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El gran Mao Tse-Tung (página 10)



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    Al estudiar la particularidad de la contradicción, a no ser que examinemos estas dos cuestiones — las contradicciones principal y no principales de un proceso, y los aspectos principal y no principal de la contradicción –, es decir, a no ser que examinemos lo que distingue a un término del otro en cada una de estas dos cuestiones, nos veremos empantanados en un estudio abstracto, seremos incapaces de comprender concretamente las contradicciones y, por ende, no podremos encontrar el método correcto para resolverlas. Lo distintivo o lo particular en cada una de estas dos cuestiones representa la desigualdad de las fuerzas en contradicción. Nada en el mundo se desarrolla en forma absolutamente uniforme; debemos combatir la teoría del desarrollo uniforme o teoría del equilibrio. Más aún, es esta característica concreta de la contradicción y el cambio de los aspectos principal y no principal de una contradicción en el curso de su desarrollo lo que muestra la fuerza de lo nuevo que reemplaza a lo viejo. El estudio de las distintas modalidades de la desigualdad en las contradicciones, el estudio de la contradicción principal y las no principales y de los aspectos principal y no principal de la contradicción, es uno de los métodos importantes que permiten a un partido revolucionario determinar correctamente su estrategia y táctica en lo político y lo militar; todos los comunistas deben prestar atención a este método.

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V. LA IDENTIDAD Y LA LUCHA ENTRE LOS

ASPECTOS DE LA CONTRADICCION

    Después de comprendidas la universalidad y la particularidad de la contradicción, debemos proceder al estudio de la identidad y la lucha entre los aspectos de la contradicción.

    Identidad, unidad, coincidencia, interpenetración, impregnación recíproca, interdependencia (o mutua dependencia para existir), interconexión o cooperación — todos estos variados términos significan lo mismo y se refieren a los dos puntos siguientes: primero, la existencia de cada uno de los dos aspectos de una contradicción en el proceso de desarrollo de una cosa presupone la existencia de su contrario, y ambos aspectos coexisten en un todo único; segundo, sobre la base de determinadas condiciones, cada uno de los dos aspectos contradictorios se transforma en su contrario. Esto es lo que se entiende por identidad.

    Lenin dijo:

    "La dialéctica es la doctrina de cómo los contrarios pueden ser y cómo suelen ser (cómo devienen) idénticos, — en qué condiciones suelen ser idénticos, convirtiéndose el uno en el otro, — por qué el entendimiento humano no debe considerar estos contrarios como muertos, petrificados, sino como vivos, condicionales, móviles y que se convierten el uno en el otro."[17]

    ¿Qué significan estas palabras de Lenin?

    En todo proceso, los aspectos de una contradicción se excluyen, luchan y se oponen entre sí. Los procesos de desarrollo de todas las cosas del mundo y todo pensamiento del hombre, sin excepción, contienen tales aspectos contradictorios. Un proceso simple contiene solamente una pareja de contrarios, mientras un proceso complejo contiene más de una. Las diferentes parejas de contrarios, a su vez, se hallan en contradicción. Es así como están constituidas todas las cosas del mundo objetivo y todo pensamiento del hombre, y de ahí su movimiento.

    Podría parecer entonces que no hay ninguna identidad o unidad. En tal caso, ¿cómo se puede hablar de identidad o unidad?

    El caso es que ninguno de los dos aspectos contradictorios puede existir independientemente del otro. Si falta uno de los dos contrarios, falta la condición para la existencia del otro. Piensen: de una pareja de cosas contradictorias o de dos conceptos contradictorios en la conciencia humana, ¿puede uno de los aspectos existir independiente-

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mente? Sin vida no habría muerte; sin muerte tampoco habría vida. Sin "arriba" no habría "abajo"; sin "abajo" tampoco habría "arriba". Sin desgracia no habría felicidad; sin felicidad tampoco habría desgracia. Sin facilidad no habría dificultad; sin dificultad tampoco habría facilidad. Sin terratenientes no habría campesinos arrendatarios; sin campesinos arrendatarios tampoco habría terratenientes. Sin burguesía no habría proletariado; sin proletariado tampoco habría burguesía. Sin opresión nacional por parte del imperialismo no habría colonias ni semicolonias; sin colonias ni semicolonias tampoco habría opresión nacional por parte del imperialismo. Así sucede con todos los contrarios: en virtud de determinadas condiciones, junto con oponerse el uno al otro, están interconectados, se impregnan recíprocamente, se interpenetran y dependen el uno del otro; esto es lo que se denomina identidad. Los aspectos de toda contradicción se llaman contrarios porque, en virtud de determinadas condiciones, existe entre ellos no-identidad. Pero también existe entre ellos identidad, y por eso están interconectados. A esto se refería Lenin cuando dijo que la dialéctica estudia "cómo los contrarios pueden [ . . . ] ser idénticos ". ¿Por qué pueden serlo? Porque cada uno constituye la condición para la existencia del otro. Este es el primer sentido de la identidad.

    Pero ¿basta con afirmar que cada uno de los dos aspectos contradictorios es la condición para la existencia de su opuesto, que hay identidad entre uno y otro, y que, por consiguiente, ambos pueden coexistir en un todo único? No, no basta. La cuestión no se limita a la interdependencia de los contrarios; más importante aún es la transformación del uno en el otro. Esto significa que, en razón de determinadas condiciones, cada uno de los aspectos contradictorios de una cosa se transforma en su contrario cambiando su posición por la de éste. Tal es el segundo sentido de la identidad de los contrarios.

    ¿Por qué existe identidad aquí también? Obsérvese cómo, a través de la revolución, el proletariado se transforma de clase dominada en clase dominante, en tanto que la burguesía, hasta entonces dominante, se transforma en dominada, cambiando cada cual su posición por la que originalmente ocupaba su contrario. Esto ha tenido lugar ya en la Unión Soviética, y ocurrirá en todo el mundo. De no existir, bajo determinadas condiciones, la interconexión y la identidad entre los contrarios, ¿cómo podría producirse semejante cambio?

    El Kuomintang, que desempeñó un papel hasta cierto punto positivo en una determinada etapa de la historia contemporánea de China, pasó a ser un partido contrarrevolucionario en 1927 debido a su inhe-

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rente naturaleza de clase y a la seducción por el imperialismo (éstas son las condiciones); pero, después se ha visto obligado a aceptar la resistencia al Japón debido a la agudización de la contradicción entre China y el Japón y a la política de frente único del Partido Comunista (éstas son las condiciones). Los contrarios se transforman el uno en el otro, pues entre ellos existe una determinada identidad.

    Nuestra revolución agraria ha sido y será un proceso en que la clase terrateniente, poseedora de tierras, se transforma en una clase que ha perdido sus tierras, mientras los campesinos, antes despojados de sus tierras, se transforman en pequeños propietarios que han obtenido tierras. Debido a determinadas condiciones, poseer y no poseer, obtener y perder, están interconectados; hay identidad entre lo uno y lo otro. Bajo el socialismo, la propiedad privada de los campesinos, a su vez, se transforma en la propiedad social de la agricultura socialista; esto ya ha ocurrido en la Unión Soviética, y ocurrirá también en todo el mundo. Hay un puente que conduce de la propiedad privada a la propiedad social; en filosofía, esto se llama identidad o transformación recíproca o interpenetración.

    Consolidar la dictadura del proletariado, o del pueblo, significa, justamente, preparar las condiciones para abolir dicha dictadura y pasar a una etapa más elevada, en la cual no habrá ningún tipo de sistema estatal. Fundar y desarrollar el Partido Comunista significa, precisamente, preparar las condiciones para la desaparición del Partido Comunista y de todos los partidos políticos. Crear un ejército revolucionario bajo la dirección del Partido Comunista y llevar adelante la guerra revolucionaria significa, justamente, preparar las condiciones para acabar para siempre con las guerras. En cada una de estas parejas, los contrarios se sostienen mutuamente.

    Como todos saben, la guerra y la paz se transforman la una en la otra. La guerra se transforma en paz; por ejemplo, la Primera Guerra Mundial se transformó en la paz de la postguerra, y la guerra civil en China ha cesado ahora, cediendo su lugar a la paz interna. La paz se transforma en guerra; por ejemplo, en 1927, la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista se transformó en guerra, y la actual situación de paz mundial puede también transformarse en una segunda guerra mundial. ¿Por qué sucede esto? Porque en la sociedad de clases, bajo determinadas condiciones, existe identidad entre cosas contrarias como la guerra y la paz.

