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Tratado de psicología revolucionaria mensaje de navidad de 1975-1976 (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Entiéndase por estados interiores las buenas o malas disposiciones, las preocupaciones, la depresión, la superstición, el temor, la sospecha, la misericordia, la auto-consideración, la sobre-estimación de Sí mismo; estados de sentirse feliz, estados de gozo, etc., etc., etc.

Incuestionablemente los estados interiores pueden corresponderse exactamente con los acontecimientos exteriores o ser originados por éstos, o no tener relación alguna con los mismos…

En todo caso estados y eventos son diferentes. No siempre los sucesos se corresponden exactamente con estados afines.

El estado interior de un evento agradable podría no corresponderse con el mismo.

El estado interior de un evento desagradable podría no corresponderse con el mismo.

Acontecimientos aguardados durante mucho tiempo, cuando vinieron sentimos que faltaba algo…

Ciertamente faltaba el correspondiente estado Interior que debía combinarse con el acontecimiento exterior…

Muchas veces el acontecimiento que no se esperaba viene a ser el que mejores momentos nos ha proporcionado…

CAPÍTULO VII

El estado interior

Combinar estados interiores con acontecimientos exteriores en forma correcta, es saber vivir inteligentemente…

Cualquier evento inteligentemente vivenciado exige su correspondiente estado interior específico…

Empero, desafortunadamente las gentes cuando revisan su vida, piensan que esta en sí misma está constituida exclusivamente por eventos exteriores…

¡Pobres gentes! piensan que si tal o cual acontecimiento no les hubiese sucedido, su vida habría sido mejor…

Suponen que la suerte les salió al encuentro y que perdieron la oportunidad de ser felices…

Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen recordando los viejos tropiezos y calamidades…

No quieren darse cuenta las gentes que vegetar no es vivir y que la capacidad para existir conscientemente depende exclusivamente de la calidad de los estados interiores del Alma

No importa ciertamente cuan hermosos sean los acontecimientos externos de la vida, si no nos encontramos en tales momentos en el estado interior apropiado, los mejores eventos pueden parecernos monótonos, cansones o simplemente aburridores…

Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un acontecimiento, más podría suceder que se estuviese tan preocupado en el momento preciso del evento, que realmente no gustase en ello ningún deleite y que todo aquello se tornase tan árido y frío como un protocolo

La experiencia nos ha enseñado que no todas las personas que asisten a un banquete o a un baile, gozan de verdad…

Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos y las piezas más deliciosas alegran a unos y hacen llorar a otros…

Muy raras son las personas que saben combinar confidentemente el evento externo con el estado interno apropiado…

Es lamentable que las gentes no sepan vivir conscientemente: lloran cuando deben reír y ríen cuando deben llorar…

Control es diferente: El sabio puede estar alegre más nunca jamás lleno de loco frenesí; Triste pero nunca desesperado y abatido… sereno en medio de la violencia; abstemio en la orgía; casto entre la lujuria, etc.

Las personas melancólicas y pesimistas piensan de la vida lo peor y francamente no desean vivir…

Todos los días vemos gentes que no solamente son infelices, sino que además —y lo que es peor—, hacen también amarga la vida de los demás…

Gentes así no cambiarían ni viviendo diariamente de fiesta en fiesta; la enfermedad psicológica la llevan en su interior… tales personas poseen estados íntimos definitivamente perversos…

Sin embargo esos sujetos se auto-califican como justos, santos, virtuosos, nobles, serviciales, mártires, etc., etc., etc.

Son gentes que se auto-consideran demasiado; personas que se quieren mucho a sí mismas…

Individuos que se apiadan mucho de sí mismos y que siempre buscan escapatorias para eludir sus propias responsabilidades…

Personas así están acostumbradas a las emociones inferiores y es ostensible que por tal motivo crean diariamente elementos psíquicos infrahumanos.

Los eventos desgraciados, reveses de fortuna, miseria, deudas, problemas, etc., son exclusividad de aquellas personas que no saben vivir…

Cualquiera puede formarse una rica cultura intelectual, más son muy pocas las personas que han aprendido a vivir rectamente…

Cuando uno quiere separar los eventos exteriores de los estados interiores de la conciencia, demuestra concretamente su incapacidad para existir dignamente.

Quienes aprenden a combinar conscientemente eventos exteriores y estados interiores, marchan por el camino del éxito

CAPITULO VIII

Estados equivocados

Incuestionablemente en la rigurosa observación del Mí Mismo, resulta siempre impostergable e inaplazable hacer una completa diferenciación lógica en relación con los acontecimientos exteriores de la vida práctica y los estados íntimos de la conciencia.

Necesitamos con urgencia saber donde estamos situados en un momento dado, tanto en relación con el estado íntimo de la conciencia, como en la naturaleza específica del acontecimiento exterior que nos está sucediendo.

La vida en sí misma es una serie de acontecimientos que se procesan a través del tiempo y del espacio…

Alguien dijo: "La vida es una cadena, de martirios que lleva el hombre enredada en el Alma…"

Cada cual es muy libre de pensar como quiera; yo creo que a los efímeros placeres de un instante fugaz, le suceden siempre el desencanto y la amargura…

Cada acontecimiento tiene su sabor característico especial y los estados interiores son así mismos de distinta clase; esto es incontrovertible, irrefutable…

Ciertamente el trabajo interior sobre si mismo se refiere en forma enfática a los diversos estados psicológicos de la conciencia…

Nadie podría negar que en nuestro interior cargamos con muchos errores y que existen estados equivocados…

Si de verdad queremos cambiar realmente, necesitamos con urgencia máxima e inaplazable, modificar radicalmente esos estados equivocados de la conciencia…

La modificación absoluta de los estados equivocados, origina transformaciones completas en el terreno de la vida práctica…

Cuando uno trabaja seriamente sobre los estados equivocados, obviamente los sucesos desagradables de la vida, ya no pueden herirle tan fácilmente…

Estamos diciendo algo que sólo es posible comprenderlo vivenciándolo, sintiéndolo realmente en el terreno mismo de los hechos…

Quien no trabaja sobre sí mismo es siempre victima de las circunstancias; es como mísero leño entre las aguas tormentosas del océano…

Los acontecimientos cambian incesantemente en sus múltiples combinaciones; vienen uno tras otro en oleadas, son influencias…

Ciertamente existen buenos y malos acontecimientos; algunos eventos serán mejores o peores que otros…

Modificar ciertos eventos es posible; Alterar resultados, modificar situaciones, etc., está ciertamente dentro del número de las posibilidades.

Empero existen situaciones de hecho que de verdad no pueden ser alteradas; en estos últimos casos deben aceptarse conscientemente, aunque algunas resulten muy peligrosas y hasta dolorosas…

Incuestionablemente el dolor desaparece cuando no nos identificamos con el problema que se ha presentado…

Debemos considerar la vida como una serie sucesiva de estados interiores; una historia auténtica de nuestra vida en particular está formada por todos esos estados…

Al revisar la totalidad de nuestra propia existencia, podemos verificar por si mismos en forma directa, que muchas situaciones desagradables fueron posibles gracias a estados interiores equivocados…

Alejandro Magno aunque siempre fue temperante por naturaleza, se entregó por orgullo a los excesos que le produjeron la muerte

Francisco I murió a causa de un sucio y abominable adulterio, que muy bien recuerda la historia todavía…

Cuando Marat fue asesinado por una monja perversa, se moría de soberbia y de envidia, se creía a sí mismo absolutamente justo…

Las damas del Parque de los Siervos incuestionablemente acabaron totalmente la vitalidad del espantoso fornicario llamado LUIS XV.

Muchas son las gentes que mueren por ambición, ira o celos, esto lo saben muy bien los Psicólogos…

En cuanto nuestra voluntad se confirma irrevocablemente en una tendencia absurda, nos convertimos en candidatos para el panteón o cementerio…

Otelo debido a los celos se convirtió en asesino y la cárcel está llena de equivocados sinceros…

CAPITULO IX

Sucesos personales

Plena auto-observación íntima del Mí Mismo, resulta inaplazable cuando se trata, de descubrir estados psicológicos equivocados.

Incuestionablemente los estados interiores equivocados pueden ser corregidos mediante procedimientos correctos.

Como quiera que la vida interior es el imán que atrae los eventos exteriores, necesitamos con, urgencia máxima inaplazable, eliminar de nuestra psiquis los estados psicológicos erróneos.

Corregir estados psicológicos equivocados es indispensable cuando se quiera, alterar fundamentalmente la naturaleza de ciertos eventos indeseables.

Alterar nuestra relación con determinados eventos, es posible si eliminamos de nuestro interior ciertos estados psicológicos absurdos.

Situaciones exteriores destructivas, podrían convertirse en inofensivas y hasta constructivas mediante la inteligente corrección de los estados interiores erróneos.

Uno puede cambiar la naturaleza de los eventos desagradables que nos ocurren, cuando se purifica íntimamente. Quien jamás corrige los estados psicológicos absurdos, creyéndose muy fuerte se convierte en víctima de las circunstancias.

Poner orden en nuestra desordenada casa interior es vital, cuando se desea cambiar el curso de una desgraciada existencia.

Las gentes se quejan de todo, sufren, lloran, protestan, quisieran cambiar de vida, salir del infortunio en que se encuentran, desafortunadamente no trabajan sobre sí mismas.

No quieren darse cuenta las gentes que la vida interior atrae circunstancias exteriores y que si éstas son dolorosas se debe a los estados interiores absurdos.

Lo exterior es tan sólo el reflejo de lo interior, quien cambia interiormente origina un nuevo orden de cosas.

Los eventos exteriores jamás serian tan importantes, como el modo de reaccionar ante los mismos.

