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Investigación acerca del estado actual de la primera infancia en Honduras




Enviado por Maximo Contreras



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Objeto de la investigación
  3. Marco conceptual
  4. El contexto de la niñez en Honduras

Introducción

Eventos como la condonación de la deuda externa y el proceso de consulta y concertación para trazar la estrategia de reducción de la pobreza; la transición democrática de los últimos gobiernos del país; las formulación de las metas del milenio, las de la ERP y las de Educación para Todos; la participación ciudadana en los procesos de formulación de los planes y estrategias para alcanzar esas metas; la conformación de espacios de concertación y articulación de la sociedad civil, como el Fondo Nacional de Convergencia FONAC, la Comisión de Redes de Educación COMCORDE, COIPRODEN y la Alianza por la infancia, adolescencia y juventud; el énfasis del gasto social en el presupuesto nacional; la formulación de los Planes Sectoriales de Educación y Salud; el diseño del currículo para la educación prebásica, que inicia su implementación, y la construcción de los estándares; las reformas emprendidas en el sistema universitario; la realización de investigaciones sobre la atención a la niñez y la primera infancia por iniciativa de las instituciones del estado, la banca multilateral o la sociedad civil, enmarcan la iniciativa del COMCORDE y UNICEF para promover un proceso de construcción de política pública de atención a la Primera Infancia en Honduras.

El Comité Coordinador de las redes de educación surge en el marco de las nuevas estrategias y politicas de la Secretaría de Educación en el año 2003, con el objetivo de contribuir a garantizar una educación de calidad para todos. Desde el COMCORDE se ha consolidado una agrupación de treinta organizaciones no gubernamentales que ha logrado impulsar una movilización importante por la ampliación de coberturas y generación de estrategias innovadoras en el campo de la estimulación temprana y de educación preescolar. Actualmente este Comité está trabajando con cuatro líneas estratégicas en incidencia, promoción de la investigación, comunicación y fortalecimiento institucional.

A inicios de este año COMCORDE – aunando esfuerzos con el Gobierno, la Sociedad Civil y los organismos financieros y de cooperación- y UNICEF Honduras, establecieron conversaciones con el Centro internacional de Educación y Desarrollo Humano CINDE, con el objetivo de acordar un Convenio para la realización de una investigación diagnóstica acerca de la situación actual de la Niñez en Honduras y de los programas existentes para atenderla, y para apoyar al COMCORDE en la organización de un proceso de concertación y movilización para construir una política para la Primera Infancia.

Objeto de la investigación

El objeto de esta investigación es la situación actual de la primera infancia en Honduras y las características, procesos y resultados percibidos en las modalidades y programas para su atención que se concertaron con el Comité Interinstitucional de la investigación, por los diferentes actores con el propósito de generar elementos de conocimiento que soporten recomendaciones de política.

Este objeto de investigación implica reflexionar en como ha sido la puesta en marcha, los procesos y resultados de la Atención a la Primera Infancia con énfasis en las áreas de Educación y Salud en Honduras, buscando las dimensiones que explican el curso que asumió el trabajo realizado; tratando de encontrar el significado que el proceso ha tenido para los equipos interdisciplinarios que trabajan en la atención integral en salud y educación.

Las recomendaciones de Política desde el punto de vista de las condiciones para formularla en cuanto a la institucionalidad, el financiamiento, las necesidades de la formación de talento humano, las necesidades de la investigación que soporte el proceso de construcción de política pública para la Primera Infancia.

Los espacios de concertación, la identificación de los actores claves y significativos para desencadenar y mantener activo el proceso; las prioridades para poder construir un Plan de acción coherente y sostenible.

Los espacios significativos y las reglas de juego de la concertación y el liderazgo del proceso en el país.

OBJETIVOS

Elaborar una Investigación Diagnóstica que muestre el estado actual de la primera infancia (0 a 6 años) en Honduras, de tal manera que genere lineamientos para la formulación de una política que lleve a la unificación, racionalización, gestión de los recursos del país con el fin de ampliar la cobertura y mejorar la calidad de atención a la Primera Infancia. Esta investigación es una de tipo diagnóstico y apunta por lo tanto a identificar las percepciones, valoraciones, expectativas e intereses de las comunidades y de los actores involucrados en estos procesos sociales; a identificar las respuestas programáticas e institucionales, formales y no formales existentes en su radio de acción; precisar los elementos más pertinentes de un estado de situación de la población y la problemática objetivo; revisión de los recursos, en sentido amplio, disponibles en el contexto estudiado y creación de espacios de análisis, reflexión y concertación de los cuales deriven elementos de conocimiento que funden sugerencias potenciadoras de los procesos investigados, y asesorar el proceso de movilización social alrededor de la política para la primera infancia.

