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El gran Mao Tse-Tung (página 17)



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    "En el curso de la guerra, China podrá [. . .] reforzar gradualmente el armamento de sus tropas. Por eso, en las postrimerías de la guerra, podrá emprender una guerra de posiciones, atacando las posiciones enemigas en las zonas ocupadas. De este modo, la economía del Japón se derrumbará a consecuencia del prolongado desgaste causado por la Guerra de Resistencia de China, y sus tropas se desmoralizarán en el curso de innumerables batallas extenuativas. En cuanto a China, sus fuerzas latentes de resistencia brotarán con pujanza creciente y, en un inmenso torrente

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ininterrumpido, las masas populares revolucionarias marcharán al frente para combatir por la libertad. Todos estos factores, coordinados con otros, nos permitirán lanzar los ataques finales y decisivos contra las fortificaciones y bases del Japón en el territorio por él ocupado, y arrojar de China a sus tropas invasoras." (Entrevista con Edgar Snow en julio de 1936.)

    "La situación política de China ha entrado así en una nueva etapa [. . .] La tarea central de la actual etapa consiste en movilizar a todas las fuerzas para obtener la victoria de la Guerra de Resistencia."

    "La clave para la victoria reside hoy en desarrollar la Guerra de Resistencia ya iniciada, convirtiéndola en una guerra de resistencia general de toda la nación. Sólo mediante una guerra así, se podrá lograr la victoria final."

    "Como en la actualidad todavía existen serias deficiencias en la Guerra de Resistencia, podrán presentarse en su curso futuro muchos descalabros, retrocesos, divisiones internas, traiciones, compromisos temporales y parciales y otras situaciones adversas. Por consiguiente, debemos tener en cuenta que ésta será una guerra dura y prolongada. Pero estamos convencidos de que, gracias a los esfuerzos de nuestro Partido y del pueblo entero, la Guerra de Resistencia ya iniciada barrerá todos los obstáculos para continuar su avance y desarrollo." ("Resolución del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la situación actual y las tareas del Partido", adoptada en agosto de 1937.)

Estas son nuestras conclusiones. Los partidarios de la teoría de la subyugación nacional ven en el enemigo una fuerza sobrenatural, y en nosotros, los chinos, una brizna insignificante; en tanto que los partidarios de la teoría de la victoria rápida ven en nosotros, los chinos, una fuerza sobrenatural, y en el enemigo, una brizna. Ambos se equivocan. Nuestro punto de vista es diferente. La Guerra de Resistencia contra el Japón será una guerra prolongada, y la victoria final pertenecerá a China: ésta es nuestra conclusión.

    120. Mis conferencias terminan aquí. La gran Guerra de Resistencia contra el Japón se está desarrollando, y muchos desearían que se hiciera un resumen de nuestra experiencia para facilitar el logro de una victoria total. Lo tratado por mí es sólo una exposición general de la experiencia de los diez meses pasados, y quizás pueda servir como una especie de resumen. El problema de la guerra prolongada

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merece amplia atención y discusión. Yo sólo he presentado un bosquejo, y espero que ustedes lo estudien y discutan, lo enmienden y amplíen.

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NOTAS

  [1] La teoría de la subyugación nacional era el punto de vista sostenido por el Kuomintang. Este no quería resistir a los invasores japoneses y comenzó a luchar contra ellos solamente cuando se vio obligado. Después del Incidente de Lukouchiao, la camarilla de Chiang Kai-shek se incorporó con desgano a la Guerra de Resistencia, en tanto que la de Wang Ching-wei se convirtió en representante de la teoría de la subyugación nacional, dispuesta a capitular ante el Japón, lo que efectivamente hizo después. Pero la idea de la subyugación nacional no sólo exista en el Kuomintang, sino que afectaba también a ciertos sectores de las capas medias de la sociedad e incluso a algunos elementos atrasados entre los trabajadores. La razón era que el gobierno del Kuomintang, corrompido e impotente, había perdido una batalla tras otra en la Guerra de Resistencia y las tropas japonesas habían avanzado arrolladoramente hasta las cercanías de Wuján en el primer año de la guerra, y por consiguiente, un sector atrasado de la población se había vuelto profundamente pesimista.    [pág. 115]

  [2] Estas opiniones existían en el seno del Partido Comunista. Durante los primeros seis meses de la Guerra de Resistencia contra el Japón, surgió una tendencia a menospreciar al enemigo entre algunos miembros del Partido Comunista, los cuales sostenían que se podía derrotar al Japón de un solo golpe. Pensaban así, no porque creyeran que nuestras fuerzas fuesen poderosas, pues bien sabían que en aquel entonces las tropas y las fuerzas organizadas de las masas populares bajo la dirección del Partido Comunista eran aún pequeñas, sino porque el Kuomintang había empezado a resistir a los invasores japoneses. En su opinión, el Kuomintang era bastante poderoso y, en coordinación con el Partido Comunista, podía asestar eficaces golpes al Japón. Sólo veían un aspecto del Kuomintang, el de su resistencia temporal al Japón, pasando por alto el otro aspecto, el de su carácter reaccionario y corrompido, cosa que los llevó a esa apreciación errónea.    [pág. 116]

  [3] Esta era la opinión de Chiang Kai-shek y compañía. Obligados a resistir al Japón, Chiang Kai-shek y el Kuomintang depositaron sus esperanzas sólo en una rápida ayuda extranjera, sin confiar en sus propias fuerzas, y menos aún en las del pueblo.    [pág. 116]

  [4] Taierchuang es un poblado del Sur de la provincia de Shantung, donde el ejército chino sostuvo en marzo de 1938 una batalla contra las tropas invasoras y logró la victoria oponiendo cuatrocientos mil soldados a los setenta u ochenta mil del Japón.    [pág. 116]

  [5] Esta opinión fue planteada en un editorial del Ta Kung Pao, entonces órgano del Grupo de Ciencias Políticas del Kuomintang. Confiando en la buena suerte, esta camarilla abrigaba la esperanza de que unas cuantas victorias más. como la lograda en Taierchuang, detendrían el avance del Japón y así no habría necesidad de movilizar a las fuerzas populares para una guerra prolongada, movilización que constituiría una amenaza para la seguridad de su propia clase. En todo el Kuomintang prevalecía entonces este estado de ánimo de esperar una feliz concurrencia de circunstancias.    [pág. 116]

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  [6] Este Movimiento, con Kang You-wei, Liang Chi-chao. Tan Si-tung y otros a la cabeza, representaba los intereses de un sector de la burguesía liberal y de los terratenientes sensatos. El Movimiento contaba con el favor y el apoyo del emperador Kuangs¸. pero carecía de una base de masas. Yuan Shi-kai. que disponía en aquel tiempo de fuerzas militares, entregó los planes secretos de los reformistas a la emperatriz viuda Tsisi, cabeza de la camarilla ultraconservadora, quien volvió a asumir el Poder e hizo enceldar al emperador Kuangs¸ y decapitar a Tan Si-tung y a otros cinco. Así el Movimiento terminó en un trágico fracaso.    [pág. 124]

  [7] En su declaración del 16 de enero de 1938, el gabinete japonés dio a conocer su política de subyugación de China por la fuerza. Al mismo tiempo trataba de llevar al gobierno del Kuomintang a la capitulación mediante la intimidación y el engaño, declarando que si el gobierno del Kuomintang "continuaba inspirando la resistencia ' el gobierno japonés crearía un nuevo régimen títere en China y no aceptaría ya al gobierno del Kuomintang como "19 otra parte" en las negociaciones.    [pág. 131]

  [8] Se alude principalmente a los Estados Unidos.    [pág. 138]

  [9] Se hace referencia a los gobiernos de países imperialistas como Inglaterra, los Estados Unidos y Francia.    [pág. 138]

  [10] La predicción del camarada Mao Tse-tung de que se registraría un ascenso en China durante la etapa de equilibrio de la Guerra de Resistencia contra el Japón, se hizo realidad en las regiones liberadas que dirigía el Partido Comunista de China. Pero, en las regiones dominadas por el Kuomintang, hubo en realidad descenso en vez de ascenso, porque la pandilla gobernante encabezada por Chiang Kai-shek fue pasiva en su resistencia al Japón y activan en su oposición al Partido Comunista y al pueblo. Esto despertó la oposición entre las amplias masas populares y elevó su conciencia. Véase el análisis de estos hechos en "Sobre el gobierno de coalición", Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. III.    [pág. 145]