¿Permanecisteis sereno ante el insultador?, ¿Recibiste con agrado las manifestaciones desagradables de vuestros semejantes?.

¿De qué manera reaccionasteis ante la infidelidad del ser amado?, ¿Te dejaste llevar por el veneno de los celos?, ¿Mataste?, ¿Estáis en la cárcel?.

Los hospitales, los cementerios o panteones, las cárceles, están llenos de sinceros equivocados que reaccionaron en forma absurda ante los eventos exteriores.

La mejor arma que un hombre puede usar en la vida, es un estado Psicológico correcto.

Uno puede desarmar fieras y desenmascarar traidores, mediante estados interiores apropiados.

Los estados interiores equivocados nos convierten en víctimas indefensas de la perversidad humana.

Aprended a enfrentaros ante los sucesos más desagradables de la vida práctica con una actitud interior apropiada…

No os identifiquéis con ningún acontecimiento; recordad que todo pasa; aprended a ver la vida como una película y recibiréis los beneficios…

No olvidéis que acontecimientos sin ningún valor podrían llevaros a la desgracia, si no elimináis de vuestra Psiquis los estados interiores equivocados.

Cada evento exterior necesita, incuestionablemente del billete apropiado; es decir, del estado Psicológico preciso.

CAPITULO X

Los diferentes yoes

El Mamífero Racional equivocadamente llamado hombre, realmente no posee una individualidad definida.

Incuestionablemente esta falta de unidad Psicológica en el Humanoide, es la causa de tantas dificultades y amarguras.

El cuerpo físico es una unidad completa y trabaja como un todo orgánico, a menos de estar enfermo.

Empero, la vida interior del Humanoide en modo alguno es una unidad psicológica.

Lo más grave de todo esto, a despecho de lo que digan las diversas escuelas de tipo Seudo-Esotérico y Seudo-Ocultista, es la ausencia de organización Psicológica en el fondo íntimo de cada sujeto.

Ciertamente en tales condiciones, no existe trabajo armonioso como un todo, en la vida interior de las personas.

El Humanoide, respecto de su estado interior, es una multiplicidad psicológica, una suma de "Yoes".

Los ignorantes ilustrados de esta época tenebrosa, le rinden culto al "YO", lo endiosan, lo ponen en los altares, lo llaman "ALTER EGO", "YO SUPERIOR", "YO DIVINO", etc., etc., etc.

No quieren darse cuenta los "Sabihondos" de esta edad negra en que vivimos, que "Yo Superior" o "Yo Inferior", son dos secciones del mismo Ego pluralizado…

El Humanoide no tiene ciertamente un "YO Permanente" sino una multitud de diferentes "Yoes" Infrahumanos y absurdos.

El pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre, es semejante a una casa en desorden donde en vez de un amo, existen muchos criados que quieren siempre mandar y hacer lo que les viene en gana…

El mayor error del Seudo-Esoterismo y Seudo-Ocultismo barato, es suponer que los otros poseen o que se tiene un "YO Permanente e Inmutable" sin principio y sin fin…

Si esos que así piensan despertaran conciencia aunque fuese por un instante, podrían evidenciar claramente por sí mismos, que el Humanoide racional nunca es el mismo por mucho tiempo…

El mamífero intelectual desde el punto de vista psicológico, esta cambiando continuamente…

Pensar que si una persona se llama Luis es siempre Luis, resulta algo así como una broma de muy mal gusto…

Ese sujeto a quien se llama Luis tiene en sí mismo otros "Yoes", otros egos, que se expresan a través de su personalidad en diferentes momentos y aunque Luis no guste de la codicia, otro "Yo" en él —llamémosle Pepe— gusta de la codicia y así sucesivamente…

Ninguna persona es la misma en forma continua, realmente no se necesita ser muy sabio como para darse cuenta cabal de los innumerables cambios y contradicciones de cada sujeto…

Suponer que alguien posee un "Yo Permanente e Inmutable" equivale desde luego a un abuso para con el prójimo y para consigo mismo…

Dentro de cada persona viven muchas personas, muchos "Yoes", esto lo puede verificar por sí mismo y en forma directa, cualquier persona despierta, consciente…

CAPÍTULO XI

El querido ego

Como quiera que superior e inferior son dos secciones de una misma cosa, no está de más sentar el siguiente corolario: "YO SUPERIOR, YO INFERIOR" son dos aspectos del mismo EGO tenebroso y pluralizado.

El denominado "YO DIVINO" o "YO SUPERIOR", "ALTER EGO" o algo por el estilo, es ciertamente una triquiñuela del "MÍ MISMO", una forma de AUTO-ENGAÑO.

Cuando el YO quiere continuar aquí y en el mas allá, se Auto-Engaña con el falso concepto de un YO Divino Inmortal…

Ninguno de nosotros tiene un "Yo" verdadero, permanente, inmutable, eterno, inefable, etc., etc., etc.

Ninguno de nosotros tiene en verdad una verdadera y auténtica Unidad de Ser; desafortunadamente ni siquiera poseemos una legítima individualidad.

El Ego aunque continúa más allá del sepulcro, tiene sin embargo un principio y un fin.

El Ego, el YO, nunca es algo individual, unitario, unitotal. Obviamente el YO es "YOES".

En el Tibet Oriental a los "YOES" se les denominan "AGREGADOS PSÍQUICOS" o simplemente "Valores" sean estos últimos positivos o negativos.

Si pensamos en cada "Yo" como una persona diferente, podemos aseverar en forma enfática lo siguiente: "Dentro de cada persona que vive en el mundo, existen muchas personas".

Incuestionablemente dentro de cada uno de nosotros viven muchísimas personas diferentes, algunas mejores, otras peores…

Cada uno de estos Yoes, cada una de estas personas lucha por la supremacía, quiere ser exclusiva, controla el cerebro intelectual o los centros emocional y motor cada vez que puede, mientras otro lo desplaza…

La Doctrina de los muchos Yoes fue enseñada en el Tibet Oriental por los verdaderos Clarividentes, por los auténticos Iluminados…

Cada uno de nuestros defectos psicológicos está personificado en tal o cual Yo. Como quiera que tenemos millares y hasta millones de defectos, ostensiblemente vive mucha gente en nuestro interior.

En cuestiones psicológicas hemos podido evidenciar claramente que los sujetos paranoicos, ególatras y mitómanos por nada de la vida abandonarían el culto al querido Ego.

Incuestionablemente tales gentes odian mortalmente la doctrina de los muchos "Yoes".

Cuando uno de verdad quiere conocerse a sí mismo, debe auto-observarse y tratar de conocer los diferentes "Yoes" que están metidos dentro de la personalidad.

Si alguno de nuestros lectores no comprende todavía esta doctrina de los muchos "Yoes", se debe exclusivamente a la falta de práctica en materia de Auto-Observación.

A medida que uno practica la Auto-Observación Interior, va descubriendo por si mismo a muchas gentes, a muchos "Yoes", que viven dentro de nuestra propia personalidad.

Quienes niegan la doctrina de los muchos Yoes, quienes adoran a un YO Divino, indubitablemente jamás se han Auto-Observado seriamente. Hablando esta vez en estilo Socrático diremos que esas gentes no sólo ignoran sino además ignoran que ignoran.

Ciertamente jamás podríamos conocernos a sí mismos, sin la auto-observación seria y profunda.

En tanto un sujeto cualquiera siga considerándose cono Uno, es claro que cualquier cambio interior será algo mas que imposible.

CAPÍTULO XII

El cambio radical

En tanto un hombre prosiga con el error de creerse a sí mismo Uno, Único, Individual, es evidente que el cambio radical será algo mas que imposible.

El hecho mismo de que el trabajo esotérico comience con la rigurosa observación de sí mismo, nos está indicando una multiplicidad de factores Psicológicos, Yoes o elementos indeseables que es urgente extirpar, erradicar de nuestro interior.

Incuestionablemente en modo alguno seria posible eliminar errores desconocidos, urge observar previamente aquello que queremos separar de nuestra Psiquis.

Este tipo de trabajo no es externo sino interno y quienes piensen que cualquier manual de urbanidad o sistema ético externo y superficial les pueda llevar al éxito, estarán de hecho totalmente equivocados.

El hecho concreto y definitivo de que el trabajo íntimo empiece con la atención concentrada en la observación plena de sí mismo, es motivo mas que suficiente como para demostrar que esto exige un esfuerzo personal muy particular de cada uno de nosotros.

Hablando francamente y sin ambages, aseveramos en forma enfática lo siguiente: Ningún ser humano podría hacer este trabajo por nosotros.

No es posible cambio alguno en nuestra Psiquis, sin la observación directa de todo ese conjunto de factores subjetivos que llevamos dentro.

Dar por aceptada la multiplicidad de errores, descartando la necesidad de estudio y observación directa de los mismos, significa de hecho una evasiva o escapatoria, una huida de sí mismo, una forma de auto-engaño.

Sólo a través del esfuerzo riguroso de la observación juiciosa de sí mismo, sin escapatorias de ninguna especie podremos evidenciar realmente que no somos "Uno" sino "Muchos".

Admitir la pluralidad del YO y evidenciarla a través de la observación rigurosa, son dos aspectos diferentes.

Alguien puede aceptar la Doctrina de los muchos Yoes sin haberlo jamás evidenciado; esto último sólo es posible auto-observándose cuidadosamente.

Rehuir el trabajo de observación íntima, buscar evasivas, es signo inconfundible de degeneración.

Mientras un hombre sustente la ilusión de que es siempre una y la misma persona, no puede cambiar y, es obvio que la finalidad de este trabajo es precisamente lograr un cambio gradual en nuestra vida interior.

La transformación radical es una posibilidad definida que normalmente se pierde cuando no se trabaja sobre sí mismo.