    Todos los contrarios están interconectados; no sólo coexisten en un todo único bajo determinadas condiciones, sino que, también bajo

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determinadas condiciones, se transforman el uno en el otro; éste es el significado íntegro de la identidad de los contrarios. A esto se refería Lenin al hablar de "cómo los contrarios [. . .) suelen ser (cómo devienen) idénticos, — en qué condiciones suelen ser idénticos, convirtiéndose el uno en el otro".

    ¿Por qué "el entendimiento humano no debe considerar estos contrarios como muertos, petrificados, sino como vivos, condicionales, móviles y que se convierten el uno en el otro"? Porque precisamente así son las cosas objetivas. El caso es que la unidad o identidad de los contrarios en las cosas objetivas no es algo muerto o petrificado, sino algo vivo, condicional, móvil, temporal y relativo; sobre la base de determinadas condiciones, cada uno de los aspectos de la contradicción se transforma en su contrario. Y el reflejo de esto en el pensamiento humano constituye la concepción marxista, dialéctica materialista, del mundo. Sólo las clases dominantes reaccionarias del pasado y del presente, y la metafísica a su servicio, no consideran los contrarios como vivos, condicionales, móviles y que se convierten el uno en el otro, sino como muertos y petrificados, y propagan esta falacia por todas partes para engañar a las masas populares, en el intento de perpetuar su dominación. Es tarea de los comunistas denunciar esta falacia de los reaccionarios y de la metafísica, divulgar la dialéctica inherente a las cosas y acelerar la transformación de las cosas, a fin de alcanzar los objetivos de la revolución.

    Cuando decimos que, bajo determinadas condiciones, existe la identidad de los contrarios, nos referimos a contrarios reales y concretos, y consideramos que la transformación del uno en el otro es igualmente real y concreta. En la mitología se habla de innumerables transformaciones, por ejemplo, en los mitos de la carrera de Kua Fu tras el Sol en el Libro de las montañas y los mares [18], del derribo de nueve soles a flechazos por Yi, en el Juai Nan Tsi [19], de las setenta y dos metamorfosis de Sun Wu-kung en Peregrinación al Oeste [20], en los numerosos episodios de fantasmas y zorros metamorfoseados en seres humanos en los Cuentos extraños de Liaochai [21], etc. Estas transformaciones de los contrarios, de las que habla la mitología, no son cambios concretos que reflejen contradicciones concretas, sino transformaciones ingenuas, imaginarias, fantásticas, inspiradas a los hombres por las innumerables y complejas transformaciones reales de los contrarios el uno en el otro. Marx decía: "Toda mitología conquista, domina y da formas a las fuerzas de la naturaleza, en la imaginación y mediante ella, y desaparece cuando las fuerzas de la naturaleza son

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dominadas realmente."[22] Las innumerables metamorfosis en la mitología (y también en los cuentos infantiles) deleitan a la gente porque describen imaginativamente la conquista de las fuerzas de la naturaleza por el hombre, y los mejores mitos poseen, como señaló Marx, "un encanto eterno"; pero los mitos no se crean basándose en situaciones determinadas surgidas de contradicciones concretas y, por lo tanto, no son un reflejo científico de la realidad. Esto significa que, en los mitos o en los cuentos infantiles, existe sólo una identidad imaginaria y no concreta entre los aspectos que constituyen la contradicción. Es la dialéctica marxista la que refleja científicamente la identidad en las transformaciones reales.

    ¿Por qué puede un huevo, y no una piedra, transformarse en un pollo? ¿Por qué existe identidad entre la guerra y la paz pero no entre la guerra y una piedra? ¿Por qué los seres humanos son capaces de engendrar sólo seres humanos y no otra cosa? La única razón es que la identidad de los contrarios exige determinadas condiciones necesarias. En ausencia de éstas, no puede haber ninguna identidad.

    ¿Por qué en Rusia la revolución democrático-burguesa de febrero de 1917 se ligó directamente a la revolución socialista proletaria de octubre del mismo año, mientras que en Francia la revolución burguesa no se ligó directamente a una revolución socialista y la Comuna de París de 1871 terminó en derrota? ¿Por qué, en cambio, el sistema nómade de Mongolia y Asia Central empalmó directamente con el socialismo? ¿Por qué puede la revolución china evitar un futuro capitalista y entroncar directamente con el socialismo, sin seguir el viejo camino histórico recorrido por los países occidentales, sin pasar por un período de dictadura burguesa? Todo esto no se debe sino a las condiciones concretas de la época. Cuando se presentan determinadas condiciones necesarias, en el proceso de desarrollo de las cosas surgen determinadas parejas de contrarios, y estos contrarios son interdependientes y se transforman el uno en el otro. De no presentarse tales condiciones, nada de esto podría suceder.

    Hasta aquí el problema de la identidad. Ahora bien, ¿qué es la lucha? ¿Cuál es la relación entre la identidad y la lucha?

    Lenin señala:

    "La unidad (coincidencia, identidad, equivalencia) de los contrarios es condicional, temporal, transitoria, relativa. La lucha de los contrarios, mutuamente excluyentes, es absoluta, como es absoluto el desarrollo, el movimiento."[23]

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    ¿Qué significan estas palabras de Lenin?

    Todo proceso tiene comienzo y fin, todo proceso se transforma en su contrario. La permanencia de todo proceso es relativa, en tanto que la mutabilidad, manifestada en la transformación de un proceso en otro, es absoluta.

    En todas las cosas se presentan dos estados de movimiento: el de reposo relativo y el de cambio manifiesto. Ambos tienen su origen en la lucha entre los dos elementos contradictorios que contiene cada cosa. En el primer estado de movimiento, la cosa experimenta sólo cambios cuantitativos y no cualitativos y, en consecuencia, parece estar en reposo. La cosa pasa al segundo estado de movimiento cuando los cambios cuantitativos producidos en el primer estado alcanzan ya su punto culminante, dando origen a la disolución de la cosa como todo único, esto es, a un cambio cualitativo; de este modo aparece el estado de cambio manifiesto. La unidad, la cohesión, la unión, la armonía, el equilibrio, el impasse, el punto muerto, el reposo, la permanencia, la uniformidad, el aglutinamiento, la atracción, etc., que vemos en la vida diaria, son todas manifestaciones del estado de cambio cuantitativo de las cosas. A la inversa, la disolución del todo único, es decir, la destrucción de esa cohesión, unión, armonía, equilibrio, impasse, punto muerto, reposo, permanencia, uniformidad, aglutinamiento, atracción, y su transformación en sus respectivos contrarios, son todas manifestaciones del estado de cambio cualitativo de las cosas, es decir, de la transformación de un proceso en otro. Las cosas cambian constantemente, pasando del primero al segundo estado; la lucha de los contrarios existe en ambos estados, y la contradicción se resuelve a través del segundo estado. Es por esto que la unidad de los contrarios es condicional, temporal y relativa, en tanto que la lucha de los contrarios, mutuamente excluyentes, es absoluta.

    Al afirmar más arriba que entre los contrarios existe identidad y que, por esta razón, ambos pueden coexistir en un todo único y, además, transformarse el uno en el otro, nos hemos referido a la condicionalidad; esto es, bajo determinadas condiciones, dos cosas contrarias pueden unirse y transformarse la una en la otra; en ausencia de tales condiciones, no pueden formar una contradicción, no pueden coexistir en un todo único ni transformarse la una en la otra. La identidad de los contrarios se produce sólo a causa de determinadas condiciones, y por eso decimos que es condicional y relativa. Ahora, agregamos que la lucha entre los contrarios recorre los procesos desde el comienzo hasta el fin y origina la transformación de un proceso en otro; la lucha entre

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los contrarios es omnipresente, y por lo tanto decimos que es incondicional y absoluta.

    La combinación entre la identidad, condicional y relativa, y la lucha, incondicional y absoluta, forma el movimiento de los contrarios en todas las cosas.

