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La Cultura Indígena Maya (página 2)




Enviado por Maylin Delgado



Partes: 1, 2

Durante esta etapa destacaron los siguientes sitios
arqueológicos: en el área meridional (que comprende
las tierras altas de Guatemala, el
extremo sur del estado de
Chiapas y el
extremo occidental de El Salvador),
La Victoria, Izapa, El Baúl y Kaminaljuyú; en la
región central (que abarca las tierras bajas de Guatemala
o El Petén, Belice, la parte oeste de Honduras y una zona
de los estados mexicanos de Tabasco y Chiapas), Uaxactún y
Tikal; hacia el centro y el norte de la península de
Yucatán, en la denominada área septentrional, se
fundó Dzibilchaltún, sitio ubicado al norte de la
ciudad de Mérida y descubierto en 1941 por los
arqueólogos George W. Brainerd y E. Wyllys Andrews. Con
más de 19 km2 de superficie, de sus primeros
pobladores nos quedan varias plataformas sobre algunas de las
cuales se asentaron probablemente pequeñas estructuras de
materiales
perecederos, como la paja y el barro, que entretejidos formaban
las paredes y el techo de las construcciones. En el centro de
Dzibilchaltún se localiza el cenote (pozo sagrado) de
Xlacáh.

Periodo Clásico Maya, periodo
histórico de la civilización maya, que
comprendió aproximadamente desde el año 292 hasta
el 900 de la era cristiana, durante el cual la
civilización mesoamericana alcanzó su
clímax.

En su transcurso, que en parte coincidió con el
esplendor de Teotihuacán en el centro de México,
surgieron numerosas ciudades en la zona, como Yaxchilán y
Palenque en el estado
mexicano de Chiapas; Quiriguá en Guatemala y Copán
en Honduras, o el centro ritual de Piedras Negras en Guatemala.
En su fase inicial (325–625) se empleó el arco falso
en la arquitectura y
proliferaron las inscripciones calendáricas y de variados
contenidos en estelas y otros monumentos. Durante su etapa de
esplendor, que comprendió del 600 al 900 d.C.,
florecieron de manera extraordinaria la arquitectura, las estelas
con inscripciones, las pinturas murales, hoy en parte
descifradas, y diversas formas de cerámica. Se alcanzaron también
importantes adelantos en astronomía y aritmética. Tikal fue
la mayor ciudad del área maya, que en su apogeo
llegó a contar con una población estimada en 50.000 personas. Otra
ciudad que floreció en el mismo periodo fue Cobá.
Sus ruinas incluyen más de 6.500 estructuras y una amplia
red de caminos.
Al final de este periodo de esplendor surgieron también
Chichén Itzá y en la región Puuc, Uxmal,
Kabah, Labná y Sayil, entre otras. En dichas ciudades
existen construcciones suntuosas de varios niveles,
pirámides de gran altura, estructuras levantadas sobre
columnas y patios ceremoniales ornamentados con mosaicos tallados
en piedra.

La pintura mural
del periodo clásico maya,
alcanzó una gran
perfección técnica y una gran calidad
artística, logrando un difícil equilibrio
entre el naturalismo de los diseños y la gravedad impuesta
por el convencionalismo de los temas. Aunque utilizan tintas
planas carentes de perspectiva los muralistas mayas supieron
crear la ilusión del espacio. Primero trazaban el dibujo en rojo
diluido sobre una capa de estuco, después se pintaba el
fondo quedando las figuras en blanco y posteriormente se iban
rellenando los diferentes espacios con sus respectivos colores. Para
sugerir la perspectiva y el volumen
recurrían al fileteado de las figuras, la
yuxtaposición de colores y la distribución de los motivos en diversos
registros de
bandas horizontales. Los murales más importantes que se
conservan son los del sitio de Bonampak (Chiapas). Las pinturas
ocupan la totalidad de las paredes de tres habitaciones de un
edificio (790 d.C.). Relatan acontecimientos bélicos que
incluyen las ceremonias preliminares a la batalla (cuarto I), la
batalla (cuarto II) y el sacrificio final (cuarto III). Existen
fragmentos de antiguas pinturas en Uaxactún, Palenque,
Cobá y Chichén Itzá.

Periodo Posclásico Maya, periodo
histórico de la civilización maya que
comprendió aproximadamente desde el año 900 hasta
el 1527 de la era cristiana. Se le conoce también como
periodo mexicano.

En este lapso de tiempo se hizo
presente la influencia tolteca de los itzáes, grupo invasor
que se estableció en Chichén Itzá e
introdujo estilos en el arte y en la
arquitectura propia de Tula. Los itzáes llevaron
igualmente el culto a diversos dioses adorados en el altiplano
central, así como la costumbre de obtener prisioneros
mediante la guerra para
ofrendarlos al Sol. Chichén Itzá, ciudad muy
importante entre los siglos X y XII, presenta en su
arquitectura elementos tanto mayas como foráneos. Los
invasores itzáes, provenientes quizás de Tabasco,
ocuparon Chichén y le dieron su nombre, que significa
"boca de los cenotes de Itzá". Al caer Chichén
Itzá, Mayapán ocupó su lugar como gran
capital y se
creó la Liga de Mayapán, alianza entre ésta
y las ciudades de Chichén Itzá, Uxmal e
Itzamná, entre otras, para defenderse de ulteriores
invasiones, que prevaleció hasta el año 1182. Tras
cruentas guerras, Hunas
Ceel, señor de Mayapán, logró derrotar al
grupo itzá de Chichén Itzá y también
dominó Itzamná hacia el año 1200 de nuestra
era. A partir de entonces, y hasta 1441, Mayapán
volvió a ser el centro político de una vasta
región, ya no como miembro de una Liga, sino como la
capital de un Imperio. Se estima que doce Estados mayas fueron
sojuzgados y que el gobierno se
centralizó. Durante estos años se introdujeron en
la península de Yucatán el arco y la flecha
utilizados por los numerosos mercenarios toltecas, llamados para
ayudar a mantener el dominio sobre los
pueblos sojuzgados. La tiranía impuesta por Mayapán
se hizo intolerable y a mediados del siglo XV la ciudad fue
saqueada e incendiada. Surgieron entonces pequeños
señoríos independientes; la decadencia cultural se
prolongó hasta la conquista de
Guatemala (1525) y Yucatán (1527) por los
españoles. Los itzáes permanecieron independientes
en sus remotos dominios hasta 1697, año en que fueron
conquistados y su ciudad capital, Petén-Itzá,
destruida.

Capítulo II

Sociedad

II.1 Alimentación

La base de su alimentación fue el
maíz
(en maya ixim) que les sirvió para hacer bebidas (como el
atole), usando su pasta (nixtamal, palabra azteca para una masa
de maíz hecha con cal) cocinaban alimentos como
los tamales y tortillas. En cuanto a los tamales, están
compuestos por una pasta de maíz que contiene una mezcla
de carne, vegetales o ambos.

Todo lo anterior se envuelve dentro de hojas de maíz u
otra planta. Entre las técnicas
gastronómicas para cocinar los alimentos predominó
el pibil, que es el horneado bajo tierra. Otros
alimentos importantes fueron los derivados del cacao: de su
semilla se obtiene una pasta para elaborar una bebida (chocolate
o xocolatl en náhuatl) preparada con agua, pues no
había ganado que pudieran dar leche. No
acostumbraban beber agua sola, el agua se
mezclaba con derivados del maíz, frutas y otros
ingredientes.

El balché (bebida alcohólica fermentada) usado
en las ceremonias se elaboraba con la corteza del árbol
balché (Lonchocarpus violaceus), agua y miel. El sakab,
que era también ceremonial, se elaboraba con maíz y
se endulzaba con miel. De las variantes y diversas formas de
preparación de las bebidas del maíz encontramos el
origen del pozole, el atole y el pinole. Todas esas bebidas se
tomaban en jícaras y se transportaban en guajes o
calabazos (en maya chú).

