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Importancia de la historia en la enseñanza de la epistemología



  1. Introducción
  2. Marco
    teórico
  3. Un mundo
    complejo
  4. ¿Caos u
    orden?
  5. Conclusión
  6. Referencias
    bibliográficas

Introducción

En las últimas décadas han cobrado cada
vez más importancia discusiones vinculadas al tiempo y la
temporalidad de la mano del llamado "Paradigma de la
Complejidad", "Teoría del Caos" o "Teoría de los
Sistemas Complejos". En realidad, el gran mérito del
debate epistemológico ha sido el de instalar a la Historia
como disciplina necesaria para contextualizar un horizonte de
fundamentación. La vieja disputa entre lo interno y lo
externo pasando por el carácter propio del trabajo de cada
disciplina aparentemente ha desaparecido en pos del ideal de
transdiciplinariedad o de la articulación
teórica.

En este trabajo analizamos los puntos de encuentro y
desencuentro entre Historia y Epistemología, en primer
lugar. Luego, problematizamos la enseñanza de la
Epistemología a partir de una concepción que
privilegia el desarrollo de procesos recurrentes tanto como
irreversibles.

En las últimas décadas han cobrado cada
vez más importancia discusiones vinculadas al tiempo y la
temporalidad de la mano del llamado "Paradigma de la
Complejidad", "Teoría del Caos" o "Teoría de los
Sistemas Complejos".

En realidad, el gran mérito del debate
epistemológico ha sido el de instalar a la Historia como
disciplina necesaria para contextualizar un horizonte de
fundamentación. La vieja disputa entre lo interno y lo
externo pasando por el carácter propio del trabajo de cada
disciplina aparentemente ha desaparecido en pos del ideal de
transdiciplinariedad o de la articulación
teórica.

En este trabajo analizamos los puntos de encuentro y
desencuentro entre Historia y Epistemología, en primer
lugar. Luego, problematizamos la enseñanza de la
Epistemología a partir de una concepción que
privilegia el desarrollo de procesos recurrentes tanto como
irreversibles.

Marco
teórico

1- Historia de la Ciencia vs.
Filosofía de la Ciencia

"Todo proceso se realiza por y en el espacio
estriado, pero que es en el espacio liso donde se produce todo
devenir". Deleuzze y Guattari

Originariamente soy historiadora, después
epistemóloga, algo sucedió a medio camino, un
encuentro inesperado en lo que yo creía que era la mera
acumulación y descripción de hechos a lo largo de
una flecha del tiempo y lo que me pareció un salto al
vacío, un especie de suceso que me arrastraría
irreversiblemente hacia el eterno preguntarme quien
soy.

En el transcurso de mi historia conocí a
algún profesor que me indico "no se puede ser pato y
conejo al mismo tiempo" (aludiendo Hanson, en Conjeturas y
Refutaciones).

Dentro de una concepción tradicional de la
Filosofía de la Ciencia, los planteos comienzan con la
división clásica de Hans Reichenbach de 1938, entre
contextos de descubrimiento y contexto de justificación.
Le cabe al primero hacerse cargo de cuestiones "externas",
aspectos vinculados al desarrollo histórico, social o
psicológico:

"En el contexto de descubrimiento importa la
producción de una hipótesis o de una teoría,
el hallazgo y la formulación de una idea, la
invención de un concepto, todo ello relacionado con
circunstancias personales, psicológicas,
sociológicas, políticas y hasta económicas o
tecnológicas que pudiesen haber gravitado en la
gestación del descubrimiento o influido en su
desaparición".
(Klimovsky. 1992. Pág.
29)

"El" contexto de justificación está, en
cambio, vinculado con cuestiones "internas" o intrínsecas
propias de los procesos de razonamiento, por lo tanto es
estrictamente de incumbencia epistemológica.