    Los chinos acostumbramos a decir: "Cosas que se oponen, se sostienen entre sí."[24] En otras palabras, existe identidad entre cosas que se oponen una a otra. Este dicho es dialéctico y contrario a la metafísica. "Se oponen" significa que los dos aspectos contradictorios se excluyen mutuamente o luchan entre sí. "Se sostienen entre sí" significa que, bajo determinadas condiciones, los dos aspectos contradictorios se interconectan y adquieren identidad. Sin embargo, la lucha está implícita en la identidad; sin lucha no hay identidad.

    En la identidad existe la lucha, en lo particular existe lo universal, en lo individual existe lo general. Para citar a Lenin, "en lo relativo existe lo absoluto"[25].

VI. EL PAPEL DEL ANTAGONISMO

EN LA CONTRADICCION

    El problema de la lucha de los contrarios incluye la cuestión de qué es antagonismo. Nuestra respuesta es que el antagonismo constituye una forma, pero no la única, de la lucha de los contrarios.

    En la historia de la humanidad existe el antagonismo de clase, que es una manifestación particular de la lucha de los contrarios. Veamos la contradicción entre la clase explotadora y la clase explotada. En una misma sociedad, sea la esclavista, la feudal o la capitalista, estas dos clases contradictorias coexisten por largo tiempo y luchan entre sí; pero sólo al alcanzar cierta etapa en su desarrollo, la contradicción entre las dos clases adopta la forma de antagonismo abierto y se convierte en revolución. De igual manera se verifica la transformación de la paz en guerra dentro de la sociedad de clases.

    Antes de estallar, una bomba es un todo único en el cual los contrarios coexisten debido a determinadas condiciones. La explosión tiene lugar sólo cuando se hace presente una nueva condición: la ignición. Análoga situación se presenta en todos aquellos fenómenos de la naturaleza en los que la solución de la vieja contradicción y el

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nacimiento de una cosa nueva se producen, finalmente, bajo la forma de un conflicto abierto.

    Es extremadamente importante adquirir conciencia de este hecho, pues nos permite comprender que en la sociedad de clases, son inevitables las revoluciones y las guerras revolucionarias y que sin ellas es imposible realizar saltos en el desarrollo social y derrocar a las clases dominantes reaccionarias, y, por lo tanto, es imposible que el pueblo conquiste el Poder. Los comunistas deben denunciar la engañosa propaganda de los reaccionarios, quienes afirman, entre otras cosas, que la revolución social es innecesaria e imposible; deben perseverar firmemente en la teoría marxista-leninista de la revolución social y ayudar al pueblo a comprender que la revolución no sólo es absolutamente necesaria, sino también enteramente posible, y que esta verdad científica ha sido confirmada ya por toda la historia de la humanidad y por el triunfo en la Unión Soviética.

    Sin embargo, debemos estudiar concretamente la situación de cada lucha de contrarios y no aplicar impropiamente y a todas las cosas la fórmula arriba mencionada. La contradicción y la lucha son universales y absolutas, pero los métodos para resolver las contradicciones, esto es, las formas de lucha, varían según el carácter de las contradicciones. Algunas contradicciones tienen un carácter antagónico abierto, mientras que otras no. Siguiendo el desarrollo concreto de las cosas, algunas contradicciones, originalmente no antagónicas, se transforman en antagónicas, en tanto que otras, originalmente antagónicas, se transforman en no antagónicas.

    Como ya lo hemos señalado, mientras existan las clases, las contradicciones entre las ideas correctas e incorrectas dentro del Partido Comunista son un reflejo, en su seno, de las contradicciones de clase. Al comienzo o en algunos problemas, tales contradicciones pueden no manifestarse inmediatamente como antagónicas. Pero, a medida que se desenvuelve la lucha de clases, pueden llegar a transformarse en antagónicas. La historia del Partido Comunista de la Unión Soviética nos enseña que la contradicción entre las correctas ideas de Lenin y Stalin y las erróneas ideas de Trotski, Bujarin y otros no se manifestó como antagónica al principio, pero posteriormente se desarrolló hasta convertirse en antagónica. Casos similares se han dado en la historia del Partido Comunista de China. La contradicción entre las correctas ideas de muchos de nuestros camaradas del Partido y las erróneas ideas de Chen Tu-siu, Chang Kuo-tao y otros, tampoco se manifestó en un

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comienzo como antagónica, pero posteriormente se desarrolló y se convirtió en antagónica. Actualmente, la contradicción entre las ideas correctas y las incorrectas en nuestro Partido no se manifiesta como antagónica y, si los camaradas que han cometido errores son capaces de corregirlos, no llegará a convertirse en antagónica. En vista de ello, el Partido debe Llevar a cabo, por un lado, una seria lucha contra las ideas erróneas, y, por el otro, dar a los camaradas que han cometido errores plena oportunidad para que adquieran conciencia. En estas circunstancias, una lucha excesiva es obviamente inadecuada. Pero si aquellos que han cometido errores persisten en ellos y los agravan, habrá posibilidad de que esta contradicción desemboque en antagonismo.

    En lo económico, la contradicción entre la ciudad y el campo es extremadamente antagónica tanto en la sociedad capitalista (donde la ciudad dominada por la burguesía saquea implacablemente al campo) como en las zonas controladas por el Kuomintang en China (donde la ciudad dominada por el imperialismo extranjero y la gran burguesía compradora china saquea al campo con extremada ferocidad). Pero en un país socialista y en nuestras bases de apoyo revolucionarias, esta contradicción antagónica se ha transformado en no antagónica, y desaparecerá con la llegada de la sociedad comunista.

    Lenin dijo: "El antagonismo y la contradicción no son en absoluto una y la misma cosa. Bajo el socialismo, desaparecerá el primero, subsistirá la segunda."[26] Esto significa que el antagonismo es una forma, pero no la única, de la lucha de los contrarios; no se puede aplicar esta fórmula de manera mecánica y en todas partes.

VII. CONCLUSION

    Digamos ahora algunas palabras a modo de resumen. La ley de la contradicción en las cosas, esto es, la ley de la unidad de los contrarios, es la ley fundamental de la naturaleza y la sociedad y, por consiguiente, también la ley fundamental del pensamiento. Esta ley se opone a la concepción metafísica del mundo. Su descubrimiento representó una gran revolución en la historia del conocimiento humano. Según el materialismo dialéctico, la contradicción existe en todos los procesos de las cosas objetivas y del pensamiento subjetivo, y los recorre desde el comienzo hasta el fin; esto constituye la universalidad

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o carácter absoluto de la contradicción: Cada contradicción y cada uno de sus dos aspectos tienen sus respectivas características; esto constituye la particularidad o relatividad de la contradicción. Sobre la base de determinadas condiciones, entre cosas contrarias existe identidad y; por lo tanto, ambas pueden coexistir en un todo único y transformarse la una en la otra; esto también constituye la particularidad o relatividad de la contradicción. Pero la lucha de los contrarios es ininterrumpida, y está presente tanto cuando los contrarios coexisten como cuando se transforman el uno en el otro; especialmente en el último casó la lucha se manifiesta de una manera más evidente; esto también constituye la universalidad o carácter absoluto de la contradicción. Al estudiar la particularidad o relatividad de la contradicción, debemos prestar atención a distinguir entre la contradicción principal y las contradicciones no principales, así como entre el aspecto principal y el aspecto no principal de la contradicción; al estudiar la universalidad de la contradicción y la lucha de los contrarios, debemos prestar atención a distinguir entre las diferentes formas de lucha. De otro modo, cometeremos errores. Si, mediante el estudio, llegamos a comprender realmente las tesis esenciales expuestas más arriba, podremos destruir el pensamiento dogmático, opuesto a los principios fundamentales del marxismo-leninismo y perjudicial para nuestra causa revolucionaria, y los camaradas que tienen experiencia estarán en condiciones de sistematizarla y elevarla a la categoría de principios y evitar la repetición de los errores de empirismo. Tal es, en pocas palabras, la conclusión a que nos conduce el estudio de la ley de la contradicción.