En el desarrollo del proceso de la investigación y asociado a la recolección de información acerca de la situación de la primera infancia y de las características de las modalidades y programas para atenderla, y de la socialización de los resultados para realizarla, se apoyó en el proceso la sensibilización de las instituciones gubernamentales, no gubernamentales, de la academia, las asociaciones a favor de la niñez, de los actores sociales pertinentes, para su participación activa en esta iniciativa.

Dentro de esta dimensión del proceso se apoyará al COMCORDE para la realización de talleres por niveles territoriales para que, con unas estrategias complementarias, se contribuya a crear espacios para la promoción de la iniciativa de construir una política nacional para la primera infancia, y en general para la movilización por la Primera Infancia.

Marco conceptual

Con respecto a la necesidad de garantizar al ser humano una atención integral desde su concepción en el seno de la familia y su comunidad, existen muchos estudios teóricos, investigaciones y evaluaciones que lo demuestran. Pero, en contraste con todas estas evidencias, la condición de la primera infancia se ha visto cada vez mas afectada por variables que combinan factores de riesgo que existen desde hace mucho tiempo, y que se intensifican por nuevas situaciones que no están siendo adecuadamente enfrentadas por las políticas públicas.

"Al mismo tiempo, estos avances se han visto acompañados por un deterioro muy considerable en la calidad de vida de un número importante de niños, niñas y sus familias en América Latina debido a un influjo combinado de la crisis, los ajustes, las reformas y la inestabilidad del contexto global así como por el desconocimiento de muchas instancias de política acerca de la importancia de la primera infancia para el ser humano y la sociedad e incluso por la falta de decisiones adecuadas"[1].

En éste sentido la garantía de derechos para la niñez exige que sean promovidos de manera integral, lo que no se está dando, especialmente en lo que se refiere al derecho al desarrollo, en el cual, la pieza maestra es la educación a la primera infancia junto con el trabajo con padres y actores significativos para la niñez.

1.1 Por qué atender a la primera infancia

Internacionalmente hay acuerdo en cuanto a que la promoción del desarrollo infantil, se justifica desde diversos puntos de vista:

  • (i) Los derechos humanos, en cuanto el derecho a la supervivencia y el desarrollo son la base para el desarrollo del potencial humano y por lo tanto, para los demás derechos,

  • (ii) La importancia de los valores morales y sociales, dado que la atención a la infancia, de una parte permite aportar los valores morales y sociales apreciados por cada sociedad a sus niños y niñas, como porque en la promoción de su desarrollo se puede resignificar, introducir o cuestionar valores de los predominantes,

  • (iii) Económicamente por cuanto la inversión en la infancia ahorra costos posteriores en salud, educación y protección, al tiempo que potencia la contribución de los sujetos al bienestar de la sociedad en su conjunto -en el presente y en el futuro

  • (iv) Las sinergias que genera, en cuanto programas de atención a la infancia, articulados con programas de salud, nutrición, educación, saneamiento, empleo para la mujer y otros, tienen un impacto muy significativo en modificar positivamente los ambientes que rodean a la niñez, es decir, promueven procesos de desarrollo social con mayor impacto y mejor uso de los recursos, que otras alternativas

  • (v) Por su contribución a la creación de capital social, dado que la promoción del desarrollo infantil genera movilización social, fortalece los diversos tipos de familia y las articulaciones entre ellas así como con las instituciones.

  • (vi) Por su contribución a la inclusión y a la integración social, pues es claro que garantizando "un comienzo justo" se aporta para sentar bases para contribuir a la superación de las inequidades socioeconómicas, regionales, de género, generacionales, étnicas y culturales. Pero sobretodo a romper el circulo vicioso de la pobreza

  • (vii) Por las contribuciones al desarrollo humano de los ciudadanos, porque la atención a la niñez se justifica por la potenciación de las capacidades, por los ahorros en gastos futuros y por las contribuciones de los niños cuando sean adultos -lo cual siendo cierto, si solo se limitara a ello, sería una visión completamente instrumental-, pero sobretodo, por que son condición para la realización en el presente como actores sociales y sujetos de derechos

