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Memorias de Adriano – Aproximación hermenéutica (página 2)



Partes: 1, 2

Hombre muy culto, se rodeó de poetas, filósofos y eruditos. Escribió
versos y prosa, en latín y griego, con gran habilidad. Muy
interesado en la arquitectura,
construyó edificios magníficos como el Ateneo (una
academia para el fomento del estudio), el templo de Venus y de
Roma, el
panteón de Agripa (reconstruido), y su mausoleo
(actualmente el castillo de Sant"Angelo). En Atenas
levantó muchos otros edificios. Su villa en Tibur (Villa
Adriana) era, en realidad, una pequeña ciudad con
edificios magníficos que recordaban lo mejor que
había visto en sus viajes, e
incluía algunas de las mejores estatuas de la
antigüedad.

MARCO
AURELIO
[3]

Marco Aurelio Antonino (121-180), emperador romano (161-180) y
filósofo estoico, reforzó la autoridad
imperial y reformó la legislación.

Marco Aurelio, cuyo nombre original era Marco Annio Vero,
nació en Roma el 20 de abril del año 121, sobrino
por matrimonio de
Antonino Pío, más tarde emperador. Después
de que este último accediera al poder,
adoptó a su sobrino, le casó con su hija y le
asoció al poder (145). Marco Aurelio llegó a ser
emperador a la muerte de
aquél, en el 161, año en el que asoció al
trono a su hermano por adopción
Lucio Aurelio Vero (fallecido en el 169). Durante su reinado
libró guerras
defensivas en las fronteras del norte y del este del Imperio. Sus
legiones contuvieron la invasión parta de Siria en el 166,
pero de nuevo Roma se vio obligada a luchar en el 167 contra las
tribus germanas en la frontera
Rin-Danubio. Marco Aurelio regresó a Roma, de forma
intermitente, durante la campaña germana, para realizar
reformas legales y administrativas. Aunque estaba preocupado, en
particular, por el bienestar público e incluso
vendió sus posesiones personales para mitigar los efectos
del hambre y la peste en el Imperio, persiguió a los
cristianos, creyendo que eran una amenaza para el sistema. En el
176 regresó a la frontera norte, esperando extender los
límites
del noreste del Imperio hasta el río Vístula.
Murió de peste en Vindobona (ahora Viena) el 17 de marzo
del 180, antes de empezar la invasión. Su hijo y sucesor,
Cómodo, abandonó su plan.

En política interior Marco Aurelio
defendió a las clases menos pudientes, para quienes
fundó escuelas, orfanatos y hospitales, y alivió la
carga de los impuestos.
También intentó humanizar las leyes penales y
el trato que los amos daban a sus esclavos. Además,
reforzó la centralización de la
administración imperial y, aunque devolvió la
importancia al Senado, incrementó la autoridad
imperial.

Como filósofo, es recordado por su obra
Pensamientos, un compendio en doce libros de
preceptos morales escritos en griego mientras desarrollaba sus
últimas campañas militares. La obra es un
manifiesto importante de la filosofía del estoicismo, en el que revela
su creencia de que la vida moral conduce
a la tranquilidad. Subraya las virtudes del saber, la justicia, la
fortaleza y la moderación.

INTRODUCCIÓN

Leer "Memorias de
Adriano" de Marguerite Yourcenar ha sido toda una aventura. Ha
permitido transportarme a una época tan remota como el
siglo II y III de nuestra era en el esplendor del Imperio Romano,
descubriendo los principales valores de
este momento histórico, y ha hecho, además, que
dirija toda mi atención a una personalidad
tan fascinante como la del emperador Adriano, adentrarme en sus
sentimientos, sus pasiones, tanto en sus fortalezas como en sus
debilidades, sus preocupaciones, sus intereses y su gran sentido
humanístico tan particular en una época en que el
poder parecía ser el único fin.

