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El gran Mao Tse-Tung



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  1. Análisis de las clases de la sociedad china
  2. Informe sobre una investigación del ? movimiento campesino en Junan
  3. Prestar atención al trabajo económico
  4. Cómo determinar las clases en? las zonas rurales
  5. Nuestra política económica
  6. Preocupémonos por las condiciones de vida de las masas, prestemos atención? a los métodos de trabajo
  7. Sobre la táctica de la lucha contra? el imperialismo japonés
  8. Problemas estratégicos de la? guerra revolucionaria de China
  9. El partido comunista de China y la guerra revolucionaria de China
  10. Luchemos por incorporar a millones de integrantes de las masas al Frente Único Nacional Anti japonés
  11. Sobre la contradicción
  12. Perspectivas en la lucha contra la?ofensiva japonesa
  13. Por la movilización de todas las fuerzas para la victoria de la guerra de resistencia
  14. Contra el liberalismo
  15. Tareas urgentes después de establecida la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista
  16. Entrevista con el periodista inglés James Bertram
  17. La situación y las tareas en la guerra de resistencia contra el Japón después? de la caída de Shanghái y Taiyuan[
  18. Proclama del gobierno de la región fronteriza de Shensi-Kansu-Nlngsla y del Cuartel General de retaguardia ? del VIII ejército
  19. Problemas estratégicos de la guerra? de guerrillas contra el Japón
  20. Sobre la guerra prolongada
  21. El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional
  22. El problema de la independencia y autodecisión dentro del ? frente único
  23. Problemas de la guerra y de? la estrategia
  24. El Movimiento del 4 de mayo
  25. La orientación del movimiento juvenil
  26. Entrevista sobre la nueva situación internacional con un corresponsal del diario Nueva China
  27. Una sola chispa puede incendiar? la pradera

Análisis de las clases de la sociedad china

[*] Marzo de 1920

    ¿Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos? Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución. Si todas las anteriores luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron exiguos resultados, fue esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con los auténticos amigos para atacar a los verdaderos enemigos. Un partido revolucionario es el guía de las masas, y no hay revolución que no fracase cuando ese partido las conduce por un camino erróneo. A fin de conquistar con seguridad la victoria en la revolución y no conducir a las masas por un camino erróneo, tenemos que cuidar por unirnos con nuestros auténticos amigos para. atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y para distinguir a los auténticos amigos de los verdaderos enemigos, tenemos que hacer un análisis general de la condición económica de las diversas clases de la sociedad china y de sus respectivas actitudes hacia la revolución.

    ¿Cuál es la situación de cada una de las clases de la sociedad china?

    La clase terrateniente y la burguesía compradora[1]. En China, país semicolonial y económicamente atrasado, la clase terrateniente y la burguesía compradora son verdaderos apéndices de la burguesía internacional, y su existencia y desarrollo dependen del imperialismo. Estas clases representan las relaciones de producción más atrasadas y reaccionarias de China e impiden el desarrollo de las fuerzas productivas del país. Su existencia es absolutamente incompatible con

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    * Artículo escrito por el camarada Mao Tse-tung para combatir dos tendencias existentes entonces en el Partido. La primera, representada por Chen Tu-siu, sólo se interesaba en la cooperación con el Kuomintang y olvidaba al campesinado; era oportunismo de derecha. La segunda, representada por Chang Kuo-tao, sólo prestaba atención al movimiento obrero e igualmente olvidaba al campesinado; era oportunismo de "izquierda". Ambas corrientes oportunistas sentían que las fuerzas de la revolución [cont. en pág. 10. — DJR] eran insuficientes, pero ninguna sabía dónde buscar refuerzos, dónde ganar aliados en gran número. El camarada Mao Tse-tung señaló que el campesinado era el aliado más leal y numeroso del proletariado chino, y resolvió así el problema de quién en el principal aliado en la revolución china. Además, señaló que la burguesía nacional era una clase vacilante y previó que, con el ascenso de la revolución, se produciría un división en ella y que su ala derecha se pasaría al lado del imperialismo. Esto fue confirmado por los acontecimientos de 1927.

Los objetivos de la revolución china. En particular, la clase de los grandes terratenientes y la gran burguesía compradora se coloca siempre del lado del imperialismo y constituyen un grupo extremadamente contrarrevolucionario. Sus representantes políticos son los estatistas[2] y el ala derecha del Kuomintang.