  [11] De acuerdo con la teoría de que "las armas lo deciden todo", China, por ser inferior al Japón en armamento, estaba condenada a perder la guerra. Esta opinión era general entre los cabecillas de la camarilla reaccionaria del Kuomintang. incluido Chiang Kai-shek.    [pág. 146]

  [12] Sun Wu-kung, héroe de la novela mitología china Peregrinación al Oeste, escrita en el siglo XVI, era un mono que podía cubrir con un salto mortal una distancia de 108.000 li. Pero en cuanto estuvo en la palma de la mano de Buda, no pudo salir de ella, por más saltos mortales que dio. Volviendo la mano, Buda transformó sus dedos en cinco cordilleras enlazadas entre sí (la Montaña de los Cinco Elementos) y sepultó a Sun Wu-kung.    [pág. 150]

  [13] En agosto de 1935, en su informe al VII Congreso de la Internacional Comunista. titulado "la ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo", el camarada Jorge Dimitrov afirmó que "el fascismo es el chovinismo desenfrenado y la guerra de rapiña". En julio de 1937, el camarada Dimitrov publicó un artículo titulado "El fascismo es la guerra".    [pág. 152]

  [14] Véanse V. I. Lenin, "El socialismo y la guerra", cap. I, y "La bancarrota de la II Internacional", III, Obras Completas, t. XXI.    [pág. 157]

  [15] Chengpu se encontraba en el actual distrito de Fansien, provincia de Jonán, y fue en el año 632 a.n.e. el escenario de una gran batalla entre los Estados de Tsin y Chu. Al comienzo, las tropas de Chu llevaban la ventaja. Las tropas de Tsin, luego de efectuar una retirada de noventa G, escogieron como blanco los flancos del ejército

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de Chu que eran sus puntos débiles. infligiéndole golpes demoledores; el ejército de Chu sufrió así una tremenda derrota.    [pág. 169]

  [16] En el año 204 a.n.e., Jan Sin, general del Príncipe de fan, dirigió sus tropas contra Chao Sie, librando una gran batalla en Chingsing. El ejército de este último, que, según se decía, contaba con doscientos mil soldados, era varias veces mayor que el de Jan Sin. éste. con sus tropas desplegadas de espaldas a un río, las condujo a un valiente combate y, al mismo tiempo. envió algunas unidades a asaltar y ocupar la retaguardia del enemigo, débilmente guarnecida. Atrapadas en una tenaza, las tropas de Chao Sie fueron aplastadas totalmente.    [pág. 169]

  [17] A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, Napoleón sostuvo guerras contra Inglaterra, Prusia. Austria, Rusia y muchos otros países europeos. En muchas batallas Napoleón obtuvo la victoria a pesar de la inferioridad numérica de sus tropas.    [pág. 169]

  [18] En el año 383 Fu Chien, monarca del reino de Chin, envió sus tropas 9 atacarla dinastía Tsin, cuyas fuerzas menospreciaba. Las tropas de Tsin derrotaron a sus unidades avanzadas en las inmediaciones del río Luochien, distrito de Shouyang, provincia de Anjui, y continuaron avanzando por tierra y agua. Subiendo a la muralla de la ciudad de Shouyang, Fu Chien vio la excelente alineación de las fuerzas enemigas. Luego al mirar hacia el monte Pakung, los árboles y matorrales le parecieron también soldados enemigos. Creyendo tener enfrente a un potente adversario, fue presa del pánico. Véase "Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China", nota 29, Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. I.    [pág. 170]

  [19] Se hace referencia al hecho de que Chiang Kai-shek, Wang Ching-wei y sus secuaces, después de haber traicionado en 1927 el primer frente único democrático nacional entre el Kuomintang y el Partido Comunista, desencadenaron una guerra de diez años contra el pueblo imposibilitando que éste se organizara ampliamente. La responsabilidad de todo ello recae sobre la camarilla reaccionaria del Kuomintang, encabezada por Chiang Kai-shek.    [pág. 171]

  [20] El príncipe Siangkung reinó en la Era de Primavera y Otoño, siglo VII a.n.e. En el año 638 a.n.e., el Estado de Sung sostuvo una guerra con el poderoso Estado de Chu. las fuerzas de Sung se habían desplegado ya en posición de combate cuando las tropas de Chu aún estaban cruzando el río. Uno de los dignatarios de Sung sugirió que, como las tropas de Chu eran numéricamente superiores, ése era el momento para un ataque. Pero el príncipe replicó: "No, un caballero no debe atacar jamás a otro que se encuentra en dificultades: ' Cuando, cruzado el río, las tropas de Chu no habían completado aún su despliegue de combate, el dignatario volvió a proponer un ataque inmediato, y el príncipe volvió a contestar: "No, un caballero no debe atacar a un ejército que no está formado en orden de combate." El príncipe ordenó el ataque sólo cuando las tropas de Chu estuvieron perfectamente preparadas. Como resultado, las tropas de Sung sufrieron una derrota desastrosa y el propio príncipe Siangkung fue herido.    [pág. 171]

  [21] Caudillo militar del Kuomintang que gobernó durante muchos años la provincia de Shantung. En l937, cuando los invasores japoneses, después de ocupar Peiping y Tientsín, avanzaron hacia el Sur a lo largo del ferrocarril Tientsín-Pukou para atacar Shantung, Jan Fu-ch¸ huyó a la provincia de Jonán sin dar una sola batalla.    [pág. 177]

  [22] En el año 1812, Napoleón lanzó una ofensiva contra Rusia con un ejército de unos quinientos mil hombres. El ejército ruso abandonó e incendió Moscú, condenando así al ejército napoleónico al hambre, al frío y a todo género de privaciones. Además, destruyó las comunicaciones de la retaguardia del ejército Francés, y éste

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quedó así cercado, en una situación sin salida. En consecuencia, Napoleón tuvo que retirar sus fuerzas. Aprovechando la ocasión, el ejército ruso pasó a la contraofensiva, y Napoleón logró huir sólo con unos veinte mil hombres.    [pág. 188]

  [23] El Kuomintang engrosaba su ejército mediante el reclutamiento forzoso. Sus soldados y policías cogían a los hombres en cualquier lugar para enviarlos al ejército y los conducían atados como si fueran convictos. Los que poseían dinero solían sobornar a los funcionarios del Kuomintang o pagaban sustitutos.    [pág. 193]

El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional

[*]

Octubre de 1938

    Camaradas: Ante nosotros se abre un futuro luminoso. Nuestro deber es derrotar al imperialismo japonés y construir una nueva China, y alcanzaremos con toda seguridad estos objetivos. Sin embargo, es difícil el camino por recorrer entre el momento actual y ese futuro luminoso. El Partido Comunista de China y el pueblo entero, que luchan por una China esplendorosa, tienen que combatir de manera planificada a los invasores japoneses; sólo podrán derrotarlos por medio de una larga guerra. Ya hemos hablado bastante sobre diversos problemas relativos a esta guerra. Hemos resumido la experiencia adquirida desde el estallido de la Guerra de Resistencia contra el Japón, evaluado la situación actual, definido las tareas urgentes que incumben a la nación entera, explicado por qué y cómo utilizar un frente único nacional antijaponés a largo plazo para sostener una guerra larga, y hemos analizado la situación internacional: ¿Qué problemas quedan entonces? Camaradas, queda uno más: el papel que corresponde al Partido Comunista de China en la guerra nacional, esto es, cómo deben entender los comunistas su propio papel, aumentar su fuerza y estrechar sus filas, a fin de evitar la derrota y conducir esta guerra a la victoria.