Creo que una personalidad histórica como la de Adriano,
novelada de manera genial por Marguerite Yourcenar, nos da la
oportunidad de darle un mayor valor a los
hechos y acontecimientos que rodean un momento tan importante
para la historia
universal a la vez que a un individuo del
cual se han dicho tantas cosas pero del que se conocen en
realidad muy pocas con certeza. 

Nuestra autora francesa se ha tomado un buen espacio de su
vida para realizar esta obra que combina de manera genial y muy
sutil los elementos reales con los imaginarios posibles, gracias
a una excelente documentación e investigación que le da a su obra un
carácter magistral que encanta, conmueve y
capta toda la atención del lector. En mi caso me he
sentido como un personaje más de la historia, algo así
como alguien que asiste a todos los hechos en calidad de
observador que se deja capturar por las impresiones del
protagonista  a la vez que por sus sentimientos.

MEMORIAS DE
ADRIANO

Aproximación hermenéutica

"Si ese hombre no
hubiera mantenido la paz del mundo y no hubiera renovado la
economía del imperio, sus venturas y
desventuras personales interesarían menos"

Marguerite Yourcenar (Cuadernos de notas a
las Memorias de Adriano, p. 260)

La lectura de la
presente obra nos da la posibilidad de realizar un estudio
hermenéutico en términos de poder, gloria, servicio,
autoridad, fortuna, belleza, guerra, paz,
libertad,
humanidad, felicidad, prosperidad, construcción, arte, esperanza,
conciencia,
sensación, autenticidad,  amistad, amor, placer,
enfermedad, dolor,  muerte
Temas que estructuran esta novela
histórica permitiendo que, a través de ellos, se
teja la vida de un personaje tan inquietante como Adriano
emperador  que marcó el
fin de una época de expansión del Imperio romano.
 

Marguerite Yourcenar nos presenta su novela histórica a
modo de carta, escrita en
primera persona[4], dirigida a
Marco Antonio (Annio Vero) hijo de Lucio Ceyonio que aparece en
escena cuando Adriano valora a uno de sus compañeros en el
senado Ceyonio Cómodo padre de Lucio (p. 90). 
Adriano se ve motivado a redactar esta carta luego de alcanzar la
consciencia necesaria sobre el final de su vida y el sentido de
su existencia; "la existencia me ha dado mucho, o por lo
menos he sabido extraer mucho de ella; en este momento, como en
los tiempos de mi felicidad, y por razones absolutamente
opuestas, me parece que no tiene ya nada que ofrecerme; y sin
embargo no estoy seguro de que
nada queda por aprender de ella.  Escucharé sus
secretas instrucciones hasta el
fin"[5]
, antes de
llegar a esta concepción a Adriano le ha causado un
profundo impacto el hecho de saberse enfermo, visiblemente
deteriorado y sin la misma fuerza que
antes le caracterizo, al punto de haber decidido morir
prematuramente, decisión que resultó ser
trágica al producir el suicidio de
Iollas "joven médico alejandrino que
Hermógenes había escogido…para que lo
reemplazara durante su
ausencia"[6]
de modo
que la carta sigue
una estructura que
responde a la necesidad de revelar detalles de su vida personal que le
permiten a su vez elaborar una serie de recomendaciones con el
fin de ser un emperador ejemplar con un alto sentido
humanitario.

