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Iglesia Católica y Homosexualidad (página 2)



Partes: 1, 2

Capítulo 1. El
sufrimiento de los homosexuales y las propuestas pastorales
actuales.
(siete páginas
del libro)

Los homosexuales manifiestan vivir en un mundo de
sufrimiento y tienen la sensación de que Dios no los
quiere. Cita a Rubén del Valle quien dice "Los
homosexuales somos extranjeros en nuestra propia tierra; es
más, en nuestra propia familia, en
nuestra propia casa, tenemos que callar y sufrir en silencio lo
terrible de ser puto".

Incluye una broma que ilustra el sufrimiento de los
homosexuales, que estuvo de moda en el
ambiente gay
de San Francisco. Un hijo llega a su casa y le dice a su
mamá: Mami tengo dos noticias una
buena y una mala; su mamá le dice: dime primero la mala.
La mala noticia es que soy gay ¿y la buena? La buena es
que tengo sida y me estoy
muriendo.

Relata que documentos de la
Iglesia han
suavizado recientemente su posición, pero han llegado a un
callejón sin salida al considerar a los actos homosexuales
intrínsecamente desordenados. La Iglesia acepta que tengas
una atracción homosexual, pero jamás realizar el
acto, porque es pecado. ¿Quién puede vivir
así?

Para colmo de males "en octubre de 1986, el Papa Juan
Pablo II nombró al cardenal alemán Joseph Ratzinger
como secretario de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, quien publicó la Carta a los
Obispos de la Iglesia Católica sobre la Atención a las Personas
Homosexuales.

En ésta advierte que "las declaraciones
anteriores se han interpretado excesivamente benévolas
para la condición homosexual, al definirla como
indiferente y sin más buena, cuando es todo lo contrario,
por lo que la inclinación misma debe ser considerada
objetivamente desordenada, caracterizada por la
autocomplacencia".

Lugo Rodríguez señala que la
autocomplacencia y su contrario la donación de sí
mismo puede hallarse tanto en homosexuales como en
heterosexuales.

"La Iglesia es muy chistosa. Puedo ser gay, pero no
puedo acostarme con nadie porque es pecado. Es lo mismo que
prescriben gastroenterólogos que indican que todas las
enfermedades
estomacales vienen de lo que comes. Y es cierto. Pero a nadie se
le ocurre que la solución es dejar de comer. No tengo
vocación de fakir. Pues eso es precisamente lo que la
Iglesia hace con la homosexualidad".

Al final de este capítulo menciona que una de las
declaraciones eclesiales más avanzadas sobre la
homosexualidad es el del Episcopado de los Estados Unidos, que
incluye en la sección de anexos (Anexo 1: "Siempre
serán nuestros hijos").

Capítulo
2. Las teorías
acerca de la homosexualidad: ¿Nacen o se hacen?
(seis
páginas del libro)

Parte de la definición de pecado y pecaminosidad.
Si lo que siente el homosexual le viene como algo dado, como
parte de su naturaleza la
tendencia homosexual no puede ser calificada de pecaminosa. En
cambio si,
como se dice con ligereza, es una opción, entonces puede
corregirse, puede mediar el arrepentimiento y abandonarse un
estilo de vida
que se eligió libremente.

"El consenso más o menos unánime es que la
homosexualidad no se debe a una sola causa excluyente, hay
factores genéticos, ambientales y educativos". "Sigmund Freud la
considera una variación de la función
sexual producida por una detención en el desarrollo".
Pero "convertir a un homosexual en heterosexual no es
posible… el psicoanálisis puede cambiar la neurosis,
infelicidad, inhibiciones y conflictos, a
una vida de paz y armonía, siendo homosexual o si
cambia".

Raúl afirma que un abordaje moral del
fenómeno precisa distinciones y no se puede señalar
a todos los homosexuales como pecadores, cuando se necesita de
estudio y de capacidad científica.

Menciona que los teólogos moralistas más
responsables diferencian a las personas homosexuales en
"periféricas" y "estructuradas". Las primeras realizan
actos ocasionales o circunstanciales. Las segundas tienen una
orientación profunda, por lo que intentar invertirla lleva
al fracaso con el riesgo de llevar
a la desestructuración de una vida y de una personalidad.
En casos como éstos nos encontramos ante un misterio que
debe respetarse".

Cita al franciscano brasileño Fr. Antonio Moser,
asesor del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), quien apoya
la perspectiva de la multifactorialidad de la homosexualidad.
Además "la cuestión de si la homosexualidad es una
anormalidad me parece mal colocada. Hay homosexuales
perfectamente normales y otros se sienten profundamente
desestructurados, como también hay heterosexuales
anormales. No es la orientación sexual lo que determina la
normalidad o anormalidad. Una persona normal,
heterosexual u homosexual puede canalizar sus impulsos, pero
jamás puede ser obligada a asumir
comportamientos".

Capítulo 3.
Los textos bíblicos condenatorios de la
homosexualidad.
(trece páginas del libro)

Transcribe textos de la Biblia relacionados con la
práctica de la homosexualidad; indica que la
versión escogida es la Biblia Latinoamericana en su
edición
de multimedia.

Textos que presentan la homosexualidad como parte de la
historia del
pecado.

Gn. 9,18-27 Noé se emborracha y queda tirado
desnudo en el piso, su hijo Cam lo ve y avisa a sus hermanos Sem
y Jafet, quienes de espaldas llegan hasta su padre con una
sábana y lo cubren sin mirarlo. Noé maldice a Cam,
diciéndole que será siervo de los siervos de sus
hermanos.

Gn. 19,1-29 Las ciudades de Sodoma y Gomorra son
destruidas por Dios con fuego, porque los habitantes de esas
ciudades irrumpieron en la casa de Lot para exigirle que sacara a
los ángeles enviados del Señor, para violarlos. Lot
les suplica que no lo hagan y les ofrece a sus hijas
vírgenes, pero ellos querían a los
ángeles.

Jue. 19,1-30 Un levita errante no quiso pasar la noche
en Jebús, ya que era tierra de extranjeros, no israelitas.
Andaba con su mujer, que le
había sido infiel, un muchacho y dos burros. Pasó
de largo y llegó a Guibea de Benjamín; pero nadie
le ofreció alojamiento, sino un forastero anciano que
vivía en esa ciudad. Cuando los pobladores lo supieron,
golpearon la puerta para que el hombre
saliera para que abusaran de él, pero el anciano los
reprendió y el hombre les dio
a su esposa a la que violaron tumultosamente y
mataron.

Textos que prohíben la prostitución sagrada.

