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El rol de los intermediarios políticos del barrio el raizal en Medellín (página 2)



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Las transformaciones que ha sufrido el clientelismo, en cuanto a sus formas y mecanismos, a través de los distintos procesos históricos que ha vivido el país, conceden cierto grado de validez a la tesis de Dávila. Para el caso colombiano se pueden mencionar tres tipologías de clientelismo que se han transformado y adaptado a los diferentes contextos sociales, políticos, económicos y jurídicos, en los niveles nacional, regional y local. Éstas son, el clientelismo tradicional, el clientelismo moderno, y el clientelismo de mercado. Cada una conlleva dinámicas distintivas, actores y características específicas, sin embargo, "detrás de cada uno de ellos hay una relación básica de intercambio e intermediación" (Dávila, 1999, p. 64-65, citado en Zapata, 2014).

Guerrero (2013) y Zapata (2014), basándose en Dávila (1999), hablan sobre estas tipologías de clientelismo y su desarrollo en Colombia. El clientelismo tradicional se presentó a lo largo del siglo XIX y parte del XX; antes del frente nacional. Consistió en una relación de intercambio diádica, directa y personal entre los patrones, caciques o gamonales y los siervos, campesinos o clientes. En este tipo de clientelismo el Estado no ocupaba un lugar central en la intermediación, y los recursos ofrecidos por el patrón para mantener la relación provenían principalmente de su propio patrimonio. Además, en esta relación diádica las adhesiones y las lealtades personales se daban gracias a vínculos fuertemente establecidos como la relación hacendado-campesino, que a su vez tenía como característica la dominación por parte del patrón hacia el cliente. Por otro lado, el clientelismo moderno se posicionó a mediados del siglo XX, durante el Frente Nacional. Dentro de sus características está el papel central del Estado, quien posee los recursos que se intercambian, y responde a través de los intermediarios (Líderes Políticos) a las demandas de algunos sectores sociales. Este tipo de clientelismo debilitó al Estado, pero al mismo tiempo mantuvo el sistema político democrático como la única opción en Colombia frente a otros tipos de sistemas políticos.

En esta medida, teniendo en cuenta a varios autores (Dávila, 1999; García & Rebolledo, 2010; Guerrero, 2013; Zapata, 2014) hoy –post Constitución de 1991-, el tipo de clientelismo predominante que coexiste con el actual sistema político colombiano, es el clientelismo de mercado o posmoderno. Esto no quiere decir que los otros tipos de clientelismo –Tradicional y Moderno- hayan desaparecido de las dinámicas sociopolíticas del país a través del tiempo, pues "las categorías de clientelismo tradicional y moderno no necesariamente obedecen a las temporalidades. Sino que pueden obedecer a lógicas espaciales de organización del poder político" (Valenzuela, 1978, citado en Guerrero, 2013, p. 24) Así, este tipo de clientelismo –de mercado- se posiciona en esta monografía como referente básico para entender las dinámicas de intermediación política a nivel barrial, haciendo necesaria su delimitación explicativa.

El clientelismo de mercado o postmoderno es tal vez el tipo de clientelismo del que más se ha escrito y donde se concentra una mayor riqueza analítica. Esta forma de clientelismo se ubica después de la Constitución de 1991 como adaptación a las distintas reformas que se consagraron en la Carta Política, las cuales buscaban una apertura política del sistema democrático. Dentro de estas reformas se puede mencionar la "reducción de los umbrales electorales y la flexibilización de los requisitos de acceso a los órganos y cargos de elección popular" (Guerrero, 2013, p.27) que permitió la inclusión de nuevos movimientos políticos en la esfera pública. Además, se pueden mencionar los límites en la financiación de las campañas electorales y la prohibición de los auxilios parlamentarios en favor de personas naturales. Con esas reformas se pretendía la eliminación, por lo menos parcial, del clientelismo. Sin embargo, lo que se produjo fue una transformación en los mecanismos que se fueron adaptando al nuevo contexto jurídico y político, y donde se posicionó el clientelismo de mercado.

Este tipo de clientelismo se diferencia del moderno y del tradicional en que la transacción no se presenta directamente entre patrones y clientes, sino a través de un intermediario que "busca el voto de manera marginal" (Corrochano, 2002, p. 148). Otro asunto que suscita este tipo de clientelismo es que les ofrece anonimato a los clientes, los cuales generalmente no buscan integración en el Estado, sólo ayudas esporádicas –provenientes tanto de la naturaleza pública como de la privada-, que se convierten en una de tantas alternativas en el mercado, y que los clientes eligen gracias a una información calculada y racional:

"el intercambio de votos por favores involucra la participación informada, calculada y extremadamente efectiva de las organizaciones populares que buscan hacer responsables a los políticos, sacando ventaja de las limitadas oportunidades que surgen de los crecientes niveles de competencia política" (Gay, Robert; 1997, citado en Corronchano, 2002).

Otro punto diferencial que se plantea para el análisis del clientelismo posmoderno es que aquí los líderes, "dueños de los votos", no tienen grandes capitales electorales a nivel nacional, sino que éstos representan redes más pequeñas a nivel local, las cuales son menos asimétricas.

Por otra parte, teniendo en cuenta a Gutiérrez (1998), se puede decir que el clientelismo ha sido parte entrañable de nuestra democracia, concurriendo con nuestra normalidad. Por ello requiere ser tratado, no como una patología, sino como una mutación social y política. Social en cuanto implica costumbres, relaciones e imaginarios. Y política, porque inserta la mediación como forma de solucionar problemas de distribución y de articular/intercambiar diversos tipos de intereses entre sectores o grupos sociales.

El clientelismo, es entonces un conjunto de relaciones informales de poder en el cual se intercambian bienes o servicios que ofrece un patrón a un grupo receptor (Clientes) – que por lo general lo conforman aquellos que tienen la capacidad de votar-, a cambio de apoyo político o votos que le permiten a ese patrón mantenerse en el poder. Dicha concepción se expone en autores como Schróter, 2010; Gutiérrez, 1997; Echeverry & Arenas, 2007; Rubio, 2003; Dávila, 1997, entre otros.

Por su parte, Gutiérrez (1998), basándose en Mair (1967), analiza el clientelismo como un "sistema de lealtades asimétricas" (Gutiérrez, 1998, p. 57). Sistema en cuanto no son encuentros aislados, sino que se trata de interacciones duraderas, que involucran a más de dos individuos. Estas interacciones van produciendo lealtades gracias a la transferencia permanente de recursos públicos y a la sensación personal de interdependencia. Por último, las lealtades se caracterizan por ser asimétricas o desiguales en cuanto a la calidad de los recursos que se transfieren, la importancia que las partes le dan a éstos y el nivel de compromiso, que es distinto en ambas.

Alrededor de este sistema asimétrico de lealtades giran distintas propiedades, que menciona Zapata (2016) citando a Schröte, (2010). Éstas son: "reciprocidad, dependencia mutua, carácter personal, informalidad, voluntad limitada y confianza" (p.6). Éstas, soportan la relación entre los patrones y los clientes. No obstante, algunos autores del clientelismo de mercado, plantean que en el centro de la relación Patrón-Cliente se encuentra un actor llamado bróker:

"La diada patrón – cliente puede ser extendida con una persona adicional a una triada clientelar por el llamado broker. El actúa como instancia de mediación entre los intereses del patrón y del cliente, distribuye los bienes que el patrón pone a disposición del cliente y al mismo tiempo está movilizando y controlando la contrapartida del cliente" (Schröter, 2010, p.145).

Su rol se relaciona con la de un "guardabarrera" vestido de neutralidad y de fidelidad tanto hacia los patrones como hacia los clientes, coartando algunas veces la vía de acercamiento entre las dos partes. A raíz de esto, es más fácil que los clientes confíen en un patrón si existe una parte intermedia y cercana que lo recomiende. Del mismo modo, es más fácil para un patrón si confía en la capacidad que tiene el intermediario de incidir en el comportamiento –político y/o electoral- de los clientes. Es en este punto es donde se forman redes, que se mantienen o no, dependiendo del comportamiento de cada actor, del grado de cumplimiento y de los vínculos –débiles o fuertes- que se establezcan. De este tema, se hablará en el siguiente apartado.

4.2. Redes de intermediación política (clientelar) barrial.

La configuración de las redes de intermediación clientelar en los barrios es en cierta medida la materialización del clientelismo como principal mecanismo de intermediación política en estos microespacios de interacción social. Como cualquier red, implica un conjunto de individuos –en este caso, con distintos tipos de poder-, e inserta mecanismos y estrategias para lograr objetivos diversos –conseguir o mantener el poder político local, aportar en la resolución de problemas-. Así, este tipo de redes se transforman en un "sistema de oportunidades para sus actores, quienes se organizan a partir de bases existentes, como las redes familiares, las agrupaciones comunales y las dinámicas barriales, enmarcando expectativas de futuro, interacciones, reciprocidades y lealtades" (Aunta, 2009, p. 59).

Estas redes también "ofrecen el control de cierto tipo de recursos y cuentan siempre con mecanismos de inclusión y de exclusión que les permiten, cualquiera que sea su naturaleza, servir de referencia para las identidades de los individuos (…) son forma de vinculación social y de reconocimiento, que producen orden por medio de la confianza" (Escalante, 1995, p. 35. Citado en Tarapues, 2012). Siendo dentro de este espacio de inclusión donde se producen lealtades que perduran y trascienden el momento electoral.