UN ACTO DE CONCIENCIA

En primer lugar Adriano se refiere a su enfermedad y a su
médico Hermógenes, nos permite aproximarnos a la
conciencia que tiene sobre su enfermedad y cercanía a la
muerte; "mis piernas hinchadas ya no me sostienen durante
las largas ceremonias romanas; me sofoco; y tengo sesenta
años"
(p. 6). Recuerda con alegría y
nostalgia los tiempos de placer de los que disfrutaba gracias a
su buena salud y a la
juventud,
habla de sus preferencias que lo muestran como un hombre sobrio
que no gusta de los excesos; "pero los festines de Roma me
llenaban de tal repugnancia y hastío que alguna vez,
cuando me creía próximo a la muerte durante un
reconocimiento o una expedición militar, me dije para
reconfortarme que por lo menos no tendría que volver a
participar de una comida"
(p. 10). Se refiere al amor;
"el juego
misterioso que va del amor a un cuerpo al amor de una persona me ha
parecido lo bastante bello como para consagrarle parte de mi
vida"
(p. 13) y lo muestra como un
prodigio (p. 14). Hace una descripción de su tiempo de
formación, de su época de ejercicios
gimnásticos en los que exalta la salud, la juventud y la
fuerza (p. 19) y habla de la experiencia del sueño
construyendo un concepto al
respecto; "Todo hombre se avergüenza de su rostro
contaminado de sueño.  Cuántas veces, al
levantarme temprano para estudiar o leer, ordené con mis
manos las almohadas revueltas, las mantas en desorden, evidencias
casi obscenas de nuestros encuentros con la nada, pruebas de que
cada noche dejamos de ser…"
(p. 20)
"…si ese mundo larval y fantástico, donde lo
vulgar y lo absurdo pululan con mayor abundancia aún que
en la tierra, nos
ofrece una idea de las condiciones del alma separada
del cuerpo…"
(p. 238) y ofrece una
concepción sobre sí mismo; "como suele
suceder, lo que no fui es quizá lo que más
ajustadamente la define
(la vida): buen soldado
pero en modo alguno hombre de guerra; aficionado la arte, pero no
ese artista que Nerón creyó ser al morir; capaz de
cometer crímenes, pero no abrumado por ellos…Yo
ocupé sucesivamente todas las posiciones extremas, pero no
me mantuve en ellas; la vida me hizo resbalar siempre"

(p. 23).  

DATOS PREVIOS

La enfermedad se convierte en la excusa perfecta para narrar
los principales hechos de su vida empezando por una reseña
biográfica en la que nos habla de su abuelo Marulino y de
las enseñanzas de su padre Elio Afer Adriano y de su
muerte cuando Adriano tenía 12 años (p. 27), de la
separación de su madre por ser llamado a Roma por su
tutor, menciona a su hermana Paulina quien siendo muy joven se
casó con un viejo (p. 29) y habla un poco del contexto de
la época; "El helenismo y el
Oriente eran desconocidos, o se los miraba de lejos con el
ceño fruncido; creo que en toda la península no
había una sola estatua griega.  La economía
iba a la par de la riqueza, y una cierta rusticidad con un
empaque casi
pomposo"
(p. 29)  y de las principales
hazañas  cerca a Trajano "mi padre
adoptivo"
(p.91) a quien le fue encomendado su cuidado
luego de la muerte de su padre. 

TRANSPARENCIA – SINCERIDAD

Adriano no teme presentar a Marco Antonio su propio perfil y
lo trata de hacer de la manera más honesta sin omitir
incluso aquellas cosas que muchos podrían concebir como
extraviadas, en este sentido, manifiesta su estima y preferencia
por Lucio afirmando: "le hice promesas que más tarde
acarrearon hartas preocupaciones; aquel joven fauno danzante
ocupó seis meses de mi vida"
(p.90), de igual
modo, narra con gran detalle y con mucha emoción su
relación con Antinoo joven con quien se encontró
por vez primera en su paso por el Asia Menor en
"el verano que siguió a mi encuentro con
Osroes"
(p.127) encuentro que permitió un cruce de
datos y de
contemplaciones que fueron el punto de partida de una
relación que se convertiría para Adriano en lo
más preciado de su vida afectiva; "Así
habría de nacer un intimidad.  A partir de entonces
me acompañó en todos mis viajes, y comenzaron
algunos años fabulosos"
(p.128). La carta describe
además las impresiones de Adriano sobre el emperador
Trajano a quien admiraba profundamente, su admiración y
amistad casi divina con la emperatriz Plotina, sus hazañas
militares, sus intereses políticos y principales acciones en
favor del Imperio Romano, su interés
por la humanidad, la libertad y la felicidad, el interés
por el arte y la belleza, su admiración por la cultura
griega, sus logros arquitectónicos y sus viajes por
todos los territorios del Imperio.