Dt. 23,18-19 No habrá entre las hijas de Israel prostituta
sagrada, ni prostituto sagrado, ni llevarás a la casa de
Yahvé regalo de prostitutas ni salario de perro,
o sea prostituto.

1Re. 14,22-24 El pueblo de Judá se portó
muy mal con Yahvé, adoraban ídolos, incluso hubo
hombres afeminados y renovaron todas las abominaciones de las
gentes que Yahvé había expulsado.

Job. 36, 13-14 Son hombres desleales que se revelan,
pierden la vida a la edad de los efebos.

Prohibición de la homosexualidad como mal
ético.

Lev. 18,22 No te acostarás con un hombre como con
mujer. Es una abominación.

Lev. 20,13 Si uno se acuesta con un hombre como con
mujer, ambos cometen una abominación. Son reos de muerte, Caiga
su sangre sobre
ellos.

Textos del Nuevo Testamento donde se hace referencia al
pecado de Sodoma.

Mt. 10,14-15 11,23-24; Lc. 10,12; 17,29 Si no les
escuchan salgan y sacudan el polvo de sus pies. Esa ciudad
será tratada el día del juicio peor que Sodoma y
Gomorra.

2Pe. 2,4-8 Dios castigó a los ángeles que
pecaron y los mandó al infierno, también al mundo
antiguo y mandó el diluvio sobre los malvados.
Condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, pero
salvó a Lot quien se sentía afligido por la
conducta
desenfrenada de esa gente viciosa. El Señor libra de la
prueba a sus servidores y
reserva el castigo para los malos en el día del
juicio.

Judas 6-7 Así como encerró a los
ángeles indignos en profundas tinieblas, de igual modo
sentenció a Sodoma y Gomorra que se entregaban a la
prostitución y a sus instintos.

Textos paulinos enumerativos.

Rom. 1 18-32 Por eso Dios los abandonó a sus
pasiones secretas; se entregaron a la impureza y deshonraron sus
propios cuerpos. Ahora sus mujeres cambian las relaciones
sexuales normales por relaciones contra la naturaleza. Los
hombres dejan la relación natural con la mujer y se
apasionan los unos por los otros; practican torpezas varones con
varones, y así reciben en su propia persona el castigo
merecido por su aberración. Y no solamente lo hacen sino
que aprueban a los que actúan de igual modo.

1Cor. 6,9-11 No heredarán el Reino de Dios, ni
los que adoran a los ídolos, ni los adúlteros, ni
los homosexuales y los que sólo buscan el placer; ni los
ladrones, ni los ambiciosos, ni los borrachos, ni los chismosos,
ni los que se aprovechan de los demás.

1Tim. 1,8-11 La Ley no fue
instituida para los justos, sino para gente sin ley, para los
rebeldes, los impíos y pecadores, para los corrompidos e
impuros, para los que matan a sus padres, para los asesinos, para
los adúlteros y los que tienen relaciones sexuales entre
hombres o con niños,
para los mentirosos y para los perjuros.

Capítulo 4.
Tópicos de hermenéutica bíblica que se
descuidan.
(catorce paginas del libro)

Lugo Rodríguez señala que hay argumentos
para la recta interpretación de la Escritura
según los modernos estudios de las ciencias
bíblicas.

Lo primero es que la Biblia narra la historia del
amor de Dios a
su pueblo, es la revelación de Dios que tiene dos ejes:
VIDA y LIBERTAD.

La Biblia es una inspiración del pueblo de Dios,
pero se basa en la vida misma que Dios provee; la primera palabra
de Dios no es la Biblia sino todo lo creado por El, la
naturaleza; son los hechos, los acontecimientos, todo lo que
existe, es la realidad que nos envuelve.

Así como se debe tomar en cuenta el momento
histórico, las costumbres y las tradiciones en la
época en que se escribe la Biblia, se necesita distinguir
el mensaje fundamental de la revelación para la vida de
hoy, el siglo XXI.

Si no se toma a la Biblia para ayudarnos a percibir la
presencia de Dios, la separamos de la vida del pueblo, y se
convierte en un ídolo. Lo que Dios quiere no es la
Escritura, sino la ayuda al hermano necesitado; no es el Libro
sino la Vida. En este sentido todas las realidades de la vida
tienen que ver con la Biblia. Leer la Biblia e interpretarla
fuera del marco de la vida es convertirla en un
fetiche.

Jesús en varias ocasiones recomendó a sus
discípulos no confiarse de la revelación escrita,
sino preguntarse a cada momento cuál es la voluntad de
Dios. Escudarse en la Biblia para evitar nuestras
responsabilidades es repetir el error de los escribas y
fariseos.

En la parábola del Buen Samaritano, un jurista le
preguntó a Jesús: "Si para heredar la vida eterna
debo amar a mi prójimo como a mí mismo
¿Quién es mi prójimo?" Jesús le
respondió: ¿De quien tú te haces
prójimo?

Aquí lo importante es que los samaritanos eran
herejes y despreciados por los judíos.
El único que ayudó a un hombre herido en el camino
fue el samaritano, al contrario que un sacerdote y un levita, que
se suponía debían conocer la Ley. El samaritano no
conoce la Ley, pero sabe e intuye lo que es voluntad de
Dios.

Así, los jerarcas de la Iglesia han mal
interpretado los textos que hablan acerca de la homosexualidad.
No pueden dar respuesta a las modernas concepciones de la
diversidad sexual y utilizan los textos para denigrar, ofender y
humillar a las personas homosexuales, olvidando que la
revelación escrita es conseguir vida digna y plena para
todos y todas.

Señala que el Nuevo Testamento o Evangelio, tiene
un valor superior
para los cristianos que el Antiguo Testamento, ya que contiene el
mensaje del mismo Cristo, y en el Evangelio no se encuentra
ninguna condena de Jesús hacia la
homosexualidad.

Concluye este capítulo con la inserción de
unas reflexiones que un radioescucha hizo a una locutora
fundamentalista bíblica, que basada en Levítico
condenó la homosexualidad, además de que
sugirió que la Escritura debe observarse a como dé
lugar.

Me gustaría vender a mi hermana como esclava, tal
y como dice el Exodo 21,7. En los tiempos actuales
¿qué precio piensa
que sería el más adecuado?

Tengo un vecino que insiste en trabajar en el Sabat, el
Exodo 35,2 claramente establece que debe recibir la pena de muerte
¿Estoy moralmente obligado a matarlo yo mismo?

Un amigo mío sostiene que aunque comer marisco es
una abominación (Lev 11,10), es una abominación
menor que la homosexualidad ¿Podría aclarar ese
punto?