Otros productos muy
consumidos eran: la chaya (planta similar a la ortiga que es muy
rica en vitaminas), el
chicle (que se extraía del chicozapote) y la sal (que
extraían del mar rudimentariamente), la calabaza (de
la cual se consumían sus frutos, sus semillas ("pepitas")
y su flor), el chile habanero y el frijol. La miel de abeja
melipona y una extensa lista de frutas complementaban su
dieta.

Por otro lado, dentro de la fauna, el pueblo
maya conoció el venado, el pecarí o puerco salvaje,
el tepezcuintle, el armadillo, el manatí, el conejo, el
malixpec (xoloitzcuintle entre los aztecas), el
tapir, el jabalí, el mono, la tuza, la tuza real, el
cereque, el faisán, las palomas, el pavo de monte, el
guajolote o pavo doméstico, la perdiz, la codorniz, la
chachalaca, la gallinola, la gallina de monte, la iguana, el pez
normal o salado, el ostión y otras aves y
mamíferos que les proporcionaron su carne
tanto para alimento, como para sacrificio u ofrenda ritual.

II.2 Aldeas "vivienda"

Existían casas unifamiliares donde vivían los
padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o
jóvenes de la familia o
fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había
edificios multifamiliares habitados por personas de lazos
sanguíneos comunes de elevada posición social
(ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los
materiales de las casas varían de muros y techos de
madera y palma
a materiales resistentes como piedra y estuco. También la
vivienda podía estar formada por tres estructuras
principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y
podían construir otras estructuras separadas (talleres,
baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén).

Dormían sobre unas plataformas bajas adosadas a los
muros donde colocaban colchones rellenos de algodón
(las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento
de los indígenas caribes de Haití llegado a
Yucatán con el arribo de los españoles).
También se dormía sobre tapetes en el suelo. Este tipo
de habitaciones tenía poca ventilación y luz porque
carecían de ventanas. Las habitaciones fueron usadas para
dormir y guardar pertenencias; sus ocupantes trabajaban en las
afueras y poseían huertos para consumo
familiar.

Es necesario considerar y advertir que la gente común
vivía en las denominadas palapas alrededor de las
ciudades, los materiales que usaban eran renovables como la palma
chit, el guano (para los techos); la madera, los bajareques, el
estuco (para las paredes). En el centro de la ciudad habitaban
los sacerdotes y la nobleza en los castillos, pirámides y
templos ceremoniales.

II.3 Vestimenta

Gran parte de la población estaba dedicada a las
jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las
condiciones necesarias, además la indumentaria
dependía del nivel social. La mayoría de la gente
vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil o
una falda y su manto; y los hombres con una especie de
calzón llamado patí. Sin embargo, la nobleza
utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y
gemas, calzaba sandalias de cuero y
lucía grandes tocados de plumas, además de
collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de
nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los
nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas
(generalmente de piel de jaguar
o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños
geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y
sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y
anillos de jade, cuarzo y oro, y se
perforaba la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse
un besote.

Entre los accesorios había sombreros, turbantes,
penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el
jade es muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no
desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.

Podemos imaginar, por las pinturas de Bonampak, la riqueza y
suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias
y también en las batallas, en donde los guerreros
añadían al vestuario sus armas, escudos y
cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente
adornados.

Para teñir sus artículos indumentarios
utilizaron diversos colorantes. Los más importantes
fueron:

  • De origen
    mineral:

Atapulgita

  • De origen
    vegetal:

Añil (Indigofera
sufruticosa
) e (Indigrofera guatemalensis) de
éstos dos se piensa que los mayas sacaron
el azul maya (su color
especial).

  • De origen
    animal:

  • El color rojo, obtenido de la Grana
    Cochinilla (insecto parásito que ataca al nopal, del
    que hay varias especies de los géneros Opundia y
    Nopalea).

  • El color violeta proviene de un caracol
    llamado Purpura pansa.

Estos colorantes fueron obtenidos a
través de cultivos o por el comercio.

II.4 La mujer y su
posición social

La mujer tuvo
posiciones elevadas en la sociedad y
algunas fueron gobernantes. Las mujeres eran muy importantes para
la economía familiar, pues elaboraban piezas
de cerámica, diseñaban piezas en barro o esculpidas
o talladas a modo de escultura, y tejían el algodón
para confeccionar vestidos. También criaban animales para
comer o como mascotas y se encargaban de elaborar comidas y
bebidas para las fiestas religiosas. No participaban en
ceremonias religiosas donde se efectuaban sacrificios humanos,
excepto en ciertas fiestas donde acudían las ancianas.

En el posclásico las mujeres no participaban en el auto
sacrificio, pero en el clásico sí, al menos las de
alto rango.

Para los mayas, el Kamnicté (matrimonio) era
constituido por arreglo de los padres y tenía fines
económicos o de alianza. Además, entre otras
costumbres, el hombre
recién casado vivía bajo las órdenes del
suegro en un período variable, pero que en ocasiones,
podía llegar a ser de cinco años.

II.5 Rasgos físicos

"Una investigación realizada por el
norteamericano Sylvanus G. Morley realizada sobre la
población maya yucateca arrojó que la estatura
media es de 154,61 cm y 142,65 cm, el peso de 52,86 kg y 50 kg y
el índice cefálico medio es de 85.8 y 86.8 para
hombres y mujeres con un menor índice cefálico"
(página
web: www.ccu.umich.mx)

De acuerdo con las evidencias
arqueológicas (estudio de los monumentos y artes de la
antigüedad) y etnográficas (estudio, descripción y clasificación de razas
o pueblos), se deduce que los mayas tienen la cabeza ancha
(braquicéfalos), nariz aguileña, el pelo negro y
lacio, los pómulos salientes, la frente amplia (ancha y
plana) y los ojos almendrados (con un pronunciado y notable
pliegue en los párpados que les da un toque marcadamente
oriental) de color oscuro. El cuello es corto y los hombros son
anchos.

Las características de estos grupos eran
modificadas por influencias mágicas y/o rituales, ya que
modificaban la posición de los ojos para obtener una vista
estrábica causada (según el fray Diego de Landa),
con cuentas de cera
que los padres ponían enfrente de los ojos de sus hijos.
La deformación del cráneo era practicada en los
niños
aprovechando que los huesos, entre la
primera semana de nacidos y los dos años, no están
sólidos y son moldeables (había dos variantes de
deformación del cráneo); la deformación del
cráneo por alargamiento se efectuaba mediante la
colocación de dos tablas, una en la frente y otra
atrás (estas deformaciones se practicaban en los
recién nacidos de ambos sexos y de todas las clases
sociales). Otras costumbres (pues más que modas
tenían fines mágico-espirituales) eran la pintura
corporal (como los tatuajes en pecho, brazos y piernas), la
excoriación o escarificación (técnica que
consiste en causar cicatrices con fines decorativos), el limado y
perforación de los dientes para colocar «piedras
semipreciosas» (pedacitos de jade, obsidiana o pirita) y
adornos como orejeras (especie de aretes), pectorales, bezotes
(anillos nasales), penachos, etcétera. Es importante
destacar que el tatuaje y la escarificación fue
prerrogativa de los señores, sacerdotes y guerreros
distinguidos.