LA SUCESIÓN – PASIÓN POR EL
PODER

Pasados los sesenta años el emperador Trajano ya se
encontraba enfermo y débil y no podía estar
presente en todos los frentes de conquista, era
evidente que se acercaba el momento de su muerte y no se
atrevía aún a nombrar oficialmente a su adoptado,
que vendría a sucederle como emperador; este hecho
preocupaba a Adriano, quien creía merecer la
adopción pues llevaba largo tiempo al servicio de Trajano
ganándose su entera confianza y demostrándole que
en todo el imperio no había un hombre más
idóneo que él para sucederle.  Adriano
tenía ansias de poder y de gloria; "Trabajar para
Trajano me produjo un placer semejante al que los ejercicios de
retórica me habían proporcionado en la adolescencia;
a solas en mi habitación, estudiando mis efectos ante un
espejo, me sentía emperador"
(p. 50). La
pasión por el poder era para Adriano un afán
salvado por profundo sentido de humanidad y un deseo sincero de
implantar un período de paz al imperio y de poner a su
servicio lo mejor que poseía como persona, sus virtudes,
sus anhelos, sus pasiones personales, su amor por el arte, por la
belleza, por la cultura, por
la construcción; "Mi deseo de poder era semejante al
del amor, que impide al amante comer, dormir, pensar, y aun amar,
hasta que no se hayan cumplido ciertos ritos…necesitaba la
seguridad de que
iba a reinar para sentir de nuevo el placer de ser
útil"
(p. 74)

ADRIANO NUEVO EMPERADOR

Finalmente vino la muerte de Trajano que no era lo que
interesaba a Adriano sino el hecho de que hiciera manifiesta su
adopción. Puesto en marcha para Italia Adriano
recibió la noticia del deseo final del emperador que lo
nombraba sucesor; "Todo lo que desde hacía diez
años fuera febrilmente soñado, combinado, discutido
o callado, se reducía a un mensaje de dos líneas,
trazado en griego por una mano firme y una menuda escritura de
mujer"

(p. 77) Desde entonces Adriano es el nuevo emperador de Roma y se
dedica a describir el modo como gerencia este
gran imperio empezando por el fin del período de
conquistas seguido de un amplio proceso de
pacificación por medio de negociaciones que se
convirtieron en uno de los fines de su época como
emperador;  "suprimí de un trazo las conquistas
peligrosas…forcé la paz"
(p. 80) De manera
que la paz se convirtió en un propósito fundamental
de Adriano "la paz era mi fin, pero de ninguna manera mi
ídolo"
(p. 82) y este propósito
habría de ser su reacción contra la política
de conquista adelantada por emperadores anteriores a él.
Otro propósito fundamental consistió en humanizar
el imperio valiéndose para ello del modelo griego
que además le serviría para ennoblecer a Roma por
medio de la belleza y del arte, fundó varios centros de
cultura griega en roma y otras partes del imperio, creó
centros de estudio, bibliotecas;
"Sí, Atenas era siempre bella, y no lamentaba haber
impuesto
disciplinas griegas a mi vida.  Todo lo que poseemos de
humano, de ordenado y lúcido, a ellas se lo
debemos"
(p. 183) A pesar de esto Adriano afirmaba que el
humanismo
griego era más teórico que práctico;
"Platón
había escrito La
República y glorificado la idea de lo justo, pero
sólo nosotros, instruidos por nuestros propios errores,
nos esforzábamos penosamente por hacer del Estado una
máquina capaz de servir a los hombres, con el menor
riesgo posible
de triturarlos…"
(p. 184).  En fin el Imperio
Romano bajo el mando de Adriano recibió un fuerte impulso
cultural y estilístico, marcado por la paz y la
humanización, por el diálogo,
la resolución
de conflictos por medio del consenso, gestiones que eran el
resultado de una sensata inteligencia
puesta al servicio de un imperio que de todos modos no opacaron
al ser humano, al Adriano que se dejó entristecer
profundamente por el suicidio de Antinoo; "Aquel cuerpo tan
dócil se negaba a dejarse calentar, a revivir. Lo
transportamos a bordo.  Todo se venía abajo: todo
pareció apagarse.  Derrumbarse el Zeus
Olímpico, el Amo del todo, el Salvador del Mundo, y
sólo quedó un hombre de cabellos grises sollozando
en el puente de una barca"
(p. 164) lamentable
acontecimiento para el que sólo halló cierto
consuelo por medio de la divinización de Antinoo para
quien hizo esculpir hermosas esculturas bajo su propia dirección y para quien decretó un
culto especial. El mismo Adriano que  gastaba nobles
palabras pare referirse a su mejores amigos y para halagar y
reconocer las virtudes de quienes le rodeaban y trabajaban para
él siendo leales a sus propósitos. 