  • (viii) Por las circunstancias sociales y demográficas cambiantes, dado el aumento de la supervivencia de la niñez en condiciones de vulnerabilidad, la diversificación de las formas de familia, la migración, la irrupción de la mujer al mercado laboral y otros cambios sociales, se requiere la atención a la infancia, la cual como ninguna intersecta las necesidades de las mujeres y atiende todo el potencial del paternar[2]

  • (ix) Las neurociencias demuestran la trascendencia de atender la niñez desde la gestación, especialmente a los menores de tres años. La investigación desde este campo, así como desde disciplinas como la psicología, la sociología, la antropología, la moral y la pedagogía, entre otros, ha enfatizado la importancia de la atención en los primeros años de vida. Evans, citando el reporte del Carnegie Task Force on Meeting the Needs of Young Children, destaca los hallazgos que amplían la comprensión de desarrollo cerebral. Los meses posteriores al nacimiento son críticos para la maduración cerebral, pues en ellos se dan la mayor cantidad de conexiones cerebrales. El desarrollo del cerebro es muy vulnerable a la influencia ambiental. La calidad de la interacción y la experiencia acumulada del niño y la niña (salud, nutrición, atención y estimulación) durante los primeros dieciocho meses conduce a resultados de desarrollo, cuya carencia conduce a deficiencias irreversibles. La influencia del ambiente temprano sobre el desarrollo del cerebro es de larga duración y los efectos parecen ser acumulativos. Hay evidencia del impacto negativo del estrés sobre el cerebro. Aquellos niños y niñas que experimentan estrés extremos en sus años tempranos tienen un mayor riesgo de desarrollar una variedad de dificultades cognitivas, comportamentales y emocionales. Estas conclusiones han sido reiteradas y ampliadas por estudios adicionales como los de McCain y Mustard, quienes han resaltado que ahora es claro que las experiencias tempranas y la estimulación positiva en la interacción con los adultos es fundamental para el desarrollo del cerebro[3]El ser humano, a diferencia de las demás especies, no nace pre-adaptado al entorno. En el embarazo se conforma sólo el 25 por ciento del cerebro, y las 3/ 4 partes restantes, después del parto; en el primer año postnatal el cerebro crece más del doble, lo que hace al ser humano más dependiente que cualquier otra especie animal.

Las anteriores consideraciones ratifican la importancia del cuidado físico del niño y la niña, de la necesidad de afecto y seguridad emocional, así como de la calidad de su proceso de interacción con la cultura. Es decir, tiene que ver con el ambiente físico y psicosocial que lo rodea y con la crianza.

1.1.1 La atención a la Primera Infancia es la base para construir democracia y ciudadanía.

Cuando la sociedad propicia condiciones para que el ser humano desarrolle su potencial, asegura como retorno las contribuciones futuras que éste aporte al bienestar colectivo. De no hacerlo, se somete a perder la contribución futura que hará esa niñez dado que las carencias son irrecuperables o implican intervenciones tan costosas que nuestros países, con sus recursos cada vez más escasos no están en condiciones de hacer.

Pero más allá del impacto individual, la atención a la niñez se justifica desde la perspectiva de derechos.

Los niños y niñas son sujetos actuales, que se construyen en el presente y cuyo futuro no puede ser preparado sin su participación y el apoyo de los adultos en, la familia, la comunidad y las instituciones del Estado. Y es ahí donde, la atención a la niñez se convierte en un proceso de construcción simultánea de ciudadanía en la niñez, y en los adultos y jóvenes que interactúan con ella; así como de construcción de capital social.

La diversificación de las formas de exclusión, generadas a partir de la crisis de los 80, los procesos de reforma en los 90, y las consecuencias de los factores estructurales y coyunturales, afectan el ejercicio de la ciudadanía por parte de importantes volúmenes de población, lo cual está comprometiendo la gobernabilidad de muchos países e impidiendo la construcción de procesos de desarrollo sostenibles.

No puede hablarse de equidad e inclusión en sociedades que no brinden un comienzo justo a sus miembros. Y, lograrlo implica la vigencia del principio planteado en la CIDN respecto al interés superior del niño o niña en los asuntos del Estado y de la Sociedad Civil y a su participación directa en lograr que así sea.

Para ello se requiere un profundo cambio cultural que afecte las imágenes que se tienen de la niñez en los diferentes contextos que conforman el país, pues de ellas se desprenden las prácticas de socialización. La visión de la niñez determina la forma en que los adultos se relacionan con la niñez y el espacio que se le da a ésta para participar de los asuntos familiares, comunitarios e institucionales. Hay que afectar por tanto, los imaginarios y las prácticas de socialización. Y éste es uno de los principales sentidos del trabajo de capacitación con los agentes educativos. El tema de los derechos de la niñez debe ser materia de la capacitación de los agentes educativos, del trabajo de los agentes educativos con los padres, con los líderes comunitarios y con los representantes de las instituciones. Debe ser materia del trabajo con la niñez que requiere para su desarrollo de un ambiente enriquecido que le permita conocer y vivir sus derechos y responsabilidades[4].

