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La Migración de los Puertorriqueños a los Estados Unidos



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    Capítulo I Introducción

    El tema de La migración puertorriqueña hacia los Estados Unidos: sus efectos en la economía de la isla de Puerto Rico involucra las causas que incidieron y motivaron a un pueblo de profundas raíces religiosas, hogareño y orgulloso de la tierra que lo vio nacer a trasladarse a un país prácticamente desconocido; con un idioma diferente; con una cultura y valores totalmente distintos, y, hasta cierto punto, hostil hacia los nuevos inmigrantes.

    La migración puertorriqueña fue motivada por la aspiración, al igual que lo ocurrido en otros países latinoamericanos, a una nueva y mejor vida para el propio migrante, así como para su familia. El objetivo principal de este estudio es profundizar las causas que provocaron la migración hacia los Estados Unidos, junto a las repercusiones sociales y económicas para la Isla que dejaron atrás, a partir de la primera migración a Hawai acaecida en el año 1900.

    El tema que seleccioné aplica concretamente a la realidad presente que vive a diario el puertorriqueño, pues es lamentable el ver a un ser querido o apreciado amigo partir a otra tierra en busca de lo que su propio país le negó. El asunto de la migración puertorriqueña hacia los Estados Unidos ha distanciado a miles de familias que estaban acostumbradas a su entorno cultural y familiar, y ha dejado en las familias de los migrantes la incertidumbre de lo que les depara. Para el Gobierno de su país de origen, ello representa pérdidas en aspectos contributivos.

    Por ende, la presente tesis abarcará temas sobre el nivel educativo del migrante puertorriqueño, entre otros asuntos, comenzando con la primera migración ocurrida en el año 1900 a la isla de Hawai, hasta las más recientes. Asimismo, sobre los principales lugares de destino de los puertorriqueños, y la relación entre la migración y ciertos problemas económicos de Puerto Rico.

    Todas las migraciones de puertorriqueños han tenido sus motivos de la época en cuestión. Lo que no se puede negar es el hecho de que los distintos gobiernos de Puerto Rico, en ciertos momentos históricos, han patrocinado la migración o, al menos, han facilitado el éxodo de los trabajadores que no encontraron trabajo en la Isla. El mejor ejemplo es la migración de puertorriqueños a los campos de sembradíos o "fincas" al noreste de los Estados Unidos a partir de la década de 1940.

    Para el Gobierno puertorriqueño, la migración se ha convertido, hoy día, en un gravísimo problema, ya que esta ha provocado una considerable disminución en las recaudaciones, así como una fuga de talentos. El asunto de la diáspora puertorriqueña hacia los Estados Unidos requiere de una atención urgente por parte del Gobierno de Puerto Rico; se deben estudiar con seriedad, objetividad y meticulosidad las causas que la han originado desde el pasado hasta el presente. La situación exige una alianza entre el Gobierno, el sector empresarial, las distintas facciones políticas, entidades privadas y economistas. La universidad tiene mucho que aportar. Aunque las migraciones siempre han existido por diversas razones, la migración puertorriqueña ha causado problemas económicos y de fuga de talentos en Puerto Rico. ¡Es ahora o nunca el momento de actuar!

    Planteamiento del problema

    El problema de esta investigación es la alta tasa de migrantes jóvenes puertorriqueños que se mudan a los Estados Unidos. Se pretende presentar las causas que promueven el aumento de este comportamiento; la hipótesis más concreta es la crisis económica que atraviesa la Isla en la actualidad. Por ende, se desea presentar la relación entre la migración puertorriqueña hacia los Estados Unidos y la situación económica de la Isla. La pregunta de investigación es la siguiente:

    ¿cómo ha contribuido la migración de jóvenes puertorriqueños hacia los Estados Unidos en la crisis económica local?

    Objetivo general

    Fundamentar las consecuencias de la migración de puertorriqueños hacia los Estados Unidos de América en la crisis económica de Puerto Rico, con el fin de presentar alternativas para detener ambas crisis.

    Hipótesis

    Mientras mayor sea la cifra de jóvenes puertorriqueños que se mudan a los Estados Unidos de América, mayor será la decadencia económica del país.

    Variables

    Para efectos de este estudio, se consideran dos variables importantes que están relacionadas entre sí e influyen significativamente en la estabilidad del país. Dichas variables son las siguientes.

    • La migración de puertorriqueños hacia los Estados Unidos.

    • La crisis económica puertorriqueña.

