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El concepto de revolución en la consolidación de la república 1796-1830 (página 2)



Partes: 1, 2

En esta etapa a la palabra revolución se
le reconoce por el poder para crear estímulos de
identificación o de rechazo, muchas divisiones en ambos
bandos, existía confusión en algunos y agresividad,
en otros que buscaban imponerse, ya sea con los rebeldes
revolucionarios o con los promonarquicos que manifestaron su
afán de aliarse a los ejércitos realistas, era de
relevancia dar estabilización de la voz
revolución, su fuerza para transmitir y hacer
inteligible la realidad de la liberación, ya sentida en
alguna partes más que en otras, .por lo que se enarbolan
los símbolos patrios, se realizan ceremonias de
iniciación a las filas patrióticas, se deslindan
espacios para la confrontación, así también,
se comienzan a reconocer a los héroes. Asimismo, los
patriotas, mostrando mayor agresividad y confrontación, lo
que insinuaba acciones de patriotismo muy enlazadas con la
violencia y los resultados que de ella se logran, la reconquista
de Caracas por Bolívar, en agosto de 1813 que venía
de realizar la campaña de liberación de gran parte
del territorio, con la Campaña Admirable, había
sido reconocido en Mérida como Libertador y Jefe Supremo
que dirige la guerra que continuará con un mayor
encarnizamiento.

En todas las circunstancias posibles de la vida durante
la guerra a partir de su determinación, con esta
dinámica a la vuelta de pocos años se invierten los
signos, revolución, dejando de ser el negativo de la
lectura histórica, para convertirse en el elemento
positivo que determina su objeto y la validez a su
análisis. Por ello, estimo que en los momentos
embrionarios durante el acontecer del hecho independentista, la
heterogeneidad del momento, se hizo presente por la diversidad
cultural que algunos de sus representantes exhibió,
estando muy influenciado por condiciones externas, como causa que
imprime movimiento al hecho revolucionario, tal fue el caso
particular de Simón Bolívar, libertador y Jefe
supremo.

2.3 LA PALABRA REVOLUCIÓN DURANTE LA TERCERA
REPÚBLICA
La palabra revolución, su voz y
continua repetición con nuevos triunfos que enarbolar y
con elevadas dosis de sentimiento patriótico que exhibir,
que se refiere en él, lenguaje convencional, en los modos
más diversos pero con un significado cada día
más claro para unos y para otros, lo dinámico de la
revolución, lo frio y lo caliente, está
ligado en estos tiempos difíciles al de
conspiración, rebeldía y rebelión. En
Angostura se instaura la Tercera República, con la batalla
de San Félix librada por Manuel Piar en abril de 1817, con
el rico territorio de Guayana en manos patriotas y el camino de
Oriente libre, con el Orinoco disponible en su vasta
extensión, la Republica se asentó en forma
definitiva. Tal es el caso, de la acusación de Manuel
Piar, siendo este un héroe reciente, se le acusa sin mayor
desplantes de "haber proyectado una conspiración para
destruir el actual gobierno, y asesinar a los hombres blancos que
sirven a la republica" (Proceso al General Piar,
1817)[31], que sin lugar a dudas, permitió
después de su ejecución atemorizar y robustecer la
autoridad de Bolívar, para emprender la guerra contra el
enemigo común, que es directamente el General Morillo. Se
llega al año 1819, con el Congreso de Angostura, con muy
poca legitimidad, por la poca voluntad de los ayuntamientos
más representativos del país, en la reunión
del Congreso Constituyente en Angostura, hoy Ciudad
Bolívar. Estando realizando Bolívar, su
vocación libertaria en su afán de vincular
estratégicamente, en función de la lucha, dos
antiguas circunscripciones contiguas, pero muy diferenciadas de
la monarquía española como el Virreinato de la
Nueva Granada y la "antigua" Venezuela, para que, juntas, sendas
entidades pudieran política y militarmente alcanzar mejor
el cometido[32]Con este discurso se le imprime al
concepto revolución una dimensión de
democratización con una proyección continental,
entramando nuevas articulaciones a partir de las referencias
culturales muy heterogéneas de las que forma parte, como
revolución americana.

