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El aborto como impotencia humana ante la vida (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Los cuerpos de la mujer y del embrión son
distintos, pues el ADN del feto es diferente al de la madre, por
lo que se considera un ser distinto, tal y como define la
Genética ?al apuntar que la fecundación es el
momento en que se constituye la identidad genética
singular?; la biología celular ?que explica que los seres
pluricelulares se constituyen a partir de una única
célula inicial, el cigoto, en cuyo núcleo se
encuentra la información genética (huella
genética) que se conserva en todas las células y
que es la que determina la diferenciación celular?, y la
Embriología ?que describe el desarrollo embrionario y
revela cómo se desenvuelve sin solución de
continuidad?».

Así, derivan en que independientemente de
cuál sea el desarrollo del embrión, este debe ser
protegido.

Por otro lado, están los que rechazan que el
embrión sea una vida humana desde la fecundación,
existiendo dentro de este grupo diversas posturas respecto al
momento en el que puede considerarse que comienza a existir un
ser humano. Por ejemplo, algunos científicos opinan que
«el embrión de 12 semanas no es un individuo
biológico, ni mucho menos una persona: carece de vida
independiente, ya que es totalmente inviable fuera del
útero. El desarrollo del cerebro está apenas en sus
etapas iniciales, y no se han establecido las conexiones
nerviosas que caracterizan al ser humano. El embrión, por
tanto, no experimenta dolor ni ninguna otra percepción
sensorial».

En lo que se refiere a la inviabilidad fuera del
útero, Janet di Pietro, de la Universidad Johns Hopkins,
sostiene que no se debe sobrevalorar el momento del parto, y que
las leyes deberían basarse en el reconocimiento de la
existencia de un cerebro capaz de condicionar ciclos de vigilia y
sueño antes del parto

Existe también la postura, dentro del colectivo
científico, que niega el debate legal-filosófico,
desde el punto de vista científico, y rechazan la
«utilización ideológica y partidista de la
ciencia presentando como argumentos científicos lo que
pertenece al ámbito de las creencias personales,
ideológicas o religiosas», puesto que para ellos
«el momento en que un ser puede considerarse humano no
puede establecerse mediante criterios científicos, ya que
el conocimiento científico puede clarificar
características funcionales determinadas, pero no puede
afirmar o negar si esas características confieren al
embrión la condición de ser humano, tal y como se
aplica a los individuos desarrollados de la especie
humana».

Recientemente se ha incorporado al debate
bioético el concepto de "pre embrión" con
intención de diferenciar los primeros 14 días de
desarrollo del "nasciturus" ("el que ha de nacer") del resto (es
decir, durante la primera etapa de desarrollo prenatal). Aceptar
el concepto de pre embrión, suponiendo que este no es un
individuo biológico distinto a la madre, llevaría a
una recalificación bioética de las intervenciones
durante los primeros 14 días, ya sea por su
eliminación en el micro aborto o por su
manipulación durante la investigación sobre sus
células pluripotenciales o "células madre"
(stem cells) en laboratorios de ingeniería
genética. Por otro lado, están quienes consideran
que "el término "pre embrión" carece de fundamento
científico y pretende justificar diferentes
investigaciones en el embrión, sin que existan trabas
éticas y legales". El concepto de "pre embrión"
tiene su origen en las investigaciones llevadas a cabo con cerdos
por el embriólogo Washington en 1927, quien estudió
el fenómeno de la gemelación observando la placenta
de cerdos hembra procedentes de mataderos. Después de
mucho trabajo, no logró distinguir el proceso antes de los
20 días, y para no dejar la investigación detenida,
propuso una hipótesis de trabajo y dibujó un
esquema, que ha sido reelaborados varias veces, para completarlo
de acuerdo con la imagen que nos dan los nuevos descubrimientos,
pero que no ha sido contrastado empíricamente desde
entonces. Los análisis de ADN supondrían una prueba
en su contra, puesto que el ADN del supuesto pre embrión,
el del embrión, y el del mismo individuo una vez adulto,
son el mismo.

Cifras sobre el
aborto

Los adolescentes, cuando empiezan a la edad de 14 a 16
años, tienen su desarrollo sexual completado. Los
jóvenes, teniendo impulsos sexuales, tienden a correr
riesgos, tales como los embarazos de muchachas en temprana
adolescencia. Esto, al igual en otros casos, tiende a tener
cifras altas de abortos inducidos.

En un estudio publicado en 2007, se estima que en el
mundo se realizan entre 42 y 46 millones de abortos anuales
(entre el 20 y el 22% de los 210 millones de embarazos que se
producen en el mundo al año) lo que representa, para
quienes consideran al embrión como vida humana, la
principal causa de mortandad en la especie. De los 190
países del mundo, solo en 22% de ellos está
permitido el aborto.

Respecto a los abortos inseguros, habría habido
en el año 2008 unos 21,6 millones a nivel mundial,
según un estudio publicado por la Organización
Mundial de la Salud en 2011. Según dicha
organización, un aborto inseguro es «un
procedimiento para terminar un embarazo no deseado llevado a cabo
por personas carentes de las habilidades necesarias o en un
ambiente que no conforma los estándares médicos
mínimos, o ambos». Es decir, abortos en los que la
vida de la mujer está en peligro. En América Latina
y en el Caribe, en 2000, se realizaron 29 abortos inseguros por
cada 1000 mujeres de entre 13 y 44 años de edad,
más del doble del promedio mundial de 14 abortos por cada
1000 mujeres y 32 abortos por cada 1000 nacimientos. Se estima
que el aborto inseguro constituye la tercera entre las causas
directas (13%), después de las hemorragias (25%) y las
infecciones (15%) de las 536.000 muertes maternas que se producen
cada año en el mundo, aunque en América Latina la
fracción de muertes maternas debidas al aborto inseguro
alcanza el 17%. En América Latina y en el Caribe, de los
18 millones de embarazos que se producen cada año, 52% no
son planeados y el 21% de ellos terminan en un aborto.

Según algunos estudios, en América Latina
se practicarían anualmente unos 3,7 millones de abortos
inseguros. El riesgo de muerte a causa del aborto inseguro en los
países en desarrollo es de 370 por cada 100.000 casos. El
número de mujeres que mueren a causa del aborto anualmente
es 68.000, lo que equivale al 13% de la mortalidad materna. En
América Latina, el aborto inseguro es responsable del 17 %
de las muertes maternas. En un perfil demográfico hecho en
Cuba, se menciona como en los años "60 una madre
tenía una variación de 4.7 hijos hasta en el "92 en
el cual entonces se variaba en 1.5 hijos. Esto es debido a los
anticonceptivos y los abortos inducidos. Se dice que el aborto
inducido redujo el 60% de las muertes maternas, entre años
de 1970 al 1990.

Aspectos sociales

El aborto inducido ha sido y es diversamente considerado
en distintas sociedades: para algunos es un procedimiento
más para la limitación de la progenie; para otros,
es un atentado contra la vida de un ser humano no
nacido.

