Monografias.com > Agricultura y Ganadería
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Maíz transgénico en México



Partes: 1, 2

  1. Los
    transgénicos
  2. El
    debate ante los transgénicos
  3. Soberanía alimentaria a
    transnacionales
  4. Si ya
    sabemos lo malo de los alimentos transgénicos, porque
    no se actúa
  5. El
    maíz Bt.
  6. México como centro de origen,
    domesticación y diversificación del
    maíz
  7. Porque
    no al maíz GM
  8. Argumentos que desenmascaran los engaños
    de Monsanto
  9. Evaluaciones técnicas de las
    líneas de maíz
    transgénico
  10. Problemas a causa de las toxinas del
    maíz transgénico
  11. Los
    transgénicos no resuelven los problemas de
    alimentación
  12. Transgénicos, sin ventajas para el
    consumidor y el clima
  13. Riesgos de las modificaciones de los
    transgénicos al ser liberados
  14. La
    crónica de un desastre anunciado
  15. Destrucción cultural del país y
    regreso al latifundio
  16. Impacto a la agricultura
  17. Contaminación transgénica
    inminente
  18. Literatura citada

Los
transgénicos

Son organismos modificados por ingeniería
genética, conocidos como organismos
genéticamente modificados
(OGMs) o
transgénicos, puede ser una planta, animal, hongo,
bacteria o alga, entre otros, a cuya cadena de ácido
desoxirribonucleico
(ADN) se introducen genes de otro
organismo. El organismo del que se toman los genes puede
pertenecer a la misma especie o ser de una completamente
distinta, incluso de un reino diferente. En teoría, esto
significa que se pueden tomar genes de una bacteria e
introducirlos a una planta o a un animal; o pasar genes de una
planta a un ratón o a células humanas. Por lo
tanto, los OGMs son seres vivos nuevos, inéditos en
la naturaleza y poseen información genética que no
existía en su especie (Greenpeace, 2010).

La modificación genética es posible,
debido a que todos los organismos vivos están constituidos
por ADN, es decir están definidos por la misma
molécula de la vida. Por ejemplo los maíces
modificados genéticamente (maíz GM) que se
encuentran actualmente en el mercado responden exclusivamente a
dos características agronómicas: resistencia a
insectos y tolerancia a herbicidas (Silva, 2005).

Es importante entender que por las
características de México, es necesario analizar y
meditar las repercusiones que puede traer la introducción
de los transgénicos. México cuenta con una gran
riqueza en biodiversidad, es centro de origen y diversidad de
muchos cultivos como: maíz, frijol, jitomate, chile, papa,
ente otros. Estos cultivos tienen gran cantidad de parientes
silvestres nativos. Ante esta riqueza biológica y sin una
regulación en bioseguridad, México queda en una
posición altamente vulnerable (Greenpeace,
2000).

El debate ante
los transgénicos

Cada vez que pueden los legisladores y altos
funcionarios del gobierno federal proclaman que trabajan para que
México sea más próspero y soberano, con
menos pobres. En el caso del sector agropecuario, insisten en que
las medidas gubernamentales y la legislación que aprueba
el Congreso de la Unión buscan modernizarlo, elevando la
producción sin afectar el medio ambiente, además de
mejorar la calidad de vida de la población rural. Y que
México debe ser autosuficiente en productos de consumo
generalizado, porque no hay peor dependencia que la alimentaria.
Pero casi, si no es que siempre los legisladores y funcionarios
olvidan esas promesas, por lo que resulta oportuna la
publicación del pequeño, el maíz
transgénico en México
(en quince
píldoras
). Obra editada por el Instituto de Artes
Graficas de Oaxaca y el patronato de defensa del patrimonio
cultural. En este libro se detalla con datos claros y precisos,
reportados por los científicos, donde se demuestran las
ventajas de las variedades nativas que los campesinos han
preservado durante generaciones, sobre las genéticamente
modificadas, y cómo el maíz transgénico no
es ecológicamente limpio y por lo que se llegaría a
perder este germoplasma, si se autoriza la siembra de
maíz GM en el territorio nacional (Restrepo,
2014).

La decisión de sembrar maíz
transgénico en México a nivel comercial ha sido una
papa caliente para los gobiernos en turno. Durante los dos
sexenios panistas, que permitieron el avance en fases
experimental y piloto, no se tomó una determinación
para su liberación final; el gobierno del PRI en turno,
tampoco ha tomado una decisión, pero las presiones de
empresas transnacionales para su liberación y por otro
lado los grupos ambientalistas y mucha gente consiente a su no
liberación, siguen presentes, y para muchos sólo es
cuestión de esperar. El debate en torno a la siembra de
maíz transgénico en México, que se ha
extendido en el tiempo en diferentes frentes, ahora ha pasado al
ámbito editorial. En días pasados de febrero 2014,
científicos presentaron el libro el maíz en
peligro ante los transgénicos
, donde se argumenta con
datos duros porqué no se debe sembrar maíz
GM en México (Perea, 2014).