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    * Informe del camarada Mao Tse-tung ante la VI Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional del Partido. Esta Sesión, que tuvo una gran importancia, ratificó la línea del Buró Político del Comité Central, encabezado por el camarada Mao Tse-tung. En su informe, el camarada Mao Tse-tung abordó la cuestión del papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional, con el propósito de ayudar a todos los camaradas a comprender con claridad y asumir concienzudamente la gran responsabilidad histórica del Partido de dirigir la Guerra de Resistencia contra el Japón. La Sesión Plenaria decidió persistir en la política de frente único antijaponés, y además señaló que debía haber a la vez unidad y lucha dentro de ese frente y que el planteamiento de "Todo a través del [cont. en pág. 202. — DJR] frente único" no convenía a las condiciones de China; criticó así el espíritu acomodaticio en el problema del frente único. Esta última cuestión fue tratada por el camarada Mao Tse-tung en "El problema de la independencia y autodecisión dentro del frente único", que formaba parte de las conclusiones presentadas por él a la Sesión. Al mismo tiempo, la Sesión afirmó que era sumamente importante que todo el Partido se dedicase a organizar la lucha armada del pueblo contra el Japón, y decidió que las zonas de guerra y la retaguardia del enemigo debían ser el campo principal de trabajo del Partido; criticó las erróneas ideas de cifrar en los ejércitos del Kuomintang las esperanzas de la victoria sobre los invasores japoneses y de confiar el destino del pueblo a las luchas legales bajo la reaccionaria dominación del Kuomintang. Esta cuestión fue tratada por el camarada Mao Tse-tung en "Problemas de la guerra y de la estrategia", que formaba parte también de esas conclusiones.

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PATRIOTISMO E INTERNACIONALISMO

    ¿Puede un comunista, que es internacionalista, ser al mismo tiempo patriota? Sostenemos que no sólo puede, sino que debe serlo. El contenido concreto del patriotismo es determinado por las condiciones históricas. Existe el "patriotismo" de los agresores japoneses y de Hitler, y existe nuestro patriotismo. Los comunistas deben oponerse resueltamente al "patriotismo" de los agresores japoneses y de Hitler. Los comunistas japoneses y alemanes son derrotistas respecto a las guerras sostenidas por sus países. Responde a los intereses de los pueblos del Japón y Alemania hacer todo lo posible porque fracasen las guerras de los agresores japoneses y de Hitler, y cuanto más completa sea la derrota, tanto mejor. Esto es lo que los comunistas japoneses y alemanes deben hacer y, en efecto, están haciendo. Todo ello se explica porque las guerras desatadas por los agresores japoneses y por Hitler perjudican no sólo a otros pueblos, sino también a los pueblos de sus propios países. El caso de China es distinto, porque ella es víctima de la agresión. Por consiguiente, los comunistas chinos debemos combinar el patriotismo con el internacionalismo. Somos a la vez internacionalistas y patriotas, y nuestra consigna es "Luchar contra el agresor en defensa de la patria". Para nosotros, el derrotismo es un crimen, y pugnar por la victoria en la Guerra de Resistencia, un deber ineludible. Pues únicamente luchando en defensa de la patria podremos derrotar a los agresores y lograr la liberación nacional, y sólo logrando la liberación nacional será posible que el proletariado y todo el pueblo trabajador conquisten su propia emancipación. La victoria de China y la derrota de los imperialistas que la invaden constituirán una ayuda para los pueblos de los demás países. De ahí que, en las guerras de liberación nacional, el patrio-

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tismo sea la aplicación del internacionalismo. Por esta razón, cada comunista debe desplegar toda su iniciativa, marchar valerosa y resueltamente al campo de batalla de la guerra de liberación nacional, y apuntar sus fusiles contra los agresores japoneses. Por la misma razón, inmediatamente después del Incidente del 18 de Septiembre de 1931, nuestro Partido lanzó un llamamiento a resistir a los agresores japoneses mediante una guerra nacional de autodefensa, y, más tarde, propuso un frente único nacional antijaponés y ordenó al Ejército Rojo que se reorganizara como unidades del Ejército Revolucionario Nacional antijaponés y marchara al frente, y a sus militantes, que combatieran en la primera línea de la Guerra de Resistencia y defendieran a la patria hasta la última gota de sangre. Estas acciones patrióticas son todas justas y, lejos de infringir el internacionalismo, son precisamente su aplicación en China. Sólo quienes tienen ideas políticas confusas o segundas intenciones pueden desear el disparate de que nos hemos equivocado, de que hemos abandonado el internacionalismo.

LOS COMUNISTAS DEBEN DAR EL EJEMPLO

EN LA GUERRA NACIONAL

    Por las razones arriba expuestas, los comunistas deben mostrar una gran iniciativa en la guerra nacional, y mostrarla concretamente o sea, desempeñar un papel ejemplar y de vanguardia en todos los terrenos. Nuestra guerra se lleva a cabo en circunstancias adversas: El insuficiente desarrollo de la conciencia, dignidad y confianza nacionales entre las grandes masas populares, la falta de organización de la mayoría de éstas, la debilidad del poderío militar, el atraso económico, la falta de democracia en el sistema político, la corrupción y el pesimismo, la falta de unidad y solidez dentro del frente único, etc.: todas éstas son circunstancias adversas. En consecuencia, los comunistas tienen que asumir conscientemente la gran responsabilidad de unir al pueblo entero para eliminar todo fenómeno negativo. Aquí, el papel de vanguardia de los comunistas y su ejemplo tienen importancia vital. En el VIII Ejército y en el Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército, los comunistas deben ser modelos de valentía en el combate y dar el ejemplo en la ejecución de las órdenes, la observancia de la disciplina, la realización del trabajo político y el afianzamiento de la cohesión y la unidad internas. En sus relaciones con los partidos y ejércitos

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amigos, los comunistas deben perseverar en la unidad para la resistencia al Japón, persistir en el programa de frente único y dar el ejemplo en el cumplimiento de las tareas de la Resistencia; deben ser fieles a la palabra empeñada y resueltos en la acción, libres de altanería y sinceros en la consulta y cooperación con los partidos y ejércitos amigos, y modelos en las relaciones entre partidos dentro del Frente único. En el trabajo gubernamental, los comunistas deben dar ejemplo de absoluta integridad, abstención de todo favoritismo y trabajo tesonero por poca remuneración. Al trabajar entre las masas, los comunistas deben comportarse como sus amigos y no como sus superiores, como maestros infatigables y no como politiqueros burócratas. En ningún momento y en ninguna circunstancia puede un comunista poner en primer plano sus intereses personales; al contrario, debe subordinarlos a los intereses de la nación y de las masas populares. De ahí que el egoísmo, la desgana en el trabajo, la corrupción, el afán de figurar, etc., sean lo más despreciable, mientras que merezcan respeto el desinterés, el entusiasmo y la energía en el trabajo, la completa dedicación al deber público y el esfuerzo concienzudo y tenaz. Los comunistas deben trabajar en armonía con todos los elementos avanzados que no militan en el Partido, y esforzarse por unir al pueblo entero para eliminar todo fenómeno negativo. Hay qué comprender que los comunistas no son sino un pequeño sector de la nación, y que fuera del Partido existe un gran número de elementos avanzados y activistas, con los que debemos colaborar. Es totalmente erróneo pensar que sólo nosotros somos capaces y que los demás no valen nada. Los comunistas no deben desdeñar o despreciar a las personas políticamente atrasadas, sino acercarse a ellas, unirse con ellas, convencerlas y alentarlas a progresar. A aquellos que hayan cometido errores en su trabajo, salvo los incorregibles, los comunistas no deben dejarlos de lado, sino al contrario, persuadirlos para que se corrijan y emprendan un nuevo camino. Los comunistas deben ser ejemplares tanto por su sentido práctico como por su previsión y clarividencia, porque únicamente el sentido práctico les permitirá cumplir las tareas asignadas, y sólo la previsión y la clarividencia les impedirán extraviarse en el avance. Por lo tanto, los comunistas deben asimismo dar el ejemplo en el estudio y, en todo momento, deben ser alumnos de las masas populares a la vez que sus maestros. Sólo aprendiendo de las masas populares, de cuanto ocurre a su alrededor, de los partidos y ejércitos amigos, y conociéndolos bien, podrán los comunistas tener sentido práctico en su trabajo y ser previsores y clarividentes en cuanto

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al porvenir. En una guerra larga y en circunstancias adversas, sólo colaborando con todos los elementos avanzados de los partidos y ejércitos amigos y de las masas populares y desempeñando plenamente en papel ejemplar y de vanguardia, pueden los comunistas movilizar a las fuerzas vivas de la nación entera en la lucha para vencer las dificultades. derrotar al enemigo y construir una nueva China.

