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Identificacion de factores pronostico en adultos mayores con neumonia adquirida en la comunidad (página 2)



Partes: 1, 2

La tensión arterial sistólica no presentó diferencias
significativas respecto a la evolución, con media de 119.64 ± 29.25 mm de Hg en
aquellos con evolución no satisfactoria y media de 121.02 ± 19.27 mm de Hg en
pacientes con evolución satisfactoria.

Similar comportamiento presentó la tensión arterial diastólica
que no mostró diferencias significativas respecto a la evolución, con media de 75.18
± 16.01mm de Hg en pacientes con evolución no satisfactoria y media de 75.42 ± 11.19
mm de Hg en pacientes con evolución satisfactoria.

La temperatura presentó valores medios de 37.21 ±1.16
grados en los pacientes que evolucionaron no satisfactoriamente,
significativamente mayores (0.027) que los valores de temperatura media en pacientes
con evolución satisfactoria, de 36.64 ± 0.93 grados.

La clasificación radiológica de la neumonía en relación
con la evolución de los pacientes se observa en el Cuadro 7.

Predominó la forma lobulillar en 74 casos que
representaron el 85.06% mientras la lobar solo la presentaron 13 casos para un
14.94%.

 

Cuadro 7. Adultos mayores ingresados con NAC según
clasificación radiológica y evolución. Remedios. 2014-2015.

 

 

La evolución no dependió de la clasificación
radiológica, p = 0.659, la forma lobulillar fue predominante tanto en los
pacientes con evolución satisfactoria (83.05%) como en los que evolucionaron de
forma no satisfactoria (89.29%).

En el Cuadro 8 se resumen valores medios de
complementarios en relación a la evolución de adultos mayores ingresados por
NAC.

 

Cuadro 8. Adultos mayores ingresados con NAC según complementarios
y evolución. Remedios. 2014-2015.

 

 

Fuente: historias
clínicas.

 

Los valores medios de hematocrito estuvieron en 0.40 ±
0.07 en pacientes con evolución no satisfactoria, sin diferencias
significativas con los casos que evolucionaron de forma satisfactoria (0.38 ±
0.06).

La eritrosedimentación se comportó con valores medios
aproximadamente iguales en ambos grupos según la evolución, con 42.73 ± 31.99
en la evolución no satisfactoria y 59 ± 33.58 en la evolución satisfactoria.

La glicemia también tuvo un comportamiento similar sin
diferencias significativas en cuanto a la evolución de los pacientes, con
valores medios de 7.36 ± 3.78 en pacientes con evolución no satisfactoria y
6.37 ± 3.52 en casos con evolución satisfactoria.

La creatinina presentó valores medios significativamente
superiores (p = 0.029) en pacientes que evolucionaron de forma no satisfactoria
en 163.68 ± 91.95, en comparación con pacientes de evolución satisfactoria con
valores de 126.85 ± 45.99.

La urea con valores medios de 10.05 ± 3.38 en pacientes
con evolución no satisfactoria, no mostraron diferencias significativas con los
que evolucionaron satisfactoriamente (8.12 ± 2.11).

Los valores medios de hemoglobina de 12.06 ± 2.03 en
pacientes con evolución no satisfactoria, no mostraron diferencias
significativas con los que evolucionaron satisfactoriamente (11.44 ± 1.82).

La TGP se encontró en 12.50 ± 9 en pacientes con
evolución no satisfactoria, sin diferencias significativas con los que
evolucionaron satisfactoriamente (15.42 ± 20.49).

El conteo de leucocitos como promedio se encontró en
12.28 ± 1.71 en pacientes con evolución no satisfactoria, que no llega a ser
significativamente diferente de los pacientes con evolución satisfactoria con
valores de 11.48 ± 1.16.

Al especificar en el leucograma, el conteo promedio de
polimorfonucleares fue significativamente mayor (0.011) en pacientes con
evolución no satisfactoria con valores en 0.82 ± 0.09 mientras que en los que
evolucionaron satisfactoriamente se encontraron en 0.72 ± 0.15.