Los científicos argumentan que con la
liberación de maíz transgénico en
México, se pone en riesgo la permanencia de la agricultura
campesina y la gran diversidad de maíz nativo que existe
en nuestro país, su centro de origen. Esta riqueza
invaluable se expondría a una contaminación
transgénica con consecuencias funestas, al afectar la base
de la alimentación de la población mexicana y un
elemento central de nuestra cultura, así como la seguridad
alimentaria mundial. En el libro el maíz en peligro
ante los transgénicos
, se hace un análisis
integral sobre el caso de México. Aquí se demuestra
desde la ciencia, comprometida con la justicia social y el medio
ambiente, que México debe decir no a los
transgénicos, porque ponen en riesgo nuestra salud, el
medio ambiente y la soberanía alimentaria, no sólo
del país sino del mundo entero. La única
razón por la que se sigue debatiendo el tema es porque
hay fuertes intereses que están tratando de ocultar la
evidencia
, por los hechos ya demostrados que ni son
más productivos, ni seguros, y además no lo
necesitamos. Realmente no hay ya un debate científico,
porque la ciencia ha demostrado que estos desarrollos son
insuficientes y obsoletos. Se hace un llamado a que los
gobernantes dejen de estar actuando en función de las
presiones de los grandes intereses económicos de las
transnacionales y que actúen más en función
de los intereses científicos y conozcan la evidencia que
presentamos en este libro; de lo contrario sobre su conciencia y
cabeza pesará el riesgo y la integridad en lo que han
puesto a las culturas indígenas campesinas que han
acompañado la variabilidad y diversificación a
través de milenios al maíz nativo de México.
Así de simple las transnacionales quieren contaminar
primero y después no dejar ni un vestigio de esto sobre
faz de la tierra y hacernos perder a los mexicanos dicho
germoplasma y ya no alcanzar el hilo de nuestra soberanía
alimentaria y ahora si a verse visto comer de la mano de las
transnacionales (Monsanto, Dupont/Pionner,
Syngenta, entre otras), su alimento convertido en veneno,
compararles sus semillas muy caras y a de gallina (para no decir
lo que siento y no decir las leperadas que quisiera expresar)
(Alvarez y Piñeyro, 2014).

Soberanía
alimentaria a transnacionales

La seguridad alimentaria, es un tema de
actualidad tan importante hasta en la problemática de la
nutrición vegetal, pues debemos entender que las formas de
vida del planta, de una u otra manera tienen relación con
el recurso suelo, que en su interrelación con los
demás recursos y factores del ambiente influyen y
establecen todos los flujos de energía que necesita la
vida para nacer, crecer, desarrollar, reproducirse, morir,
desintegrarse y reintegrase de nuevo al suelo, atendiendo a la
ley de la naturaleza, donde la materia no se crea, solo se
trasforma. Al atender el problema de seguridad alimentaria
implica considerar todos los tópicos referentes al recurso
suelo y sus demás recursos interrelacionados como agua,
flora, fauna, manejo, cuidado, conservación,
degradación, desperdicio de agua y la pérdida de
biodiversidad. La sociedad va a tener que forzar a los
políticos a que cambien sus planes y objetivos, porque el
hambre, no es que venga, sino ya está aquí,
sólo que el Estado no lo ve o no lo quiere ver. Hasta
ahora, ni el Estado mexicano, ni la sociedad han sentido la
presión de lo que significa perder soberanía
alimentaria, pero no es difícil imaginar qué
ocurrirá en México si el kilo de tortilla, llegase
a alcanzar el precio de 50 pesos y que podría ocurrir si
continúan las tendencias actuales en donde ya importamos
uno de cada 3 kilos de maíz que se consumen (Turrent,
2012).

Sólo seis compañías trasnacionales
controlan entre 60 y 70 por ciento de la producción
mundial de semillas, mismas que han comenzado a introducir
alimentos genéticamente modificados a escala planetaria,
con lo que tienen cada vez mayor control sobre los alimentos que
se producen y que consume la humanidad y donde se corre el riesgo
de acabar como esclavos de un monopolio gigantesco para la
producción de alimentos. No creo que alguien o yo tengamos
problemas con la biotecnología y los transgénicos,
sino a lo que se le teme es a la privatización de la
producción de semillas, lo cual no es ético y se
debe encarar con todos los medios y recursos posibles. El
problema es que México ha dejado de invertir en
investigación y las empresas multinacionales lo que
están haciendo y justificando, es dar por resuelto el
problema de la alimentación de países como el
nuestro, y así se está confiando un derecho
humano elemental
a empresas deshonestas que están
persiguiendo esquemas de máxima ganancia (usura a costa de
lo que sea) y no el bienestar social de la población. Los
gobiernos deshonestos y funcionarios corruptos están
dejando en manos de estas empresas el problema de la
soberanía alimentaria
, es decir, le están
poniendo en charola de plata el derecho de los pueblos para
decidir por ellos qué, cómo, cuándo y donde
producir sus alimentos (Sarukhán, 2014).