UNIR A TODA LA NACION Y COMBATIR A LOS

AGENTES DEL ENEMIGO EN SU SENO

    La única política posible para vencer las dificultades, derrotar al enemigo y construir una nueva China consiste en consolidar y ampliar el frente único nacional antijaponés y movilizar todas las fuerzas vivas de la nación. Sin embargo, como ya hay dentro de nuestro frente único nacional agentes del enemigo — colaboracionistas, trotskistas y elementos projaponeses –, que realizan una labor de zapa, los comunistas deben estar siempre en guardia contra estos agentes, denunciar sus actividades criminales con hechos y pruebas, y prevenir al pueblo para que no se deje engañar por ellos. Los comunistas deben redoblar su vigilancia política frente a los agentes del enemigo en el seno de la nación. Deben comprender que la ampliación y la consolidación del frente único nacional son inseparables de la denuncia y la eliminación de estos agentes. Es completamente erróneo atender solamente a un aspecto y olvidar el otro.

AMPLIAR EL PARTIDO COMUNISTA Y PREVENIR

LA INFILTRACION DE LOS AGENTES DEL ENEMIGO

    Para vencer las dificultades, derrotar al enemigo y construir una nueva China, el Partido Comunista debe ampliar su organización y convertirse en un gran partido con carácter de masas, abriendo sus puertas a un gran número de obreros, campesinos y jóvenes activistas que estén sinceramente dedicados a la revolución, tengan fe en los principios del Partido, apoyen su política y se encuentren dispuestos a observar su disciplina y a trabajar con tesón. En este aspecto, es intolerable la tendencia de "puertas cerradas". Pero, al mismo

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tiempo, no puede relajarse ni en lo más mínimo la vigilancia contra la infiltración de los agentes del enemigo. Los servicios secretos del imperialismo japonés tratan constantemente de minar nuestro Partido y de hacer que, disfrazados de activistas, se infiltren en él colaboracionistas, trotskistas, elementos projaponeses, degenerados y arribistas. Ni por un momento debemos relajar nuestra vigilancia y nuestras estrictas precauciones contra tales individuos. No debemos cerrar las puertas del Partido por temor a los agentes del enemigo, pues ampliarlo con audacia es nuestra política ya definida. Pero, al hacerlo, no debemos aflojar la vigilancia ante los agentes del enemigo y los arribistas que traten de aprovechar la oportunidad para infiltrarse. Cometeremos errores si atendemos sólo a un aspecto y olvidamos el otro. La única política correcta es "Ampliar con audacia el Partido, pero no dejar penetrar en él ni un solo individuo nocivo".

MANTENER FIRMEMENTE EL FRENTE UNICO Y

LA INDEPENDENCIA DEL PARTIDO

    Sólo manteniendo firmemente el frente único nacional podremos vencer las dificultades, derrotar al enemigo y construir una nueva China. En esto no cabe ninguna duda. Pero, a la vez, todo partido o grupo político que forme parte del frente único, sea el Kuomintang, el Partido Comunista o cualquier otro, debe conservar su independencia ideológica, política y organizativa. En las relaciones entre partidos, el Principio de la Democracia, uno de los Tres Principios del Pueblo, significa admitir tanto la unión de todos los partidos y grupos políticos como la existencia independiente de cada uno de ellos. Hablar solamente de unidad y negar la independencia es abandonar el Principio de la Democracia, y con ello no estará de acuerdo ni el Partido Comunista ni ningún otro partido o grupo político. Por supuesto, la independencia dentro del frente único sólo puede ser relativa y no absoluta; considerarla absoluta significaría socavar la política general de unidad contra el enemigo. Sin embargo, no debe negarse en modo alguno esta independencia relativa; ideológica, política y organizativamente, cada partido debe gozar de independencia relativa, esto es, de libertad relativa. Dejarse despojar de ésta o renunciar voluntariamente a ella, también significaría socavar la política general de unidad contra el enemigo. Esto han de compren-

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derlo bien todos los militantes del Partido Comunista y también todos los miembros de los partidos amigos.

    Lo mismo es válido para la relación entre la lucha de clases y la lucha nacional. Es un principio establecido que, en la Guerra de Resistencia contra el Japón, todo debe estar subordinado a los intereses de ésta. Por consiguiente, los intereses de la lucha de clases deben estar subordinados a los intereses de la Guerra de Resistencia, y no en conflicto con ellos. Pero la existencia de las clases y de la lucha de clases es una realidad, y están equivocados quienes niegan la realidad de la lucha de clases. Toda teoría que intente negar la existencia de la lucha de clases es completamente errónea. No negamos la lucha de clases, sino que la reajustamos. La política de ayuda y concesiones mutuas que promovemos es aplicable no sólo a las relaciones entre los partidos, sino también a las relaciones entre las clases. Para lograr la unidad contra el Japón, hay que aplicar una política apropiada de reajuste de las relaciones entre las clases, una política que, por una parte, no deje a las masas trabajadoras sin garantías políticas y materiales, y, por la otra, tenga en cuenta también los intereses de los ricos, satisfaciendo así las exigencias de la unidad contra el enemigo. Es perjudicial para la resistencia al Japón atender solamente a un aspecto y descuidar el otro.

TENER EN CUENTA EL TODO, PENSAR EN

FUNCION DE LA MAYORIA Y TRABAJAR

JUNTO CON LOS ALIADOS

    Al dirigir a las masas en la lucha contra el enemigo, los comunistas deben tener en cuenta el todo, pensar en función de la mayoría y trabajar junto con los aliados. Deben comprender el principio de subordinar las necesidades de la parte a las del todo. Si una proposición es factible para una situación parcial, pero no para la situación en su conjunto, es necesario subordinar la parte al todo. En el caso contrario, si la proposición no es factible para la situación parcial, pero sí para la situación en su conjunto, es preciso igualmente subordinar la parte al todo. Esto es lo que se entiende por tener en cuenta el todo. Los comunistas nunca deben separarse de la mayoría de las masas, desinteresarse de ella y precipitarse adelante en forma aventurada a la cabeza de una minoría avanzada; deben preocuparse por

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forjar estrechos vínculos entre los elementos avanzados y las grandes masas. Esto es lo que significa pensar en función de la mayoría. Dondequiera que haya partidos o individuos democráticos dispuestos a cooperar con nosotros, la actitud que corresponde a los comunistas es consultar y cooperar con ellos. Es erróneo tomar decisiones arbitrarias y actuar de manera autoritaria, sin hacer caso de los aliados. Un buen comunista debe saber tener en cuenta el todo, pensar en función de la mayoría y trabajar junto con los aliados. Hemos adolecido de graves deficiencias a este respecto, y debemos aplicarnos a superarlas.

POLITICA DE CUADROS

    El Partido Comunista de China es un partido que dirige la gran lucha revolucionaria de una inmensa nación de varios centenares de millones de personas, y no puede cumplir su misión histórica sin un número considerable de cuadros dirigentes capaces y políticamente íntegros. Durante los últimos diecisiete años, nuestro Partido ha formado muchos dirigentes competentes, de modo que ya tenemos una armazón de cuadros en el trabajo militar, político, cultural, de Partido y de masas; esto constituye un orgullo para el Partido y la nación. Pero la armazón existente no basta para soportar el amplio edificio de nuestra lucha; hay que seguir formando en gran escala cuadros competentes. Muchos activistas han surgido y continúan surgiendo en la gran lucha del pueblo chino. Es responsabilidad nuestra organizarlos, formarlos, cuidarlos bien y saber utilizarlos. Una vez determinada la línea política, los cuadros vienen a ser un factor decisivo[1]. Por lo tanto, es nuestra tarea de lucha preparar planificadamente gran número de nuevos cuadros.

    Tenemos que preocuparnos no sólo por los cuadros miembros del Partido, sino también por los que no lo son. Fuera del Partido hay muchas personas capaces, y los comunistas no podemos dejarlas de lado. Es deber de cada comunista deshacerse de toda altanería, saber trabajar junto con los cuadros que no militan en el Partido, proporcionarles sincera ayuda, tratarlos con una afectuosa actitud de camaradas y orientar su actividad hacia la grandiosa causa de la Guerra de Resistencia contra el Japón y de la reconstrucción nacional.

    Debemos saber valorar a los cuadros. No los juzguemos únicamente por un breve período de su actividad o por un solo hecho de

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su vida, sino también por todo su pasado y todo su trabajo. Este es el método principal para valorar a los cuadros.