El punto inicial del cambio radical permanece oculto mientras el hombre continúe creyéndose Uno.

Quienes rechazan la Doctrina de los muchos Yoes, demuestran claramente que jamás se han auto-observado seriamente.

La severa observación de sí mismo sin escapatorias de ninguna especie, nos permite verificar por sí mismos el crudo realismo de que no somos "Uno" sino "Muchos".

En el mundo de las opiniones subjetivas, diversas teorías seudo-esotéricas o seudo-ocultistas, sirven siempre de callejón para huir de sí mismos…

Incuestionablemente la ilusión de que se es siempre una y la misma persona, sirve de escollo para la auto-observación…

Alguien podría decir: "Sé que no soy Uno sino Muchos, la Gnosis me lo ha enseñado". Tal afirmación aunque fuese muy sincera sino existiese plena experiencia vivida sobre ese aspecto doctrinario, obviamente tal afirmación sería algo meramente externo y superficial.

Evidenciar, experimentar y comprender es lo fundamental, sólo así es posible trabajar conscientemente para lograr un cambio radical.

Afirmar es una cosa y comprender es otra. Cuando alguien dice: "Comprendo que no soy Uno sino Muchos", si su comprensión es verdadera y no mera palabrería insustancial de charla ambigua, esto indica, señala, acusa, plena verificación de la Doctrina de los Muchos Yoes.

Conocimiento y Comprensión son diferentes. El primero de estos es de la mente, el segundo del corazón.

El mero conocimiento de la Doctrina de los Muchos Yoes de nada sirve; desafortunadamente por estos tiempos en que vivimos, el conocimiento ha ido mucho más allá de la comprensión, porque el pobre animal intelectual equivocadamente llamado hombre, desenvolvió exclusivamente el lado del conocimiento olvidando lamentablemente el correspondiente lado del Ser.

Conocer la Doctrina de los Muchos Yoes y comprenderla, es fundamental para todo cambio radical verdadero.

Cuando un hombre comienza a observarse detenidamente a sí mismo, desde el ángulo de que no es Uno sino Muchos, obviamente ha iniciado el trabajo serio sobre su naturaleza interior.

CAPÍTULO XIII

Observador y observado

Es muy claro y no resulta difícil comprender, que cuando alguien empieza a observarse a sí mismo seriamente desde el punto de vista que no es Uno sino Muchos, comienza realmente a trabajar sobre todo eso que carga dentro.

Es óbice, obstáculo, tropiezo, para el trabajo de Auto-observación Intima, los siguientes defectos Psicológicos: Mitomanía, (Delirio de Grandeza, creerse un Dios). Egolatría, (Creencia en un YO Permanente; adoración a cualquier especie de Alter-Ego). Paranoia, (Sabiondez, Auto-suficiencia, engreimiento, creerse infalible, orgullo místico, persona que no sabe ver el punto de vista ajeno).

Cuando se continúa con la convicción absurda que se es Uno, que se posee un Yo permanente, resulta algo mas que imposible el trabajo serio sobre sí mismo.

Quien siempre se cree Uno, nunca será capaz de separarse de sus propios elementos indeseables. Considerará a cada pensamiento, sentimiento, deseo, emoción, pasión, afecto, etc., etc., etc., como funcionalismos diferentes, inmodificables, de su propia naturaleza y hasta se justificará ante los demás diciendo que tales o cuales defectos personales son de carácter hereditario…

Quien acepta la Doctrina de los Muchos Yoes, comprende a base de observación que cada deseo, pensamiento, acción, pasión, etc., corresponde a este u otro Yo distinto, diferente…

Cualquier atleta de la Auto-Observación intima, trabaja muy seriamente dentro de sí mismo y se esfuerza por apartar de su Psiquis los diversos elementos indeseables que carga dentro…

Si uno de verdad y muy sinceramente comienza a observarse internamente, resulta dividiéndose en dos: Observador y Observado.

Si tal división no se produjera, es evidente que nunca daríamos un paso adelante en la Vía maravillosa del Auto-Conocimiento.

¿Cómo podríamos observarnos a sí mismos si cometemos el error de no querer dividirnos entre Observador y Observado?

Si tal división no se produjera, es obvio que nunca daríamos un paso adelante en el camino del Auto-Conocimiento.

Indubitablemente cuando esta división no se sucede continuamos identificados con todos los procesos del Yo Pluralizado…

Quien se identifica con los diversos procesos del Yo Pluralizado, es siempre victima de las circunstancias.

¿Cómo podría modificar circunstancias aquel que no se conoce a sí mismo?. ¿Cómo podría conocerse a sí mismo quien nunca se ha observado internamente?. ¿De qué manera podría alguien auto-observarse si no se divide previamente en Observador y Observado?.

Ahora bien, nadie puede empezar a cambiar radicalmente en tanto no sea capaz de decir: "Este deseo es un Yo animal que debo eliminar"; "este pensamiento egoísta es otro Yo que me atormenta y que necesito desintegrar"; "este sentimiento que hiere mi corazón es un Yo intruso que necesito reducir a polvareda cósmica"; etc., etc., etc.

Naturalmente esto es imposible para quien nunca se ha dividido entre Observador y Observado.

Quien toma todos sus procesos Psicológicos como funcionalismos de un Yo Único, Individual y Permanente, se encuentra tan identificado con todos sus errores, los tiene tan unidos a sí mismo, que ha perdido por tal motivo la capacidad para separarlos de su Psiquis.

Obviamente personas así jamás pueden cambiar radicalmente, son gentes condenadas al más rotundo fracaso.

CAPÍTULO XIV

PENSAMIENTOS NEGATIVOS

Pensar profundamente y con plena atención resulta extraño por esta época involutiva y decadente.

Del Centro Intelectual surgen diversos pensamientos provenientes, no de un Yo permanente como suponen neciamente los ignorantes ilustrados, sino de los diferentes "Yoes" en cada uno de Nos.

Cuando un hombre está pensando, cree firmemente que él en sí mismo y por sí mismo está pensando.

No quiere darse cuenta el pobre mamífero intelectual que los múltiples pensamientos que por su entendimiento cruzan, tienen su origen en los distintos "Yoes" que llevamos dentro.

Esto significa que no somos verdaderos individuos pensantes; realmente todavía no tenemos mente individual.

Sin embargo, cada uno de los diferentes "Yoes" que cargamos dentro, usa nuestro Centro Intelectual, lo utiliza cada vez que puede para pensar.

Absurdo sería pues, identificamos con tal o cual pensamiento negativo y perjudicial, creyéndolo propiedad particular.

Obviamente este o aquel pensamiento negativo proviene de cualquier "Yo" que en un momento dado ha usado abusivamente nuestro Centro Intelectual.

Pensamientos negativos los hay de distinta especie: Sospecha, desconfianza, mala voluntad hacia otra persona, celos pasionales, celos religiosos, celos políticos, celos por amistades o de tipo familiar, codicia, lujuria, venganza, ira, orgullo, envidia, odio, resentimiento, hurto, adulterio, pereza, gula, etc., etc., etc.

Realmente son tantos los defectos psicológicos que tenemos, que aunque tuviéramos paladar dé acero y mil lenguas para hablar, no alcanzaríamos a enumerarlos cabalmente.

Como secuencia o corolario de lo antes dicho, resulta descabellado identificarnos con los pensamientos negativos.

Como quiera que no es posible que exista efecto sin causa, afirmamos solemnemente que nunca podría existir un pensamiento por sí mismo, por generación espontánea…

La relación entre pensador y pensamiento es ostensible; cada pensamiento negativo tiene su origen en un pensador diferente.

En cada uno de nos existen tantos pensadores negativos, cuantos pensamientos de la misma índole.

Mirada esta cuestión desde el ángulo pluralizado de "Pensadores y Pensamientos", sucede que cada uno de los "Yoes que cargamos en nuestra Psiquis, es ciertamente un pensador diferente.

Incuestionablemente dentro de cada uno de nos, existen demasiados pensadores; sin embargo, cada uno de éstos a pesar de ser tan sólo parte, se cree el todo, en un momento dado…

Los mitómanos, los ególatras, los narcisistas, los paranoicos, nunca aceptarían la tesis de "La Pluralidad de Pensadores" porque se quieren demasiado a sí mismos, se sienten "el papá de Tarzán" o "la mamá de los pollitos"…

¿Cómo podrían tales gentes anormales aceptar la idea de que no poseen una mente individual, genial, maravillosa?…

Sin embargo tales Sabihondos piensan de sí mismos lo mejor y hasta se visten con la túnica de Aristipo para demostrar sabiduría y humildad…

Cuenta por ahí la leyenda de los siglos que Aristipo, queriendo demostrar sabiduría y humildad, se vistió con una vieja túnica llena de remiendos y agujeros; empuñó con la diestra el Bastón de la Filosofía y se fue por las calles de Atenas…

Dicen que cuando Sócrates le vio venir, exclamó con gran voz: "¡Oh Aristipo, se ve tu vanidad a través de los agujeros de tu vestidura!".

Quien no vive siempre en estado de Alerta Novedad, Alerta Percepción, pensando que está pensando, se identifica fácilmente con cualquier pensamiento negativo.

De resultas de esto, fortalece lamentablemente el poder siniestro del "Yo Negativo", autor del correspondiente pensamiento en cuestión.

Cuanto más nos identificamos con un pensamiento negativo, tanto más esclavos seremos del correspondiente "Yo" que le caracteriza.

Con respecto a la Gnosis, al Camino Secreto, al trabajo sobre sí mismo, nuestras tentaciones particulares se encuentran precisamente en los "Yoes" que odian la Gnosis, el trabajo esotérico, porque no ignoran que su existencia dentro de nuestra psiquis está mortalmente amenazada por la Gnosis y por el trabajo.