Sé, gracias a Levítico 19,19 que tocar la
piel de un
cerdo muerto me convierte en impuro ¿Puedo continuar
jugando fútbol si me pongo guantes?

El radioescucha concluye "Gracias de nuevo por
recordarnos que la palabra de Dios es eterna e
inmutable".

Capítulo 5. Una
opinión sobre algunos de los textos condenatorios.

(once páginas del libro)

Expone que la destrucción de Sodoma y Gomorra
(Gn.19,1-29), se ha utilizado para descalificar la
orientación homosexual, pero señala que lo que
castigó Dios, no es la homosexualidad, sino la falta de
hospitalidad, falta de solidaridad y
ayuda con agua y
alimentos para
quienes caminan por el desierto. Para defender a los
ángeles que lo visitaron Lot ofrece a sus hijas a la
muchedumbre, como un acto no condenado por Dios, de lo que se
infiere que no son las cuestiones del sexo las
castigadas.

También los rabinos presentan juntos a
Abrahán y Rahab, quien fue una prostituta pagana, pero
ambos son dignos de alabanza ya que se distinguieron por la
virtud de su hospitalidad.

Destaca que el pecado de Sodoma está en la falta
de hospitalidad, por lo que no debe asombrarnos que el Hijo del
Altísimo haya nacido, de manera harto simbólica
como emigrante en una tierra que no era la suya y sin un techo
propio.

Más que discriminar a los homosexuales, los
textos de Sodoma y Gomorra deberían mover nuestro corazón en
el drama que viven miles de desplazados de sus hogares,
víctimas de la violencia en
Chiapas y
Guerrero y tantos emigrantes que pierden la vida en la frontera con
Estados
Unidos.

En el Antiguo Testamento Dios prohíbe la
prostitución sagrada de hombres y mujeres, debido a que
los hebreos al salir de Ejipto, debían ser un pueblo
diferente a los demás y esas prácticas como
ofrendas
idólátricas son las que Dios prohíbe, pero
no la homosexualidad por sí misma.

La Iglesia debería contraponerse a los criterios
de exclusión y discriminación, abriendo sus puertas a las
personas homosexuales reconociendo las aportaciones que han hecho
desde siempre a la Iglesia.

La Iglesia debe considerar los avances
científicos y culturales y la nueva visión de la
sexualidad.
Durante siglos la Iglesia sostuvo que engendrar era el
único fin de las relaciones sexuales; también
mantuvo su apoyo como ley natural y divina revelación para
la monarquía, contra la democracia y
la república.

¿No estará ocurriendo algo similar
actualmente con la concepción de la sexualidad y la familia? El
teólogo uruguayo Juan Luis Segundo ha manifestado que la
Iglesia católica perdió la batalla del sexo, el
control de la
natalidad, la masturbación, las relaciones
prematrimoniales, la diversidad sexual, las segundas nupcias.
Pero el silencio del clero continúa, aunque la
mayoría de los sacerdotes están más de
acuerdo con sus feligreses que con el Papa.

¿No es tiempo ahora
de que la Iglesia rompa con sus pretensiones divinas o naturales
y escuche los progresos de las ciencias antropológicas,
acepte la diversidad sexual y las incluya dentro de la
Iglesia?

Estoy convencido de que es el momento propicio y que no
deberíamos esperar más.

Capítulo 6.
Jesús nunca condenó la homosexualidad.

(veintiséis páginas del libro)

Para los cristianos Jesús de Nazaret es la
revelación definitiva de Dios. Pero Jesús no es
solamente lo que dijo, sino también lo que hizo, con
quiénes se relacionó, a qué se opuso, con
quienes se peleó y por qué. El Evangelio, bien
leído, nos muestra una
imagen de
Jesús diferente a la dulzona del catecismo, como un hombre
lleno de vigor y de pasión por la vida, dispuesto a
enfrentarse a los poderes de su tiempo por fidelidad a su
conciencia.
Una lectura
detenida del Evangelio puede liberar a la Iglesia de su
mentalidad discriminatoria contra los homosexuales.

La sociedad
judía era discrinatoria, marginante y excluyente. Quedaban
excluidas del culto judío las mujeres, especialmente las
adúlteras y prostitutas, niños y niñas, ser
extranjero, estar enfermo o moribundo, tener un oficio
despreciable como el curtido de pieles, fundidor de cobre,
pastores, cobradores de impuestos y
basureros, no tener una línea genealógica pura,
comer alimentos prohibidos, etc.

Sus discípulos enfrentaban acusaciones de que su
Maestro se junta y come con impíos y con pecadores. Cristo
sana leprosos y los toca sin que hubiera necesidad.

Recuerda la parábola de la oveja perdida, y el
relato del endemoniado a que Crtisto libera. Jesús es
sensible al sufrimiento de los demás: curaciones
milagrosas, liberación de endemoniados,
resurrección de muertos, alimentación de
multitudes desfallecidas.

Cristo es crucificado; no espere la Iglesia encontrar
una buena reacción cuando se decida a abrir los brazos y
reintegrar en su seno a las personas homosexuales.

Jesús se enfrentó con los
hipócritas fariseos, quienes se autoproclamaban defensores
de la Ley. Esa Ley es la Torá judía; decían
que cuando Dios le dio a Moisés la ley escrita,
también le dio una ley oral para interpretar la ley
escrita, de la que eran depositarios los fariseos.

Jesús desafía la Ley de Moisés y
todas las demás leyes cuando no
demostraban favorecer el desarrollo y la felicidad del ser
humano. Cuestionó la observancia del Sabat, porque en
sábado curó a un lisiado. Es el pobre y no la Ley
el criterio último para comprender la voluntad de
Dios.

Menciona que Nelson Mandela luchó contra la
discriminación en Sudáfrica. Dijo en
un discurso que
"durante el aprtheid los maestros decían con la Biblia en
la mano que los negros debían estar separados de los
blancos. Ahora sabemos que todos somos iguales y tenemos la misma
dignidad, y
eso también con la Biblia en la mano".

Jesús fue capaz de cambiar los esquemas
educativos recibidos en su infancia, la
judía excluyente y segregativa, a una manera de pensar
abierta sin distinción a todos y a todas.

Son escasas las veces que Jesús en el Evangelio
toca la sexualidad. Hay tres ocasiones en que Jesús trata
temas específicamente sexuales: sobre el divorcio, los
"eunucos por el Reino de los Cielos" y la mujer
adúltera.