Es de interés notar, como lo refiere Soriano, que
él, Congreso de Angostura, es expresivo de la
adopción definitiva del tipo constitucional-liberal,
coherente con el proyecto de Constitución que
Bolívar imaginaba para regir los destinos de Venezuela. Lo
cual es del todo inconsistente con el entendido que se le ha dado
a la revolución Bolivariana en el Siglo XXI,
pareciera que existe una intencionalidad oculta de tergiversar el
profundo sentir liberal del libertador, quien reconoce a la
revolución en una forma de sincretismo republicano,
como una vía posible para restablecer la gobernabilidad,
cuando esta no cumpla o se haya desviado de los propósitos
esenciales para la cual se convino, como condición del
pacto nacional. De allí, la significación de la
revolución como "una mudanza brusca en la forma de
gobierno", concepto muy presente en toda nuestra vida republicana
hasta la actualidad, para lo cual la guerra y la
participación en la misma, en letras de Castro Leiva
(1990:102) "ser virtuoso, en el hacer de la
revolución significa ser héroe" siendo la
guerra el escenario apropiado para mostrar que "solo el
sacrificio y la muerte persuaden absolutamente"; la
expresión "el arte de hacer una revolución feliz",
su felicidad e infelicidad está en relación
fortuita más sobre la probabilidad de una
casualidad-maquinada por instigadores- que en una causalidad
resultante de un devenir irresoluble.

Con la voz revolución entonada por los
ejércitos patriotas, como la chispa de la independencia y
el desenlace de la guerra como un resultado plausible, se logra
de forma sistemática la independencia de España,
Con tres formas muy evidentes de concebir a la revolución.
La primera, revolución asociada con la
destrucción de los vestigios de la monarquía, y el
anticlericalismo, por el rol que representó la iglesia
como instrumento y sustento de la dominación para el
régimen colonial. Por otra parte, el peligro que
podría significar en nuestro territorio se hiciera
presente los efectos expansivos de la anarquía como
ocurrió en Francia. La segunda, se invoca la modalidad de
revolución referida a la legítima defensa, frente
al yugo opresor que se intentaba imponer, para lo cual era
indispensable reafirmar la fidelidad monárquica. Sin
embargo también se puede apreciar una tercera línea
de conducta, con respecto al momento histórico y a la
aplicación extendida del término,
revolución falsa, sin compromiso, que aún
hoy se hace presente en nuestras realidades políticas, es
la de los indecisos, los no convencidos, de la elite criolla y
mantuanos, que reclaman la mayor de las cautelas, invoca a la
prudencia en los actos, ante los acontecimientos previsibles por
venir.

2.4 LA PALABRA REVOLUCIÓN DURANTE LA CUARTA
REPÚBLICA
Durante este periodo, de la cuarta
República, la palabra revolución,
sufrió una mutación semántica, ante la
necesidad de justificar la violencia y el horror provocado por la
guerra, requiriendo ahora estabilidad para la implantación
de la republica sobre bases sólidas y de carácter
democráticas en favor de la gobernabilidad y la
permanencia. La revolución se oculta ante la relativa paz
y pacificación del territorio, queda reservada a los
grupos insurgentes dentro de las filas del ejército,
oficial o de montoneras[33]que mostrara sus
disconformidades con la línea de mando o sus superiores
invocando la revolución como una manera de hacer notar su
conducta insurreccional ante el orden legitimo establecido y es
una conducta recurrente en nuestra vida republicana sin haberse
logrado los fines legítimos propuestos una vez superada la
guerra.