    • Método de investigación

      Para fines de esta tesis se utiliza la investigación descriptiva para abundar sobre la migración de puertorriqueños hacia los Estados Unidos de América y cómo esta afecta a la crisis económica de Puerto Rico, situaciones que han persistido por décadas. El objetivo es explorar, a través de investigaciones anteriores, eventos históricos y reportes de periódicos, cómo se ha desarrollado el dilema de la migración durante la historia de Puerto Rico; también, cómo comienza la crisis económica puertorriqueña. Constantemente, los medios de comunicación nos bombardean con estadísticas y encuestas sobre la problemática; por ende, se utiliza además la investigación explicativa para determinar las causas de este fenómeno. Asimismo, el objetivo es que este trabajo sea considerado para futuras investigaciones relacionadas con el tema en discusión.

      Capítulo 2

      Revisión de la literatura

      La migración de los puertorriqueños hacia otros países no es un fenómeno nuevo en nuestra historia. La mayoría de las veces, esta conducta se debe a una crisis económica, siendo Estados Unidos de América el destino preferido. Por ende, se hará referencia a las migraciones desde la primera migración puertorriqueña conocida en la historia hasta las actuales, y se tendrán en cuenta las causas principales, las razones para tomar esa decisión, las características de los migrantes puertorriqueños, las crisis económicas y demográficas, y si la migración realmente es una solución o un problema que afecta a la economía de la Isla.

      Desarrollo histórico de las migraciones puertorriqueñas

      El primer éxodo puertorriqueño importante que se conoce en la historia ocurrió a principios del siglo XX. Conforme al profesor Rosario Natal (2001), la migración que abarcó el período entre 1900 y 1915 se debió a influencias socioeconómicas, ya que la invasión de los Estados Unidos en 1898 fue un detonante de la pobreza que sufría la Isla en ese momento. Para el año 1901, el gobernador Allen certificó un promedio de 6.000 habitantes que migraron hacia los Estados Unidos de América, cifra que llegó a 90.000 para el año 1944 (Vázquez Calzada, 1968). Y es que las oportunidades estaban, ya que se abrió la brecha de la libertad para viajar a diferentes estados del continente, los vuelos eran más económicos y el mercado laboral era abundante. Para ese entonces, Puerto Rico vivía un período de pobreza inmensa cuya causa principal se atribuyó a la invasión de los norteamericanos y la Segunda Guerra Mundial.

      El gran auge que significó la relación entre los Estados Unidos y una mejor calidad de vida motivó que los puertorriqueños dejaran lo poco que tenían para cumplir con un sueño que finalmente se convirtió en un desengaño. Se dice que, a base de engaños, los puertorriqueños creyeron en la promesa de que en Hawai había un mejor futuro económico, y por eso se da este fenómeno. Durante las primeras décadas de 1900, corporaciones azucareras buscaban puertorriqueños para llevárselos a Hawai; la mayoría venían de las regiones montañosas, tenían que embarcar en Luisiana y eran llevados en tren a California, para llegar por último a Hawai. Su trayectoria no era muy alentadora, y eran amenazados con armas y tratados como indigentes. A veces, estas travesías duraban hasta un mes. No obstante, no todos llegaron hasta Hawai y algunos realizaron sus vidas en Nueva Orleans y California, que son los estados que quedan de camino; otros tuvieron mala suerte y terminaron pidiendo en las calles. La discriminación y el racismo fueron factores significativos en la vida de los puertorriqueños durante todos estos años. Hoy día, los descendientes de los primeros puertorriqueños que migraron a Hawai se han integrado a la vida social hawaiana. La migración a la isla de Hawai fue de tal magnitud que, entre los años 1900 y 1901, cerca de 5.000 puertorriqueños partieron del puerto de Guánica, Puerto Rico, en busca de una mejor calidad de vida (Whalen y Vázquez Hernández, 2002).

      Para ese entonces, el gobernador Allen creía conveniente provocar una masiva migración de puertorriqueños cuya razón fue económica, pues el país vivía una situación de pobreza alarmante. Allen entendía que mantenerlos en la Isla resultaba costoso, pero que mudarse a ciertas regiones de los Estados Unidos fomentaba riquezas para ellos, ya que se los consideraba trabajadores "baratos" en cuanto a la paga. Para esa época, tomó auge el crecimiento de las industrias agrícolas y manufactureras norteamericanas, momento favorable para el éxodo de puertorriqueños hacia los Estados Unidos.

      Finalmente, otros movimientos similares se repitieron desde la década de 1940 hasta la de 1970, empezando con la migración de 150.000 puertorriqueños, que alcanzaron cifras tan altas como 237.000 entre los años 1950 y 1954 (Vázquez Calzada, 1968). Entre 1950 y 1959 se realizó un censo de 460.829 puertorriqueños (Duany, 1999). La concentración mayor fue en la ciudad de Nueva York, aunque Filadelfia, Nueva Jersey y Chicago sintieron el fenómeno. A partir de este momento, surgieron muchas ayudas para fomentar precisamente la migración de puertorriqueños; por ende, se creó un departamento que ofrecía orientación sobre los derechos de los puertorriqueños, al cual llamaron División de Migración (Whalen y Vázquez Hernández, 2002). De hecho, uno de los beneficios que tenían los puertorriqueños era la facilidad de viajar ida y vuelta hacia los Estados Unidos de manera económica, como parte de las estrategias para eliminar el desempleo y la pobreza del país.

