, por el otro la libertad y facilidad con que se dispone para acceder a medicamentos.
Diversos factores intervienen y estimulan esta práctica sin la menor consideración a los efectos secundarios que se presentan en la persona que recibe el "tratamiento", sean niños, adultos o ancianos. Los medios de comunicación y su carga publicitaría estimulan la utilización de medicamentos.
Esta práctica va en aumento y debe de verse como un auténtico problema de salud pública y buscar alternativas de solución y control para evitar se siga poniendo en riesgo la salud del personal en general.
Automedicación
La automedicación es la primera respuesta ante algún problema de salud entre la población en general, no podemos hablar de automedicación sin pasar por el auto diagnóstico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la auto medicación como "lo que las personas hacen por sí mismas para mantener y preservar su salud y para prevenir y curar las enfermedades". Tanto la auto medicación como el auto diagnostico se mantienen como un problema preocupante y sin freno en México y en todo el mundo. En México diversos autores e instituciones académicas ha desarrollado encuestas y muestreos puntuales sobre la automedicación, La mayoría de los estudios se han realizado en farmacias, entrevistando a las personas en el momento en que compraban medicamentos (lo que quiere decir que eran personas con alguna enfermedad o sintomatología), en el 2004 la Profeco en Agosto del 2010 llevo a cabo una encuesta en línea que denomino "Hábitos de Consumo de Medicamentos". La Universidad del Valle de México (UVM) en Julio del 2013 presento los resultados de una encuesta para conocer los hábitos de atención de las personas ante algún trastorno de salud. Sin embargo a la fecha no se tiene algún informe formal elaborado a nivel Nacional que indique los porcentajes tanto de auto medicación como de auto diagnóstico.
Lo que sí es de entender es que estos estudios y encuestas invitan a la reflexión sobre el efecto que tiene el consumo por compra libre de medicamentos y su administración basada en el consejo de amigos, familiares, por el dependiente de la farmacia o simplemente por ver la publicidad de algún medicamento en los medios de comunicación. Se debe de poner atención a esta situación y buscar alternativas para controlar la toma de medicamentos al libre albitrium.
Comparemos la información que proporcionó en su momento la Profeco y la UVM, la Profeco muestras sus resultados en la tabla siguiente:
La UVM informo. Al preguntarles a los encuestados ¿qué es lo primero que hacen cuando se sienten mal? 38 por ciento de los encuestados respondió que va al médico, pero el 62% restante dieron diferentes respuestas, tales como: preguntarle a alguien qué tomar, tomar un medicamento que ya se tenía en casa, esperar a que se pase el malestar o tomar un remedio casero.
Si revisamos la diferencia entre lo informado por la Profeco y la UVM sobre el hecho de solicitar la consulta médica profesional. Vemos un margen muy amplio entre ambos porcentajes. La realidad se acerca más a lo informado por la UVM. Ya sea en la práctica clínica en un departamento de medicina industrial, donde el universo de trabajo está limitado al personal laboral, empleados, contratistas, proveedores y transportistas o, en la práctica privada a nivel de medicina familiar. Donde las personas que solicitan la consulta médica abarca diferentes niveles, géneros, edades y condiciones socio económicas.
En los dos ejemplos citados la mayoría de las personas solicitan atención médica formal al ver agotados sus propios esfuerzos por remediar sus trastornos de salud. En el ámbito laboral ya sea por la supervisión que existe en las líneas de trabajo o por los compañeros del afectado se reduce el tiempo de atención médica, al momento de tener al paciente en la consulta es generalizado el antecedente de auto medicación con diferentes fármacos y vías de administración. En la práctica clínica familiar aparte de enfrentar el tiempo de exposición al padecimiento per se, se agrega a la ingesta de varios medicamentos el uso de remedios caseros desde herbolaría hasta diferentes usos y costumbres con fines "terapéuticos".
Uno de los datos importantes a tener en cuenta durante la consulta médica es el interrogatorio sobre la posible existencia de reacciones alérgicas a algún medicamento, no solo a los antibióticos sino también a los analgésicos. Al detallar el interrogatorio sobre esa posible reacción alérgica y ver la tendencia de la persona al uso de medicamentos por propia prescripción, entenderemos que la continua exposición ha hecho muy factible tener esa respuesta alérgica.
Si recordamos que a partir del mes de Mayo del 2010 se establecieron los lineamientos a los que estará sujeta la venta y dispensación de antibióticos. Y si nos adentramos en este decreto encontramos las principales causas que motivaron la reglamentación de venta de antibióticos en el país.