II.6 Organización Política,
Económica y Social

II.6.1 Organización
Política:

Los mayas primitivos se agrupaban en pequeños
caseríos, distantes unos de otros. Posteriormente fueron
erigidos algunos centros ceremoniales. La vida de estos primeros
habitantes del área maya dependía enteramente de
los elementos naturales y del cultivo y recolección de sus
cosechas. Con la vida sedentaria y la práctica continua de
la agricultura
primitiva, surgió lo que al principio fue el culto
sencillo de la naturaleza y
de los elementos ligados a la siembra, tales como el sol, la
lluvia, el viento, las montañas, el agua, etc.
Habría que imaginar que las sencillas ceremonias eran
oficiadas y dirigidas por el jefe de la familia.
Posteriormente, con la tecnificación incipiente de la
agricultura, la práctica religiosa fue organizada en forma
más compleja y surgieron los primeros sacerdotes
profesionales. Los sacerdotes se convirtieron el los depositarios
de la ciencia y
adquirieron un poder
político creciente que los transformó en una casta
dominante. A ellos se debió el perfeccionamiento del
calendario, la cronología y la escritura
jeroglífica.

En el siglo IV de nuestra era, la cultura maya se
había establecido sólidamente en el norte y en el
centro del Petén. La religión maya se
había convertido en un culto sumamente desarrollado y
complejo.

Hemos visto cómo la primera etapa de la
civilización maya transcurre durante el ciclo
correspondiente a la caza, a la pesca y recolección.
También hemos conocido la etapa correspondiente al cultivo
de las primeras plantas o
período inicial de la civilización agrícola.
Durante esta segunda etapa surgió una nueva unidad
política que era la aldea gobernada por un consejo de
jefes o cabezas de familia.La tercera fase del desarrollo de
la civilización maya corresponde un orden social y
económico, en el que predomina la mujer y se establece el
matriarcado. La cuarta etapa de desarrollo se caracteriza por la
consolidación de las formas esenciales de la
civilización maya y por el paso del derecho materno al
paterno definitivo.

En la época de mayor florecimiento de la
civilización maya, la jerarquía del poder estaba
conformada por:

  • Sacerdotes gobernantes

  • El sumo sacerdote maya (Ah-Kin-May)

  • El sacerdote (Halach Uinic)

  • Jefes y señores principales
    (Bacab)

  • Mayordomo real

  • Consejo de estado, integrado por los sacerdotes y
    gente principal

  • Jefes guerreros (Nacon)

II.6.2 Organización
Económica:

La economía es muy simple, ya que la producción depende de los requerimientos
familiares, pero poco a poco se genera una división del
trabajo, que
dará origen a la diferenciación de sociales. Cuando
se inicia la agricultura y los grupos mayences se hacen
sedentarios, esa actividad se convierte en la base de la
economía, complementada con la caza, la pesca y la
recolección. El sistema
agrícola de los mayas fue el de rosa o milpa, el cual
consistía en derribar árboles
y arbustos, quemarlos y después sembrar usando un palo
aguzado, llamado bastón plantador, al inicio de la
temporada de lluvias. El descubrimiento de restos de obras
hidráulicas indica que los mayas construyeron canales para
riego, lo que les permitió una mayor producción
agrícola. La tierra era
explotada de forma comunal.

El comercio tuvo gran desarrollo. Se exportan productos como
miel, copal, algodón, cacao, plumas y obsidianas.

II.6.3 Organización Social:

La sociedad en este periodo es todavía de carácter tribal, es decir, grupos de
familias relacionadas por parentesco, que comparten una cultura, un
lenguaje y un
territorio.A medida que la agricultura se hace más
compleja, creándose sistemas de riego
e incluyendo el cultivo de productos comerciales, como el cacao y
el algodón, aumenta la población y empiezan a
surgir centros ceremoniales, así mismo se consolida la
jerarquización de las clases
sociales, que resulta de la división del trabajo.En
los centros ceremoniales y ciudades, que se multiplican durante
la época clásica y cuyo gobierno fue de tipo
teocrático, habitaba la clase
dirigente, ocupada en funciones
intelectuales,
como la planeación
socioeconómica, la proyección de obras
públicas, la
organización política, la creación de
conocimientos científicos (matemáticas, astronomía,
cronología, medicina) y la
conservación, por medio de una desarrollada escritura, de
la historia de los
linajes gobernantes. Los especialistas (constructores, artistas y
artesanos), así como los sirvientes, residían
también en las ciudades, mientras que los campesinos,
habitaban cerca de las siembras. También se realizó
comercio a gran escala,
constituyéndose los comerciantes en otro grupo social.

A pesar de todos los cambios ocurridos a finales del
período clásico y en el postclásico, entre
los que destacan el predominio de intereses pragmáticos y
militaristas, la jerarquización social se mantiene firme;
el único cambio parece
haber sido la división de poder supremo en político
religioso, que antes estuvieron concentrados en una sola persona.
Según las fuentes, el
estrato más alto estaba constituido por los nobles o
hidalgos, llamados almehenoob por los mayas yucatecos, la gente
de linaje ilustre, los destinados por decreto divino a gobernar
sobre los demás, ya fuera con el poder político,
con el poder religioso o con la fuerza de las
armas. Así gobernantes (encabezados por el Halach unic,
"Hombre
verdadero"), sacerdote (una jerarquía en cuya
cúspide estaba el Ahau can, "Señor serpiente"),
jefes guerreros y quizá los comerciantes, que
tenían ciertas funciones políticas,
pertenecían a esta clase privilegiada.

Bajo ellos, estaba el pueblo, los hombres sin grandeza o ah
chembal uinicoob, "hombres inferiores", quienes se dedicaban a la
construcción, a las artes,
artesanías y a labrar la tierra. También existieron
esclavos (pentacoob), que eran delincuentes, prisioneros de
guerra, huérfanos e hijos de esclavos; pero ellos no
fueron numerosos ni jugaron un papel importante en la
sociedad.

II.7 Educación
maya

"La educación estaba
influida por cuestiones de carácter religioso, tomando en
cuenta el futuro del recién nacido por medio del
horóscopo que declaraba el llamado Ah Kin,
sacerdote del culto solar. Se iniciaba en el hogar, corría
a cargo de los padres y estaba en función
del sexo de los
hijos. Los niños pasaban el tiempo jugando al aire libre,
juegos que
eran imitaciones, en su mayor parte, de las futuras labores que
habrían de ejecutar. A los nueve años los varones
ayudaban al padre en las faenas del campo y las niñas a la
madre en las labores domésticas. Cumplidos doce
años, unos y otros abandonaban el hogar e ingresaban como
internos en los establecimientos educativos, que eran de dos
clases: para nobles y para el pueblo en general; en estos
últimos se acentuaban las prácticas militares"
(Página web:
www.ccu.umich.mx).

Capitulo III

Arte:

"Los mayas clásicos desarrollaron,
según las regiones, diversos estilos en arquitectura,
pintura, escultura y otras artes, en las que desplegaron un alto
grado de calidad técnica. La labor de los artistas estivo
íntimamente relacionado con las características
sociales, culturales y políticas de su entorno. El
despliegue ritual era esencial para reafirmar el poder
político. Los grandes conjuntos
arquitectónicos, escultóricos y pictóricos
servían como escenarios para la actividad ritual y
cortesana, la cual involucraba el uso de artefactos lujosos,
lujosamente elaborados, tales como vestimenta, adornos personales
y otros de uso ritual. Entre dichos objetos, los de lujo
también formaban parte de utensilios funerarios, cuyo
grado que elaboración reflejaba la categoría del
individuo en
vida. En buena medida, el arte del periodo clásico se
derivó de modelos
originados durante el preclásico. Sin embargo fue en el
periodo clásico cuando se alcanzaron los niveles
más altos de elaboración artística, tanto en
las artes monumentales como en los objetos portátiles"
(página web: www.ccu.umich.mx)

III.1 Arquitectura

La cultura maya produjo una arquitectura
monumental, de la que se conservan ruinas en Palenque, Uxmal,
Mayapán, Copán, Tikal, Uaxactún,
Quiriguá, Bonampak y Chichén Itzá. Estos
grandes recintos eran ciudades y no sólo importantes
centros ceremoniales. Conviven varios estilos
arquitectónicos, entre los que destacan el Río
Bec
(pequeñas columnas adosadas, dameros y cruces
añadidos a los mascarones de las fachadas) y el
Puuc (obra en paramento y mosaico en la parte superior
de las fachadas), cada uno con características de ingeniería y ornamentación
propias.