    Debemos saber utilizar a los cuadros. El dirigente tiene, en resumidas cuentas, dos responsabilidades principales: elaborar y utilizar a los cuadros. Preparar planes, tomar decisiones, dar órdenes e instrucciones, etc., entran en el concepto de "elaborar ideas". Para que las ideas sean llevadas a la práctica, el dirigente tiene que unir a los cuadros e impulsarlos a la acción; esto entra en el concepto de "utilizar a los cuadros". En la historia de nuestra nación ha habido siempre dos líneas opuestas en este terreno: el "nombramiento por méritos" y el "nombramiento por favoritismo"'. La primera es honrada y la segunda no lo es. El criterio que debe aplicar el Partido Comunista en su política de cuadros es ver si éstos llevan adelante con firmeza la línea del Partido, observan su disciplina, mantienen estrechos vínculos con las masas, poseen la capacidad de orientarse independientemente en el trabajo y son activos, empeñosos y desinteresados. Esta es la línea de "nombramiento por méritos". La política de cuadros aplicada por Chang Kuo-tao era exactamente la opuesta. Siguiendo la línea de "nombramiento por favoritismo", reunió en torno suyo a sus favoritos, formó una pequeña fracción y acabó por traicionar al Partido y desertar. Esta es una importante lección para nosotros. En vista de ésta y otras lecciones históricas similares, el Comité Central y los dirigentes de todos los niveles tienen la importante responsabilidad de perseverar en la práctica honrada y justa en lo que respecta a la política de cuadros, y de combatir la práctica deshonesta e injusta, para que se consoliden la unidad y la cohesión del Partido.

    Debemos saber cuidar bien a los cuadros. He aquí el método:

    Primero, orientarlos en su trabajo. Esto significa dejarles desplegar su iniciativa en el trabajo para que se atrevan a asumir responsabilidades y, al mismo tiempo; darles indicaciones oportunas para que, a la luz de la línea política del Partido, puedan poner en pleno juego su espíritu creador.

    Segundo, ayudarlos a elevar su nivel. Esto significa brindarles la oportunidad de estudiar y educarlos, de modo que eleven su preparación teórica y su capacidad en el trabajo.

    Tercero, verificar su trabajo y ayudarlos a sintetizar sus experiencias, a seguir adelante sobre la base de lo conquistado y a corregir sus errores. No es la manera de cuidar bien a los cuadros

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confiarles una tarea sin verificar su ejecución, y prestarles atención sólo cuando hayan cometido graves errores.

    Cuarto, utilizar, en general, el método de la persuasión con los cuadros que hayan cometido errores y ayudarlos a corregirlos. Sólo se puede recurrir al método de la lucha con los que hayan cometido errores graves y rechacen toda guía. En todo esto, la paciencia es indispensable. No es correcto calificar a la ligera de "oportunista" a la gente ni precipitarse a "entablar luchas" contra ella.

    Quinto, ayudarlos en sus dificultades. Cuando un cuadro cae enfermo o tropieza con dificultades materiales, familiares, etc., hay que prestarle toda la ayuda posible.

Este es el método para cuidar bien a los cuadros.

DISCIPLINA DEL PARTIDO

    En vista de las graves infracciones de la disciplina cometidas por Chang Kuo-tao, es necesario reafirmar la disciplina del Partido, a saber:

1) la subordinación del militante a la organización;

    2) la subordinación de la minoría a la mayoría;

    3) la subordinación del nivel inferior al superior, y

    4) la subordinación de todo el Partido al Comité Central.

Quien viola estas reglas de disciplina socava la unidad del Partido. La experiencia demuestra que algunos infringen la disciplina del Partido porque no comprenden en qué consiste esta disciplina, y otros, como Chang Kuo-tao, la infringen a sabiendas y se aprovechan de la ignorancia de muchos miembros del Partido para lograr sus pérfidos objetivos. Por lo tanto, es necesario educar a los militantes en la disciplina del Partido, de modo que los militantes de base no sólo puedan observar ellos mismos la disciplina, sino también velar porque los dirigentes la observen igualmente, evitando así que el caso de Chang Kuo-tao se repita. Para conducir por el cauce correcto las relaciones internas del Partido, aparte de las cuatro reglas más importantes de la disciplina arriba mencionadas, debemos elaborar un reglamento interno del Partido más detallado, que sirva para asegurar la unidad de acción de los organismos dirigentes en todos los niveles.

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LA DEMOCRACIA EN EL PARTIDO

    En la gran lucha en que está empeñado, el Partido Comunista de China exige a todos sus organismos dirigentes, miembros y cuadros que desplieguen al máximo su iniciativa; sólo así será posible la victoria. Esta iniciativa ha de manifestarse concretamente en la actividad creadora de los organismos dirigentes, cuadros y miembros del Partido, en su sentido de la responsabilidad, en el vigor que pongan en el trabajo, en la audacia y habilidad con que planteen los problemas, expongan sus opiniones y critiquen los defectos, así como en la vigilancia camaraderil que ejerzan sobre los organismos y cuadros dirigentes. Sin todo esto, la palabra "iniciativa' carecerá de contenido. Ahora bien, el despliegue de dicha iniciativa depende del grado de democracia existente en la vida del Partido. Sin suficiente democracia, resulta imposible desplegar esta iniciativa. Sólo en un ambiente democrático puede formarse un gran número de hombres capaces. En nuestro país prevalece el sistema patriarcal, propio de la pequeña producción, y, tomado el país en su conjunto, todavía no hay una vida democrática. Esta situación se traduce dentro del Partido en una vida democrática insuficiente. Este fenómeno impide que todo el Partido despliegue plenamente su iniciativa, y conduce asimismo a una democracia insuficiente en el frente único y en los movimientos de masas. Por estas razones, dentro del Partido hay que educar a los militantes en los principios de la democracia para que comprendan qué se entiende por vida democrática, cuál es la relación entre democracia y centralismo y cómo poner en práctica el centralismo democrático. Sólo así se puede ampliar efectivamente la democracia en la vida del Partido y, al mismo tiempo, evitar el ultrademocratismo y la tendencia a dejar pasar las cosas, tendencia que socava la disciplina.

    Es también esencial acrecentar, en grado necesario, la vida democrática de las organizaciones del Partido en nuestro ejército, a fin de estimular la iniciativa de los militantes del Partido y aumentar la capacidad combativa de las tropas. Sin embargo no puede haber tanta democracia en dichas organizaciones como en las organizaciones del Partido fuera del ejército. Tanto en unas como en otras, la democracia interna del Partido debe servir para fortalecer la disciplina e incrementar la capacidad combativa, y no para debilitarlas.

    La ampliación de la democracia en la vida del Partido debe considerarse como un paso indispensable para su consolidación y desarrollo,

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como una importante arma que le habilitará para ser más activo y vigoroso en la gran lucha, estar a la altura de sus tareas, crear nuevas fuerzas y salir airoso de la prueba de la guerra.

NUESTRO PARTIDO SE HA CONSOLIDADO Y

ROBUSTECIDO EN LA LUCHA EN DOS FRENTES

    Durante los últimos diecisiete años, nuestro Partido ha aprendido en general a utilizar el arma marxista-leninista de la lucha ideológica para combatir las ideas erróneas dentro del Partido en dos frentes: uno, contra el oportunismo de derecha, y el otro, contra el oportunismo de "izquierda".

    Con anterioridad a la V Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional[2], nuestro Partido combatió el oportunismo de derecha de Chen Tu-siu y el oportunismo de "izquierda" del camarada Li Li-san. Gracias a la victoria en estas dos luchas internas, el Partido hizo grandes progresos. Después de la V Sesión Plenaria, el Partido conoció otras dos luchas internas de significación histórica: la lucha en la Reunión de Tsunyi y la que desembocó en la expulsión de Chang Kuo-tao.

    La Reunión de Tsunyi corrigió los graves errores de principio, de carácter oportunista de "izquierda", cometidos en la lucha contra la quinta campaña de "cerco y aniquilamiento", y unió tanto al Partido como al Ejército Rojo; esto hizo posible que el Comité Central del Partido y las fuerzas principales del Ejército Rojo llevaran la Gran Marcha a su término triunfal, se trasladaran a posiciones avanzadas para resistir al Japón y pusieran en práctica una nueva política, la política de frente único nacional antijaponés. Gracias a la lucha realizada en las Reuniones de Pasi[3] y de Yenán[4] contra el oportunismo de derecha de Chang Kuo-tao (la lucha contra la línea de Chang Kuo-tao comenzó en la Reunión de Pasi y terminó en la Reunión de Yenán), se consiguió reagrupar a todas las fuerzas del Ejército Rojo y reforzar la unidad del Partido entero para la heroica resistencia al Japón. Estos dos tipos de errores oportunistas surgieron durante la guerra civil revolucionaria y se caracterizaron por estar relacionados con la: guerra.