      Irónicamente, el panorama de progreso no era lo que esperaban, ya que la mayoría de los migrantes puertorriqueños vivieron en condiciones socioeconómicas muy bajas y con muchas limitaciones. Por ejemplo, conformaban el grupo étnico de mayor deserción escolar, y es que les limitaban las posibilidades de estudiar en centros capacitados porque no eran bienvenidos. La misma situación la experimentaban en el aspecto laboral y de vivienda, y en general solo por su descendencia. Aunque también el motivo principal de su migración se atribuye a las condiciones en que vivían los puertorriqueños en Nueva York por el colapso de las fábricas que fue sucediendo gradualmente.

      No obstante, todas estas decadencias los llevaron a conformar diferentes grupos defensores de sus derechos. Muchas de estas organizaciones llevaron sus quejas a tribunales y ganaron los casos (por ejemplo, Young Lords y el Fondo Puertorriqueño para la Defensa Legal y la Educación, PRLDEF, por sus siglas en inglés; entre otras).

      Por consiguiente, se fomentó que los puertorriqueños se mudaran a otros estados cercanos para buscar mejores oportunidades. Este movimiento tuvo su momento pico para el período de 1970, cuando algunos decidieron irse a otros estados y otros quisieron regresar a la Isla. Ya para el decenio de 1980, los números bajaron a 116.571 migrantes (Santiago y Rivera Batiz, 1996).

      Otro momento significativo de migración en Puerto Rico se dio en el año 2006, cuando la cifra ascendió a 37.000 (Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, 2014). Las razones fueron varias, pero la principal fue la crisis económica, cuya salida los migrantes buscaban trabajando en los campos de sembradíos o "fincas" al noreste de los Estados Unidos de América. Esta crisis se debió influyentemente al desempleo y la obtención de un salario muy por debajo de lo básico (Vázquez Calzada, 1968). Conforme a Rivera Batiz (1989), algunas profesiones específicas son muy bien remuneradas en los Estados Unidos en comparación a Puerto Rico, tales como enfermeros, maestros y policías, entre otras. Consecutivamente hasta el año 2009, más de 300.000 personas que residían en la Isla se mudaron a los Estados Unidos, según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (2014).

      Se estiman cerca de 100.000 desde el 2013 hasta abril del 2014 (Marrero, 2014). Nunca se detuvo la migración y, aunque existen momentos pico, la realidad es que este comportamiento forma parte de la cultura puertorriqueña. Es preciso aclarar lo que se define como un puertorriqueño para el Gobierno norteamericano: "Un puertorriqueño de los Estados Unidos, conocido como "puertorriqueño estadounidense" [en inglés: Stateside Puerto Rican o Puerto Rican American], es un ciudadano estadounidense nacido en Puerto Rico o en uno de los estados de los Estados Unidos de América, de padres de origen puertorriqueño, y quien ha vivido una parte significativa de su vida en uno de los estados de los Estados Unidos o en Washington D.C.". La definición de lo que es un puertorriqueño para el Gobierno de los Estados Unidos es tan interesante que, inclusive, aún en la década de 1930 los estadounidenses llamaban a los naturales de la Isla "los españoles de Puerto Rico"; todo ello, debido quizás a la influencia tan marcada de la cultura española en la Isla o a que España les había concedido a los puertorriqueños la ciudadanía española (todavía hoy es tema de debate si la ciudadanía española desapareció al concederse la de los Estados Unidos).

      A causa de la necesidad de combatientes para la Primera Guerra Mundial y por detener las ansias de miles de puertorriqueños por lograr su independencia política, el Gobierno de los Estados Unidos les concedió a los nativos de la Isla la ciudadanía estadounidense en 1917. Es dentro de ese marco que hay estudiosos que alegan que a los puertorriqueños no se los puede considerar como migrantes, pues son ciudadanos de los Estados Unidos. Mi punto de vista como puertorriqueño es que la concesión de la ciudadanía en 1917 no alteró el estatus colonial de la Isla y esta vergonzosa situación colonial fue encubierta en 1952 mediante la creación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. A miles de puertorriqueños se los engañó al decirles que los vestigios coloniales habían sido resueltos, cuando la realidad, conforme al derecho internacional, es que el estatus de Puerto Rico ha sido siempre ilegal. Por tanto, los puertorriqueños que van a los Estados Unidos en busca de mejorar su calidad de vida son tan migrantes como cualesquiera personas de otro país, independientemente de que son ciudadanos estadounidenses de segunda clase o inferiores políticamente a los de la metrópolis. Aclarado el entuerto de si los puertorriqueños son migrantes o no lo son cuando parten a los Estados Unidos en busca de trabajo, procedo a profundizar en mi tesis.