La importancia de las redes de intermediación política en micro esferas políticas, como el barrio, está soportada en que allí se establecen lo que se conoce como las relaciones primarias entre los intermediarios políticos y la comunidad. En el barrio ocurre el contacto más cercano entre los primeros con los segundos; un cara a cara (face to face) donde se escuchan los intereses de la población (Las demandas sociales hacia el Estado).

Teniendo en cuenta a Santos (2008) se pueden mencionar tres características de las redes clientelares: 1) Una red de intermediación clientelar se considera vertical y horizontal: "red vertical en cuanto se sustenta en la relación de actores con distintos tipos de recursos, que a la vez posee un carácter horizontal en la medida que ofrece la posibilidad de interacción a diversos grupos". (Santos, 2008, p.35, citado en Torres, 2015). 2) Los componentes simbólicos juegan un papel importante: "la red está mediada por componentes simbólicos y referentes reguladores de comportamiento que estructuran especiales sentidos a la significación clientelar" (Santos, 2008, p.35, citado en Torres, 2015). 3) Existe una interdependencia que entre los actores que integran la red para la consecución de objetivos individuales y grupales.

Además, en ellas se da la interacción de diferentes nodos que agrupan un gran número de relaciones; "(los mediadores), un nodo central que coordina los vínculos entre distintos subgrupos (el patrón) y un gran número de nodos con muy pocas relaciones (los clientes)." (Aguirre, 2012, p. 14). Cada actor posee un papel importante en las redes; y cada uno adquiere una identidad gracias a los otros.

Aguirre (2012) menciona tres propiedades de las redes de intermediación clientelar que son factibles de análisis: Componenciales, relacionales y estructurales. El análisis de las propiedades componenciales consiste en la identificación de las características y roles particulares de los distintos actores de la red: Clientes, mediadores y patrones. En el caso de los mediadores, sugiere que en contextos barriales éstos pertenecen a la misma clase social de los clientes, pero se diferencian en que su capital social es mayor, y manejan vínculos fuertes con políticos y funcionarios públicos. En cuanto a los patrones, éstos se caracterizan por su carisma y por ser visitador regular del barrio. En cuanto a su rol, éstos "secuestran recursos estatales con los que: a) resuelven un sinnúmero de necesidades básicas a los habitantes de los enclaves de pobreza urbana, b) acumulan capital político que les ayuda a conquistar mejores posiciones en el campo político local, y c) mantienen en funcionamiento la maquinaria electoral" (Auyero, 2004, citado en Aguirre, 2012).

En cuanto a las propiedades relacionales, se trata de determinar qué es lo que se intercambia en una red particular. El autor aclara que "existe un amplio espectro de transacciones, que varían de caso en caso, vinculadas a las necesidades emergentes de los actores en la red y que dependen de los recursos que son capaces de movilizar los patrones." (Aguirre, 2012, p.18).

Por último, las propiedades estructurales "describen la forma en la que los actores se vinculan para formar la red, su estudio implica analizar la morfología de las redes y la diferenciación de roles y posiciones. Este tipo de propiedades nos permiten reconocer la estructura de relaciones dentro de las redes clientelares y la función que en ella cumple cada tipo de actor." Aguirre, 2012, p.20). En este sentido, el análisis de las propiedades estructurales permite la entender de forma más completa el rol que juegan los actores en la red, los mecanismos o acciones que ejecutan para que ésta crezca o decrezca; se mantenga o se desintegre.

Con respecto a los juegos espaciales en los que se mueven las redes clientelares, Gutiérrez (1996) menciona tres dimensiones: "una interpersonal (distancia social), un espacio físico y un espacio cívico" (p. 2). La primera dimensión habla de esa distancia que manejan los intermediarios con los clientes y que a su vez le suma legitimidad. Así, los primeros para los segundos son un "el" y un "nosotros"; y son de "abajo" y de "arriba" al mismo tiempo. La segunda constituye el terreno físico donde se mueven, que se constituye como una especie de carta de presentación. En cuanto a la última, Gutiérrez la define como ese lugar de creación y negociación de la res populi (interés de muchos) en el que se "reparte el espacio físico y cívico e imputa a fragmentos de ellos, bienes que pertenecen a todos." (Gutiérrez, 1996, p. 6).

Ahora bien, después de presentar algunas características, propiedades y dimensiones de las redes de intermediación clientelar y destacar la importancia de los intermediarios en ellas, se hace necesario acercar la lupa hacía estos actores políticos.

4.3. Intermediario político barrial

Los intermediarios políticos son definidos como:

La persona o el grupo que vincula distintos niveles de integración sociocultural (grupo doméstico, comunidad, municipio, microregión, entidad federativa, nación). Tales intermediarios tienen una posición "expuesta" miran en dos direcciones al mismo tiempo. En su calidad de agentes de los intereses de grupos que operan a nivel de la comunidad local, por una parte, y a nivel extralocal por otra, deben hacer frente a los conflictos que puedan surgir del choque de tales intereses, más no pueden resolverlos, ya que haciéndolo estarían aboliendo su propia utilidad. Por ello a menudo actúan como "neutralizadores de conflictos intergrupales" (Wolf, 1965, pp. 1076-1078, citado en Cobilt, 2008)

Para que tenga sentido este rol de intermediación, alguna o las dos partes vinculadas deben concederle poder (autoridad). Así, el intermediario se convierte en un negociador entre estos dos grupos que actúan a nivel local y extralocal.

Por su parte, Díaz Uribe (1986) plantea que los intermediarios políticos son:

Quienes establecen la relación entre las jefaturas políticas regionales y la población local en barrios, pueblos o veredas. Los "líderes", en forma individual o colectiva, hacen de intermediarios entre la población, los funcionarios públicos y jefes políticos. La importancia de éstos radica en que son los representantes del jefe político en las localidades y toda acción grupista, incluida la negociación de servicios por votos. (Díaz Uribe, 1986, p. 41-43)

El autor considera a los intermediarios como los dueños de los votos "toda vez que los compromisos electorales son adquiridos por las gentes con él y no con el grupo o con su jefe." (Diaz, 1986, citado en Cobilt, p.44, 2008)

Con respecto a la tipificación de los intermediarios se pueden mencionar tres especialidades:

"(i) los movilizadores de base (grass-root mobilizers), tales como los líderes barriales ("ward heelers"), capaces de activar a la masa para cualquier acción de apoyo, (ii) los "vendedores de influencias" (influence peddlers), que se especializan en localizar a patrones políticos potenciales que requieren agentes para la prestación de servicios políticos, y (iii) el intermediario puro capaz de reunir a movilizadores de base, "vendedores de influencias" y políticos en el "mercado político", para transacciones específicas." (Powell, J. citado en Cobilt Cruz, 2008, p. 44)

Por otra parte, en la literatura del clientelismo los intermediarios políticos reciben el nombre de "punteros electorales". Al respecto, teniendo como base a D´Auria (1994), se pueden mencionar tres subespecies de punteros: 1) El puntero que no es fiel a ningún partido. Por ende, su nicho electoral lo relaciona con varios a la vez, buscando así maximizar los beneficios. 2) El puntero partidario, que sí es fiel a un partido por diversas razones, y ofrece su caudal de votos al sector interno del partido que le reporte más ventajas. 3) El puntero fiel a cierto grupo interno del partido. Este tipo de intermediario mantiene una relación permanente con este grupo, por lo que se considera predecible su comportamiento.

El intermediario político barrial en el marco del clientelismo es…

Un actor clave en el inicio, mantenimiento y reproducción de las prácticas clientelares, ya que al vincularse permanentemente con sus vecinos "cara a cara" tiene la posibilidad de establecer determinada credibilidad siempre y cuando su labor arroje resultados en beneficio de su comunidad. Otra de las funciones del intermediario radica en presentarse como el único medio o la única vía para obtener los bienes y/o servicios que se desean conseguir. Corzo, 2002, citada en a Cobilt, 2008)

Por último, para permitir un acercamiento hacia el rol de los punteros en los espacios microsociales, y la forma de interactuar con el exterior que los rodea, Auyero menciona que:

"ni los clientes son víctimas pasivas ni los punteros sujetos extraños a la vida cotidiana de los barrios populares. Unos y otros mantienen relaciones constantes en la vida diaria, relaciones que no sólo permiten asegurar la subsistencia sino que dan lugar a un conjunto de creencias y hábitos. En ese ir y venir de favores, de intercambios cotidianos (hoy por mí, mañana por ti) se genera un conjunto de percepciones que justifican la distribución personalizada de bienes y servicios" (Auyero, 2004, p. 29).

Estas relaciones constantes en la vida diaria y el devenir de favores permiten a su vez el mantenimiento de esas redes de intermediación barrial que se pronuncian con más fuerzas en época de elecciones.

En este punto cabe resaltar que todas estas interpretaciones teóricas mencionadas en líneas anteriores ayudan a comprender y a operacionalizar la intermediación política, desde sus modalidades y/o mecanismos, hasta el comportamiento de los actores que ejercen como intermediarios. Al respecto, concepciones como las de Gurza Lavalle & Gisela Zaremberg (2014) ayudarán más adelante a aprehender desde la teoría las manifestaciones de intermediación política informal que se desarrollan en el Raizal.