. El triunfo de Bolívar, primeramente en
Boyacá en 1819 con la libertad de Nueva Granada, la
constituyente en Cúcuta, se inicia un período de
convivencia política de estas regiones, la antigua
Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada, ahora en su
proceso de cambios en lo jurídico, para convertirse en la
Gran Colombia, todo lo que su integración y
conformación por los problemas de concurrencia de poderes,
comunicación y organización que ello
supondría para lograr finalmente la integración.
Adicionalmente, con la victoria republicana en Carabobo, el 24 de
junio de 1821, se sella la libertad y se consolida conforme a la
Constitución de 1819, reformulada en Cúcuta, por lo
que Venezuela era uno de sus departamentos. Lo que provocó
la convivencia simultánea, como lo refiere Soriano, de
tres tipos de legitimidad: el tradicional en las municipalidades,
carisma en los caudillos y racional legal otorgado por la
Constitución en los cargos político-administrativo,
con el agravante de una incipiente e improvisada burocracia.
Tales condiciones contradictorias produjeron momentos de crisis
políticas cruciales para la región, que
tendrán severas implicaciones al concepto
revolución en nuestro país en el periodo
1821-1830. El primero, es el asunto de la "Cosiata" cuya
expresión popular como farsa teatral "la cosa", "lo que
pasaba", devino en transformaciones del lenguaje en "La Cosiata"
(cosa sin importancia) o revolución de los
morrocoyes.
El movimiento estalló en Valencia el 30 de
abril de 1826, acaudillado Constitución de
Cúcuta[34]y romper con la sujeción a
las autoridades de Bogotá, pero su efecto fue el separar a
Venezuela de la Gran Colombia. Lo segundo, es la
manifestación de los personalismos representados en
bolivarianos, paecistas, santanderistas y otros que
emergían ante el transito institucional y la ausencia de
un "orden nuevo" como refiriera Bolívar en carta a Daniel
Florencio O`Leary fechada en Guayaquil el 13 de septiembre de
1829, "Los hombres y las cosas gritan por la separación,
porque la desazón de cada uno compone la inquietud
general. Últimamente, la España misma ha dejado de
amenazarnos; lo que ha confirmado más y más que la
reunión no es ya necesaria, no habiendo tenida esta otro
fin que la de concentración de fuerzas contra la
metrópoli." Pero ello resultó como una
demostración de la ambición y el protagonismo por
encima de cualquier otra razón subordinada, hecho
contrario también al espíritu y sentir republicano.
Según el sentir de sectores federalistas, la
Constitución de 1811 es "la única que ha sido
formada con arreglo a principios de los gobiernos
representativos" (Blanco y Azpúrua, 1977, VIII, 236). Lo
que era una manifestación de la diversidad de visiones y
lenguajes ya existente, entre los sectores civiles y militares,
actores que se habían distanciados por el personalismos y
la existencia de reductos capaces de aliarse con "godos
americanos para tramar una insensata contrarrevolución"
(el Correo Nacional, nº 3, 23- VIII-1821), representativo de
la poca unidad alcanzada, con la revolución, por el
afán de protagonismo políticos de los sectores que
sobrevivieron a la guerra y se aprovecharon de los efectos
provocados, -desorden, tumulto, desolación- por la
ausencia de una visión colectiva compartida, con el ser
republicano que se integra, en la construcción del
bienestar general de la colectividad. Los personalismos han
persistido de manera recurrente en nuestra historia intelectual,
continua negando la esencia republicana, de allí el alerta
de Santander a Bolívar, en su carta, señalando que
los cambios en la Constitución, hechos de cualquier modo,
la vician en sus fundamentos, "y este vicio constantemente
servirá de argumento a los descontentos y facciosos para
subvertir el orden establecido" (Carta de Santander a
Bolívar, 21-IX-1826, O´Leary, 1981, t.3, 293)
condición por demás reveladora de las apetencias de
los sectores con los que está identificados A ese respecto
es emblemático el comportamiento de Páez, al no
admitir en mayo, las acusaciones de que era objeto desde
Bogotá, esgrimiendo la responsabilidad de otros en las
acciones separatistas y le hace manifiesto a Bolívar su
aborrecimiento al desempeño del mando, el cual dice tuvo
que tomar y ponerse a la cabeza de la revolución
para evitar la anarquía. Manteniendo entendida la
rivalidad manifiesta, entrego el mando como Comandante General, a
su acusador Juan de Escalona, pero se declaró de
inmediato, durante el mes de abril, en franca rebelión, la
agitación se extendió por toda la ciudad
carabobeña, sucediéndose revueltas "al ídolo
se le arrancó de cuajo de su casa, lo cargo la multitud en
hombros, lo llevo hasta la municipalidad y lo instalo en su trono
para que desde ese día mandara, como en efecto
mandó, porque el ilustre Concejo de Valencia,
"considerando inevitable el suceso, y coincidiendo con la
voluntad general del pueblo, determinó: que su Excelencia
reasumiese el mando". La municipalidad de Caracas en
sesión multitudinaria del 5 de mayo de 1826 apoya el
pronunciamiento de Valencia. El 14 de mayo de 1826, Páez
prestó juramento ante el gobernador Fernando
Peñalver "por Dios y los Santos Evangelios, ofreciendo
guardar y hacer guardar las leyes establecidas, con
condición de no obedecer las nuevas órdenes del
gobierno de Bogotá". Posteriormente, con la
Convención de Ocaña quedó manifiesto el
personalismo de Bolívar mientras no se habían
resuelto los problemas y quedaban pendientes asuntos como la
federación o la confederación, la monarquía
o la república, fue un fracaso y no se logró
mantener la unidad.