El argumento esgrimido por los que rechazan el aborto
?autodenominados Provida?, es "que el embrión o
feto, es un ser humano con derechos humanos, incluido el de
nacer, crecer y tener una familia". Mientras los que defienden la
libre elección de la mujer ?y autodenominados Pro
elección? esgrimen el argumento de que "Toda mujer tiene
derecho a la privacidad, a la salud y a la integridad
física, por tanto debe escoger si tiene o no un aborto,
más aún en situaciones extremas, como embarazo
luego de una violación, malformación diagnosticada
del bebé o cuando peligra su vida"

Se estima que cada año 46 millones de mujeres
recurren al aborto inducido para dar por terminado un embarazo no
deseado. El tratamiento legislativo varía enormemente de
un país a otro, pero actualmente el 62% de la
población mundial vive en 55 países donde el aborto
inducido está permitido, mientras que el 25% de la
población mundial vive en países que lo
prohíben y penalizan. La OMS estima que cada año
ocurren 20 millones de abortos inducidos.

Mortandad debida al
aborto en condiciones insalubres

La Organización Mundial de la Salud (OMS),
señala que los abortos en condiciones sanitarias
inadecuadas son una causa mayor de mortalidad femenina, con un
total aproximado de 68.000 muertes al año en el mundo, lo
que representa alrededor del 13% de las 527.000 muertes maternas,
es decir, por razones obstétricas. Estudios publicados el
año 2010 hablan de un número de muertes maternas
alrededor de 343.000. El porcentaje es muy desigual según
las regiones, alcanzando hasta el 30% de las muertes maternas en
algunos países. El riesgo es estadísticamente mayor
donde el aborto en condiciones clínicas seguras no es
accesible, ya sea por razones legales, sociales,
económicas o de otro tipo.

Los abortos clandestinos, por tanto, generan un problema
de salud pública, por el índice de muertes y por
las consecuencias que tienen en la vida de las
mujeres.

El aborto clandestino es inseguro porque no se da en
condiciones que puedan garantizar una intervención
óptima. Se recurre a personal no especializado. Se pone en
riesgo la vida de la mujer. Las hemorragias y otras
complicaciones del aborto incompleto son una de las causas de la
mortalidad materna.

En América Latina y el Caribe, 5000 mujeres
mueren cada año debido a complicaciones relacionadas con
abortos inseguros (más de la quinta parte del total de
muertes maternas). Esta cifra corresponde al 21% de las muertes
maternas a nivel mundial.

En 1996, la OPS (Organización Panamericana de la
Salud) indicó que el aborto es la causa primordial de
mortalidad materna en Chile, Guatemala, Panamá, Paraguay y
Perú, la segunda causa de muerte en Costa Rica y la
tercera causa de muerte en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El
Salvador, Honduras, México y Nicaragua.

De todas las mujeres que se someten a un aborto en
condiciones de riesgo, un número aproximado de entre el 10
y el 50% necesitan atención médica para el
tratamiento de las complicaciones. Abortos incompletos,
hemorragias y complicaciones infecciosas son algunos de los
riesgos que corren las mujeres al no recibir un tratamiento
médico adecuado con las condiciones necesarias para
garantizar la vida y la salud.

La OMS estima que el 13% de las aproximadamente 600.000
muertes relacionadas con embarazos a nivel mundial son el
resultado de la realización de abortos en condiciones de
salubridad inseguras. La mortalidad por aborto inducido es de 0,2
a 1,2 por cada 100.000 abortos en países donde el aborto
está permitido. En países donde el aborto
está penalizado se encuentran 330 muertes por cada 100.000
abortos

Los abortos realizados en condiciones de riesgo ponen en
peligro la vida de muchas mujeres, lo cual representa un problema
de salud pública grave. La mayoría de estas
muertes, los problemas de salud y las lesiones podrían
prevenirse mediante un mayor y mejor acceso a servicios adecuados
de atención en salud, incluyendo métodos seguros y
efectivos de planificación familiar y atención
obstétrica de urgencia.

Estos datos han servido de argumento a favor de la
despenalización del aborto, es decir, a favor de que el
aborto deje de ser considerado un delito y se legisle con
consideraciones específicas para casos
específicos.

Aborto y derechos
humanos

Desde el punto de vista de los derechos humanos, existen
varios enfoques ético-filosóficos
opuestos:

  • el que defiende el derecho a interrumpir el
    proceso vital del cigoto, del embrión o del feto en
    cualquier punto de ese proceso
    . Desde este punto de
    vista, se otorga a la mujer embarazada del derecho a
    interrumpir la gestación y por tanto a la
    elección de la maternidad, el cual prima sobre
    cualquier otro que se quiera otorgar a la
    gestación.

  • el que defiende el derecho a interrumpir el
    proceso vital solo hasta cierto desarrollo
    del mismo.
    Este punto de vista se apoya en una visión de
    "desarrollo por fases" del sujeto gestado. En este punto de
    vista no se observan derechos para el cigoto o el
    embrión, pero sí para el feto a partir de
    determinado punto de desarrollo que puede ser variable.
    Además, el derecho a la interrupción del
    embarazo de la embarazada se puede ampliar dependiendo de
    circunstancias adicionales, como la malformación del
    feto, violación o peligro para la vida de la
    madre.

  • El que defiende la no interrupción del
    proceso del cigoto, del embrión o del feto, sin
    importar su punto de desarrollo. Este punto de vista se basa
    en la defensa de ese proceso vital al dar la
    consideración de "vida humana" a la su propia
    existencia. Bajo este punto de vista, la mujer embarazada no
    tiene derecho a terminar con la gestación
    interrumpiendo el proceso de embarazo en cualquier fase de
    desarrollo.

Los partidarios de la despenalización
total
sostienen una interpretación de los derechos
humanos en donde prohibirlo atentaría contra los derechos
fundamentales de las mujeres y contra los principios de justicia
social. Además, se argumenta que la prohibición
ocasiona que las mujeres puedan morir víctimas de un
aborto clandestino mal realizado, en especial las que tienen
menores recursos económicos o pertenecen a los sectores
socioeconómicos más vulnerables.

Los opositores al aborto sostienen una
interpretación de los derechos humanos en donde
legalizarlo atentaría contra el derecho a la vida del
nasciturus, que debería de primar sobre el derecho de
elección de la madre. Por tanto, legalizar el aborto
atentaría contra el derecho fundamental de todo ser humano
al que se afirma como existente desde la misma fecundación
del óvulo, y así contra los principios de justicia
social. En esta interpretación se antepone al derecho de
elección de la madre el derecho a la vida de un ser humano
ya existente y que no tiene posibilidades de defensa.

Los partidarios de una graduación en la
despenalización
intentan conseguir diversos grados de
conciliación entre el derecho de la madre y el derecho
fundamental a la vida. Normalmente se intentan apoyar en
argumentos científicos sobre el desarrollo humano para
poder señalar unos límites legales en la
interrupción del proceso del embarazo.

En el último tiempo, algunos organismos de
protección de derechos humanos han abogado por la
despenalización del aborto al considerar que su
prohibición viola los derechos humanos de las mujeres.
Entre otros, se encuentran la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH), la Corte Europea de Derechos Humanos,
Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDHNU), la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y Amnistía
Internacional (AI).