Por otra parte, conceptos claves como la reciprocidad, la dependencia mutua, el carácter personal, la informalidad, la voluntad limitada y la confianza, mencionados por Schröte, (2010), servirán como referencia para estudiar las relaciones clientelares que moran en las redes de intermediación política-electoral del barrio mencionado.

Igualmente, explicaciones como las de Aguirre (2012), Santos (2008) y Gutiérrez (1996) facilitaran la comprensión del funcionamiento y la estructura de las redes de intermediación política-electoral.

Y por último, cabe destacar las nociones de Wolf (1965), Díaz Uribe (1986), Cobilt Cruz, 2008 y D´Auria (1994), las cuales explican el rol del intermediario político. Así, estas nociones teóricas serán aprovechadas para establecer un punto de relación con el rol de los líderes barriales del Raizal en calidad intermediarios políticos-electorales en las elecciones locales de 2015.

5. Diseño metodológico

La investigación es de carácter descriptivo-comprensivo y la metodología a utilizar para lograr el objetivo general partió de un enfoque cualitativo. Este se comprende como:

Un conjunto de prácticas interpretativas que hacen al mundo visible, lo transforman y convierten en una serie de representaciones en forma de observaciones, anotaciones, grabaciones y documentos. Es naturalista (porque estudia a los objetos y seres vivos en sus contextos o ambientes naturales) e interpretativo (pues intenta encontrar sentido a los fenómenos en términos de los significados que las personas les otorguen). (Argueta, Higueros & Vásquez, 2010, p.76).

En este sentido se describe un fenómeno para posteriormente comprenderlo e interpretarlo teniendo como eje central las subjetividades y las vivencias de los individuos.

5.1 Método

La investigación parte de un estudio de caso, considerándose este método el más conveniente, ya que permite la comprensión más detallada de las dinámicas presentes en un contexto singular, en este caso, el de varios intermediarios políticos en el marco de unas elecciones locales. Para Stake (1994) el estudio de caso "Es el estudio de la particularidad y de la complejidad de un caso singular, para llegar a comprender su actividad en circunstancias concretas" (P. 11). El mismo autor distingue tres tipos de estudios de casos; el estudio intrínseco de casos que es meramente descriptivo, pues no pretende generar ninguna teoría ni generalizar datos; el estudio instrumental de casos, que tiene como propósito indagar específicamente sobre algún tema o una teoría, es decir, el caso no es su objetivo final, sino que vendría a ser un medio. Por último está el estudio colectivo de casos, que pretende a través de varios casos comprender una situación o una población. Por su parte, Merrian (1998) distingue también tres tipos de estudios de caso. Primero, el estudio de caso descriptivo que básicamente busca describir una información detallada de un caso en particular. Segundo, el estudio de caso interpretativo, que tiene como objetivo interpretar desde la teoría un caso en particular. Por último, el estudio de caso evaluativo, que a partir de juicios de valor busca describir y explicar un asunto que posteriormente sirva como base para tomar decisiones. Como en la presente investigación no se pretende sólo describir un caso, ni formular apreciaciones para unas determinadas decisiones, pero lo que sí se busca comprender e interpretar un caso a partir de unas concepciones teóricas, el tipo de estudio de caso que se realiza en la presente investigación es el estudio de caso interpretativo, a través del cual se busca analizar el rol de los intermediarios políticos del barrio El Raizal, a través de la mención y la interpretación de los mecanismos y las estrategias utilizados por éstos en el marco de las elecciones locales de 2015.

Pérez Serrano (1994) y Martínez Bonafé (1990) resumen tres fases aceptadas por la comunidad académica, que integran un estudio de caso; la fase preactiva:

En ella se tienen en cuenta los fundamentos epistemológicos que enmarcan el problema o caso, los objetivos pretendidos, la información de que se dispone, los criterios de selección de los casos, las influencias del contexto donde se han desarrollado los estudios, los recursos y las técnicas que se han de necesitar y una temporalización aproximada. (Álvarez & Maroto, 2012, p.7)

También se encuentra la fase interactiva; "en la fase interactiva la principal preocupación suele ser recoger, reducir y relacionar la información recogida a través de diferentes técnicas: observación participante, entrevista, foros de debate y análisis documental". (Álvarez & Maroto, 2012, p.7). La última fase sería la fase posactiva, que "se refiere a la elaboración del informe del estudio final en que se detallan las reflexiones críticas sobre el problema o caso estudiado" (Álvarez & Maroto, 2012, p.8).

Shaw (1999) propone unos procedimientos para realizar una investigación utilizando el método estudio de caso. El primer paso es la construcción del planteamiento del problema, las preguntas de investigación y los objetivos. El segundo paso es la revisión de la literatura y la formulación de proposiciones teóricas. El tercer paso es la obtención de datos utilizando el principio de triangulación. El cuarto paso es la transcripción de los datos –transcripción de entrevistas, tabulación de encuestas, etc-. El quinto paso es el análisis global de los datos, donde se compararán éstos con la literatura para su codificación. El sexto paso es el análisis profundo, donde se compararan sustantivamente los datos con los conceptos de la literatura. Y por último las conclusiones generales e implicaciones de la investigación.

Cabe destacar que el estudio de caso tiene algunas desventajas, como la imposibilidad de generalizar los resultados, la subjetividad no controlada que se pueda dar, y el riesgo de alterar o condicionar el modo de vida de los sujetos a lo largo del estudio. Es necesario tener en cuenta esto para la presente investigación, buscando así evitar errores o desviaciones.

En conclusión, en esta investigación se describirán los sujetos, la situación dada, y las acciones llevadas a cabo por éstos. Para lograr una completa recolección de información se acudirá a fuentes primarias como los testimonios de los involucrados, en este caso, los intermediarios políticos del barrio "El Raizal" de la Comuna 3. Esta recolección de información estará acompañada de un trabajo de campo, esto es, una interacción con la unidad de análisis, aplicando técnicas conversacionales como las entrevistas a profundidad.

5.2. Técnicas

Se recurrirá a técnicas conversacionales como son las entrevistas a profundidad y las entrevistas semiestructuradas, con las cuales se busca dar cuenta de los principales mecanismos y estrategias llevadas a cabo por los intermediarios político-electorales en el marco de las elecciones locales del 2015.

Para lograr la consolidación de la muestra conformada por líderes barriales, a los cuales se les hicieron las entrevistas, se solicitó información inicialmente a un integrante activo de la Junta de Acción Comunal del barrio y de la JAL a nivel de comuna. A él/ella se le preguntó cuáles son los líderes comunitarios que más influencia ejercen en el barrio y que probablemente sirvieron como intermediarios políticos electorales en las elecciones locales del 2015. A partir de esta información se enumeraron, del 1 al 5, de acuerdo a su grado de influencia y reconocimiento en el barrio. Se pidieron los datos de contacto –números telefónicos- de cada uno de ellos y de alguien que los pudiera tener, para posteriormente realizar las entrevistas con esa unidad de análisis conformada por líderes que estén dispuestos. De estos 5 a los que se llamó, estuvieron dispuestos 4. A este proceso de recolección de datos e información se le conoce como "bola de nieve" que "se basa en la idea de red social y consiste en ampliar progresivamente los sujetos de nuestro campo partiendo de los contactos facilitados por otros sujetos" (Crespo & Salamanca, 2007, p. 2). Estas entrevistas permiten tener una visión amplia y creíble del rol que desempeñaron los líderes barriales en su calidad de intermediarios político-electorales para las elecciones locales del 2015, identificando categorías claves que den respuesta a los objetivos específicos.

5.3 HERRAMIENTAS.

Para lograr el objetivo general; "Analizar el rol de los líderes barriales del barrio "El Raizal" en calidad de intermediarios políticos electorales en las elecciones locales del 2015 en Medellín.", Se aplicaron entrevistas a profundidad y semiestructuradas. Las preguntas inicialmente fueron abiertas y tenían por objetivo obtener la mayor información posible del rol que desempeñan en su comunidad y cómo se reflejó eso en las elecciones locales del 2015.

5.3.1. Guion de las entrevistas (Temas iniciales):

Tema 1: Historia personal (Antecedentes comunitarios y políticos, vivencias, anécdotas). Se busca toda la información posible sobre ese líder barrial.

Tema 2: Papel comunitario y la relación con la política. El objetivo es tener un acercamiento al rol comunitario que ocupa el líder en el barrio, sus principales acciones en favor de la comunidad y como esto ayuda a generar un acercamiento con la política local.

Tema 3: Redes políticas (Grupos y políticos que rodean al líder). Se busca identificar las redes políticas locales de donde hace parte el líder barrial.

5.3.2 Entrevistas.

En total fueron cuatro líderes entrevistados. Cabe aclarar que dos líderes, Patricia Acevedo y Guillermo Ospina, los cuales son esposos, insistieron en realizar la entrevista juntos. Así, las primeras preguntas fueron totalmente abiertas, permitiendo que los entrevistados las pudieran responder libremente. La ventaja de este tipo de entrevistas es que permite la profundización en un tema. Por otra parte, en la entrevista semiestructurada ya está determinada la información que se desea conseguir, por ello no se permite la profundización aunque a lo largo de la conversación puedan surgir nuevos interrogantes. Las preguntas en las entrevistas semiestructuradas fueron de un estilo mixto, es decir, ni muy cerradas ni muy abiertas. Éstas se presentan a continuación de acuerdo a los objetivos específicos trazados en este trabajo.