En México no necesitamos los maíces
transgénicos, ya que con variedades convencionales se
puede lograr la autosuficiencia en maíz e incluso si se
diera el caso de que se sembrara maíz transgénico
en toda la superficie maicera, los rendimientos caerían,
ya que éstos no podrían adaptarse a las condiciones
climáticas y ambientales de cada región del
país (Turrent, 2014).

Los transgénicos no producen más, ni
ayudan a la soberanía alimentaria de los pueblos; por el
contrario, lo que pasa es que ponen la producción de
alimentos bajo el control de unas cuantas transnacionales
(Monsanto, Dupont/Pionner, Syngenta, entre
otras). Por otro lado para realmente acabar con el hambre en el
mundo, es necesario un sistema de comercio justo, equitativo y
sustentable, así como políticas públicas que
promuevan la capacidad de cada país de producir sus
propios alimentos sanos y de distribuirlos con justicia
(Greenpeace, 2005).

Si ya sabemos lo
malo de los
alimentos transgénicos, porque no se
actúa

Lo que sucede es que los fabricantes de los alimentos
transgénicos, posen capitales de cientos de millones de
dólares, tienen programas bien orquestados y cientos de
empleados dedicados al lobby, la propaganda, el soborno sutil, y
aun el pago a investigadores afines o seudocientíficos
mercenarios; para convencer a la opinión pública, a
los gobiernos y a los parlamentos de la inocuidad, seguridad y
ventajas de sus productos. Por ejemplo en el caso de
México. Ante la discusión en el congreso mexicano
de la ley respectiva a los alimentos transgénicos en 2005,
las compañías encabezadas por Monsanto
tenían un ejército de agentes con altos sueldos,
incluyendo conocidos investigadores universitarios (es decir
Pseudoivestigadores mercenarios), haciendo "lobby", día
con día, con los diputados y senadores, los medios de
comunicación, numerosos periodistas, entre otros. Quienes
nos oponíamos a la apertura a los alimentos
transgénicos, con la preocupación vigente del
maíz, investigadores, ambientalistas, organizaciones
campesinas, entre otros; no disponíamos más que de
nuestra voluntad y nuestra conciencia. En esta batalla descomunal
logramos una salida relativamente decorosa, la cual hoy comienza
a ser torpedeada por la aprobación gubernamental de los
experimentos (Toledo, 2009).

La aprobación de los experimentos pilotos se
realizó en el año de 2009, en las regiones de
Sinaloa y Tamaulipas, aquí el Gobierno de Felipe
Calderón Hinojosa
, ha violado de manera
sistemática los mandatos del Protocolo de Cartagena
(Lara, 2009), al no aplicar los principios de responsabilidad y
compensación por los daños que ocasionan los
transgénicos a la biodiversidad (Enciso, 2009).

Las autorizaciones de siembras experimentales y piloto
de maíces transgénicos solicitadas, por
Monsanto y otras corporaciones, significaría que se
generalizará la presencia del transgén en regiones
productoras de maíz y en pocos ciclos todas las variedades
nativas tendrán transgénicos contaminantes.
Habrá en las variedades nativas de maíz gran numero
de contaminantes al grado que no podrán sobrevivir y
podría presentarse una catástrofe genética
para México y para la humanidad entera. Estas
autorizaciones, son un atentado contra la humanidad, que
privilegia a las trasnacionales y afecta la proeza
tecnológica de mejoramiento autóctono, continuo y
dinámico de trabajo colectivo de millones de campesinos e
indígenas. Casi 90 por ciento de los eventos (tipos de
maíz transgénico) solicitados, son controlados por
Monsanto, ya que incluso las solicitudes de
Syngenta, DuPont/Pionner, Dow AgroSciences y
Novartis, incluyen genes patentados por la gigante
Monsanto, solos o en combinación con otros. El
más solicitado es el evento Mon603 (equivalente a
NK603), resistente al herbicida glifosato (que
tiene nombres comerciales como Faena, Rival,
Roundup). Entre las solicitudes, se incluye también
el evento Mon810. (Espinosa et al., 2010).

Lo sucedido cuando el grupo de Científicos
Comprometidos con la Sociedad, encabezados por su presidente
Antonio Turrent Fernández, investigador del
INIFAP, presentan el libro: El maíz en peligro
ante los transgénicos
, en febrero de 2014 y editado
por Alvarez y Piñeyro (2014); sin embargo como los
investigadores afines a las transnacionales sintieron que la
acción les podía pegar, por la contundencia de los
argumentos. Entonces ellos organizan un gran despliegue para
presentar su libro: Introducción al ambiente de
maíz transgénico, ocho casos en
Iberoamérica
, por Solleiro (2014). Aquí el Dr.
Solleiro consideró que existe información
sólida y robusta para proceder a liberar a escala
comercial el maíz genéticamente modificado y
remarcó que México está listo para la
adopción de esta tecnología. Donde la
liberación se debe hacer caso por caso, de acuerdo a las
particularidades de cada región y en el caso de
México, como centro de origen y diversificación del
maíz y por la importancia de este cultivo, debiera
mantener las liberaciones por varios ciclos en fase experimental
(Perea, 2014).