A raíz de la epidemia de influenza A(H1N1) durante el 2010, se resaltó la gravedad de las consecuencias de la auto prescripción con antibióticos en nuestro país. Muchos de los casos de influenza se complicaron debido a un diagnóstico médico tardío, causado en parte porque una gran proporción de los pacientes acudieron primeramente a las farmacias buscando resolver sus síntomas y allí recibieron antibióticos sin receta médica, los cuales son inútiles para infecciones virales como la influenza.
Por aquellos años en México, los antibióticos se encontraban entre los medicamentos que más se consumían, representando el segundo lugar en ventas de farmacias a nivel nacional. Algunos de los problemas que se relacionan con este alto consumo son: la auto prescripción de antibióticos y su dispensación inapropiada en farmacias; que por ese año no estaba condicionada la venta de antibióticos a la presentación de una receta.
Que entre un 70% y 80% de las recomendaciones que los empleados de farmacias dan a sus clientes con cuadros de infecciones respiratorias y diarreicas agudas, incluyen antibióticos prescritos de forma inadecuada en tipo, dosis y tiempo de prescripción y sin tomar en consideración la naturaleza del padecimiento;
Que para destacar las consecuencias de este elevado consumo de antibióticos en el país, es importante mencionar que el mayor número de reportes de reacciones adversas a medicamentos, 40% en la población mexicana, se atribuyen al consumo de antibióticos; de igual forma por esos años ya se evidenciaba la creciente resistencia bacteriana en patógenos causantes de infecciones comunitarias e intra-hospitalarias, bacterias causante de infecciones comunitarias graves como neumonía y meningitis, era de alrededor de 55%, muchos gérmenes intrahospitalarios son multi resistentes a antibióticos poniendo en peligro la vida de pacientes internados que ingresan por cualquier causa y que son infectados por dichos gérmenes.
Situación actual
En la actualidad se añade a la lista de medicamentes por auto prescripción:
Analgésico
Antipireticos
Antinflamatorios
Medicamentos para la gastritis
Antialérgicos.
Es muy común encontrar pacientes que presentan cuadros severos de gastritis, colitis e incluso sangrado digestivo por el uso de ácido acetil salicílico, cuadros de crisis hipertensivas por la administración de antihistamínicos en pacientes conocidos como hipertensos, la lista de eventos que motivan el ingreso a las salas de urgencias es extenso tan extenso como la costumbre de seguirse auto medicando.
La automedicación inicia, como otras muchas actitudes, desde el hogar. Si los niños ven que sus padres consumen medicamentos sin consultar al profesional médico, la imagen de Autoridad se queda grabada en la mente del niño y el futuro adulto vera como "normal" el auto diagnosticarse y, desde luego el auto medicarse. Habilidades que serán heredadas como algo propio en la familia.
De seguir dentro de este círculo vicioso de la automedicación pronto se tendrán que emitir nuevas reglamentaciones para la adquisición de otros medicamentos. Sin embargo los daños causados por esta libre administración de medicamentos resultaran en una carga económica y social para el sistema de salud. Así como en una penosa recuperación por parte del enfermo, la mayoría de las veces son los niños quienes inician el triste recorrido de consultorio a clínicas, hospitales, médicos de diferentes especialidades buscando la recuperación del enfermo, quien seguramente ya recibió "atención médica previa múltiple" por parte de vecinos, amigos y allegados a la familia.
Los efectos colaterales de esta condición, al menos en el ámbito laboral, es el potencial riesgo de sufrir un accidente por parte del trabajador(a) quien no está concentrado en sus actividades, ya sea por la tensión generada por el enfermo, la falta de descanso o la preocupación por el estado económico en que se encuentra por la búsqueda de un tratamiento efectivo.
Sugerencias para evitar la automedicación
No tomar medicamentos por iniciativa propia. Ante la presencia de un síntoma persistente o una enfermedad, consulte a su médico.
Tomar medicamentos sin una buena indicación y supervisión médica puede agravar los problemas de salud.
No aconsejar sobre medicamentos ni dejar que nos aconsejen al respecto, recuerde que lo que es bueno para unos, puede ser perjudicial para otros.
Cuando se compre un medicamento:
Verificar que la etiqueta o la caja que le han entregado no muestre signos de haber sido adulterada.
Verificar que el nombre, la forma farmacéutica, la cantidad, la concentración y la presentación del medicamento que le han entregado sea igual a la que le han recetado.
Leer y entender la información que se encuentra en la etiqueta o en la caja del producto que le han entregado.
Verificar que el producto tenga registro sanitario y que posea una adecuada fecha de vencimiento.
Finalmente una recomendación muy útil en el hogar es, no tomar ningún medicamento frente a los niños, una medida muy simple y sencilla que da excelentes resultados
Autor:
Dr. Absalóm Amaro T.