Separada la "antigua Venezuela" se produce la
convocatoria al Congreso Constituyente de Valencia" que se
reunirá desde mayo hasta septiembre y Páez manda un
mensaje al congreso preguntando: ¿qué diría
el mundo al ver continuar esa cadena de revoluciones que hemos
sustituido al de la esclavitud? Y al respecto clama "!
Venezolanos! No más actas: no más pronunciamientos:
no más que obediencia al soberano Congreso. La obediencia
y el tiempo son los bálsamos de la patria".
Posición que sienta una línea sobre el entendido de
la revolución como inconveniente para un
país que esta sediento de paz y sosiego. Seguidamente, el
24 de marzo de 1831, Páez se convierte en el primer
presidente del periodo que han dado por llamar Cuarta
República, sin haberse superado las diferencias provocadas
que alimentaron todas las revoluciones anteriores, fue muy
difícil establecer una estabilidad que penduleaba entre
personalismo e institucionalización, constantes amenazas a
la integridad y vigencia del orden civil, se planteaba la
transformación de una sociedad tan heterogénea y
compleja, desde sus instituciones hasta sus mentalidades, en un
lapso muy breve con muy limitados recursos para superar las
contradicciones surgidas y recrudecidas por la guerra cuyos
recuerdos están aún muy vivos en la memoria de las
gentes. De allí que, según
Soriano[35]después de 1830, la historia
nacional, cotidiana de la vida pública, se
convirtió en la contradicción instalada entre el
anhelo de existir al hilo de los tiempos y las carencias,
desamparo y menesterosidad de todo tipo para lograrlo. La primera
era como entre tanta variedad y complejidad instalar de manera
exitosa la formula política liberal ya ensayada en
contextos del nuevo y del viejo continente.

La idea de la Republica se manifiesta por el lenguaje
ético que exalta las virtudes cívicas (sacrificio,
dominio de las penurias, frugalidad, interés colectivo por
encima del personal), condena la ambición y el
egoísmo, la imagina como el único espacio posible
para la realización de la comunidad política
virtuosa en libertad y como el medio de evitar el despotismo y la
usurpación, para lo cual el elemento federal pasa a
constituirse en el elemento capital. De allí que era
necesario construir el contractualismo mínimo
indispensable, para asegurarse la gobernabilidad, lo cual en
historia ha sido un desafío y creo una vez considerado la
fuerza del uso del término para provocar cambios, pero que
viene después. Estimo que el cambio verdadero en Venezuela
no será posible con la revolución como siempre lo
ha sido la causal de la presente confrontación entre el
oficialismo y la oposición.

Ya para finalizar, traigo a colación, a la
profesora Soriano, Señala la autora, que el ejercicio del
poder personal ha sido una realidad y una práctica en
nuestro país, siempre producida y relacionada con una
débil relación inversamente proporcional a los
procesos de "institucionalización" A mayor
institucionalidad, menos personalismo y viceversa. En 1868
Cecilio Acosta, fijó su posición ante el
afán de convertir a la revolución en un
medio efectista, para resolver en corto tiempo, lo que las ideas
exigen años o siglos para su construcción, de cuyo
concepto, cualquiera con afán de poder, puede asirse para
el ejercicio personalista. Al respecto, el autor señala
que las revoluciones destruyen y atrasan. A nada viene que
sean a veces providenciales, y a veces de derecho. Su signo es en
realidad la barbarie, y la sociedad que se apoya en la misma "se
barbariza", de allí nace el dilema, que para Cecilio
Acosta habían provocado las reiteradas acciones
revolucionarias, Si la sociedad política "no adopta
como sistema de vida la discusión pacifica del derecho, y
el ejercicio regular de los usos republicanos, va a desacreditar
la democracia". Adicionalmente, refiere que se debe condenar toda
revolución cuyo fin sea conseguir por ella lo que
no se puede en paz.

[1] Elena Plaza (La comprensión política en
perspectiva histórica del 19 de abril de 181) Revista
Politeia, Nº 43, vol. 32. Institutos de estudios
políticos, UCV, 2009, pp. 1:30La Capitanía General
de Venezuela fue creada en 1777, durante el reinado de Carlos III
(1758-1788) en un proceso de integración político
territorial que concluye en 1804, la Capitanía General
<>, era un territorio integrado por necesidades militares,
independiente de las delimitaciones gubernativas, judiciales o
hacendísticas de la monarquía española en
sus dominios ultramarinos y dependiente directamente del Consejo
de Indias (Barrientos Grandón, 206). El capitán
general era la máxima autoridad política y militar,
por lo cual tenía a su cargo el ramo de guerra, es decir
la seguridad y defensa del territorio bajo su mando.

[2] Pedro Grases (1983), en Los Libertadores de Venezuela.
Coordinado por Ramón J. Velásquez, .Meneven, filial
de petróleos de Venezuela s.a.

[3] Juan Carlos Reyes (2009), El proceso de unificación
de la Nación Venezolana. Tierra Nuestra: 1498-2009.
Fundación Venezuela Positiva. 128-143

[4] Marcus Llague (2008), “Historia de las Ideas
Políticas.” Un Tejido de discursos Políticos.
Oldenbourg Verlag, München. Es de importancia la
comprensión de la Historia de las ideas políticas
en términos amplios, al concebirla como Archivo y Arsenal
del pensamiento. Como Archivo transmite los contenidos del
pensamiento político de los últimos 2400
años, como Arsenal pone a disposición un fondo de
argumentos, ideas y modelos de la política.