Los linfocitos en los pacientes que evolucionaron de
forma no satisfactoria mostraron valores promedio de 0.16 ± 0.08,
significativamente menores que en los pacientes con evolución satisfactoria con
valores medios en 0.25 ± 0.12.

En el Cuadro 9 se mostró la estadía hospitalaria de los
adultos mayores con NAC en relación con la evolución. Predominó la estadía por
menos de 7 días en 72 pacientes que constituyeron el 82.76% del total, sobre
todo en pacientes con evolución satisfactoria en que representaron un 98.31%.

 

Cuadro 9. Adultos mayores ingresados con NAC según estadía
hospitalaria y evolución. Remedios. 2014-2015.

 

 

Entre 8 y 15 días permanecieron ingresados 11 casos para
un 12.64%, y de estos 10 en pacientes con evolución no satisfactoria que representaron
un 35.71% de ese grupo. Por más de 15 días permanecieron 4 pacientes para un
4.60%, y todos con evolución no satisfactoria representando el 14.29% de estos.

La estadía hospitalaria se asoció de forma significativa
a la evolución del paciente, p = 0.0000.

El tratamiento antimicrobiano según la evolución de los
adultos mayores con NAC se resume en el cuadro 10.

Los más utilizados fueron ceftriaxona en 53 pacientes
que representaron el 60.92%, con mayor aplicación en pacientes con evolución no
satisfactoria en un 75% de estos.

En segundo lugar se utilizó ciprofloxacina en 25 casos
para un 28.74%, con mayor aplicación en pacientes con evolución no
satisfactoria (39.29%).

 

Cuadro 10. Adultos mayores ingresados con NAC según
tratamiento antimicrobiano y evolución. Remedios. 2014-2015.

 

 

Fuente: historias clínicas.

p ˃ 0.05

 

La cefotaxima se utilizó en 18 pacientes que
constituyeron el 20.69 %, siendo más aplicada en el grupo de pacientes con
evolución satisfactoria (25.42%). El resto de los antimicrobianos fueron
utilizados en menor frecuencia.

Desde el punto de vista estadístico no existieron diferencias
significativas en el uso de antimicrobianos en ambos grupos, p ˃ 0.05.

Las complicaciones presentadas en los adultos mayores
con NAC se muestran en el Cuadro 11, siendo las principales el SIRS en 7 casos
para un 8.05%, el derrame pleural en 5 pacientes para un 5.75 %, y en igual
frecuencia el tromboembolismo pulmonar, en 3 casos ocurrió encefalopatía
hipóxica para un 3.45 % y en tres casos shock séptico.

 

Cuadro 11. Adultos mayores ingresados con NAC según complicaciones.
Remedios. 2014-2015.

 

 

Fuente: Historias clínicas.

En el Cuadro 12 se puede observar el estado al egreso
con 69 pacientes vivos que constituyeron el 79.31 % y 18 fallecidos para un
20.69 %.

 

Cuadro 12. Adultos mayores ingresados con NAC según estado
al egreso. Remedios. 2014-2015.

 

Fuente: historias clínicas.

 

Figura 3. Adultos mayores ingresados con NAC según
estado al egreso. Remedios. 2014-2015.

 

Fuente: cuadro 12.

 

 

Discusión de los
resultados

La neumonía adquirida
en la comunidad en el anciano constituye en la actualidad un problema de salud
y un reto futuro por el envejecimiento poblacional. Constituye un desafío para
los Programas Priorizados del Sector de la Salud. En el presente estudio la
edad avanzada de los pacientes con NAC fue un factor que se asoció de forma
significativa a la evolución no satisfactoria, principalmente en los pacientes
con 80 y más años. Esta distribución etaria es coincidente con los hallazgos de
otros autores.2,5,7,16,18,19,24