    La burguesía media. Esta clase representa las relaciones de producción capitalistas en la ciudad y el campo de China. La burguesía media, por la que entendemos principalmente a la burguesía nacional[3] tiene una actitud contradictoria hacia la revolución china: siente la necesidad de la revolución y favorece el movimiento revolucionario contra el imperialismo y los caudillos militares cuando padece los golpes del capital extranjero y la opresión de los caudillos militares pero desconfía de la revolución cuando siente que, con la valiente impetuosa participación del proletariado del país y el activo apoyo del proletariado internacional, la revolución amenaza su esperanza de alcanzar la condición de gran burguesía. En lo político aspira establecer un Estado dominado por una sola clase: la burguesía nacional. Uno que dice ser "verdadero discípulo" de Tai Chi-tao[4] declaró en el Chen Pao [5] de Pekín: "Levantad el brazo izquierdo para aplastar a los imperialistas y el derecho para aplastar a los comunistas." Estas palabras expresan el dilema y el temor de la burguesía nacional. Esta clase se opone a que el Principio de la Vida del Pueblo del Kuomintang sea interpretado según la teoría de la lucha de clases, a que el Kuomintang se alíe con Rusia y admita en su seno comunistas[6] y elementos de izquierda. Pero su intento de establecer un Estado dominado por la burguesía nacional es absolutamente irrealizable, debido a que la actual situación mundial se caracteriza por el hecho de que las dos grandes fuerzas, la revolución y la contrarrevolución, se enfrentan en la lucha final. Cada una de ellas ha levantado una gran bandera: una es la bandera roja de la revolución, que enarbola la III Internacional, llamando a unirse en torno suyo a todas las clases oprimidas del mundo; la otra es la bandera blanca de la contrarrevolución, que enarbola la Sociedad de las Naciones, llamando a unirse en torno suyo a todos los contrarrevolucionarios de la tierra. Inevitablemente, se producirá pronto una división dentro de las clases intermedias: algunos sectores se inclinarán hacia la izquierda para unirse a la revolución, y otros, hacia la derecha para sumarse a la contrarrevolución. Para estas clases no hay posibilidad alguna de permanecer "independientes". Por eso, la idea concebida por la burguesía media china de una revolución "independiente" en la que esta clase desempeñaría el papel principal, no es más que una ilusión.

    La pequeña burguesía. A ella pertenecen los campesinos propietarios[7], los artesanos propietarios de talleres, las capas inferiores de la intelectualidad – estudiantes, maestros de enseñanza primaria y secundaria, funcionarios subalternos, oficinistas, tinterillos – y los pequeños comerciantes. Tanto por su número como por su naturaleza de clase, la pequeña burguesía merece seria atención. Los campesinos propietarios y los artesanos propietarios de talleres se dedican a la producción en pequeña escala. Aunque las diferentes capas de la pequeña burguesía tienen todas la condición económica propia de esta clase, se dividen en tres sectores. El primero comprende a los que disponen de algún excedente en dinero o en grano, es decir, aquellos que por su trabajo manual o intelectual reciben cada año ingresos superiores a sus gastos de manutención. Movidas por el vehemente deseo de enriquecerse, esas personas rinden devoto culto al Mariscal Chao[8]; si bien no se hacen ilusiones de amasar grandes fortunas, anhelan invariablemente trepar a la posición de la burguesía media. Cuando ven el respetuoso trato que reciben los pequeños ricachos, la boca se les hace agua. Son gente de poco carácter, temen a las autoridades y sienten también cierto temor a la revolución. Por su condición económica tan cercana a la de la burguesía media, dan mucho crédito a la propaganda de ésta y desconfían de la revolución. Este sector es una minoría dentro de la pequeña burguesía y constituye su ala derecha. El segundo sector está compuesto de los que en lo fundamental se mantienen con sus propios medios económicos. Son muy diferentes de los integrantes del primer sector. También desean enriquecerse, pero el Mariscal Chao no se lo permite jamás. Además, en los últimos años, víctimas de la opresión y explotación del imperialismo, de los caudillos militares, de los terratenientes feudales y de la gran burguesía compradora, han llegado a sentir que el mundo ya no es lo que era. Se dan cuenta de que, trabajando como antes, no pueden asegurar su subsistencia. Para ganarse la vida, tienen que

prolongar su jornada de trabajo, levantándose más temprano y acostándose más tarde, y redoblar su cuidado en el trabajo. Se vuelven entonces un tanto insultantes y califican a los extranjeros de "demonios extranjeros", a los caudillos militares de "generales bandidos", y a los déspotas locales y shenshi malvados[9] de "ricos desalmados". En cuanto al movimiento contra los imperialistas y los caudillos militares, sólo dudan de su éxito (porque los extranjeros y los caudillos militares les parecen muy poderosos), e indecisos de participar en él, prefieren mantenerse neutrales, pero de ninguna manera se oponen a la revolución. Este sector es muy numeroso y representa aproximadamente la mitad de la pequeña burguesía. El tercer sector comprende a aquellos cuyo nivel de vida va en descenso. Muchos de ellos, pertenecientes a familias que fueron acomodadas, están pasando gradualmente de una situación en que a duras penas logran mantenerse a una vida más y más precaria. Al hacer el balance de fin de año, exclaman aterrados: "¡Cómo! ¡Un nuevo déficit!" Ya que han vivido días mejores y que su situación se agrava de año en año, sus deudas crecen y su existencia se hace cada vez más miserable, "el solo pensar en su porvenir les da escalofríos". Esas gentes sufren intensa pena a causa del fuerte contraste que existe entre su vida pasada y la presente. Ocupan un lugar bastante importante en el movimiento revolucionario, pues constituyen una masa numerosa y representan el ala izquierda de la pequeña burguesía. En tiempos normales, estos tres sectores de la pequeña burguesía difieren en su actitud hacia la revolución. Pero en tiempos de guerra, es decir, cuando la revolución está en ascenso y se ve la aurora de la victoria, se unen a la revolución no sólo el ala izquierda sino también el sector intermedio de la pequeña burguesía, y hasta elementos de su ala derecha se ven obligados a seguir la corriente de la revolución, arrastrados por la gran marea revolucionaria del proletariado y del ala izquierda de la pequeña burguesía. Por la experiencia del Movimiento del 30 de Mayo de 1925[10] y del movimiento campesino en diversos lugares, podemos ver que esta afirmación es correcta.