[5] Pocock, J. C. A. (1981), La reconstrucción del
discurso, a través de la historiografía del
pensamiento político (John Hopkins University Press) p.4 y
Skinner Quentin (1989), Language and political change. Conceptual
change and political innovation, Cambridge p.6-23

[6] Koselleck, R. (1979). Futuro pasado, p. 343. Citado por
Conrad Vilanou (2006) Historia Conceptual e Historia Intelectual.
Ars Brevis 2006. P.176

[7] Como lo refiere Vilanou, al referir Koselleck, bajo la
influencia de Martin Heidegger y Carl Schmitt, Koselleck, formula
cinco categorías bipolares de pares antitéticos,
que tras el planteamiento heideggeriano del Ser para la muerte
genera el binomio “tener que morir” y “poder
matar”, Koselleck detecta otra oposición propuesta
por Schmitt de “amigo” y “enemigo”.
También recibe la influencia de Goethe y Hannah Arendt,
“padres” e “hijos”, “alternancia de
generaciones”, “las tensiones entre arriba y
abajo” así como “las tensiones entre lo
interno y lo externo”, o bien entre “lo secreto y lo
público”, siguen siendo constitutivas de la
formación del desarrollo y de las eficacias de las
historias. P. 177

[8] Michel Foucault (1979), la Arqueología de Saber,
(6ª edición). Cultura libre, Siglo XXI editores, s.a.
Madrid. Pp. 105-127

[9] Ezio Serrano Páez. Revolución (1770-1870),
Venezuela-Iberconceptos II. Universidad Simón
Bolívar.

[10] Es de interés acotar, de manera particular que
Thomas Hobbes escribió su obra De Cive, en Paris en el
año 1642, en su auto destierro, la cual está
dirigida a determinar los derechos de los Estados y los deberes
de los súbditos, acuñando el termino de libertas,
“libertad” como un estadio pre-social del
género Humano, asignándole una adjetivación
negativa para la convivencia pacífica, lo cual era
plausible para el régimen monárquico, objeto de la
controversia y la ruptura. Ver: De Cive., Alianza Editorial,
Madrid, 2010.

[11] A este respecto es recomendable la lectura de Graciela
Soriano de García Pelayo, “aspectos Fundamentales
para nuevas perspectivas de la historia en Venezuela”. En
12 textos fundamentales de la Ciencia Política Venezolana.
40º Aniversario del Instituto de Estudios Políticos,
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, UCV,
Caracas, 1999.

[12] A este respecto, es relevante traer a
consideración la referencia que hace Marcus Llanque, al
referir el objeto de la Historia de las Ideas Políticas
(arqueología histórica-intelectual) y sus
comentarios sobre la lógica de las ciencias morales en
John Stuart Mill, en contraste a las ciencias naturales. Moral
quiere decir tanto costumbres como usos y el proceso de
interpretación intelectual que incide en su
comprensión. A ello también, vale observar,
pertenecen todas las formas de comportamiento canalizadas por las
instituciones, que bajo el nivel de textos constitucionales y la
repartición de influencia política rigen el
comportamiento de los hombres (Foucault 2004)

[13] Beltrand de Jouvenel 2001, Sobre el Poder, Libro V. El
poder cambia de aspecto pero no de naturaleza. Cap. XII, Pp.
297-303, sobre las revoluciones. Señala el autor que como
regla general la revolución liquida la debilidad y
engendran la fuerza. El encanto especial de toda
revolución en sus inicios es prometedor para los
sueños insatisfechos, los intereses pisoteados, las
ambiciones frustradas. Todo se reparará, se
satisfará, se cumplirá- en ese lirismo se busca el
significado de movimiento-. Pp. 297-303.

[14] Luis Castro Leiva (1990), “El Arte de hacer una
Revolución Feliz” Citado por Ezio Serrano. P.2, la
regeneración a la que alude el autor, requería el
conocimiento de otras experiencias revolucionarias, pues
“además de haber quitado un sinfín de errores
y preocupaciones, que subsistían sobre el particular,
suministran los medios de lograr un pronto y feliz
éxito”. De modo que, además de la
motivación originada en la maldad de los reyes
ensañados con estas provincias, también se tiene la
experiencia de las otras naciones.