Arredondo
Bruce A
y colaboradores,25 refieren que la mortalidad global por infecciones
respiratorias está alrededor del 10% por consensos. La mortalidad en los
pacientes atendidos en Atención Primaria es baja, por debajo del 1%. Pero en el
ámbito hospitalario los datos son muy variables, alcanzan hasta el 48%, en
dependencia de las series, del nivel donde se atiende el episodio (entre el 5,7
y el 14% en los hospitalizados y del 34 al 50% en los ingresados en la UCI), de
las comorbilidades que presentan los pacientes, de la utilización habitual o
frecuente de corticoides, de la existencia de un ingreso previo reciente, fallo
renal agudo, derrame pleural asociado y muy especialmente de la edad avanzada.
En Reino Unido la mortalidad en mayores de 65 años asciende al 47,2%.27,32,33,36,38,
43

Aleaga
Hernández Y,39 en investigación realizada encontró que la mayoría de los
ancianos (79%) tenían más de 70 años.

Castellanos Vivancos
L,70 encontró predominio del grupo de edades de 80 a 89 años
(32,8%).

En
estudios similares, se observó que esta patología afecta mayormente a pacientes
con más de 65 años y va en ascendencia con una incidencia estimada 15, 4
casos/1000 habitantes/año para edades entre 60 y 70 años, así también 34,2
casos/1000 habitantes/año para edades mayor que 74 años, para decaer en pacientes
con más de 90 años con una incidencia estimada de 8,2.60,61,63.
Igualmente en estudios realizados en Cuba se estima que la frecuencia de esta
enfermedad es del 20%, en pacientes mayores de 65 años.53

En estudios
realizados donde de acuerdo con la puntuación de la escala pronóstica de muerte
por neumonía, los índices de mortalidad fueron, en general, menores entre los
casos de <75 años que en los mayores de 75 años.43,61

Varios
autores sugieren que el aumento en la hospitalización por NAC es debido al envejecimiento
de la población y al incremento en la prevalencia de condiciones coexistentes
(como diabetes, EPOC); sin embargo, estos factores parecen ser solo la
explicación parcial del incremento observado en la hospitalización por
neumonía. 27,33,38

Coincidente
con varios estudios,32,36,43 los resultados obtenidos indican que la
población anciana es más susceptible a la infección, quizás atribuible a una
elevada prevalencia de condiciones subyacentes, enfermedad más severa o un
incremento relacionado a la edad de forma independiente en el riesgo de
mortalidad.

El riesgo
de neumonía en las personas añosas refleja la influencia de los cambios
relacionados con la edad sobre la estructura o función de los sistemas
respiratorio e inmunológico. Con el paso del tiempo la elasticidad pulmonar y
la fuerza de los músculos respiratorios son menores, la capacidad funcional
residual disminuye y aumenta el atrapamiento aéreo. Además, por la deficiencia
en la depuración mucociliar, se producen cambios en la naturaleza y
distribución de las secreciones y en el reflejo de la tos. Por estas razones,
los ancianos son menos capaces de eliminar los microorganismos de las vías
respiratorias.62

Además se
refieren otros factores como desnutrición, problemas sociales, digestivos y
otros asociados con el envejecimiento, que afectan al 30-40% de los ancianos e
influyen en el pronóstico y evolución de la NAC. Además ocurren cambios por el
envejecimiento inmunitario y aumenta la prevalencia de enfermedades como la
varicela zoster, la tuberculosis, la listeriosis y otras, que sugieren
alteración de la función de las células T.64

En los pacientes
ingresados con NAC en el Hospital de Remedios predominó el sexo femenino a
razón de dos por cada masculino que ingresa, pero no se determinó relación
estadística entre el sexo y la evolución. Esta distribución no se corresponde
con lo revisado en la literatura ya que de forma general se refiere mayor
frecuencia de la NAC en el hombre. 60, 61,64,70,72

Romero Cabrera AJ,53
indica un leve predominio masculino (56,66%) y mayor frecuencia entre los
65 y 70 años de edad en un 66,66% de los casos.

Castellanos Vivancos L, y colaboradores,70 encontraron
que del
total de 33 pacientes estudiados, el 51,56% pertenecen al sexo masculino y 31
(48,43%) al sexo femenino.