    El semiproletariado. Lo que llamamos semiproletariado comprende cinco categorías: 1) la aplastante mayoría de los campesinos semipropietarios[11], 2) los campesinos pobres, 3) los pequeños artesanos, 4) los dependientes de comercio[12] y 5) los vendedores ambulantes. La aplastante mayoría de los campesinos semipropietarios y los campesinos pobres constituyen una inmensa parte de las masas rurales. El problema campesino es esencialmente su problema. Los campesinos semipropietarios, campesinos pobres y pequeños artesanos se dedican a la producción en una escala aún más pequeña que los campesinos propietarios y artesanos propietarios de talleres. Aunque tanto la aplastante mayoría de los campesinos semipropietarios como los campesinos pobres pertenecen al semiproletariado, todavía se les puede clasificar, según su condición económica, en tres capas: superior, media e inferior. Los campesinos semipropietarios viven peor que los campesinos propietarios, porque cada año les falta aproximadamente la mitad del sustento necesario, y tienen que compensar este déficit tomando en arriendo tierras ajenas, vendiendo parte de su fuerza de trabajo o haciendo pequeños negocios. Entre la primavera y el verano, cuando la cosecha pasada se ha agotado y los cultivos están aún en cierne, piden dinero prestado a intereses usurarios y compran grano a altos precios. Naturalmente, llevan una existencia más difícil que los campesinos propietarios, quienes no necesitan recurrir a la ayuda de nadie. Pero viven mejor que los campesinos pobres, porque éstos no poseen tierra y sólo obtienen por su trabajo del año la mitad de la cosecha, o aún menos; en cambio, los campesinos semipropietarios pueden quedarse con toda la cosecha de su propia tierra, aunque también obtienen sólo la mitad, o aún menos, del producto de la tierra que toman en arriendo. Los campesinos semipropietarios son, por lo tanto, más revolucionarios que los campesinos propietarios, pero menos que los campesinos pobres. Estos últimos son arrendatarios explotados por los terratenientes. Pueden dividirse, a su vez, en dos capas según su condición económica. Una comprende a los que disponen de herramientas de labranza relativamente suficientes y de ciertos fondos. Estos campesinos pueden retener la mitad del producto de su trabajo del año. Para cubrir su déficit, hacen cultivos marginales, cogen peces y camarones, crían aves y cerdos o venden parte de su fuerza de trabajo, y logran así a duras penas ganarse la vida. En medio de dificultades y penurias, se consuelan con la esperanza de mantenerse mal que bien hasta el nuevo año. Viven más penosamente que los campesinos semipropietarios, pero mejor que la otra capa de campesinos pobres. Son más revolucionarios que los campesinos semipropietarios, pero menos que la otra capa de campesinos pobres. Estos últimos no tienen herramientas de labranza suficientes, ni fondos; disponen de escasa cantidad de abono y sólo obtienen pobres cosechas, y, por ser muy poco lo que: les queda después de pagar el arriendo, tienen aún mayor necesidad de vender parte de su fuerza de trabajo. En los tiempos de hambre y calamidades, mendigan en préstamo a sus parientes y amigos unos cuantos dou o sheng[13] de grano para mantenerse siquiera por cuatro o cinco días; sus deudas se amontonan como cargas sobre el lomo del buey. Constituyen un sector campesino que vive en extrema miseria y son muy sensibles a la propaganda revolucionaria. Los pequeños artesanos son llamados semiproletarios, pues, aunque poseen algunos medios de producción elementales y ejercen oficios "libres", también se ven a menudo obligados a vender parte de su fuerza de trabajo, y su condición económica se asemeja más o menos a la de los campesinos pobres. A causa del pesado fardo de sus obligaciones familiares y la disparidad entre sus ingresos y el costo de la vida, sienten constantemente el tormento de la pobreza y el miedo a la falta de trabajo; en este aspecto también se parecen a los campesinos pobres. Los dependientes son empleados de establecimientos comerciales; sustentan a sus familias con un modesto sueldo que por lo común sólo es aumentado una vez en varios años, mientras los precios suben cada año. Si por casualidad uno entra en íntima conversación con ellos, se desatan en interminables quejas. Con una situación a grandes rasgos similar a la de los campesinos pobres y pequeños artesanos, son muy sensibles a la propaganda revolucionaria. Los vendedores ambulantes, ya sean los que llevan su mercancía en balancín, o los que instalan sus puestos en las calles, tienen un capital insignificante, y sus exiguas ganancias no les alcanzan para el sustento ni el vestido. Se encuentran casi en la misma situación que los campesinos pobres y, al igual que éstos, necesitan una revolución que cambie el actual estado de cosas.