Esos "Yoes Negativos" y pendencieros se apoderan fácilmente de ciertos rollos mentales almacenados en nuestro Centro Intelectual y originan Secuencialmente corrientes mentales nocivas y perjudiciales.

Si aceptamos esos pensamientos, esos "Yoes Negativos" que en un momento dado controlan nuestro Centro Intelectual, seremos entonces incapaces de librarnos de sus resultados.

Jamás debemos olvidar que todo "Yo Negativo" se "Auto-Engaña." y "Engaña", conclusión: Miente.

Cada vez que sentimos una súbita pérdida de fuerza, cuando el aspirante se desilusiona, de la Gnosis, del trabajo esotérico, cuando pierde el entusiasmo y abandona lo mejor, es obvio que ha sido engañado por algún Yo Negativo.

El "Yo Negativo del Adulterio", aniquila los nobles hogares y hace desgraciados a los hijos.

El "Yo Negativo de los Celos", engaña a los seres que se adoran y destruye la dicha de los mismos.

El "Yo Negativo del Orgullo Místico" engaña a los devotos del Camino y éstos, sintiéndose sabios, aborrecen a su Maestro o le traicionan…

El Yo Negativo apela a nuestras experiencias personales, a nuestros recuerdos, a nuestros mejores anhelos, a nuestra sinceridad, y, mediante una rigurosa selección de todo esto, presenta algo en una falsa luz, algo que fascina y viene el fracaso…

Sin embargo, cuando uno descubre el "Yo" en acción, cuando ha aprendido a vivir en estado de alerta, tal engaño se hace imposible…

CAPÍTULO XV

LA INDIVIDUALIDAD

Creerse "Uno", ciertamente es una broma de muy mal gusto; desafortunadamente esta vana ilusión existe dentro de cada uno de nosotros.

Lamentablemente siempre pensamos de nosotros mismos lo mejor, jamás se nos ocurre comprender que ni siquiera poseemos Individualidad verdadera.

Lo peor del caso es que hasta nos damos el lujo falso de suponer que cada uno de nosotros goza de plena conciencia y voluntad propia.

¡Pobres de nosotros!, ¡Cuán necios somos! No hay duda de que la ignorancia es la peor de las desgracias.

Dentro de cada uno de nos existen muchos miles de individuos diferentes, sujetos distintos, Yoes o gentes que riñen entre sí, que se pelean por la supremacía y que no tienen orden o concordancia alguna.

Si fuéramos conscientes, si despertáramos de tantos sueños y fantasías, cuan distinta sería la vida…

Más para colmo de nuestro infortunio, las emociones negativas y las auto-consideraciones y amor propio, nos fascinan, nos hipnotizan, jamás nos permiten acordarnos de sí mismos, vernos tal cual somos..

Creemos tener una sola voluntad cuando en realidad poseemos muchas voluntades diferentes. (Cada Yo tiene la suya).

La tragicomedia de toda esta Multiplicidad Interior resulta pavorosa; las diferentes voluntades interiores chocan entre sí, viven en conflicto continuo, actúan en diferentes direcciones.

Si tuviéramos verdadera Individualidad, si poseyéramos Una Unidad en vez de una Multiplicidad, tendríamos también continuidad de propósitos, conciencia despierta, voluntad particular, individual.

Cambiar es lo indicado, sin embargo debemos empezar por ser sinceros con nosotros mismos.

Necesitamos hacer un inventario psicológico de sí mismos para conocer lo que nos sobre y lo que nos falta.

Es posible conseguir Individualidad, más si creemos tenerla tal posibilidad desaparecerá.

Es evidente que jamás lucharíamos por conseguir algo que creemos tener. La fantasía nos hace creer que somos poseedores de la Individualidad y hasta existen en el mundo escuelas que así lo enseñan.

Es urgente luchar contra la fantasía, ésta nos hace aparecer como si fuéramos esto, o aquello, cuando en realidad somos miserables, desvergonzados y perversos.

Pensamos que somos hombres, cuando en verdad somos tan solo mamíferos intelectuales desprovistos de Individualidad.

Los mitómanos se creen Dioses, Mahatmas, etc., sin sospechar siquiera que ni siquiera tienen mente individual y Voluntad Consciente.

Los ególatras adoran tanto a su querido Ego, que nunca aceptarían la idea de la Multiplicidad de Egos dentro de sí mismos.

Los paranoicos con todo el orgullo clásico que les caracteriza, ni siquiera leerán este libro

Es indispensable luchar a muerte contra la fantasía acerca de nosotros mismos, si es que no queremos ser victimas de emociones artificiales y experiencias falsas que además de ponemos en situaciones ridículas, detienen toda posibilidad de desarrollo interior.

El animal intelectual está tan hipnotizado por su fantasía, que sueña que es león o águila cuando en verdad no es más que un vil gusano del lodo de la tierra.

El mitómano jamás aceptaría estas afirmaciones renglones arriba hechas; obviamente él se siente archi-hierofante digan lo que digan; sin sospechar que la fantasía es meramente nada, "nada sino fantasía".

La fantasía es una fuerza real que actúa universalmente sobre la humanidad y que mantiene al Humanoide Intelectual en estado de sueño, naciéndole creer que ya es un hombre, que posee verdadera Individualidad, voluntad, conciencia despierta, mente particular, etc., etc., etc.

Cuando pensamos que somos uno, no podemos movernos de donde estamos en sí mismos, permanecemos estancados y por ultimo degeneramos, involucionamos.

Cada uno de nos se encuentra en determinada etapa psicológica y no podremos salir de la misma, a menos que descubramos directamente a todas esas personas o Yoes que viven dentro de nuestra persona.

Es claro que mediante la auto-observación íntima podremos ver a las gentes que viven en nuestra psiquis y que necesitamos eliminar para lograr la transformación radical.

Esta percepción, esta auto-observación, cambia fundamentalmente todos los conceptos equivocados que sobre sí mismos teníamos y como resultado evidenciamos el hecho concreto de que no poseemos verdadera Individualidad,

Mientras no nos auto-observemos, viviremos en la ilusión de que somos Uno y en consecuencia nuestra vida será equivocada.

No es posible relacionamos correctamente con nuestros semejantes mientras no se realice un cambio Interior en el fondo de nuestra psiquis.

Cualquier cambio intimo exige la eliminación previa de los Yoes que llevamos dentro.

De ninguna manera podríamos eliminar tales Yoes si no los observamos en nuestro interior.

Aquellos que se sienten Uno, que piensan de sí mismos lo mejor, que nunca aceptarían la doctrina de los muchos, tampoco desean observar a los Yoes y por lo tanto cualquier posibilidad de cambio se hace en ellos imposible.

No es posible cambiar si no se elimina, más quien se siente poseedor de la Individualidad si aceptase que debe eliminar, ignoraría realmente que es lo que debe eliminar.

Empero, no debemos olvidar que quien cree ser Uno, auto-engañado cree que si sabe lo que debe eliminar, más en verdad ni siquiera sabe que no sabe, es un ignorante ilustrado.

Necesitamos "desegoistizarnos" para "individualizarnos", más quien cree que posee la Individualidad es imposible que pueda desegoistizarse.

La Individualidad es sagrada en un ciento por ciento, raros son los que la tienen, más todos piensan que la tienen.

¿Cómo podríamos eliminar "Yoes", si creemos que tenemos un "Yo" Único?

Ciertamente sólo quien jamás se ha Auto-Observado seriamente piensa que tiene un Yo Único.

Empero debemos ser muy claros en esta enseñanza porque existe el peligro psicológico de confundir a la Individualidad auténtica con el concepto de alguna especie de "Yo Superior" o algo por el estilo.

La Individualidad Sagrada está mucho más allá de cualquier forma de "Yo", es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será.

La legitima Individualidad es el Ser y la razón de Ser del Ser, es el mismo Ser.

Distíngase entre el Ser y el Yo. Quiénes confunden al Yo con el Ser, ciertamente nunca se han auto-observado seriamente.

En tanto continúe la Esencia, la conciencia, embotellada entre todo ese conjunto de Yoes que llevamos dentro, el cambio radical será algo más que Imposible.

CAPÍTULO XVI

EL LIBRO DE LA VIDA

Una persona es lo que es su vida. Eso que continúa mas allá de la muerte, es la vida. Este es el significado del libro de la vida que se abre con la muerte.

Mirada esta cuestión desde un punto de vista estrictamente psicológico, un día cualquiera de nuestra vida, es realmente una pequeña réplica de la totalidad de la vida.

De todo esto podemos inferir lo siguiente: Si un hombre no trabaja sobre sí mismo hoy, no cambiara nunca.

Cuando se afirma que se quiere trabajar sobre sí mismo, y no se trabaja hoy aplazando para mañana, tal afirmación será un simple proyecto y nada mas, porque en el hoy está la réplica de toda nuestra vida.

Existe por ahí un dicho vulgar que dice: "No dejéis para mañana lo que se puede hacer hoy mismo".

Si un hombre dice: "Trabajaré sobre mí mismo, mañana", nunca trabajará sobre sí mismo, por que siempre habrá un mañana.

Esto es muy similar a cierto aviso, anuncio o letrero que algunos comerciantes ponen en sus tiendas: "HOY NO FÍO, MAÑANA SI".

Cuando algún necesitado llega a solicitar crédito, topa con el terrible aviso, y si vuelve al otro día, encuentra otra vez el desdichado anuncio o letrero.

Esto es lo que se llama en sicología la "enfermedad del mañana". Mientras un hombre diga "mañana", nunca cambiará.

Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable, trabajar sobre sí mismo hoy, no soñar perezosamente en un futuro o en una oportunidad extraordinaria.