Acerca del divorcio dijo que "lo que une Dios no lo
separe el hombre", ya que la mujer era considerada como propiedad del
padre y luego del marido. Con esta aseveración de
Jesús la mujer deja de estar al arbitrio del marido quien
podía despedirla mediante un certificado de divorcio; y
solamente los hombres tenían ese derecho, así como
tener concubinas en la misma casa de la esposa.

Acerca de los eunucos por el Reino de los Cielos, al
expresar los varones que si perdían el derecho del
divorcio, preferían no casarse, Jesús les dijo: Hay
hombres que nacen incapacitados para casarse, hay otros que
fueron mutilados por los hombres, hay otros que por amor al Reino
de los Cielos deciden no casarse ¡Que lo entienda el que
pueda!

Los judíos valoraban el matrimonio y a
quien tenía muchos hijos y despreciaba a los solteros.
Jesús reinvindica a esas personas. Deja ver que quien
decide no tener hijos y no casarse puede hacerlo por motivaciones
que enaltecen y no que humillan.

Sobre la mujer adúltera, los fariseos
sabían que al ser descubiertos un hombre y una mujer en
adulterio,
debían morir ambos apedreados, pero sólo le
llevaron a la mujer, por lo que Jesús les dijo "quien se
sienta libre de pecado, que tire la primera piedra".

Lo que Jesús hace en los ejemplos del divorcio,
los eunucos y la adultera es reinvindicar a quienes se encuentran
en desventaja social. ¿Será difícil aplicar
este criterio sobre la homosexualidad? La hipocresía y la
manipulación de la religión es utilizada
para esclavizar a las personas en lugar de hacerlas libres. Esto
es válido para todas las personas independientemente de su
orientación sexual. Este no es el criterio por el que se
juzgará a las personas, según el Maestro de
Nazaret, sino su capacidad de ponerse al servicio de la
felicidad de los demás, especialmente de los más
necesitados.

Capítulo 7. Por
qué no se puede obedecer la doctrina actual de la
Iglesia.
(siete páginas del libro)

Es lícito mantener una posición distinta a
la doctrina oficial de la Iglesia a propósito de la
homosexualidad y de las personas homosexuales.

Para el reconocimiento de la homosexualidad debe
librarse también una batalla al interior de la Iglesia
católica, como se ha empezado a manifestar en las iglesias
bautista, presbiteriana y anglicana.

El anglicano Rowan Williams arzobispo de Canterbury
opina que "mi conclusión personal es que
existen argumentos para reconocer las relaciones homosexuales
como dentro de la fe" y que "deseo ver más mujeres
ordenadas como obispos".

Los tradicionalistas ingleses han dicho que es un "falso
pastor" reaccionando no tanto a su consentimiento de sacerdotes
homosexuales sino por calificar los bombardeos de
Afganistán como "moralmente corruptos".

La Iglesia ha sabido deponer los textos misóginos
para estar al día de la revolución
de género,
pero todavía falta mucho camino por andar, al no permitir
el ordenamiento de mujeres.

Asimismo, las iglesias cristianas están obligadas
a intentar nuevos caminos que culminen en la aceptación y
normalización de los homosexuales en la
vida eclesial.

Así como Sigmund Freud sostiene
que no puede cambiar un homosexual a heterosexual, los moralistas
católicos deben liberar de la carga de culpabilidad
moral a los actos homosexuales. ¿Qué santidad y
qué felicidad puede construirse sobre la represión
de la vida afectiva y el ejercicio de la sexualidad?

La Iglesia ha contribuido con su anuencia y su silencio,
a perpetrar la intolerancia y los crímenes de
odio.

Las Iglesia tendrá que vérselas con el
trato que dé a los matrimonios de personas del mismo sexo;
lo ganado por los grupos gays ya no
lo echarán para atrás.

"Los hombres y mujeres homosexuales como el Job del
Antiguo Testamento tienen muchos poemas que
escribir, pero hasta el momento sólo son leídos por
el corazón de Dios. ¿Tendrá la Iglesia el
coraje suficiente para ser el corazón de Dios en este
momento de la historia?"

Capítulo
8. Algunas vías de salida.
(seis páginas del
libro)

Las personas homosexuales se preguntan por qué la
Iglesia católica es tan cerrada a la homosexualidad. Hasta
aquí he sido crítico, pero creo que también
debo ser propositivo.

Para lo anterior remite al capítulo 15 del libro
de los Hechos, donde se narra el dilema de la Iglesia en aceptar
a los paganos como cristianos sin ser judíos, aunque
éstos aceptaron a Jesús como el Mesías. Por
este dilema la Iglesia estuvo a punto de dividirse en dos bandos
irreconciliables.

Pero la comunidad
tomó la decisión guiada por el Espíritu
Santo, de admitir a los paganos sin obligarlos a hacerse
previamente judíos. Esto significaba que la manera
restrictiva de concebir a Dios y la salvación quedaron
atrás.

Un reto de iguales dimensiones enfrenta la Iglesia de
hoy en la aceptación de los homosexuales en la vida
cristiana. Algunas comunidades están enfrentando esta
crisis, como
por ejemplo la comunidad anglicana.

¿Se puede continuar la moral
agustiniana sobre la moral sexual de la Iglesia, incluso por
encima del Evangelio, y condenar a tantos hermanos y hermanas
homosexuales?

Hay quienes dirán que se traiciona los valores
tradicionales de la Iglesia, pero el Espíritu
Santo sopla donde quiere y los cambios de conciencia a los
que la humanidad va llegando pueden también ser voz de
Dios.

Creo que los signos de
apertura que ha dado la comunidad humana con respecto a la
diversidad sexual son suficientes para ameritar que la Iglesia
los discuta ampliamente y se pregunte a sí misma si su
anclaje en el pasado no significa infidelidad a los signos de los
tiempos.

Las personas homosexuales tienen derecho de relacionarse
con Dios. Debe ayudárseles a superar los miedos y la
autodiscriminación introyectada a sus mentes y sus
corazones. Debe ejercitárseles en perdonar a aquellos de
quienes reciben ofensas y desprecios, incluyendo la falsa imagen
de Dios que se les dio desde pequeños. Darles
oportunidades para ser testigos de Jesús desde su
específica forma de vivir.

Hay que ofrecer retiros y momentos de encuentro para las
personas homosexuales en nuestras iglesias. Hay que bendecir las
casas en las que viven. Hay que invocar la bendición de
Dios sobre sus uniones. Hay que trabajar con los padres y madres
de chicos homosexuales.

Actualmente hay muchas cuestiones dentro de la Iglesia
que deben revisarse; la discriminación de los de gays y
lesbianas es solamente la punta del iceberg.