      Uno de los asuntos migratorios que más se estudian estadísticamente es el aumento o el decrecimiento del número de personas que migran. En el caso que trato, es evidente que la migración puertorriqueña, salvo algunas excepciones, se ha mantenido creciendo como lo demuestran los datos a continuación.

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      Tabla 1. Algunas de las residencias seleccionadas por los puertorriqueños.

      Los estados que se muestran en la tabla de residencias seleccionadas (Tabla 1) son los que más han escogido los puertorriqueños durante las últimas décadas para hacer una nueva vida. El estado de Florida es el preferido de los puertorriqueños que parten de la Isla; el de Nueva York, en cambio, ya no es el predilecto de los habitantes de la Isla, a pesar de que hubo en este un incremento de 20.265 personas. El estado de Nueva York, otrora destino casi obligatorio de los puertorriqueños que buscaban trabajo, ha recibido personas de origen puertorriqueño, pero mayormente de otros estados de la nación. Decidí incluir el estado de Hawai en la tabla de residencias seleccionadas, pues fue el primer gran destino de la diáspora puertorriqueña. Sobre el estado de Florida abundaré más adelante, ya que lo considero una apropiada muestra para explicar el porqué de las más recientes migraciones hacia los Estados Unidos.

      Por medio de la tabla de residencias seleccionadas por los puertorriqueños ha quedado evidenciado que la migración de los nativos de la Isla va consistentemente en aumento (véase el Apéndice A sobre la distribución porcentual de los migrantes según la edad, la preparación académica y el género).

      Causas de la migración puertorriqueña

      Para fines de este estudio, la migración se define como el "desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente por causas sociales o económicas" (DRAE, 2014). Esto implica dos situaciones: cuando los individuos entran a un país o, por el contrario, cuando deciden salir de ese país (esto último se conoce mejor como "migración"). En el caso de Puerto Rico, nos referimos a la salida o reubicación de residentes hacia estados del continente norteamericano, conducta que ha sido estudiada por décadas, ya que es un fenómeno que se da constantemente.

      Expertos tales como Duany (1993, 1999, 2001), Rosario Natal (2001), Vázquez Calzada (1963, 1968) y Rivera Batiz (1989) han estudiado los posibles factores que fomentan la migración de Puerto Rico hacia los Estados Unidos. Definitivamente, todos acuerdan que el desempleo, la crisis económica y la calidad de vida son factores determinantes para migrar a otro país más desarrollado. Cuando las personas deciden migrar es porque ven el estancamiento económico y buscan alternativas para conseguir trabajo o ganar más por el bien propio y/o de sus familias. De hecho, está pasando: "La crisis económica (con pérdida de empleos, aumento en imposiciones contributivas, reducción de salarios, y alta preocupación por la seguridad y criminalidad, entre otros) ha levantado una nueva oleada migratoria con cifras extraoficiales que apuntan hacia más de 3.000 personas que se van cada mes" (Otero, 2014a).

      Es decir que, en la actualidad, Puerto Rico cuenta con un estimado de 3,5 millones de puertorriqueños (40%) versus 5 millones que residen actualmente en los Estados Unidos (60%); para el 2003, era de 3,8 millones de habitantes (Otero, 2014b). Y es que la mayoría optan por irse con toda su familia y por eso se agrava más la crisis.

      Las razones más comunes de la migración puertorriqueña

      Como se mencionó anteriormente, la migración masiva es fomentada por el desempleo y la obtención de un salario relativamente bajo conforme al nivel de vida. Otro factor a considerar es la calidad de vida en cuanto a seguridad. Existe una variedad de casos en donde jefes de hogar deciden abandonar la Isla en busca de mejores salarios y para no quedarse desempleados. Un ejemplo de esto aparece en un reportaje del periódico El Nuevo Día que se titula "Recogerán melones en Estados Unidos por mejor paga", fechado el 6 de abril de 2014 (Santiago Caraballo, 2014). Los protagonistas de esta historia son tres jóvenes entre los 19 y los 31 años que decidieron solicitar trabajo en una compañía norteamericana dedicada al recogido de melones.

      Esta compañía, llamada R&R Harvesting Inc., ha reclutado a más de 10 puertorriqueños que trabajan 35 horas semanales de lunes a sábado, cuyo pago salarial es de $10,26 por hora (en adelante, $ equivale a dólares), mientras que en Puerto Rico, con la misma jornada, el salario es de $35 diarios, como se observa en la Figura 1.