Esos que dicen: "Voy antes a hacer esto o aquello y luego trabajaré". Jamás trabajarán sobre sí mismos, esos son los moradores de la tierra mencionados en las Sagradas Escrituras.

Conocí a un poderoso terrateniente que decía: "Necesito primero redondearme y luego trabajar sobre Mí Mismo".

Cuando enfermó de muerte le visité, entonces le hice la siguiente pregunta: "¿Todavía queréis redondearte?"

"Lamento de verdad haber perdido el tiempo", me respondió. Días después murió, después de haber reconocido su error.

Aquel hombre tenia muchas tierras, pero quería adueñarse de las propiedades vecinas, "redondearse", a fin de que su hacienda quedase exactamente limitada por cuatro caminos.

"¡Basta a cada día su afán!", dijo el Gran KABIR JESÚS. Auto-observarnos hoy mismo, en lo tocante al día siempre recurrente, miniatura de nuestra vida entera.

Cuando un hombre comienza a trabajar sobre sí mismo, hoy mismo cuando observa sus disgustos y penas, marcha por el camino del éxito.

No sería posible eliminar lo que no conocemos. Debemos observar antes nuestros propios errores.

Necesitamos no sólo conocer nuestro día, sino también la relación, con el mismo. Hay cierto día ordinario que cada persona experimenta directamente, excepto los sucesos insólitos, inusitados.

Resulta interesante observar la recurrencia diaria, la repetición de palabras y acontecimientos, para cada persona, etc.

Esa repetición o recurrencia de eventos y palabras, merece ser estudiada, nos conduce al auto-conocimiento.

CAPÍTULO XVII

CRIATURAS MECÁNICAS

De ninguna manera podríamos negar la Ley de Recurrencia procesándose en cada momento de nuestra vida.

Ciertamente en cada día de nuestra existencia, existe repetición de eventos, estados de conciencia, palabra, deseos, pensamientos, voliciones, etc.

Es obvio que cuando uno no se auto-observa, no puede darse cuenta de esta incesante repetición diaria.

Resulta evidente que quien no siente interés alguno por observarse a sí mismo, tampoco desea trabajar para lograr una verdadera transformación radical.

Para colmo de los colmos hay gentes que quieren transformarse sin trabajar sobre sí mismos.

No negamos el hecho de que cada cual tiene derecho a la real felicidad del espíritu, más también es cierto, que la felicidad sería algo más que imposible si no trabajamos sobre sí mismos.

Uno puede cambiar íntimamente, cuando de verdad consigue modificar sus reacciones ante los diversos hechos que le sobrevienen diariamente.

Empero no podríamos modificar nuestra forma de reaccionar ante los hechos de la vida práctica, sino trabajáramos seriamente sobre sí mismos.

Necesitamos cambiar nuestra manera de pensar, ser menos negligentes, volvemos mas serios y tomar la vida en forma diferente, en su sentido real y practico.

Empero, si continuamos así tal como estamos, comportándonos en la misma forma todos los días, repitiendo los mismos errores, con la misma negligencia de siempre, cualquier posibilidad de cambio quedará de hecho eliminada.

Si uno de verdad quiere llegar a conocerse a sí mismo, debe empezar por observar su propia conducta, ante los sucesos de cualquier día de la vida.

No queremos decir con esto que no deba uno observarse a sí mismo diariamente, sólo queremos afirmar que se debe empezar por observar un primer día.

En todo debe haber un comienzo, y empezar por observar nuestra conducta en cualquier día de nuestra vida, es un buen comienzo.

Observar nuestras reacciones mecánicas ante todos esos pequeños detalles de alcoba, hogar, comedor, casa, calle, trabajo, etc., etc., etc., lo que uno dice, siente y piensa, es ciertamente lo más indicado.

Lo importante es ver luego como o de que manera puede uno cambiar esas reacciones; empero, si creemos que somos buenas personas, que nunca nos comportamos en forma inconsciente y equivocada, nunca cambiaremos.

Ante todo necesitamos comprender que somos personas-máquinas, simples marionetas controladas por agentes secretos, por Yoes ocultos.

Dentro de nuestra persona viven muchas personas, nunca somos idénticos; a veces se manifiesta en nosotros una persona mezquina, otras veces una persona irritable, en cualquier otro instante una persona espléndida, benevolente, mas tarde una persona escandalosa o calumniadora, después un santo, luego un embustero, etc.

Tenemos gente de toda clase dentro de cada uno de nosotros, Yoes de toda especie. Nuestra personalidad no es mas que una marioneta, un muñeco parlante, algo mecánico.

Empecemos por comportamos conscientemente durante una pequeña parte del día; necesitamos dejar de ser simples máquinas aunque sea durante por breves minutos diarios, esto influirá decisivamente sobre nuestra existencia.

Cuando nos Auto-Observamos y no hacemos lo que tal o cual Yo quiere, es claro que empezamos a dejar de ser máquinas.

Un sólo momento, en que se está bastante consciente, como para dejar de ser máquina, si se hace voluntariamente, suele modificar radicalmente muchas circunstancias desagradables.

Desgraciadamente vivimos diariamente una vida mecanicista, rutinaria, absurda. Repetimos sucesos, nuestros hábitos son los mismos, nunca hemos querido modificarlos, son el carril mecánico por donde circula el tren de nuestra miserable existencia, empero, pensamos de nosotros lo mejor…

Por donde quiera abundan los "MITÓMANOS", los que se creen Dioses; criaturas mecánicas, rutinarias, personajes del lodo de la tierra, míseros muñecos movidos por diversos Yoes; gentes así no trabajarán sobre sí mismos…

CAPÍTULO XVIII

EL PAN SUPERSUBSTANCIAL

Si observamos cuidadosamente cualquier día de nuestra vida, veremos que ciertamente no sabemos vivir conscientemente.

Nuestra vida parece un tren en marcha, moviéndose en los carriles fijos de los hábitos mecánicos, rígidos, de una existencia vana y superficial.

Lo curioso del caso es que jamás se nos ocurre modificar los hábitos, parece que no nos cansamos de estar remitiendo siempre lo mismo.

Los hábitos nos tiene petrificados, más pensamos que somos libres; somos espantosamente feos pero nos creemos Apolos…

Somos gente mecánica, motivo más que suficiente como para carecer de todo sentimiento verdadero de lo que se está haciendo en la vida.

Nos movemos diariamente dentro del viejo carril de nuestros hábitos anticuados y absurdos y así es claro que no tenemos una verdadera vida; en vez de vivir, vegetamos miserablemente, y no recibimos nuevas impresiones.

Si una persona iniciara su día conscientemente, es ostensible que tal día sería muy distinto a los otros días.

Cuando uno toma la totalidad de su vida, como el mismo día que está viviendo, cuando no deja para mañana lo que se debe hacer hoy mismo, llega realmente a conocer lo que significa trabajar sobre sí mismo.

Jamás un día carece de importancia; si en verdad queremos transformarnos radicalmente, debemos vernos, observarnos y comprendernos diariamente.

Sin embargo, las gentes no quieren verse a sí mismas, algunos teniendo ganas de trabajar sobre sí mismos, justifican su negligencia con frases como la siguiente: "El trabajo en la oficina no permite trabajar sobre sí mismo". Palabras estas sin sentido, huecas, vanas, absurdas, que sólo sirven para justificar la indolencia, la pereza, la falta de amor por la Gran Causa.

Gentes así, aunque tengan muchas inquietudes espirituales, es obvio que no cambiarán nunca.

Observarnos a sí mismos es urgente, inaplazable, impostergable. La Auto-Observación íntima es fundamental para el cambio verdadero.

¿Cuál es su estado psicológico al levantarse?, ¿Cuál es su estado de ánimo durante el desayuno?, ¿Estuvo impaciente con el mesero?, ¿Con la esposa?, ¿Por qué estuvo impaciente?, ¿Qué es lo que siempre le trastorna?, etc.

Fumar o comer menos no es todo el cambio, más si indica cierto avance. Bien sabemos que el vicio y la glotonería son inhumanos y bestiales.

No está bien que alguien dedicado al Camino Secreto, tenga un cuerpo físico, excesivamente gordo y con un vientre abultado y fuera de toda euritmia de perfección. Eso indicaría glotonería, gula y hasta pereza.

La vida cotidiana, la profesión, el empleo, aunque vitales para la existencia, constituyen el sueño de la conciencia.

Saber que la vida es sueño no significa haberlo comprendido. La comprensión viene con la auto-observación y el trabajo intenso sobre sí mismo.

Para trabajar sobre sí, es indispensable trabajar sobre su vida diaria, hoy mismo, y entonces se comprenderá lo que significa aquella frase de la Oración del Señor: "Dadnos el Pan nuestro de cada día".

La frase "Cada Día", significa el "Pan supersubstancial" en griego o el "Pan de lo Alto".

La Gnosis da ese Pan de Vida en el doble sentido de ideas y fuerzas que nos permiten desintegrar errores psicológicos.

Cada vez que reducimos a polvareda cósmica tal o cual 'Yo", ganamos experiencia psicológica, comemos el "Pan de la Sabiduría", recibimos un nuevo conocimiento.

La Gnosis nos ofrece el "Pan Supersubstancial", el "Pan de la Sabiduría", y nos señala con precisión la nueva vida que comienza en uno mismo, dentro de uno mismo, aquí y ahora.

Ahora, bien, nadie puede alterar su vida o cambiar cosa alguna relacionada con las reacciones mecánicas de la existencia, a menos que cuente con la ayuda de nuevas ideas y reciba auxilio Divinal.

La Gnosis da esas nuevas ideas y enseña el "modus operandi" mediante el cual puede uno ser asistido por Fuerzas Superiores a la mente.

Necesitamos preparar los centros inferiores de nuestro organismo para recibir las ideas y fuerza que vienen de los centros Superiores.