[15] Se menciona como categoría de los tiempos
históricos, sugerida por Reinhart Koselleck, en la
observación de la dimensión diacrónica
propia del concepto, en tanto que la dimensión
sincrónica, se habla y está presente en el
léxico actual de los parlantes en relación a lo
conceptos relacionados, que no todas las veces es consistente con
su intención. La temporalidad en varias dimensiones. En La
historia de los conceptos de Reinhart Koselleck (2010).
José Javier Blanco (2012). Revista POLITEIA, Nº 49,
Vol. 35. Institutos de Estudios Políticos, UCV, 2012.

[16] Geeraerts 1993, citado por Jorge Fernández
Jaén, en “Breve Historia de la Semántica
Histórica”, Universidad de Alicante.

[17] Alfonso Rumazo González (1983), Francisco de
Miranda (1750-1816). Los libertadores de Venezuela Coordinado por
Ramón J Velásquez. Meneven Petróleos de
Venezuela. P.41-49

[18] Ezio Serrano Páez, op. Cit. p. 3

[19] El desafío de la Historia “Miranda una vida
universal” año 1, Numero 1, caracas.

[20] Elena Plaza op. Cit., pp. 1:30

[21] Antonio Annino, El paradigma y la disputa. Notas para una
genealogía de la cuestión liberal en México
y América hispana, www.foroiberoideas.com 2006 p.14,
así mismo, Cristóbal de Mendoza, Francisco Javier
Yánez y Antonio Leocadio Guzmán (1826),
Colección de documentos relativos a la vida pública
del Libertador de Colombia y del Perú, Simón
Bolívar, para servir a la historia de la independencia de
Suramérica. Mariantonia Palacios (2000), Noticias
musicales en los cronistas de la Venezuela de los siglos XVI y
XVIII. Arturo Barrios (1936) en memorias de mi pueblo. German
Carrera Damas (1964), Cuestiones de historiografía
Venezolana. Pedro Grases (1982), Venezuela, identidad y ruptura.
Francisco Herrera Luque (1979), los Amos del Valle, tomo I y II.
Vallenilla Lanz (1991), “Disgregación e
integración” en cesarismo democrático y otros
textos. Además de las Actas, Proclamas, Eventos y
Crónicas de los Libertadores. Es el caso del Archivo de
Miranda, constituido por manuscritos, impresos y mapas que el
prócer recolecto desde su llegada a Europa, organizado y
empastado por el propio Miranda en 1805, a la caída de la
primera república es puesto a salvo por Antoine Leleux en
la goleta Sapphire con, destino a Curazao en donde es confiscado
por el gobernador de la isla y lo envía a Lord Bathurst en
Londres ministro inglés de Guerra y Colonias. En 1926,
Caracciolo Parra Pérez lo descubre y el Gobierno de Juan
Vicente Gómez compra el archivo que fue trasladado a la
Academia Nacional de la Historia. En la actualidad se encuentra
digitalizado los 63 volúmenes en 70 DVD

[22] Esteban De Gorí (2010), “Despotismo:
narración de los patriotas.” El tiempo, la
política y la historia. Universidad nacional de General
Sarmiento. Buenos Aires, Argentina. P. 127

[23] Elena Plaza (2010), la comprensión política
en perspectiva histórica del 19 de abril de 1810. Politeia
Revista de Ciencias Políticas Nº 43, FCJP, UCV,
Carcas. P.5

[24] Citado por Elena Plaza, Op. Cit P. 5. Barrientos
Grandón, 2004:206

[25] Ezio Serrano, op. Cit….p. 4

[26] Poder legislativo Pasado, presente y futuro.
Comisión Legislativa Nacional, Agosto de 2000.

[27] Carole Leal Curiel (2008), en su ensayo Republicanismo en
el imaginario Venezolano.

[28] Eduardo Blanco, 1971, Venezuela Heroica. Ministerio de
Educación, Dirección de Publicaciones. Caracas.
P.19

[29] Poder legislativo Pasado, presente y futuro. Op.
Cit.,..p.23

[30] Graciela Soriano de García Pelayo (2009),
“De 1810 a 2010: variables conceptuales
paradigmáticas en la Historia de Venezuela.” Revista
Politeia, Nº 43, Vol. 32. Instituto de Estudios
Políticos, UCV, 2009:31-63

[31] Ezio Serrano, op. Cit…, p.9. Es interés comentar
el contenido racista de la redacción de la sentencia que
permite, en el análisis semántico del discurso, dar
sentido de respuesta a las cogniciones sociales subyacentes en la
época, como estrategias de interacción excluyentes.
Ver al respecto Teun A. van Dijk (2003), Racismo y discurso de
las elites. Gedisa Editorial. Barcelona.