      Estas son razones bastante atractivas para quienes tienen familia y desean buscar una mejor calidad de vida. Y esta tendencia aún continúa, ya que el antropólogo Ismael García Colón afirma que entre 1.000 y 2.000 puertorriqueños viajan a los Estados Unidos para trabajar en tareas agrícolas durante las temporadas de mayor demanda, conforme a una encuesta que hizo en el 2010 (Delgado, 2014).

      Dicha encuesta entrevistó a 196 participantes; el 73% de ellos confirmaron ser residentes de Puerto Rico (Delgado, 2014). Aún más increíble es que muchos de estos obreros puertorriqueños (que adoptaron este estilo de vida desde la década de 1960) traen a sus hijos y/o amigos a trabajar la tierra.

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      Figura 1. Salario bruto. Esta gráfica expone la diferencia entre el salario que ganaría un puertorriqueño al recolectar melones en la compañía norteamericana R&R Harvesting Inc. y la remuneración que recibiría si fuese una manufacturera local con el mismo horario. Evidentemente, existe una diferencia de $149,10. Este análisis se basa en la información obtenida en Santiago Caraballo (2014).

      Entre los destinos preferidos están en primer lugar el estado de Florida (la ciudad de Orlando, principalmente), en donde muchos consideran que hay "un mejor negocio […] por los servicios, la seguridad y la comunidad que encuentran" (Otero, 2014a). En segundo lugar está Texas, que se ha convertido también en otra "tierra prometida" para muchos boricuas. Estadísticas recientes como la que presenta la demógrafa Judith Rodríguez estiman que, durante el período entre 2013 y 2014, se han mudado cerca de 100.000 puertorriqueños (Marrero, 2014). Si lo comparamos con los de años anteriores, el registro se acerca a la crisis vivida en la década de 1980, cuando 116.571 puertorriqueños (Santiago y Rivera Batiz, 1996) decidieron migrar fuera del país. No obstante, este fenómeno se da durante una década versus la tendencia reciente que va por año, que es aún más preocupante. Es decir que la razón principal para migrar a los Estados Unidos sin duda es un mejor salario y, por supuesto, poder encontrar empleo.

      Capítulo III

      Otros tipos de migración

      Aunque sé que muchísimas personas pueden discrepar de mi parecer respecto de este capítulo, es mi deber de universitario expresar mis puntos de vista sobre tal o cual asunto mediante el convencimiento intelectual, y no a través de la imposición de mis criterios por medio de la fuerza o cualquier otro método violento. Para mí, el alistamiento militar y el asistir a universidades fuera del país que nos vio nacer y criarnos son tipos o categorías de migración. Como puertorriqueño, sé por mi propio conocimiento que la mayoría de los compatriotas que se alistan en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos lo hacen por motivos económicos y por asegurarse un futuro mejor cuando sus fuerzas físicas mengüen, independientemente de que pueda llegar el momento de ir al campo de batalla. Por otro lado, el obtener educación universitaria en otro país no implica que ello sea algo malo; de hecho, en muchas situaciones se debe hacer para obtener una educación de calidad o por la carencia de una materia universitaria que no se ofrece o se negó en el propio país.

      Ahora bien, a lo que me refiero es que los que se alistan en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, así como los que se matriculan en universidades de ese o de cualquier otro país, dejan de aportar a las finanzas del Gobierno y contribuir al desarrollo del país con sus capacidades. Si los puertorriqueños que parten de su Isla, ya sea para ingresar a las Fuerzas Armadas o para hacer una carrera universitaria en los Estados Unidos, no se quedan a residir permanentemente en los Estados Unidos continentales y regresan a su terruño, entonces el país (Puerto Rico) se beneficia con los conocimientos adquiridos por ellos. Aunque no tengo todos los datos estadísticos para probar fuera de toda duda mis argumentos, todo puertorriqueño sabe

      que muchísimos de los que ingresan al Ejército de los Estados Unidos y a las universidades estadounidenses terminan quedándose a vivir permanentemente en ese suelo. ¡Aquí es donde radica mi preocupación en este asunto!

      Sobre el tema que trato en este capítulo, incluyo dos tablas sobre los puertorriqueños que en algún momento de sus vidas han partido de la Isla, ya sea para ingresar a las Fuerzas Armadas o a las distintas universidades de los Estados Unidos.

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      Tabla 2. Participación de puertorriqueños en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

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      Tabla 3. Algunos de los países con un número mínimo de 1.000 estudiantes que asisten a las universidades de los Estados Unidos.