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NOTAS

  [1] V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel " Lecciones de historia de la filosofía ".    [pág. 333]

  [2] En su escrito En torno a la cuestión de la dialéctica, Lenin dice: "El desdoblamiento de un todo y el conocimiento de sus partes contradictorias [. . .) es la esencia [. . .) de la dialéctica:" Dice también en su Resumen del libro de Hegel " Ciencia de la lógica ": "En una palabra, la dialéctica puede ser definida como la doctrina acerca de la unidad de los contrarios. Esto aprehende el núcleo de la dialéctica, pero exige explicaciones y desarrollo."    [pág. 333]

  [3] V. I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica.    [pág. 334]

  [4] Palabras de Tung Chung-shu (179-104 a.n.e.), célebre exponente del confucianismo durante la dinastía Jan. Una vez Tung dijo al emperador Wuti: "El Tao se origina en el cielo. El cielo no cambia y el Tao tampoco." "Tao", término comúnmente

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usado por los filósofos chinos de la antigüedad, significa "caminó", "razón" y también "ley".    [pág. 335]

  [5] F. Engels: Anti-Dühring, primera sección, XII, "Dialéctica. Cantidad y calidad".    [pág. 339]

  [6] V. I. Lenin: En torno a lo cuestión de la dialéctica.    [pág. 339]

  [7] F. Engels: Anti-Dühring, primera sección, XII, "Dialéctica. Cantidad y calidad".    [pág. ]

  [8] V. I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica.    [pág. 340]

  [9] Ibíd.    [pág. 341]

  [10] V. I. Lenin: "Comunismo", Obras Completas, t. XXXI. Véase "Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China", nota 10, en el presente tomo.    [pág. 345]

  [11] Sun Tsi, cap. III, "Plan de ataque".    [pág. 346]

  [12] Wei Cheng (580-643), estadista e historiador de la dinastía Tang.    [pág. 346]

  [13] Famosa novela china que describe una guerra campesina ocurrida a finales de la dinastía Sung del Norte. Sung Chiang es uno de los protagonistas de la novela. La aldea de Chu, bajo la dominación de un terrateniente despótico llamado Chu Chao-feng, estaba cerca de Liangshanpo, base de apoyo de esa guerra campesina.    [pág. 346]

  [14] V. I. Lenin: "Una vez más sobre los sindicatos, el momento actual y los errores de Trotski y Bujarin".    [pág. 347]

  [15] Acerca de Chen Tu-siu, véase "Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China", nota 4, en el presente tomo.    [pág. 349]

  [16] V. I. Lenin: ¿Qué Hacer?, I, d.    [pág. 359]

  [17] V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel " Ciencia de la lógica ".    [pág. 360]

  [18] Libro escrito durante la Era de los Reinos Combatientes (403-221 a.n.e.). En una de sus leyendas se relata que Kua Fu, un ser sobrenatural, corrió en persecución del Sol. Pero murió de sed en el camino. El báculo que llevaba se transformó en un bosque.    [pág. 363]

  [19] Yi es el héroe de una antigua leyenda china, famoso por su destreza en el manejo del arco. Según una leyenda contada en el Juai Nan Tsi, obra compilada en el siglo II a.n.e., había, en tiempos del emperador Yao, diez soles en el cielo. Para acabar con los daños causados a la vegetación por los abrasadores rayos de los estros, Yao ordenó a Yi que derribara los soles. Otra leyenda, registrada por Wang Yi (siglo II), cuenta que el arquero derribó nueve de los diez soles.    [pág. 363]

  [20] Novela mitológica escrita en el siglo XVI. Su héroe, Sun Wu-kung, el Rey Mono, es valiente e ingenioso y está dotado del poder mágico de adquirir a voluntad setenta y dos formas diferentes, tales como pájaro, bestia, planta, etc.    [pág. 363]

  [21] Famosa colección de cuentos fantásticos, redactados por Po Sung-ling en el siglo XVII. Conste en total de 431 cuentos que en su mayoría hablan de hadas, fantasmas y zorros.    [pág. 363]

  [22] C. Marx: Introducción a la crítica de la economía política.    [pág. 364]

  [23] V. I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica.    [pág. 364]

  [24] Esta frase apareció por primera vez en la Historia de la primera dinastía Jan, escrita por Pan Ku, célebre historiador del siglo I, y be sido siempre un dicho popular.    [pág. 366]

  [25] V. I. Lenin: En torno a la cuestión de la dialéctica.    [pág. 366]

  [26] V. I. Lenin: "Observaciones críticas sobre el libro de Bujarin Economía del período de transición ".    [pág. 368]

Perspectivas en la lucha contra la ofensiva japonesa

[*]

23 de julio de 1937

I. DOS LINEAS POLITICAS

    El 8 de julio, al otro día del Incidente de Lukouchiao[1], el Comité Central del Partido Comunista de China publicó un manifiesto en que llama a toda la nación a la resistencia armada. En este manifiesto se dice:

    "¡Compatriotas! ¡Peiping y Tientsín están en peligro! ¡El Norte de China está en peligro! ¡La nación china está en peligro! Nuestra única salida es emprender una guerra de resistencia de toda la nación. Exigimos pronta y decidida resistencia a las tropas invasoras japonesas y preparativos inmediatos para enfrentar toda eventualidad. La nación entera, de arriba abajo, tiene que desechar en el acto toda idea de vivir en una paz humillante con los agresores japoneses. ¡Compatriotas! Aclamemos y apoyemos la heroica resistencia de las tropas de Feng Chi-an. Aclamemos y apoyemos la declaración de las autoridades del Norte de China, que expresa su determinación de defender la patria hasta la

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    * El 7 de julio de 1937, los imperialistas japoneses provocaron el Incidente de Lukouchiao en su intento de anexarse toda China por la fuerza de las armas. El pueblo chino exigió unánimemente la resistencia armada al Japón. Pero transcurrieron diez días antes de que Chiang Kai-shek hiciera una declaración en Lushan anunciando dicha resistencia. Esto lo hizo bajo la presión de todo el pueblo, y también como resultado del serio golpe que la invasión japonesa asestaba tanto a los intereses de los imperialistas ingleses y norteamericanos en China, como a los de los grandes terratenientes y la gran burguesía, que Chiang Kai-shek representaba directamente. Pero, al mismo tiempo, el gobierno de Chiang Kai-shek siguió manteniendo negociaciones con los invasores japoneses; e incluso aceptó un supuesto arreglo pacífico [cont. en pág. 8. — DJR] que éstos habían concluido con algunas autoridades locales. No fue sino el 13 de agosto de 1937, al lanzar los invasores japoneses una gran ofensiva contra Shanghai, haciendo imposible para Chiang Kai-shek mantener su dominio en el Sudeste de China, cuando éste se vio obligado a emprender la resistencia armada; peco, aun entonces, y hasta 1944, Chiang Kai-shek nunca cesó de mendigar subrepticiamente la paz al Japón. A todo lo largo de la Guerra de Resistencia, Chiang Kai-shek, traicionando totalmente su propia declaración de Lushan en la que dijo: "Una vez comenzada la guerra, cada uno, sea del Norte o del Sur, sea joven o viejo, tendrá el deber de resistir al Japón y defender la patria", se opuso a una guerra popular general en la que todo el pueblo fuese movilizado, y adoptó la política reaccionaria de resistencia pasiva al Japón y lucha activa contra el Partido Comunista y el pueblo. las dos líneas políticas, dos series de medidas y dos perspectivas expuestas por el camarada Mao Tse-tung en este artículo, reflejan precisamente la lucha entre la línea del Partido Comunista y la de Chiang Kai-shek en la Guerra de Resistencia contra el Japón.

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muerte. Exigimos que el general Sung Che-yuan ponga inmediatamente en pie de guerra a todo el 29.ƒ Cuerpo de Ejército[2] y lo envíe al frente para resistir a la agresión. Exigimos que el Gobierno Central de Nankín proporcione una ayuda efectiva al 29.ƒ Cuerpo de Ejército, levante en seguida la interdicción impuesta a los movimientos patrióticos de las masas populares de todo el país y deje al pueblo desplegar plenamente su espíritu de resistencia, movilice sin demora para la guerra a todas las fuerzas de tierra, mar y aire del país y que, a fin de consolidar la retaguardia, liquide sin dilación a todos los colaboracionistas, vendepatrias y espías de los agresores japoneses ocultos en China. Llamamos al pueblo entero a apoyar con todas sus fuerzas la sagrada guerra de autodefensa contra el Japón. Nuestras consignas son: ¡Defendamos con las armas Peiping, Tientsín y el Norte de China! ¡defendamos la patria hasta la última gota de sangre! ¡Que todo el pueblo, el gobierno y las fuerzas armadas se unan y erijan la inquebrantable Gran Muralla del frente único nacional para resistir a la agresión japonesa! ¡Que el Kuomintang y el Partido Comunista cooperen estrechamente para rechazar los nuevos ataques de los agresores japoneses! ¡Expulsemos de China a los invasores japoneses!"