    El proletariado. El proletariado industrial moderno asciende aproximadamente a dos millones. Tan reducida cifra se explica por el atraso económico de China. Estos dos millones de obreros industriales están empleados principalmente en cinco sectores: ferrocarriles, minas, transporte marítimo, industria textil y astilleros; y un gran número de ellos se hallan bajo el yugo del capital extranjero. Aunque débil numéricamente, el proletariado industrial representa las nuevas fuerzas productivas de China, es la clase más progresista de la China moderna y se ha convertido en la fuerza dirigente del movimiento revolucionario. Para apreciar la importante posición del proletariado industrial en la revolución china, basta con ver la fuerza que ha desplegado en las huelgas de los últimos cuatro años, tales como las de los marineros[14], de los ferroviarios[15], de las minas de carbón de Kailuan y Chiaotsuo[16], la huelga de Shamien[17] y las huelgas generales de Shanghai y Hongkong[18] a raíz del Incidente del 30 de Mayo. La primera razón por la cual los obreros industriales ocupan esta posición es su concentración. Ningún otro sector de la población está tan concentrado como ellos. La segunda razón es su baja condición económica. Privados de medios de producción, no poseen más que sus manos, ni tienen esperanza alguna de enriquecerse; además, son víctimas del más despiadado trato por parte de los imperialistas, los caudillos militares y la burguesía. A todo esto se debe su gran capacidad de lucha. Los culíes de las ciudades constituyen también una fuerza que merece seria atención. Son, en su mayoría, trabajadores portuarios y conductores de ricksha ; entre ellos se cuentan también los poceros[19] y los barrenderos. Nada tienen, salvo sus manos, y su condición económica es similar a la del proletariado industrial, sólo que se hallan menos concentrados y desempeñan un papel menos importante en la producción. La agricultura capitalista moderna está aún poco desarrollada en China. Con el término proletariado rural designamos a los asalariados agrícolas contratados por año, por mes o por día. Desprovistos de tierra, de herramientas de labranza y de fondos, sólo pueden subsistir vendiendo su fuerza de trabajo. De todos los trabajadores, ellos tienen la más larga jornada de trabajo, reciben los más bajos salarios y el peor trato, y están sujetos a la mayor inseguridad de empleo. Por ser los que sufren mayores privaciones en el campo, ocupan en el movimiento campesino una posición tan importante como los campesinos pobres.

    Existe además un numeroso lumpemproletariado, compuesto de campesinos que han perdido su tierra y de obreros artesanos sin trabajo. Llevan una vida más precaria que ningún otro sector de la sociedad. Tienen en todo el país sus organizaciones secretas, que fueron en un principio organizaciones de ayuda mutua para la lucha económica y política, entre ellas, la Sociedad Tríade en las provincias de Fuchién y Kuangtung, la Sociedad de los Hermanos en las provincias de Junán, Jupei, Kuichou y Sechuán, la Sociedad de la Gran Cimitarra en las provincias de Anjui, Jonán y Shantung, la Sociedad por una Vida Racional en la provincia de Chili[20] y las tres provincias del Nordeste, y la Banda Verde en Shanghai y otros lugares[21]. Uno de los problemas difíciles de China es cómo tratar a esta gente. Capaz de luchar con gran coraje, pero inclinada a las acciones destructoras, puede transformarse en una fuerza revolucionaria si se la conduce de manera apropiada.

    De todo lo anterior se desprende que son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudillos militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad subordinado a todos ellos. El proletariado industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución. Nuestros amigos más cercanos son todo el semiproletariado y toda la pequeña burguesía. En cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo; pero debemos mantenernos constantemente en guardia y no permitirle que cree confusión en nuestro Frente.

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NOTAS

  [1] Después de la invasión del imperialismo a China, los capitalistas extranjeros empleaban agentes chinos para llevar a cabo su agresión económica. A estos agentes se les llamaba "compradores". La burguesía compradora, integrada por estos elementos, era mantenida por los capitalistas de los países imperialistas, servía directamente a sus intereses y estaba unida por mil vínculos a las fuerzas feudales del país.    [pág. 9]

  [2] Se refiere a un puñado de desvergonzados politicastros fascistas que en esa época organizaron la Liga de la Juventud Estatista de China, que luego cambió su nombre por el de Partido de la Juventud de China. Profesionales de la contrarrevolución, se dedicaban a combatir al Partido Comunista y a la Unión Soviética y estaban subvencionados por los diversos grupos reaccionarios en el Poder y por los imperialistas.    [pág. 10]

  [3] Para una comprensión más amplia del papel desempeñado por la burguesía nacional, véase "La revolución china y el Partido Comunista de China", cap. II, 4, Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. II.    [pág. 10]

  [4] Tai Chi-tao ingresó al Kuomintang en su juventud y durante algún tiempo fue socio de Chiang Kai-shek en especulaciones bursátiles. Después del fallecimiento de Sun Yat-sen en 1925, se dedicó a la agitación anticomunista, preparando el terreno ideológico para el golpe de Estado contrarrevolucionario de Chiang Kai-shek en 1927 Durante muchos años fue fiel lacayo de éste en la contrarrevolución. Desesperado ante el inminente derrumbamiento del régimen de Chiang Kai-shek, se suicidó en febrero de 1949.    [pág. 10]