[32] Graciela Soriano, op. Cit…, p. 43

[33] “Academia Militar de Venezuela”
término acuñado en la Guerra Federal o guerra de
cinco años, que confrontaron los oficiales formados
académicamente con los oficiales de
“montonera” formaciones castrenses improvisadas de la
época, multitudes cuasi-ordenadas en torno a un caudillo
(militar), que les da una promesa sobre la acción
combativa y táctica de lucha contra un enemigo
común que hay que eliminar, los conflictos entre las
montoneras de los “partidos” (bolivarianos,
paecistas, santanderistas, otros) resultantes del personalismo de
los jefes. Hoy encontramos páginas en Internet cuya
referencia a las montoneras, refieren proyectos de acción
de la revolución Bolivariana que incluyen a las
comunidades, a los militares y a amplios sectores invocando la
lucha antimperialista, haciendo una clara manifestación de
la antipolítica. Consultado 12 septiembre de 2014, en
es.wikipedia.org/wiki/Academia_militar_de_Venezuela

[34] La Constitución de Cúcuta causo malestar
entre los venezolanos, y fue jurada en Caracas bajo protesta por
la municipalidad. Santander en la vicepresidencia de la
República, y la escogencia de Bogotá como capital,
fueron también puntos de discordia. En Venezuela, pues, se
veía con disgusto una unión con los granadinos que
en nada favorecía. Ver al respecto por mayor detalle en
Poder Legislativo: Pasado, presente y futuro. Comisión
Legislativa Nacional, Caracas, agosto de 2000.

[35] Graciela Soriano (2009), Op. Cit., p.45

[36] J.G.A. Pocock (1981), la reconstrucción del
discurso. (A través de la historiografía del
pensamiento político). Johns Hopkins University Press.
Vol. 96. Pp. 956-980. El autor como lo refiere José Javier
Blanco (2012), apuesta por el carácter constitutivo de la
realidad que tiene el lenguaje, el poder que contiene la
acción y la creatividad humana en el cambio
lingüístico e histórico.

[37] Koselleck introduce categorías combinadas con
dimensiones temporales, que nos hablan de la duración y
pervivencia de una noción (presente-pasado y
futuro-presente), que podría representar una necesidad una
expectativa o un deseo, en las que se reproducen y permanecen.
Con la categoría de cambio se refiere a la relación
entre la dimensión (pasado-pasado y presente-pasado o
entre futuro-pasado y pasado presente) y la categoría de
unicidad como la sucesión de cada presente pensable con
los pasados y futuros cambiantes. En José Javier Blanco,
Op. Cit. Pp.12-15

Conclusiones

1.- No existen dudas que el concepto de
revolución presenta un desplazamiento en el tiempo
en nuestra historia de las ideas y en el pensamiento
político nacional, con el referente de su
significación para la construcción del proceso de
emancipación o también la guerra de independencia,
con un ideal de la república como forma de Estado en la
que se privilegia al ciudadano por encima de cualquier otro
valor, pero permanecieron de modo sutil, los modelos de las
instituciones coloniales como es el caso de la preminencia
militar que ha permanecido subyacente, que es imagen del rol de
la Capitanía General de Venezuela y ha tenido elevada
connotación revolucionaria a través de nuestra
historia, en teoría dice proteger a la Republica, pero en
la práctica y en su recurrencia histórica niega la
razón de ser de la misma. En tal sentido, puedo apreciar
como en ese momento el término revolución, por una
parte, en atención a Koselleck se puede apreciar un
elevado grado de politización del concepto desde la
sociedad de aquel entonces, provocando la fatal división
de amigo-enemigo, por la heterogeneidad étnica presente y
la ausencia de coincidencia en la conformación originaria
de la República, de subordinación de los poderes al
poder civil, como se planteó en la Constitución de
1811, hecho este que hoy nos agobia. Por la otra parte, coincido
con Pocock, en la reconstrucción del discurso, cuando
indica que el orador y el interlocutor se encuentran en una
relación íntima, cerrada, confidente, similar a la
relación definida por Aristóteles entre dos
ciudadanos en la Polis "de normar y estar normado" mediante el
lenguaje y su interlocutor, se genera una relación de
poder, los actos de uno tienen el poder de modificar el acto del
otro, como una relación dinámica en el seno de la
polis, de allí que surge el principio de vernos y
oírnos como hombres y mujeres políticos, y el
impacto que ello representa para la gobernabilidad. En Venezuela
por el contrario ha existido y persiste la idea de la
revolución en la cual se ha subordinado casi por
completo el poder civil, a la egida y regencia de estilo
autoritario, hoy más que nunca permanece y es del todo
evidente en mi opinión, la imagen de la compostura de la
Capitanía General de Venezuela.