El Dr. José Luis Solleiro, es un académico
de la UNAM, que sin temor a equivocarnos es
seudocientífico mercenario, es decir un gato deshonesto,
bien pagado por la transnacional Monsanto para el cabildeo
y el logro de la adopción de la tecnología del
maíz GM y donde en su libro más bien ofende
a pueblo de México, al hacer la referencia como si
él tuviera el poder de decisión y fuera
dueño de nuestra conciencia al afirmar que México
está listo para adoptar la tecnología del
maíz GM.

El maíz
Bt.

El maíz es uno de los cultivos
transgénicos más extendidos en la actualidad, que
expresa la toxina Cry 1Ab (procedente de la subespecie
Kurstaki de B. thuringiensis), el
cual supone una manera eficaz y rentable de controlar los
taladros del maíz, plagas que suelen producir cuantiosos
daños (Ortega, 2003).

El maíz genéticamente modificado es aquel
al cual se le han realizado cambios genéticos, insertando
uno o varios genes con características de interés,
mediante el uso de tecnología de genes o de ADN
recombinante. Los genes introducidos en los maíces
genéticamente modificados pueden proceder de especies no
relacionadas con el maíz, es

decir, a través de la tecnología de
ADN recombinante es posible introducir genes de bacterias,
plantas y animales en plantas de interés. Los
maíces modificados genéticamente que se encuentran
actualmente en el mercado responden a dos características
agronómicas: resistencia a insectos y tolerancia a
herbicidas. El maíz Bt es una planta modificada
genéticamente mediante biotecnología moderna para
defenderse a si misma del ataque de insectos lepidópteros.
En su fabricación se ha utilizando la tecnología de
ADN recombinante donde se modificó al maíz,
insertando un gen de la bacteria Bacillus
thuringiensis
(Bt), de tal modo, que sus hojas,
tallo y polen expresaran la proteína Bt de la
bacteria. El maíz Bt constituye una importante y
nueva herramienta para el control de los daños y
pérdidas causadas por plagas de insectos (Silva,
2005).

México
como centro de origen, domesticación y
diversificación del maíz

El pueblo mexicano se construyó
históricamente a partir de la siembra del maíz, no
sólo porque lo consume como alimento, sino porque es el
eje de la cultura de los indígenas y campesinos. Todos los
pueblos indígenas de México tienen al maíz
como centro de su cultura. No hay uno sólo que no
reconozca en el maíz el eje de todo su desarrollo
civilizatorio (Rosas, 2012).

México comprende los centros de origen,
domesticación y diversificación del maíz y,
por lo tanto, alberga la mayor parte de la diversidad
genética del maíz en el mundo, mientras que es
hogar de todos sus parientes silvestres conocidos. Esta
diversidad genética se recrea de manera dinámica a
pequeña dimensión en los sembradíos de
agricultores a pequeña escala quienes producen para el
autoconsumo o para el mercado local y regional. Los agricultores
en los diversos sistemas agrícolas de las distintas
regiones de México, dependen de una reserva de semillas
que guardan de una temporada agrícola a otra, mientras que
frecuentemente intercambian semillas con otros productores dentro
y fuera de cada comunidad. Estas actividades están en el
corazón de un sistema dinámico que garantiza la
generación y continuidad de la diversidad genética
del maíz (UCCS, 2009).

Es necesario entender que el cultivo de maíz en
México se encuentra en su centro de origen y conforma la
alimentación básica y la cultura del pueblo
mexicano, donde la expansión de la tecnología de
maíz GM, generará problemas más
allá de lo económico (Castañeda,
2014).

Existen fracciones significativas de las organizaciones
nacionales de productores y de la comunidad científica de
México y de incontables países, que se oponen a la
liberación de maíz transgénico en
México, por las implicaciones que tiene la
penetración de transgénicos en el corazón de
un centro de origen, al considerarlo riesgoso para la
ecología, para la riqueza genética única del
maíz nativo y sus parientes silvestres, la salud del
consumidor, la dependencia tecnológica, se tiene la
percepción clara de que en caso de concretarse el uso de
transgénicos en México, podría ser un
proceso de contaminación sin retorno (UCCS,
2009).

De acuerdo con la Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(CONABIO), el
maíz es el alimento más importante de la dieta
mexicana: cada individuo consume en promedio 328 gramos diarios,
lo que le provee el 39 por ciento de las proteínas,
el 45 por ciento de las calorías y el 49 por ciento
del calcio diariamente requerido (Mendoza,
2012).