En el trabajo sobre sí mismo no existe nada despreciable. Cualquier pensamiento por insignificante que sea, merece ser observado. Cualquier emoción negativa, reacción, etc., debe ser observada.

CAPÍTULO XIX

EL BUEN DUEÑO DE CASA

Apartarse uno de los efectos desastrosos de la vida, en estos tiempos tenebrosos, ciertamente es muy difícil pero indispensable, de otro modo es devorado por la vida.

Cualquier trabajo que uno haga sobre sí mismo con el propósito de lograr un desarrollo anímico y espiritual, se relaciona siempre con el aislamiento muy bien entendido, pues bajo la influencia de la vida tal como siempre la vivimos, no es posible desarrollar otra cosa que la personalidad.

En modo alguno intentamos oponernos al desarrollo de la personalidad, obviamente ésta es necesaria en la existencia, más ciertamente es algo meramente artificial, no es lo verdadero, lo real en nosotros.

Si el pobre mamífero intelectual equivocadamente llamado hombre no se aísla, sino que se identifica con todos los sucesos de la vida práctica y derrocha sus fuerzas en emociones negativas y en auto-consideraciones personales y en vana palabrería insustancial de charla ambigua, nada edificante, ningún elemento real puede desarrollarse en él, fuera de lo que pertenece al mundo de la mecanicidad.

Ciertamente quien quiera de verdad lograr en sí el desarrollo de la Esencia, debe llegar a estar herméticamente cerrado. Esto se refiere a algo íntimo estrechamente relacionado con el silencio.

La frase viene de los antiguos tiempos, cuando se enseñaba secretamente una Doctrina sobre el desarrollo interior del hombre vinculada con el nombre de Hermes.

Si uno quiere que algo real crezca en su interioridad, es claro que debe evitar el escape de sus energías psíquicas.

Cuando uno tiene escapes de energía y no está aislado en su intimidad, es incuestionable que no podrá lograr el desarrollo de algo real en su psiquis.

La vida ordinaria común y corriente quiere devorarnos implacablemente; nosotros debemos luchar contra la vida diariamente, debemos aprender a nadar contra la corriente…

Este trabajo va en contra de la vida, se trata de algo muy distinto a lo de todos los días y que sin embargo debemos practicar de instante en instante; quiero referirme a la Revolución de la Conciencia.

Es evidente que si nuestra actitud hacia la vida diaria es fundamentalmente equivocada; si creemos que todo de marchamos bien, así por que si, vendrán los desengaños…

Las gentes quieren que las cosas les salgan bien, "así porque si", porque todo debe marchar de acuerdo con sus planes, más la cruda realidad es diferente, en tanto uno no cambie interiormente, gústele o no le guste será siempre victima, de las circunstancias.

Se dice y se escribe sobre la vida, muchas estupideces sentimentales, más este Tratado de Sicología Revolucionaria es diferente.

Esta Doctrina va al grano, a los hechos concretos, claros y definitivos; afirma enfáticamente que el "Animal Intelectual" equivocadamente llamado hombre, es un bípedo mecánico, inconsciente, dormido.

"El Buen Dueño de Casa" jamás aceptaría la Psicología Revolucionaria; cumple con todos sus deberes como padre, esposo, etc., y por ello piensa de sí mismo lo mejor, pero sólo sirve a los fines de la naturaleza y eso es todo.

Por oposición diremos que también existe "El Buen dueño de Casa" que nada contra la corriente, que no quiere dejarse devorar por la vida; empero, estos sujetos son muy escasos en el mundo, no abundan nunca.

Cuando uno piensa de acuerdo con las ideas de este «Tratado de Psicología Revolucionaria», obtiene una correcta visión de la vida.

CAPÍTULO XX

LOS DOS MUNDOS

Observar y observarse a sí mismo son dos cosas completamente diferentes, sin embargo, ambas exigen atención.

En la observación la atención es orientada hacia afuera, hacia el mundo exterior, a través de las ventanas de los sentidos.

En la auto-observación de sí mismo, la atención es orientada hacia dentro y para ello los sentidos de percepción externa no sirven, motivo éste más que suficiente como para que sea difícil al neófito la observación de sus procesos psicológicos íntimos.

El punto de partida de la ciencia oficial en su lado práctico, es lo observable. El punto de partida del trabajo sobre sí mismo, es la auto-observación, lo auto-observable.

Incuestionablemente estos dos puntos de partida renglones arriba citados, nos llevan a direcciones completamente diferentes.

Podría alguien envejecer enfrascado entre los dogmas transigentes de la ciencia oficial, estudiando fenómenos externos, observando células, átomos, moléculas, soles, estrellas, cometas, etc., sin experimentar dentro de sí mismo ningún cambio radical.

La clase de conocimiento que transforma interiormente a alguien, jamás podría lograrse mediante la observación externa.

El verdadero conocimiento que realmente puede originar en nosotros un cambio interior fundamental tiene por basamento la auto-observación directa de sí mismo.

Es urgente decirle a nuestros estudiantes Gnósticos que se observen a sí mismos y en que sentido deben auto-observarse y las razones para ello.

La observación es un medio para modificar las condiciones mecánicas del mundo. La auto-observación Interior es un medio para cambiar íntimamente.

Como secuencia o corolario de todo esto, podemos y debemos afirmar en forma enfática, que existen dos clases de conocimiento, el externo y el interno y que a menos que tengamos en si mismos el centro magnético que pueda diferenciar las calidades del conocimiento, esta mezcla de los dos planos u órdenes de ideas podrían llevarnos a la confusión.

Sublimes Doctrinas seudo-esotéricas con marcado cientificismo de fondo, pertenecen al terreno de lo observable, sin embargo son aceptadas por muchos aspirantes como conocimiento interno.

Nos encontramos pues ante dos mundos, el exterior y el interior. El primero de estos es percibido por los sentidos de percepción externa; el segundo sólo puede ser perceptible mediante el sentido de auto-observación interna.

Pensamientos, ideas, emociones, anhelos, esperanzas, desengaños, etc., son interiores, invisibles para los sentidos ordinarios, comunes y corrientes y sin embargo son para nosotros más reales que la mesa del comedor o los sillones de la sala.

Ciertamente nosotros vivimos más en nuestro mundo interior que en el exterior; esto es irrefutable, irrebatible.

En nuestros Mundos Internos, en nuestro mundo secreto, amamos, deseamos, sospechamos, bendecimos, maldecimos, anhelamos, sufrimos, gozamos, somos defraudados, premiados, etc., etc., etc.

Incuestionablemente los dos mundos interno y externo son verifícables experimentalmente. El mundo exterior es lo observable. El mundo interior es lo auto-observable en sí mismo y dentro de sí mismo, aquí y ahora.

Quien de verdad quiera conocer los "Mundos Internos" del planeta Tierra o del Sistema Solar o de la Galaxia en que vivimos, debe conocer previamente su mundo íntimo, su vida interior, particular, sus propios "Mundos Internos". "Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses".

Cuanto más se explore este "Mundo Interior" llamado "Uno Mismo", tanto mas comprenderá que vive simultáneamente en dos mundos, en dos realidades, en dos ámbitos, el exterior y el interior.

Del mismo modo que a uno le es indispensable aprender a caminar en el "mundo exterior", para no caer en un precipicio, no extraviarse en las calles de la ciudad, seleccionar sus amistades, no asociarse con perversos, no comer veneno, etc., así también mediante el trabajo psicológico sobre si mismo, aprendamos a caminar en el "Mundo Interior" el cual es explorable mediante la auto-observación de sí.

Realmente el sentido de auto-observación de sí mismo se encuentra atrofiado en la raza humana decadente de esta época tenebrosa en que vivimos.

A medida que nosotros perseveramos en la auto-observación de sí mismos, el sentido de auto-observación íntima se irá desarrollando progresivamente.

CAPÍTULO XIX

OBSERVACIÓN DE SÍ MISMO

La Auto-Observación íntima de sí mismo es un medio práctico para lograr una transformación radical.

Conocer y observar son diferentes. Muchos confunden la observación de sí, con el conocer. Se conoce que estamos sentados en una silla en una sala, más esto no significa que estemos observando la silla.

Conocemos que en un instante dado nos encontramos en un estado negativo, tal vez con algún problema o preocupados por este o aquel asunto o en estado de desasosiego o incertidumbre, etc., pero esto no significa que lo estemos observando.

¿Siente usted antipatía por alguien?, ¿Le cae mal cierta persona?, ¿Por qué? Ud. dirá que conoce a esa persona… ¡Por favor!, Obsérvela, conocer nunca es observar; no confunda el conocer con el observar…

La observación de sí que es un ciento por ciento activa, es un medio de cambio de sí, mientras el conocer, que es pasivo, no lo es.

Ciertamente conocer no es un acto de atención. La atención dirigida hacia dentro de uno mismo, hacia lo que está sucediendo en nuestro interior, si es algo positivo, activo…

En el caso de una persona a quien se tiene antipatía así porque si, porque nos viene en gana y muchas veces sin motivo alguno, uno advierte la multitud de pensamientos que se acumulan en la mente, el grupo de voces que hablan y gritan desordenadamente dentro de uno mismo, lo que están diciendo, las emociones desagradables que surgen en nuestro interior, el sabor desagradable que todo este deja en nuestra psiquis, etc., etc., etc.

Obviamente en tal estado nos damos cuenta también de que interiormente estamos tratando muy mal a la persona a quien tenemos antipatía.

Mas para ver todo esto se necesita incuestionablemente de una atención dirigida intencionalmente hacia adentro de sí mismo; no de una atención pasiva.

La atención dinámica proviene realmente del lado observante, mientras los pensamientos y las emociones pertenecen al lado observado.