La distribución de las ciudades
consistía en una serie de estructuras piramidales, la
mayoría de las veces coronadas por templos o
cresterías labradas, agrupadas alrededor de plazas
abiertas. Las pirámides escalonadas estaban recubiertas
con bloques de piedra pulida y por lo general llevaban tallada
una escalinata en una o varias de sus caras. La infraestructura
de las pirámides estaba formada habitualmente por tierra y
piedras, pero a veces se utilizaban bloques de piedra unidos con
mortero.

Aunque en la actualidad representa una
excepción, se cree que el templo de las Inscripciones de
Palenque, que aloja la tumba del rey Pacal, puede no ser el
único monumento de uso funerario que se construyó
en la cultura maya. El tipo más común de
construcción consiste en un núcleo de escombros o
piedra caliza partida, mezclada con hormigón o cemento, y
recubierta con piedra pulida o estuco. Las paredes de piedra se
edificaban, por lo general, sin mortero. La madera se utilizaba
para los dinteles de las puertas y para las esculturas. Su gran
hallazgo técnico fue el sistema de la falsa bóveda
por aproximación de filas de bloques de piedra, para
cubrir espacios alargados o estrechos, que concluyen en el
característico arco maya, del cual existen 10 tipos
diferentes. Las ventanas eran poco frecuentes, muy
pequeñas y estrechas. Los muros interiores y exteriores se
pintaban con colores vivos, en especial el azul y el rojo. Se
dedicaba especial atención a los exteriores y se decoraban
profusamente con esculturas pintadas, dinteles tallados, molduras
de estuco y mosaicos de piedra. Las decoraciones se
disponían generalmente en amplios frisos que contrastaban
con franjas de ladrillos lisos. Las viviendas de los comunes se
parecían seguramente a las chozas de adobe y techumbre de
ramas que todavía hoy se pueden apreciar entre los mayas
contemporáneos.

III.2 Escultura

Incluye una gran variedad de
manifestaciones: altares, estelas, lápidas, dinteles
zoomorfos, tableros, tronos, jambas, columnas, figuras de bulto y
marcadores de juego de
pelota. Sus principales características son la
utilización del relieve, la
monumentalidad en el tratamiento de los temas, el uso del color
en el acabado superficial, la dependencia del ámbito
arquitectónico, la profusión de signos
caligráficos y ornamentales, la relevancia de las
líneas curvas y el carácter abigarrado y
escenográfico de la composición.

Las etelas conmemorativas son
magníficos trabajos entre los cuales son: las de Tikal,
Copán, Quiriguá y Cobán. Se trata de enormes
lajas de piedra clavadas verticalmente en el suelo, en las que
los escultores mayas tallaron en bajorrelieve imágenes
del jubileo de sus reyes. Se erigían al finalizar un
periodo temporal concreto, cada
cinco y cada veinte años, y en ellas, mediante
jeroglíficos, se narraban los acontecimientos más
importantes del reinado. Excelentes son los dinteles figurativos
que flanqueaban las puertas de los palacios y templos de
Yaxchilán, los altares de Piedras Negras y los zoomorfos
de Quiriguá, aunque quizá la cumbre de la escultura
maya sean los paneles de los edificios de Palenque. El palacio, y
los templos de las Inscripciones, el Sol, la Cruz y la Cruz
Foliada, constituyen uno de los mejores ejemplos de cómo
el hombre es capaz de plasmar en piedra su universo
religioso.

III.3 Cerámica y Lítica

De la misma forma que los muralistas
mayas plasmaron escenas mitológicas y cortesanas en sus
composiciones, los ceramistas reflejaron diversos aspectos
relacionados con temas similares. La cerámica
polícroma —asociada con el mundo funerario—
fue la más extendida. La técnica era similar a la
de los murales aunque jugaron también con las
posibilidades expresivas que les brindaban el engobe y el
pulimento. Suelen ser cilindros, platos y fuentes de distintas
dimensiones donde la pintura cubría casi la totalidad de
la superficie. Los perfiles de los dibujos se
realizaban en negro sobre un fondo monocromo, crema o anaranjado.
El otro estilo, del que se conservan muy pocos, llamado
códice, recuerda la técnica utilizada por los
escribas mayas sobre las tiras de papel vegetal estucadas y
pintadas. Las figuras antropomorfas alcanzaron también una
gran popularidad y perfección. Las llamadas figuritas de
la isla de Jaina (Campeche) incluyen una variada muestra de tipos
físicos diferentes. A esta lejana isla llegaban para
enterrarse personajes ilustres de muy diversa procedencia, y los
artesanos de la necrópolis preparaban los ajuares que
habían de acompañarles en su viaje al mundo de los
muertos (Xibalbá).

La talla de las piedras
semipreciosas, en jade y obsidiana, suponen una valiosa
aportación al arte maya. Figuras humanas,
excéntricos y collares alcanzaron un grado de
perfección que las hizo ser incluidas en los ajuares de
las tumbas más principescas.

III.4 Tejido y Arte Plumario

Aunque las extremas condiciones de
calor y
humedad han impedido que estas manifestaciones llegaran hasta
nosotros, las escenas figurativas que aparecen sobre distintos
soportes nos permiten hacernos una idea de cómo debieron
ser. Los reyes y dignatarios aparecen vestidos con bragueros,
camisas, capas, túnicas y mantas realizadas en
algodón, piel y fibra vegetal. Los trabajos plumarios
alcanzaron un gran desarrollo. Los artesanos mayas
disponían de una tradición muy rica dentro del
medio natural más apropiado.

III.5 Escritura:

Los pueblos mayas desarrollaron un
método de
notación jeroglífica y registraron su mitología, historia y rituales en
inscripciones grabadas y pintadas en estelas, en los dinteles y
escalinatas, y en otros elementos
arquitectónicos.

Glifos mayas, conjunto de signos o
caracteres que utilizaron los antiguos mayas como forma de
escritura. Se integran en bloques cuadrados o rectangulares con
un elemento principal y otros que lo complementan. Se han
encontrado glifos en piedra, madera, cerámica, hueso,
concha y papel amate o piel de venado, en el caso de los
códices. Algunos tienen dos formas: una abstracta o
geométrica y otra figurativa; esta última se
caracteriza por la imagen de una
cabeza humana o de animal que representa, en ocasiones, un dios o
un personaje mitológico. La mayoría de los glifos
ya descifrados representan días del calendario y sus
números, dioses y sus atributos, cuerpos celestes como el
Sol, la Luna, Venus y sus correspondientes ciclos, así
como las direcciones cósmicas. Los modernos epigrafistas
consideran que la escritura maya tiene un carácter
logo-silábico, es decir que denota fonéticamente
sílabas y también palabras enteras. Los avances en
el desciframiento de esta escritura han permitido la lectura de
inscripciones en estelas y otros monumentos de la zona maya y en
los tres códices precolombinos que se conocen: los de
Dresde, Madrid y París,
así denominados por las ciudades donde se
conservan.