Objetivo específico 1: "Analizar cómo los líderes barriales del Raizal se integran en las redes de intermediación política barrial y el rol que desempeñan en ellas".

Preguntas:

  • ¿Cómo se conoció con su grupo o red política y cómo fue el proceso de integración?

  • ¿Cómo funciona su equipo o red política, quienes la integran y qué función cumplen cada uno de sus integrantes?

  • ¿Cuáles creen que son las razones de los integrantes que ingresaron y permanecieron en la red? Hábleme de las suyas.

  • ¿Cuáles son los recursos –materiales e inmateriales- que se intercambian en esta red de intermediación política-barrial?

  • ¿Qué rol o papel juega usted en esa red o grupo político?

  • ¿Por qué cree que usted es importante para la red política de la cual hace parte?

Objetivo específico 2: "Identificar y describir los mecanismos y las estrategias empleadas por los intermediarios político-electorales del barrio "El Raizal" para agrupar votos y vincular la comunidad con los políticos en las elecciones locales del 2015 en Medellín.".

Preguntas:

  • ¿Cómo fue su participación en las elecciones locales del 2015, específicamente en el Barrio "El Raizal"?

  • ¿A qué mecanismos recurrió para llevar a cabo esa participación?

  • ¿Qué estrategias concretas recuerda haber utilizado, puede mencionarlas, describir cómo se desarrollaron y qué resultados tuvieron?

  • ¿Cómo se acercó a la comunidad durante el periodo electoral, qué palabras utilizó, o qué hacía para convencerlos de apoyar a su/s candidato/s o grupo político?

  • ¿Cómo se relaciona su papel de líder con la política?

  • ¿De qué manera desempeñó su papel de intermediario entre la comunidad y los políticos?

Objetivo específico 3: "Analizar los resultados electorales del puesto de votación más cercano al espacio de actuación de los intermediarios y sus redes, con el fin de establecer una relación entre el trabajo de éstos y la votación de sus candidatos.".

Preguntas:

  • ¿Cómo cree está relacionada su labor de intermediario político-electoral con los resultados en puesto de votación (I.E Ramón Múnera)?

  • ¿Piensa que su red política sí quedó satisfecha con su rol de intermediario para las elecciones locales del 2015?

5.3.3 Otras fuentes de información:

Describir el contexto histórico que rodea el objeto de estudio adquiere gran relevancia en los estudios cualitativos porque permite el acercamiento hacia el caso y facilita la comprensión del problema de investigación. Se añade además, que el principio de triangulación insertado en el método de estudio de caso, el cual consiste en la confrontación de distintas fuentes, dota de validez y de fiabilidad el análisis de la información. Teniendo en cuenta lo anterior, para construir los antecedentes históricos del barrio "El Raizal" y para describir el papel que asumieron los líderes barriales durante ese proceso de fundación se acudió a fuentes documentales como el archivo histórico de la Universidad de Antioquia, el cual sirvió también para el esbozo de la historia política del barrio.

Al igual se pueden mencionar los informes de prensa, los cuales fueron utilizados principalmente para la construcción del breve recuento electoral.

6. Barrio "el raizal"

La comuna 3 –Manrique-, donde se encuentra situado el barrio El Raizal, hace parte de la división administrativa de Medellín, siendo una de las 16 comunas que hacen parte de su territorio urbano; ubicándose en su extremo nororiental. A su vez, integra 15 barrios reconocidos por el Departamento Administrativo de Planeación de Medellín. No obstante, debido a las relaciones sociales y vecinales que se fueron estableciendo en todo su territorio "la comunidad reconoce 25 barrios" (Alcaldía de Medellín, 2014, p. 35), en los cuales habitan 159.658 personas según el Perfil Sociodemográfico 2005-2015 del DANE para la Alcaldía de Medellín, constituyéndose como la quinta comuna más poblada de ciudad. Como se mencionó anteriormente, esta comuna ha presentado en los últimos años una baja participación electoral, siendo una de las 5 comunas más abstencionistas de la ciudad.

El Raizal hace parte de la comuna 3 –Manrique- de Medellín. Como se puede evidenciar en el gráfico 1, se encuentra ubicado en la franja media, entre el barrio el Pomar, la Cruz, Santa Inés, Manrique Oriental y Versalles 1. Es el sexto barrio más poblado de la Comuna 3 con 11.135 para el año 2015 según los datos demográficos de la Alcaldía de Medellín. En el barrio se encuentran hogares registrados en sólo dos estratos; el estrato 1 y estrato 2. Sin embargo, se beneficia de varios servicios institucionales tales como un centro de salud, una placa polideportiva, una biblioteca, un parque infantil y un centro de integración barrial operado por la Alcaldía de Medellín.

Gráfico 1 Mapa de la Comuna 3 y del barrio El Raizal

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Fuente: Imagen extraída del Catálogo de Mapas del sitio web oficial de la Alcaldía de Medellín.

6.1 Antecedentes históricos

El barrio El Raizal nace en medio de dinámicas de pobreza, desarrollo, invasión, exclusión, violencia y desplazamiento. Su fundación se debe a que a mediados del año 1963 la familia Cock[3]empezó a lotear los terrenos de una finca llamada "La Linda", ubicada en la zona nororiental de la ciudad de Medellín, por un valor de $16 pesos la vara. Dado esto:

A las personas que en esos momentos buscaban tener vivienda propia, bien sea porque acaban de llegar de sus pueblos de origen, o porque estaban pagando arriendo, las laderas de este sector de la Comuna Oriental empezaron a poblarse rápidamente. En los primeros días el trabajo se hizo intenso, cada familia trabajaba día y noche con la esperanza de ver cumplidos sus sueños y poder por fin descansar en "algo propio". (Archivo Histórico UdeA, 1986, p.2)

Como fenómeno paralelo a estas celebraciones de compra y venta se llevó a cabo un proceso de apropiación de los terrenos a través de la invasión. Provocando así una mistura entre lo legal –venta- y lo ilegal –invasión-:

Esto era una finca grandísima y tenía un solo dueño, ellos se llamaban "los Albert Cock". Ellos vendieron unas partes y luego las otras partes las invadieron… La mayoría pues, no tienen como una escritura pública, pero algunos sí tienen la escritura que les hayan dado…estas personas [Cock], que eran las dueñas de la totalidad de las tierras. (Patricia Acevedo –Líder barrial, ex presidenta JAC "El Raizal").

Aquí cabe destacar que los asentamientos de invasión se ubicaban principalmente en la zona alta del barrio –Zona superior a la Cra 30- y quedaban fuera del reconocimiento normativo municipal. Por otra parte, los adquiridos a través de negociación eran los de la zona baja –Desde la Cra 30 hasta la Cra 32-, la mayoría legalizados por el Municipio. Así lo menciona Patricia Acevedo:

Hay unas partes legales, o sea, los que le hayan comprado directamente a los Albert Cock; los otros son invasión. Y más que todo, si usted mira hacia la parte de allá [Parte baja] hay algunos con escritura pero la parte alta es invasión [Sin escritura]. (Patricia Acevedo –Líder barrial, ex presidenta JAC "El Raizal").

A raíz de estos procesos de invasión y de compra, la comunidad del barrio el Raizal, principalmente los habitantes de la parte alta, fueron estableciendo relaciones políticas, sociales y territoriales; construyendo ciudad desde un orden paralelo al estatal, tomando partida en las dicotomías citadinas formuladas desde la normatividad: legal-ilegal, formal-informal.

En este contexto de iniciación fueron emergiendo entre los primeros ocupantes lazos de amistad y redes comunitarias, planteando así necesidades prioritarias, donde el agua era principal de todas: "El acueducto fue la primera tarea comunitaria, cabe destacar que no hubo en principio ningún tipo de organización seria que liderara esta comunidad". (Archivo Histórico UdeA, 1986, p. 4)

Así, transcurrido el primer año desde su fundación, es decir, en 1964, los habitantes del barrio se organizaron a partir de necesidades básicas como el agua, la energía eléctrica y el alcantarillado, entre otras; nombrando comisiones conformadas por ocupantes comprometidos. A partir de ahí surgió la junta directiva que coordinaría los nuevos retos que exigía este nuevo espacio microsocial.

Dos años después, en 1966, la JAC del barrio Raizal adquiere personería jurídica, y nombres como Israel Ortíz, Guillermina Agudelo, Bernarda Usuga, Felipe Madrid y José Hinestroza destacaron por su esfuerzo comunitario y porque "siempre estuvieron disponibles para cualquier labor" (Archivo Histórico UdeA, 1986, p.5). Sin embargo, vale aclarar que gran parte del trabajo y liderazgo comunitario que se desarrollaba en sus inicios en el Raizal estaba desligado de estos escenarios públicos-administrativos.

Al trabajo de estos líderes barriales, mencionados anteriormente, se le atribuyeron logros como el primer acueducto, administrado por la Junta de Acción Comunal hasta el año 1975, cuando Empresas Públicas decidió prestar el servicio en la zona más poblada del barrio, conocida como "La Terminal".

En esos mismos años, específicamente en 1967, Cárdenas[4]desarrolló un estudio que permitiría tener una idea de cómo fue creciendo el barrio en términos poblacionales, y con ello también aumentaba el trabajo de los líderes. Este estudio arrojó los siguientes datos:

Tabla 1. Procedencia de los habitantes del Raizal para el año 1967

Procedencia

Antioquia:

714

Otros Dptos:

44

Total Población del barrio

758

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos del estudio de Cárdenas (1967).