LUCIO – ANTONINO[7]
ANNIO VERO

Pronto aparecerían los síntomas de la enfermedad
que terminaría por llevarlo a la muerte, una realidad que
veía asomarse por todos lados: "la muerte es tan
horrorosa, pero también lo es la vida…"
(p.
171).  Ante la enfermedad y la proximidad de la muerte, al
igual que Trajano, Adriano se tomó su tiempo para decidir
sobre la sucesión del trono, pero después de
vacilar al respecto se convenció de que quien mejor
defendería sus propósitos y se preocuparía
por la buena  administración del Imperio, sin dejarse
llevar por los excesos, sería Lucio: "A raíz
de una crisis de
sofocación más  grave que las anteriores
-aviso de que ya no había tiempo que perder-  me
decidí bruscamente y adopté a Lucio, quien
tomó el nombre de Elio César. Su ambición
era negligente; exigía sin avidez, habituado desde siempre
a conseguirlo todo; por ello recibió con la mayor
desenvoltura mi decisión"
(p. 213) pero Adriano no
contaba con la sorpresiva enfermedad de Lucio que lo llevó
a la muerte antes que él; sorprenderá quizá
a Marco Aurelio la breve descripción que hace Adriano de
la visita de la esposa y el hijo de Lucio en su lecho de enfermo:
"su mujer vino a visitarlo, y la entrevista
acabó como siempre con palabras amargas; ella no
volvió más.  Le trajeron a su hijo, hermoso
niño de siete años, llena de sonrisas la boca
aún sin dientes…"
(p. 219) por fortuna
Adriano tuvo la posibilidad de realizar una buena elección
al adoptar a Antonino "Hombre sencillo, posee una virtud en
la cual había pensado poco hasta ahora, aun cuando me
ocurriera ponerla en práctica: la bondad"
(p. 221)
pero Adriano en memoria de Lucio
y además por admiración frente a  Annio Vero
su hijo en cuya formación había participado, hizo
todo lo necesario para que fuera adoptado, a su vez, por
Antonino. Adriano sin embargo es consciente del poco afecto que
le inspira a Marco Aurelio, pero reconoce en él virtudes
que serán necesarias para el imperio y que practicadas
desde la juventud suponen una adecuada entereza signo de madurez;
"…No me has ocultado tu melancólico
desdén por los esplendores efímeros, por esa corte
que se dispersará con mi muerte. No me quieres; tu afecto
va más bien hacia Antonino. Sospechas en mí una
sabiduría opuesta a la que te enseñan tus maestros,
ves en mi abandono a los sentidos un
método
contrario a la severidad de la tuya, y sin embargo
paralelo… hay más de una sabiduría, y todas
son necesarias al mundo; no está mal que se vayan
alternando"
(p. 223) de esta manera Adriano prepara un
nuevo período en la vida del Imperio Romano que le permite
morir no sin asombro pero con cierta seguridad, con la confianza
que le da haber hecho las cosas bien obrando con honestidad
consigo mismo y con los demás aunque no hubiera sido
plenamente comprendido, muere con los ojos abiertos es decir con
la consciencia de haber vivido sin negarse lo mejor que de la
vida pudo obtener y además con claridad sobre el
reconocimiento que se ganó durante su gloriosa administración del imperio que le
permitiría de cierta manera permanecer vivo en la memoria de
los demás sobre todo para aquellos para quien supo ser un
dios en cuanto era simplemente humano.