Todo esto nos hace comprender que el conocer es algo completamente pasivo y mecánico, en contraste evidente con la observación de sí que es un acto consciente.

No queremos con esto decir que no exista la observación mecánica de sí, más tal tipo de observación nada tiene que ver con la auto-observación psicológica a que nos estamos refiriendo.

Pensar y observar resultan también muy diferentes. Cualquier sujeto puede darse el lujo de pensar sobre sí mismo todo lo que quiera, pero esto no quiere decir que se este observando realmente.

Necesitamos ver a los distintos "Yoes" en acción, descubrirlos en nuestra psiquis, comprender que dentro de cada uno de ellos existe un porcentaje de nuestra propia conciencia, arrepentirnos de haberlos creado, etc.

Entonces exclamaremos. "¿Pero qué está haciendo este Yo?" "¿Qué está diciendo?" "¿Qué es lo que quiere?" "¿Por qué me atormenta con su lujuria?", "¿Con su ira?", etc., etc., etc.

Entonces veremos dentro de sí mismos, todo ese tren de pensamientos, emociones, deseos, pasiones, comedias privadas, dramas personales, elaboradas mentiras, discursos, excusas, morbosidades, lechos de placer, cuadros de lascivia, etc., etc., etc.

Muchas veces antes de dormimos en el preciso instante de transición entre vigilia y sueño sentimos dentro de nuestra propia mente distintas voces que hablan entre sí, son los distintos Yoes que deben romper en tales momentos toda conexión con los distintos centros de nuestra máquina orgánica a fin de sumergirse luego en el mundo molecular, en la "Quinta Dimensión".

CAPÍTULO XXII

LA CHARLA

Resulta urgente, inaplazable, impostergable, observar la charla interior y el lugar preciso de donde proviene.

Incuestionablemente la charla interior equivocada es la "Causa Causorun" de muchos estados psíquicos inarmónicos y desagradables en el presente y también en el futuro.

Obviamente esa vana palabrería insustancial de charla ambigua y en general toda plática perjudicial, dañina, absurda, manifiesta en el mundo exterior, tiene su origen en la conversación interior equivocada.

Se sabe que existe en la Gnosis la practica esotérica del silencio interior; esto lo conocen nuestros discípulos de "Tercera Cámara".

No está de más decir con entera claridad que el silencio interior debe referirse específicamente a algo muy preciso y definido.

Cuando el proceso del pensar se agota intencionalmente durante la meditación interior profunda, se logra el silencio interior; más no es esto lo que queremos explicar en el presente capítulo.

"Vaciar la mente" o "ponerla en blanco" para lograr realmente el silencio interior, tampoco es lo que intentamos explicar ahora en estos párrafos.

Practicar el silencio interior a que nos estamos refiriendo, tampoco significa impedir que algo penetre en la mente.

Realmente estamos hablando ahora mismo de un tipo de silencio interior muy diferente. No se trata de algo vago general…

Queremos practicar el silencio interior en relación con algo que ya esté en la mente, persona, suceso, asunto propio o ajeno, lo que nos contaron, lo que hizo fulano, etc., pero sin tocarlo con la lengua interior, sin discurso intimo…

Aprender a callar no solamente con la lengua exterior, sino también, además, con la lengua secreta, interna, resulta extraordinario, maravilloso.

Muchos callan exteriormente, mas con su lengua interior desollan vivo al prójimo. La charla interior venenosa y malévola, produce confusión interior.

Si se observa la charla interior equivocada se verá que está hecha de verdades a medias, o de verdades que se relacionan entre sí de un modo más o menos incorrecto, o algo que se agregó o se omitió.

Desgraciadamente nuestra vida emocional se fundamenta exclusivamente en la "auto-simpatía".

Para colmo de tanta infamia sólo simpatizamos con nosotros mismos, con nuestro tan "querido Ego", y sentimos antipatía y hasta odio con aquellos que no simpatizan con nosotros.

Nos queremos demasiado a sí mismos, somos narcisistas en un ciento por ciento, esto es irrefutable, irrebatible

En tanto continuemos embotellados en la "auto-simpatía", cualquier desarrollo del Ser, se hace algo más que imposible.

Necesitamos aprender a ver el punto de vista ajeno. Es urgente saber ponernos en la posición de los otros.

"Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos". (Mateo: VII, 12)

Lo que verdaderamente cuenta en estos estudios es la manera como los hombres se comportan interna e invisiblemente los unos con los otros.

Desafortunadamente y aunque seamos muy corteses, hasta sinceros a veces, no hay duda de que invisible e internamente nos tratamos muy mal los unos a los otros.

Gentes aparentemente muy bondadosas, arrastran diariamente a sus semejantes hacia la cueva secreta de sí mismos, para hacer con éstos, todo lo que se les antoje. (Vejaciones, burla, escarnio, etc.)

CAPÍTULO XIII

EL MUNDO DE RELACIONES

El mundo de relaciones tiene tres aspectos muy diferentes que en forma precisa necesitamos aclarar.

Primero: Estamos relacionados con el cuerpo planetario. Es decir con el cuerpo físico.

Segundo: Vivimos en el planeta Tierra y por secuencia lógica estamos relacionados con el mundo exterior y con las cuestiones que atañen a nosotros, familiares, negocios, dineros, cuestiones del oficio, profesión, política, etc., etc., etc.

Tercero: La relación del hombre consigo mismo. Para la mayoría de las gentes este tipo de relación no tiene la menor importancia.

Desafortunadamente a las gentes sólo les interesan los dos primeros tipos de relaciones, mirando con la más absoluta indiferencia el tercer tipo.

Alimento, salud, dinero, negocios, constituyen realmente las principales preocupaciones del "Animal Intelectual" equivocadamente llamado "hombre".

Ahora bien: Resulta evidente que tanto el cuerpo físico como los asuntos del mundo son exteriores a nosotros mismos.

El Cuerpo Planetario (cuerpo físico), a veces se encuentra enfermo, a veces sano y así sucesivamente.

Creemos siempre tener algún conocimiento de nuestro cuerpo físico, más en realidad ni los mejores científicos del mundo saben mucho sobre el cuerpo de carne y hueso.

No hay duda de que el cuerpo físico dada su tremenda y complicada organización, está ciertamente mucho más allá de nuestra comprensión.

En lo que respecta al segundo tipo de relaciones, somos siempre víctimas de las circunstancias; es lamentable que todavía no hayamos aprendido a originar conscientemente las circunstancias.

Son muchas las gentes incapaces de adaptarse a nada o a nadie o tener éxito verdadero en la vida.

Al pensar en sí mismos desde el ángulo del trabajo esotérico Gnóstico, se hace urgente averiguar con cual de estos tres tipos de relaciones estamos en falta.

Puede suceder el caso concreto de que estemos equivocadamente relacionados con el cuerpo físico y a consecuencia de ello estemos enfermos.

Puede suceder que estemos mal relacionados con el mundo exterior y como resultado tengamos conflictos, problemas económicos y sociales, etc., etc., etc.

Puede que estemos mal relacionados consigo mismos y que Secuencialmente suframos mucho por falta de iluminación interior.

Obviamente si la lámpara de nuestra recámara no se encuentra conectada a la instalación eléctrica, nuestro aposento estará en tinieblas.

Quienes sufren por falta de iluminación interior, deben conectar su mente con los Centros Superiores de su Ser.

Incuestionablemente necesitamos establecer correctas relaciones no solo con nuestro Cuerpo Planetario (cuerpo físico) y con el mundo exterior, sino también con cada una de las partes de nuestro propio Ser.

Los enfermos pesimistas cansados de tantos médicos y medicinas, ya no desean curarse y los pacientes optimistas luchan por vivir.

En el Casino de Montecarlo muchos millonarios que perdieron su fortuna en el juego, se suicidaron. Millones de madres pobres trabajan para sostener a sus hijos.

Son incontables los aspirantes deprimidos que por falta de poderes psíquicos y de iluminación intima, han renunciado al trabajo esotérico sobre sí mismos. Pocos son los que saben aprovechar las adversidades.

En tiempos de rigurosa tentación, abatimiento y desolación, uno debe apelar a la íntima recordación de sí mismo.

En el fondo de cada uno de nos está la TONANTZIN Azteca, la STELLA MARIS, la ISIS Egipcia, Dios Madre, aguardándonos para sanar nuestro adolorido corazón.

Cuando uno mismo se da el choque del "Recuerdo de Sí", se produce realmente un cambio milagroso en todo él trabajo del cuerpo, de modo que las células reciben un alimento diferente.

CAPÍTULO XXIV

LA CANCIÓN PSICOLÓGICA

Ha llegado el momento de reflexionar muy seriamente sobre eso que se llama "consideración interna".

No cabe la menor duda sobre el aspecto desastroso de la "auto-consideración íntima"; ésta además de hipnotizar la conciencia, nos hace perder muchísima energía.

Si uno no cometiera el error de identificarse tanto consigo mismo, la auto-consideración interior seria algo mas que imposible.

Cuando uno se identifica consigo mismo, se quiere demasiado, siente piedad por sí mismo, se auto-considera, piensa que siempre se ha portado muy bien con fulano, con zutano, con la mujer, con los hijos, etc., y que nadie lo ha sabido apreciar, etc. Total es un santo y todos los demás unos malvados, unos bribones.

Una de las formas más corrientes de auto-consideración intima es la preocupación por lo que otros puedan pensar sobre uno mismo; tal vez supongan que no somos honrados, sinceros, verídicos, valientes, etc.

Lo más curioso de todo esto es que ignoramos lamentablemente la enorme pérdida de energía que esta clase de preocupaciones nos trae.

Muchas actitudes hostiles hacia ciertas personas que ningún mal nos han hecho, se debe precisamente a tales preocupaciones nacidas de la auto-consideración intima.