1.1.2 La atención a la niñez, genera desarrollo local y nacional

Existe una doble relación entre atención a la niñez y desarrollo. De una parte, la atención a la niñez, debe ser la primera prioridad de un país y requiere del desarrollo local y la descentralización para adelantarla; pero al mismo tiempo, contribuye a fortalecer y hacer sustentable el desarrollo local por los efectos que tiene. A su vez, el desarrollo local es la base del desarrollo nacional.

El desarrollo local necesita: capital humano, capital social, instituciones y un entorno institucional favorable, el cual sólo puede ser dado por la descentralización. Siempre y cuando en este proceso de descentralización sean claras las funciones, responsabilidades y recursos de los niveles nacional, regional y local, así como las del Estado, las de la familia y las de la sociedad. Y los programas de atención a la niñez convocan a la comunidad más que cualquier otro tema. Porque una localidad no puede consolidar su desarrollo de manera sostenible, sin adecuadas condiciones para el desarrollo de la niñez. Y, porque promover esas condiciones se fortalece el tejido social, las instituciones locales y el capital social de la localidad.

El bienestar de los hijos es una poderosa razón para la movilización.

La participación de las personas por la búsqueda del bienestar individual y colectivo, construye una demanda educada, que propicia la diversificación de servicios y hace más eficientes y transparentes a las instituciones que los prestan. Así se legitiman las instituciones, se articula el Estado con la sociedad civil, se contribuye a la integración social, hace más competitiva a la sociedad y hace que el proceso de desarrollo sea viable y sostenible. Por eso es necesario promover esos procesos de participación.

Acerca de la importancia de la educación inicial, junto a los resultados y argumentos anteriores, se han publicado recientemente numerosos estudios y trabajos que sustentan la urgencia de atender a la primera infancia, así por ejemplo, la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que agrupa a los países desarrollados, ha dado una importancia central a la educación como base para afrontar los retos del Siglo XXI. En consonancia con esta convicción ha considerado que la base del proceso debe ser la educación inicial. Para ello, a partir de la reunión Ministerial del 2001, bajo la política de "La inversión en aptitudes para Todos", decidió emprender el análisis de las políticas y programas de educación inicial en 12 de sus países miembros. El informe que recoge los resultados es "Niños pequeños, grandes desafíos. Educación y atención a la infancia temprana". [5]

Por otra parte, desde la Red de Desarrollo Humano del Banco Mundial, se ha lanzado un libro que recoge un conjunto de estudios que demuestran que la adecuada atención a la primera infancia fundamenta los procesos de desarrollo humano en general. [6]

En Estados Unidos, las academias organizadas del país emprendieron un amplio estudio acerca de la investigación realizada sobre primera infancia en las últimas décadas, y llegaron a la conclusión de la evidencia que se ha recogido respecto a la importancia de esta fase en la vida del ser humano, que se plantea como una ciencia del desarrollo infantil temprano. [7]

Desde la óptica regional, en América Latina, la reflexión acerca de la importancia de la primera infancia ha llevado a la constitución de la Red del Grupo Consultivo para la Primera Infancia en América Latina, la cual ha realizado tres encuentros regionales. El primero para analizar las redes que trabajaban en niñez en América Latina. El segundo para identificar las bases de conocimiento que la fundan, el tercero para promover la renovación del liderazgo a todo nivel en pro de la primera infancia y el fortalecimiento de la capacidad institucional para atenderla. Y, el IV Encuentro en el 2005, enfocado en construcción de políticas públicas. ([8])

  • La construcción de políticas públicas de niñez y de Primera Infancia

Con los argumentos y evidencias anteriores, la justificación de la atención a la niñez temprana es irrefutable.

Surge entonces la pregunta sobre la ruta a seguir para promover su atención, cuidado y educación; de una manera articulada, integral y sostenible que esté garantizada para los pequeños de hoy y de las generaciones futuras. Esa ruta es la formulación de una política poblacional para la primera infancia y para la niñez; una política pública.

El término política no significa una decisión aislada; significa una serie de actividades relacionadas y las consecuencias intencionales y no intencionales que tienen sobre las personas a las que van dirigidas.