Capítulo 9.
Las lacras que la Iglesia arrastra en su consideración de
la sexualidad.
(siete páginas del libro)

Para la Iglesia todo lo que tiene que ver con el sexo es
malo, sucio, que echa a perder las cosas buenas. Esta mentalidad
está muy extendida, e impide que la sexualidad deje de ser
pecado, una trampa tendida por el demonio, para convertirse en un
medio de promoción de la persona, de íntima
comunión interpersonal, un diálogo
espiritual entre dos personas.

Una segunda lacra es que el sexo sólo debe ser
para la procreación, si no, es pecado. Sin embargo el
relato del Genésis (1-2) dan una visión más
integral de la sexualidad, al contrario de la visión
pagana de san
Agustín y la doctrina estoica.

Si la sexualidad fuera solo para la procreación
sería animal.

Una tercera lacra es la culpabilización del
placer. En la Iglesia se tiene miedo al placer como
obstáculo para la santidad. En el libro de Tobías
hay una oración de un recién casado que dice que
toma a su mujer con rectas intenciones y no buscando el
placer.

Se ve al mundo como un valle de lágrimas donde se
viene a sufrir y no a gozar. Pero hay que tener cuidado de no
reducir el sexo a un simple instrumento para obtener placer a
toda costa, lo que hace insignificante la sexualidad y caer en la
patología y el absurdo.

La cuarta lacra es enjuiciar a una persona por las cosas
que hace en la cama, cuando un ser humano es mucho más que
eso. La sexualidad es sólo una de tantas realidades que
cuentan mucho para hacerse la idea de maldad y bondad de
alguien.

Capítulo 10.
La revolución sexual que la Iglesia necesita.
(tres
páginas)

Refiere algunas ideas sobre la sexualidad para renovar
al cristiano.

El sexo es bueno. La sexualidad no es genitalidad es
también un camino al misterio del Dios amor.

La unión genital entre un hombre y una mujer
tiene dos finalidades, ninguna es más importante que la
otra. Entre personas estériles u homosexuales debe
centrarse en el cumplimiento del placer.

La vida humana es mucho más que el ejercicio de
la sexualidad, debe preocuparnos la justicia, la
igualdad, la
pureza y castidad. No debe reprimirse la libido sino buscar que
sea humanizante y humanizadora.

La combinación de libertad y responsabilidad es la clave para una vida sexual
cristiana, sin que esto quiera decir que la Iglesia institucional
deba tomar las decisiones en la cama de las personas, sino que
éstas las asuman.

En el ejercicio de la sexualidad nuestra vida
está en juego. Una
vida auténticamente humana y cristiana ha de ejercer la
sexualidad buscando superar la simple animalidad y el delirio por
el placer.

Capítulo 11. Mea
culpa ante nuestros hermanos y hermanas y hermanas
homosexuales.
(tres páginas del libro)

En este capítulo el autor, en una especie de
carta, pide
perdón a los homosexuales, en su nombre y en nombre de
otros presbíteros y de la Iglesia católica, porque
no supo apreciar el cuerpo, la sexualidad y el placer, pensando
que es algo bajo, sucio y despreciable, como Agustín de
Hipona en vez de seguir a Jesús de Nazaret.

Porque sintió vergüenza de ser visto en
público en compañía de un homosexual,
toleró que los llamaran con epítetos humillantes,
por no abrir espacios en las parroquias, no apoyar a seminaristas
gays expulsados, por haber guardado en mi corazón mis
opiniones en vez de abrir un debate
público que tanta falta hace.

Por pensar que la única motivación
de los homosexuales es el sexo, por permitir que se identifique
perversión y homosexualidad, pederastia y homosexualidad,
desenfreno y homosexualidad, sida y homosexualidad.

Porque "pude hacer mucho más a favor de la plena
participación de los homosexuales en la Iglesia, pude
haber derribado más barreras, pude haber sido más
audaz".

Y pide perdón a Dios por no haber aprendido la
lección de Cristo crucificado de amar sin excepciones y
sin condicionamientos.

"Yo, pecador y presbítero, pido
perdón".

ANEXOS

Se incluyen once anexos; a continuación sus
títulos y breve semblanza.

1.- Siempre serán nuestros hijos. Una
declaración del Comité de Obispos para el
Matrimonio y la Familia. Obispos Católicos de los Estados
Unidos de Norteamérica, Septiembre 10 de 1997. (14
páginas)

Expone planteamientos dirigidos a los padres y madres de
familia así como a los párrocos para orientar a las
familias para evitar el rechazo a sus hijos gays, para que no
caigan en las adicciones,
drogas y
suicidio.

2.- El endemoniado epiléptico
(Lc.9,37-43). El Evangelio de Lucas Gavilán de Vicente
Leñero. Seix Barral, Barcelona, 1979, pp.135-141. (5
páginas)

El conflicto
entre un padre machista y su hijo homosexual, se resuelve por la
intervención de tres sacerdotes, dos de los cuales no
aciertan en sus consejos, hasta que un tercero rescata los
grandes valores y
potencialidades de "Marito", y soslaya su orientación
sexual, apoyándolo moralmente para convertirse en un
destacado músico.

3.- Los ministros religiosos y la homosexualidad.
La opinión del teólogo Xavier Pikaza, de la
Universidad
Pontificia de Salamanca. (6 páginas)

Menciona que según D.B.Cozzens de USA, la mitad
(50 por ciento) de los seminaristas y presbíteros de EEUU
son homosexuales; al exterior el porcentaje de homosexuales es
del 10 al 15 por ciento de la población en general.

La mayoría de los presbíteros gays han
llevado una vida digna; sólo una minoría han
incurrido en actos delictivos por los que deben responder como
cualquier ciudadano sin ninguna protección del
clero.

Las víctimas son más afectadas por ser el
agresor miembro de la Iglesia y algunas han pensado en el
suicidio.

No son los sacerdotes gays los que deben de salir del
armario, sino toda la estructura
clerical. Quiero que la Iglesia reconozca lo que son sus
miembros, y mientras esto pasa doy gracias a los sacerdotes
heterosexuales y homosexuales por su difícil tarea a veces
menospreciada.

No se debe prohibir a los presbíteros gays
ejercer cargos de autoridad,
porque cómo van a distinguir a heterosexuales de
homosexuales y cómo menospreciar a quienes están
ejerciendo el ministerio de manera digna según la palabra
de Cristo.