En estas circunstancias, queriéndose tanto a sí mismo, auto-considerándose de este modo, es claro que el YO o mejor dijéramos los Yoes en vez de extinguirse se fortifican entonces espantosamente.

Identificado uno consigo mismo se apiada mucho de su propia situación y hasta le da por hacer cuentas.

Así es como piensa que fulano, que zutano, que el compadre, que la comadre, que el vecino, que el patrón, que el amigo, etc., etc., etc., no le han pagado como es debido a pesar de todas sus consabidas bondades y embotellado en esto se vuelve insoportable y aburridor para todo el mundo.

Con un sujeto así, prácticamente no se puede hablar porque cualquier conversación es seguro que va a parar a su librito de cuentas y a sus tan cacareados sufrimientos.

Escrito está que en el trabajo esotérico Gnóstico, solo es posible el crecimiento anímico mediante el perdón a los otros.

Si alguien vive de instante en instante, de momento en momento, sufriendo por lo que le deben, por lo que le hicieron, por las amarguras que le causaron, siempre con su misma canción, nada podrá crecer en su interior.

La Oración del Señor ha dicho: "Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores".

El sentimiento de que a uno le deben, el dolor por los males que otros le causaron, etc., detiene todo progreso interior del alma.

Jesús el Gran KABIR, dijo: "Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, en tanto estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto os digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el ultimo cuadrante". (Mateo, V, 25, 26)

Si nos deben, debemos. Si exigimos que se nos pague hasta el último denario, debemos pagar antes hasta el último cuadrante.

Esta es la "Ley del Talión", "Ojo por ojo y diente por diente". "Círculo vicioso", absurdo.

Las disculpas, la cumplida satisfacción y las humillaciones que a otros exigimos por los males que nos causaron, también a nosotros nos son exigidas aunque nos consideremos mansas ovejas.

Colocarse uno bajo leyes innecesarias es absurdo, mejor es ponerse a sí mismo bajo nuevas influencias.

La Ley de la Misericordia es una influencia mas elevada que la Ley del hombre violento: "Ojo por ojo, diente por diente".

Es urgente, indispensable, inaplazable, colocarnos inteligentemente bajo las influencias maravillosas del trabajo esotérico Gnóstico, olvidar que nos deben y eliminar en nuestra psiquis cualquier forma de auto-consideración.

Jamás debemos admitir dentro de nosotros, sentimientos de venganza, resentimiento, emociones negativas, ansiedades por los males que nos causaron, violencia, envidia, incesante recordación de deudas, etc., etc., etc.

La Gnosis está destinada a aquellos aspirantes sinceros que verdaderamente quieran trabajar y cambiar.

Si observamos a las gentes podemos evidenciar en forma directa, que cada persona tiene su propia canción.

Cada cual canta su propia canción psicológica; quiero referirme en forma enfática a la cuestión esa de las cuentas psicológicas; sentir que a uno le deben, quejarse, auto considerarse, etc.

A veces la gente "canta su canción, así por que si", sin que se le dé cuerda, sin que se le aliente y en otras ocasiones después de unas cuantas copas de vino…

Nosotros decimos que nuestra aburridora canción debe ser eliminada; ésta nos incapacita interiormente, nos roba mucha energía.

En cuestiones de Psicología Revolucionaria, alguien que canta demasiado bien, —no nos estamos refiriendo a la hermosea voz, ni al canto físico—, ciertamente no puede ir mas allá de sí mismo; se queda en el pasado…

Una persona impedida por tristes canciones no puede cambiar su Nivel de Ser; no puede ir más allá de lo que es.

Para pasar a un Nivel Superior del Ser, es preciso dejar de ser lo que se es; necesitamos no ser lo que somos.

Si continuamos siendo lo que somos, nunca podremos pasar a un Nivel Superior del Ser.

En el terreno de la vida práctica suceden cosas insólitas. Muy a menudo una persona cualquiera traba amistad con otra, solo porque le es fácil cantarle su canción.

Desafortunadamente tal clase de relaciones termina cuando al cantante se le pide que se calle, que cambie el disco, que hable de otra cosa, etc.

Entonces el cantante resentido, se va en busca de un nuevo amigo, de alguien que esté dispuesto a escucharle por tiempo indefinido.

Comprensión exige el cantante, alguien que le comprenda, como si fuera tan fácil comprender a otra persona.

Para comprender a otra persona es preciso comprenderse a sí mismo. Desafortunadamente el buen cantante cree que se comprende a sí mismo.

Son muchos los cantantes decepcionados que cantan la canción de no ser comprendidos y sueñan con un mundo maravilloso donde ellos son las figuras centrales.

Sin embargo no todos los cantantes son públicos, también los hay reservados; no cantan su canción directamente, más secretamente la cantan.

Son gente que ha trabajado mucho, que han sufrido demasiado, se siente defraudada, piensa que la vida les debe todo aquello que nunca fueron capaces de lograr.

Sienten por lo común una tristeza interior, una sensación de monotonía y espantoso aburrimiento, cansancio íntimo o frustración a cuyo alrededor se amontonan los pensamientos.

Incuestionablemente las canciones secretas nos cierran el paso en el camino de la auto-realización íntima del Ser.

Desgraciadamente tales canciones interiores secretas, pasan desapercibidas para sí mismos a menos que intencionalmente las observemos.

Obviamente toda observación de sí, deja penetrar la luz en uno mismo, en sus profundidades íntimas.

Ningún cambio interior podría ocurrir en nuestra psiquis a menos de ser llevado a la luz de la observación de sí.

Es indispensable observarse a sí mismo estando sólo, del mismo modo que al estar en relación con la gente.

Cuando uno está sólo, "Yoes" muy diferentes, pensamientos muy distintos, emociones negativas, etc., se presentan.

No siempre se está bien acompañado cuando se está sólo. Es apenas normal, es muy natural, estar muy mal acompañado en plena soledad. Los "Yoes" más negativos y peligrosos se presentan cuando se está solo.

Si queremos transformarnos radicalmente necesitamos sacrificar nuestros propios sufrimientos.

Muchas veces expresamos nuestros sufrimientos en canciones articuladas o inarticuladas.

CAPÍTULO XXV

RETORNO Y RECURRENCIA

Un hombre es lo que es su vida, si un hombre no modifica nada dentro de sí mismo, si no transforma radicalmente su vida, si no trabaja sobre sí mismo, está perdiendo su tiempo miserablemente.

La muerte es el regreso al comienzo mismo de su vida con la posibilidad de repetirla nuevamente.

Mucho se ha dicho en la literatura Seudo-Esotérica y Seudo-Ocultista, sobre el tema de las vidas sucesivas, mejor es que nos ocupemos de las existencias sucesivas.

La vida de cada uno de nos con todos sus tiempos es siempre la misma repitiéndose de existencia en existencia, a través de los innumerables siglos.

Incuestionablemente continuamos en la simiente de nuestros descendientes; esto es algo que ya está demostrado.

La vida de cada uno de nos en particular, es una película viviente que al morir nos llevamos a la eternidad.

Cada uno de nos se lleva su película y la vuelve a traer para proyectarla otra vez en la pantalla de una nueva existencia.

La repetición de dramas, comedias y tragedias, es un axioma fundamental de la Ley de Recurrencia.

En cada nueva existencia se repiten siempre las mismas circunstancias. Los actores de tales escenas siempre repetidas, son esas gentes que viven dentro de nuestro interior, los "Yoes".

Si desintegramos esos actores, esos "Yoes" que originan las siempre repetidas escenas de nuestra vida, entonces la repetición de tales circunstancias se haría algo más que imposible.

Obviamente sin actores no puede haber escenas; esto es algo irrebatible, irrefutable.

Así es como podemos libertarnos de las Leyes de Retorno y Recurrencia; así podemos hacernos libres de verdad.

Obviamente cada uno de los personajes (Yoes), que en nuestro interior llevamos, repite de existencia en existencia su mismo papel; si lo desintegramos, si el actor muere el papel concluye.

Reflexionando seriamente sobre la Ley de Recurrencia o repetición de escenas en cada Retorno, descubrimos por auto-observación intima, los resortes secretos de esta cuestión.

Si en la pasada existencia a la edad de veinticinco (25) años, tuvimos una aventura amorosa es Indubitable que el "Yo" de tal compromiso buscara a la dama de sus ensueños a los veinticinco (25) años de la nueva existencia.

Si la dama en cuestión entonces sólo tenía quince (15) años, el "Yo" de tal aventura buscará a su amado en la nueva existencia a la misma edad justa.

Resulta claro comprender que los dos "Yoes" tanto el de él como el de ella, se busquen telepáticamente y se reencuentren nuevamente para repetir la misma aventura amorosa de la pasada existencia…

Dos enemigos que a muerte pelearon en la pasada existencia, se buscarán otra vez en la nueva existencia para repetir su tragedia a la edad correspondiente.

Si dos personas tuvieron un pleito por bienes raíces a la edad de cuarenta (40) años en la pasada existencia, a la misma edad se buscaran telepáticamente en la nueva existencia para repetir lo mismo.

Dentro de cada uno de nosotros viven muchas gentes llenas de compromisos; eso es irrefutable.

Un ladrón carga en su interior una cueva de ladrones con diversos compromisos delictuosos. El asesino lleva dentro de sí mismo un "club" de asesinos y el lujurioso porta en su psiquis una "Casa de Citas".

Lo grave de todo esto es que el intelecto ignora la existencia de tales gentes o "Yoes" dentro de sí mismo y de tales compromisos que fatalmente se van cumpliendo.

Todos estos compromisos de los Yoes que dentro de nosotros moran, se suceden por debajo de nuestra razón.

Partes: 1, 2, 3
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