Porque no al
maíz GM

El plantar maíz transgénico en un
país como el nuestro representa un problema
multifactorial, donde cuya resolución no puede limitarse a
si se logra aumentar o no la producción, sus implicaciones
además de permear en la alimentación de 112
millones de personas que habitan en México, tienen que ver
con la ecología, la salud, la ciencia, la economía
e incluso las raíces de la cultura. No podemos olvidar lo
que este grano representa para nuestra identidad. Aquí
este maíz no es solo materia prima. En el territorio
mexicano crecen y proliferan miles de variedades de maíz
adaptadas cada una a condiciones climáticas muy
particulares. Por un lado en el Norte del país tenemos los
grandes productores que buscan abrirse camino a la
exportación mundial. Por el otro en las regiones centro y
Sur están los pequeños y medianos agricultores,
apegados a sus tradiciones donde la mayoría de su cosecha
es para autoconsumo y ventas en el mercado local. Sin embargo
estos últimos son los herederos de una tradición
antiquísima de mejoramiento de especies nativas a
través de la hibridación, donde el hombre
consiguió cruzar variedades relacionadas hasta obtener
ciertas particularidades deseadas. Estos bancos de genes son los
que están en peligro de desaparecer para siempre con la
siembra del maíz GM (Castañeda,
2014).

Si se permite sembrar maíces transgénicos
en México y otras regiones mesoamericanas, con el tiempo
los maíces nativos serán contaminados por un
sinnúmero de diversos transgenes, convirtiéndose en
un gran almacén de ellos, y causándoles distintos y
constantes daños, donde cuya naturaleza no es posible
predecir. Podría llegarse a una situación como la
actual contaminación atmosférica mundial, aunque
esta se puede revertir; más sin embargo en el caso del
maíz nativo no habría ninguna posibilidad de volver
a la situación original de las poblaciones, pues una vez
contaminadas; tomarían un camino sin retorno. Es
imperativo conocer bien la relación maíz
transgénico y maíz nativo antes de tomar una
decisión respecto de si se permite cultivar o no el
primero (Kato, 2004). Prácticamente en todas las
áreas del territorio mexicano existe el riesgo de
contaminación transgénica de variedades criollas,
esto si se realizan siembras a campo abierto de maíz
genéticamente modificado (Kato, 2006).

La introducción de cultivos transgénicos
es un peligro para el modo de subsistencia del campesino. Pues su
modo de vida está basado en los cultivos de temporal y si
se implementa al siembra de transgénicos, esta
práctica tan arraigada, donde se guarda la semilla para
volver a usarla el próximo ciclo ya no será posible
(Villa, 2014).

Un ejemplo muy claro de lo que puede pasar en
México se siembra maíz Bt, lo podemos
ver en la India, donde las empresas de la
biotecnología (como Monsanto) afirman que los
transgénicos han ayudado a aumentar la productividad en
países como China o la India, mitigando los
efectos de la crisis alimentaria. Sin embargo esto es un supuesto
absurdo, ya que el único cultivo modificado
genéticamente que tiene la India es el
algodón Bt. La gente no come el algodón, lo
usa para vestirse. En realidad India está
sacrificando su industria local al exportar a China el 80%
del algodón, donde hacen ropa de mala calidad y la
regresan cara a la India, a España, entre
otros países. Mientras los campesinos se suicidan por el
precio altísimo de las semillas de algodón
genéticamente modificadas. El algodón Bt no
sólo no aumenta la productividad sino que además es
mucho más caro. Las semillas tradicionales de
algodón costaban 7 (siete) rupias por kilo,
mientras que el kilo de algodón Bt cuesta 17 000
(Diez y siete mil) rupias
. Además se supone que estas
semillas están modificadas para controlar plagas, pero lo
cierto es que crean otras nuevas, lo que conlleva un incremento
del 30% en el uso de pesticidas y son agroquímicos
distribuidos por Monsanto. Lo que pasó es que se ha
causado una desvinculación entre el comercio y la
producción, los han desrelacionado, provocando son esto
una crisis alimentaria. Han sido estas multinacionales las que
han llevado a la India a una crisis alimentaria, las que
han especulado, las que no han dejado que la comida fuera
inaccesible para las personas. El cultivo de algodón
Bt
se está extendiendo tanto porque Monsanto se
asegura de que no exista otro tipo de semillas, destruye
cualquier suministro alternativo. Presionan a las instituciones y
corrompe a funcionarios del gobierno para que construyan las
condiciones para que dejen de cultivar otros cultivos
alternativos, también dejen de conservar y además
destruyen las bases de los bancos de semilla, si toda via
existen. Además, engañan a los campesinos para que
no intercambien semillas. Les ofrecen una variedad nueva con
promesas de alto rendimiento y dinero y el campesino acepta, pero
no se da cuenta de que Monsanto ha hecho el mismo truco en
cada pueblo, en cada Estado, hasta lograr que de pronto se crean
grandes áreas que dependen del algodón Bt de
Monsanto. Realmente, no es algo que esté basado en
la elección de los campesinos, sino lo que se quiere es
destruir su capacidad de elegir (Shiva, 2009).