  [5] Era el periódico de la Asociación para el Estudio del Gobierno Constitucional uno de los grupos políticos que apoyaban la dominación de los caudillos militares del Norte.    [pág. 10]

  [6] En 1923, con la ayuda del Partido Comunista de China, Sun Yat-sen decidió reorganizar el Kuomintang, establecer la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista y admitir a comunistas en el Kuomintang. En enero de 1924 convocó en Cantón el I Congreso Nacional del Kuomintang, en el que formuló las Tres Grandes Políticas: alianza con Rusia, alianza con el Partido Comunista y ayuda a los campesinos y obreros. Participaron en este Congreso los camaradas Mao Tse-tung, Li Ta-chao, Lin Po-chü, Chü Chiu-pai y otros, quienes desempeñaron un papel importante ayudando al Kuomintang a tomar el camino de la revolución. Algunos de estos camaradas fueron elegidos miembros del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang, y otros, miembros suplentes.    [pág. 10]

  [7] Con el término "campesinos propietarios" el camarada Mao Tse-tung designa a los campesinos medios.    [pág. 11]

  [8] El Mariscal Chao (Chao Kung-ming) es el dios de la riqueza según la leyenda popular china.    [pág. 11]

  [9] Los déspotas locales y shenshi malvados eran los terratenientes campesinos ricos, funcionarios retirados o gente acaudalada de la vieja sociedad china que, valiéndose de su influencia y poder, hacían y deshacían en el campo o en la ciudad. Como representantes políticos de la clase terrateniente en las localidades, controlaban el Poder local y manejaban los pleitos judiciales, se entregaban a la corrupción y a la vida disoluta, cometían toda clase de fechorías y oprimían cruelmente al pueblo.    [pág. 12]

  [10] Se trata de un movimiento antiimperialista a escala nacional en protesta contra la matanza de ciudadanos chinos perpetrada en Shanghai por la policía inglesa el 30 de mayo de 1925. En el curso de ese mes se habían producido importantes huelgas en fábricas textiles japonesas establecidas en Chingtao y Shanghai las que fueron reprimidas por los imperialistas japoneses y sus lacayos, los caudillos militares del Norte. El 15 de mayo, los patrones de una fábrica textil japonesa en Shanghai asesinaron a tiros al obrero Ku Cheng-jung e hirieron a más de diez trabajadores. El 28 del mismo mes, ocho obreros fueron asesinados por el gobierno reaccionario en Chingtao. El 30 de mayo, más de dos mil estudiantes de Shanghai hicieron agitación en las concesiones extranjeras en solidaridad con los obreros en huelga y por la recuperación de las concesiones extranjeras. Frente al cuartel general de la policía de la concesión inglesa, se reunieron más de diez mil personas que gritaban: "¡Abajo el imperialismo!", "¡Que se una todo el pueblo chino!" y otras consignas. La policía imperialista inglesa abrió fuego, dando muerte o hiriendo a muchos estudiantes. Este acontecimiento, conocido como la Masacre del 30 de Mayo, no tardó en despertar la indignación general del pueblo chino, y se produjo en todo el país una ola de manifestaciones y huelgas de obreros, estudiantes y comerciantes, dando origen a un inmenso movimiento antiimperialista.    [pág. 12]

  [11] El camarada Mao Tse-tung se refiere aquí a los campesinos empobrecidos que trabajan en parte su propia tierra y en parte tierra tomada en arriendo.    [pág. 12]

  [12] El camarada Mao Tse-tung se refiere aquí a la mayor parte de los dependientes de comercio, que en la vieja China se dividían en diferentes capas. La capa inferior llevaba una vida de proletarios.    [pág. 12]

  [13] Medidas chinas de capacidad; 1 dou = 10 sheng = 10 litros.    [pág. 14]

  [14] Se refiere a las huelgas declaradas a comienzos de 1922 por los marineros de Hongkong y los tripulantes de los buques del Yangtsé. La huelga de los marineros de Hongkong duró ocho semanas. Como resultado de una lucha cruenta y tenaz, las autoridades imperialistas inglesas de Hongkong se vieron obligadas a conceder aumento de salarios, a levantar la interdicción de los sindicatos de marineros, a poner en libertad a los obreros detenidos y a indemnizar a las familias de los mártires. Poco después, los tripulantes de los buques del Yangtsé declararon una huelga que duró dos semanas, y también la ganaron.    [pág. 14]

  [15] Inmediatamente después de su fundación en 1921, el Partido Comunista de China se dedicó al trabajo de organización de los ferroviarios. En 1922 y 1923, se realizaron bajo su dirección huelgas en todas las líneas principales. La más conocida es la huelga general que los ferroviarios de la línea Pekín-Jankou declararon el 4 de febrero de 1923; en su lucha por el derecho a organizar una Federación de sindicatos.