"Los escritos de los antiguos mayas
se realizaban también en códices de papel amate
(corteza de árbol) o en pergaminos de piel de venado
curtida. Sólo existen tres muestras de estos
códices: el Códice de Dresde, a
través del cual es posible conocer la astronomía y
la religión de los antiguos mayas, actualmente en la
biblioteca de la
ciudad de Dresde; el Códice Peresiano,
también llamado Códice de París por
encontrarse en la Biblioteca Nacional de la capital francesa,
también de carácter astronómico; y el
Códice Tro-cortesiano (a veces denominado
Códice Matritense maya), de carácter
mágico-religioso, y que, como su nombre indica, consta de
dos fragmentos diferentes que estuvieron separados durante
siglos; hoy se encuentra en el Museo de América
de Madrid"
(Yépez, 2002. Pág 194).

III.6 Música

La música
maya se basaba en dos tipos de instrumentos: de viento (silbatos,
flautas y caracoles) y de percusión (xilófono
[tanto de piedra como de madera], caparazones de tortugas y
bastones de madera). Los bastones de madera son huecos y tienen
estrechos pasajes interiores que hacen sonar las semillas en su
interior. No se conoció la música producida por
instrumentos de cuerda (por ejemplo las guitarras). No conocemos
muchos de los instrumentos hechos en madera que desaparecieron al
paso del tiempo y la humedad.

III.7 Pintura

Practicaron la técnica al fresco y a veces plasmaron la
perspectiva, como se observa en la figura (pinturas de Bonampak,
Chiapas, en las escenas de prisioneros de guerra martirizados),
pues la mayor parte de las veces pintaron personajes de lado. Los
personajes pequeños son representaciones de personas
alejadas, de menor rango social o esclavos. Había varias
capas de estuco con murales que no necesariamente repiten la
decoración. También aparecen manos en positivo o
negativo sobre los muros de los edificios de desconocido
significado. Los tonos preferidos son los rojos y los azules.

III.8 Matemáticas

Al igual que otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas
utilizaban un sistema de numeración de base veinte
(vigesimal) y de base cinco. También los mayas
preclásicos (o sus predecesores olmecas) desarrollaron
independientemente el concepto de cero
alrededor del año 36 a. C (Este es el primer uso
documentado de un cero como lo conocemos hoy en día,
aunque los babilonios mucho antes habían desarrollado un
parámetro de sustitución-0 que sólo se
utilizaba entre otros dígitos), vale decir que parecen
haber estado usando el concepto de cero siglos antes que en el
viejo mundo, y las inscripciones los muestran en ocasiones
trabajando con sumas de hasta cientos de millones y fechas tan
extensas que tomaba varias líneas el poder representarlas.
Produjeron observaciones astronómicas extremadamente
precisas, sus diagramas de los
movimientos de la Luna y los planetas son
iguales o superiores a los de cualquier otra civilización
trabajando a simple vista.

Así mismo, como otras civilizaciones mesoamericanas,
los mayas descubrieron una medida exacta de la duración
del año solar, mucho más exacta que la usada en
Europa con el
calendario gregoriano. Sin embargo, no usaron este modelo de
duración en su calendario. En cambio, el calendario maya
se basó en un año de duración exacta de 365
días, lo cual significa que el calendario tiene un error
de un día cada cuatro años. En comparación,
el calendario juliano usado en Europa desde tiempos de los
romanos, hasta el siglo XVI, acumuló un error de un
día cada 128 años. El calendario gregoriano moderno
acumula un error de un día cada 3257 años,
aproximadamente.

Capítulo IV

Concepción
del Mundo

IV.1 Astronomía y Calendario

Entre los mayas, la cronología
se determinaba mediante un complejo sistema calendárico y
matemático. El calendario de los mayas, que se remonta
probablemente al siglo I a.C., se basaba en una doble contabilidad:
el ritual o tzolkin (de 260 días) y el solar o
haab (de 365 días). En el calendario solar, el
año comenzaba cuando el Sol cruzaba el cenit el 16 de
julio; 364 días estaban agrupados en 28 semanas de 13
días cada una, y el Año Nuevo comenzaba el
día 365. Además, 360 días del año se
repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las
semanas y los meses transcurrían de forma secuencial e
independiente entre sí. Sin embargo, comenzaban siempre el
mismo día, esto es, una vez cada 260 días, cifra
múltiplo tanto de 13 (para la semana) como de 20 (para el
mes). Un ciclo de 52 años solares o de 73 rituales sumaba
18.980 días y se denominaba "rueda
calendárica".

"El calendario maya, aunque muy complejo,
era el más exacto de los conocidos hasta la
aparición del calendario gregoriano en el siglo XVI.
La unidad más simple era el día o kin; un
total de 20 kines componían un uinal; 18
uinales, un tun (360 días); 20
tunes, un katún (7.200 días) y
así sucesivamente. Los finales de katún
eran especialmente conmemorados" (Pagina web:
www.mayacalendar.com/c)

Para representar los números, los
mayas utilizaban un doble procedimiento:
usaban una combinación de barras y puntos propios de un
sistema vigesimal, es decir, con base en el número 20, o
figuraban cabezas humanas, cada una de las cuales representaba
las cifras comprendidas del 1 al 13. En los dos sistemas se
utilizaba el cero.

Astronomía maya, estudios sobre
los astros que realizaron los mayas y que hoy siguen
sorprendiendo a los científicos. Su obsesión por el
movimiento de
los cuerpos celestes se basaba en la concepción
cíclica de la historia, y la astronomía fue la
herramienta que utilizaron para conocer la influencia de los
astros sobre el mundo.

IV.2 Ritos

Las pirámides son sus templos y los fieles
asistían a las ceremonias al aire libre, abajo y al
frente, de la pirámide-templo. Solicitaban de sus dioses
los dones de la vida, la salud y el sustento, a
cambio de los cuales realizaban una serie de ofrendas y de
ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual.
Practicaban los flechamientos y arrojaban a los niños,
doncellas y piezas de oro al Cenote Sagrado de Chichén
Itzá, como ofrenda al dios Chac. El autosacrificio
tenía muchas variantes, como por ejemplo cuando ellos se
sacaban sangre de
diversas partes del cuerpo con punzones de hueso o espinas de
maguey y ofreciéndolas en tiras de papel.

La danza era
también una parte importante del ritual. Tanto hombres
como mujeres tenían sus bailes particulares y rara vez
bailaban juntos. El baile de Holcan Okot, por ejemplo, era
realizado por 800 guerreros que se movían con
precisión absoluta mientras invocaban la ayuda y
protección de Kakupakat.

Las fiestas dedicadas a los dioses se celebraban en las fechas
fijas establecidas por el tzolkin o calendario ritual. Los
sacerdotes organizaban las ceremonias, la ornamentación de
los templos y la presentación de las ofrendas.
Había también juegos de pelota (pot-a tok),
dramatizaciones, procesiones y otros festejos.

Elementos de las ceremonias:

  • Los auto sacrificios: Se perforaban la lengua, los
    lóbulos, y órganos sexuales y ofreciendo la
    sangre recogida. La sangre se quemaba junto con papel, resinas
    vegetales, hule y los instrumentos mismos del auto sacrificio
    como las espinas de mantarraya, las cuerdas, etc.
  • Los sacrificios de animales.
  • Los sacrificios humanos (prisioneros de guerra, esclavos o
    personas escogidas por su nacimiento), a quienes se les
    extirpaba el corazón o decapitaba.
  • Los bailes, cantos, dramatizaciones, rezos.
  • El ayuno y la abstinencia sexual.
  • El uso de hongos alucinógenos, bebidas fermentadas
    (balché), tabaco silvestre, comidas especiales y flores
    psicotrópicas.
  • Las ofrendas de animales, plantas, flores, estatuas,
    incienso, ornamentos (plumas, conchas), turquesa, obsidiana,
    jade, cobre y oro, entre otros.