El sistema anglosajón, el sistema
europeo-continental y el sistema internacional de
protección de los derechos humanos, consideran que se
violan los derechos fundamentales de las mujeres cuando se
prohíbe de forma absoluta el aborto. El primer sistema
desarrolla los derechos fundamentales de la mujer desde la
perspectiva de su derecho a la intimidad y en relación con
la idea de "viabilidad". El modelo continental, a su vez, vincula
el aborto con el derecho general a la libertad de la mujer, sea
que se le especifique como libertad reproductiva o como un
derecho a la autodeterminación. Finalmente, importantes
ONGs internacionales, como Amnistía Internacional, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el
Comité de Derecho Humanos de las Naciones Unidas y la
Organización Mundial de la Salud, relacionan el problema
del aborto con la violación del derecho de las mujeres a
no ser sometidas a tratos crueles, inhumanos o degradantes, es
decir, con la prohibición general de la
tortura.

Entre las instituciones que se oponen al aborto inducido
por considerar que atenta contra el derecho a la vida del no
nacido, se destaca la Iglesia Católica.

Posturas de diversos organismos

Amnistía Internacional respalda la
despenalización del aborto para garantizar que las mujeres
tengan acceso a servicios de salud cuando surgen complicaciones
derivadas del aborto, y para defender el derecho de las mujeres
al aborto ?dentro de los límites razonables que impone la
gestación? cuando su vida o su salud corran
peligro.

Su postura ha sido cuestionada tanto por personas como
por organizaciones tales como la Iglesia Católica, los
cuales sostienen que, si Amnistía Internacional se opone a
la pena de muerte, no es congruente que acepte su
aplicación a lo que entienden como un menor de edad
inocente.

El problema, aquí, es el debate que se ha
generado en cuanto a la definición de "menor de edad" y a
la definición precisa del inicio de la vida y las
definiciones de "individuo" y "persona" (véase el apartado
Aspectos biológicos y médicos y Aspectos
religiosos).

Posturas políticas y religiosas

No se puede hablar de una correlación entre
tendencia política o religiosa y posición frente al
aborto, pues hay partidarios y contrarios al aborto en todas las
tendencias; tómese por ejemplo de lo dicho, la existencia
de católicos a favor de la despenalización como la
Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir,
grupos feministas y ateos provida, como Feminists for Life
(Feministas por la Vida), Mujeres contra el Aborto y Atheists for
Life (Ateos por la Vida), o el movimiento Parlamentarios y
Gobernantes por la Vida, que integra a personas de diversas
tendencias políticas, religiosas y culturales.

Valoración ética del
aborto.

Valoración antropológica del
aborto.

Actualmente pretende contestar si hay vida plenamente
humana en los siguientes momentos:

1) En la fecundación.- Si aceptamos el hecho de
que al unirse el espermatozoide con el óvulo comienza una
vida biológica distinta de la vida de la madre, entonces
el embrión o el feto no es "algo" sino "alguien", un ser
con autonomía propia irrepetible. La respuesta de la
Iglesia es:

Fs 6 – DOCUMENTO 04. 15: HACIA UNA COMPRENSIÓN
DE LA CUESTIÓN DEL ABORTO.

– La vida desde su concepción deber ser
salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el
infanticidio son crímenes abominables (GS 51).

– La vida humana ha de ser protegida y favorecida sin
que surjan dudas sobre la ilegitimidad del aborto.
(Declaración sobre el aborto, de la Congregación de
la Fe, 1974).Algunos moralistas intentan que se acepte el aborto
terapéutico y el eugenésico.

2) En la anidación.- Hacia el 6º o 7º
día de la fecundación, el óvulo se implanta
en el útero. Algunos teólogos moralistas
católicos opinan que no se puede hablar de la persona con
derechos hasta la anidación. La razón en la que se
basan es el número tan elevado de óvulos expulsados
antes de la anidación. Este derroche natural da pie a los
teólogos para pensar que no sean seres personales hasta la
anidación. La respuesta de la Iglesia es que desde el
primer instante queda fijado el programa de lo que será
ese hombre o esa mujer.

3) Cuando se desarrolla la corteza cerebral.- para
algunos, de esta etapa depende el proceso de hominización.
Las consecuencias son que antes de 25 a 40 días no se
considera una persona con derechos; así que hasta los 40
días se podría suspender la vida siempre que haya
razones graves. La respuesta de la Iglesia es que esta
hipótesis está en contra de los principios de la
ley natural.

4) Cuando surge el carácter relacional del ser
humano.- consideran que el comienzo de la vida humana tiene un
carácter relacional. La doctrina de la Iglesia indica que
desde el comienzo de la vida humana están los principios y
derechos de la persona.

Valoración moral del aborto.

Desde la perspectiva de las Sagradas Escrituras no
existe ninguna fundamentación concreta en la que basar
nuestros criterios; pero a lo largo de toda la cosmovisión
bíblica se transmiten los mensajes sobre la importancia de
la vida, la importancia del amor fraterno y la condena de todo
homicidio.

La Iglesia siempre ha sostenido la protección de
la vida humana desde su comienzo, condenando el aborto. Los Papas
y los Concilios reafirmaron la condena del aborto.

La disciplina canónica de la Iglesia, dada la
gravedad del aborto, lo condena a nivel doctrinal dentro de su
situación, con la excomunión. A los que contemplan
el aborto sólo desde la perspectiva de la ley, la Iglesia
católica les dice que no hay ninguna disposición
humana que pueda obligar a una acción inicua ni obligar a
nadie a hacerla (Hch. 5,29). Un cristiano no puede obedecer una
ley que sea inmoral en sí misma (el personal sanitario
católico no está obligado a realizar un aborto,
pudiendo presentar al respecto objeción de conciencia). El
creyente debe reaccionar con claridad ante todo ambiente
permisivo sobre el aborto. La despenalización del aborto
no cambia la valoración moral del mismo (su
despenalización es moralmente injusta). La fe,
además de las exigencias éticas, refuerza la
obligación de erradicar las causas del aborto. El creyente
debería estar en las campañas a favor de la
vida.

Valoración ética de los ordenamientos
jurídicos sobre el aborto.

Para regular el aborto existen tres tipos de
legislaciones:

1) Totalmente permisivas.- consideran el aborto algo
exclusivo de la esfera privada, que no es necesario
legislar.

2) Restrictivas.- prohibición del aborto y
penalización de su práctica. Tienen una
sensibilidad religiosa bastante fuerte (sobre todo en el
cristianismo) y unas grandes consideraciones
éticas.

3) Liberalizadoras.- sobre la base de una serie de
factores sociales que justifican el recurso al aborto.

El Estado liberaliza el aborto, pero no lo moraliza. La
ley que despenaliza, lo que hace es renunciar a castigar, pero no
intenta dar un carácter ético del aborto. El hecho
de que esté permitido el aborto en ningún caso
quiere decir que sea lícita su realización en el
foro de la conciencia. Por lo tanto, no disminuye la
responsabilidad ética, porque la norma no es una conducta
para guiar la conciencia.

Aspectos religiosos

Cristianismo

En el Antiguo Testamento no se menciona el aborto
voluntario, aunque el aborto causado debido a luchas externas
aparece penalizado. En este punto, la ley hitita era similar. Las
leyes asirias, sin embargo, penalizaban incluso el aborto
inducido, quizás porque el Estado necesitaba guerreros
para su ejército. Bajo la influencia griega, la
versión Septuaginta del Libro del Éxodo
21.22 hizo una distinción entre un feto no formado y uno
formado, estando el último tratado como una persona
independiente.