    ¿Qué lecciones hemos aprendido en estas dos luchas internas del Partido? Helas aquí:

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    1) Los graves errores de principio surgidos por incomprensión de las características de la guerra revolucionaria de China, y que se manifestaron durante la lucha contra la quinta campaña de "cerco y aniquilamiento", incluyen la tendencia "izquierdista" a la precipitación, que desatiende las condiciones subjetivas y objetivas. Esta tendencia es extremadamente perniciosa para una guerra revolucionaria y para cualquier movimiento revolucionario.

    2) El oportunismo de Chang Kuo-tao, en cambio, era oportunismo de derecha en la guerra revolucionaria, y constituía una combinación de línea de retirada, caudillismo militar y actividades antipartido. Sólo con la superación del oportunismo de Chang Kuo-tao, pudieron liberarse de su dominio y volver a la línea correcta del Comité Central un gran número de cuadros y militantes del Partido en el Ejército del IV Frente del Ejército Rojo, hombres de magníficas cualidades intrínsecas y larga trayectoria de lucha heroica.

    3) El gran trabajo organizativo realizado en los diez años de la Guerra Revolucionaria Agraria dio notables resultados en la edificación del ejército, el trabajo gubernamental, el trabajo de masas y la construcción del Partido. De no haber sido por el apoyo de ese trabajo organizativo al heroico combate en el frente, no habría podido mantenerse la encarnizada lucha contra Chiang Kai-shek. Sin embargo, en los últimos tiempos de esa Guerra se cometieron graves errores de principio en la política del Partido relativa a los cuadros y a la organización, errores que se manifestaron en la tendencia al sectarismo, en el abuso de sanciones y en los excesos en la lucha ideológica. Esto se debió a que no se habían eliminado los vestigios de la línea de Li Li-san y a que se cometieron en esa época errores políticos de principio. Estos errores fueron rectificados también en la Reunión de Tsunyi, y así el Partido pudo pasar a una correcta política de cuadros y a principios organizativos correctos. La línea de Chang Kuo-tao relativa a la organización era completamente ajena a todos los principios del Partido, socavaba su disciplina y llevó la actividad fraccional hasta oponerse al Partido, al Comité Central y a la Internacional Comunista. El Comité Central hizo todos los esfuerzos posibles para poner fin a los criminales errores de línea y a la actividad antipartido de Chang Kuo-tao, y trató de salvarlo. Pero como éste se negó obstinadamente a corregir sus errores y

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actuó con duplicidad, y, más tarde, traicionó al Partido echándose en brazos del Kuomintang, el Partido tuvo que tomar una firme decisión y expulsarlo. Esta sanción recibió el apoyo no sólo de todo el Partido, sino también de cuantos eran leales a la causa de la liberación nacional. La Internacional Comunista ratificó la decisión y condenó a Chang Kuo-tao como desertor y renegado.

    Estas lecciones y éxitos nos han proporcionado los requisitos indispensables para cohesionar a todo el Partido, reforzar su unidad ideológica, política y organizativa y conducir victoriosamente la Guerra de Resistencia. Nuestro Partido se ha consolidado y robustecido en la lucha en los dos frentes.

LA LUCHA ACTUAL EN DOS FRENTES

    En el futuro desarrollo de la Guerra de Resistencia, tendrá importancia primordial la lucha política contra el pesimismo derechista, aunque seguirá siendo necesario prestar atención a la lucha contra el mal "izquierdista" de la precipitación. En los problemas relativos al frente único, a la organización del Partido y a la organización de las masas, debe continuarse la lucha contra la tendencia "izquierdista" de "puertas cerradas", para poder llevar a efecto la cooperación con todos los partidos y grupos políticos antijaponeses y la ampliación del Partido Comunista y del movimiento de masas. Pero, al mismo tiempo, debe combatirse la tendencia oportunista de derecha, que no pone ninguna condición a la cooperación y la ampliación, porque de otro modo ambas serían obstaculizadas y se convertirían en cooperación capitulacionista y ampliación sin principios.

    La lucha ideológica en los dos frentes debe adaptarse a las circunstancias de cada caso concreto; nunca se debe abordar un problema de manera subjetivista, ni permitir que continúe el viejo hábito pernicioso de "aplicar etiquetas" a la gente.

    En la lucha contra las desviaciones, hay que prestar seria atención a combatir la duplicidad, porque el mayor peligro de ésta es que puede convertirse en actividad fraccional, como lo muestra la carrera de Chang Kuo-tao. Acatar en público y oponerse en privado; decir si y pensar no; hablar cosas agradables delante de la gente e intrigar a sus espaldas: todas éstas son manifestaciones de duplicidad. Sólo

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aguzando la vigilancia de los cuadros y militantes del Partido contra tal conducta podemos consolidar la disciplina del Partido.

ESTUDIO

    Hablando en general, todos los militantes del Partido Comunista en condiciones de hacerlo deben estudiar la teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin, nuestra historia nacional y la situación y tendencias del movimiento actual, y, al mismo tiempo, contribuir a educar a los militantes con un nivel cultural relativamente bajo. En particular, es preciso que los cuadros estudien detenidamente estas materias, y con mayor razón deben intensificar este estudio los miembros del Comité Central y cuadros de niveles superiores. Ningún partido político que dirija un gran movimiento revolucionario podrá alcanzar la victoria si no posee una teoría revolucionaria, un conocimiento de la historia y una comprensión profunda del movimiento práctico.

    La teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin es universalmente aplicable. No hay que considerarla como un dogma, sino como una guía para la acción. No hay que aprender simplemente términos y frases del marxismo-leninismo, sino estudiarlo como ciencia de la revolución. No sólo hay que comprender las leyes generales formuladas por Marx, Engels, Lenin y Stalin como resultado de su vasto estudio de la vida real y de la experiencia revolucionaria, sino también aprender la posición y el método que adoptaban al examinar y resolver los problemas. Actualmente, la preparación marxista-leninista de nuestro Partido es en cierta medida mejor que antes, pero todavía está lejos de abarcar a todos y de ser profunda. Nuestra misión es dirigir a una inmensa nación de varios centenares de millones de personas en una gran lucha sin precedentes. Por lo tanto, generalizar y profundizar el estudio de la teoría marxista-leninista es para nosotros una gran tarea urgente, que sólo podremos cumplir con esfuerzos concentrados. Espero que, después de esta Sesión Plenaria del Comité Central, se realice en todo el Partido una emulación en el estudio; así se verá quién habrá aprendido realmente algo, quién habrá aprendido más y mejor. Si entre los camaradas encargados de las principales responsabilidades en el trabajo de dirección, hay de cien a doscientos con una comprensión del marxismo-leninismo sistemática y no fragmentaria, real y no huera, la capacidad combativa de nuestro Partido será

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considerablemente acrecentada y aceleraremos nuestra victoria sobre el imperialismo japonés.