"El contexto de justificación, que aborda
cuestiones de validación: cómo saber si el
descubrimiento realizado es auténtico o no, si la creencia
es verdadera o falsa, si una teoría es justificable, si
las evidencias apoyan nuestras afirmaciones o si realmente se ha
incrementado el conocimiento disponible".
(Klimovsky. 1992.
Pág. 29)

Fue Javier Echevarría (2000), quien introdujera
la crítica a la distinción clásica entre
contextos y elaborara una nueva taxonomía de
ámbitos en ciencia agregando nuevos contextos: de
educación (enseñanza y difusión de la
ciencia), de innovación, de evaluación (o de
valoración) y de aplicación.

El primer contexto es el ámbito por excelencia
que coincide con la ciencia normal kuhniana:

"La enseñanza de la ciencia es pues el primer
ámbito en dónde la actividad científica
tiene vigencia. Incluye dos acciones recíprocas
básicas: la enseñanza y el aprendizaje de sistemas
conceptuales y lingüísticos, por una parte, pero
también de representaciones e imágenes
científicas, notaciones, técnicas operatorias,
problemas y manejo de instrumentos
". (Echevarría.
2000. Pág. 60)

Otro punto de la discusión podría ser
presentada bajo la discusión no menos conocida en torno a
la Historia Interna e Historia Externa de la ciencia propuesta
por Lakatos, después de todo:

"La Filosofía de la Ciencia sin la Historia
de la Ciencia es vacía, la Historia de la Ciencia sin la
Filosofía de la Ciencia es ciega"
(Lakatos. 1971.
Pág. 91)

Fue Kuhn (1982), quien retomó esta
división disciplinaria y quien a partir de su propia
historia personal nos cuenta los avatares por los que hay que
atravesar, a pesar de sostener la importancia del conocimiento y
práctica de ambas disciplinas:

"Poco después, abandoné la ciencia por
la historia de la ciencia, y nis investigaciones publicadas en
esa época fueron ciento por ciento históricas y, en
general, de forma narrativa. En un principio, tenía
planeado reproducir aquí algunos de esos primeros ensayos,
con la esperanza de introducir el ingrediente
autobiográfico que faltaba; así pretendía
señalar el papel decisivo que el trabajo de historiador
había tenido en el desarrollo de mis ideas. Pero al
experimentar con diferentes índices de contenido, poco a
poco me fui convenciendo de que las narraciones históricas
no servían para expresar los puntos que pensaba y que
hasta podrían llegar a resultar distorsionadotas. Aunque
la experiencia como historiador pueda enseñar
filosofía por medio del ejemplo, las lecciones no
estarán presentes en el texto de historia"
(Kuhn.
1982. Pág. 10)

Aparentemente Kuhn sigue en su relato contando
cuánto ganarían los filósofos si tomaran
más en serio a la historia, en el sentido de recuperar el
pasado o lo que necesita el pasado para revelarse ante el
presente.

Claro está que en seminarios que dictara con
historiadores y filósofos presentes, Kuhn no dejara de
notar las diferencias sutiles entre estilos (formas de leer y de
informar sobre lo leído)

"En mis seminarios, para loa filósofos las
tareas prioritarias fueron, en primer lugar, la de aislar los
elementos capitales de una posición filosófica, y
luego, criticarla y desarrollarla. Tales estudiantes, si se
quiere, estaban aislando sus ingenios contra las opiniones
expuestas por sus más grandes predecesores. Muchos de
ellos continúan haciéndolo así durante toda
su vida profesional. Los historiadores, por otro lado, se
ocupaban de lo posible y lo general únicamente con
respecto a la forma en que habían guiado a los hombres que
ellos estudiaban. Su interés primordial era el de
descubrir lo que cada uno de estos hombres había pensado,
cómo habían llegado a pensarlo y qué
consecuencias había tenido esto para el personaje en
cuestión, sus contemporáneos y sus
predecesores"
(Kuhn. 1982. Págs. 31-32)

Y, hasta este punto, la diferencia clásica de
contextos sigue reproduciéndose en las tareas
básicas, en los modos de respuesta esperados entre
historiadores y filósofos de la ciencia.

Personalmente creo que es posible realizar las dos
tareas al mismo tiempo, por un lado se necesita constancia y una
mirada centrada en la heurística que no es solamente
distintiva del historiador, sino de cualquier académico
que desee desarrollar su trabajo en docencia e
investigación.

Por el otro, se necesita una alta dosis de creatividad y
ejercicio mental no sujeto al documento, un desplazamiento en el
tiempo con la mirada puesta hacia mundos posibles.

Es primordial, no quedarse estancado en los ejemplares
compartidos de los textos, sino sumergirse en los ambientes donde
se realiza convencionalmente ciencia.

El contexto de descubrimiento y el de
justificación son coexistentes, uno no excluye al
otro.

Quizás el mayor aporte provenga de otra
discusión, dejada de lado la interdisciplinariedad, la
transdisciplinariedad y las propuestas del llamado "Paradigma de
la Complejidad", "Teoría de los Sistemas Complejos" o
"Teoría del Caos", desde una visión que recupera la
historia y la subjetividad, la que reinstala desde la
práctica la posibilidad de articulación entre
disciplinas.

Un mundo
complejo

"La realidad objetiva se ha evaporado y lo que
nosotros observamos no es la naturaleza en sí sino la
naturaleza expuesta a nuestro método de
interrogación". Heisenberg

El nuevo milenio vino acompañado de nuevos
planteos epistemológicos en torno a lo que se ha dado en
conocer como "Paradigma de la Complejidad", "Teoría de los
Sistemas Complejos" y "Teoría del Caos". Cada uno de estos
rótulos puede asociarse con tradiciones de
investigación disciplinares.

En el primer caso, se trata de una serie de autores que
trabajan desde una visión prioritariamente
socio-bio-antropológica, reunidos en torno a Edgar Morin y
a la tradición francesa. En los dos siguientes, puede
vinculárselos con el programa del Instituto de Ciencias de
la Complejidad Santa Fe, y a la tradición
anglosajona.

González Rey (1997), define a la
Epistemología de la Complejidad como:

"un replanteamiento sobre la propia ontología
de lo real, lo cual de hecho implica su reconocimiento a los
efectos de la producción del conocimiento, y por otra
parte (…) formas nuevas para la construcción del
conocimiento, que trascienden el carácter
analítico, simple y descriptivo que domina la
producción del conocimiento en el paradigma
positivista"
(González Rey. 1997. Pág.
61-62).

Edgar Morin, sostiene

"Complexus quiere decir, lo que está tejido
en conjunto; la trama, el tejido de constituyentes
heterogéneos inseparablemente asociados que presenta a la
vez la paradoja de lo uno y lo múltiple. Tejido de
eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones,
azares que constituyen nuestro mundo fenoménico"

(Morin. 1997. pág. 32)

La tradición anglosajona en cambio sostiene que
no existe una única definición sobre
complejidad:

"El término de "ciencias de la complejidad"
se acuña a raíz de la fundación del
Instituto Santa Fe, en Nuevo México, dedicado al estudio
de los fenómenos, comportamientos y sistemas que exhiben
complejidad. Se trata, notablemente, de aquellos que están
marcados por inestabilidades, fluctuaciones, sinergia,
emergencia, autoorganización, no-linealidad, bucles de
retroalimentación positiva antes que de
retroalimentación negativa, equilibrios dinámicos,
rupturas de simetría, en fin, de aquellos que se
encuentran en el filo del caos". (
Maldonado. 2005.
Pág.5)

El impacto del discurso de la complejidad ha implicado a
un amplio espectro de ciencias, tales como Ciencias de la
Conducta y Neurociencia; Ciencias de la Vida y de la Sociedad
(Biología, genética, medicina, ambiente desarrollo
humano, economía, historia, geografía) y Ciencias
de la Comunicación y la Información. (Raiza Andrade
y Otros. 2002. Pág. 9).

Son aspectos vinculados a la complejidad, según
(Cisneros. 2001):

  • La realidad que observamos depende de nuestro
    método de interrogación

  • Existe desorganización (entropía) y
    organización (neguentropía)

  • La realidad es compleja, presenta la paradoja de lo
    uno y lo múltiple y es impredecible.

Son neurálgicos en la comprensión de la
matriz epistémico del paradigma de la complejidad,
conceptos tales como:

Complementariedad, entrelazamiento,
hologramático, atemporalidad, borrosidad, evolución
en espiral, incertidumbre, impredecibilidad,
autoorganización, correlación, irreversibilidad,
sincronicidad, plegabilidad, paradoja, rizoma, probabilidad,
azarocidad, fractabilidad, coherencia, autosemejanza, entre
otros. (Raiza Andrade. 2002.)

En cuanto a la Teoría del Caos determinista,
considerado como un comportamiento recurrente pero irregular e
imprevisible más allá de cierto "horizonte
temporal", originariamente se asocia a los desarrollos de autores
ligados a las mal llamadas "ciencias duras".

"La teoría del caos, cuyos precursores son
Henri Poincaré y Ludwig Boltzmann, ha crecido merced al
aporte de Edgard Lorenz (creador del célebre efecto
mariposa), M. Feigenbaum (autor de la transformación del
panadero), Benoit Mandelbrot (inventor de la geometría
fractal), E. Takens, Michel Hénon y David Ruelle (quienes
descubrieron los atractores extraños), Lyapounov (cuyos
exponentes se emplean como un método numérico para
detectar la presencia del caos), A. Kolmogorov y G. Sinai (que
extendieron el concepto termodinámico de entropía
no nula a la dinámica de los sistemas caóticos, y
demostraron que un sistema cinético gaseoso se comporta
con una dinámica caótica), S. Smale y V. Arnold
(cuyas ideas topológicas permitieron un tratamiento
cualitativo de la dinámica del caos), Robert Shaw (que
vinculó caos e información), ILSA Prigogine
(creador del concepto estructura discipativa cuyo descubrimiento
le valiera el Premio Nobel de Química en 1977, y
probablemente quien más contribuyó a la
difusión de estas nuevas ideas entre el gran
público con su fiel colaboradora Isabelle Stengers)"

(Ibáñez. 2006. Pág.17)

Lo cierto es que hay multiplicidad de opciones
teóricas para el debate y algunas tendencias comunes
compartidas.

La emergencia de la complejidad frente a la simplicidad;
la pérdida de control en cuanto a predicción; el
paso de una lógica en términos binarios
(verdadero/falso), por la introducción de lo
borroso.

El énfasis puesto en el sujeto, en lo relativo al
contexto, en la historicidad. El uso de analogías y una
vuelta al método inductivo, ligado a metodologías
de corte cualitativo con la esperanza de ahora comprender la
incertidumbre.

¿Caos u
orden?

"De momento la cuestión permanece abierta. Es
posible que, al fin y al cabo, vivamos en un mundo gobernado por
leyes eternas. Pero también es posible que la memoria sea
inherente a nuestra naturaleza; y si descubrimos que así
es el mundo en que vivimos, deberemos modificar completamente
nuestra forma de pensar.

Tarde o temprano tendremos que abandonar muchos de
nuestros antiguos hábitos de pensamiento y adoptar otros
nuevos: hábitos que se adapten mejor a la vida en un mundo
que vive en presencia del pasado, y que vive asimismo en
presencia del futuro, abierto a la creación continua"
Rupert Sheldrake

David Bohm (1917-1992), fue un físico
teórico colaborador de Albert Einstein. Fue profesor en la
Universidad de Berkeley, la Universidad de Princeton, la
Universidad de Bristol y la de Londres. Su trayectoria
académica fue lineal hasta que en 1951 en un texto llamado
"Teoría Cuántica" se enfrentó con la
interpretación de Copenhagen (Teoría
Cuántica postulada por Niels Bohr y Werner Heisenberg en
la década de 1920).

Su trabajo ligado a la Filosofía de la Ciencia,
se entrelaza con nociones kuhnianas tales como revolución
e inconmensurabilidad. Sus planteos teóricos más
conocidos tienen que ver con el orden y la creatividad en
ciencia. La noción de revolución se apoya sobre el
de fragmentación, entendida como una ruptura en el
marco de la comunicación científica.

Bohm ilustra cómo desde el desencuentro del que
el formó parte con respecto a una postura teórica,
puede explicarse el sentido de un término
teórico.

"El fracaso definitivo de Bohrn y Einstein en
continuar con sus conversaciones simboliza el grado de
fragmentación que existe en la actualidad en
física" (…) "Bohr y Einstein sostenían
nociones ligeramente diferentes de lo que debería ser el
orden en la física y en la naturaleza, y eso los
llevó a una ruptura esencial en su diálogo, ruptura
que se refleja en la distancia que separa las teorías de
la relatividad y cuántica, incluso en la actualidad.
Más concretamente, Bohr creía que el orden de
movimiento de una partícula admitiría la
ambigüedad, mientras
que Einstein sentía que
esta posibilidad era demasiado absurda para tenerla en
cuenta".
(Bohm y Peat. 1988. Pág. 121)

Para Bohm, el orden puede ser visto como mucho
más que un elemento constitutivo de una teoría,
tiene que ver con conceptos, ideas, valores, con las formas de
pensamiento y decisión humanas.

Existen diversos tipos de orden que difieren en grado,
dependen del contexto. El orden surge a partir del caos y el caos
a partir del orden. Cuando nos planteamos la existencia de
entropía dentro de un sistema (medida de desorden), en
realidad estamos hablando de un tipo de cambio de
orden.

Bohm distingue un orden exterior o explicado, que
surge de una secuencia de sucesiones. Que se corresponde a una
visión del mundo en la que la noción básica
es la de objetos separados que se mueven a lo largo de
trayectorias.

Es el mundo de las cosas y sucesos aparentemente
separados y aislados en el espacio y tiempo.

Y un orden interno o generativo (creativo) que
abarca al conocimiento. Es el orden materializado en
términos de fractales, basado en similitudes y
diferencias, para generar formas, figuras y procesos; y dentro de
esta misma categoría incluye un orden
implicado.

El orden generativo puede también ejemplificarse
mediante el lenguaje.

"Hay pruebas de que, al hablar, la totalidad del
significado genera también muy rápidamente, junto
con el lenguaje necesario para expresarlo, lo que finalmente
tiene como resultado una secuencia de palabras. Lo que se dice en
un determinado momento nunca se ha dicho antes de la misma
manera".
(Bohm y Peat. 1988. Pág. 179).

Una característica central del orden creativo o
generativo es que puede dar pie a un proceso de creación,
a partir de una percepción global, como también a
partir de esta, se puede desplegar después en formas
particulares.

El orden es global, en el sentido en que se repite
indefinidamente de la misma manera.

El orden implicado, envuelto o plegado se
caracteriza por la presencia simultánea de una secuencia
de muchos grados de envolvimiento con las mismas diferencias
entre ellos. Allí encontramos que todas las diferencias
semejantes se encuentran presentes, de manera extensa y
manifiesta.

La imagen holográfica de la postura de
Bohm consiste en observar un orden para un universo de totalidad
no fragmentado, justamente es el orden implicado o plegado. Un
buen ejemplo es:

"También el lenguaje es un orden envuelto.
(…) En la comunicación, el significado se
desenvuelve en la totalidad de la comunidad, y de la comunidad
pasa a desenvolverse en cada persona. Así existe una
relación entre los seres humanos, y entre el individuo y
la sociedad como un todo. La forma explicada de todo esto es la
estructura de la sociedad, y la implicada es el contenido de la
cultura, que se extiende al conocimiento de cada persona". (Bohm
y Peat. 1988. Pág. 207).

En el orden implicado ya no importan las
categorías de espacio y tiempo, sino que cobra importancia
la existencia de una totalidad no fragmentada, un movimiento que
fluye, que no tiene límites o fronteras.

El pensamiento se encuentra en el orden implicado,
envuelto, al igual que el lenguaje, la consciencia, la
cosmovisión. Conocimiento y materia son aspectos
interrelacionados, inseparables, forman parte de un
todo.

Conclusión

¿Qué aporta a la
discusión el empleo de términos teóricos
provenientes de una nueva concepción
epistemológica?

En primer lugar, sentido de totalidad, de
globalidad. En un mundo donde prima la imagen holográfica
ya no es posible pensar aisladamente como filósofo o como
historiador en forma excluyente.

En segundo lugar, cabe reflexionar sobre tipos de
órdenes como parte constitutiva del caos. De todas
maneras, si el trabajo del filósofo es la reflexión
teórica conceptual y el historiador quien le provee las
coordenadas básicas dónde situarla, ambas permiten
el desarrollo investigativo no sólo de su
área.

Para el historiador puede ser muy conveniente hacerse
eco de términos tales como: entrelazamiento,
evolución en espiral, autoorganización,
correlación, irreversibilidad, sincronicidad,
plegabilidad, rizoma, fractabilidad, autosemejanza. En la
línea del tiempo mucho de su trabajo tiene que ver con el
uso de analogías, con la comparación entre
semejanzas y diferencias, con rupturas y fugas. Con un pasado que
puede ser visto desde el presente y viceversa.

Para el filósofo de la ciencia, es primordial
saber que todo orden implicado involucra a un orden
explicado

Referencias
bibliográficas

  • Bohm, D.; Peat, D. (1988) Ciencia, Orden y
    Creatividad. Barcelona. Cairos.

  • Bustos, Carmen ( 2007): El Holograma, Modelo del
    Universo. En: Revista Alcione. Santiago de Chile. En:
    www.//http: Alcione/Cl.

  • Cisneros, C. (2001) Pensamiento Borroso y Narrativas
    Cotidianas. Revista Casa del Tiempo. Puebla.
    México.

  • Echeverría, J. (2000) Filosofía de la
    Ciencia. AKAL. Barcelona

  • González Rey, F. (1997) Epistemología
    Cualitativa y Subjetividad. La Habana. Pueblo y
    Educación.

  • Ibáñez, E. (2006) El ABC de la
    Teoría del Caos. Universidad Católica de Santa
    Fe. Santa Fe.

  • Kiepin, Alex (2008) Lifework de físico
    cuántico David Bhom. En:
    http://www.shavano.org/text_only_html/bohm/.html/ques.

  • Klimovsky, G. (1992). Las Desventuras del
    Conocimiento Científico. A-Z. Buenos Aires.

  • Kuhn, T. (1982) La Tensión Esencial. Estudios
    selectos sobre la tradición y el cambio en el
    ámbito de la ciencia. Fondo de Cultura
    Económica. México.

  • Lakatos, I. (1971) La Metodología de los
    Programas de Investigación Científica. Madrid.
    Alianza.

  • Maldonado, C. E. (2005) Ciencias de la Complejidad:
    Ciencias de los Cambios Súbitos. En Odeón.
    Observatorio de Economía y Operaciones
    Numéricas. Universidad Externado de Colombia.
    Pág. 1-29.

  • Marí, E. (1990) Elementos de
    Epistemología Comparada. Pontosur. Buenos
    Aires.

  • Morin, E. (1997) Introducción al pensamiento
    complejo. Barcelona. Gedisa

  • Raiza Andrade y Cárdenas, Evelin; Pachano,
    Eduardo; Pereira, Luz Marina; Torres, Aura. (2002) El
    Paradigma Complejo. Cinta de Moebio Nª 14. Facultad de
    Ciencias Sociales. Universidad de Chile. En
    http://www.moebio.uchile.cl/14/frames07.htm

La Autora es la Dr. María
Virginia Elisa Ferro,
Magíster en Epistemología
y Metodología Científica. Docente e investigadora
dependiente del Departamento de Ciencias Jurídicas,
Políticas y Sociales, Departamento de Educación
Inicial. Universidad Nacional de Río Cuarto.
Córdoba. Argentina.

 

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA
LIBERTAD DE INFORMACION"®

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
SIEMPRE"®

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