Esta es una declaración sobre la línea política.

    El pasado 17 de julio, el señor Chiang Kai-shek hizo una declaración en Lushan, estableciendo una línea política de preparación para la Guerra de Resistencia, que constituye la primera declaración correcta del Kuomintang sobre asuntos exteriores en el curso de muchos años.

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Por consiguiente, ha sido bien acogida por nosotros y por todos nuestros compatriotas. La declaración señala cuatro condiciones para la solución del Incidente de Lukouchiao:

    "1) Ninguna solución debe violar la soberanía e integridad territorial de China;

    2) No se admitirá ningún cambio ilegal en la estructura administrativa de las provincias de Jopei y Chajar;

    3) No se puede destituir ni reemplazar por exigencia de nadie a ningún funcionario local nombrado por el Gobierno Central;

    4) Ninguna limitación debe ser impuesta al 29.ƒ Cuerpo de Ejército respecto a sus actuales lugares de acantonamiento."

Las observaciones finales de la declaración dicen:

    "En cuanto al Incidente de Lukouchiao, el gobierno ha determinado una línea política y una posición consecuentes. Comprendemos que cuando toda la nación esté en guerra, la situación nos obligará a hacer hasta el último sacrificio, y no debemos abrigar la más leve esperanza de una salida fácil. Una vez comenzada la guerra, cada uno, sea del Norte o del Sur, sea joven o viejo, tendrá el deber de resistir al Japón y defender la patria."

Esta es otra declaración sobre la línea política.

    He aquí dos declaraciones políticas de significación histórica acerca del Incidente de Lukouchiao, hechas por el Partido Comunista y el Kuomintang respectivamente. El punto común de las dos declaraciones es el pronunciamiento por una decidida resistencia armada y la oposición al compromiso y a las concesiones.

    Esta es una línea política para enfrentar la invasión japonesa, es la línea correcta.

    Pero existe la posibilidad de que se adopte otra línea política. Desde hace cerca de un mes, los colaboracionistas y elementos projaponeses en la región de Peiping-Tientsín se muestran muy activos, intentando presionar a las autoridades de esas dos ciudades para que se plieguen a las exigencias del Japón, socavando la línea política de decidida resistencia armada y pronunciándose por el compromiso y las concesiones. Estas son manifestaciones que encierran un grave peligro.

    Esta línea política de compromiso y concesiones es diametralmente opuesta a la línea política de decidida resistencia armada. Si no se la rechaza en seguida, Peiping, Tientsín y todo el Norte de China caerán

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en manos del enemigo, y la nación entera se verá seriamente amenazada. Todos deben estar alerta.

    ¡Oficiales y soldados patriotas del 29.ƒ Cuerpo de Ejército, uníos! ¡Combatid el compromiso y las concesiones y llevad a cabo resueltamente la Guerra de Resistencia!

    ¡Conciudadanos patriotas de Peiping, Tientsín y el Norte de China, uníos! ¡Combatid el compromiso y las concesiones y apoyad la decidida resistencia armada!

    ¡Conciudadanos patriotas de todo el país, uníos! ¡Combatid el compromiso y las concesiones y apoyad la decidida resistencia armada! Señor Chiang Kai-shek y miembros patriotas del Kuomintang, esperamos que perseveren en su enunciada línea política, cumplan sus promesas, combatan el compromiso y las concesiones, se muestren resueltos en la resistencia armada y respondan así con hechos a los ultrajes del enemigo.

    ¡Que todas las fuerzas armadas del país, incluido el Ejército Rojo, apoyen la declaración del señor Chiang Kai-shek, combatan el compromiso y las concesiones y lleven a cabo con resolución la resistencia armada!

    Los comunistas, un solo corazón y una sola voluntad, aplicamos fielmente nuestro propio manifiesto y al mismo tiempo apoyamos decididamente la declaración del señor Chiang Kai-shek. Estamos dispuestos a defender el suelo patrio, junto con los miembros del Kuomintang y todos los compatriotas, hasta la última gota de nuestra sangre; combatiremos toda indecisión, vacilación, compromiso o concesión, y realizaremos con firmeza la Guerra de Resistencia.

II. DOS SERIES DE MEDIDAS

    Para lograr su propósito, la línea política de decidida resistencia armada exige toda una serie de medidas.

    ¿Cuáles son esas medidas? He aquí las principales:

    1. Movilización general de las fuerzas armadas de todo el país. Movilizar nuestras fuerzas armadas permanentes, más de dos millones de hombres entre las fuerzas de tierra, mar y aire, y que comprenden el Ejército Central, las tropas locales y el Ejército Rojo; enviar inmediatamente el grueso de esas fuerzas al frente de defensa nacional, conservando una parte de ellas en la retaguardia para mantener

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el orden. confiar el mando de los diversos frentes a generales leales a los intereses de la nación. Convocar un consejo de defensa nacional para decidir la estrategia y lograr una voluntad unánime de combate. transformar el trabajo político en el ejército a fin de llegar a la unidad entre oficiales y soldados y entre ejército y pueblo. Determinar la parte que a la guerra de guerrillas corresponde en las tareas estratégicas, de modo que pueda coordinarse con la guerra regular. Limpiar de traidores el ejército. Movilizar un número conveniente de reservas y adiestrarlas a fin de que estén en condiciones de marchar al frente. Aumentar razonablemente el equipo y avituallamiento de las fuerzas armadas. De acuerdo con la línea política general de decidida resistencia armada, hay que trazar planes militares para cumplir todas las tareas arriba expuestas. Las tropas de China no son pocas pero, a menos que se realicen estos planes, no podrán derrotar al enemigo. Si se combinan los factores políticos y materiales, nuestras fuerzas armadas serán invencibles en el Asia oriental.

    2. Movilización general de todo el pueblo. Levantar la interdicción que pesa sobre los movimientos patrióticos; poner en libertad a los presos políticos; derogar el "Decreto de emergencia en represión de las actividades contra la República"[3] y los "Reglamentos para la censura de prensa"[4]; reconocer la legalidad de las organizaciones patrióticas existentes; extender estas organizaciones entre los obreros, campesinos, hombres de negocios e intelectuales; armar a las masas populares para la autodefensa y para apoyar al ejército en sus operaciones. En una palabra, dar al pueblo la libertad de manifestar su patriotismo. La fuerza del pueblo y la del ejército, unidas, propinarán un golpe mortal al imperialismo japonés. Sin duda alguna, una guerra nacional que no se apoye en las grandes masas populares no podrá triunfar. La caída de Abisinia[5] debe servirnos de lección. Nadie que quiera sinceramente sostener una decidida resistencia armada debe pasar por alto este punto.

    3. Transformación del aparato gubernamental. Admitir en el gobierno a representantes de los diversos partidos y grupos políticos y a personalidades públicas para que administren conjuntamente los asuntos del Estado, y depurar de projaponeses y traidores encubiertos el gobierno, para que así éste y el pueblo se unan. La Guerra de Resistencia contra el Japón es una gran tarea que nunca podrá ser cumplida por unos cuantos individuos. Obstinarse en monopolizar esta tarea no hará más que malograrla. Para ser un verdadero gobierno de defensa nacional, el gobierno ha de apoyarse en las masas populares

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y practicar el centralismo democrático; ha de ser a la vez democrático y centralizado; un gobierno de este tipo es el más poderoso. La Asamblea Nacional debe representar realmente al pueblo; ha de ser el órgano supremo del Poder, determinar la política fundamental del Estado y decidir sobre las medidas políticas y los planes para la resistencia al Japón y la salvación nacional.

    4. Política exterior antijaponesa. No conceder a los imperialistas japoneses ninguna ventaja o facilidad, sino por el contrario, confiscar sus bienes, desconocer las deudas contraídas con ellos, barrer sus lacayos y expulsar a sus espías. Concluir sin demora una alianza militar y política con la Unión Soviética y unirnos estrechamente con este país, el más seguro y poderoso, el más capaz de ayudar a China en su resistencia al Japón. Ganar la simpatía de Inglaterra, los Estados Unidos y Francia para nuestra resistencia al Japón, y procurar su ayuda sin menoscabo de la integridad territorial y la soberanía nacional. Para derrotar a los agresores japoneses debemos apoyarnos principalmente en nuestras propias fuerzas; pero no se puede prescindir de la ayuda extranjera, y una política aislacionista sólo beneficiaría al enemigo.