APORTE
PERSONAL

"La literatura es más
bien una función de
la conservación y de la transmisión espiritual, que
aporta a cada presente la historia que se oculta en
ella."

Hans Georg Gadamer (Verdad y Método
tomo I)

 

Al leer la obra "Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar
se da un cruce de horizontes, el de Adriano en su época
como emperador Romano, el de la autora de la obra que
vivió entre 1903 – 1987 y que tardó alrededor de 20
años elaborando esta obra literaria que publicó por
fin en 1951 y, finalmente, el horizonte del lector que trata de
hacer una interpretación de la obra y llegar, de esta
manera, al sentido que quiso darle la autora.  No es
fácil descubrir el sentido de una obra literaria
especialmente, sin embargo creo que el aporte de Gadamer sobre el
límite de la literatura, que se ha citado como exordio en
este aporte personal, brinda una buena posibilidad de llegar al
sentido de la autora sin agotarlo. 

Yourcenar se ha fijado en un personaje cuya vida llama mucho
la atención justamente por el aporte histórico y
por la determinación de una personalidad que ha logrado
destacarse tanto por sus ambigüedades como por lo que tiene
de original. 

Adriano permite a Yourcenar rescatar una vivencia
histórica que se constituye a partir de "Memorias de
Adriano" precisamente en eso, en la memoria de un personaje que
logrará causar un impacto profundo en el lector que sea
capaz de ir más allá de las líneas y
adentrarse en una experiencia vital que la autora ha logrado
plasmar con originalidad haciendo hablar al mismo  Adriano
en un ápoca distinta a la de él pero que descubre
un testimonio eficaz de autenticidad, pasión,
determinación, sensibilidad, entusiasmo y sobre todo con
alto sentido humanista.

"Memorias  de Adriano" es la presentación de una
vida ajena a la de la autora pero que se funde en la de ella
misma, al punto que se percibe como una especie de fusión
entre dos personalidades, la de Adriano y la de Marguerite
Yourcenar, un logro de este género de
novela histórica que Yourcenar ha sabido plasmar de modo
magistral. Marguerite Yourcenar comparte con Adriano muchas
pasiones y sentimientos, su franqueza y determinación, su
sensibilidad en el amor
los viajes, el arte, el estudio del latín y del griego que
se expresa en varios pasajes de la obra, la reflexión que
se construye sobre la muerte y la vida y el momento de conciencia
sobre una vida que se agota pero que no deja  de recibir de
ella alguna enseñanza.  Como Adriano, Yourcenar
trata de entrar a la muerte con los ojos abiertos.

Creo que el sentido de esta obra  puede hallarse en la
necesidad de la autora de mostrar el impacto personal que puede
producir alguien tan singular como el Emperador Adriano
traído de una época pasada que se hace presente y
se inmortaliza en cada experiencia de lectura y en cada
intensión interpretativa a la que se someta, esta obra
constituye un excelente ejemplo de cruce de horizontes que no
sólo se entrecruzan sino que se relacionan de manera
conveniente en la vivencia que se establece entre el personaje
principal de la obra, la autora y el lector que viene a sentirse
como espectador y partícipe de un momento histórica
que hasta ahora le era ajeno pero que a partir de la lectura se
convierte en uno más de sus espacios en el que se da una
vivencia concreta.

ÍNDICE
ANALÍTICO DE MEMORIAS DE ADRIANO

A continuación ofrezco un índice
analítico de "Memorias de Adriano" (edición
de Casa Editorial El Tiempo 2004) elaborado según los
temas que, a mi juicio, ofrecen un estudio hermenéutico
más profundo y que, personalmente, me han permitido
comprender mejor la obra y citar adecuadamente en el presente
trabajo.