El 7 de febrero, los caudillos militares del Norte, Wu Pei-fu y Siao Yao-nan, respaldados por el imperialismo inglés, masacraron a los huelguistas. Este hecho se conoce en la historia de China como la Masacre del 7 de Febrero.    [pág. 14]

  [16] Minas de Carbón de Kailuan era la denominación general dada a los dos grandes y contiguos yacimientos carboníferos de Kaiping y Luanchou en la provincia de Jopei, donde trabajaban más de cincuenta mil mineros. En 1900, durante el Movimiento Yijetuan, los imperialistas ingleses se apoderaron de las minas de Kaiping. Inversionistas chinos fundaron entonces la Compañía Carbonífera de Luanchou, que fue incorporada más tarde a la Administración Minera de Kailuan. Ambas empresas cayeron así bajo el control exclusivo del imperialismo inglés. La huelga de los mineros de Kailuan se realizó de octubre a noviembre de 1922. Las Minas de Carbón de Chiaotsuo, situadas en la parte norte de la provincia de Jonán, también estaban controladas por el imperialismo inglés. La huelga de Chiaotsuo en solidaridad con el Movimiento del 30 de Mayo, se inició en julio de 1925 y duró más de siete meses.    [pág. 14]

  [17] Shamien era la concesión de los imperialistas ingleses en Cantón. En julio de 1924, los imperialistas ingleses que la controlaban expidieron una nueva ordenanza policial disponiendo que los chinos residentes en Shamien tenían que presentar, al entrar o salir de allí, un pase con su fotografía, mientras que los extranjeros podían transitar libremente. El 15 de julio, los obreros de Shamien declararon una huelga de protesta contra esta medida discriminatoria, y los imperialistas ingleses se vieron obligados a anularla.    [pág. 14]

  [18] Tras el Incidente del 30 de Mayo de 1925 en Shanghai, estalló una huelga general en esa ciudad el 1.ƒ de junio y otra en Hongkong el 19 del mismo mes. Más de 200.000 obreros participaron en la de Shanghai y 250.000 en la de Hongkong. Esta última, que contó con el apoyo del pueblo de todo el país, duró dieciséis meses, siendo la más larga en la historia del movimiento obrero mundial.    [pág. 14]

  [19] Recolectores de excrementos.    [pág. 15]

  [20] Antiguo nombre de la actual provincia de Jopei.    [pág. 15]

  [21] La Sociedad Tríade, la Sociedad de los Hermanos, la Sociedad de la Gran Cimitarra, la Sociedad por una Vida Racional y la Banda Verde, eran organizaciones secretas de tipo primitivo que existían entre el pueblo. Sus integrantes eran principalmente campesinos arruinados, artesanos sin trabajo y otros lumpemproletarios. En la China feudal, generalmente vinculados por alguna creencia religiosa o superstición, estos elementos organizaron numerosas sociedades de tipo patriarcal con diversos nombres, algunas de las cuales hasta poseían armas. Utilizaban esas organizaciones para ayudarse mutuamente en las diferentes circunstancias de su vida y, en ciertos momentos, para luchar contra los burócratas y terratenientes que los oprimían. Pera es evidente que sociedades tan atrasadas como ésas no podían dar a los campesinos y artesanos ninguna salida a su situación. En muchas ocasiones, fueron fácilmente controladas y utilizadas por los terratenientes y los déspotas locales; a causa de ella y por su inclinación a la destrucción ciega, algunas se transformaron en fuerzas reaccionarias. En su golpe de Estado contrarrevolucionario de 1927, Chiang Kai-shek utilizó tales sociedades para quebrantar la unidad del pueblo trabajador y destruir la revolución. Con el nacimiento y el impetuoso desarrollo del proletariado industrial moderno, el campesinado fue creando, bajo la dirección de la clase obrera, organizaciones de tipo enteramente nuevo, y desde entonces, semejantes sociedades atrasadas de carácter primitivo perdieron su razón de ser.    [pág. 15]

Informe sobre una investigación del   movimiento campesino en Junan

[*]

Marzo de 1927

LA IMPORTANCIA DEL PROBLEMA CAMPESINO

En mi reciente viaje a Junán[1], he investigado sobre el terreno la situación de cinco distritos[2]: Siangtan, Siangsiang, Jengshan, Liling y Changshá. Durante treinta y dos días, del 4 de enero al 5 de febrero, en las aldeas y capitales de distrito, reuní en conferencias de investigación a campesinos con experiencia y camaradas dedicados al movimiento campesino y escuché atentamente sus informaciones, lo que me permitió recoger abundante material. Muchos de los cómos y porqués del movimiento campesino resultaron ser exactamente lo contrario de lo que yo había oído decir a los shenshi en Jankou y Changshá. Vi y oí muchas cosas sorprendentes, de las que hasta ese momento no estaba enterado. Creo que cosas semejantes ocurren también en muchos otros lugares. Hay que poner término inmediatamente a todo comentario contra el movimiento campesino y corregir cuanto antes todas las medidas erróneas que respecto a él han tomado las autoridades revolucionarias. Sólo así se puede contribuir al desarrollo futuro de la revolución. Pues el actual ascenso del movimiento campesino es un acontecimiento grandioso. Dentro de poco, centenares de millones de campesinos en las provincias del centro, el Sur y el Norte de China se levantarán como una tempestad, un huracán, con