Las políticas se formulan en un ámbito determinado donde piensan aplicarse y se dirigen al cumplimiento de un propósito o meta.

Es el proceso de formulación de la política lo que determina su naturaleza de gobierno, de estado o pública, es el nivel del proceso participativo que se de en su formulación, y en su implementación. Porque el que esté formulada no significa que se cumpla. La participación será la condición que determina que una política sea pública en la medida que las personas, instituciones y organizaciones se sientan parte de ella y se conviertan en sus seguidores y veedores.

EVOLUCION DE LA ATENCIÓN A LA PRIMERA INFANCIA

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El gráfico expresa que en el proceso para construir políticas públicas para la niñez, se pueden identificar tres etapas, que no necesariamente implican una secuencia ordenada, ya que hay dimensiones de cada una que se traslapan con la siguiente o siguientes[9]

La primera etapa.

En los últimos lustros se logró demostrar que era viable atender la niñez y dentro de ella a la Primera Infancia en virtud de múltiples innovaciones y se ha logrado ganar visibilidad para el tema. Hoy, la niñez gana progresivamente espacio en la agenda de las instituciones internacionales, de los gobiernos y de los niveles territoriales. Y, además se ha logrado legitimar el trabajo con la niñez. Sin embargo en esta etapa aun hay mucho que hacer.

Esta visibilidad y legitimidad ganada para el campo de niñez y la primera infancia, no es suficiente ni es una garantía de avance. Puede ocurrir lo que ocurre con otros temas sociales, que se ponen de moda y no llegan a acciones concretas y desaparecen a favor del siguiente tema de moda. Por eso es indispensable pasar a una segunda etapa, la construcción de políticas públicas de niñez y familia, para pasar a las acciones concretas.

1.3 NECESIDAD Y JUSTIFICACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE PRIMERA INFANCIA[10]

En general los dirigentes de los países no son conscientes de las dimensiones de las necesidades de la niñez. No hay información integrada de ellas. Los dirigentes de las naciones en desarrollo tienden a enfocarse sólo en algunas circunstancias que afectan la supervivencia y desarrollo infantil, desde el período de embarazo hasta los ocho años de edad.

Aunque muchos estudios internacionales han revelado que un pobre desarrollo infantil está directamente relacionado con la pobreza, el analfabetismo, el conflicto interno, la violencia familiar, la enfermedad crónica y la desnutrición; desafortunadamente, la niñez, y particularmente los niños y niñas más pequeños, permanecen "invisibles" a menos que se hayan hecho esfuerzos extraordinarios para revelar las crisis que los afligen. Los niños y niñas que viven en la pobreza carecen no tienen padres preparados para una crianza positiva, no tienen acceso a la estimulación infantil, al cuidado, a un acrianza apropiada ni a la educación preescolar; no tienen atención primaria en salud y atención nutricional; no viven en ambientes limpios, higienicos, ni seguros y no reciben preparación para lograr éxito escolar.

La mayoría de los niños y niñas pequeños que no están listos para aprender han experimentado impedimentos en su desarrollo, desde físicos de fragilidad (ej. bajo peso al nacer, desnutrición, salud enfermiza crónica), familiares (ej. situación de pobreza, refugiados, inmigrantes internamente desplazados, madres o padres adolescentes, padres solteros, bajo nivel de educación formal de las madres, abuso de sustancias, violencia familiar/ abuso o negligencia) ambientales, hasta retardos suaves, moderados o severos.

Por eso el Cuidado y Educación de la Primera Infancia es visto ya como una estrategia efectiva para reducir la pobreza y superar la injusticia social, en la medida que atiende sus causas desde el inicio.

Con respecto al cuidado del niño, las investigaciones más reciente han revelado que en general las capacidades de los padres para la crianza de los hijos influyen altamente en el desarrollo social, emocional y cognoscitivo y bien puede ser mucho más importantes que el estar inscrito en un centro de cuidado infantil, en especial cuando la calidad de este es muy baja. Invertir en las familias de los niños y niñas en su Primera Infancia y en la educación de sus padres para una crianza positiva es una estrategia clave para logar un desarrollo infantil adecuado. Más cuando en todos los países, el mayor vacío de programas mediante los cuales se logra la supervivencia infantil, el desarrollo y la preparación para la escuela, se encuentra en la edad comprendida entre el embarazo y los tres años.