Argumentos que
desenmascaran los engaños de Monsanto

Monsanto fue uno de los creadores del desfoliador
agente naranja lanzado por los Estados Unidos para
envenenar todos los recursos bióticos y defoliar las
selvas de Viet Nam, durante la salvaje matazón de
muchos inocentes, conocida como la guerra de Viet Nam
(Cubadebate, 2013). Aquí se vislumbra que no hay
miramientos sociales, ni morales, ni humanos; lo que se pone a la
vista son las tendencias de dominación, de
supremacía, de atropello, voracidad y lucro total a costa
de lo que sea, comprando, sobornando, presionado y quitando a
quien o lo que se ponga enfrente. Esto a manera de corolario y
con el único fin de ir desenmascarando los intereses
oscuros de las transnacionales.

Si el maíz, soja u otros cultivos GM se
introducen en México, es seguro que habrá un enorme
incremento en el uso del herbicida Roundup, ya que la
mayoría de los cultivos GM, están
diseñados para ser resistentes a los herbicidas y donde
los paquetes tecnológicos ofrecidos por Monsanto,
incluyen el alto consumo de los pesticidas que son de su
exclusiva fabricación y distribución. Por ejemplo
en la agricultura de EUA su uso aumentó diez veces entre
1996 (12.2 millones de kilogramos) y 2009 (113.4 millones de
kilogramos), tras la introducción de los cultivos
transgénicos. Así lo dijo el Dr. Schubert en la
carta dirigida al presidente Enrique Peña Nieto, donde
también añadió que el glifosato
(GP), que es la fórmula activa de Roundup es
altamente perjudicial para la salud humana. Además de que
el GP en spray tiene otros compuestos llamados
surfactantes que son lo que lo ayudan a que el producto
entre en todos los tejidos de la planta y los que en
sinergía aumentan su toxicidad y de pilón vienen
etiquetados como secretos industriales (de León,
2013).

En el 2009, un tribunal francés encontró a
Monsanto culpable de mentir: publicitar falsamente su
herbicida Roundup (glifosato) como biodegradable,
amigable con el medio ambiente y afirmar que deja el suelo limpio
(Mercola, 2013). El supuestamente inofensivo glifosato
causa dos de los principales problemas en la alimentación
humana: deficiencias nutricionales y toxicidad sistémica.
Pues el GP es el factor más importante en el
desarrollo de múltiples enfermedades crónicas y
problemas de salud que se han vuelto muy comunes en las
sociedades occidentalizadas como: autismo, alergias, cancer,
párkinson, alzhéimer, enfermedades
gastrointestinales, enfermedades cardiovasculares, entre muchas
otras (Seneff, 2013). Aunque por dios Monsanto insiste que
el Roundup es tan seguro para los humanos, así como
lo es la aspirina, sin embargo una investigación de Seneff
y Samsel publicada en la revista Entropy cuenta una
historia completamente deferente, es decir la moneda al otro lado
(Mercola, 2013).

Los investigadores Anthony Samsel y Stephanie
Seneff
, quienes publicaron su
investigación en abril de 2013 en la revista
Entropy 15(4): 1416-1463, indicando que el
glifosato, hasta en cantidades muy bajas tiene el efecto
de inhibir la acción de la enzima citocromo P450
(C y P), la que permite eliminar los residuos
tóxicos en el cuerpo. El GP, es el ingrediente
activo del herbicida Roundup de Monsanto, es el
pesticida más popular y utilizado en todo el mundo. La
industria afirma que es mínimamente tóxico para los
humanos, sin embargo estos investigadores han demostrado lo
contrario. Estos han encontrado residuos glifosato en los
principales alimentos de la dieta occidental, principalmente en
azúcar, maíz, soja, trigo, etc. Las enzimas del
C y P del citocromo juegan un papel crucial en la
biología, ya que una de sus funciones vitales para la vida
es la desintoxicación de xenobióticos. Así
como también, el GP aumenta los efectos
dañinos de otros residuos químicos y toxinas
ambientales contenidas en los alimentos (Gubin, 2014).

Más bien lo que la industria
biotecnológica, encabezada por Monsanto, ha logrado
es haber convertido los alimentos literalmente en veneno y en
más de una forma, solo que en este apartado estamos
hablando solo de los efectos del glifosato. Por ejemplo es
importante entender que el glifosato rociado en los
cultivos convencionales y los cultivos transgénicos en
realidad se vuelve sistémico para toda la planta y cuando
penetra no puede ser eliminado, es decir se queda como parte de
la planta. Se ha encontrado que el maíz
transgénico
, llega a contener hasta 13 ppm de
glifosato
, en comparación con el maíz
no-transgénico que no contiene nada. Estas 13 ppm
contenidas en el maíz transgénico, es una
concentración 18 veces más alto al nivel seguro de
glifosato establecido por la EPA.
Se tienen reportes de
daños producidos en los órganos de los animales,
hasta en niveles tan bajos como 0.1 ppm (0.001 %). Esta es la
razón por lo que se está luchando que un producto
transgénico, tiene que estar etiquetado y así poder
evitar cualquier producto que lo contenga, como aceite de
maíz y jarabe de maíz de alta fructosa.
Sería inteligente dejar de utilizar Roundup en su
hogar, en donde los niños y las mascotas con el simple
hecho de caminar por una zona contaminados pueden absorber el
pesticida; dios nos libre que un humano ponga en contacto con los
orificios de entrada y salida (ojos, boca, oídos, poros de
la piel, nariz, ano, pene y heridas), hay que recordar que las
manos toman las cosas e involuntariamente nos tocamos, para esto
la solución no es lavarse con abundante agua (Mercola,
2013).