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    * Informe escrito por el camarada Mao Tse-tung en réplica a las acusaciones lanzadas en aquella época, tanto dentro como fuera del Partido, contra la lucha revolucionaria de los campesinos. Con el propósito de responder a esas acusaciones, el camarada Mao Tse-tung fue a Junán, investigó la situación durante treinta y dos días y escribió el presente informe. Los oportunistas de derecha de entonces dentro del Partido, acaudillados por Chen Tu-siu, se negaban a aceptar las opiniones del camarada Mao Tse-tung y se obstinaban en sus ideas incorrectas. Su error consistía principalmente en que, atemorizados por la corriente reaccionaria en el [cont. en pág. 20. — DJR] Kuomintang, no se atrevían a apoyar las grandes luchas revolucionarias de los campesinos, que habían comenzado o estaban iniciándose. Por contemporizar con el Kuomintang, prefirieron abandonar al campesinado, el principal aliado en la revolución, y así dejaron aislados y sin apoyo a la clase obrera y al Partido Comunista. Si, en el verano de 1927, el Kuomintang se atrevió a cometer su traición y a desatar la campaña de "depuración del partido" y la guerra contra el pueblo, Fue fundamentalmente porque pudo explotar ese punto débil del Partido Comunista.

una fuerza tan impetuosa y violenta que nada, por poderoso que sea, los podrá contener. Romperán todas las trabas y se lanzarán por el camino de la liberación. Sepultarán a todos los imperialistas, caudillos militares, funcionarios corruptos, déspotas locales y shenshi malvados. Todos los partidos y camaradas revolucionarios serán sometidos a prueba ante los campesinos y tendrán que decidir a qué lado colocarse. ¿Ponerse al frente de ellos y dirigirlos? ¿Quedarse a su zaga gesticulando y criticándolos? ¿Salirles al paso y combatirlos? Cada chino es libre de optar entre estas tres alternativas, sólo que los acontecimientos le obligarán a elegir rápidamente.

°ORGANIZARSE!

    Por lo que respecta a los distritos del centro y del Sur de Junán, donde el movimiento campesino ha tomado fuerza, el desarrollo de éste se puede dividir, a grandes rasgos, en dos períodos. El primero, comprendido entre enero y septiembre del año pasado, fue un período de organización. Dentro de ese período, los meses de enero a junio constituyeron una fase de actividad clandestina y los de julio a septiembre, cuando el ejército revolucionario expulsó a Chao Jeng-ti[3], una fase de actividad abierta. En ese período, las asociaciones campesinas no contaban con más de trescientos o cuatrocientos mil miembros, las masas bajo su dirección inmediata sumaban poco más de un millón de personas, apenas si había lucha en el campo, y, por consiguiente, en los demás sectores de la población casi no se criticaba a las asociaciones campesinas. Debido a que sus miembros servían como guías, exploradores o cargadores para el ejército de la Expedición al Norte, ocurría incluso que oficiales de este ejército hablaban en términos favorables de esas asociaciones. El segundo período, comprendido entre octubre del año pasado y enero de este año, fue un período de acción revolucionaria. El número de miembros de las asociaciones campesinas aumentó vertiginosamente a los dos millones, y las masas bajo su dirección inmediata ascendieron a diez millones. Ya que los campesinos, al ingresar en las asociaciones, generalmente inscriben sólo un nombre por familia, a los dos millones de miembros corresponde una masa de unos diez millones. Casi la mitad de los campesinos de Junán ya están organizados. Y en distritos como Siangtan, Siangsiang, Liuyang, Changshá, Liling, Ningsiang, Pingchiang, Siangyin, Jengshan, Jengyang, Leiyang, Chensien y Anjua, casi todos los campesinos han ingresado en asociaciones campesinas o se encuentran bajo su dirección. Contando con organizaciones tan amplias, los campesinos entraron inmediatamente en acción y, en el término de cuatro meses, realizaron en el campo una gran revolución nunca vista en la historia.

°ABAJO LOS DESPOTAS LOCALES Y SHENSHI MALVADOS! °TODO EL PODER A LAS ASOCIACIONES CAMPESINAS!

    Los campesinos dirigen su ataque principal contra los déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes sin ley, y de paso atacan las ideas e instituciones patriarcales, a los funcionarios corruptos de la ciudad y las malas costumbres en el campo. Por su potencia y su ímpetu, este ataque es como una tempestad; quienes se inclinan ante él sobreviven, y quienes le oponen resistencia sucumben. Como resultado, los privilegios milenarios de los terratenientes feudales caen hechos añicos, y toda su dignidad y arrogancia son arrastradas por el suelo. Derrocado el poder de los terratenientes, las asociaciones campesinas han pasado a ser los únicos órganos de Poder, y se ha hecho realidad la consigna de "°Todo el Poder a las asociaciones campesinas!" Las asociaciones son consultadas hasta por pequeñeces tales como una disputa entre marido y mujer. Ningún asunto se arregla sin la presencia de la gente de la asociación. Todo en el campo está prácticamente bajo el dictado de las asociaciones campesinas, que efectivamente "cumplen lo que dicen". A los que están fuera, sólo se les permite hablar bien de las asociaciones, y no se les deja decir nada malo de ellas. Los déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes sin ley están privados de todo derecho a hablar, y ninguno se atreve siquiera a murmurar media palabra en contra. Ante el poderío de las asociaciones campesinas, los déspotas locales y shenshi malvados más importantes han huido a Shanghai; los de segunda categoría, a Jankou; los de tercera, a Changshá; los de cuarta, a la capitales de distrito, y los de quinta categoría para abajo han tenido que rendirse en las aldeas a las asociaciones campesinas.