Esta distinción entre un estado temprano y
tardío del feto era bastante común en el mundo
antiguo, y fue defendida por Aristóteles al distinguir
entre almas y subalmas humanas. Así, el tiempo de la
entrada de un alma humana era comentado por Aristóteles a
los 40 días después de la concepción para un
varón y 90 para una hembra. Muchos teólogos
católicos aceptarán luego esa herencia
aristotélica de diferente manera; entre ellos Tertuliano,
Orígenes, Agustín de Hipona y Tomás de
Aquino.

Por su parte, la teoría de que el alma humana no
entra en el cuerpo hasta el nacimiento fue defendida por
Platón y fue determinante para el Derecho romano. Solo
raramente el aborto fue tratado como un homicidio, incluso cuando
esto era punible. En el lado opuesto tenemos sobre todo a los
pitagóricos, quienes pusieron énfasis en el culto a
una noción de medicinareligión para proscribir el
aborto, algo con lo que alineará
Hipócrates.

En el cristianismo primitivo se encuentra un culto
privado de Asia Menor, quizás pitagórico, que se
oponía al aborto. También algunos pensadores
griegos y romanos se oponían al aborto por otras razones
que la de la humanización sino por suponer una
interferencia en el derecho del padre respecto al
niño.77

Catolicismo

La Iglesia Católica se opone al aborto desde los
primeros siglos del cristianismo hasta nuestros días.
Considera al ser humano vivo desde el momento de la
concepción. Así se afirma, por ejemplo, en la
encíclica Humanae vitae del papa Pablo
VI.

  • Las amenazas a la vida se producen en la
    relación entre padres e hijos, como sucede con el
    aborto.

  • Además, el panorama actual resulta aún
    más desconcertante debido a las propuestas, hechas en
    varios lugares, de legitimar, en la misma línea del
    derecho al aborto, incluso el infanticidio, retornando
    así a una época de barbarie que se creía
    superada para siempre.

  • «Mi embrión tus ojos lo
    veían» (Salmo 139 138, 16): el delito abominable
    del aborto

  • Entre todos los delitos que el hombre puede cometer
    contra la vida, el aborto procurado presenta
    características que lo hacen particularmente grave e
    ignominioso. El Concilio Vaticano II lo define, junto con el
    infanticidio, como «crímenes
    nefandos».

Pablo VI, Evangelium vítae

Históricamente, no siempre el magisterio de la
Iglesia católica ha condenado el aborto como homicidio o
asesinato, aun cuando se hayan dado discusiones teológicas
sobre el momento de la creación del alma. Los Padres de la
Iglesia no han sido unánimes en los criterios de
reprobación del aborto. En el siglo XII, Pedro Lombardo
comentó acerca de la referencia al aborto que existe en la
Biblia: la que aparece en el Libro del Éxodo
(21.22), en donde se distinguen dos tipos de aborto: uno que
suprime a un ser humano ya formado y con alma humana ?y en cuyo
caso es homicidio? y otro en el que se elimina a un ser "informe"
y sin alma propiamente humana, por lo que se debía pagar
una multa.

Más tarde, santo Tomás de Aquino se
adhiere a esa tesis aristotélica afirmando por tanto una
diferencia en el pecado. Así, en sus Comentarios a las
sentencias de Pedro Lombardo
(III) se suma a la tesis
aristotélica de que el alma entra a los 40 días en
el caso de varones y 90 en el de hembras. Santo Tomás
asume además un punto de vista un tanto moderno al dejar a
la embriología una mayor precisión del tiempo para
corregir estos aspectos con más exactitud.

  • Al principio, el embrión tiene un alma solo
    sensitiva que es sustituida por otra más perfecta, a
    la vez sensitiva e intelectiva, como trataremos
    exhaustivamente más adelante (Summa
    theológica
    I, q. 76).

  • En la generación del hombre lo primero es lo
    vivo, luego lo animal y por último el hombre
    (Summa theológica II-II, q. 64).

  • Debemos observar una diferencia entre el proceso de
    generación en el hombre y los animales del aire o el
    agua. La generación del aire es simple ya que solo dos
    formas substanciales aparecen; una que es desplazada y otra
    que es inducida. Y todo esto tiene lugar en un instante y a
    la vez, de manera que la forma del agua permanece durante
    todo el periodo precediendo a la inducción de la forma
    del aire. Por otro lado, en la generación de un animal
    aparecen diversas formas substanciales: primero el semen,
    luego la sangre y así hasta que encontramos la forma
    de un animal o un hombre. (Sobre el poder de Dios,
    q. 3, a. 9, ad 9. Cf. Summa contra gentiles, II, Ch.
    89, 11; Summa theológicae, Ia, q. 119, a.
    2).

  • Como es alma está unida al cuerpo como su
    forma, está unida al cuerpo como su acción
    propia. El alma es "la acción de un cuerpo
    orgánico" (Aristóteles, II De Anima, 412b,
    5-6). Por lo tanto el alma no existe en el semen en cuanto
    acto (como opuesto a en potencia o virtualidad) antes de la
    organización del cuerpo. (Summa contra
    gentiles
    , II, ch. 89).

A pesar de que el punto de vista de santo Tomás
conlleva cierta actualidad por una mayor conciliación con
la ciencia moderna, en la teología neo escolástica
tomista del siglo XX se considera que santo Tomás no
contaba en su momento con los datos científicos que
tenemos ahora, y que incluyen dinámicas propias así
como el conocimiento del ADN.

Este argumento es un punto de apoyo para que en el siglo
XX la Iglesia católica defienda la posición de que
en el momento de la fecundación aparece un nuevo ser, con
dinámica propia e información genética
completa aunque su estado sea de dependencia con respecto a la
madre. Las tesis de santo Tomás explican cuando el alma es
insuflada por Dios en el ser humano. Y si bien esto resulta
incompatible con los argumentos que equiparan aborto a homicidio
o asesinato, los defensores de este otro punto de vista
señalan a menudo que no se puede atribuir a santo
Tomás una postura favorable al aborto por citas como la
siguiente:

Servimos a un propósito más grande y
significante, la manifestación de la bondad de Dios, y en
ese gran contexto somos simplemente medios para el fin de Dios.
Dios quiere su propia bondad como un fin, y quiere que todas las
cosas sean un medio para ese fin.

Tomás de Aquino, Summa contra gentiles
I. 86. 718

Por lo tanto, a pesar de la postura oficial de la
Iglesia católica, se debe señalar ese debate en la
teología católica en lo que se refiere al momento
en que se puede considerar al alma humana, a un "ser humano", a
los tiempos de desarrollo del mismo así como al tipo de
pecado relacionado, o si es que este existe. Las distintas
corrientes de opinión pueden quedar resumidas
en:

  • Los partidarios de la animación inmediata
    (desde el momento de la concepción). Dentro de esta
    posición, destacaron los que consideraban el origen
    del alma humana por una preexistencia anterior a su
    unión con el cuerpo (platonismo cristiano) o por una
    derivación del alma de los padres
    (traducianismo).

  • Los partidarios de la animación mediata o
    retardada (después de un cierto tiempo). Entre los que
    defendían esta postura, estaban parte de los que
    aceptaban que las almas son creadas por Dios, creación
    que podía tener lugar unos días después
    de la fecundación (según Aristóteles,
    por ejemplo).