Adriano: 23 autodefinición.

Arte: 110-111

Esperanza: 6 

Conciencia: 7 

Amistad: 8, 133

Amor: 13-14 efectos del amor: 136

Paz: 82

Libertad: 37-38 

Gloria: 47

Poder: 74 

Fortuna: 49  La vida es: 240

Guerra: 58

Autenticidad: 87

Libertad – humanidad – felicidad: 93

Humanidad: 114 Atenas modelo de humanismo: 183
Filantropía: 184

Prosperidad: 99

Sensación: 151

Dolor: 168 primer paso hacia el dolor: 202

Felicidad como retribución: 137

Construcción: 106   

Sucesión – adopción: 209

Características que Adriano le dio a Roma: 168

Filosofía de Adriano: 179

Los cristianos para Adriano: 181 – 182

Inmortalidad: 235

Muerte: 171 Utilidad de la
muerte: 238 Meditación de la muerte: 237

Ser dios – Adriano dios: 123 Yo dios: 122

Antinoo: 128 – 131; 142-144  Antinoo y la muerte: 135;
suicidio de Antinoo: 143

Antinoo: 146 – 154 divinización de Antinoo: 165

 Repugnancia hacia la vida urbana: 176

Lucio: 90, 212, adopción de lucio: 213, enfermedad de
Lucio: 217.

Descripción de Lucio: 157

Hijo de Lucio: 219

Annio Vero: 222 Marco Aurelio: 222 – 223

Sueño: 17, 20, 238

 

 

 

 

 

Autor:

Edison Tamayo Castaño

Universidad Pontificia Bolivariana

Medellín – octubre -2008

[1] "Marguerite Yourcenar"
Microsoft®
Student 2008. Microsoft Corporation, 2007.

[2]Publio Elio Adriano."
Microsoft® Student 2008. Microsoft Corporation, 2007.

[3] "Marco Aurelio Antonino."
Microsoft® Student 2008. Microsoft Corporation, 2007.

[4] Si decidí escribir
estas Memorias de Adriano en primera persona, fue para evitar en
lo posible cualquier intermediario, inclusive yo misma. Adriano
podía hablar de su vida con más firmeza y
más sutileza que yo.  Marguerite Yourcenar. Cuadernos
de notas a las Memorias de Adriano, p. 256

[5] YOURCENAR, Marguerite.
Memorias de Adriano. Traducción de Julio
Cortázar. Editorial Biblioteca El
Tiempo, 2004. p. 231

[6] Ibid, p. 230. A partir de
esta nota todas las citas corresponden al libro
"Memorias de Adriano" editado por Casa Editorial El Tiempo,
colocaré en paréntesis las páginas.

[7] Antonino Pío
(86-161), emperador romano (138-161), su nombre era Tito Aurelio
Fulvio. Nació en Lanuvium (ahora Lanuvio, en Italia),
miembro de una rica familia romana.
Fue cónsul en el 120, después de un periodo como
gobernador de la provincia de Asia y pronto se convirtió
en uno de los consejeros del emperador Adriano. En el 138,
Adriano le adoptó y le nombró su sucesor; se
convirtió en emperador tras la muerte de éste en
ese mismo año. Durante la primera década de su
reinado, una sublevación en Britania le obligó a
construir (140-142) la muralla que lleva su nombre, como defensa
frente a las invasiones procedentes de lo que hoy en día
es Escocia. Su reinado fue un periodo de prosperidad
económica y de estabilidad política, pues
respetó los derechos del Senado;
también toleró las actividades de cristianos y
judíos.
En el 145 adoptó al futuro emperador Marco Aurelio
Antonino. "Antonino Pío." Microsoft® Student 2008
[DVD].
Microsoft Corporation, 2007.

Partes: 1, 2
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