Un estudio
consultado,71 informa que la neumonía adquirida en la comunidad
(NAC) que exige internación tiene peor pronóstico en las mujeres que en los
hombres. Estos autores encontraron que las mujeres fueron significativamente
menos propensas que los hombres a lograr la estabilización clínica antes del
séptimo día de internación y a recibir el alta antes de los 14 días.

La comorbilidad
existente en este grupo poblacional empeora algunas enfermedades infecciosas
como la NAC y su pronóstico se ensombrece. Los estudios del envejecimiento
explican la predisposición a una serie de enfermedades en el adulto mayor. Si
sumamos a lo anterior la resistencia microbiana actual, hace que este grupo
poblacional sea aún más vulnerable.32,34

La presencia de comorbilidad
es un factor que se asocia con frecuencia a la evolución no satisfactoria, en
el presente estudio la insuficiencia cardiaca congestiva y la enfermedad
cerebrovascular fueron las enfermedades crónicas cuya presencia se asoció de
forma significativa a la evolución no satisfactoria.

Estudios revisados
plantean que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la diabetes, el
consumo excesivo de alcohol y de tabaco, la comorbilidad cardiovascular y
renal, y la desnutrición, se asocian con una mayor incidencia de NAC.39,44,49,60

También se cita como
factor de mal pronóstico el uso de antibióticos betalactámicos, macrólidos o de
quinolonas en los tres meses previos a la infección, por el riesgo de
desarrollar resistencia microbiana. 70,73

Aleaga
Hernández Y y colaboradores,39 plantean que La EPOC, el
tabaquismo, la malnutrición, la demencia, las enfermedades cardiovasculares,
diabetes, enfermedad cerebrovascular y la desatención en su residencia
constituyeron comorbilidad y factores de riesgo importantes.

Romero Cabrera AJ,53
al abordar la comorbilidad de los pacientes en orden decreciente de
importancia, encontró en su serie que estaba determinada por el tabaquismo en
el 56,6% de los pacientes, seguido por insuficiencia cardíaca en el 33,3%.

García D y
colaboradores,60 encontraron que la HTA estuvo presente en el 30% de
los casos, mientras que el alcoholismo moderado a severo se halló en el 26%.
Menos frecuentes fueron los hallazgos de diabetes mellitus, insufuciencia renal
crónica y EPOC alcanzando sólo un 16%. Las enfermedades hematológicas (que
incluían linfoma y anemia) no superaron el 13,3%, así como los antecedentes de
neumonía en el último año, que representaron solamente un 6,6%.

Serra
Valdés MÁ,67 identificó una serie de factores pronósticos que
incrementaron el riesgo de morir por NAC, tanto en el análisis univariado como
en el multivariado, donde sobresale la comorbilidad, la senectud, los
trastornos hemodinámicos, la neumonía multilobar, entre otros.

Los síntomas que
manifestaron los pacientes con NAC ingresados en el hospital de Remedios fueron
principalmente la falta de aire, la tos, fiebre y decaimiento, pero se
manifestaron de igual forma en pacientes con evolución satisfactoria y no
satisfactoria sin diferencias significativas. Estos resultados coinciden con
autores consultados, por ejemplo:

Romero Cabrera AJ,53
encontró que la tos productiva fue la más frecuente, alcanzando un 60%. La
expectoración purulenta estuvo presente en el 50% de los pacientes, en tanto
que la expectoración hemoptoica fue la menos frecuente (13,3%). La temperatura
varió en un rango de 35° a mayor de 38°, encontrándose el 40% de los pacientes
entre 37°- 38°. Y la disnea grado III se halló en el mayor porcentaje,
correspondiendo al 50% de los pacientes.

Otros autores
refieren la falta de aire y la tos productiva como principales síntomas en los
ancianos con NAC, no siempre relacionados con el estado de gravedad del
paciente.67,70,71

El estado del SNC se
relacionó de forma significativa con la evolución de los pacientes; tuvieron
peor pronóstico los que presentaron obnubilación, estupor o coma.