    5. Proclamación y puesta en práctica inmediata de un programa para el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo. Empezar por los siguientes puntos mínimos: supresión de los impuestos y contribuciones exorbitantes; reducción del arriendo de la tierra; restricción de la usura; mejoramiento de las condiciones de vida de los obreros, de los soldados y suboficiales y de los empleados, y asistencia a las víctimas de las calamidades naturales. Estas nuevas medidas aumentarán el poder adquisitivo del pueblo, harán prosperar el comercio y animarán la actividad financiera, y de ningún modo desquiciarán las finanzas del país, como alegan algunos. Esas medidas acrecentarán ilimitadamente nuestra fuerza para resistir al Japón y consolidarán los cimientos del gobierno.

    6. Educación para la defensa nacional. Reformar radicalmente la política y el sistema educacionales. Renunciar a cuanto no sea urgente y a todas las medidas irrazonables. Los periódicos y publicaciones, el cine y el teatro, la literatura y el arte deben todos responder a los intereses de la defensa nacional. Prohibir la propaganda de los colaboracionistas.

    7. Política financiera y económica de resistencia al Japón. La política financiera debe fundarse en el principio de "quien tenga dinero, que contribuya con dinero", y de confiscar los bienes de los

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imperialistas japoneses y de los colaboracionistas; la política económica debe basarse en el principio de boicotear las mercancías japonesas y estimular el consumo de los productos nacionales. Todo para la resistencia al Japón. La carencia de recursos proviene de medidas erróneas, y ciertamente puede superarse con la adopción de nuevas medidas políticas que correspondan a los intereses del pueblo. Es completamente absurdo afirmar que es irremediable la situación financiera y económica de un país como China con un territorio tan vasto y una población tan numerosa.

    8. Unión de todo el pueblo, el gobierno y las fuerzas armadas de China para erigir la inquebrantable Gran Muralla del frente único nacional. La aplicación de la línea política de resistencia armada y de las medidas arriba enumeradas depende de este frente único. Aquí la clave es la estrecha cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista. Que el gobierno, las fuerzas armadas, todos los partidos y grupos políticos y el pueblo entero se unan sobre la base de esta cooperación. La consigna de "Unirse con toda sinceridad y hacer frente a la crisis nacional" no debe limitarse a bellas palabras, sino que ha de traducirse en hermosas acciones. La unidad debe ser verdadera; es inadmisible proceder con engaños y estratagemas. Debe haber mayor generosidad y una visión más amplia en el manejo de los asuntos del Estado. De nada sirven en efecto los cálculos mezquinos, las triquiñuelas, el burocratismo y el "A-Q-ismo"[6]. Ineficaces en la lucha contra el enemigo, son sencillamente ridículos cuando se emplean contra los propios compatriotas. En toda cosa hay unos principios fundamentales y otros secundarios, y los últimos deben subordinarse a los primeros. Nuestros compatriotas deben considerar seriamente las cosas a la luz de los principios fundamentales, pues solamente así podrán orientar correctamente sus ideas y acciones. Hoy, todo aquel que no tenga un mínimo de sinceridad con respecto a la unidad, aunque nadie se lo reproche, ha de sentirse un poco avergonzado al examinar su conciencia en el silencio de la noche.

    Esta serie de medidas para la realización de una decidida resistencia armada puede llamarse Programa de Ocho Puntos.

    La línea política de decidida resistencia armada debe ir acompañada de esta serie de medidas; de lo contrario, la resistencia no podrá triunfar, el Japón seguirá agrediendo indefinidamente a China, y ésta, impotente ante él, difícilmente escapará a la suerte de Abisinia.

    Todo aquel que sostenga sinceramente la línea política de decidida resistencia armada debe llevar a la práctica esta serie de medidas. Y

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la prueba de si uno está sinceramente por esta resistencia, es si adopta y aplica esta serie de medidas.

    Hay otra serie de medidas, contraria en cada uno de sus puntos a la que hemos expuesto:

    No la movilización general de las fuerzas armadas, sino el rechazo a la movilización o la retirada.

    No la libertad para el pueblo, sino la opresión.

    No un gobierno de defensa nacional basado en el centralismo democrático, sino un gobierno autocrático de burócratas, burgueses compradores, déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes.

    No una política exterior de resistencia al Japón, sino de sumisión a él.

    No mejorar las condiciones de vida del pueblo, sino continuar exprimiéndolo, y dejarlo así sumido en sus sufrimientos e impotente para resistir al Japón.

    No una educación para la defensa nacional, sino para la subyugación del país.

    No una política financiera y económica de resistencia al Japón, sino la misma de hoy, u otra que beneficiaría aún más al enemigo y no a nuestro propio país.

    No erigir la Gran Muralla del frente único nacional antijaponés, sino derribarla, o pronunciar discursos falaces sobre la "unidad", pero no hacer nada para lograrla.

    Las medidas provienen de la línea política. Si la línea política es de no resistencia, todas las medidas reflejarán la no resistencia; hemos aprendido esta lección en los últimos seis años. Si la línea política es de decidida resistencia, se impone entonces aplicar una serie de medidas que corresponden a esta línea política: el Programa de Ocho Puntos.

III. DOS PERSPECTIVAS

    ¿Cuáles son las perspectivas? Esta cuestión nos preocupa a todos. Si se sigue la primera línea política y se adopta la primera serie de medidas, la perspectiva es incuestionablemente la expulsión del imperialismo japonés y la conquista de la libertad y emancipación de China. ¿Existe aún alguna duda al respecto? Pienso que no.

    Si se aplica la segunda línea política y se toma la segunda serie de medidas, la perspectiva es ciertamente la ocupación de China por

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los imperialistas japoneses y el sometimiento del pueblo chino a la condición de esclavos y bestias de carga. ¿Existe aún alguna duda al respecto? Pienso que tampoco.

IV. CONCLUSIONES

    Es imperativo llevar a cabo la primera línea política, adoptar la primera serie de medidas y luchar por hacer realidad la primera perspectiva.

    Es imperativo combatir la segunda línea política, oponerse a la segunda serie de medidas y esforzarse por evitar la segunda perspectiva.

    Que todos los miembros patriotas del Kuomintang y todos los militantes del Partido Comunista se unan y lleven a cabo resueltamente la primera línea política, adopten la primera serie de medidas y luchen por hacer realidad la primera perspectiva; que combatan firmemente la segunda línea política, se opongan a la segunda serie de medidas y se esfuercen por evitar la segunda perspectiva.

    Que todos los conciudadanos patriotas, fuerzas armadas, partidos y grupos políticos patrióticos del país se unan como un solo hombre y lleven resueltamente a cabo la primera línea política, adopten la primera serie de medidas y luchen por hacer realidad la primera perspectiva; que combatan resueltamente la segunda línea política, se opongan a la segunda serie de medidas y se esfuercen por evitar la segunda perspectiva.

    ¡Viva la guerra revolucionaria nacional!

    ¡Viva la liberación de la nación china!