Tabla 2. Porcentaje de edades de los habitantes del Raizal para el año 1967.

Edades

Menores de 30 años

71.56%

Mayores de 30 años

28.44%

Tamaño de muestra

758

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos obtenidos del estudio de Cárdenas (1967).

Estos datos permiten unas primeras interpretaciones. La primera de ellas es que en los primeros años de formación, al barrio llegó un reducido número de personas de otros departamentos de Colombia que se asentaron en el barrio. Lo cual permite ver que desde el principio este territorio ha sido diverso en términos poblacionales. Por otra parte se puede ver que el mayor porcentaje de habitantes se concentra en el rango de edad menor de 30 años. Es decir, de 758, sólo 216 personas tenían más de 30 años.

Volviendo al tema de los líderes barriales, cabe destacar una obra importante sobre la cual está plasmado de éstos; la construcción del alcantarillado:

"Fui a Empresas Públicas y hablé con el doctor Díaz Granado y le dije: Tenemos una cuadra de brecha lista y necesitamos que mande para que nos den nivel…En la calle 76, con la Cra 31. En todo caso este ingeniero ofició a la Alcaldía de Medellín y aventó la Oficina de Acción Comunal. Y en el oficio decía que se estaba echando la comunidad encima, entonces el Alcalde ordenó que mandaran la tubería." (Testimonio de Guillermina Agudelo -Una de las primeras líderes comunitarias del Raizal- Archivo Histórico UdeA)

Debido a esta labor de intermediación se comenzó el trabajo continuo entre Empresas Públicas y la comunidad del barrio. El sistema de alcantarillado fue inaugurado el 23 de julio de 1967. Después de su inauguración las vías quedaron listas para pavimentar. Por lo que tres años después la Secretaría de Obras Públicas pavimentó las calles del barrio.

El trabajo de Guillermina permite establecer una primera relación con la categoría teórica intermediación política institucional plasmada en el marco teórico. Ésta es entendida como un proceso funcional al Estado, que a través de distintos actores puede aceptar, negar o negociar intereses y/o demandas provenientes de un sector de la sociedad. Dentro de los actores que están llamados a establecer este tipo de intermediación se encuentran los sindicatos, los partidos y las juntas de vecinos, entre otros. Siendo Guillermina parte de éste último grupo, asumiendo un rol de intermediaria entre la comunidad y el Estado, que al final aceptó esta demanda de los líderes comunitarios del Barrio el Raizal.

Así también, en el transcurso de los años se llevó a cabo otros procesos de intermediación institucional que obtuvieron los resultados esperados. Otro caso que se puede mencionar tiene que ver con las vías de acceso:

"Cuando el barrio se inició teníamos era escaleras, de nombre Gaitán-Versalles. Para coger carro tenía uno que irse por allá por la terminal de Villa Hermosa a Versalles…Entonces lo primero que se hizo fue pedirle al Tránsito…y no nos paraba bolas. Pero de pronto hubo un accidente muy tremendo. A una escalera…le fallaron los frenos…Entonces resolvieron terminar con las escaleras y meter a Villa Hermosa, pero también muy malo el servicio. A raíz de esto se empezaron conversaciones…Comenzamos a enviarle memoriales al Intra y las visitas…hasta la gente cansada…dicen: o nos retiran a Villahermosa o quebramos los buses…El funcionario al ver esto dijo…Denme 24 horas de plazo, yo me reúno aquí con la gente y estudio la cosa, cuando llegó la comisión [de líderes] aquí al barrio Transmayo, ya estaba [funcionando] en la Cra 32, donde es hoy la terminal.

En los años 70 y 80 se puede hablar de una consolidación urbana gracias al trabajo estrecho y al vínculo entre la comunidad representada –algunas veces-[5] por la Junta de Acción Comunal y por el Estado, representado por las Empresas Públicas principalmente. Así, las acciones comunitarias y el trabajo de los líderes se enfocó en asuntos económicos como las estrategias comerciales para aumentar la renta de la JAC; y educativos como la construcción de una Escuela para el Barrio, llamada Escuela Ramón Múnera Lopera, inaugurada en 1972. Además, en programas lúdicos-recreativos como el club de vida, del cual hacían parte para el 2005 la mayoría de los integrantes de la JAC. Otros temas relacionados con el medio ambiente y la salud fueron herramientas que permitieron el acercamiento entre los líderes barriales y la comunidad del Raizal.

Hoy el barrio cuenta con un centro de salud –Centro de salud el Raizal-, con una biblioteca pública -Biblioteca Familia El Raizal-, con una cancha –Sintética del Raizal-, con un centro de integración barrial, con un centro geriátrico especializado y con un colegio. Cada uno de estos espacios cuenta con antecedentes relacionados con la gestión de líderes barriales, la comunidad en general, los actores políticos y las instituciones del Estado.

En esta medida, teniendo en cuenta estos antecedentes, se puede señalar que los líderes barriales, principalmente los que integraron la Junta de Acción Comunal, y que tenían un acercamiento con las entidades estatales y con partidos políticos, se fueron perfilando como canales de comunicación que conectaban las necesidades de este territorio con las altas esferas de la política; lo que facilitaba la resolución de los problemas. Sin embargo, esta forma de percibir las dinámicas comunitarias y políticas fue conformando un imaginario facilista y cortoplacista del cual habla Naranjo (1992):

Existe una lógica comunitaria que opera como sustrato cultural productor permanente de actitudes y prácticas que se evidencian, entre otros momentos, a la hora de reclamar y reivindicar ante el Estado y sus instituciones, ante los partidos políticos, ante instituciones privadas y no gubernamentales, pero también a la hora de relacionarse con sus circunvecinos.

– Presenta la necesidad puntual y reclama siempre para su barrio. – Confía demasiado en el líder-caudillo con buenas relaciones con partidos políticos y con la Administración Municipal. –Su imagen de futuro es lo inmediato y lo evidente, no existe un sentido de la previsión y mucho menos de la planeación. (Naranjo, 1992, p.33)

En este sentido, bajo este imaginario, los políticos y los líderes barriales que integraban las JAC fueron siendo visibilizados como solucionadores de problemas (Auyero, 2004):

Se necesitan intermediarios de lado y lado: por "arriba" serán las instituciones y, cada vez más, los líderes visibles de los partidos y sus equipos de trabajo, etc. Por "abajo", los dignatarios de las Juntas de Acción Comunal (JAC). Además, como el papel de intermediarios da recursos y poder, en cada uno de los escalones, proceso de transmisión, distintos individuos y organizaciones tratarán de cumplir ese papel. En la medida en que es el único, es decir, en que las JAC constituyen por diseño institucional un monopolio de la micro-representación y que, por tanto, el Estado, y la sociedad política no tienen nadie más con quien hablar, esto hará de la vida barrial, hacia adentro y en su vinculación con los partidos, un escenario tan cerrado como complejo. (Gutierrez, 1998, p. 85-86)

Ya con la creación de las JAL (Juntas Administradores Locales) los líderes siguen jugando papeles importantes entre la comunidad y el Estado. Así, se puede concluir que los primeros acercamientos de los líderes comunitarios del barrio El Raizal con las instancias superiores del Estado se daba gracias a situaciones problemáticas o a necesidades básicas insatisfechas que requerían intervención estatal de carácter urgente. Por otra parte, a medida que el barrio se fue poblando fueron surgiendo procesos de organización comunitaria, urbanística y política, buscando a través de éstos inclusión social e igualdad de derechos. Además, se puede agregar que los líderes fueron estableciendo cada vez con más fuerza relaciones de representación y de intermediación entre su territorio e instancias superiores del Estado y la política.

6.2 Breve historia política.

La historia política del barrio El Raizal en sus inicios guarda una relación estrecha con el Partido Liberal. Esto por dos razones. La primera, debido a la legitimidad que ya tenía dicho partido en las zonas cercanas al barrio, como Manrique, Campo Valdés y Aranjuez –barrios obreros de la ciudad-. Naranjo habla de esta legitimidad:

Para los años 60 se puede reportar la aceptación y legitimidad de la política liberal dentro de los núcleos de población antiguos de la zona nororiental. Tal legitimidad va a ser consolidada ampliamente durante la década del 60 hasta mediados de la década del 70, dentro de los nuevos núcleos de población que se establecen producto de las invasiones, del loteo pirata y en muy escasa medida de algunas urbanizaciones que se establecieron. (Naranjo, 1992, p. 37)

Así, algunos líderes barriales de la zona fueron acogidos por este partido, convirtiéndose en agentes exclusivos liberales. A raíz de ello se fueron consolidando vínculos entre los líderes barriales -integrantes de la JAC- con actores de este partido político. Ello se puede confirmar en la entrevista realizada a Humberto Olaya:

En esa época [Años 70] la persona que me invitó era Delfinado William Jaramillo Gómez… Del partido Liberal. Entonces ya empezamos pues, digamos a intercambiar ideas, a llevar, mire tal, entonces se empezó a hacer cositas hasta que por ahí a los 3 años mataron al presidente de la JAC [Jairo Flórez]…, yo nunca he sido de picar aquí y picar allá. Yo me quedé con ellos [Liberales]. Ya después ellos se dividieron… y luego del partido liberal estoy en el Partido de la U y listo. (Entrevista a Humberto Olaya. Líder barrial del Raizal).