Ha terminado la etapa clerical del Cristianismo,
ahora deben las comunidades elegir a sus propios ministros,
varones o mujeres, para toda la vida o por un tiempo,
célibes o casados, homosexuales o heterosexuales, buscando
sólo la fidelidad al Evangelio.

4.- Manual de defensa del homosexual desamparado.
Anónimo que circula en los portales gay de Internet. (2
páginas)

Un homosexual cuestiona a la sociedad prejuiciosa la
falta de aceptación y respeto a los
gays. Señala que la homofobia como rechazo irracional es
una perturbación mental que debe ser atendida en las
personas que la padecen.

5.- El Nuevo Testamento y la homosexualidad. Rev.
Michael Piazza. (4 páginas)

Afirma que mucho de lo que fue tomado por siglos como
verdad no está basado en las escrituras ni
teológicamente fundado.

La Biblia no presenta la idea de personas homosexuales,
sino se refiere a actos homosexuales y todas las personas son
asumidas como heterosexuales.

Cita varios textos bíblicos en los que los
tradicionalistas sostienen la exclusión de los
homosexuales, cuando una correcta interpretación de la
escritura sugiere lo contrario.

Señala que contraria a Cristo, la Iglesia ha sido
la más homófoba de todas las instituciones.

6.- La prohibición de la homosexualidad en
Lev.18,22 y 20,13. Manuel Villalobos. (28
páginas)

Lugo Rodíguez expone que este artículo de
Manuel Villalobos es largo y técnico, pero lo incluye con
el afán de demostrar que los biblistas especializados
están tratando de enfocar los textos condenatorios acerca
de la homosexualidad desde otra perspectiva
hermenéutica.

Algunas reflexiones e interpretaciones las sustenta Lugo
Rodríguez en el desarrollo de los capítulos de su
obra.

7.- La opinión de la iglesia anglicana sobre
las uniones gays. (3 páginas)

La controversia acerca de la aceptación
eclesiástica de los matrimonios gays; se presenta la
posición de algunos ministros que están a favor de
las uniones, entre éstos, el arzobispo anglicano de
Canterbury, Rowan Williams.

8.- Contra la discriminación: el valor de la
tolerancia. Héctor Miguel Salinas
Hernández. Trabajo
presentado en el primer número de la revista
"Defensor" órgano oficial de la Comisión de
Derechos
Humanos del Distrito Federal, enero de 2003. (5
páginas)

Desarrolla una breve historia de los movimientos
sociales por las libertades sexuales en el mundo y en México;
destaca como uno de los principales reclamos frenar la ola de
crímenes por homofobia.

Define "tolerar" como reconocer las diferencias del otro
en un plano de igualdad, no sólo jurídica, sino
también filosófica y humana.

Concluye con que es urgente que el Gobierno y las
organizaciones
no gubernamentales fomenten la tolerancia de lo diverso frente a
la discriminación, lo que hace falta para proteger la
convivencia pacífica en el mundo de hoy.

9.- La Biblia también es nuestra
historia…leyendo la Biblia con "ojos nuevos". Rev.
Anciana Nancy Wilson. Fraternidad Universal de Iglesias de la
Comunidad Metropolitana FUICM-1992 (10 páginas)

Rescata las historias bíblicas en las que se
enaltece a las lesbianas y gays, así como a sus amores
homosexuales, hasta ahora no aceptados como tales por la Iglesia.
Destaca a Rut y Noemí, y David y
Jonatán.

10.- Opinión de dos católicos
homosexuales. Textos publicados en el portal
electrónico de Eclesalia. (7 páginas)

Luis de la ciudad de Zaragoza da a conocer su
beneplácito por la consulta pública a la que
convocó el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, en
octubre del 2003, dirigida a hombres y mujeres homosexuales,
contrastando con "la actitud
legalista inflexible y despiadada, la dureza de corazón y
ausencia total de amor del cardenal Joseph Ratzinger".

Javier Lau Mendoza de Lima, Perú. Carta a Juan
Pablo II. En la que confiesa al Papa Juan Pablo II que es
homosexual, y que la Iglesia permite serlo, pero no ejercer esa
sexualidad, por lo que pide al Pontífice escuche
más a su Iglesia que llora.

11.- Algunos materiales
pastorales. (8 páginas)

En este anexo el autor presenta materiales que ha
utilizado para el manejo del tema "Iglesia y Homosexualidad", en
algunas reuniones.

Los divide en dos rubros: a) Esquema de plática
sobre sexualidad para jóvenes, y b) Esquema de
plática sobre diversidad sexual para jóvenes
gays.

En el primer apartado incluye las lacras de la
visión eclesial sobre la sexualidad, y plantea la
posibilidad de una liberación sexual, pero en
Cristo.

En el segundo apartado expone la posición oficial
de la Iglesia, los cuestionamientos a la oficialidad desde la
vida de Cristo, las diferencias en la interpretación de
los textos bíblicos, y recomendaciones para la
atención pastoral de los homosexuales.

Sobre el autor:

La solapa de la portada y contraportada contiene una
fotografía
del autor con un cirrículum. Se menciona que Raúl
Lugo Rodríguez, nació en la ciudad de
Mérida, Yucatán, México; es Licenciado en
Sagradas Escrituras por el Pontificio Instituto Bíblico de
Roma, experto en
Ciencias Bíblico Orientales; profesor del
Instituto Tecnológico Pastoral para América
Latina en Bógotá; Universidad Pontificia de
México; miembro fundador de la Asociación de
Biblistas Mexicanos; trabaja de tiempo completo en la
Asociación Civil Indignación y en la Escuela de
Agricultura
Ecológica "U Yíits Ka’an" (Rocío de la
Mañana), siendo de ambas fundador.

Algunos de sus libros
más importantes: Las trampas del Poder
(Dabar,1994), Flor que nace de la muerte (UPM, 1995),
La Biblia es verde (Comisión Episcopal de Pastoral
Bíblica, 1998), Los primeros profetas cristianos
(Comisión Episcopal de Pastoral Bíblica),
además de numerosos artículos en revistas
especializadas y de divulgación.

Bibliografía.

Apoya sus argumentos y reflexiones a lo largo de los
capítulos, en pasajes bíblicos y remite al lector a
las Sagradas Escrituras para confrontar las citas.

COMENTARIOS

Comentarios breves del Antrop. José Germán
Pasos Tzec, sobre el libro "Iglesia Católica y
Homosexualidad"
del Pbro. Raúl Lugo
Rodríguez.

german_pasos[arroba]hotmail.com Tel. Cel. 9992 34 75
17

A continuación presento algunos comentarios sobre
el libro del Pbro. Raúl Lugo Rodríguez. Aunque no
es una crítica, ya que no cuento con los
elementos para hacerla, ofrezco a los interesados en el tema
estas ideas personales siguiendo la invitación del autor
contenida en la página 15 de su libro, cuando expresa que
"son puntos de vista que necesariamente han de ser enriquecidos
con la crítica fraternal de los lectores".