    — Aquí tienen diez yuanes; por favor, déjenme entrar en la asociación — implora el shenshi malvado de poca monta.

    — °Maldita la falta que nos hace tu cochino dinero! — le replican los campesinos

    Muchos terratenientes medios y pequeños, campesinos ricos y hasta campesinos medios que antes se oponían a las asociaciones campesinas, ahora tratan en vano de ingresar en ellas. En los diverso lugares que visité, encontré a menudo gente así, que me suplicaba "Por favor, señor miembro de comité, usted que viene de la capital provincial, °responda por mí!"

    En tiempos de la dinastía Ching, las autoridades locales tenían para el censo dos registros: el regular y "el otro"; el primero para 1a gente de bien y el segundo para los bandidos, ladrones y demás; elementos nocivos. Y ahora, en algunos lugares, los campesinos se valen de esto para intimidar a los que en un comienzo estaban en contra de las asociaciones campesinas, diciendo: "°A inscribirlos en el otro registro!"

    Temerosas de verse inscritas en el "otro registro", esas personas hacen todos los esfuerzos imaginables por ingresar en las asociaciones campesinas, y no se tranquilizan hasta que ven sus nombres anotados en el registro de los miembros. Pero, como a menudo reciben el rechazo categórico de las asociaciones, viven constantemente con el alma en un hilo. Viendo cerradas las puertas de las asociaciones campesinas, se sienten como parias, o, según se dice en el campo, "meros trastos". En una palabra, las llamadas "pandillas de campesinos", que hace cuatro meses eran despreciadas, se han convertida ahora en instituciones sumamente honorables. Todos los que en el pasado se postraban ante el poder de los shenshi lo hacen ahora ante el poder de los campesinos. No hay quien no reconozca que el mes de octubre del año pasado marca la frontera entre dos mundos.

"°MUY MAL!" Y "°MUY BIEN!"

    La rebelión de los campesinos ha turbado el dulce sueño de los shenshi. En cuanto las noticias del campo alcanzaron a las ciudades, levantaron un tremendo alboroto entre los shenshi de allí. Llegado a Changshá, me encontré con toda clase de gente y oí muchos comentarios callejeros. Desde las capas sociales medias para arriba hasta el ala derecha del Kuomintang, no hay nadie que no resuma todo lo sucedido en una sola expresión: "°Muy mal!" Bajo el impacto de la atmósfera creada en toda la ciudad por los rumores de los que gritan "°Muy mal!", incluso personas bastante revolucionarias, cerrando los ojos e imaginándose lo que pasa en el campo, se sienten desmoralizadas e incapaces de negar que aquello va "mal". Incluso gente muy progresista se limita a decir: "Aunque va mal, resulta inevitable en el curso de la revolución." En resumen, a nadie le parece posible negar rotundamente la palabra "mal". Pero, como queda dicho más arriba, la realidad es que las grandes masas campesinas se han alzado para cumplir su misión histórica, que las fuerzas democráticas del campo se han levantado para derribar a las fuerzas feudales rurales. La clase patriarco-feudal de los déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes sin ley, constituye la base de la autocracia milenaria y es la piedra angular de los imperialistas, caudillos militares y funcionarios corruptos. Derribar a estas fuerzas feudales es el verdadero objetivo de la revolución nacional. En unos pocos meses, los campesinos han realizado lo que el Dr. Sun Yat-sen quiso pero no logró cumplir en los cuarenta años que consagró a la revolución nacional. Esta es una proeza extraordinaria nunca realizada, ni en cuarenta años ni en milenios. Está muy bien. No está "mal" en absoluto, ni mucho menos "muy mal". A todas luces, "muy mal" es la teoría que, en defensa de los intereses de los terratenientes, combate el levantamiento de los campesinos; es evidentemente la teoría de la clase terrateniente que procura mantener el viejo orden feudal e impedir el establecimiento de un nuevo orden democrático; es manifiestamente una teoría contrarrevolucionaria. Ningún camarada revolucionario debe hacerse eco de tal disparate. Quien tenga arraigadas concepciones revolucionarias y vaya alguna vez al campo y vea lo que allí sucede, de seguro se sentirá más alegre de lo que nunca ha estado. Millones de esclavos, los campesinos, están derribando a sus enemigos, los devoradores de hombres. Lo que hacen los campesinos es perfectamente justo, y °lo hacen muy bien! "Muy bien" es la teoría de los campesinos y de los demás revolucionarios. Todos los camaradas revolucionarios deben comprender que la revolución nacional exige una gran transformación en el campo. La Revolución de 1911[4] no llevó a cabo esta transformación, y por eso fracasó. Ahora sí que se está produciendo esta

transformación, la cual constituye un importante factor para dar cima a la revolución. Todos los camaradas revolucionarios deben apoyar esta transformación; de lo contrario, estarán adoptando la posición de la contrarrevolución.

LOS LLAMADOS "EXCESOS"

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19

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