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NOTAS

  [1] Puente situado a poco más de diez kilómetros al Suroeste de Pekín. El 7 de julio de 1937, las fuerzas invasoras japonesas atacaron allí a la guarnición china. Bajo la influencia de la marea antijaponesa que agitaba al pueblo de todo el país, la guarnición opuso resistencia. Así comenzó la heroica Guerra de Resistencia del pueblo chino, que duró ocho años.    [pág. 7]

  [2] Este Cuerpo de Ejército, que en un Principio formó parte del Ejército del Noroeste del Kuomintang mandado por Feng Yu-siang, se encontraba entonces

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acantonado en las provincias de Jopei y Chajar. Sung Che-yuan era su comandante, y Feng Chi-an, jefe de una de sus divisiones.    [pág. 8]

  [3] El 31 de enero de 1931, el gobierno del Kuomintang promulgó el llamado "Decreto de emergencia en represión de las actividades contra la República", utilizando el arbitrario cargo de "actividades contra la República" como pretexto para perseguir y asesinar a patriotas y revolucionarios. Este Decreto dispuso brutales medidas represivas.    [pág. 11]

  [4] Se refiere a las "Disposiciones generales para la censura de prensa", adoptadas por el gobierno del Kuomintang en agosto de 1934 para amordazar la voz del pueblo. Estas Disposiciones estipulaban que "todo artículo de prensa debe ser sometido a censura". En las regiones dominadas por el Kuomintang, todo escrito para la prensa debía someterse a la aprobación del censor del Kuomintang, quien podía mutilarlo o retenerlo.    [pág. 11]

  [5] Véase "Las tareas del Partido Comunista de China en el período de la resistencia al Japón", 8, Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. I.    [pág. 11]

  [6] Ibíd., nota 14.    [pág. 13]

Por la movilización de todas las fuerzas para la victoria de la guerra de resistencia

[*]

25 de agosto de 1937

    A. El Incidente de Lukouchiao ocurrido el 7 de julio, marcó el comienzo de la amplia ofensiva del imperialismo japonés contra el territorio chino al Sur de la Gran Muralla. Y la resistencia de las tropas chinas en Lukouchiao señaló el comienzo de la Guerra de Resistencia de China en escala nacional. Los incesantes ataques de los invasores japoneses, la resuelta lucha de todo el pueblo, la tendencia de la burguesía nacional a la resistencia al Japón, el vigoroso planteamiento y firme aplicación por parte del Partido Comunista de China de la política de frente único nacional antijaponés y el apoyo que ésta se ha ganado en todo el país todo esto ha obligado a las autoridades chinas a que, después del Incidente de Lukouchiao, comenzaran a cambiar su política de no resistencia al Japón, practicada desde el Incidente del 18 de Septiembre de 1931, por la de resistencia, y ha dado lugar a que la revolución china avance de la etapa de cese de la guerra civil y preparación para la resistencia, etapa que comenzó con el Movimiento del 9 de Diciembre de 1935, a la de resistencia efectiva. Los cambios que han comenzado a perfilarse en la política del Kuomintang con el Incidente de Sían y la III Sesión Plenaria de su Comité Ejecutivo Central como punto de partida la declaración hecha el 17 de julio por el señor Chiang Kai-shek en Lushan sobre la resistencia al Japón y muchas de las medidas por él adoptadas para la defensa

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    * Orientación para la propaganda y agitación, elaborada por el camarada Mao Tse-tung en agosto de 1937 y destinada a los órganos de propaganda del Comité Central del Partido Comunista de China. Fue aprobada en la reunión ampliada del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China celebrada en Luochuan, Norte de Shensí.

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nacional, todo esto es digno de aprobación. Las tropas en el Frente, trátese de tropas terrestres, aéreas o de unidades armadas locales, han resistido valerosamente y dado prueba del heroísmo propio de la nación china. A nombre de la revolución nacional, el Partido Comunista de China hace llegar el más caluroso saludo a todas las tropas y ciudadanos patriotas del país.

    B. Pero, por otro lado, las autoridades del Kuomintang continúan, aún después del Incidente de Lukouchiao, ocurrido el 7 de julio con la errónea política que han venido aplicando desde el Incidente del 18 de Septiembre: contraen compromisos y hacen concesiones[1], reprimen el entusiasmo de los ejércitos patriotas y el movimiento patriótico del pueblo por la salvación nacional. Sin duda alguna, después de apoderarse de Peiping y Tientsín, el imperialismo japonés, apoyándose en su brutal fuerza militar, contando con la ayuda del imperialismo alemán e italiano y explotando las vacilaciones del imperialismo inglés y el aislamiento del Kuomintang respecto de las amplias masas trabajadoras, proseguirá con su política de ofensivas en gran escala, dará el segundo y el tercer paso en su preestablecido plan de operaciones y lanzará violentos ataques sobre todo el Norte de China y otras regiones. Las llamas de la guerra están ardiendo ya en Chajar y Shanghai. Para salvar la patria, resistir a los ataques del poderoso invasor, defender el Norte de China y las zonas litorales y recuperar Peiping, Tientsín y el Nordeste de China, todo el pueblo chino y las autoridades del Kuomintang deben aprender a fondo la lección de la pérdida del Nordeste de China, de Peiping y Tientsín, escarmentar con la caída de Abisinia, conocer la historia de la victoriosa lucha de la Unión Soviética contra sus enemigos extranjeros[2], aprender de la actual experiencia de España en su triunfante defensa de Madrid[3], y unirse firmemente para combatir hasta el fin en defensa de la patria. De aquí en adelante la tarea es: "Movilizar a todas las fuerzas para la victoria de la Guerra de Resistencia", y la clave para su realización es un cambio completo y radical de la política del Kuomintang. El paso dado por el Kuomintang en el problema de la resistencia es digno de elogio; es lo que el Partido Comunista de China y todo el pueblo han estado esperando durante años, y todos saludamos ese progreso. Pero el Kuomintang no ha hecho todavía ningún cambio en su política respecto a problemas tales como la movilización de las masas populares y la realización de reformas políticas. En lo fundamental aún se niega a levantar la interdicción del movimiento popular antijaponés, todavía rehusa efectuar una transformación

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básica en el aparato gubernamental, continúa sin una política para mejorar las condiciones de vida del pueblo y, en sus relaciones con el Partido Comunista, todavía no da pruebas de una cooperación sincera. En momentos tan críticos como éste, en que el peligro de subyugación y exterminio se cierne sobre nuestro país y nuestro pueblo, si el Kuomintang continúa con la vieja política mencionada y se niega a cambiarla rápidamente, causará graves perjuicios a la Guerra de Resistencia. Algunos miembros del Kuomintang dicen: "Las reformas políticas se harán después de la victoria de la Guerra de Resistencia." Piensan que los invasores japoneses pueden ser derrotados sólo con los esfuerzos del gobierno, pero están equivocados. En una guerra de resistencia sostenida únicamente por el gobierno, sólo es posible ganar alguna que otra batalla, e imposible la victoria definitiva sobre los agresores japoneses. Esta última no puede lograrse sino en una guerra de resistencia general de toda la nación. Pero, una guerra así requiere un cambio completo y radical de la política del Kuomintang y que todo el país, de arriba abajo, una sus esfuerzos para llevar a efecto un programa de resistencia cabal al Japón, esto es, un programa de salvación nacional formulado dentro del espíritu de los Tres Principios del Pueblo revolucionarios y las Tres Grandes Políticas, elaborados personalmente por el Dr. Sun Yat-sen en el período de la primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista.

    C. El Partido Comunista de China propone con toda sinceridad al Kuomintang, al pueblo entero, a todos los partidos, grupos políticos, sectores sociales y fuerzas armadas, un Programa de Diez Puntos para la Salvación Nacional con el fin de derrotar definitivamente a los invasores japoneses. Está firmemente convencido de que, sólo aplicando este Programa en forma completa, sincera y resuelta, será posible defender a la patria y vencer a los invasores japoneses. De otra manera, la responsabilidad recaerá sobre aquellos que se amodorran en la rutina y permiten que la situación se deteriore; si la subyugación del país se convierte en realidad, será demasiado tarde para remordimientos y lamentaciones. He aquí los diez puntos de que consta el Programa para la Salvación Nacional:

    1. Aplastamiento del imperialismo japonés.

    Romper las relaciones diplomáticas con el Japón, expulsar a sus funcionarios, arrestar a sus espías, confiscar las propiedades japonesas en China, desconocer las deudas contraídas con el Japón, denunciar

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los tratados firmados con éste y recobrar todas las concesiones japonesas.

    Combatir hasta la última gota de sangre en defensa del Norte y de las zonas litorales.

    Combatir hasta la última gota de sangre para recuperar Peiping, Tientsín y el Nordeste.

    Expulsar de China a los imperialistas japoneses.

    Oponerse a toda vacilación y compromiso.

    2. Movilización militar general del país.

    Movilizar a todas las fuerzas de tierra, mar y aire del país para una guerra de resistencia en escala nacional.

    Oponerse a la línea pasiva de operaciones puramente defensivas, y adoptar una línea activa de operaciones realizadas con independencia e iniciativa.