      Fundamentados en la Tabla 3, algunos estudiosos del fenómeno migratorio de Puerto Rico podrían plantear que el número de 13.230 puertorriqueños que estudian en universidades de los Estados Unidos no es una cifra para alarmarse, y que Puerto Rico cuenta aún con suficientes estudiantes universitarios y profesionales en la Isla para "echar hacia adelante al país". Este argumento no es del todo cierto, pues cada año, a manera de ejemplo de lo que pretendo demostrar, tan solo en el Recinto Universitario de Mayagüez se lleva a cabo una feria de empleo en donde se dan cita más de 200 compañías de los Estados Unidos con el fin de reclutar graduados de dicho Recinto. Y, como si fuera poco, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) recluta anualmente ingenieros puertorriqueños. El asunto del reclutamiento de puertorriqueños en distintas áreas del saber humano para ir a trabajar a los Estados Unidos ha sido tan impactante que incluye al campo de la salud y de la seguridad pública.

      Según la Dra. María E. Enchautegui, el Censo 2000 arrojó que fueron 7.631 personas nacidas en Puerto Rico de 20 años o más, que migraron a los Estados Unidos entre 1995 y 2000, quienes estaban asistiendo a la universidad. Esto, añade la Dra. Enchautegui, equivale al 8% de todos los que migraron para esos años. Los datos de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y en Río Piedras ponen la cifra de graduados que se marchan a estudiar a la nación estadounidense entre el 8 y el 10%. No se puede concluir que estas personas regresarán a Puerto Rico y aplicarán allí los conocimientos aprendidos en Estados Unidos, pero sí se puede determinar que el grupo de personas que dejan la Isla para irse a estudiar a los Estados Unidos es pequeño en relación con el flujo migratorio total de los años arriba mencionados (Enchautegui, 2008).

      Mi punto de vista sobre los datos y análisis certeros de la distinguida Dra. Enchautegui es que su informe se redactó en el año 2008, basado en la documentación estadística que se tenía para ese entonces. Ahora bien, el número de 13.230 puertorriqueños que para el año 2014 estudian en los Estados Unidos arroja una diferencia de 5.599 estudiantes con respecto a los 7.631 del Censo 2000. Aunque el incremento de los 5.599 en un período de 14 años no es asombroso, sí evidencia que cada vez son más los estudiantes puertorriqueños que optan por hacerse de un título universitario en la nación estadounidense y no en su propio país.

      Otro asunto que encontré interesante en el informe de la Dra. Enchautegui es que en el Censo 2000 hubo un número de 135.000 personas nacidas en Puerto Rico que poseían un grado de bachillerato (licenciatura), maestría o doctorado (BMD), que residían en los Estados Unidos. De estas, 18.211 habían radicado residencia en los Estados Unidos entre los años 1995 y 2000. Por otro lado, y de conformidad con el mismo informe, la pérdida neta anual de profesionales puertorriqueños que parten hacia los Estados Unidos se situó entre 2.000 y 2.400 (Enchautegui, 2008).

      Lo descubierto por la Dra. María E. Enchautegui confirma mi punto de vista con respecto a que un número de importancia de estudiantes puertorriqueños que asisten a las universidades de los Estados Unidos se queda residiendo en ese país, y no es menos cierto que los puertorriqueños que ingresan a las Fuerzas Armadas hacen lo propio. De hecho, los boricuas que en la Isla solemos llamar "puertorriqueños de segunda y tercera generación" son los descendientes de los puertorriqueños que migraron hace décadas para trabajar en la agricultura, así como de los militares boricuas que se alistaron en las Fuerzas Armadas y, durante los últimos años, de los estudiantes universitarios.

      No debo concluir este capítulo sin antes aclarar que no estoy en desacuerdo con el ingreso de puertorriqueños al Ejército de los Estados Unidos ni tampoco con las aspiraciones de muchísimos de mis compatriotas a estudiar en el lugar o país que entiendan que más les favorece; tan solo me preocupa que estos no regresen a su patria, acompañados de sus experiencias y nuevos conocimientos adquiridos. Asimismo, he aprendido a través de la redacción de esta tesis que la migración tiene unas características generales y otras particulares de cada país; por ejemplo, las primeras migraciones puertorriqueñas fueron a causa del altísimo desempleo en la Isla. Aparte de ello, las de los últimos treinta y pico de años tienen el elemento del desempleo en unas ocasiones, pero en otras tienen también la búsqueda de una mejor calidad de vida, pues el alto costo de la vida en Puerto Rico es insostenible para miles de familias. A manera de ejemplo, el ingreso promedio anual es de $19.518, lo que está muy por debajo del de la nación estadounidense. Reconozco, además, que el alistamiento de miles de puertorriqueños en las Fuerzas Armadas y los estudiantes universitarios que trabajan en la nación son una fuente importante de remesas, necesarias para el sustento de las familias que no pueden acompañarlos por el momento.

      Para concluir este capítulo, muestro una relación comparativa del número de migrantes por ocupación para los años 2010, 2011 y 2012.