La tesis de la «animación mediata»
sostenida por santo Tomás de Aquino fue la que se impuso y
la que pasó a ser oficial. Como se ha comentado, santo
Tomás sostenía que no era hasta los 40 días
cuando Dios insuflaba el alma en los hombres y 90 días en
el caso de las mujeres. En consecuencia, la tesis de la
humanización retardada fue la opinión mantenida de
forma general durante la Edad Media, determinando que el alma era
insuflada por Dios a los 40 días en hombres, y a los 90 en
mujeres.

Una razón de peso por la que los teólogos
católicos partidarios de la animación inmediata han
mantenido que el alma se insufla en el momento de la
concepción reside en que la nueva alma no es derivativa de
la de sus padres, y por lo tanto supone un hecho divino. Bajo
esta línea se puede citar por ejemplo el Didaké o a
Tertuliano.

Este punto es sin duda el que causa más problemas
de conciliación con el saber científico. Algunos
autores señalan que los teólogos de esta tendencia
se alinean en realidad con filósofos modernos, como Kant o
Leibniz, ya que la idea de que el alma existe en el mismo momento
de la concepción surge con más fuerza
principalmente en el siglo XIX. Si en los siglos anteriores era
preeminente la visión de santo Tomás, en el siglo
XX la postura oficial de los papas es en contra de cualquier tipo
de interrupción del embarazo. El papa Juan Pablo II
escribió en este sentido de manera inequívoca en
diversas encíclicas y una línea similar es
mantenida por Benedicto XVI.

Estas encíclicas son discutidas por los
defensores de perspectivas distintas, tanto dentro la comunidad
católica como fuera de ella en ámbitos
intelectuales o teológicos.

También a partir del siglo XX se empieza a
recuperar algo del protagonismo de la mujer y lo femenino en el
debate, hasta entonces muy secundario o inexistente.

Así, teólogas como Teresa Forcades ?monja
benedictina considerada proabortista y teóloga de
izquierda que fue reprendida por el Vaticano por ir contra la
defensa de la vida y del derecho del no nacido que hace la
Iglesia?, señalan la importancia de no interferir en la
decisión de la madre y en el vínculo especial y
distintivo de dependencia entre ambos que ha sido diseñado
por Dios y en donde se incluye la decisión de la
maternidad.

Dios pone la vida del feto mientras no es viable en las
manos de su madre (en las entrañas de su madre) y ha
vinculado la vida biológica de este a la vida espiritual
de ella. Nosotros haremos bien de respetar esta
vinculación primaria. Mientras el feto no puede sobrevivir
independientemente de la madre, le corresponde a ella la
responsabilidad moral de decidir sobre su futuro, que es
también el de ella, ya que la madre no gesta el hijo solo
biológicamente, sino también espiritualmente, con
su amor, con su deseo de que éste viva, con la
alegría de llevarlo al mundo. Respetar la decisión
de la madre es respetar la integridad de su conciencia moral,
incluso aceptando que objetivamente se pueda
equivocar.

En el magisterio

En el primer Concilio de Maguncia ?un concilio local del
año 847? se confirman penas canónicas propuestas
por reuniones anteriores: a la mujer que haya abortado se le han
de prescribir 10 años de penitencia. El papa Esteban V
afirma, en su carta Consuluisti de infantibus, que
cometer un aborto es un homicidio, ya que la concepción
requiere de la acción de Dios.

El 4 de marzo de 1679, un decreto del Santo Oficio
condenó dos proposiciones relativas al aborto:

Es lícito procurar el aborto antes de la
animación del feto, por temor de que la muchacha,
sorprendida grávida, sea muerta o infamada.

Denzinger, Enchiridion symbolorum,
2134

Parece probable que todo feto carece de alma racional
mientras está en el útero, y que solo empieza a
tenerla cuando se le pare; y consiguientemente habrá que
decir que en ningún aborto se comete homicidio.

Denzinger, Enchiridion symbolorum,
2135

El Código de Derecho Canónico de 1917
establecía para el aborto la pena de
excomunión.

Aparte de esta alusión, el magisterio de la
Iglesia no vuelve a pronunciarse sobre el tema hasta el siglo XX,
aunque desde 1930 lo haya hecho de manera continua y cada vez
más amplia. Pío XI, Pío XII, en varios
discursos, como el que impartió a la Sociedad de
Médicos Italianos de San Lucas (el 12 de noviembre de
1944), o Juan XXIII, han condenado el aborto como homicidio. En
el Concilio Vaticano II se encuentra una de las condenas
más citadas en el magisterio posterior, concretamente, en
la constitución pastoral Gaudium et
spes
.

El papa Juan Pablo II recuerda, en la encíclica
Evangelium Vitae, que quienes a sabiendas de la pena
incurren o colaboran en un aborto (padres y cómplices sin
cuyo apoyo el aborto no se hubiera realizado) incurren en
excomunión inmediata (llamada latae sententiae en
el Código de Derecho Canónico).

Judaísmo

La tradición judía es proclive a la
santidad del feto, y no permite el aborto a solicitud. Sin
embargo, permite el aborto bajo determinadas circunstancias,
porque no considera al feto como persona autónoma. La
Mishná (Ohalot 7:6) indica explícitamente la
admisibilidad del aborto si la continuidad del embarazo pudiera
poner en peligro la vida de la madre.

El judaísmo ortodoxo no admite otra causa que el
peligro para la vida materna, en tanto el judaísmo
conservador considera también la posibilidad de graves
daños a la salud física o mental, o cuando el feto
es inviable o padece graves defectos, según opinión
médica experta.

Islamismo

El derecho islámico (sharia) parte de
consideraciones similares a las del derecho canónico
cristiano. Aunque ni el Corán ni la
Sunna tratan el tema, se atribuye importancia al
conocimiento médico que aporta el jurista versado en
medicina, como Averroes, o el médico conocedor de la ley
islámica, como Avicena. Según estos, el feto
adquiere la condición legal de persona cuando recibe de
Dios su alma personal, momento para cuya identificación se
confía también en la ciencia del médico y no
solo en la revelación. De acuerdo con la tradición
oral, el momento de la infusión del alma es a los 120
días o cuatro meses.

La mayoría de juristas modernos consideran
aceptar la no viabilidad del feto en sus primeros 120
días. En el islam se asume que la complejidad de la vida
fetal aumenta con el tiempo, manteniendo así una
perspectiva gradualista que tiene su fundamento en la
teología islámica. En ella se afirma que el
espíritu (rub) entra en el feto alrededor de los
120 días (4 meses) después de la concepción.
Aquellos que toman una posición más estricta
argumentan que una vez el esperma entra en el vientre,
está destinado a producir vida, y así para ellos el
aborto está proscrito. No obstante, dentro de esos 120
días la mayoría de juristas consideran el aborto
como moralmente menos grave y por tanto no
sancionable.

Del mismo modo, se observa de manera general que la
madre pueda abortar si su vida corre riesgo independientemente
del tiempo de gestación, por lo que la vida de la madre
prevalece sobre los derechos del no nacido. Existe cierto debate
en el caso de malformación y hasta qué punto esto
es motivo para alargar los 120 días. Aunque en la
fatwa egipcia esto no se contempla. Se debe notar por
tanto que existe debate respecto a acortar alargar el periodo y
sus supuestos, y en donde la ciencia a veces desempeña un
papel destacado.