Romero Cabrera AJ,53
evidenció que el 90% de los pacientes se encontraba desorientado a la
exploración del estado de conciencia,

Varios autores sugieren
que el médico debe considerar una infección pulmonar en presencia de un anciano
con alteración o cambio del estado mental y ordenar la práctica de una
radiografía de tórax.13,20,28,36,43

Se exploraron las
mediciones de parámetros clínicos al ingreso de los ancianos con NAC en el
Hospital de Remedios y se observó que los valores medios de frecuencia
respiratoria fueron significativamente mayores en los pacientes que
evolucionaron no satisfactoriamente, con la presencia de polipnea en estos
pacientes.

La temperatura
elevada también fue un factor que tuvo mayor presencia en los pacientes con
evolución no satisfactoria. No obstante los parámetros como frecuencia
cardíaca, tensión arterial sistólica y tensión arterial diastólica mantuvieron
valores similares independientemente de la evolución de los pacientes con NAC.

Romero Cabrera AJ,53
mostró hallazgos clínicos similares. El pulso en la serie estudiada por
el citado autor se encontraba entre 90- 120/min en el 50% de los pacientes y la
frecuencia respiratoria fue mayor a 20 resp/min en el 66.6% de los pacientes.
La TAS no se halló con un valor predominante, mientras que la TAD con valores
mayores a 80mmHg solo se obtuvo en el 13,3% de los pacientes.

En la literatura se
hace referencia a las variaciones de la temperatura corporal, que se tiene en
cuenta para valorar a estos pacientes diariamente, por lo tanto variaciones muy
leves de ese parámetro en ancianos debería orientar a un médico generalista la
presencia de infección. Más aún sumados a la taquipnea halladas en el 66% y
alteración del estado basal de conciencia observados en un 90%, orientaría más
específicamente a la presencia de neumonía en este grupo especial de enfermos.46-48

Regueiro M y col,34
demostraron que los ancianos con NAC presentan menos síntomas respiratorios que
los jóvenes independientemente de la severidad de la neumonía. Revelando que la
taquipnea a menudo precede y es un indicador de neumonía en el anciano reafirmando
lo encontrado en otros autores en más de la mitad de los casos.20,27

La clasificación
radiológica lobulillar la presentaron la mayoría de los pacientes en la
muestra, solo un 14,94% tuvieron neumonía a forma lobar, no estando asociada
estadísticamente la clasificación radiológica con la evolución.

Romero Cabrera AJ,53
al referirse a los datos de la radiografía de tórax demuestra que la
imagen típica, hallazgo encontrado en la mayor parte de los pacientes (86,5%), fue
la infiltración de más de un lóbulo en el 53,84%, en tanto que la presencia de
derrame pleural estuvo presente solo en un 20%.

Torres O, Gil E,
Pacho C, Ruíz D,32 plantean que la radiografía de tórax se mantiene
como el «gold  standard» en el diagnóstico de la neumonía y es recomendable su
realización ante la sospecha clínica ya que permite confirmar el
diagnóstico, detectar otras enfermedades o complicaciones y ayudar en el
pronóstico, coincidiendo con otros autores.33,37

Delgado
M,35 comenta que en los ancianos pueden existir hasta un 7% de falsos
negativos en la radiografía inicial, especialmente en los casos de
deshidratación y neutropenia. Además, en los pacientes encamados la
sensibilidad de la radiografía para el diagnóstico de neumonía es solo de un
65%. Por ello, en casos de elevada sospecha en que interese confirmar el
diagnóstico, se puede repetir la radiografía en 24-48 h o incluso plantear una
tomografía computarizada torácica. Por el contrario, la resolución radiológica
de la neumonía en los ancianos es lenta: se produce en el 35% a las 3 semanas y
en el 84% a los 3 meses.

Los exámenes
complementarios de laboratorio clínico mostraron valores elevados de creatinina,
polimorfonucleares, y valores bajos de linfocitos, en los pacientes que
evolucionaron de forma no satisfactoria, de forma significativamente mayor a
los que evolucionaron de forma satisfactoria.