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      Tabla 4. Número de migrantes de Puerto Rico según su ocupación (se seleccionaron algunas ocupaciones de 24 que aparecen en la estadística).

      Conforme a la Tabla 4, la migración de puertorriqueños con títulos universitarios y demás trabajadores diestros hacia los Estados Unidos requiere de una revisión de la política educativa del Gobierno; de las aspiraciones de los trabajadores y de las necesidades del sector empresarial para tratar de detener el flujo migratorio de los nacidos en la Isla.

      Capítulo IV

      Algunas consecuencias de la migración Impacto de la fuga de cerebros (talentos)

      A modo de ejemplo, seleccionaré a los profesionales de la salud, quienes tienen sobre sus hombros la salud y el bienestar emocional del pueblo. Debido a la migración, Puerto Rico ha perdido en los años 2010, 2011 y 2012 el número de 4.018 profesionales.

      Impacto familiar

      La nueva ola de puertorriqueños que abandonan la Isla para buscar trabajo en los Estados Unidos u otros países propicia que cada vez más los ancianos queden sin una red de apoyo de familiares cercanos, que suele ser fundamental para este segmento poblacional (Cordero, 2004).

      Asimismo, el proceso migratorio puede crear tensiones entre los familiares del trabajador migrante y, en los casos extremos, ocasionar la desintegración de la familia. Aunque esta situación no es la norma, de existir la posibilidad de que ello pueda ocurrir en el hogar del trabajador migrante, se debe solicitar la ayuda inmediata de un consejero espiritual o profesional.

      Impacto sobre las finanzas del Gobierno

      Mientras menos trabajadores haya ocupados en la fuerza laboral del país, menores serán las recaudaciones, lo cual afectará los servicios a la ciudadanía y compromisos de pagos del Gobierno.

      El poder adquisitivo del Gobierno de Puerto Rico se ha reducido en un 9% durante la última década, lo cual, sumado a los fuertes recortes que se avecinan, afecta seriamente a su capacidad para dar servicios. Un examen de los ingresos y gastos del Gobierno, ajustados a la inflación, muestra con claridad el panorama. Para 2005, los gastos públicos fueron de $9.311 millones; esto equivale a una capacidad de compra de $11.193 millones a los precios de hoy, y significa $1.593 millones más de lo que tiene el Gobierno en gastos para el actual año fiscal. De hecho, esa incapacidad del Gobierno de cubrir sus gastos impulsó el endeudamiento público que, en parte, afectó seriamente las finanzas y causó una degradación en el crédito de Puerto Rico.

      El Gobierno de Puerto Rico les debe a los bancos la cantidad de $73 billones en préstamos. Las pésimas decisiones administrativas de los gobiernos de turno, la falta de un programa serio de gobierno para fomentar la creación de diversas industrias nativas controladas por gerentes puertorriqueños, la falta de voluntad para resolver el estatus político de Puerto Rico, la politiquería de los partidos políticos y el contar con los fondos federales como un "salvavidas", en vez de fomentarse el capital puertorriqueño, han llevado al Gobierno al lugar en que se encuentra; ante este panorama, no abona a la solución la migración imparable de puertorriqueños mayormente hacia los Estados Unidos por causas de una mejor calidad de vida y falta de trabajo. De hecho, se estima que la migración boricua podría generar a la economía de Puerto Rico la pérdida de casi $2.000 millones en ingresos, debido a los 300.000 puertorriqueños que han migrado o que lo harán hasta el año 2020 (Díaz, 2013).

      Capítulo V

      Dos épocas distintas, pero con la misma aspiración

      Como parte de esta tesis, decidí entrevistar a dos personas muy cercanas a mi vida, el uno, mi padre, y el otro, un amigo de la niñez. Todo ello para conocer por qué resolvieron partir a tierras lejanas y extrañas, llena de culturas diversas, sin saber lo que les depararía el futuro. Mi padre representa al trabajador agrícola, y mi amigo, al trabajador industrial.

      Estoy muy consciente de que la muestra de dos personas en el universo de miles de puertorriqueños que migraron a los Estados Unidos no es del todo confiable, pero lo que he pretendido con las dos entrevistas que presento a continuación es descubrir el pensamiento de dos generaciones de boricuas y si esa diferencia en edad (40 años) influyó de alguna manera en sus decisiones de migrar hacia los Estados Unidos.