    Nos incumbe otra tarea: estudiar nuestro patrimonio histórico y sintetizarlo con espíritu crítico, aplicando el método marxista. La historia varias veces milenaria de nuestra nación posee características propias y encierra innumerables tesoros. En este aspecto somos todavía simples escolares. La China de hoy proviene de la China del pasado; enfocamos la historia como marxistas, y no debemos amputarla. Debemos sintetizar nuestro pasado, desde Confucio hasta Sun Yat-sen, y tomar posesión de su valioso legado. Esto nos ayudará mucho a guiar el gran movimiento de nuestros días. Como marxistas, los comunistas somos internacionalistas; pero sólo podremos poner en práctica el marxismo integrándolo con las características específicas de nuestro país e imprimiéndole una forma nacional. La gran fuerza del marxismo-leninismo está precisamente en su vinculación con la práctica revolucionaria concreta de cada país. Para el Partido Comunista de China, eso supone aprender a aplicar la teoría de! marxismo-leninismo a las circunstancias específicas de China. Si los comunistas chinos, que son parte de la gran nación china, carne de su carne y sangre de su sangre, hablasen del marxismo separándolo de las características de China, su marxismo no pasaría de ser abstracto y vacío. Por ello, el problema que todo el Partido ha de comprender y resolver con urgencia es cómo aplicar el marxismo concretamente en China, de modo que todas sus manifestaciones tengan un carácter inequivocamente chino, es decir, aplicar el marxismo a la luz de las características de nuestro país. Debe eliminarse el estilo de cliché extranjero[5], debe haber menos cantinelas abstractas y vacías, y debe mandarse a descansar al dogmatismo, dando paso al estilo y espíritu chinos llenos de vida y lozanía; que gustan a la gente sencilla de nuestro país. Separar el contenido internacionalista de la forma nacional es la práctica de quienes no entienden nada de internacionalismo. Nosotros, por el contrario, debemos ligar los dos estrechamente. Los graves errores que a este respecto se cometen en nuestras filas deben ser corregidos a conciencia.

    ¿Cuáles son las características del actual movimiento? ¿Cuáles son sus leyes? ¿Cómo dirigirlo? Todos éstos son problemas prácticos. Hasta hoy, todavía no lo conocemos todo sobre el imperialismo japonés ni sobre China. El movimiento se desarrolla, y surgirán ante nosotros nuevas cosas; lo nuevo nace sin cesar. Estudiar este movimiento en su integridad y en su desarrollo es una gran tarea que

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requiere nuestra constante atención. No es marxista quien se niega . a estudiar estos problemas seria y cuidadosamente.

    La complacencia es enemiga del estudio. Si realmente queremos aprender algo, debemos comenzar por deshacernos de la complacencia. Nuestra actitud hacia nosotros mismos debe consistir en "ser insaciables en aprender", y hacia los demás, "ser infatigables en enseñar".

UNIDAD Y VICTORIA

    La unidad dentro del Partido Comunista de China es el requisito fundamental para lograr la unidad de toda la nación, la cual permitirá ganar la Guerra de Resistencia y construir una nueva China. El Partido Comunista de China, que se ha templado durante diecisiete años, ha aprendido muchos métodos para alcanzar su propia unidad, y es ahora un Partido mucho más fogueado. Así, podemos formar un sólido núcleo en el seno del pueblo chino para ganar la Guerra de Resistencia y construir una nueva China. Camaradas, siempre que permanezcamos unidos, alcanzaremos con seguridad este objetivo.

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to Mao

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Desde Marx

hasta Mao

Textos

de Mao

Apuntos sobre

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NOTAS

  [1] En enero de 1934. Stalin dijo en su informe ante d XVII Congreso del PC (b) de la URSS: "[. . .] después de trazada una línea política certera, es el trabajo de organización el que lo decide todo. incluso la suerte de la línea política misma, su cumplimiento o su fracaso. " Aquí, Stalin trató de la "acertada selección de los hombres". En su discurso de mayo de 1935. pronunciado en el Palacio del Kremlin ante la promoción de mandos salidos de las academias del Ejército Rojo, Stalin , planteó y aplicó la consigna: "Los cuadros lo deciden todo" En marzo de 1939. Stalin dijo en su informe ante el XVIII Congreso del PC (b) de la URSS: "Una vez elaborada una línea política acertada, comprobada en la práctica, los cuadros del Partido vienen a ser la fuerza decisiva para la dirección del Partido y del Estado."    [pág. 208]

  [2] Se refiere al período que va desde la reunión de emergencia del Buró Político del Comité Central elegido en el V Congreso Nacional del Partido Comunista de China hasta la V Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional del Partido. la primera se celebró en agosto de 1927, y la segunda, en enero de 1934.    [pág. 212]

  [3] Reunión del Buró Político del Comité Central realizada en agosto de 1935, en Pasi al Noroeste de la capital del distrito de Sungpan. Noroeste de Sechuán, cerca del límite sudoriental de Kansú. Chang Kuo-tao, que dirigía una parte

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del Ejército Rojo, rompió con el Comité Central, desobedeció sus órdenes y trató de socavarlo. El Comité Central decidió en esta Reunión abandonar la zona de peligro, y se dirigió al Norte de Shensí con aquellas fuerzas del Ejército Rojo que obedecían sus órdenes. En cambio, Chang Kuo-tao condujo a las unidades del Ejército Rojo por él engañadas hacia el Sur, a la zona de Tiench¸an, Lushan, Tachinchuan y Siaochinchuan y Apa, donde estableció un comité central espurio y se declaró públicamente en contra del Partido.    [pág. 212]

  [4] Reunión ampliada del Buró Político del Comité Central del Partido, celebrada en Yenán en abril de 1937. Antes de esta Reunión, gran número de cuadros y soldados de las unidades del Ejército Rojo que estaban bajo el mando de Chang Kuo-tao, ya conscientes del engaño sufrido marcharon al Norte hacia la región fronteriza de Shensí-Kansú. Sin embargo, en su camino, algunas unidades siguieron órdenes erróneas y cambiaron de rumbo dirigiéndose al Oeste hacia la zona de Kanchou, Liangchou y Suchou. la mayor parte de estas unidades fueron aniquiladas por el enemigo; el resto siguió hasta Sinchiang, y sólo después llegó a la región fronteriza de Shensí-Kansú, cuando hacía tiempo que las demás unidades habían llegado a esta región y juntado sus fuerzas con el Ejército Rojo Central. El propio Chang Kuo-tao también llegó al Norte de Shensí y asistió a la Reunión de Yenán. En ella se condenó sistemática y concluyentemente su oportunismo y rebelión contra el Partido. Chang Kuo-tao simuló conformidad, pero en realidad se preparaba a traicionar definitivamente al Partido.    [pág. 212]

  [5] Véase el párrafo sobre el estilo de cliché extranjero del artículo "Contra el estilo de cliché del Partido", Obras escogidas de Mao Tse-tung, t. III.    [pág. 216]

El problema de la independencia y autodecisión dentro del   frente único

[*]

5 de noviembre de 1938

LA AYUDA Y LAS CONCESIONES DEBEN SER

POSITIVAS, NO NEGATIVAS

    Para una cooperación a largo plazo es necesario que haya ayuda y concesiones mutuas entre todos los partidos y grupos políticos que forman el frente único; pero éstas deben ser positivas, no negativas. Debemos consolidar y ampliar nuestro Partido y nuestro ejército, y al mismo tiempo apoyar la consolidación y ampliación de los partidos y ejércitos amigos; el pueblo reclama del gobierno la satisfacción de sus reivindicaciones políticas y económicas, y a la vez le presta toda ayuda posible que vaya en beneficio de la Guerra de Resistencia; los obreros exigen a los dueños de fábricas que mejoren su situación, y al mismo tiempo trabajan con ahínco en interés de la resistencia al Japón; los terratenientes deben reducir los arriendos y los intereses, y por su parte, los campesinos deben pagarlos, con el fin de unirse contra la agresión extranjera. Todos estos principios y orientaciones

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    * Parte de las conclusiones presentadas por el camarada Mao Tse-tung en la VI Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional del Partido. La independencia y autodecisión dentro del frente único era uno de los destacados problemas relativos al frente único antijaponés sobre los cuales existían divergencias entre el camarada Mao Tse-tung y Chen Shao-yu. Se trataba, en esencia, del problema de la hegemonía del proletariado en el frente único. En su informe de diciembre de 1947 ("La situación actual y nuestras tareas"), el camarada Mao Tse-tung hizo un breve resumen de estas discrepancias:

    "Durante la Guerra de Resistencia, nuestro Partido combatió ideas semejantes a las de los capitulacionistas [se refiere a las de Chen Tu-siu en el período de la Primera Guerra Civil Revolucionaria], a saber, hacer concesiones a la [cont. en pág. 220. — DJR] política antipopular del Kuomintang, tener más confianza en éste que en las masas populares, no atreverse a movilizar audazmente a las masas para la lucha, a ampliar las regiones liberadas ni a engrosar las fuerzas armadas populares en las zonas ocupadas por los invasores japoneses, entregando así al Kuomintang 1a dirección de la Guerra de Resistencia. Nuestro Partido luchó resueltamente contra estas ideas pusilánimes. decadentes y contrarias a los principios del marxismo-leninismo, aplicó decididamente su línea política de 'desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a las intermedias y aislar a las recalcitrantes', y amplió en forma resuelta las regiones liberadas y el Ejército Popular de liberación. Esto aseguró que nuestro Partido no sólo pudiera vencer al imperialismo japonés en el período de su agresión, sino que, en el período posterior a la rendición del Japón, durante la guerra contrarrevolucionaria desencadenada por Chiang Kai-shek, pudiera pasar, con éxito y sin pérdidas, a oponer la guerra revolucionaria popular a la guerra contrarrevolucionaria de Chiang Kai-shek y lograr grandes victorias en corto tiempo. Todos los miembros del Partido deben grabar muy bien en su memoria estas experiencias de la historia."