Hay dos escuelas jurídicas que valoran de maneras
opuestas el aborto. La escuela Hanafi permite el aborto
libremente en los cuatro meses iníciales, incluso cuando
la iniciativa de la mujer no cuenta con el permiso del marido. La
escuela Maliki prohíbe en su mayoría el aborto de
manera absoluta, argumentando que, aunque el feto no sea
propiamente humano, no se debe interferir con su destino natural
de adquirir su alma, una vez que el semen se ha instalado.
Algunos miembros de la escuela Maliki encuentran permisible el
aborto hasta los 40 días.

La escuela hanbalí suele rebajar el plazo a los
40 días, prohibiéndolo terminantemente
después. Las otras escuelas legales islámicas,
tanto suníes como chiíes, mantienen, en conjunto,
posiciones semejantes a las de la escuela Hanafi. De las cinco
categorías en que se clasifican jurídicamente los
actos ?obligatorios, recomendados, opcionales, culpables o
desalentados y prohibidos?, el aborto ha sido situado
generalmente entre los opcionales o tolerables,
especificándose los casos en los que el aborto debe
considerarse criminal y punible. En general, son razones de salud
las que se considera que justifican el aborto.

De manera general, el islam anima a la
reproducción y desalienta el aborto, que no recibe
fácilmente la aprobación social, pero tampoco es
considerado necesariamente un crimen. Es visto más bien
como un recurso que debe usarse solo en último lugar. Es
requisito indispensable la expresión de la voluntad de la
madre de llevarlo a cabo.

Budismo

El budismo no contempla la existencia de un alma
insuflada o creada por una divinidad, por lo que su doctrina no
establece un tiempo concreto que aconseje o no el aborto. No
obstante, la doctrina budista sí que observa una
desarrollo del desarrollo embrionario y sus capacidades, por lo
que observa una graduación en la gravedad moral en el acto
de abortar en función del desarrollo de la consciencia en
el no nacido.

De manera general el budismo no condena con excesiva
gravedad el aborto aunque señala las posibles graves
consecuencias para la estabilidad emocional de la madre. En la
práctica algunas comunidades budistas como la japonesa
celebran ceremonias rituales (Mizuko kuyo) de reparación
emocional para aquellas mujeres que han experimentado un aborto y
así lo solicitan.

En una obligada investigación de las causas de
las acciones que demanda el budismo a sus seguidores, en general
se observa el contexto de la situación que puede empujar a
una mujer a esta decisión. De manera que el aborto, aun
siendo considerado una situación muy poco afortunada o que
puede ser producto del aferramiento al deseo sensual, no llega a
tener la misma consideración de gravedad que otras
acciones. Por ejemplo, el budismo menciona numerosos ejemplos
sobre la gravedad de acabar con la vida de un animal adulto como
un perro, un elefante o un caballo. Pero no respecto a un aborto
de cinco o seis semanas. No aparece pues una norma general en el
budismo que enseñe una prohibición o
aprobación en cualquier situación, sino que se
tiende a observar cada caso y sus circunstancias.

Los países en donde la religión budista es
mayoritaria (como Tailandia, Camboya o Japón) se aplican
leyes de plazos y supuestos que permiten el aborto. De entre
todos ellos, el caso de mayor permisividad y
despenalización es el japonés.

Hinduismo

Las creencias del mundo hinduista son variadas pero
derivan casi todas ellas de sus antiguos textos sagrados, desde
las doctrinales Upanishad hasta las leyendas de los
Puranas. El hinduismo considera el aborto desde sus
textos de una manera quizás más radical que otras
religiones, al considerar que el alma humana está presente
desde la misma concepción sin un debate de
peso.

La noción religiosa de no violencia hacia
cualquier manifestación de la vida fue además
subrayada en la era moderna por Mahatma Gandhi, el padre de la
moderna nación india. Al lado de esto, varias escrituras
religiosas como la Suetásuatara-upanishad afirman
que las almas que deben reencarnar caen desde las nubes con la
lluvia, entran en las legumbres, que cuando son consumidas por un
varón se convierten en semen y pueden ser inyectadas en un
vientre materno.

El aborto se considera un mal karma, y la persona que lo
cometa, al morir, deberá ser inyectada en una mujer que
esté pensando en abortar.

Bajo un esquema teológico complejo que contempla
la reencarnación de las almas, tanto el cigoto,
embrión o feto poseen alma ?esté ya desarrollada o
no? y deben ser protegidos. Socialmente esta visión moral
sigue siendo predominante y los diferentes cultos hinduistas y
sus líderes mantienen en mayoría esta
visión, si bien al mismo tiempo consienten resignadamente
cierta conciliación con los programas de
planificación familiar así como con el aborto,
sobre todo por la problemática social y de
población existente.

Algunos textos hinduistas provenientes de la medicina
tradicional (áiur-veda), como el
Charaka-samjita, recomiendan dar preferencia a la vida
de la madre que no a la del feto. Esto ha servido de punto de
apoyo para que el gobierno indio permita a través de la
ley MTP (Medical Termination of Pregnancy Act: ley de
terminación médica del embarazo), de 1971, legislar
el aborto en casos de violación, incesto o amenaza a la
salud mental del madre. Es a través de este último
supuesto que se realizan la mayoría de interrupciones del
embarazo en India, que actualmente son muy numerosas.

La moralidad del aborto en la sociedad hindú es
compleja. Los textos religiosos como los Vedas y los Puranas lo
prohíben con claridad, aunque la filosofía
hindú permite que sean sobreseídos de manera
práctica; especialmente mediante el Ayurveda o medicina
tradicional. El sistema de castas, la selección de sexo
por motivos socioeconómicos, sobrepoblación y otros
graves problemas, fuerzan una coexistencia que es vista de manera
resignada pero no satisfactoria por la sociedad india.

Posibles soluciones
para combatir el aborto

  • Abstinencia sexual hasta el matrimonio

  • Mayor información por parte de:

  • Centros de salud

  • Escuelas

  • Padres de familia

  • Etc.

  • Mayor distribución de métodos
    anticonceptivos en:

  • Centros de salud

  • Escuelas

Conclusión

Al llevar a cabo esta reflexión sobre el aborto,
nos hemos dado cuenta los lectores y yo (eso espero)que la
práctica del aborto no es algo que solo abarque problemas
éticos, religiosos, o morales, sino que, alrededor de la
práctica existen varios efectos, antes y después de
la práctica del mismo. Desde embarazos no deseados,
abandono de las respectivas parejas, embarazos de alto riesgo,
así como los efectos secundarios que devienen de la
práctica del aborto: efectos físicos y
psicológicos, e incluso la muerte de la mujer.
Además de que también se pueden encontrar efectos
sociales cuando la mujer que decidió practicarse un aborto
es víctima de una especie de discriminación por
parte de la sociedad.

De acuerdo con diversos estudios, todos los efectos
antes mencionados se podrían prevenir en gran medida si se
impartiera una formación de carácter sexual en los
jóvenes, lo cual les haría tomar más en
cuenta los efectos que les puede traer la actividad sexual
llevada de manera irresponsable.