Los mayas tuvieron un calendario para diversos festejos y
ceremonias. Entre las ceremonias que aún se practican
tenemos al Ch"a Chaak, encabezada por el H-men (especie de
Chamán), para invocar a los Chaques, ayudantes del dios de
la lluvia cuando la temporada de lluvias se retrasa. Se
creía que las cuevas de la península, especialmente
Loltún y Balankanché, eran lugares para entrar al
inframundo. A mediados del siglo pasado, en la Guerra de Castas,
tuvo una actuación destacada la Cruz Parlante, elemento
propio de la religión maya, la cual es independiente de la
cruz cristiana. La Cruz Maya la vemos en Palenque (Chiapas) y es
una estilización del árbol cósmico o de la
planta del maíz. Esta cruz es un símbolo de las 4
direcciones o ángulos del mundo y deidad por sí
sola. El uso de la Cruz Parlante entre los mayas participantes en
la Guerra de Castas (mediados del siglo pasado) fue un factor que
los unió y los hizo resistir situaciones muy
difíciles. La localidad donde se localizó la Cruz
Parlante se le conoció como Chan Santa Cruz y ahora como
Felipe Carrillo Puerto. Es importante recalcar que la Guerra de
Castas permitió a los mayas recuperar la soberanía en un territorio y éste es
el único caso en su tipo en América. Actualmente se
sigue venerando a la cruz y se le viste con hipiles (vestidos
típicos), espejos, flores y diversos adornos entre los
mayas de Yucatán y los tzotziles de Chiapas.

Uno de los rituales mayas más
importantes era el juego de pelota, practicado en un recinto que
se edificaba en la mayoría de los centros ceremoniales.
Este juego reproducía el movimiento anual de los cuerpos
celestes, en especial el Sol.

Los mayas concebían al juego de pelota como un ritual.
El juego de pelota representa los orígenes del universo y
pretende reactivar los mitos de la
creación del maíz y otros fenómenos
astronómicos. Éste es un rito de iniciación,
muerte y
renacimiento que
legitima la acción
militar y el poder político. La lucha (de jugadores,
astros o la pelota) puede representar el encuentro entre los
gemelos (del Popol Vuh) y los dioses del inframundo. Este juego
tuvo diversas variantes según la época y el lugar,
por general se utilizaba una pelota hecha de caucho que se
golpeaba con la cintura, las rodillas, los hombros y los
codos.

El objetivo del
juego era hacerlo pasar por un delgado anillo que se colocaba en
una de las paredes del campo de juego aun en la actualidad es
practicado en Guatemala en su forma ritual y en México en
una nueva forma de expresión turística o puramente
deportiva.

En otros lugares, donde los campos de este juego carecen de
anillos-marcadores, se cree que el ganador se decidía por
el equipo o jugador que ganara líneas en la cancha hasta
acorralar al adversario (como en el fútbol
americano).

El número de jugadores varía y en ocasiones los
jugadores usaban "raquetas" o bastones. Se protegían el
pecho y la cabeza, evitando los fuertes golpes de la pelota. El
juego podía durar día y noche y no hay fuentes
históricas donde se hable del sacrificio humano o donde el
derrotado era decapitado.

Algunos historiadores estiman que el jugador que perdía
la vida era, en realidad, un prisionero de guerra, obligado a
jugar por los victoriosos. Este jugador-prisionero de guerra
débil, cansado y con heridas perdía el juego, era
sacrificado y formaba parte de un rito de fertilidad pues iba a
un paraíso. No siempre este juego terminaba con
sacrificios humanos, pues se hacía apuestas y lo perdido
era sólo lo apostado (según fuentes
históricas aztecas). En algunos campos mayas de Guatemala
y Honduras el jugador que vencía perseguía a los
asistentes ya que por regla tenía derecho de despojarlos
de las pertenencias que más le gustaran.

También se creía que a las mujeres que
eran capturadas se las prostituía.

IV.3 La muerte en
la Religión Maya

Según la religión maya, después de la
muerte el alma emprende
un camino a Xibalbá (Metnal, Mundo Subterráneo o
Inframundo), donde debe atravesar un río ayudado de un
perro (el xoloitzcuintle). El hecho de portar una pieza de jade
le facilitará las cosas. El peregrinaje terminará
en el sur adonde llega el alma (el inframundo para las culturas
nahuas se asocia con el norte y el color negro; para los mayas
con el sur y el color amarillo). Sin embargo, hay un
paraíso en el cielo donde las almas afortunadas de los
guerreros muertos en combate (muerte sagrada) acompañan al
Sol.

Entre los diversos tipos de muerte sagrada en
Mesoamérica se encuentran: las mujeres embarazadas muertas
en el primer parto; las
personas ahogadas, suicidadas, muertas de lepra o sacrificadas y
los guerreros muertos en batalla pues la calidad de vida (buena o
mala) no importaba tanto como la forma de morir. Al final, las
almas de los que morían sagradamente también
descendían al inframundo. No hay reencarnación: los
mayas consideraban que el alma de una persona que iba al
inframundo renacía (renacimiento) en un individuo de la
misma especie, sin ningún recuerdo de la vida anterior, lo
cual no coincide con la reencarnación. Se debe recordar
que al interactuar la gente del centro de México con los
mayas, en ocasiones vamos a encontrar ideas religiosas, y de
otros tipos, entrelazadas y debemos ser cautos para distinguir en
lo posible, si son ideas mayas o de otros lugares.

Así mismo los mayas conservaban los cráneos de
sus antepasados y les hacían ofrendas de alimentos (rito a
los antepasados).

IV.4 Sacrificios Humanos

Los sacrificios humanos era una práctica común
en los pueblos de Mesoamérica. Para poder explicar mejor
el origen de los sacrificios humanos debemos entender la
razón de la creación del hombre en un libro sagrado
de los mayas: el Popol Vuh. En
este libro quiché se relata el modo en que los dioses
originales acordaron crear al mundo, ya que el mundo
servirá como habitación del hombre. La misión del
hombre es venerar y alimentar a los dioses. Pero del mismo modo
en que los hombres comen maíz, y éste es un
alimento material; los dioses en tanto seres sobrenaturales
debían alimentarse de un alimento sobrenatural: la
energía cósmica que se encontraba en la sangre y el
corazón
de los sacrificados.

El sacrificio humano en Mesoamérica se debía a
la necesidad proteínica de los pueblos de la
región. Sin embargo, hay que señalar que aunque se
practicó el canibalismo, éste no fue nunca
extensivo a toda la población ni cotidiano. El canibalismo
era un acto ritual del que estaban excluidas las clases
más bajas de la sociedad. Además, el sacrificio
mortal no era el único tipo de sacrificio que practicaron
los mesoamericanos, como muestran las pinturas de Bonampak, donde
es posible observar a miembros de la clase dirigente (hombres y
mujeres) punzándose la lengua hasta
sangrarse. El propósito era ofrecer su sangre, que por ser
de una persona más arriba de la estructura era
más valiosa y apreciada por los dioses.

IV.5 Mitología y
Religión

Mitología maya,
conjunto de creencias y fabulaciones míticas
propias de los mayas que habitaron el sur de México,
Guatemala y la parte norte de Belice. Su surgimiento y desarrollo
cultural, el llamado periodo clásico de los mayas, se
extiende aproximadamente desde el 250 al 900 d.C.

A lo largo de los siglos la
evolución de la religión y la
mitología maya hizo referencia al mundo de los poderes a
los que se rendía culto. Durante los periodos
preclásico y clásico se centraba en el culto a un
gran número de dioses de las fuerzas de la naturaleza y a
los cuerpos celestes. Algunas de sus deidades supremas eran:
Kukulcán, dios de los vientos, la guerra, la muerte
repentina y los sacrificios humanos, versión maya del dios
azteca Quetzalcóatl; Chac, dios de la lluvia;
Itzamná, dios de los cielos y el saber; Ixchel, esposa de
Itzamná, diosa de la luna y protectora de las
parturientas; Hunab Ku, deidad única; Ixtab, diosa del
suicidio, y Ah
Puch, dios de la muerte. Otras deidades destacadas eran: Ah Mun,
Chac Mool, Bacab, Kinich Ahua y Ah Mucen Cab.