El Roundup, del que se rocían decenas de
miles de toneladas al año en todo el mundo y que
normalmente tiene gran uso en todos los cultivos
transgénicos. Es el producto más tóxico de
entre los que existen para causar daño al ADN
humano, incluso si se diluye a una simple concentración
del 0.02 por ciento (2 ppm). Así lo demuestran numerosos
estudios, donde se advierte el hecho, de que Roundup
(glifosato) provoca daños en el ADN, por no
citar alteraciones endocrinas y cáncer. En
un estudio reciente, realizado en la Universidad Médica de
Viena, donde se mostró que la toxicidad de Roundup,
incluso si se mantiene a niveles muy diluidos, dato
diametralmente opuesto a lo que dice la gigante de la Agricultura
Industrial (Monsanto) sobre la supuesta seguridad para los
humanos del Roundup. También el glifosato
aumenta la toxicidad de los aditivos que se utilizan en su
formulación. Como la polioxietileneamina, un agente
tensoactivo que facilita la absorción del glifosato
por las células, encontrándose que aumenta de
manera significativa la toxicidad en sinérgica con el
Roundup en los seres humanos. Pese a las afirmaciones de
Monsanto en sentido contrario, pero está probado y
comprobado con claridad la alta toxicidad de dicho herbicida, el
cual ya no debiera ser utilizado en agricultura (Ecocosas,
2012).

Los altos volúmenes de importación de
grano de maíz y el rendimiento medio en este aparentemente
bajo en este cultivo, se han utilizado como argumentos, por parte
de las compañías trasnacionales, para promover los
transgénicos en maíz, ofreciendo con ellos la
supuesta solución de la limitada productividad, para lo
cual solicitan la autorización y consecuente uso de
híbridos transgénicos en México. Con base en
documentos con escaso

fundamento científico, además sin atender
los elementos que presentaron numerosos grupos de investigadores
y la propia Unión de Científicos Comprometidos con
la Sociedad (2009), en un extrañamiento presentado al
Presidente de México Felipe Calderón
Hinojosa
, el gobierno federal de México otorgó
a finales del año 2009, respuesta favorable a 24
solicitudes para llevar a cabo experimentos a cielo abierto con
transgénicos (Espinoza et al., 2010). El mismo pillo que
mató a más de 100 000 gentes y compro a más
del doble de precio Repsol Perú, entre muchas tranzas
más.

El cultivo del maíz GM, justificado con el
argumento de control de plagas para aumentar la
producción, suena a falacia, ya que a diferencia de otros
casos, en el cultivo actual del maíz no parece existir una
plaga o virus que ponga en riesgo su producción; por eso
durante la visita en 2011 de Oliver Schutter, relator especial de
la ONU, recomendó una nueva moratoria sobre el uso de
semillas genéticamente modificadas en suelo mexicano
(Rangel, 2014).

Las grandes corporaciones transnacionales, desde hace
varios años, han ejercido un control y una presión
sobre nuestros gobiernos para continuar insertando en el mercado
los alimentos transgénicos, sin considerar los efectos que
a largo plazo traerán en la salud de la sociedad, los
ecosistemas, etc. En medio de grandes intereses mercantiles y de
las voces que argumentan a favor del uso de transgénicos,
incluso como un medio para terminar con algunos graves problemas
en torno al abastecimiento mundial de alimentos (Toledo,
2009).

El uso de maíz Bt supone muchas ventajas
desde el punto de vista medioambiental si se compara con el
método de control más extendido en la actualidad,
que es el uso de plaguicidas de síntesis. El
maíz Bt se basa en la expresión de una
elevada concentración de toxina Cry 1Ab durante
todo el cultivo y en todos los tejidos de la planta, por lo que
ésta en sí misma tiene propiedades insecticidas
para el insecto diana, ya que éste no requiere procesar
proteolíticamente la protoxina. Esto implica que aunque la
eficacia del maíz Bt es muy elevada dada la alta
concentración de la toxina en la planta, su espectro de
acción también podría ser más alto y
su selectividad ecológica menor que la de los
insecticidas Bt. Esta hipótesis ha sido
recientemente confirmada al demostrarse que la toxina Cry
1Ab
de plantas transgénicas puede afectar
negativamente a insectos beneficos, como por ejemplo a
depredadores generalistas (Ortega, 2003). Estas descripciones
están pensadas en los países Sudamericanos a los
que les llevaron el maíz posteriormente, sus condiciones
no son como las de México.