Las tradiciones de los yucatecos.

Considero que esta obra es de mucha utilidad para
ampliar la información dentro de las sociedades
tradicionalistas y religiosas, como la sociedad yucateca, en
México.

Me refiero a que el libro es una muestra, solamente una,
de tantas situaciones, costumbres, actitudes, que
deben cambiar en nuestra sociedad. El Pbro. Raúl Lugo
Rodríguez, revela los atavismos ancestrales acerca de la
sexualidad y de la homosexualidad, de los que tiene que liberarse
la Iglesia Católica, es decir, todas las personas que se
sientan católicos o al menos cristianos.

Este libro no atenta contra las tradiciones; hay que
respetarlas, o más bien, recuperarlas. ¿Qué
es la tradición humana? Creo que en el surgimiento de
todas las culturas humanas, se observó la convivencia en
la unidad y la igualdad, el reparto equitativo de lo cazado y
cosechado.

Hay quienes insisten en que desde que el hombre
apareció, existió la "ley del más fuerte",
es posible, pero los primeros pobladores de la tierra eran
ignorantes, temerosos, instintivos, casi animales.
¿Qué justificación tendríamos ahora
al comprobar que aún existe esa ley?

Si la tradición humana es la solidaridad, la
equidad, la
ayuda mutua, la distribución igualitaria de la riqueza
¿Dónde está la tradición humana en
sociedades del Tercer Mundo? ¿Qué tradición
humana podemos mantener en la sociedad yucateca, dividida en una
gran masa de pobres, trabajadores y campesinos, a los que falta
todo, y un pequeño grupo de
ricos?

La respuesta de los ricos, ya la hemos oído
¡Es que nosotros hemos trabajado mucho, mucho, mucho, para
ser ricos! Y sabemos que esa afirmación ni ellos mismos se
la creen.

Lugo Rodríguez pone el dedo en la llaga en el
Capítulo 5, cuando exhorta a los católicos a
reflexionar sobre el pasaje bíblico de Sodoma y Gomorra,
donde Dios condena la falta de hospitalidad, ayuda y respeto,
más que el deseo homosexual; y sobre el pecado que cometen
quienes son indiferentes al sufrimiento de los desplazados de
Chiapas y Guerrero y los que mueren en la frontera con Estados
Unidos. A cuántos niños chiapanecos vemos en el
centro de la ciudad de Mérida y el Paseo de Montejo
vendiendo chicles y cigarros, de día, de noche y de
madrugada.

Cuánto valor da Dios a la ayuda al necesitado y
con cuánta sabiduría ilustra los peores pecados de
la humanidad, al nacer su Hijo en tierra ajena y sin un techo que
lo cobijara a El y a su Madre.

En Yucatán, estado muy
católico, cuánto le han robado a los campesinos,
qué se compra con el salario mínimo, cuántos
afilian a sus empleados en el Seguro Social,
qué bonita la ciudad de Mérida dividida en sur y
norte, cuántas casas antiguas se pudren, esperando sus
finos dueños rentarlas o venderlas en millones, antes de
darlas en renta módica a personas emprendedoras que las
necesitan.

Los vecinos están pendientes que, en la familia
de al lado y de enfrente, la muchacha se case de blanco y llegue
virgen al altar; y que el joven tenga una conducta intachable,
varonil, macho. No es posible que sea puto, porque toda la cuadra
lo comentará y lo repudiará.

Pero ninguna familia te viene a preguntar a la hora de
la comida, si cuentas con
trabajo, y si tienes o no dinero para
comer. Para cuidarte el trasero y hablar de ti, todos
están dispuestos, pero para ayudarte en tus necesidades,
casi nadie.

La Iglesia opuesta a los avances científicos y
sociales.

Con gran visión el autor señala que la
Biblia y todo texto antiguo,
debe ser leído situándonos en la época
histórica en la que se escribe; y acerca de los preceptos
morales bíblicos, éstos están dirigidos al
pueblo de Dios, en tiempo y espacio.

Así como la Iglesia se opuso a la idea del placer
en la relación sexual, cuando señalaba que por la
ley natural sólo debe ser para la procreación; del
mismo modo apoyó la monarquía como inmutable, en
contra de la democracia y la república. Qué bueno
que ha cambiado en algo la idea eclesial de la ley
natural.

Creo que, de acuerdo con el autor, la Iglesia debe
ponerse al día en los avances científicos y
sociales, para no quedar desfasada de la vida espiritual de los
creyentes.

También creo que la ciencia, no
es imparcial y objetiva como intentan hacernos creer los filósofos burgueses. Los avances
científicos no han beneficiado a la humanidad, sino
sólo a una parte, a la parte que tiene el dinero para
ser beneficiada. Es más, grandes descubrimientos han sido
utilizados en contra de la humanidad, como la bomba
atómica.

Lo que la historia nos dice es que la ciencia
necesariamente tiene un contenido de parcialidad, según
los grupos que se adueñan de ella. Por lo tanto todo
esfuerzo por el avance científico tiene que privilegiar a
las multitudes necesitadas, desprotegidas y miserables, antes que
a los privilegiados.

El sufrimiento de los homosexuales ¿por ser
homosexuales?

Lugo Rodríguez sostiene que muchos homosexuales
sufren por el rechazo de la Iglesia, y muchos hasta cuestionan
ese rechazo. Pero ¿de qué otras cosas, pueden
sufrir los homosexuales?

He visto homosexuales muy respetados que, aunque no
reconocen abiertamente su homosexualidad, ésta es
ampliamente conocida en su medio social; pero manifiestan mucha
tranquilidad y felicidad, son muy católicos, son personas
cultas, cuentan con uno o varios vehículos, alguno de
modelo
reciente, una o varias casas, ropa de marcas famosas, y
muy buenos ingresos.

También he visto que a los homosexuales sin
instrucción, ignorantes (sin ser ésta mala
palabra), morenos, con rasgos indios, mal vestidos y pobres, son
discriminados, incluso por los homosexuales ricos.

¿Podremos los homosexuales ser felices y dejar de
sufrir, sabiendo que Cristo nos Ama, aunque sigamos viviendo en
una sociedad dividida en pocos ricos y millones de pobres?
¿Se discrimina a los homosexuales o se discrimina su
pobreza?