Durante el periodo posclásico, con
el advenimiento de Mayapán, las imágenes
adquirieron personalidad
física y
el panteón se jerarquizó. Característico de
los mayas era su total confianza en el control de los
dioses respecto de determinadas unidades de tiempo y de todas las
actividades del pueblo durante dichos periodos. El sumo sacerdote
desempeñaba un papel fundamental; asimismo, los encargados
de los cálculos calendáricos y de
adivinación (Ahau can mai), los sacrificadores
(Ah Nacon) y los agoreros
(chilanes).

"Los dioses mayas se distinguen
por su naturaleza antropomorfa, fitomorfa, zoomorfa y astral. La
figura más importante del panteón maya es
Itzamná, dios creador, señor del fuego y del
corazón. Representa la muerte y el renacimiento
de la vida en la naturaleza. Itzamná se vincula con el
dios Sol, Kinich Ahau, y con la diosa Luna, Ixchel, representada
como una vieja mujer endemoniada. Algunos investigadores opinan
que su nombre deriva de las palabras con que supuestamente se
definió ante los hombres: "Itz en Caan, itz en muyal"
("Soy el rocío del cielo, soy el rocío de las
nubes"). Pero también parece que significa "casa de la
iguana" y, conforme a esta idea, habría cuatro
itzamnás, correspondientes a las cuatro direcciones del
universo. Cuatro genios o divinidades, los Bacabs, por otra
parte, aparecen como sostenedores del cielo, identificados con
los cuatro puntos cardinales que, a su vez, se asocian con
colores simbólicos (Este: rojo; Norte: blanco; Oeste:
negro; Sur: amarillo), un árbol (la ceiba sagrada) y un
ave. Según otra versión, los pueblos mayas
serían hijos de Hunab Ku, ser supremo y todopoderoso"
(página web: www.ccu.umich.mx)

Chac, que se destacaba por su larga
nariz, es el dios de la lluvia y suele aparecer multiplicado en
chacs, divinidades que producen la lluvia vaciando sus calabazas
y arrojando hachas de piedra. Las uo (ranas) son sus
acompañantes y actúan como anunciadoras de la
lluvia. Ligado con la vegetación y con el alimento primordial
entre los mayas y otras culturas precolombinas estaba el joven
dios del maíz, Ah Mun, en frecuente lidia con el dios de
la muerte, Ah Puch, señor del noveno infierno, dios de la
muerte. Otras divinidades asociadas con las tinieblas y la muerte
son Ek Chuah, dios negro de la guerra, de los mercaderes y de las
plantaciones de cacao. Sobresale también Ixtab, diosa de
los suicidios.

La similitud y los contactos entre
la cultura maya y la azteca explican la aparición entre
los mayas de la serpiente emplumada (Quetzalcóatl), que
recibe el nombre de Kukulcán en Yucatán y de
Gucumatz en las tierras altas de Guatemala.

IV.6 Cosmogonía

Como en el mito de los orígenes de otras
culturas, entre los mayas aparece el del silencio y las tinieblas
originales. Nada existe y es la palabra la que dará origen
al Universo. De ello se encargan los progenitores, entre los que
se cuentan Gucumatz y Hurakán, el Corazón del
Cielo, además de Ixpiyacoc e Ixmucané, abuelos del
Alba.

La creación del ser humano
pasó por varias pruebas hasta
llegar a su estado definitivo. En el primer intento, la materia
empleada fue el barro, "pero vieron que no estaba bien, porque se
deshacía", no podía andar ni multiplicarse, "al
principio hablaba, pero no tenía entendimiento". En la
segunda prueba, los progenitores decidieron hacer muñecos
de madera, que "se parecían al hombre, hablaban como el
hombre", pero, aunque se multiplicaron, no tenían alma,
entendimiento ni memoria de su
creador, "caminaban sin rumbo y andaban a gatas". Fueron
destruidos y sobrevino un gran diluvio. Además de los
males enviados por los dioses, también se rebelaron,
vengándose de ellos, los perros, las aves
de corral, las piedras de moler, los utensilios
domésticos. El intento definitivo de creación
concluyó con los hombres de maíz, que fueron
cuatro: Balam-Quitzé (Tigre sol o Tigre fuego), Balam-Acab
(Tigre tierra), Mahucutah (Tigre luna) e Iqui-Balam (Tigre viento
o aire). Éstos estaban dotados de inteligencia y
buena vista, de la facultad de hablar, andar y agarrar las cosas.
Eran además buenos y hermosos. El desarrollo de los seres
humanos se identifica entre los mayas con el principal cultivo y
fuente de sustento, el maíz: "de maíz amarillo y de
maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se
hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente
masa de maíz entró en la carne de nuestros padres,
los cuatro hombres que fueron creados".

IV.7 Cosmología y Palingenesia

Los mayas creían que había
trece cielos dispuestos en capas sobre la tierra y que eran
regidos por sendos dioses llamados Oxlahuntiku. La tierra se
apoyaba en la cola de un enorme cocodrilo o de un reptil
monstruoso que flotaba en el océano. Existían nueve
mundos subterráneos, también dispuestos en
capas, y regidos por sendos dioses, los Bolontiku, que gobernaban
en interminable sucesión sobre un ciclo o semana de nueve
noches. El tiempo era considerado una serie de ciclos sin
principio ni fin, interrumpidos por cataclismos o
catástrofes que significaban el retorno al caos
primordial. Pero nunca se acabaría el mundo porque
creían en la palingenesia, la regeneración
cíclica del universo. Los libros del
Chilam Balam exponen predicciones acerca de esos ciclos de
destrucción y renacimiento, como la que relata la
sublevación de los nueve dioses subterráneos contra
los trece dioses celestiales, el robo de la gran serpiente, el
derrumbe del firmamento y el hundimiento de la tierra.

También en el Chilam Balam se dice que en 1541
llegaron los dzules, los extranjeros. Hasta ese momento
estaba medido "el tiempo de la bondad del sol, de la
celosía que forman las estrellas, desde donde los dioses
nos contemplan", pero llegaron los dzules y lo
deshicieron todo. "Enseñaron el temor, marchitaron las
flores, chuparon hasta matar la flor de los otros porque viviese
la suya": habían venido "a castrar al Sol".

Según los mayas lacandones, cuando se acabe el
mundo los dioses decapitarán a todos los solteros, los
colgarán por los talones y juntarán su sangre en
vasijas para pintar su casa. Después reconstruirán
la ciudad de Yaxchilán, donde se habrán refugiado
los lacandones. Según otra versión, los jaguares de
Cizín, dios del inframundo, se comerán al Sol y la
Luna.

Capítulo V

Reserva de la
Biosfera Maya

Espacio natural de Guatemala que, con 1.844.900 ha
de superficie, constituye el área protegida más
grande de la nación.
Ocupa la mitad septentrional del departamento de Petén,
drenado por el río San Pedro y bordeado por los vecinos
países de México, al norte y oeste, y de Belice, al
este. Comprende lagos, como el de Petén-Itzá,
parques nacionales, biotopos protegidos, áreas culturales,
de recuperación y una zona de amortiguamiento. Presenta
una flora y fauna muy rica y variada, con densos bosques,
especies arbustivas y pastos. Entre la fauna destacan los venados
o ciervos de cola blanca, tapires, jaguares, monos aulladores,
pizotes, mapaches y numerosas aves. La Reserva de la Biosfera Maya
alberga varios sitios arqueológicos correspondientes al
periodo clásico de la cultura maya, como los de Tikal,
Uaxactún y Piedras Negras. La zona, escasamente poblada,
cuenta con algunas aldeas, como El Encanto, San Benito, La
Libertad y
Piedras Negras.