Evaluaciones
técnicas de las líneas de maíz
transgénico

Los transgénicos sólo podrían
beneficiar a unos cuantos agroindustriales mexicanos, poniendo en
riesgo a más del 80 por ciento de los campesinos, a todos
los consumidores y al ambiente (Victor M. Toledo; citado por
Greenpeace, 2005).

Evaluaciones técnicas recientes han demostrado
que las líneas de maíz transgénico,
utilizadas comercialmente no han aumentado los rendimientos. En
los pocos casos en los que efectivamente se ha observado un
aumento en dicho rubro, esto se ha debido al uso de otras
técnicas provenientes de la agricultura tradicional
más que a los transgenes introducidos en esas variedades
(Espinoza et al., 2010).

Las plagas para las cuales fueron desarrolladas las
líneas comerciales de maíz transgénico como
las que se pretende liberar, no existen en México o no
tienen repercusiones agrícolas importantes. Las variedades
locales de maíz están bien adaptadas para resistir
importantes plagas en cada región y la introducción
de líneas transgénicas, al contrario de lo que se
pretende, podrían afectar el balance ecológico y
crear nuevos problemas de plagas relevantes para la agricultura
mexicana (Bahena, 2008; UCCS, 2009).

Las plantas transgénicas es posible que nos
puedan ayudar a resolver muchos de nuestros problemas. Pero la
solución de los problemas de alimentación en
México, no se encuentra en el cultivo de maíz
genéticamente modificado. Esto porque las variedades que
se están pensando cultivar, han sido diseñadas para
responder a las necesidades de otros lugares, no para el caso
específico de México un país megadiverso con
diferentes tipos de maíz, de climas con poca o mucha
precipitación y, claro abundante en plagas. Sin embargo lo
más importante en cualquier cultivo con este tipo de
tecnología es la evolución de riesgo, conocer a
cabalidad cuales son las posibles repercusiones de cultivar
cierto grano en un determinado lugar. Siempre caso por caso
(Quirasco, 2014).

Los transgénicos son un engendro de la ciencia y
la tecnología al servicio de las corporaciones
transnacionales, donde los gobiernos de todo el mundo se
encuentran continuamente presionados por esas gigantescas
compañías que buscan todo tipo de facilidades para
vender masivamente, y a cualquier costo social y ambiental, sus
mercancías. Los transgénicos son una
innovación no surgida de una universidad pública o
de una institución gubernamental donde aún
predomina el interés social. En este contexto unos
países se pliegan irremediable y cínicamente a los
intereses corporativos, aceptan sus tesis, muchas de ellas falsas
o sesgadas e incluso aceptan sobornos. En el mundo hay gobiernos
que han abierto las puertas a esta tecnología; otros que
lo hacen moderadamente y otros más, como la Comunidad
Europea y algunos países Africanos que se mantienen
renuentes y cuidan la salud de sus ciudadanos y sus entornos
naturales (Toledo, 2009).

Mientras que en diversas partes del mundo aumenta la
prohibición de importaciones y siembra de
transgénicos y el rechazo a productos derivados de
OGM por parte de consumidores, sin embargo en
México las importaciones de maíz de Estados Unidos
se incrementan año con año. En 1998 y 1999
alcanzaron, según SECOFI, 5 millones de toneladas.
En 1999, el porcentaje de maíz transgénico mezclado
con maíz convencional, estuvo alrededor de 25 por ciento.
Este porcentaje pudo crecer a partir de noviembre-diciembre de
1999, debido a que en Europa, muchos países están
rechazando las importaciones de maíz y soya
transgénica (Greenpeace, 2000).

Problemas a causa
de las toxinas del maíz
transgénico

Ante la falta de información, Greenpeace
ingresó en marzo de 1999 al puerto de Veracruz y
tomó muestras de maíz blanco y amarillo de tres
buques procedentes de Estados Unidos. Las muestras fueron
enviadas a analizar al Laboratorio de Biología Molecular
del Ministerio de Medio Ambiente del gobierno de Austria. En mayo
del mismo año, los resultados confirmaron la presencia de
maíz transgénico Bt en las tres
muestras colectadas. El maíz Bt contiene
el gene de una bacteria del suelo (Bacillus
thuringiensis
, de ahí el nombre
Bt) que confiere resistencia a insectos. Dichas
variedades fueron diseñadas para resistir el ataque de una
plaga de maíz en Estados Unidos y Europa, el gusano
barrenador europeo. También dentro de los maíces
Bt
, se identificó la variedad Event 176 de
Novartis, que contiene un gene de resistencia a ampicilina
(Greenpeace, 2000).

El caso de los cultivos transgénicos la toxina es
parte de cada una de las células de la planta, y no pueden
ser lavadas o eliminadas antes del consumo, por lo que los
problemas de alergias son inevitables para los humanos. Otro
problema que se perfila es la transferencia horizontal de genes:
el material genético introducido, que es inestable, puede
incorporarse en el material genético de otros organismos
que se encuentren en el entorno. Respecto a la biodiversidad, es
de considerar que el maíz es una especie que tiene
polinización cruzada y el polen es transportado por el
viento (Ortega, 2003).

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter