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Procesos de integración regional e internacional en el espacio económico de Europa Oriental




Enviado por Neznamov Ivan



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Marco
    teórico. Teorías del comercio internacional y
    de integración económica
  3. Características y condiciones
    estructurales del espacio económico de Europa
    Oriental
  4. ¿Integración regional o apertura
    al mercado mundial?
  5. Conclusiones
  6. Anexo
  7. Bibliografía

Introducción

Tras la desintegración de la URSS,
las nuevas repúblicas que surgieron en el espacio
post-soviético, iniciaron un proceso de integración
al mercado internacional, pero al mismo tiempo, se
procedió al desmantelamiento de ese gran mercado
único que representaba la economía
soviética. Este proceso estuvo caracterizado por un
profundo proceso de desindustrialización de un espacio que
alguna vez llegó a ser la segunda economía
más grande del mundo. Tanto la ruptura de los lazos de
cooperación entre distintas repúblicas como la
pérdida de sus mercados naturales, ahora invadidos por
producción importada, fueron el punto clave de este
problema.

El objetivo del presente trabajo es
estudiar la influencia que tiene una política de
integración al libre comercio mundial sobre la estructura
de la economía del espacio post-soviético, en
qué condiciones se estaría llevando a cabo la
inserción de éste espacio en la división
internacional del trabajo y que consecuencias para la estructura
económica y de comercio exterior tiene tal proceso de
inserción. Y por último, estudiar y comparar dos
alternativas concretas de política económica que se
han ido alternando repetidas veces a lo largo de la historia
rusa: la inserción del espacio económico de Europa
Oriental en el libre comercio mundial, por un lado, contra la
estrategia de creación de un Mercado Común propio,
con una fuerte integración económica de los
países miembros del mismo, pero con un prudente nivel de
protección y un razonable nivel de aislamiento de este
espacio económico respecto del resto del mundo.

La hipótesis central que atraviesa
el presente trabajo es que en una situación de
integración plena al libre comercio mundial e irrestricto
movimiento de capitales, debido a sus condiciones estructurales
únicas en el mundo, Rusia y todo el espacio
euroasiático solo puede insertarse en la división
internacional de trabajo como proveedor de materia prima y bienes
de bajo valor agregado, y en importador de bienes industriales de
todo tipo dada la inviabilidad de llevar a cabo un proceso de
desarrollo industrial propio en tales condiciones, al tiempo que
está condenado a sufrir una constante fuga de capitales,
un nivel estructuralmente bajo e insuficiente de inversiones y
ser un donante de capitales para otros países. De esto se
desprende que para crear condiciones favorables para un
desarrollo industrial y científico-tecnológico de
la región, es indispensable la conformación de un
mercado común euroasiático, fuertemente integrado
en su interior, pero relativamente aislado del resto del
mundo

Para el desarrollo del trabajo, se usan
diferentes teorías heterodoxas de comercio internacional,
teorías de intercambio desigual, teorías de
integración económica, desarrollos de diferentes
autores schumpeterianos y neoschumpeterianos, y también
estructuralistas. Se usa también el enfoque del paradigma
ecléctico de John Dunning, y también el desarrollo
de la teoría de Cadenas Globales de Valor de Gary Gereffi.
El marco teórico empleado está desarrollado en el
punto 2 del trabajo. A continuación, se estudian las
características y condiciones estructurales del espacio
económico de Europa Oriental (post-soviético), con
el fin de echar luz a la realidad cotidiana en la que se tiene
que desenvolver cualquier actividad económica que se
desarrolle allí, este desarrollo se lleva a cabo en el
punto 3 del texto, y finalmente en el punto 4 se estudia la
experiencia vivida por Rusia y otras ex –repúblicas
soviéticas en las últimas dos décadas que
siguieron al colapso de la URSS. Se analiza el impacto que tuvo
la ruptura de relaciones de cooperación entre las
diferentes repúblicas y su inserción en el libre
comercio internacional en la estructura de la economía y
comercio de estos países, y se tratan de plantear
condiciones necesarias en las que sería posible el
desarrollo de la región. Finalmente en el punto 5 se sacan
algunas conclusiones al respecto.

Marco
teórico. Teorías del comercio internacional y de
integración económica

Los primeros en formular un cuerpo
teórico y una teoría sistematizada sobre el
comercio internacional, fueron los
mercantilistas1[1]En su mayoría
comerciantes, hombres de negocios y de Estado, afirmaban que la
riqueza de un Estado proviene de la acumulación de
reservas de metales preciosos, como oro y plata. Sintetizando, se
podrían distinguir tres etapas en el desarrollo del
pensamiento mercantilista. En su fase temprana, planteaban la
necesidad de restringir lo máximo posible la salida del
metálico del reino, y para eso era necesario estimular lo
máximo posible la venta de bienes de todo tipo al
extranjero, al mismo tiempo que era necesario restringir al
máximo la compra de los mismos en el extranjero, generando
así una balanza comercial favorable para el reino, con la
consecuente acumulación del metal precioso.

Posteriormente, en su fase media de
desarrollo, distintos pensadores llegaron a la conclusión
de que no era necesario procurar una balanza comercial positiva
con todos los países con los que se comerciaba, sino que,
dependiendo de la estructura del comercio, se podía
permitir el déficit comercial con algunos países si
era necesario por algún motivo (por ejemplo,
importación de materias primas), siempre y cuando la
balanza comercial en su conjunto sea superavitaria.

Finalmente, en su expresión
más tardía, para mediados del siglo XVIII, de la
cual el economista y filósofo escocés David Hume
era uno de los máximos
exponentes2[2]llegó a la comprensión
de que era inútil guardar el oro en las arcas en pos de
evitar su salida, e incluso, no era el oro como tal la riqueza
del país, sino que era necesario promover la
instalación de manufacturas que pudieran exportar
más de lo que el reino demande de importaciones, para
crear de esta manera un flujo constante de mercaderías
hacia fuera y un flujo correspondiente de oro hacia el
país. Proponían, para ello, estimular al
máximo la entrada de materias primas del exterior, al
mismo tiempo que proponían restringir la
exportación de las mismas, con el fin de proveer a la
manufactura de materia prima necesaria, y al mismo tiempo,
facilitar y promover lo máximo posible la
exportación de manufacturas, pero por otro lado era
necesario restringir la importación de las mismas. Esto se
debe a que ya en ese momento notaron que los productos de la
manufactura costaban más que la materia prima de la cual
se componía dicha manufactura, por lo tanto, la compra de
materia prima, su elaboración y posterior venta,
permitía quedar dentro del reino esa diferencia entre los
precios.

Con el advenimiento de la Revolución
Industrial y el establecimiento definitivo del capitalismo, que
termino socavando el viejo régimen feudal, las ideas
mercantilistas cayeron en desuso. Inglaterra, el pionero
industrial, generaba cada vez mas bienes manufacturados producto
de una industria textil dinámica, impulsada por la maquina
del vapor, y necesitaba encontrar nuevos mercados para colocar
los excedentes de su industria textil. Se hizo necesaria una
nueva teoría económica, que dé sustento a
los profundos cambios ocurridos en el último cuarto del
siglo XVIII. Adam Smith, más tarde nombrado como el padre
de la Economía Política Clásica, fue el
primero en intentar llenar este
vacío3[3]Planteó, que cada
país, para maximizar su utilidad y la de sus habitantes,
tenía que especializarse en la producción de
aquellos bienes en los que tuviera una ventaja absoluta en los
costos sobre los demás países, es decir, fabricar
aquellos bienes que podría fabricar con costos más
bajos que sus competidores. Es decir, cada país
podía producir los bienes que necesitaba, a un determinado
nivel de costos, pero para producir, tenía una
dotación de mano de obra relativamente fija, y por lo
tanto solo iba a poder producir una cantidad limitada de bienes.
Ahora bien, especializándose en aquellos bienes en los que
tenía ventaja sobre los demás países, e
intercambiando una parte de los mismos por bienes importados,
podría obtener más bienes, tantos locales como
importados, de los que podría obtener, si estuviera en
autarquía. Este planteo pasó a denominarse
teoría de las ventajas absolutas. Sin embargo, si bien
tenía cierto poder seductor y parecía bastante
lógico, esta teoría no estaba exenta de problemas,
ya que, por ejemplo, no daba respuesta a la pregunta de
qué pasaba, si un determinado país, por
algún motivo, no tenía ventaja absoluta sobre los
demás en la fabricación de absolutamente
ningún bien.

David Ricardo, en su libro "Principios de
la Economía Política y
Tributación"[4], trató de demostrar
que aun en esas condiciones, el libre comercio entre
países era beneficioso para todos. Introdujo el concepto
de "ventajas comparativas". Ahora, ya no era necesario que el
país se especialice en aquellos bienes donde tenía
ventaja absoluta, sino que había que fijarse en las
diferencias en los costos relativos de distintos bienes. En este
caso, incluso en el caso de no contar con ventajas absolutas, el
país tenía que especializarse en la
producción de aquello en lo que era relativamente
más eficiente, es decir, tenia costos relativos más
bajos con respecto a otros bienes. De esta manera, al
especializarse en aquellos bienes en los que tiene ventaja
relativa, aun así el país podría obtener un
beneficio participando en el libre comercio, y disfrutar de mayor
cantidad de bienes que en autarquía. Para ejemplificarlo,
construye un modelo teórico, en el cual, dos países
producen, por ejemplo, vino y tela. El país A produce el
vino usando una unidad de trabajo, y tela usando dos unidades de
trabajo, para obtener una unidad de producto. El país B,
produce vino usando seis unidades de trabajo por unidad de vino,
y solamente tres unidades de trabajo por unidad de tela. Si el
país A tiene un total de tres unidades de trabajo
disponibles, y el país B nueve unidades, por lo tanto, en
autarquía, cada uno podría obtener para sí
una unidad de cada bien. Ahora bien, si el país A fabrica
tres unidades de vino, y el país B fabrica tres unidades
de tela, cada uno de ellos podría quedarse con una unidad
del bien propio, y las otras dos unidades cambiarlas por la
producción de su socio, por ejemplo, a razón de una
unidad de vino por una unidad de tela. De esta manera, el
país A obtendría no una sino dos unidades de tela.
Lo mismo con B, que ahora podría quedarse con dos unidades
de vino en vez de una. Por lo tanto, para Ricardo, el requisito
para que exista comercio internacional es que haya diferencias
entre los precios relativos entre distintos países. Vale
aclarar, que Ricardo usa algunos supuestos para construir su
modelo, tales como ausencia de economías de escala, que
los factores de producción son empleados en proporciones
fijas, que el trabajo es homogéneo y se puede reducir a un
denominador común, que hay perfecta movilidad interna de
trabajadores y de capitales de una rama a otra, que no hay
movilidad de capitales entre países. Cierto es que no
necesariamente estos supuestos se cumplan en la realidad.
Más adelante veremos que sucede si esto no
pasa.

John Stuart Mill4 hace un aporte
interesante a esta teoría, en particular, estudia en
qué proporción van a intercambiar los países
los diferentes bienes que producen, ya que, por supuesto, nada
nos asegura ni tenemos motivo alguno para pensar que el
intercambio se haga a razón de una unidad de un bien por
una unidad de otro, tal como se ejemplificó en el punto
anterior. Aquí introduce un concepto, que hoy en
día se conoce como la ley de Engel, que consiste en lo
siguiente: a medida que crece el ingreso de un agente, la
proporción del mismo que se gasta en alimentos va
disminuyendo. De ahí podemos afirmar, viceversa, que a
medida que va aumentando el ingreso del agente, la
proporción del ingreso que este gasta en distintos bienes
industriales, va aumentando. Es decir, diferentes
categorías de productos tienen diferentes
elasticidades-ingreso. Ahora bien, retomando el ejemplo anterior,
y siempre dentro de la lógica del modelo, si bien ambos
países se beneficiarán del comercio, es muy
probable que la distribución del beneficio no sea
uniforme, sino que el país que se especialice en bienes de
mayor elasticidad-ingreso, obtenga mayor beneficio que aquel otro
país, cuyos bienes tengan una elasticidad-ingreso
menor.

Sin embargo, el modelo de Ricardo, aparte
de tener supuestos restrictivos como lo indicamos antes, si bien
parece explicar el motivo del comercio interindustrial (es decir,
aquel que se da entre diferentes ramas de producción), no
da respuesta a la pregunta, de qué pasa si dos
países tienen semejantes precios relativos en sus bienes,
es decir, si tienen un nivel de desarrollo similar, es decir, no
explica el motivo del comercio intraindustrial (aquel que se da
entre bienes sustitutos, aunque no de todo, pero de una misma
rama de actividad). Esta última pregunta no es menor, ya
que en las últimas décadas, el comercio
intraindustrial representa aproximadamente 2/3 partes del
comercio mundial.

Finalmente, ya entrado el siglo XX, dos
economistas suecos, Eli Heckscher y Bertil Ohlin4, plantean un
modelo de comercio internacional explicado por la diferente
dotación de factores entre distintos países. A
diferencia del modelo anterior, que implícitamente
derivaba la diferencia en los costos del distinto nivel de
habilidad y desarrollo para producir diferentes tipos de bienes,
el modelo H-O toma en cuenta la dotación de factores en
general, tanto recursos productivos (capital productivo,
maquinas, tecnología, etc.) como abundancia de mano de
obra y recursos naturales. Afirman, entonces, que cada
país debería especializarse en la producción
de bienes para la producción de los cuales se requiere el
factor de producción que posee en relativa abundancia cada
país. Así, el país con abundancia relativa
de bienes de capital debería especializarse en bienes que
requieren mucho capital, países con abundancia relativa de
mano de obra no calificada, que produzcan bienes que requieran
mucha mano de obra, etc.

Es de cierto interés el planteo que
hacen respecto de la distribución de beneficios dentro de
cada país después de la apertura: Al principio,
cuando el país está en autarquía, el bien
con abundancia relativa genera un ingreso relativamente bajo, en
cambio, el bien escaso tiene un precio y por ende genera un
ingreso relativamente alto. Una vez llevado a cabo el proceso de
apertura, el país se encuentra con que le genera
más beneficio producir más del bien que requiere el
uso del factor abundante, y exportar el excedente para importar
el otro bien. Por lo tanto, los recursos son transferidos hacia
la fabricación de ese bien, en cambio, la demanda del
factor escaso baja. Esto genera una redistribución en la
remuneración de los factores, ya que sube la
remuneración del factor abundante, pero baja la
remuneración del factor escaso, hasta el punto en el cual
la remuneración de ambos factores se iguala. Estos autores
usan ciertos supuestos para crear su modelo, tales como
función de producción similar en cada país
para cada bien (igual tecnología), rendimientos
decrecientes para cada factor, ausencia de economías de
escala, gustos similares en ambos países, costos de
transporte poco significativos o nulos. Unos años
más tarde, el economista de origen ruso, Vassiliy
Leontiev, hizo un estudio empírico sobre la estructura de
exportaciones de los EE.UU, y verifico que,
paradójicamente, si bien la economía norteamericana
era una economía caracterizada por una abundancia relativa
en bienes de capital, exportaba mayormente bienes finales con
alto contenido de trabajo, y relativamente poco contenido de
bienes de capital. Este fenómeno pasó a conocerse
como la "paradoja de Leontiev". A lo largo de los años,
este fenómeno se ha observado en más de una
ocasión en diferentes países en todo el
mundo.

En fin, las teorías clásicas
terminan construyendo modelos en los que rige el comercio
intersectorial, entre países de diferente nivel de
desarrollo y dotación de recursos, con factores de
producción que no pueden fluir de un país al otro,
y en los que rige perfecta divisibilidad de las funciones de
producción y no existen economías de escala. Sin
embargo, en la segunda mitad del siglo XX y en lo que va del
presente siglo, cada vez mas predomina una estructura de comercio
diferente a la indicada anteriormente: predomina el comercio
entre países desarrollados, con similar dotación de
recursos y nivel de desarrollo del aparato productivo y capacidad
tecnológica similar, al tiempo que el comercio entre ellos
cada vez mas es de carácter intrasectorial, es decir,
simultáneamente se exportan y se importan bienes de
similares características, aunque no perfectamente
sustitutos. Es muy común ver países exportando e
importando al mismo tiempo automóviles, aviones, etc. Esta
nueva realidad muy poco se condice con las conclusiones
teóricas de los modelos descritos anteriormente. Es cierto
que su poder explicativo era mayor en la época en la que
aparecieron (en su mayoría, en el siglo XIX), sin embargo,
desde ese momento la realidad cambio, haciendo necesaria la
elaboración de un nuevo marco teórico con mayor
fuerza explicativa. Diversos enfoques heterodoxos,
schumpeterianos, estructuralistas y marxistas tratan de explicar
la nueva estructura del comercio internacional. Sin pretender
exponer acabadamente los diferentes enfoques, sin embargo resulta
necesario hacer una breve exposición de los
mismos.

El primer punto que se convierte en
objetivo de fuertes criticas, es el supuesto de rendimiento de
escala constante (o decreciente): en la vida real, en la
industria moderna, vemos enorme cantidad de sectores que solo son
viables si operan con producción a gran escala, tienen
altas barreras a la entrada (es decir, necesitan grandes
inversiones de capital para poder desarrollar la actividad
productiva como tal), su productividad aumenta a medida que
aumenta la escala de producción y la capacidad instalada
de la planta productiva y por lo tanto, solo permite la presencia
de unos pocos jugadores, cada uno de gran tamaño y fuerte
presencia en el mercado. Al haber, entonces, economías de
escala, vemos que el país que tiene un mayor mercado
doméstico, logra instalar una industria con un mayor nivel
de productividad y menores costos, solo por el hecho de que sus
productores gozan del acceso a un mercado más grande. En
cambio, una economía con un menor mercado domestico, en
este caso se encuentra en desventaja. Esta es una de las
explicaciones de la diferencia de costos entre diferentes
países, y una importante explicación del comercio
internacional, ya que aquellas empresas que logran exportar a
mercados foráneos, logran ampliar sus mercados, aumentar
la escala de producción, introducir técnicas de
producción más modernas y competitivas, y mejorar
su posición frente a las empresas que no logran acceder a
mercados de mayor tamaño.

El constante esfuerzo por conseguir
mercados externos para su producción, para poder ampliar
la escala de producción más allá de lo que
permite el mercado domestico, se convierte en una muy importante
herramienta de política económica de todo gobierno
interesado en promover el desarrollo y el crecimiento de su
país. Este tipo de economías de escala son lo que
se llama "economías de escala internas", es decir, los
beneficios derivados del aumento del tamaño del mercado,
son absorbidos por la firma productora. Otro tipo de
economías de escala, las llamadas "externas", se dan
cuando los beneficios no son absorbidos por una firma en
particular, sino que se dispersan al conjunto de las firmas que
operan en un determinado sector, e incluso a toda la
economía en su conjunto. Así, por ejemplo, el hecho
de que varias empresas de un mismo rubro se concentren en un
lugar físico determinado, permite por ejemplo la
creación de sistemas de transporte que benefician a todas
las empresas. Por ejemplo, si una siderúrgica construye un
ramal ferroviario para transportar el mineral de hierro desde la
mina, al ubicarse en el mismo lugar otra planta
siderúrgica, puede aprovechar el mismo ramal ferroviario
para transportar ella también su materia prima,
prorrateando de esta manera los costos fijos del ramal
ferroviario entre todos los productores del lugar, y resultando
de esta manera más barato y accesible su servicio para
cada uno de los usuarios. Es decir, en este tipo de
economías de escala, las firmas ven disminuidos sus costos
a medida que crece el sector como tal en el cual se desenvuelven
las firmas[5]

Por último, un tercer tipo de
economías de escala, las denominadas dinámicas o de
aprendizaje, son justamente el resultado de un constante proceso
de aprendizaje que llevan a cabo las firmas en el proceso mismo
de producción (lo que se llama "learning by doing" en la
jerga económica). Es decir, en el mismo proceso de
producción se detectan diferentes fallas, imperfecciones,
oportunidades de perfeccionamiento, búsqueda y
descubrimiento de nuevas soluciones, técnicas productivas,
etc. Para este tipo de economías de escala, el momento de
inicio de las actividades es fundamental, ya que el primero que
logra entrar al mercado y por lo tanto el que más tiempo
lleva en el negocio, tiene una mayor ventaja sobre aquellos que
entran después, por el solo hecho de tener más
tiempo para aprender y perfeccionarse en el proceso mismo de la
producción. En fin, para todas aquellas actividades en las
que existen economías de escala, el tamaño del
mercado en el que operan las firmas y la fecha de inicio de sus
actividades, son fundamentales a la hora de explicar el comercio
internacional, ya que los jugadores con mayor mercado domestico y
los que primero entraron en el juego, tienen ventaja sobre los
demas5.

Otro punto de crítica importante
provenía de diferentes autores schumpeterianos y
neoschumpeterianos. En particular, a diferencia del planteo
clásico y neoclásico de productos homogéneos
y capacidades tecnológicas similares entre países,
en el siglo XX, al tiempo que predominaba el comercio
intraindustrial, cada vez mas cobraba importancia la estrategia
de diferenciación de productos como estrategia para captar
nuevos mercados[6]Así, si bien los
países de similar nivel de desarrollo comercian entre
sí productos similares, aunque no de todo sustitutos, cada
productor trata de cooptar ciertos nichos en el mercado a
través de introducción de bienes con alguna
característica particular, ausente en los bienes de los
competidores, que le permite captar ciertas preferencias
particulares de los consumidores y ganar posición
monopólica en un determinado sector del mercado y mejorar
de esta manera su posición frente a sus
competidores.

Otra estrategia para ganar mercados es la
constante innovación y desarrollo de nuevas
tecnologías, nuevos procesos productivos y productos
finales, ausentes en las firmas competidoras, para ganar de esta
manera ventaja frente a los demás. La diferencia en las
capacidades tecnológicas funciona entonces como un factor
explicativo muy importante del comercio entre países, ya
que, en un principio, solo un productor, o un grupo muy reducido
de productores en un puñado muy reducido de países
ofrece un determinado producto de alto contenido
tecnológico y valor agregado, y los demás, al no
poder producirlo por cuenta propia, se ven obligados a
importarlo. Ya no se trata entonces, de fabricar lo que uno mejor
sabe hacer, tal como lo planteaban Smith y Ricardo, sino que
directamente la opción de fabricarlo por cuenta propia no
está disponible para los países de menor
desarrollo. Desde esta óptica, el constante esfuerzo e
inversión en I&D se vuelve otra herramienta
fundamental para todo país que quiere iniciar un proceso
sostenido de crecimiento, desarrollo y mejora del nivel de vida
de sus habitantes. En este sentido, el economista noruego Erik
Reinert hace un aporte importante[7]no solo es
importante que tan eficiente es un país produciendo tal o
cual producto, sino que es mucho más importante elegir la
especialización adecuada para alcanzar el nivel de
desarrollo deseado. Hay algunos patrones de
especialización que son más preferibles que otros.
Así, aquellos que se especialicen en producción de
bienes de alto valor agregado, y contenido tecnológico
relativo, se benefician más del comercio internacional,
que aquellos otros países que se especialicen en bienes de
menor contenido tecnológico y más estandarizados, o
directamente materias primas (commodities). En el sector de mayor
contenido tecnológico, hay fuertes barreras a la entrada,
asociadas con el requerimiento de grandes inversiones en
construcción de plantas productivas, así como
también grandes inversiones en procesos de aprendizaje,
investigación y desarrollo. Esto hace que haya pocos
oferentes en el mercado mundial, cada uno con fuerte
posición monopolista u oligopólica. Es ahí
donde prevalecen los rendimientos crecientes a escala, hay
competencia imperfecta, y por lo tanto es posible obtener
beneficios extraordinarios. Por lo tanto, un aumento en el nivel
de productividad, no concluye en una reducción de los
precios, sino que aumenta el beneficio extraordinario de la
empresa. En cambio, aquellos países con
especialización en bienes más simples o materias
primas, no logran obtener una posición monopólica u
oligopólica en el mercado, sino que operan en condiciones
más parecidas a las de competencia perfecta, donde un
aumento de productividad y por lo tanto en el volumen producido,
redunda en un nivel más bajo de precios que ofrecen sus
productores. De esta manera, según Reinert, mientras que
en los países especializados en producción de
bienes complejos predomina la distribución colusoria de
los ingresos, en la cual tras el aumento en la productividad y el
nivel de producción, una parte de los beneficios
extraordinarios es apropiada por los capitalistas, y la otra por
los trabajadores y el Estado, en aquellos países con
especialización en bienes commodities, predomina la
distribución clásica de los ingresos. El mayor
nivel de producción hace bajar el precio obtenido por el
productor, y por lo tanto el aumento en la productividad no lleva
al aumento en el nivel de ganancia ni en los salarios de sus
trabajadores. Afirma, de esta manera que "Así como un lava
copas más eficiente va a ganar menos que un abogado
promedio, de la misma manera el productor más eficiente de
una materia prima va a obtener un menor beneficio que un
productor promedio de un producto de alto contenido
tecnológico". La especialización, entonces, es un
factor fundamental tanto a la hora de explicar los motivos del
comercio entre países, como la distribución entre
países de los beneficios generados por el mismo. En este
sentido, no necesariamente un país especializado en bienes
de bajo contenido tecnológico salga beneficiado de un
proceso de liberalización indiscriminada del comercio
externo.

Finalmente, una corriente de pensamiento
que podría resumirse en las llamadas "Tesis de
Prebisch-Singer" (por el nombre del economista argentino
Raúl Prebisch y el alemán Hans Singer) retoma, en
parte, el desarrollo de la diferencias en las
elasticidades-ingreso como explicación del comercio
internacional y la diferente distribución del ingreso como
resultado de este comercio. Al igual que otras teorías
llamadas "de intercambio desigual", enfocan el problema no tanto
desde el punto de vista del país como consumidor, sino
más bien como productor, profundizando el planteo hecho en
su momento por John Stuart Mill. Así, los países
especializados en la producción de alimentos y materias
primas, se enfrentan con una baja elasticidad-ingreso de sus
productos, tanto por que la demanda de los alimentos por parte de
los países desarrollados prácticamente no crece en
términos absolutos y cae en proporción al ingreso
total de los mismos a partir de un determinado nivel de ingreso
(ley de Engel), como por que los países desarrollados, al
introducir constantemente técnicas de producción
más avanzadas, permanentemente persiguen el objetivo de
"producir más con menos", es decir, utilizar más
racionalmente los recursos, reducir los desperdicios, de manera
tal de crear bienes finales con mayor valor agregado, utilizando
menos materia prima. Por otro lado, la elasticidad-ingreso de los
productos elaborados es mucho mayor. De esta manera, a medida que
crece la economía mundial en su conjunto, la demanda de
los bienes industriales con alto valor agregado crece más
rápidamente que la demanda de alimentos y materias primas,
resultando así en un mayor beneficio para los oferentes de
aquellos bienes con mayor valor agregado, y un estancamiento
relativo para los oferentes de materia prima. En consecuencia,
como ya hemos comentado, a medida que se van introduciendo
avances tecnológicos y aumentando el nivel de
producción, la relación en los precios entre los
bienes manufacturados y los primarios se va modificando en el
tiempo, a favor de los primeros. Este efecto es el que Prebisch
denomino "deterioro de los términos de intercambio". Por
otro lado, la menor elasticidad-ingreso de las materias primas,
genera una situación en la cual este sector se convierte
en menos dinámico en comparación con el sector
industrial, limitando de esta manera el potencial de crecimiento
económico del país que se especializó en el
sector primario con respecto a aquellos que se especializaron en
producción industrial más dinámica,
ampliando con el paso del tiempo más todavía la
desigualdad entre los países. Este es un argumento muy
importante, que indica que no necesariamente todos los
países se beneficien de la apertura económica, tal
como lo indicaban los autores clásicos y
neoclásicos, sino que perfectamente puede darse la
situación de que haya países perjudicados por esta
apertura, o al menos, algunos se beneficien mucho más que
otros. De esta manera, a diferencia de los clásicos, que
abogaban por la liberalización absoluta del comercio
internacional como el principal vehículo para maximizar la
utilidad de los países, los países de menor
desarrollo relativo deberían quizás descartar tal
opción, y buscar otras estrategias de desarrollo, que
contemplen las características de su estructura
económica y se adapten mejor a la realidad en la que se
encuentran tales países.

Después de la Segunda Guerra
Mundial, se inicio un proceso de desmantelamiento de las barreras
comerciales y de paulatina liberalización del comercio.
Sin embargo, en el mismo periodo comenzaron a aparecer acuerdos
de integración local y regional entre determinados
países, al parecer, por fuera de este proceso de
liberalización del comercio mundial, así,
comenzaron a surgir bloques regionales, tanto en mundo
capitalista como en el bloque de los países socialistas
(el llamado Consejo de Ayuda Económica
Mutua)[8]. En el mismo periodo, a fines de los
años 50 y principios de los 60, empezó a surgir la
primera literatura que estudiaba y aspiraba brindar un soporte
teórico a este proceso. El pionero en el tema fue el
economista austriaco Jacob Viner[9]Se postulaba en
ese momento, en el seno del GATT y en los círculos
académicos, que era necesario y beneficioso para los
países dirigirse hacia una cada vez más amplia
apertura económica y liberalización del comercio, y
remover las trabas para el mismo, como medio para aumentar el
bienestar y el desarrollo de los países. En ese contexto,
Viner se pregunta si el proceso de integración entre dos o
varios países y la liberalización del comercio
entre ellos, lleva hacia una mayor liberalización del
comercio mundial, o al revés, los procesos de
integración regional funcionan como un freno para la
irrestricta liberalización del comercio
mundial?

Introduce entonces, un concepto interesante
para evaluar el potencial impacto de cualquier proceso de
integración, que es el concepto de creación y
desvío de comercio. La lógica es la siguiente:
antes de la integración, el flujo comercial entre los
futuros socios es bajo o nulo. Una vez puesto en práctica
el acuerdo de integración, se desmantelan las barreras
arancelarias y en lo posible también las no arancelarias,
lo cual facilita el acceso de cada uno de los socios al mercado
interno del otro socio, creando de esta manera un mercado
ampliado. Ahora bien, si esto permite que algunos productores
menos eficientes del un país salgan del mercado, y sus
posiciones sean ocupadas por otros productores más
eficientes del país socio, entonces se crea un nuevo flujo
de comercio entre los socios que antes no existía, y los
consumidores de este país ahora tienen acceso a los
productos del productor más eficiente, aumentando de esta
manera su bienestar. Ahora bien, si antes de la
integración ya existía un flujo de comercio con un
tercer país, cuyos productores en si son más
eficientes todavía que los del país socio, pero
después de la integración estos productores del
tercer país quedan desplazados por qué no gozan de
las preferencias aduaneras de las que gozan los productores del
país socio, relativamente menos eficientes que los del
tercer país, esto desvía el flujo comercial del
país en cuestión con el tercer país hacia el
comercio con el país socio, se elimina de esta manera el
comercio extra-bloque y se lo reemplaza por el comercio
intra-bloque, a este proceso Viner lo llama "desvío de
comercio". Lo ve como un efecto negativo, porque ahora los
consumidores del país en cuestión no tienen
más acceso a las mercaderías del productor
más eficiente, sino que solo pueden acceder a las
mercaderías de los productores del país socio,
menos eficientes, y de esta manera se ven perjudicados. De esta
manera, Viner establece un criterio para la evaluación: si
después de haberse llevado a cabo el proceso de
integración regional, el efecto de creación del
comercio predomina sobre el efecto de desvío, entonces la
integración es un paso hacia la liberalización del
comercio mundial y hacia el punto óptimo. Por el
contrario, si predomina el efecto desvío, lo ve como un
proceso negativo que nos aleja del punto deseado. Vale aclarar
que para su análisis, Viner desestima el ya mencionado y
el tan importante efecto de economías de escala, y
también supone ausencia de costos de transporte entre los
países, así como también productos
totalmente homogéneos, supuestos muy restrictivos y poco
realistas. En si, en un principio el proceso de
integración regional tiene un efecto indeterminado, sin
embargo, en términos generales lo ve como algo sub-optimo,
ya que la apertura total al comercio mundial aseguraría
que solo permanezcan en el mercado local los productores
más eficientes a nivel mundial, pero el proceso de
integración regional no estaría garantizando tal
cosa, ya que existe la posibilidad que los productores del
país socio no sean los más eficientes a nivel
mundial. La brecha entre el óptimo y el sub-optimo se
estaría midiendo, entonces, por esta diferencia en
productividad entre el productor más eficiente a nivel
mundial y los productores del país socio.

Antes de continuar, expondremos una breve
tipología de las diferentes fases del proceso de
integración, tratando de seguir un orden lógico,
yendo de menor a mayor. La primera etapa es lo que se conoce bajo
el nombre de Área de Libre Comercio: su propósito
es establecer un régimen de libre comercio de los bienes y
servicios producidos por los países socios. Los
países que componen dicha área se comprometen
eliminar las restricciones arancelarias y las no arancelarias
para el ingreso de los bienes y servicios producidos por el
país socio, sin embargo, cada uno de los países
mantiene su propia política comercial y aduanera en lo que
respecta a terceros países, y también sigue
aplicando su política comercial y aduanera a aquellos
bienes que provienen del territorio del país socio, sin
embargo no son fabricados en su territorio sino que son
originarios de un tercer país. Para distinguir este tipo
de bienes, se aplica lo que se llama "regla de origen", es decir,
se establece por convenio el porcentaje del valor final del bien
que tiene que ser generado en el territorio del país
socio, para ser considerado como bien de producción local
y gozar de esta manera de las ventajas que establece el nuevo
régimen de libre comercio establecido entre los socios.
Así, una regla de origen más estricta puede
establecer que se considera como bien producido por el
país socio aquel que tiene por ejemplo, un 90% de su valor
final fabricado en el territorio del país socio, en
cambio, una RO más liberal puede aceptar una menor
proporción del valor agregado local para considerar un
determinado producto como producto de fabricación local
(Esto es sumamente importante a la hora de analizar tales rubros
como aviación, sector automotriz, construcción de
maquinaria compleja, etc.)[10]

La siguiente fase de integración es
el establecimiento de una Unión Aduanera. Sigue estando
restringido a la libre circulación de bienes y servicios
dentro de los límites de la misma, pero la gran novedad
ahora es que los países miembros de la UA ahora unifican
su política comercial y aduanera, unificando los
estándares técnicos, fitosanitarios, y
estableciendo lo que se llama "Arancel Externo Común", es
decir, los socios unifican el criterio que se aplica hacia los
terceros países, y cobran siempre el mismo arancel
aduanero, independientemente por donde ingrese la
mercadería, pero una vez ingresada en el ámbito de
la UA, circula libremente sin abonar ningún arancel
interno mas. Se eliminan de esta manera las fronteras internas
entre los socios.

El siguiente paso en el proceso de
integración, es la creación de un Mercado
Común, también llamado Espacio Económico
Común. Representa un estado más profundo
todavía de integración, porque ahora ya no solo se
liberaliza el flujo de bienes y servicios, sino que
también se eliminan las restricciones al flujo de la mano
de obra y capitales dentro de los límites del MC. Con la
creación de un mercado ampliado, se crean nuevas
condiciones para la actividad económica que antes no
estaban disponibles. El mayor tamaño del mercado permite
aprovechar mejor las economías de escala, y quizás
establecer nuevas actividades e industrias que antes directamente
no eran viables. También se crea una situación
más atractiva para los inversores externos, que tienen
más incentivos para invertir con el fin de aprovechar
mejores condiciones.

Ahora bien, lo que hay que destacar es que
si bien los beneficios para la zona en su conjunto parecen estar
evidentes, lo que no es tan evidente es como se van a distribuir
estos beneficios al interior de la zona. En un principio, no hay
nada que nos garantice que se distribuyan de manera uniforme,
sino que perfectamente puede darse la situación de que
algunos se lleven una porción mayor de beneficios que
otros. Por lo tanto, se hace necesaria una coordinación de
políticas a nivel del MC en su conjunto, para tratar de
generar una distribución geográfica de los
beneficios que beneficie a todos los socios de manera más
o menos uniforme, ya que, de lo contrario, los menos beneficiados
quizás no tendrían interés en permanecer por
mucho tiempo en el Mercado Común, y el proceso de
integración no sería sostenible en el largo plazo.
Tales mecanismos de distribución de los beneficios
básicamente podrían ser de tres tipos: Los
comerciales, los financieros y los productivos. Los mecanismos
comerciales establecen algún tipo de privilegio o
beneficio extra para aquellos socios del esquema menos
desarrollados o que se cree que se benefician menos que los
demás. Así, por ejemplo, en un ALC se
podrían establecer reglas de origen no simétricas,
permitiendo al país menos desarrollado acceder al mercado
más desarrollado con productos con un menor contenido de
valor agregado nacional, para poder colocar de esta manera su
producción y compensar su menor nivel de desarrollo
relativo. Otro mecanismo es el financiero, que puede consistir
tanto en asistencia crediticia a aquellos países que lo
necesiten, en inversiones directas en infraestructura (los
países más desarrollados podrían aportar
fondos con los que se estarían financiando inversiones en
infraestructura en países menos desarrollados) o
mecanismos de índole productiva, de esta manera se llevan
a cabo de manera deliberada inversiones productivas en
países menos desarrollados, para permitir que alcancen el
nivel de los demás. Este último mecanismo requiere
el establecimiento de políticas industriales comunes y una
estrecha coordinación productiva e industrial entre los
socios, para lo cual sería necesario crear instituciones
supranacionales que coordinen tales acciones.

Partes: 1, 2, 3

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