Capitulo VI

Las
Últimas Moradas

Entre los mayas existen tres moradas
diferentes para los muertos: el inframundo, un paraíso que
se encuentra situado en uno de los cielos y una morada celestial.
La primera, llamada Mitlán, Metnal o Xibalbá,
está en el quinto de los nueve submundos, el más
profundo. Llegar hasta allí es peligroso: el muerto
necesita un par de zapatos nuevos, debe pasar tres puertas y
cruzar un lago con ayuda de perros. La segunda, el
paraíso, es un lugar ameno donde corre leche y miel y
equivale a la morada de los dioses de la lluvia o tlálocs
mexicas En el paraíso hay además un espacio para
los niños, a quienes se coloca en un gran árbol
lleno de pechos de mujer que los siguen alimentando. Según
algunas interpretaciones, también los suicidas acaban en
la segunda morada. La tercera morada está en el cielo
séptimo, el más alto, donde van los que han pasado
una temporada en el inframundo, los muertos en la guerra y las
mujeres que murieron en el parto. Uno de los dioses de la muerte
más importantes es Cizín, también
relacionado con los temblores de tierra y con el color amarillo,
símbolo de la muerte. No es casual su vínculo con
el dios Jaguar, a quien se considera señor de la noche
estrellada, aunque en realidad reina al mismo tiempo en el cielo,
en la tierra y en el mundo subterráneo de las sombras.
Bajo distintos nombres (onza, ocelote, yaguareté) aparece
en distintas mitologías de África y
América, como en la tupí-guaraní, en una de cuyas leyendas se
cuenta que "Jaguar reventó el vientre de Sol, lo
comió, le royó los huesos" o, según otra
versión, que tiene una piel de color azul celeste y
está esperando la orden divina para devorar a la
humanidad.

Capitulo VII

Decadencia de la
Cultura Maya

La caída de Teotihuacan, ocurrida en la segunda
mitad del siglo VIII, permitió el florecimiento de los
grandes núcleos de población que los pueblos mayas
habían construido en las Tierras Altas. De esta suerte,
Tikal, Toniná, Yaxchilán y muchas otras ciudades
vivieron su época de mayor apogeo entre los siglos
IX y X. Por
mucho tiempo se insistió en que la razón del
declive de los principales centros urbanos mayas era un misterio.
Sin embargo, la intensa investigación arqueológica
en la región que ocuparon estos Estados del período
Clásico de Mesoamérica ha puesto de manifiesto
algunas de las razones por las cuales los mayas se vieron
precisados a abandonar las ciudades a la selva.

En primer lugar, se trataba de pequeños Estados
que se hallaban en guerra permanente unos con otros. Las estelas
de Toniná indican que la élite gobernante de esa
ciudad emprendió una agresiva campaña militar que
la llevó a ocupar sitios tan importantes como Palenque,
Piedras Negras y Bonampak. No es extraño que otros Estados
de la región pudieran haber emprendido campañas
similares, que habrían dejado arruinadas a varias
ciudades. Por otra parte, en esta época tuvo lugar un
desajuste climático como consecuencia del fenómeno
de El Niño. El clima
debió tener graves consecuencias para la agricultura en el
Área Maya, como lo tuvo también en las tierras
altas del Centro de México. Puesto que culturalmente estas
catástrofes eran atribuidas a la inefectividad de la clase
sacerdotal, la gente del pueblo debió lanzarse contra
ellos, culpándolos de la escasez de
alimentos y otros bienes
necesarios para la vida. Uno de los síntomas de la
decadencia maya en el período Clásico es la
ausencia de monumentos conmemorativos (las llamadas estelas)
posteriores al año 889 d. C., celebrada
sólo en algunos sitios de la región. Durante los
siguientes siglos, no volvería a emplearse la Cuenta Larga
en las inscripciones calendáricas mesoamericanas, lo que
pone de relieve la conclusión de una tradición
cultural.

Además de la Cuenta Larga (ese sistema de cuenta
del tiempo que tanto ha sorprendido por su exactitud y
abstracción), lo único que abandonaron los mayas
del período clásico fueron las grandes ciudades.
Nunca existió una migración
masiva hacia Yucatán, aunque algunos grupos lo hubieran
hecho. La mayor parte de la población se quedó en
la zona, y durante el período posclásico
contribuyeron a un nuevo período de apogeo, aunque no de
la misma magnitud. El más importante de los Estados de las
Tierras Altas en el período Posclásico fue el
quiché, en Guatemala.

Tanto los mayas de Yucatán como los de las
Tierras Altas y la Costa del Pacífico recibieron la
influencia de los pueblos migrantes provenientes del altiplano y
el área oaxaqueña. Estos grupos fueron empujados a
su vez por los antiguos pueblos que abandonaron la zona
meridional de la altiplanicie Mexicana cuando el desastre
ecológico hizo imposible la agricultura allí. En el
sur, establecieron Estados independientes, con
características culturales de ascendencia nahua. Entre
estos grupos estaban los pipiles, que se establecieron en la
costa de Guatemala y El Salvador.
En la península de Yucatán, los pueblos
nahuatlizados (fuera porque eran realmente nahuas o habían
adoptado muchas de sus características, como los
chontales) contribuyeron a un nuevo florecimiento de los pueblos
mayas.

Sin embargo, las rivalidades entre las élites de
la región, apenas suavizadas por la presencia
efímera de la Liga de Mayapán, terminaron por
arruinar las grandes ciudades de Chichén Itzá,
Uxmal y muchas otras, que fueron abandonadas por sus
gobernantes.

Cuando los españoles llegaron a Yucatán,
encontraron la región dividida en pequeños Estados
hostiles entre sí, razón por la que no fue
difícil someterlos. Algunos grupos se refugiaron en el
Petén, donde crearon un pequeño reino independiente
con capital en Tayasal. La conquista de este reino independiente
no se concretó hasta 1697.

Las ruinas de las grandes ciudades antiguas estaban muy
aisladas del mundo exterior y eran poco conocidas excepto por la
gente nativa. En 1839, el viajero americano John Lloyd Stephens,
escuchando comentarios sobre ruinas perdidas en la selva,
visitó Copán, Palenque, y otras ciudades con el
arquitecto y dibujante Frederick Catherwood. Sus diarios
ilustrados sobre las ruinas encendieron un fuerte interés en
la región y sus habitantes (también en Estados Unidos y
en Europa).

Capitulo VIII

Los Mayas
hoy

Hoy los mayas viven como campesinos
en comunidades y caseríos rurales, a pesar de que emigran
cada vez más a las ciudades en busca de trabajo o para
huir de la represión. Las comunidades se establecen, por
lo general, en las proximidades de pequeños centros
urbanos con sus plazas, donde fijan sus mercados y llevan
a cabo fiestas religiosas. En la actualidad, casi tres millones
de personas hablan una de las 28 lenguas mayas
repartidas en nueve familias lingüísticas, entre las
que destacan: la quiché y la yucateca.

Otros pueblos significativos son: tzeltales,
chamulas, lacandones, tojolabales y choles de Chiapas; choles y
chontales de Tabasco; cakchiqueles, mames y pokonchis de
Guatemala; y chortís del este de Guatemala y oeste de
Honduras. Todos estos pueblos formaban parte de una
civilización y cultura comunes que, en muchos aspectos,
alcanzó las más elevadas cotas de desarrollo entre
los antiguos habitantes de Mesoamérica.

 

 

 

 

 

Autor:

Maylin Alexandra Delgado Graterol

Partes: 1, 2
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