  • CÓMO CONSTRUIR UNA POLÍTICA PÚBLICA DE PRIMERA INFANCIA. CRITERIOS Y ENFOQUES

1. 4.1 El enfoque integral de las políticas públicas para la Primera Infancia

El enfoque integral para las políticas de Primera Infancia es esencial porque el desarrollo infantil abarca todas las áreas del crecimiento: perceptivo, físico, mental, lenguaje, emocional y social. Debe garantizar que cada niño y niña esté sano, bien nutrido y viva en un ambiente limpio y seguro.

El enfoque integral busca crear sistemas con una coordinación transversal de sectores; promover la innovación de programas; llenar vacíos en el conocimiento, los servicios y los recursos; y crear programas que sean financieramente viables además de culturalmente apropiados.

El enfoque integral en la planeación de políticas de Primera Infancia ayuda a los sectores a contribuir al mejoramiento de la supervivencia infantil, al crecimiento, al desarrollo y al éxito en la escuela. Hacer el ejercicio conjunto crea un sentido de "apropiamiento de las políticas" por parte de quienes toman las decisiones: los padres y los miembros de los programas de Primera Infancia. A partir de esto surgen nuevas ideas sobre la coordinación e integración de los programas en los niveles locales.

Partiendo de este enfoque la política de Primera Infancia en sus programas tendrá:

  • Suministro de servicios integrales

  • Aseguramiento de la continuidad de la atención

  • Oferta de formación en participación comunitaria a padres y cuidadores

  • Acceso a programas culturalmente apropiados

  • Servicio a niños y niñas con necesidades especiales

1.4.2 El enfoque de ciclo de vida en la planeación de políticas de Primera Infancia

Así como la niñez en general tiene etapas que exigen intervenciones diferentes porque hay necesidades y exigencias diversas por la naturaleza de los momentos del desarrollo humano, asi en la Primera infancia estas etapas tienen especial importancia.

  • Periodo prenatal y perinatal: Reducir la mortalidad infantil, disminuir tasas de bajo peso, mejorar desarrollo, reducir la pobreza, y los costos de salud.

  • Cero a tres años: Etapa de rápido crecimiento del cerebro. La educación y el apoyo a los padres son esenciales especialmente de los padres de niños vulnerables.

  • Tres a seis años: Énfasis en Cuidado infantil y educación preescolar

1.4. 3 El aumento de la inversión para la infancia

Invertir en esta etapa es un gasto mucho menor que el que hay que realizar en etapas posteriores.

1.4. 4 El enfoque participativo de las políticas

El grado de participación a nivel nacional en la planeación de las políticas de Primera infancia es uno de los mas importantes criterios para evaluar si una política es confiable o no y si va a ser sostenible.

La planificación central en educación y salud por ejemplo ha demostrado que no es factor de éxito en su realización.

1. 4. 5 Alinear las metas marco de las políticas

Articular y poner en sintonía las políticas derivadas de las metas de las estrategias de reducción de la pobreza, del desarrollo del milenio, las metas del combate al VIH/Sida.

Un enfoque integral para construir y desarrollar las políticas, proporcionar procedimientos, criterios reglamentación y legislación que sirva de insumo al desarrollo de programas integrales para los niños; debe coordinar metas y esfuerzos de los organismos gubernamentales y las asociaciones de la sociedad civil; debe incluir los elementos de la política en los planes sectoriales del país.

Esto, en las dimensiones marco y sectoriales nacionales de las políticas de un país.

En el campo de los programas y modalidades de atención, el enfoque integral y participativo determina una serie de condiciones de calidad para garantizar la calidad de la atención, el cuidado y la educación.

1.5 LA CALIDAD DE LA ATENCIÓN INTEGRAL A LA PRIMERA INFANCIA[11]

En la tradición de la medición y evaluación de la calidad de los programas de atención a la Primera InfanciaI, los criterios que han primado se basan en la evaluación de los aspectos administrativos que contemplan la revisión de la infraestructura de los centros de atención, los niveles y frecuencia de las capacitaciones, los salarios, tiempos de servicio y permanencia en el de los actores que prestan el servicio; datos que pueden ser cuantificables.

Estos aspectos aportan una parte del panorama de la calidad de un programa o de una modalidad.

La mirada de quien estudia la calidad esta condicionada. Por eso la comparación de quien (actores diversos) y desde donde mira, es parte importante de una mirada investigativa, por lo que no utilizamos un solo criterio fijo, sino una serie de ellos que aportan y unen en su conjunto una mirada mas amplia, rica y flexible que puede cambiar de acuerdo a las expectativas que se tienen sobre los logros en la calidad de vida.