2.- La palabra y la connotación semántica
de la revolución, tal como ha sido aplicada en
nuestra historia republicana, con sus matizaciones en cada
época, resultado de la generatividad en su desplazamiento
y mutación, representa una dinámica de poder, que
en el ámbito generacional es escondida o develada,
según la oportunidad de invocar valores individualistas o
grupales según la conveniencia y oportunidad, el asunto de
lo tuyo y de lo mío adquiere consistencia, amigo enemigo,
que provoca, según en los contextos donde se aplique,
podría producir implicaciones prácticas, cuyas
manifestaciones pueden variar en grado desde una
reprobación en contrario hasta objetivarse en actuaciones
violentas del que hacer revolucionario, resultantes a mi
entender del resultados de las cogniciones subyacentes en
nuestras pasiones y seudo-comprensiones y no como el resultado de
un proceso racional elaborado, en atención que su cometido
en nuestra historia a supuesto tremendos retrocesos con respecto
al estado superior alcanzado en los tiempos previos a las
revoluciones y su sus efectos.

3.- La lucha entre democracia y socialismo, así
como la recurrencia del factor militar disputándose el
hecho político, como heredad a sabiendas del compromiso,
es de máxima relevancia en la comprensión de la
complejidad del asunto político, presente ante el hecho
revolucionario
históricamente distorsionado,
ameritando una cultura política de mayor nivel que integre
e incluya al máximo de componentes posibles en la
política, su formulación y gerenciación que
valore y promueva la vida, la paz, la abundancia el desarrollo y
no lo contrario en favor de ideales mezquinos, cuando en esta
tierra nacimos todos libres e idénticos, se fomente y
valore al ciudadano por encima de cualquier otro valor y se
saneen las relaciones políticas entre civiles y militares,
quienes atiendan a su profesionalización por encima de
cualquier vocación de poder, consciente de esa jugosa
tentación, implantando como en todas partes controles
civiles objetivos entre los poderes públicos, y en el
desempeño militar para que exista un contrapeso real entre
los poderes y se evítenla subordinación y la
concentración propio de los excesos del poder, que no
deben existir por ninguna razón en democracia promoviendo
la participación y el protagonismo ciudadano.

4.- Después de los sucesivos contextos en los que
el concepto Revolución ha sido empleado, y su
potencial efectividad de uso en la contemporaneidad y en el
presente han producido resultados similares al pasado, sin
embargo, como una consecuencia de la pragmática sus
efectos en términos de los deseado, son cada vez
más distantes, en parte, como resultado de su
repetibilidad y por la otra, de su generatividad, como una
sucesión del concepto en usos o desusos, entre una
generación y la siguiente, La idea de revolución se
apropió de las mentes de todo político de la
época, mediante su oratoria y su
escritura[36]en un momento que lo urgía
para la liberación del reinado de España, siendo
común su mención en proclamas, comunicados, actas
de la independencia y como patriota mentarla era de gran
significación y orgullo. De allí, que sus efectos
perduren como nunca antes, como
presente-pasado[37]que en mi opinión
están muy resonantes en la causación para algunos
sectores de la vida nacional, sin sentido alguno, del acontecer
de la Venezuela en el Siglo XXI, hecho este recurrente en nuestro
presente.

5.- La constante histórica, de
resemantización de la revolución, como un
modo de pensar y hablar, que dieron lugar a modos de usos tales
como "son terribles", "son calamidades" pero de manera contraria
también se le atribuye "obran para bien" "son
indispensables" "tienen principio y pueden terminar bien" en
"buen vivir" ese sentido la predicación revolucionario
puede ser un lugar común, en el cual puede ser redefinido,
a partir de la perspectiva como se trate, sea Ud. liberal o sea
revolucionario, lo que sí es bien cierto, sobre la
historia de nuestro país se han alternado ambas posturas,
en la conducción de la salida que la personalidad del
momento marque, la tragedia del personalismo en la
Hispanoamérica del Siglo XIX y presenta aun en nuestro
país es una razón contundente para la
reflexión.

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REVISTA EL DESAFIO DE LA HISTORIA nº 1 año
1; nº 16 año 3; nº 35 año 5

 

Universidad Centra de Venezuela Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas Centro de Estudios de
Postgrado Doctorado en Ciencias mención Ciencias
Políticas Prof. Dr. José Javier Blanco Rivero
Seminario: la historia de las ideas como problema I semestre 2014
Título de la tésis doctoral:

Sistema electoral y democracia en venezuela:
El concepto de revolución en la consolidación
de la república 1796-1830 Línea de
investigación: Historia intelectual y teoría
política Fecha: Abril 2014 – Octubre 2014

 

 

Autor:

Ángel Arístides Pérez
Herrera

Lic. Estudios Políticos y Administrativos – CI:
3.957.713

Partes: 1, 2
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