      Entrevista 1

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      Entrevista 2

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      Comentarios acerca de las entrevistas a los Sres. Martínez Milán y Márquez Rosado

      De las entrevistas se desprende que los dos motivos expresados por los entrevistados para partir hacia los Estados Unidos armonizan con la razón para mudarse de los que parten rumbo a Florida (véase Figura 3), en la que el 28% de los encuestados afirmaron motivos de situación económica personal. Por otro lado, el 46% indicó en la misma encuesta razones de una mejor calidad de vida. Cuando el Sr. Martínez Milán migró a los Estados Unidos, fue a trabajar a una finca agrícola y este trabajo era el que llevarían a cabo la mayoría de los migrantes puertorriqueños para la época; no obstante, la partida del Sr. Márquez Rosado ocurrió cuando aún migraban trabajadores boricuas para las fincas, pero al mismo tiempo para trabajar en las fábricas como obreros, mayormente en los estados de Nueva York y Nueva Jersey. Además, en el momento en que el Sr. Martínez Milán migra, había en la Isla un alto nivel de desempleo; en cambio, cuando el Sr. Márquez Rosado lo hace, Puerto Rico estaba pasando por un proceso de transformación de una economía agrícola a una industrial.

      Otro aspecto acerca de las respuestas de los entrevistados es que ambos tienen un nivel escolar bajo, lo que les dificultaría encontrar un trabajo con mejor remuneración y beneficios; asimismo, ninguno de los dos dominaba el idioma inglés al momento de migrar, lo que era la norma de la mayoría de los puertorriqueños que migraban a los Estados Unidos. De hecho, uno de los motivos de los puertorriqueños para ingresar a las Fuerzas Armadas era aprender el idioma inglés, junto a los demás beneficios que recibirían.

      Finalmente, los Sres. Martínez Milán y Márquez Rosado, aunque vivieron por más de 10 años en los Estados Unidos, decidieron regresar a su terruño tropical, que es lo que más anhelan los trabajadores migrantes puertorriqueños, a pesar de que sus compromisos y situaciones económicas se lo han impedido en muchísimas ocasiones.

      Capítulo VI Metodología

      Características de los migrantes puertorriqueños

      La mayoría de estos obreros provienen de pueblos tales como Villalba, San Lorenzo, Yauco, Isabela, Caguas, Patillas y San Sebastián, el primero de los cuales ostenta el mayor número conforme a la encuesta del antropólogo García Colón (2010, en Delgado, 2014). De hecho, en el Apéndice B se encuentran datos más detallados sobre estas estadísticas.

      Mucho se dice que los boricuas que deciden abandonar el país son personas talentosas o, por lo menos, son más preparados que en décadas anteriores. Conforme a los datos presentados por el Censo 2010, en el período entre 2006 y 2011, los migrantes se encontraban entre las edades de 18 a 44 años, el 84% tenía diploma de cuarto año (en algunos casos alcanzaron grados menores), el 11% contaba con un bachillerato y el 5% alcanzó un posgrado (Otero, 2014a). Un ejemplo de esto ocurrió para el año 2012, cuando cerca de 2.500 maestros abandonaron el país, mientras que otras profesiones del área de servicios sobrepasaron las 10.000 personas (Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, 2014).

      Datos recientes muestran que la brecha entre migrantes de regiones rurales y urbanas es cada vez más cercana, con cifras de entre el 53 y el 47%, respectivamente (Caquías Cruz, 2014). También, son los hombres quienes encabezan las cifras de migración con un 61%, cuyas edades son inferiores a los 35 años de edad (41% de los encuestados). Curiosamente, la mayoría de ellos poseen un nivel educativo de bachillerato y abarcan un 48%. Ya que el 46% se encuentra desempleado, el 23% admite que consigue dinero "en lo que aparezca", y, por ende, la razón más convincente para mudarse a los Estados Unidos es tener una mejor calidad de vida (Caquías Cruz, 2014). Comparando estos datos con décadas anteriores, definitivamente el puertorriqueño de hoy posee muchas ventajas en cuanto a que son más preparados académicamente, poseen experiencia laboral y dominan o tienen un conocimiento del inglés, lo que los convierte en bilingües, candidatos idóneos para el mundo laboral del continente norteamericano.

      Tal como mencioné, abundaré sobre el estado que se ha convertido en el "escape" de los puertorriqueños que buscan una mejor calidad de vida, ya sea por medio de la obtención de una mejor paga por los servicios rendidos; por conseguir una educación superior para sus hijos; por aprender el idioma inglés; por conseguir trabajo o, sencillamente, por escapar de la criminalidad que agobia a la Isla, debido mayormente al trasiego de drogas ilícitas. Este estado es Florida. El clima de Florida, aunque no del todo, es parecido al de Puerto Rico. Su topografía tiene ciertas similitudes y cuenta con una gran población de origen hispanoamericano que habla el idioma español y gusta de la música tropical. Por otro lado, el estado de Florida está descollando económicamente y su creciente población le está concediendo poder político en el Congreso. Por esta y otras razones, Florida es por lógica el lugar preferido de los puertorriqueños que parten de la Isla o viven en otros estados de la nación.

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