    Crear un consejo permanente de defensa nacional que discuta y determine el plan de defensa del país y la línea para las operaciones. Armar al pueblo y desarrollar la guerra de guerrillas antijaponesa para coordinarla con las operaciones de las tropas regulares. Reformar el trabajo político en las fuerzas armadas a fin de lograr la unidad entre mandos y combatientes.

    Conseguir la unidad entre el pueblo y el ejército y poner en juego la iniciativa de éste.

    Apoyar al Ejército Unido Antijaponés del Nordeste y desorganizar la retaguardia enemiga.

    Dar igual trato a cuantas tropas combaten en la Guerra de Resistencia.

    Establecer zonas militares en todo el país y movilizar a la nación entera para la guerra, con el objeto de cambiar gradualmente el sistema mercenario por el de servicio militar obligatorio.

    3. Movilización general del pueblo.

    Garantizar a todo el pueblo, con excepción de los colaboracionistas, las libertades de palabra, de prensa, de reunión y de asociación para la resistencia al Japón y la salvación nacional, y la libertad de empuñar las armas contra el enemigo.

    Derogar todas las viejas leyes y decretos que limitan los movimientos patrióticos populares, y promulgar nuevos decretos y leyes revolucionarios.

    Poner en libertad a todos los presos políticos patriotas y revolucionarios, y levantar la proscripción de los partidos políticos.

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    Que todo el pueblo se movilice, empuñe las armas y participe en la Guerra de Resistencia. Que cada uno contribuya con lo que pueda: sean energías, dinero, fusiles o conocimientos.

    Movilizar a los mongoles, juis y demás minorías nacionales para que, sobre la base del principio de autodeterminación y autonomía nacionales, participen en la lucha común contra el Japón.

    4. Transformación del aparato gubernamental.

    Instituir una asamblea nacional integrada por verdaderos representantes del pueblo para que adopte una constitución auténticamente democrática, determine la línea política para la resistencia al Japón y la salvación nacional y elija un gobierno de defensa nacional.

    El gobierno de defensa nacional debe admitir en su seno a revolucionarios de todos los partidos y grupos políticos y de todas las organizaciones populares y excluir a los elementos projaponeses.

    El gobierno de defensa nacional practicará el centralismo democrático; será a la vez democrático y centralizado.

    El gobierno de defensa nacional aplicará la política revolucionaria para la resistencia al Japón y la salvación nacional.

    Instituir la autonomía local, destituir a los funcionarios corruptos y establecer un gobierno íntegro y honrado.

    5. Política exterior antijaponesa.

    Concluir alianzas contra la agresión y pactos de ayuda militar mutua para la resistencia al Japón con todos los países que se oponen a la política agresiva del Japón, siempre y cuando estos pactos y alianzas no vayan contra la integridad territorial y la soberanía de China.

    Apoyar el frente internacional de la paz y oponerse al frente de agresión de Alemania, el Japón e Italia.

    Unirse con las masas obreras y campesinas de Corea y el Japón contra el imperialismo japonés.

    6. Política financiera y económica de guerra.

    La política financiera debe basarse en el principio de que quien tenga dinero contribuya con dinero y que los bienes de los colaboracionistas sean confiscados, a fin de cubrir los gastos de guerra. La política económica ha de ser la de reajustar y ampliar la producción para la defensa nacional, desarrollar la economía rural y asegurar el autoabastecimiento de productos necesarios en tiempos de guerra; estimular el consumo de las mercancías nacionales y mejorar la calidad de los productos locales; prohibir completamente la venta de mercan-

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cías japonesas, acabar con el comercio ilícito y luchar contra la especulación y la manipulación del mercado.

    7. Mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo.

    Mejorar las condiciones de los obreros, empleados y profesores, y de los soldados y oficiales que combaten contra los invasores japoneses.

    Dar trato preferencial a las familias de los soldados y oficiales que combaten contra los invasores japoneses.

    Abolir los impuestos y contribuciones exorbitantes.

    Reducir los arriendos de la tierra y los intereses sobre los préstamos.

    Auxiliar a los desempleados.

    Regular el abastecimiento de víveres.

    Ayudar a las víctimas de las calamidades naturales.

    8. Política educacional antijaponesa.

    Cambiar el viejo sistema educacional y los viejos programas de enseñanza y poner en práctica un nuevo sistema y nuevos programas orientados hacia la resistencia al Japón y la salvación nacional.

    9. Eliminación de los colaboracionistas vendepatrias y elementos projaponeses, y consolidación de la retaguardia.

    10. Unidad nacional contra el Japón.

    Establecer, sobre la base de la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista, un frente único nacional antijaponés de todos los partidos, grupos políticos, sectores sociales y fuerzas armadas del país para dirigir la Guerra de Resistencia, unirse con toda sinceridad y hacer frente a la crisis nacional.

    D. Es imperativo descartar la política de resistencia exclusiva del gobierno y llevar a efecto la de resistencia general de toda la nación. El gobierno debe unirse con el pueblo, hacer revivir en toda su integridad el espíritu revolucionario del Dr. Sun Yat-sen, poner en práctica el Programa de Diez Puntos arriba expuesto, y luchar por la victoria completa de la Guerra de Resistencia. El Partido Comunista de China, así como las masas populares y las fuerzas armadas bajo su dirección, actuarán firmemente de acuerdo con este Programa y se mantendrán en la primera línea de la Guerra de Resistencia para defender a la patria hasta la última gota de sangre. De conformidad con su consecuente política, el Partido Comunista de China está dispuesto a combatir en el mismo frente junto con el Kuomintang y los otros partidos y grupos políticos del país y a formar con ellos, hombro con hombro, la sólida Gran Muralla del frente único nacional

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para derrotar a los malvados invasores japoneses y luchar por una nueva China independiente, libre y feliz. Para alcanzar este objetivo, debemos combatir resueltamente las teorías de compromiso y capitulación de los colaboracionistas, así como el derrotismo nacional que considera imposible vencer al invasor japonés. El Partido Comunista de China está firmemente convencido de que la realización del Programa de Diez Puntos asegurará la victoria sobre los invasores japoneses. ¡Siempre que los 450 millones de compatriotas unan sus esfuerzos, la victoria final pertenecerá a la nación china!

    ¡Abajo el imperialismo japonés!

    ¡Viva la guerra revolucionaria nacional!

    ¡Viva la nueva China independiente, libre y feliz!

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NOTAS

  [1] Véase la nota preliminar a "Líneas políticas, medidas y perspectivas en la lucha contra la ofensiva japonesa", en el presente tomo.    [pág. 18]

  [2] Véase Compendio de Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, cap. VIII.    [pág. 18]

  [3] En 1936, valiéndose de Franco, militar fascista de España, los fascistas alemanes e italianos desencadenaron una guerra de agresión contra ese país. El pueblo español, dirigido por el Gobierno del Frente Popular, sostuvo una heroica guerra en defensa de la democracia y contra la agresión. La defensa de Madrid, capital de España, fue la acción más encarnizada de toda la guerra. Iniciada en octubre de 1936, se mantuvo durante dos años y cinco meses. Debido a la ayuda que Inglaterra, Francia y otros países imperialistas prestaron a los agresores con su hipócrita política de "no intervención", y a la desintegración del Frente Popular, Madrid pasó a manos de los fascistas en marzo de 1939.    [pág. 18]

Contra el liberalismo

7 de septiembre de 1937

    Estamos por la lucha ideológica activa, pues ella es el arma con que se logra la unidad interna del Partido y demás colectividades revolucionarias en beneficio del combate. Todos los comunistas y revolucionarios deben empuñar esta arma.

    Pero el liberalismo rechaza la lucha ideológica y propugna una paz sin principios, dando origen a un estilo decadente y vulgar, que conduce a la degeneración política a algunas organizaciones y miembros del Partido y demás colectividades revolucionarias.

    El liberalismo se manifiesta en diferentes formas:

    A sabiendas de que una persona está en un error, no sostener una discusión de principio con ella y dejar pasar las cosas para preservar la paz y la amistad, porque se trata de un conocido, paisano, condiscípulo, amigo íntimo, ser querido, viejo colega o viejo subordinado. O bien buscando mantenerse en buenos términos con esa persona, rozar apenas! el asunto en lugar de ir hasta el fondo. Así, tanto la colectividad como el individuo resultan perjudicados. Este es el primer tipo de liberalismo.

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