Criterios básicos que se utilizan en el análisis de la calidad de un programa han sido la disponibilidad de recursos, en el proceso educativo y en los objetivos y resultados de programas.

En el primero mira recursos económicos, humanos, en materiales de apoyo etc. y la sistematización de los datos obtenidos puede dar una visión cuantitativa, que sola puede ser rígida e insuficiente.

El segundo, desde los aspectos técnico-pedagógicos mira enfoques, currículos, interacción y participación con los niños y de los niños; desde este se tiene una apreciación de la calidad mucho más cercana a la realidad. El contenido y el proceso de atención dan otros elementos, el equilibrio de objetivos, actividades, materiales, recursos no materiales e indicadores para medir y llevar un control aparecen como lo medios con de los que el currículo se hace efectivo.

Según Maria Victoria Peralta[12]los criterios para evaluar la calidad de un currículo son la actividad, integralidad, participación y pertinencia. Activo, porque es dinámico y flexible e integral; y está definido por la idea de niño, que para el caso es un sujeto creativo, crítico y participante. Pero en general en la oferta de atención a la Primera Infancia, se privilegian el aspecto del cuidado o adiestramiento sobre este último, respondiendo más a la necesidad de protección que a la de desarrollo.

El de integralidad es el "equilibrio de objetivos, actividades, materiales, recursos intangibles e indicadores de medición que son los medios a través de los cuales el currículo puede proveer su estimulación". [13]

El de participación hace referencia a la "participación permanente de la familia y la comunidad configurando comunidades educativas, cuyo objetivo sea el desarrollo activo e integral del niño[14]Aquí participación implica participación en diagnósticos, decisiones, ejecución y evaluación. Este criterio toma en cuenta que los padres son los primeros educadores y tienen mucho que aportar en el proceso educacional. Y comunitariamente en la promoción del trabajo con diferentes aspectos como la salud, la nutrición, la protección y la formación.

Para Myers, el concepto de participación desde la calidad va hasta el desarrollo de los padres y de la comunidad.

La pertinencia tiene que ver con la adecuación a la cultura en que está inmerso el programa, social e históricamente y en la vida cotidiana del niño en la comunidad.

Otro principio importante es el de continuidad vista en el financiamiento de los servicios, en la permanencia del personal, en el contenido de los programas, en la realación entre los niveles de atención durante los años preescolares y luego con la escuela primaria.

Otro criterio es el del logro de resultados esperados, lo que obviamente exige objetivos claros y bien formulados: en avances en el desarrollo integral, adquisición de competencias básicas, preparación del niño para la escuela y socialización a un conjunto de valores.

Myers insiste en que "se debe prestar atención no solamente al desarrollo o educación de los niños sino a las condiciones que ponen los resultados del proceso educativo en riesgo. Implica trabajar con familias y comunidades para cambiar condiciones", lo que significa promover la educación de madres y padres y otros cuidadores para fortalecer y/o buscar cambios en pautas de crianza; establecer sistemas de atención que toman en cuenta las dificultades causadas por la ausencia de uno o más padres de familia; ajuste de horarios a las necesidades de trabajo de las madres y padres de familia; realización de actividades con miembros de familias y comunidades dirigidas a mejorar las condiciones de salud y saneamiento y formación de grupos de mujeres para promover su desarrollo personal.

Desde estos criterios de calidad es que esta investigación definió los criterios de indagación inicial para el análisis global de los programas y modalidades seleccionadas, como haremos más explicito en el capitulo 4 sobre la metodología de la investigación.

El contexto de la niñez en Honduras

2.1 SITUACIÓN DE LA PRIMERA INFANCIA EN HONDURAS

2.1.1 Datos sociodemográficos

En el año 2004, se registró una población nacional de 7.0 millones de habitantes, de los cuales 3.4 millones eran hombres (49%), y 3.6 millones mujeres (51%). Del total de la población nacional, el 47.8% son menores de 18 años[15]encontrándose un 64.2% bajo la línea de la pobreza, y un 44.6% en situación de extrema pobreza[16]

La población rural representa el 54% (3.8 millones), de los cuales el 70.3% se encuentran bajo la línea de pobreza y 61.4% en extrema pobreza. La población urbana representa el 46% (3,2 millones), de la cual el 58.7% está bajo la línea de pobreza y el 29.3% en extrema pobreza. De la población menor de 18 años (3.3 millones) el 15.6% es pobre y 48.5% extremadamente pobre.[17]