Pero, para efectos prácticos de esta
investigación, hemos decidido profundizar en el aspecto
físico, específicamente en el riesgo que corre la
mujer que lleva a cabo un aborto. Y es que al existir un enorme
vació legal concerniente a la aplicación del
aborto, este ha provocado que existan índices de mortandad
materna a consecuencia de la práctica insegura de abortos
en clínicas que, ante la ausencia de un marco legal que
los regule, operan con medidas de asepsia por debajo del
mínimo establecido por la Secretaria de Salud para llevar
a cabo procedimientos quirúrgicos, lo cual, de acuerdo con
un reporte del Consejo Nacional de Población (Conapo),
termina por poner en riesgo la integridad de la mujer que ha
decido practicarse uno. Al respecto, cabe mencionar que los
niveles de mortalidad materna son una advertencia sobre la
insuficiencia en la cobertura y calidad de los servicios de salud
reproductiva que se otorgan a la población
mexicana.

Mucho se ha debatido sobre el derecho que tiene la mujer
de decidir sobre su cuerpo, si bien es cierto que el bebe en el
vientre materno depende en un 100% de ella, no es menos cierto
que no es una parte de ella sino un ser totalmente distinto
aunque totalmente dependiente e indefenso. En los casos de
violación no es justo que el más inocente de
ése hecho tan repudiado y traumático sea juzgado y
condenado a la MUERTE, lamentablemente en estos debates no
siempre hablan las mujeres que se han practicado abortos y que
pueden contarnos las secuelas físicas y sobretodo
psicológicas que deja este hecho, también es
contado los casos en que mujeres que quisieron abortar y se
arrepintieron incluso aquellas que fueron violadas sienten
alegría de aquella decisión cuando ven a su hijo o
hija convirtiéndose en personas de bien ya que la maldad y
crueldad del padre no se trasmite genéticamente y esto
último está comprobado científicamente, la
no aparición en la palestra pública de estos casos
se debe, a que algunas de ellas aún están muy
golpeadas por lo que hicieron aun después de muchos
años, otras por que han rehecho sus vidas y no necesitan
que la sociedad o su cónyuge sepan que en el pasado
truncó la vida de un inocente y/o que fue la
víctima de un degenerado y algunas otras porque no quieren
que un ser amado sepa que en un momento de su vida pensaron en
abortarlo.

Nuestros legisladores en México, aluden que la
legalidad del aborto evitará las muertes de las mujeres
que se lo practican de forma clandestina y que en los
países desarrollados es una práctica normal desde
hace varios años. Es bueno reflexionar en que en los
países donde se practican de forma legal los abortos,
también existen daños físicos a las mujeres
ya que toda intervención quirúrgica tiene riesgo y
que la edad de la madre aumenta estos riesgos (recordemos que en
nuestro país ostenta uno de los índices más
altos de América latina en embarazo precoz), sin olvidar
que las secuelas psicológicas en muchos casos son
terribles, no todo lo común es normal, tal vez en los
países del primer mundo sea común que las madres
maten a sus hijos; pero nunca se puede pensar que sea normal que
las madres maten a sus hijos y por último recordar que no
todo lo que se hace en los países desarrollados es signo
de desarrollo, en ocasiones no es más que la barbarie
más atroz y cruel disfrazada de modernismo y
tecnología mal digeridas cognoscitivamente.

El investigador Elijah Anderson efectuó
extensas entrevistas a jóvenes de los barrios pobres e
hizo la siguiente observación: "Para muchos chicos, la
sexualidad es un importante símbolo de posición
social en la localidad; cada vez que conquistan sexualmente a una
muchacha equivale a establecer una nueva marca".

Recomendaciones

Recordar que la libertad termina donde empieza la
libertad de la otra persona o el derecho como usted
prefiera.

– Todo joven o adolescente debe saber definir y
considerar la actitud que tiene él hacia sus amigos y sus
amigos hacia él, recordando que respeto guarda
respeto.

– No debemos ser influenciados negativamente por los que
se dicen nuestros amigos, porque este es un país
democrático y libre, de ninguna manera nos vamos a
considerar menos si uno de ellos nos indica que hagamos y
qué no hacer.

– No porque todos lo hagan yo también lo voy a
hacer, no porque tu amigo fuma, yo voy a fumar, no porque mi
amigo consuma bebidas alcohólicas yo voy a consumirlas.
Uno mismo es el dueño de su cuerpo, de su alma y de su
ser: si tú te enfermas, tu amigo no sufre contigo, no va a
ir contigo al cementerio, ni va a morir contigo; más bien
se va a reír debido a que un ingenuo cayó en su
mala influencia.

– Con su conciencia limpia y sin ningún error por
detrás de ti, vivirás en paz

Por siempre.

– Evitar malas compañías.

– Tener cuidado con la manera de vestirse.

– Escoger cuidadosamente los programas de
televisión que mira.

– Tener cuidado con lo que lee, mucha de la literatura
contemporánea apela solo a satisfacer al instinto sexual
sin medir las consecuencias.

– Estar atento con respecto a su tiempo libre o al buen
empleo del ocio.

– Tener una regla de ética personal: "nunca
envolverse en un enamoramiento deshonesto o de perjudicar a otra
persona"

– Dedicar mucho tiempo a las sagradas escrituras, a
otros libros de salud, en fin a la lectura, y al estudio hasta
que duela el conocimiento.

Buscar el conocimiento sobre el tema por parte de todos
los que se interesen, ya que no todos los filósofos
morales creen que existan cosas tales como derechos
morales.

Por ello, es importante decir aquí algo acerca de
qué son los derechos morales.

Los derechos no son entidades misteriosas que
descubramos en la naturaleza. De hecho, no son entidades en
absoluto. Decir que la gente tiene derecho a la vida, es decir en
términos generales que no debería morir nunca
deliberadamente, que no debería privarse a nadie de las
necesidades de la vida, a menos que la única alternativa
sea un mal mucho mayor. Los derechos no son absolutos pero
tampoco deben ser ignorados a cambio de cualquier bien
aparentemente mayor. Por ejemplo, uno puede matar en defensa
propia cuando no haya otra manera de protegerse de morir o
resultar herido grave de forma injusta; pero nadie puede matar a
otra persona meramente para que otros se beneficien de la muerte
de la víctima.

Los derechos morales básicos son aquellos que
tienen todas las personas, frente a aquellos que dependen de
circunstancias particulares, como por ejemplo las promesas o los
contratos legales. En general se admite que los derechos morales
básicos de las personas incluyen el derecho a la vida, a
la libertad, a la autodeterminación y a estar libre del
daño corporal. La prohibición de abortar parece
violar todos estos derechos básicos. La vida de la mujer
corre riesgo al menos de dos maneras. Donde el aborto es ilegal,
a menudo las mujeres intentan abortar de forma ilegal y
arriesgada. La Organización Mundial de la Salud estima que
alrededor de 200 000 mujeres mueren cada año por esta
causa. Muchas otras mujeres mueren por embarazos no deseados
cuando no pueden abortar, o cuando se sienten presionadas a no
hacerlo. Por supuesto, también los embarazos voluntarios
entrañan algún riesgo de muerte, pero a falta de
coerción no suponen violación alguna del derecho de
la mujer a la vida.

La negación del aborto viola además los
derechos de las mujeres a la libertad, la
autodeterminación y la integridad física. La de ser
forzada a tener un hijo no es tan sólo una
«molestia», como a menudo afirman los adversarios del
aborto. Llevar a término un embarazo es una tarea ardua y
arriesgada, incluso cuando es voluntaria.