Las diferencias entre los gays

En el capítulo 2 el autor reconoce diferencias
entre los homosexuales. Pecadores somos todos, homosexuales y
heterosexuales, y así como el darse a sí mismo y
el amor al
prójimo se mira en homos y heteros; el delirio por el
sexo, el placer y la autocomplacencia, también puede ser
manifiesto en homos y heteros.

Por lo anterior, no hay por qué excluir a los
homosexuales del ejercicio de ninguna profesión,
especialmente del sacerdocio, basado en los dones que dios nos
da. Ya que lo mismo puede ser licencioso un sacerdote homosexual
que heterosexual.

Creo que Lugo Rodríguez discrimina a los
homosexuales en la docencia; ya
que menciona que puede publicar esta obra y exponer libremente su
conciencia, ya que no desempeña cargo alguno de enseñanza.

Así como la Iglesia debe salir del armario y
reconocer que la mitad de sus ministros son homosexuales, la
estructura educativa, debe eliminar de la oficialidad la
dicriminación de los maestros gays, especialmente en las
escuelas particulares.

No sé qué cuidan en las escuelas que no
aceptan a maestros abiertamente gays. El mayor número de
casos de estupro, sino la generalidad, se registran entre un
maestro heterosexual y las niñas. Bueno, en algunas
escuelas sí se permite la intervención de maestros
gays en cuestiones de bailables, actividades artísticas
extraescolares; se acepta también a personas gays en las
escuelas para aseadores de los baños.

La discriminación
teórica.

Una vez leí partes de las obras de los
antropólogos culturalistas norteamericanos, quienes
decían que no eran racistas porque consideraban que todas
las razas son iguales.

A primera vista, no se aprecia cuál es la
contradicción, pero el planteamiento en general es
racista, etnocéntrico (egoísta,
ególatra).

Me confieso con una limitación
metodológica para plantear una perspectiva
científica, no discriminatoria y segregativa, sobre la
homosexualidad. Y creo que muchos estudios están cayendo
en el egocentrismo que nada tiene de
científico.

Leo ahora el libro del Pbro. Lugo Rodríguez,
quien sostiene la necesidad de integración "de los homosexuales" a la vida
eclesial, -como ellos mismos están pugnando por su
integración a la sociedad-, y de considerar la diversidad
genérica como expresiones que deben ser reconocidas en la
sociedad actual. Incluso pide perdón "a mis hermanos y
hermanas homosexuales" por no haber sido fiel a su conciencia y
seguir a san Agustín en vez de Cristo.

Sue March, activista gay, dice que el concepto
homosexual fue inventado por un médico húngaro de
apellido Benkert. Agrega que cada quien es su propio sexo y dar
nombres a las personas por su orientación sexual,
sería como inventar nombres como personas hay en el
mundo.

Creo que las personas que vivieron en la época de
Jesús, eran menos prejuiciosos en la cuestión de la
homosexualidad, como cita el autor a Piazza en la pag. 159, quien
señala "en ningún lugar de la Biblia está la
idea de personas homosexuales. Los hechos están sin
excepción, dirigidos a ciertos actos homosexuales". "Los
escritores de esa época no tenían entendimiento de
la homosexualidad como una orientación psicosexual". "Los
autores bíblicos se refieren a los actos homosexuales
realizados por personas que ellos asumían como
heterosexuales".

En la pag. 57 Lugo Rodríguez afirma que no
encontró ningún texto evangélico en el que
Jesús condene la homosexualidad.

Por lo anterior, decir que no somos discriminatorios,
segregativos, egocéntricos y ególatras, al
manifestar que "los homosexuales" (y todos los que no son como
nosotros), deben integrarse a la sociedad con los mismos derechos, es como decir:
como no somos racistas, vamos a integrar a todos las razas y
vamos a darles igualdad.

Kinsey, desarrollando las teorías de Freud, apoya
la idea de la naturaleza bisexual de los seres humanos, hombres y
mujeres; y que la historia multifactorial individual condiciona
la expresión sexogenérica del individuo.
Aquí se aprecia que nadie puede ser sexualmente
idéntica a otra persona. ¿Cómo entonces
podríamos referirnos a la homosexualidad o los
homosexuales y mantener una posición científica (no
discriminatoria ni egocéntrica)?

Un antecedente bibligráfico en
Yucatán.

En la pag. 224 el autor menciona a Zimbrón por su
trabajo de orientación pastoral a los jóvenes;
asumo que se refiere al Padre Ricardo Zimbrón Levy, quien
por medio de una edición privada dio a conocer su obra
"Nuevos enfoques sobre la homosexualidad", Mérida,
1989.

Aunque, Zimbrón Levy nació en el Distrito
Federal, ejerció su ministerio durante más de
treinta años en la parroquia de Monjas de la ciudad de
Mérida, hasta su fallecimiento en 1995.

Entre las informaciones más importantes que
encuentro en el texto mencionado, es la estimación del
Pbro. Zimbrón Levy, quien menciona que un 33 por ciento de
los jóvenes de esta ciudad manifiestan en confesión
la preocupación por su atracción sexual hacia
compañeros de su mismo sexo.

Asimismo, el Padre Zimbrón, plantea una
posición opuesta a la oficialista eclesial respecto de la
homosexualidad. Por lo anterior considero un antecedente de
importancia local, en la línea de investigación del Pbro. Lugo
Rodríguez, el trabajo del
Padre Zimbrón.

 

Sobre el Autor

Acerca del ator de la síntesis y
de los comentarios al libro del Pbro. Lugo
Rodríguez.

Nombre:

José Germán Pasos TPEC

Grado Académico: Licenciado en Ciencias
Antropológicas con especialidad en Antropología Social.

Egresado de la Facultad de Ciencias
Antropológicas de la Universidad Autónoma de
Yucatán, de la ciudad de Mérida, Yucatán,
México.

Cuenta con la tesis
"Homosexualidad y Cultura:
Antagonismos homosexuales en el eje gay de Mérida
",
presentada en opción al título de Licenciado en
Antropología Social, que puede consultarse en la
página ;

Trabaja como consultor en diversidad genérica en
el Instituto de Equidad de Género del Estado de
Yucatán y activista por la diversidad sexo genérica
en la Asociación Civil Buenas Intenciones Centro de
Diversidad Sexual, de la ciudad de Mérida Yucatán,
México.

Desarrolla actualmente un estudio sobre la
homosexualidad masculina en el contexto regional, que es
continuación de su primer trabajo de investigación
sobre el tema.

Partes: 1, 2
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