Respecto a la situación de pobreza a partir de las necesidades básicas insatisfechas, se estima que a nivel nacional el 47% de los hogares tienen al menos una necesidad básica insatisfecha, relacionada con disponibilidad de agua potable y saneamiento básico, hacinamiento, tipo de vivienda, dependencia por persona ocupada y asistencia escolar[18]

Población total

6, 076,885

Menores o iguales a 19 años

2,310,794

Menores de 1 año

163,275

Población 1- 4 años  

711,013

Población de 5- 9 años

872,546

Fuente: Censo de población y vivienda 2001

Población Total

7,168,717

Menores de 18 años (hombres y mujeres)

3,567,712

Población de 0 a 4 años

845,184

Población de 5 a 9 años

1, 012,845

Población de 3 a 6

n/d no hay datos desagregados por edades simples

Fuente: Encuesta de hogares, Endesa 2005      

Se utilizan las dos fuentes estadísiticas mas recientes para tratar de tener información desagregada sobre el periodo de la PI, acordado para el estudio: gestación a 6 años.

  • Población por debajo de la línea de pobreza  definida como el costo dela canasta básica

Total

6,330,507

No Pobres

1,825,704

Pobreza Total

4.504.803

Pobreza relativa

1.126.488

Pobreza extrema

3,378,315

Fuente Censo de población y vivienda 2001.

Los datos no desagregan a los menores de 18 años por debajo de la línea de pobreza y mucho menos los niños y niñas de 0  a 3 / 0 a 6 y menores de un año.

  • Población por debajo de la línea de pobreza método NBI

Población sin NBI  

2,377.731

Población con NBI

3,665,053

Fuente Censo de población y vivienda 2001.

El mismo caso se presenta en la información del gráfico anterior. La focalización en la población más vulnerable de niños y niñas de la gestación a 6 años, se debe basar en la información más amplia sobre hogares y por regiones que existe.

Es uno de los signos de la poca visibilización que se hace de este período del ciclo vital.

2.1.2. Salud

Según las ENESF realizadas entre 1996 y la 2001, la tasa global de fecundidad bajó de 4.9 a 4.4 hijos, descenso que fue notorio en el área rural y en mujeres que no cuentan con una educación formal. A pesar de ello, persisten diferencias importantes entre el sector urbano y el rural. En el sector urbano la tasa global de fecundidad es de 3.07 hijos, mientras que en el rural asciende a 5.62 hijos. En cuanto a educación, las mujeres sin educación tienen en promedio 6.5 hijos y las que tienen siete o más años de educación, 2.7 hijos, determinándose de forma adicional que las mujeres con menor escolaridad tienden a tener más hijos a edades más jóvenes y con espacios de nacimientos más cortos (ENESF 2001).

La Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2005-2006 en su informe preliminar indica que los niveles de procreación en el país continuan descendiendo al obtenerse valores de la tasa global de fecundidad de 4.4 a 3.3 hijos por mujer entre los períodos considerados del 2001 y 2005/06. Sin embargo, mientras el valor de dicha tasa se redujo ligeramente en las áreas urbanas al pasar de 3.3 a 2.6 hijo, en el área rural se produjo una reducción sustancial en los últimos cinco años al pasar de 5.6 a 4.1 hijos.[19]

Segun la ENDESA del 2001, el 62% de las mujeres de 15 a 44 años de edad usaban algún método anticonceptivo y en la ENDESA 2005-2006 se reporta que cerca de siete de cada diez mujeres en unión conyugal (65 %) usaban algún método anticonceptivo, lo que representa un incremento de lo encontrado en la anterior encuesta.

  • Mortalidad Materna

La tasa de mortalidad materna es de 108 por cada 100,000 nacidos vivos; el 40% de las muertes maternas sucedió en el puerperio y el 34.9% en el parto[20]La mayor proporción de muertes ocurre en el momento del parto o en las 24 horas siguientes, y en general, se relaciona con causas prevenibles y evitables.[21] La cobertura del parto institucional: un 62% en el año 2001, es muy baja además de la calidad deficiente de los servicios.[22]

Estas dimensiones tienen que ver con: i) control prenatal, ii) atención del parto y iii) atención puerperal. Al 2002 la tasa de cobertura de atención prenatal alcanzaba el 83%, y el 56% la de los partos atendidos por personal cualificado.

La ENDESA 2005-2006 contiene información sobre aspectos relacionados con la salud materno-infantil. Como factores importantes de la calidad de la atención de salud materno infantil y reductores de la morbimortalidad infantil y materna, se evalúan las condiciones y elementos de los servicios prenatales y de atención al parto, reporta que

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