Efectivamente, muchas mujeres disfrutan de (gran parte
de) sus embarazos; pero para aquellas que se quedan embarazadas
contra su voluntad, la experiencia puede ser totalmente
desgraciada. Y el embarazo y parto no deseados son sólo el
comienzo de las penalidades causadas por la negación del
aborto.

La mujer tiene o que cuidar del hijo o dejarlo en
adopción. El quedarse con el niño puede impedirle
continuar su vida laboral o atender a otras obligaciones
familiares. Entregar el niño en adopción significa
tener que vivir con la tristeza de tener una hija o un hijo al
que no puede cuidar, y a menudo no puede siquiera saber si
está vivo y sano y cómo podemos darnos cuenta esto
no es un asunto fácil. Los estudios realizados sobre las
mujeres que han dado a sus hijos en adopción muestran que
para la mayoría de ellas la separación de sus hijos
es un sufrimiento intenso y duradero.

Incluso si aceptamos el punto de vista de que los fetos
tienen derecho a la vida, es difícil justificar la
imposición de tales penalidades a las personas que no
quieren asumirías para preservar la vida del feto. Como
señaló Judith Thomson en su comentado
artículo de 1971 «A defence of abortion» no
hay otro caso en que la ley exija a las personas (no penadas por
delito alguno) sacrificar su libertad, autodeterminación e
integridad física para preservar la vida de otros.
Quizás el parto no deseado pueda equipararse al servicio
militar obligatorio. No obstante, esa comparación puede
prestar sólo un soporte moderado a la posición
antiabortista, ya que es discutible la justificación del
servicio militar obligatorio.

En la retórica popular, especialmente en los
Estados Unidos, la cuestión del aborto se considera a
menudo pura y simplemente la del «derecho de la mujer a
controlar su cuerpo». Si la mujer tiene el derecho moral de
interrumpir los embarazos no deseados, la ley no debería
prohibir el aborto. Pero los argumentos a favor de este derecho
no resuelven enteramente la cuestión moral del aborto.
Pues una cosa es tener un derecho y otra estar moralmente
justificado el ejercicio de ese derecho en casos particulares. Si
el feto tiene un derecho a la vida pleno e igual, quizás
el derecho de la mujer a abortar sólo debería
ejercitarse en circunstancias extremas. Y quizás
deberíamos cuestionar también si los seres humanos
fértiles -de ambos sexos- tienen derecho a establecer una
relación heterosexual cuando no desean tener un hijo y
asumen esta responsabilidad.

Si las actividades heterosexuales comunes, cuestan la
vida de millones de «personas» inocentes (es decir,
fetos abortados), ¿no deberíamos por lo menos
intentar evitar estas actividades?

Por otra parte, si se establecen acuerdos sociales de
que los fetos no tienen un derecho esencial a la vida, el aborto
no es tan difícil de justificar en una conciencia
social… y se deja a la pareja finalmente la libre
decisión de que vivan o no de acuerdo a su conciencia
personal y de pareja.

Eso depende del proyecto de nación de cada
país, pero también de la ética y sus valores
biológicos culturales.

Reflexiones para no imitar lo malo o lo que no vaya en
armonía con los acuerdos sociales, aunque los estereotipos
como personas sean individuos de fama en deportes, artistas de
cine, cantantes o bailarines, músicos, actores o actrices
de novelas o series televisivas, a los cuales los niños y
jóvenes tratan de imitar en sus estilos de vida, cuando
aún no tienen identidad propia.

  • ¿Si fumo, eso me hace más hombre o
    más mujer?

  • ¿Si consumo drogas, seré más
    saludable?

  • ¿Si robo, mato o violo a alguien me hace
    crecer como persona o tendré más
    aceptación?

  • ¿Si maltrato las plantas o los animales eso
    me dignifica como persona?

  • ¿Quiero imponer mi religión con la
    violencia?

  • ¿Arriesgo la vida en deportes extremos aunque
    no sea mi profesión?

  • ¿Si imito a mi ídolo, eso me lleva a
    ser una persona auténtica?

  • ¿Quiero imponerme físicamente a los
    demás para humillarlos?

  • ¿Si sobresalgo en algo me da derecho a
    despreciar a los demás?

  • ¿El color de mi piel significa que soy
    superior a los seres humanos de otras razas?

  • ¿El poder económico me hace ser
    superior a los demás?

  • ¿el himno de guerra que entono me hace matar
    a los demás?

  • ¿Protejo a la niñez y a los de otras
    capacidades?

  • ¿Respeto la señalética para que
    haya orden social?

Nota: el lector puede agregar algunas reflexiones
propias

Bibliografía

1.- Blázquez Fernández,
Niceto

El aborto. No
matarás

Editorial BAC, Madrid, 1977

2.- Cremades, Javier

Quiero vivir

Editorial unsacerdote@wanadoo.es,
2001

3.- Cruz Cruz, Juan

Tópicos abortistas

Editorial Acción Familiar, Madrid,
1992

Herrera Jaramillo, Francisco J.

4.-El derecho a la vida y el
aborto

Editorial Eunsa, Pamplona, 1995

5.-López Moratalla,
Natalia

Los primeros quince días de la
vida humana

EUNSA, Pamplona 2004

6.- Martín García, Sara y
Asociación Víctimas del Aborto (AVA)

Yo aborté

Voz de Papel, www.vozdepapel.info
,2005

7.- Nathanson, Bernard

La mano de Dios

Editorial Palabra, Madrid 1997.

8.- Savagnone, Giuseppe

El aborto. El ocaso de la
persona

Ediciones Palabra, Madrid. 1990

9.- Stössel, Pius

Myriam… ¿por qué
lloras?

Editorial Combel Casals, Barcelona,
2004

Otras fuentes virtuales

WWW.WIKIPEDIA.COM

WWW.MONOGRAFIAS.COM

  • Libro de la SEGO pág. 415- 419

  • Usandizaga &La Fuente Pág. 270-
    277

  • Obstetricia González Merlo

http://books.google.es/books?id=N_v49qVtSRUC&pg=PA435&lpg=PA435&dq=aborto+gonzalez+merlo&source=bl&ots=VeVbXbILR9&sig=3w0O871iC8sEZkybGrBmbzqX2q0&hl=es&ei=sNHpS_bgOs3r-AbUivjCBA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CBcQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false

  • Tratado de Obstetricia Botella:

http://books.google.es/books?id=CYdfAhqjG1IC&pg=PA359&dq=clasificacion+aborto&hl=es&ei=F9LpS-DKEs2fOPC16JML&sa=X&oi=book_result&ct=book-thumbnail&resnum=2&ved=0CDgQ6wEwATge#v=onepage&q&f=false

  • jw.org, 2014, publicaciones

  • http://www.babysitio.com/embarazo/salud_prenatal_tabaco.php#ixzz39dqCkodL
    Follow us: @Babysitio on Twitter | Babysitio on
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  • Imágenes tomadas de google.com,
    2014

 

 

Autor:

Dr. José Manuel Castorena
Machuca

ITSLP, Depto. De Ing. Industrial.

Dirigido a educación básica para
construcción de su aprendizaje.

Partes: 1, 2, 3
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