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de ayuda mutua son positivos, no negativos ni unilaterales. Lo mismo se puede decir acerca de las concesiones mutuas. Cada una de las partes debe abstenerse de socavar la base de la otra y de formar células secretas dentro de su partido, gobierno o ejército. Por nuestra parte, esto quiere decir que no organizaremos células secretas en el seno del Kuomintang, de su gobierno o de su ejército, a fin de que este partido esté tranquilo, lo cual va en interés de la resistencia al Japón. Viene precisamente al caso la frase: "Abstenerse de hacer una cosa para poder hacer otra."[1] Si no hubiéramos reorganizado el Ejército Rojo, cambiado el régimen administrativo de las zonas rojas, ni abandonado la política de insurrección, no se habría podido emprender una guerra de amplitud nacional contra los invasores japoneses. Haciendo concesiones en una cosa, hemos logrado otra; con medidas negativas hemos obtenido resultados positivos. "Retroceder para saltar mejor"[2]; esto es leninismo. Considerar las concesiones como algo puramente negativo es contrario al marxismo-leninismo. Es cierto que se han dado casos de concesiones puramente negativas, como la teoría de la colaboración entre el trabajo y el capital preconizada por la II Internacional[3], por la que toda una clase y una revolución fueron traicionadas. En China, Chen Tu-siu y, después de él, Chang Kuo-tao, fueron capitulacionistas; debemos oponernos enérgicamente al capitulacionismo. Por nuestra parte, cuando hacemos concesiones, retrocedemos, pasamos a la defensiva o nos detenemos, ya sea con relación a los aliados o a los enemigos, debemos considerarlo como parte del conjunto de nuestra política revolucionaria, como un eslabón indispensable de la

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línea revolucionaria general, como un recodo en un camino sinuoso. En una palabra, todo esto es positivo.

IDENTIDAD ENTRE LA LUCHA NACIONAL Y

LA LUCHA DE CLASES

    Sostener una larga guerra por medio de una cooperación a largo plazo, en otras palabras, subordinar la lucha de clases a la actual lucha nacional de resistencia al Japón, es el principio fundamental del frente único. Ateniéndose a este principio, hay que mantener el carácter independiente de los partidos y de las clases y mantener su independencia y autodecisión dentro del frente único; no se deben sacrificar los derechos esenciales de los partidos y de las clases en aras de la cooperación y la unidad, sino por el contrario, defenderlos resueltamente dentro de ciertos límites; sólo así puede promoverse la cooperación, sólo así ésta puede existir en realidad. De otro modo, la cooperación se convertiría en una amalgama, y el frente único inevitablemente sería sacrificado. En una lucha de carácter nacional, la lucha de clases toma la forma de lucha nacional, lo que manifiesta la identidad de las dos luchas. Por un lado, las exigencias políticas y económicas de las diversas clases, durante un determinado período histórico, son admisibles en la medida en que no rompan la cooperación; por el otro toda exigencia de la lucha de clases debe partir de la necesidad de la lucha nacional (de la resistencia al Japón). Así se establece la identidad entre la unidad y la independencia en el frente único, y la identidad entre la lucha nacional y la lucha de clases.

"TODO A TRAVES DEL FRENTE UNICO"

ES UNA CONSIGNA ERRONEA

    El Kuomintang, partido en el Poder, no ha permitido hasta la fecha que el frente único tome una forma orgánica. En la retaguardia enemiga, es imposible hacer "todo a través del frente único"; allí tenemos que actuar con independencia y autodecisión conforme a lo ya aprobado por el Kuomintang (por ejemplo, el Programa de Resistencia Armada y Reconstrucción Nacional). 0, dando por descontado

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que el Kuomintang estará de acuerdo, podemos actuar primero e informar después. Así, por ejemplo, la creación del cargo de comisarios administrativos y el envío de tropas a la provincia de Shantung no se habrían realizado si hubiésemos tratado de conseguirlo "a través del frente único". Se dice que el Partido Comunista Francés lanzó en el pasado la misma consigna, pero esto se debió tal vez a que en Francia, a pesar de existir ya un comité conjunto de todos loa partidos, el Partido Socialista seguía actuando por su lado sin tener en cuenta el programa acordado en común, por lo cual el Partido Comunista creyó necesario plantear esa consigna para limitar las actividades del Partido Socialista, pero en ningún caso para maniatarse a sí mismo. Ahora bien, en el caso de China, el Kuomintang ha privado a los demás partidos políticos de los derechos de que él goza y trata de someterlos a sus órdenes. Si lanzamos esta consigna para exigir del Kuomintang que haga "todo" con nuestra aprobación, esto es imposible y ridículo. Si lo que deseamos es obtener la aprobación previa del Kuomintang para "todo" lo que vayamos a realizar, ¿qué haremos cuando el Kuomintang no esté de acuerdo? Como la política del Kuomintang consiste en restringir nuestro crecimiento, no tenemos el menor motivo para lanzar semejante consigna, que sólo puede servir para atarnos de pies y manos. En la actualidad, hay cosas para cuya ejecución debemos conseguir la previa aprobación del Kuomintang, como es el engrosamiento de nuestras tres divisiones para convertirlas en tres cuerpos de ejército con sus respectivas denominaciones; aquí se trata de "informar primero y actuar después". En otros casos, como el reclutamiento de más de doscientos mil hombres para aumentar nuestras fuerzas, debemos colocar al Kuomintang ante el hecho consumado antes de informarle; esto es "actuar primero e informar después". Hay también cosas, como la convocación de la Asamblea de la Región Fronteriza, que debemos hacer sin informar por el momento, a sabiendas de que el Kuomintang no va a aprobarlas actualmente. Pero hay otras que de momento no vamos a hacer ni a plantear, cosas que, si se hicieran, comprometerían la situación general. En resumen, no debemos ni romper el frente único ni atarnos de pies y manos; por eso, no debe lanzarse la consigna de "Todo a través del frente único". En cuanto a la consigna de "Someter todo al frente único", si se interpreta como "someter todo" a Chiang Kai-shek y a Yen Si-shan, es también un error. Nuestra política es la de independencia y autodecisión dentro del frente único, de unidad e independencia a la vez.

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pág. 223

NOTAS

  [1] Cita del Mencio.    [pág. 220]

  [2] V. I. Lenin: Resumen del libro de Hegel " Lecciones de historia de la filosofía ".    [pág. 220]

  [3] Teoría reaccionaria de la II Internacional, que aboga por la colaboración entre el proletariado y la burguesía en los países capitalistas, y se opone al derrocamiento de la dominación burguesa por medio de la revolución y al establecimiento de la dictadura del proletariado.    [pág. 220]

Problemas de la guerra y de  la estrategia

[*]

6 de noviembre de 1938

I. LAS CARACTERISTICAS DE CHINA Y

LA GUERRA REVOLUCIONARIA

    La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por medio de la lucha armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra. Este revolucionario principio marxista-leninista tiene validez universal, tanto en China como en los demás países.

    No obstante, ateniéndose al mismo principio, el partido del proletariado lo aplica de distinta forma según las distintas condiciones. En los países capitalistas, cuando éstos no son fascistas ni están en guerra, las condiciones son las siguientes: en lo interno, no existe el sistema feudal, sino la democracia burguesa; en lo externo, esos países no sufren la opresión nacional, sino que ellos mismos oprimen a otras naciones. Debido a estas características, la tarea del partido del proletariado en los países capitalistas consiste en educar a los obreros, acumular fuerzas a través de un largo período de lucha legal, y prepararse así para el derrocamiento final del capitalismo. Allí la cuestión es sostener una larga lucha legal, utilizar el parlamento como

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