Romero Cabrera AJ, 53
determinó que la leucocitosis mayor a 10.000/mm3 se encontró
en el 63,3%, no encontrando pacientes con plaquetopenia. La creatinina en esa
serie fue mayor a 1,3 gr/dl se encontraba en el 50% de los pacientes, mientras
que los valores de urea se presentaron con mayor frecuencia (50%) entre
0,45-1g/dl.

Aleaga Hernández Y,39
plantea que los hallazgos de laboratorio como el hematocrito y el recuento de
glóbulos blancos pueden estar alterados por la patología previa y/o el estado
de comorbilidad, como ser un hematocrito descendido o un recuento de glóbulos
blancos elevados.

Lopardo
G y colaboradores,40 comunican que la leucocitosis con desviación a la
izquierda de la fórmula leucocitaria como dato inicial o como variación durante
la internación es un dato a favor de infección. Estos autores encontraron que las
variaciones de los niveles de urea y creatinina se encontraron elevados en más
de la mitad de los pacientes, similares a los datos de laboratorio anteriores,
la asociación de niveles elevados se asocia a una elevada morbimortalidad en
este grupo especial de enfermos.

La estadía
hospitalaria de los pacientes con NAC en el hospital de Remedios fue
significativamente mayor en los que no evolucionaron satisfactoriamente, por
encima de los 8 días, lo que se corresponde con resultados referidos por otros
autores consultados como Regueiro M y
colaboradores,34 Torres A y colaboradores,5 Saldías F,13
y Ochoa-Gondar
O.18

Alega Hernández Y,39
muestra que de los adultos mayores con bronconeumonía que egresaron vivos, la
mayoría curó con ocho días de tratamiento (65 %). El resto necesitó entre 10 y
14 días.

Los antimicrobianos
más utilizados en los adultos mayores con NAC fueron la ceftriaxona, ciprofloxacina
y cefotaxima, pero el esquema utilizado no se asoció a la evolución.

Torres O, Gil E y
Pacho C, Ruíz D,32 comentan que en un paciente diagnosticado de
neumonía debe iniciarse el tratamiento antibiótico empírico tan pronto como sea
posible, ya que esta buena práctica clínica se relaciona con un mejor
pronóstico, coincidiendo con otros autores.42,48,51 Aún  así, algunos
estudios muestran que generalizar la norma de administrar el antibiótico en las
primeras 4 horas aumenta en un 20,6-28,3% los pacientes diagnosticados de
neumonía con radiografía normal, lo que conlleva una utilización inadecuada de
los antibióticos. Por tanto, excepto que la gravedad del paciente lo
desaconseje, se recomienda antes de iniciar el antibiótico que debe
confirmarse radiológicamente el diagnóstico clínico lo antes posible
(preferentemente en las primeras 4 h). El paciente ingresado debe recibir la
primera dosis de antibiótico durante su estancia en Urgencias (o primera área
de atención) y en el paciente ambulatorio se recomienda administrar la primera
dosis vía oral o intramuscular en la consulta. 54,57,74,75

Respecto al
tratamiento empírico a instaurar existen evidencias a favor de la utilización
sistemática de las guías de práctica clínica, cubriendo la mayor parte de
etiologías posibles tras considerar la gravedad del proceso y las enfermedades
subyacentes del paciente. 67

Otros autores,64,65
defienden el tratamiento empírico dirigido sobre la base de un
diagnóstico etiológico tentativo con los datos clínicos, epidemiológicos,
radiológicos y, si es posible, el Gram de esputo, teniendo en cuenta que en los
pacientes que han recibido antibióticos en los 3-6 meses previos debe
intentarse utilizar un antibiótico de una clase diferente al previo.