Ya para los 80-90 se empiezan a conformar algunos núcleos conservadores; y la desviación de los fondos, la corrupción en las JAC, "el apoderamiento vitalicio de las juntas directivas, entre otros tantos vicios" (Naranjo, 1992, p. 37) se fueron haciendo evidentes, provocando una grave crisis interna. Sumado a ello, se empieza a hablar de un modelo político hegemónico a nivel microlocal; el modelo clientelista[6]que a su vez estaría intrínsecamente relacionado con las dinámicas bipartidistas.

Naranjo (1992) considera que estos hechos alimentaron el descontento hacia los partidos tradicionales, lo que en épocas electorales se manifiesta con altas tasas de abstención en todo el territorio nororiental:

La característica es el desencanto de parte de los partidos y el desencanto de parte de las organizaciones comunitarias, principalmente de quienes fueran sus agentes más importantes. Siempre en los últimos años se ha registrado una alta abstención en esta zona y algún aumento de votación por sectores políticos no bipartidistas en años recientes. (Naranjo, 1992, p.37)

Actualmente, debido a la incursión de nuevos partidos y el fortalecimiento del voto de opinión, las dinámicas políticas en el barrio se han diversificado.

En el presente, partidos políticos como el Partido Liberal, Conservador, de la U, Cambio Radical, entre otros, hacen presencia en el barrio a través de líderes barriales. Sin embargo, todavía se habla de una hegemonía política y electoral que viene de hace varios años:

Y el tema político, el Raizal históricamente siempre ha tenido un nicho por unos personajes, siempre básicamente la mayor votación es para ellos. Tienen un nicho muy importante, incluso sacan edil, incluso en las últimas elecciones en las que yo participé sacaron la mayor votación en el puesto de votación de la Ramón Múnera. Porque es una tradición de muchos años, es una tradición de más de hace 25 años. (Jans Posada, líder barrial del Raizal, 2016)

Sobre este tema se ahondará en otro capítulo, pero por ahora cabe abreviar que la historia política del barrio El Raizal está primeramente relacionada con el Partido Liberal y su relación con los líderes barriales que ocupaban cargos en la JAC. Sumado a ello se puede hablar de clientelismo y corrupción en el manejo de estas juntas, provocando una crisis de legitimidad hacia los partidos y los líderes barriales, que se manifiesta posteriormente en un abstencionismo electoral. Por último, se pueden mencionar varios partidos, grupos y movimientos que ejercen influencia actualmente sobre el barrio, dentro de los cuales se encuentra un grupo que mantiene un nicho político fortalecido a través del tiempo, el cual se estudiará en el último capítulo.

7. Breve recuento electoral: de la ciudad al barrio

La importancia de las elecciones radica en que éstas producen legitimidad y establecen gobiernos representativos. Es por ello que la ciencia política se ha interesado por describir y explicar diversos hechos y fenómenos que suceden en el desarrollo de éstas. Sin embargo, las elecciones no deben ser vistas como un hecho independiente, sino que éstas deben ser entendidas como un conjunto de procesos complejos en los cuales intervienen actores y circunstancias diversas.

En esta medida se hace necesario observar, describir y analizar no sólo los resultados electorales, sino los distintos actores que intervienen en ellas; candidatos, partidos, electores y redes de intermediación política tanto en los niveles macros como en los niveles micros. En esta medida se presentarán, a groso modo, los contextos electorales del año 2003 hasta el 2012 para con ellos poder comprender las elecciones locales de 2015.

7.1 Antecedentes electorales en Medellín

Las elecciones de 2003 en Medellín traen consigo la configuración de un nuevo escenario político a nivel local. Hasta ese mismo año los partidos tradicionales habían mantenido el poder en la ciudad. "De las seis contiendas electorales llevadas a cabo durante estos años, cuatro fueron ganadas por el partido Conservador (1988, 1995, 1998) y dos por el partido Liberal (1990, 2001)" (Bedoya, 2012). Sin embargo, Sergio Fajardo por el Movimiento Compromiso Ciudadano, con 208.541 votos logró ser elegido alcalde de Medellín duplicando la votación de Sergio Naranjo[7]que obtuvo 100.931 votos. Este resultado marcó un hito en las elecciones de alcaldía en Medellín.

En esa contienda electoral era evidente la importancia que suscitaban para los candidatos los líderes barriales como intermediarios políticos. Pues, estos eran los que entregaban publicidad en las comunas y hablaban de sus candidatos en sus territorios. Por tal razón, los líderes que apoyaban a Sergio Fajardo fueron amenazados por estructuras armadas, que no eran más que desmovilizados de las autodefensas, los cuales apoyaban a otros candidatos. Así lo documentó un medio de comunicación:

En las elecciones locales del 2003 amenazaron a los líderes comunitarios de esta zona que apoyaban la candidatura del actual alcalde Sergio Fajardo Valderrama. "Incluso les decomisaron la publicidad que estaban repartiendo", aseguró uno de los simpatizantes de Compromiso Comunitario, movimiento que cuenta con varios líderes jóvenes y adultos que como Jesús simpatizan con la izquierda democrática. (Canales Terra. 13 de enero de 2006)

Para el mismo año a nivel de concejo, los resultados tampoco favorecieron a los partidos tradicionales[8]

En 2003, los no tradicionales captaron el 67,2% de los votos totales, el PLC obtuvo el 23,1% y el PCC el 9,7%, lo que en escaños significó 12 curules para los nuevos partidos (57,2%), siete para el PLC (33,3%) y dos para el PCC (9,5%). (Arenas & Bedoya, 2011, p. 58).

En este sentido, las elecciones de 2003 marcaron un nuevo punto de partida para los candidatos, grupos políticos y redes de intermediación que se mostraban ante la opinión pública como independientes, y no tradicionales –Así no lo fueran en el sentido estricto-. Lo anterior ayudará a comprender las próximas elecciones en la ciudad, y específicamente las elecciones locales de 2015, las cuales se constituyen como el contexto donde se desarrolló el papel de intermediarios político-electoral por parte de algunos líderes comunitarios del Barrio El Raizal.

Para las elecciones de 2007, a nivel de alcaldía se afianza el Movimiento Compromiso Ciudadano en el poder político local debido a la victoria de su candidato Alonso Salazar, que obtuvo 275.734 votos (44.47%) sobre Luis Pérez que fue segundo con 241,993 (39.03%). Éste último buscaba ser elegido nuevamente alcalde de la ciudad para el periodo 2008-2011. Y a pesar de que se inscribió a través de la modalidad de firmas por el movimiento "Todos con Luis Pérez", Giraldo (2012) lo describe como el "candidato de coalición de sectores tradicionales" (p.105) gracias al apoyo que recibió por parte de los partidos, grupos políticos y líderes comunitarios tradicionales de la ciudad. Por otra parte, Salazar se mostró como un candidato independiente, desligado de la política tradicional[9]al igual que su antecesor, Fajardo.

En estas elecciones sucedió algo muy llamativo. La mayoría de las firmas encuestadoras daban como ganador a Luis Pérez[10]Y a Raíz de esto, la Revista Semana publicó el 25 de agosto de 2007 un titular llamado "La receta de Luis Pérez" que atribuía a este favoritismo asuntos como la cercanía con los estratos bajos y que "ha cautivado a la gente a través de una enorme red de líderes comunitarios" (Semana, 2007). Sin embargo, contra todos los pronósticos Salazar ganó las elecciones consolidándose "en las clases medias y altas y [ganando] adeptos en sectores populares, disputando los nichos de la clase media y alta con el partido conservador y los nichos electorales de las clases populares del partido liberal" (Giraldo, 2012).

Se puede concluir que las elecciones de 2007 a nivel de Alcaldía demuestran lo que Reina (2007) llamó "una verdadera transformación política local", donde los partidos tradicionales y sus redes de intermediación ya no poseían el poder político local. Así, lo menciona también Bedoya (2012):

La reelección en 2007 del mismo movimiento, en cabeza de Alonso Salazar, ratifica la derrota de los partidos tradicionales, denotando no sólo un desalineamiento electoral, sino una falla en sus maquinarias políticas. De acuerdo a esto, se puede decir que el elector de la ciudad de Medellín pasa a ser un votante independiente de los partidos políticos y se comienza a fraguar lo que se denomina como un voto de opinión, fenómeno que obliga a replantear la afinidad política como determinante de la decisión de voto. (P. 56)

Hasta este punto se puede insinuar, teniendo en cuenta las dos últimas contiendas electorales por la Alcaldía de Medellín, que el voto independiente o "voto opinión" (Cepeda & González, 1976), asociado más a asuntos contextuales y coyunturales, tiene más peso en el comportamiento electoral de los medellinenses que las afiliaciones partidistas o los incentivos clientelistas.