Báez
Saldaña R y colaboradores,37 abordan las recomendaciones de
las guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Geriatría y
Gerontología elaboradas conjuntamente con la Sociedad Española de Neumología y
Cirugía Torácica (SEPAR) y comentan que a finales de los años 90 se
introdujo en el mercado la primera fluoroquinolona respiratoria y desde
entonces la utilización de estos fármacos ha ido rápidamente en aumento. Estas
(levofloxacino y moxifloxacino) aportan una buena actividad contra
el neumococo, una amplia cobertura de los patógenos respiratorios y la casi
bioequivalencia entre el tratamiento endovenoso y oral. La monoterapia con
fluoroquinolonas se ha asociado con estancias hospitalarias más cortas
que la combinación de betalactámico y macrólido. Las resistencias frente a
neumococo persisten bajas (≤ 2%), pero se han asociado con la aparición
posterior de S. aureus meticilin resistente (MRSA) e infecciones por
Clostridium difficile (C. difficile). En general son bien toleradas
aunque cabe destacar el riesgo de alargar el intervalo QT, las alteraciones de
la glicemia, la hepatotoxicidad y, especialmente en los ancianos, el riesgo de
delirium y de tendinitis o roturas tendinosas.76,77

Otros antibióticos
que han afianzado su uso en los últimos 10 años son linezolid para el
tratamiento de la neumonía por MRSA, ertapenem para la cobertura de bacilos
gram negativos que no sean P. aeruginosa, o colistina endovenosa para el
tratamiento de pseudomonas multirresistentes.77

Las complicaciones
graves presentadas en los pacientes estudiados fueron el SIRS, derrame pleural,
tromboembolismo pulmonar, encefalopatía hipóxica y shock séptico y falleció
aproximadamente la quinta parte de los ingresados por NAC.

Serra Valdés MÁ,67 al valorar el riesgo
en ancianos cubanos hospitalizados por NAC considera necesario concientizar la
magnitud del problema. Hace referencia a que la tasa de mortalidad nacional por
neumonía e influenza en Cuba se incrementó de 50,3 en el 2013 a 56,3 x 100 000
habitantes en el 2014, con una razón de sexo 1:1. En el adulto mayor
(60 años y más) la mortalidad fue de 254,6 x 100 000 habitantes en el 2013 y
ascendió a 290,8 x 100 000 habitantes en el 2014. Una investigación previa
realizada por los autores en el Hospital General Docente Enrique Cabrera, de la
Ciudad de La Habana,39 arrojó que la mortalidad estuvo en 25, 3 x
1000 y la letalidad llegó a 18, 3 % y por grupos de edades llegó a alcanzar
31,2 % a partir de los 70 años. 266
egresaron vivos y 61 fallecidos. La mortalidad fue de 25,3 x 1000 en el servicio.

Sánchez León M,38
evidencia que la insuficiencia respiratoria aguda, los trastornos
hidroelectrolíticos y acidobásicos, la descompensación cardiaca y
tromboembolismo pulmonar fueron las complicaciones más frecuentes y
relacionadas con la muerte, resultados con los que mostramos coincidencia.

Romero Cabrera AJ,53
encontró que la mortalidad por adultos mayores con NAC en servicios
hospitalarios alcanzó un 33%, predominando en el sexo masculino (35% de los
pacientes) y en pacientes mayores de 70 años en un 70% del total. Fue asociada además
a la presencia de comorbilidad en el grupo.

 

Conclusiones

De los adultos mayores con bronconeumonía adquirida en
la comunidad que ingresan en el Hospital General de Remedios aproximadamente la
tercera parte presenta evolución no satisfactoria asociado de forma
significativa a las edades extremas de la vida, los antecedentes patológicos de
presentar enfermedad renal crónica y enfermedad cerebrovascular, la presencia
de obnubilación, estupor o coma, polipnea, fiebre, valores elevados de
creatinina, elevación de polimorfonucleares, linfopenia, con estadía
hospitalaria prolongada por más de 8 días. La forma clínica lobulillar fue la
predominante y las cefalosporinas fueron los antimicrobianos más utilizados sin
relación con la evolución. La principal complicación presentada fue SIRS y
falleció la quinta parte de los pacientes con NAC.

 

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Autor:

Dr.Sergio Laredogoitia Dominguez

Amparo? Dominguez Valdivieso

Fransisco Hurtado Garcia

Michel? Gonzalez Sriken

Hendry? Ruiz Reinoso

Wilian Marin Hernandez

wilianm[arroba]uclv.edu.cu

Partes: 1, 2
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