En el ámbito de concejo para el mismo año se presentaron 16 listas. Así, los resultados en este ámbito dan como ganadores a los partidos tradicionales –entre el Partido Liberal y el Partido Conservador lograron 7 escaños, frente a sólo 2 del Partido de la ASI, que era el representante de la "tercera fuerza" (Giraldo, 2012). Sin embargo, candidatos "frescos" como Federico Gutiérrez se perfilaron con una importante votación. Al respecto, Britto (2013) subraya la importancia de los intermediarios, que así no se les atribuya el éxito electoral, posibilitaban el contacto directo de la comunidad con el candidato: "En ambas campañas [La de Federico Gutiérrez y la de Jesús Aníbal Echeverry] la intermediación sirvió para posibilitar el contacto directo con el candidato a concejo, pero no en términos de prioridad como búsqueda de votación para asegurar la curul al concejo." (Britto, 2013, 152)

Para las elecciones locales de 2011 a nivel de alcaldía se inscribieron 5 candidatos (Aníbal Gaviria avalado por el Partido Liberal; Luis Pérez a través de un movimiento de firmas llamado "Firmes por el rescate de Medellín"; Federico Gutiérrez a través del Partido Social de la Unidad Nacional; Jacqueline Toloza a través del Movimiento MIRA y Luis Muñoz por el Polo Democrático).

Estas elecciones estuvieron caracterizadas por escándalos de propaganda negra[11]y distintas acusaciones entre los dos favoritos según las distintas encuestas[12]–Luis Pérez y Aníbal Gaviria, demostrando una contienda altamente personalista en la que algunos partidos se dividieron internamente por el apoyo hacia alguno de estos candidatos.

Con respecto a Aníbal Gaviria; recibió el apoyo de los liberales, de un ala conservadora liderada por Fabio Valencia Cossio y Juan Gómez Martínez, de la Alianza Social Indígena (ASI), del Partido Verde y de una sección de Cambio Radical dirigida por el exrepresentante Omar Flórez. Sumado a esto, se menciona también el apoyo por parte de Sergio Fajardo, con el cual estableció la Alianza Medellín y Antioquia (AMA), recorriendo diferentes puntos de la ciudad haciendo campaña. Además, teniendo en cuenta una noticia publicada por El Colombiano el 3 de agosto de 2011, el candidato Gaviria "se reunió en el centro de Medellín con líderes de tres comunas de la ciudad (Comuna 8, Villa Hermosa; Comuna 9, Buenos Aires; Comuna 10, La Candelaria) para hablar de temas como empleo, seguridad y educación" (El Colombiano. 03 de agosto de 2011). Lo cual confirma el interés que despiertan los líderes comunitarios en las estrategias electorales.

Por su parte, Luis Pérez también recibió un apoyo importante por parte del Partido Conservador a través de Álvaro Vásquez, que a su vez era candidato por el mismo partido para la Gobernación de Antioquia. Además, según algunos medios de comunicación[13]gozaba de gran acogida en los sectores populares de la ciudad "particularmente entre la amplia gama de líderes comunitarios tradicionales, ávidos de un gobernante que sepa atender las demandas clientelares y contractuales en suspenso en la ciudad en los últimos años." (Mejía, 2011, p. 2)

Al final, el resultado favoreció a Gaviria por un estrecho margen de diferencia. Éste obtuvo 239.259 votos (37.68%) frente a Luis Pérez que sacó 221.874 (34.94%). En tercer lugar se ubicó Federico Gutiérrez con 120.278 (18.94%).

Estas elecciones a nivel de alcaldía denotan varios asuntos. El primero de ellos es el regreso de un partido tradicional a la alcaldía en Medellín. El segundo asunto es la consolidación de los liderazgos personalistas (Freidenberg, 2014); factor que interfiere en la decisión del voto y en la emergencia de nuevas fuerzas políticas. El tercero es el acercamiento por parte de los candidatos y partidos hacia los líderes comunitarios, potenciales intermediarios políticos, para permanecer y fortalecerse en la escena electoral.

En lo que se refiere al Concejo Municipal, el partido que obtuvo mayoría de votos y curules fue el Partido de la U con 120.738 votos totales, y seis curules –dos más que la contienda del 2007. Por su parte el Partido Conservador fue el segundo en votación con 92.171 asegurando 4 escaños. El Partido Liberal también aseguró 4 puestos, – los mismos que la contienda pasada- con 76.799 votos. El Partido Verde incursionó como una nueva fuerza político-electoral en el Concejo de Medellín obteniendo la cuarta mejor votación, con 64.872 votos; asegurando así 3 escaños.

7.2 Escenario general de las elecciones locales 2015 en Medellín.

Para poder lograr un acercamiento con las elecciones locales de 2015 en Medellín se tendrán en cuenta estas tres categorías de análisis: actores políticos, apoyos y participación político-electoral. Éstas se trataran en clave descriptiva, donde primeramente se mencionaran los distintos actores políticos que participaron en las elecciones, tales como los candidatos a la alcaldía y los partidos políticos o movimientos desde los cuales se movieron éstos. Segundo, se mencionaran algunas estrategias utilizadas por estos actores para agrupar votos. Por último se presentarán las cifras de participación político-electoral en cuanto a porcentaje de votación y de abstención.

7.2.1 Actores políticos.

En esta contienda se presentan las dos principales fuerzas políticas del país[14]El Centro democrático – Con Juan Carlos Vélez Uribe-; y la Unidad Nacional –Con Gabriel Jaime Rico y Eugenio Prieto-. Por otro lado se destaca la principal fuerza político-electoral a nivel regional -el fajardismo-, la cual decidió inicialmente apoyar a Federico Gutiérrez a la alcaldía y a Federico Restrepo a la gobernación. Los dos conformaron una llave llamada "Los Federicos". Sin embargo, debido a que Alonso Salazar[15]"nunca estuvo de acuerdo con la aspiración de Gutiérrez, al punto de que prefirió él mismo lanzarse al ruedo y convocar a una convención de Compromiso" (Semana, 2015), el fajardismo se dividió y algunos sectores decidieron apoyar en último momento a Alonso Salazar. A raíz de estos hechos, Federico Gutiérrez que para estas elecciones no contó con el aval ni el apoyo explícito de un partido político, continuó su campaña mostrándose como independiente.

Para el concejo se presentaron 13 listas. 11 por partidos y/o movimientos políticos, y 2 grupos significativos de ciudadanos. Por el lado de los partidos y movimientos políticos se puede mencionar el Partido Centro Democrático, el Partido Liberal, el Partido Conservador, el Partido de la U, el Partido Cambio Radical, el Partido de la Alianza Verde, el Polo Democrático Alternativo, la Alianza Social Independiente (ASI), el Movimiento MIRA, el Partido Opción Ciudadana y el Movimieto Alternativo indígena y social "MAIS". Por el lado de los grupos significativos de ciudadanos se encentra el Grupo "Creemos" y "Juntos por Medellín". De estos 13 aspirantes sólo 8 ocuparon curules en este órgano de representación.

7.2.2 Apoyos

Las elecciones a la alcaldía de Medellín para el año 2015 contaron con dos nuevos grupos políticos que no estuvieron en la contienda de 2011. Por un lado el movimiento "Creemos" de Federico Gutiérrez, que aunque sí fue candidato en el 2011, para esa época fue avalado por el Partido de la U. Para el 2015 Federico Gutiérrez apeló a un discurso donde se mostraba independiente, alejado de los partidos[16]y sin un jefe político. Su primera estrategia fue la alianza con Federico Restrepo, candidato a la Gobernación del grupo político de Sergio Fajardo. A esta alianza se le llamó "Los Federicos". Posteriormente la alianza se deshizo cuando "Restrepo anunció que haría llave con el exalcalde Alonso Salazar" (El Tiempo, 27 de octubre de 2015).

Dentro de sus estrategias de campaña se destaca la permanente asistencia a foros y debates, donde demostró el conocimiento de la ciudad. Además, su estrategia de comunicación recurrió a las redes sociales para demostrar el trabajo de campaña[17]buscando a través de ellas captar votantes de todas las edades, aunque principalmente jóvenes[18]En las redes sociales comunicó sus propuestas a través de mensajes cortos y claros e invitó a nuevas personas a sumarse a su campaña.

Las visitas y los recorridos permanentes en los territorios fue una constante. El día 22 de octubre de 2015; tres días antes de las elecciones se publicó en su cuenta oficial de Facebook una imagen que destacaba 3.240 horas de trabajo y la satisfacción de haber recorrido las 16 comunas y 5 corregimientos de la ciudad.

Así, Federico Gutiérrez buscó el voto de opinión y se le fueron sumando algunos apoyos políticos tales como el de Eugenio Prieto –Candidato del Partido Liberal, que presentó su retiro el 29 de septiembre-. Una semana anterior al día de las elecciones se suman al apoyo algunos líderes de opinión como Héctor Abad Faciolince, Jorge Alberto Giraldo y el Periódico El Colombiano[19]además se le agrega el apoyo de un "ala de la Unidad Nacional liderada por Germán Hoyos… [Que se sumó al proyecto de Gutiérrez]" (Álvarez, 2016, p.168). Así, la campaña de Federico Gutiérrez no estuvo totalmente desligada de los partidos y/o las maquinarias políticas de la ciudad.

El Centro Democrático a través de su candidato Juan Carlos Vélez Uribe también buscó el voto de opinión, principalmente el voto uribista, que en la coyuntura nacional se encontraba en una oposición frente al gobierno de Santos. Asimismo, el discurso del Centro Democrático estuvo enfocado en la aplicación de las políticas uribistas en la ciudad, teniendo como objetivo prioritario "La recuperación de la seguridad como un bien público que permita el disfrute de los demás derechos." (El Mundo, 15 de julio de 2015). A la campaña de Juan Carlos Vélez Uribe también se adhirieron algunas facciones e integrantes de partidos políticos tradicionales tales como Fabio Rivera y Bernardo Guerra del Partido Liberal. Una facción del Partido Conservador dirigida por César Eugenio Martínez también se adhirió a la campaña de Juan Carlos Vélez Uribe.

Gabriel Jaime Rico fue el "el candidato de los partidos" y de la maquinaria política. Dentro de sus estrategias se encontró el acercamiento y las reuniones con los líderes comunitarios de la ciudad[20]Además, a pesar de que se inscribió por firmas, recibió el aval de tres Partido de la U, El Partido Conservador y el Partido Cambio Radical. Consolidándose como un polo unificador que representó estos partidos políticos en la contienda. Dentro de sus principales propuestas estaba la eliminación de las fotomultas[21]

Por último se puede mencionar las estrategias de Compromiso ciudadano, uno de los movimientos políticos con más fuerza electoral en las elecciones precedentes. Esta vez representado por Alonso Salazar, buscó como en otras ocasiones el voto de opinión, pero no tuvo ninguna alianza ni adhesión con una estructura política tradicional como sí la tuvieron Juan Carlos Vélez Uribe, Federico Gutiérrez y Gabriel Jaime Rico. Por su parte, contó con el apoyo de dos partidos políticos relativamente jóvenes en la ciudad –El Partido Verde y el Partido de la ASI-. Sus discursos se caracterizaron por denunciar a los políticos tradicionales y al clientelismo como forma de hacer política en la ciudad. Dentro de sus estrategias de campaña estaban las visitas a las distintas comunas de la ciudad, recorriendo las calles y hablando con las personas.

Para el caso de las elecciones locales de 2015 a nivel de concejo, sólo un partido se presentó por lista cerrada y bloqueada. Éste fue el Centro Democrático. Ello puede ser mencionado como una primera estrategia para lograr el mayor número posible de curules, debido a la escases de liderazgos locales y a un débil enraizamiento de este partido en la ciudad. En este sentido, el partido es asociado con la imagen de un líder político con gran cobertura político-electoral a nivel nacional –Álvaro Uribe Vélez-.

Al igual que a nivel nacional, los demás partidos y grupos políticos buscaron los escaños a través del voto preferente, donde cada candidato a partir de distintas estrategias y dinámicas "realiza su propia campaña, apelando a un nicho particular mediante distintos tipos de transacciones de carácter particularista, siendo los intermediarios barriales los principales agentes gestores del voto". (Milanese, Abadía y Manfredi, 2015, p. 69).

Debido a los asuntos de delimitación investigativa y de escases de información no se ahondará en las estrategias de cada partido y/o grupo político. Por el momento se concluye que partidos como Cambio Radical, Partido de la U, Partido Liberal, Partido Conservador, entre otros, que se presentaron al concejo con el voto preferente, están integrados por dirigentes con capacidad y estructura política en los distintos territorios de la ciudad que les permiten agrupar votos.[22]

7.2.3 Participación política-electoral.

En los comicios de 2015 para la Alcaldía de Medellín el número total de votantes fue de 736.339, esto es, el (49.55%) de las personas habilitadas en el censo electoral (1.486.004). La disminución de la participación con respecto a las elecciones de 2011 fue de (1.14%). Estos datos permiten hablar todavía de un alto porcentaje de abstención electoral (50.45%).

Con respecto a la votación por candidatos, ésta fue muy cerrada. Federico Gutiérrez se impuso con un margen muy estrecho (9.589 votos) sobre Juan Carlos Vélez Uribe. A continuación se mostrarán algunos datos:

Los resultados a nivel de Alcaldía fueron los siguientes:

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Estos datos permiten unas primeras interpretaciones. La primera de ellas es que el porcentaje de votación a nivel de concejo es inferior al de la Alcaldía. Igualmente se puede mencionar que a pesar de que el número de votantes para el concejo es menor que el de la Alcaldía, el porcentaje de votos en blanco para la primera duplica el porcentaje de votos en blanco del segundo. Igualmente, el número de votos nulos y no marcados es mucho mayor en el concejo que en la Alcaldía. Esto último puede ser producto de las dificultades o vacíos informativos que se presentaron en los votantes al momento de acudir a las urnas.

Al triunfo de Federico Gutiérrez se le atribuyen factores explicativos como la publicidad, la difusión de información a través de las redes sociales, los recorridos, los acercamientos con la comunidad y el apoyo dado por ciertos líderes de opinión. Estos factores permiten insinuar que para ganar la alcaldía de Medellín el voto de opinión -o independiente- tiene mayor incidencia que las redes de intermediación política-electoral, donde se encuentran algunos líderes barriales del Raizal como intermediarios políticos-electorales. De éstos se hablará en el siguiente capítulo.

7.3 elecciones locales de 2015 en la Comuna 3 y en el barrio "El Raizal".

Como se evidenció en líneas anteriores, las elecciones de 2015 tanto a nivel de alcaldía como a nivel de concejo tuvieron un alto nivel de competitividad. Ello requirió del esfuerzo de las estrategias de campaña, los candidatos y las redes de intermediación política para acercarse a los votantes de las distintas comunas y barrios de la ciudad. Sin embargo, algunos candidatos denunciaron problemas de seguridad que impedían el desarrollo de las campañas en algunas comunas.

Concretamente, la Comuna 3 –Manrique-, en el contexto de las elecciones de 2015, apareció el 5 de mayo de 2015 en los distintos medios de comunicación cuando el equipo que recolectaba firmas para avalar la candidatura de Federico Gutiérrez "fue amenazado y expulsado del barrio [Villa Guadalupe de Manrique] por integrantes de bandas criminales, asegurando que aún sus jefes no habían definido su apoyo para las elecciones" (Minuto 30, 5 de mayo de 2015). Además, Alonso Salazar Jaramillo también denunció amenazas en la misma comuna –En toda la terminal de Transmayo- cerca al barrio El Raizal. (Caracol, 9 septiembre de 2015).

Los dos candidatos mencionados posteriormente llegaron a la comuna con sus respectivos equipos de campaña. Federico Gutiérrez visitó Manrique el 13 de junio a través de una estrategia de campaña llamada #APieConFederico, con la que visitó las inmediaciones del parque Gaitán, hablando con las personas de la zona (Fuente: Twitter/Ficogutierrez). Por su parte, Alonso Salazar visitó Manrique el 6 de septiembre de 2015 con una estrategia de campaña llamada #YoMeComprometo. Por otro lado, los candidatos Juan Carlos Vélez Uribe y Gabriel Jaime Rico visitaron la comuna en distintas fechas teniendo contacto directo con la comunidad.

En cuanto a los resultados electorales de la comuna, se resumen a continuación:

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En la comuna evidentemente se perciben unos resultados muy reñidos, donde Federico Gutiérrez superó a Juan Carlos Vélez Uribe sólo por 1.519 votos (4.13%). Sin embargo, si se tiene en cuenta que la diferencia a nivel de ciudad entre Federico Gutiérrez y Juan Carlos Vélez fue de 9.589, esos 1.519 votos son trascendentales.

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Como se evidencia en la tabla 6, los resultados del concejo en la comuna muestran una votación muy pareja entre los partidos Centro Democrático y Partido de la U. El primero supera al segundo sólo por 25 votos; y entre los dos suman casi el 25% de la votación total. Además, el movimiento Creemos, del candidato a la alcaldía Federico Gutiérrez ocupó el sexto puesto en la votación. Ello se puede explicar debido al escaso enraizamiento del movimiento en la comuna por su poco tiempo; y también a la falta de intermediarios políticos que apoyen sus candidatos al concejo, entre otras explicaciones.

Ahora, específicamente en el barrio El Raizal, los entrevistados percibieron las elecciones como "Tranquilas":

No. Bien, [Todos los lideres] enfocados en sus candidatos y listo… Calmado sí para qué, que yo me di cuenta, no se vio que nos hayan acondicionado por votar por alguien, no. Todo fue en paz. Acá al barrio vino Gabriel Jaime Rico, Alonso Salazar, Juan Carlos Vélez Uribe y Federico Gutiérrez (Entrevista Humberto Olaya, 23 de noviembre de 2016).

En el puesto de votación del Raizal –Colegio Ramón Múnera Lopera- los resultados fueron los siguientes:

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En este barrio la victoria fue para Juan Carlos Vélez Uribe que obtuvo 112 votos. Segundo Federico Gutiérrez con 99 votos. Tercer lugar Alonso Salazar Jaramillo con 57 votos y cuarto Gabriel Jaime Rico con 54. Estos datos demuestran la derrota de los partidos políticos tradicionales que eran representados por Gabriel Jaime Rico, y también de la poca incidencia de los líderes en la votación para la alcaldía. Así lo demuestra un entrevistado:

En lo personal yo creo que pasó algo muy charro. Porque en lo personal y he andado mucho esta ciudad y este barrio, la mayoría de los líderes estaban con Rico. No entiendo de donde FICO sacó tantos votos, no sé de donde, no sé cómo hizo (Risas). Y eso habla de que, para mí hay un enigma que resolver, o sea, cómo hicieron para que el de la publicidad, si la gente estaba era con uno, ¿por qué ganó otro?, o sea eso es un enigma que hay que contestar, que en lo personal puedo decir que El Raizal era Rico, y creo que ganó por muchos votos FICO. (Entrevista Jans Posada, 22 de noviembre de 2016)

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