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Desnutrición infantil (página 2)




Enviado por Monica Hernandez



Partes: 1, 2

Del total de niños preescolares evaluados en el
estado 5.5% presentó bajo peso, 8.5% tuvo baja talla o
desmedro y 2% presentó emaciación. La
distribución por el tipo de localidad de residencia indica
que en las localidades rurales existen mayores prevalencias de
baja talla o desmedro (12.8%) y de bajo peso (5.7%) en
comparación con las localidades urbanas (4.7 y 5.4%,
respectivamente). Sin embargo, la emaciación (3.4%) es
más prevalente en los niños de localidades urbanas
que en los residentes en localidades rurales (0.5%)

  • En Zacatecas ocho de cada 100 niños menores
    de 5 años de edad tienen baja talla.

Es alarmante el porcentaje de niños con
desnutrición crónica que por
sub-alimentación prolongada o pérdidas
intermitentes de nutrimentos, han sido afectados en su
índice de talla para la edad quizá en forma
irreversible.

Se considera que aproximadamente la mitad de la
población mundial total ha sobrevivido a un período
de desnutrición moderada o severa durante la
infancia.

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Factores de
riesgo

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La mala nutrición de la madre y las infecciones
intercurrentes durante el embarazo son factores frecuentes de
prematurez y desnutrición in útero. No es raro que
niños nacidos en estas condiciones de desventaja nutricia
en su pasado inmediato, sean víctimas de prácticas
inadecuadas de alimentación, especialmente en regiones en
donde la lactancia materna está siendo reemplazada desde
etapas muy tempranas de vida por fórmulas de
alimentación preparadas de manera deficiente y en malas
condiciones de higiene.

La desnutrición puede presentarse en todas las
edades, sin embargo, es más notoria y grave entre los 6 y
36 meses de edad. Después del destete, que con frecuencia
inicia antes del cuarto mes, el niño recibe poco o
ningún alimento con leche, sus derivados u otros productos
de origen animal. La combinación de una dieta baja en
energía y proteínas aunada a infecciones frecuentes
digestivas y respiratorias propicia un avance lento y progresivo
hacia una desnutrición grave.

En las zonas rurales y urbanas marginadas, el ciclo
infección-desnutrición se debe a varios factores,
entre ellos destacan:

1.- El abandono de la lactancia materna

2.- La ablactación temprana (antes de los dos
meses de edad) o muy tardía (después del sexto mes
de edad).

3.- El uso inadecuado de los sucedáneos de la
leche materna.

4.- Las infecciones gastrointestinales frecuentes en el
niño.

Por otro lado en regiones o países
subdesarrollados la pobreza es causa y consecuencia de la falta
de educación, mala salud de la población,
comunicación deficiente, baja productividad, balance
económico desfavorable e inadecuada utilización de
los recursos naturales conducen a errores en el consumo y a una
inadecuada distribución de los alimentos entre los
miembros de la familia, particularmente desfavorable hacia los
niños pequeños, al sexo femenino y aquellos con
alguna enfermedad crónica y/o grave en quienes la
ingestión de alimentos puede ser restringida
dramáticamente.

Por lo anterior los factores que predisponen a la DPE
primaria se encuentran: la escasa escolaridad de los padres,
pobreza y las consiguientes carencias de sanidad ambiental, de
ahí que la desnutrición primaria predomine en los
países en vías de desarrollo.

La desnutrición afecta al 30-50% de los pacientes
hospitalizados de todas las edades tanto por causas
quirúrgicas como médicas aumentando a medida que se
prolonga la estancia hospitalaria.

Es fundamental educar a todo el personal sanitario en
aras de obtener su colaboración. La puesta en marcha de un
método diagnostico temprano, la necesidad de reevaluar la
dotación de personal a las unidades de nutrición o
equipos de nutrición. (10)

La valoración del estado nutricional podemos
considerarla, pues, el primer eslabón del tratamiento
nutricional. Su principal objetivo es identificar aquellos
pacientes, desnutridos o en peligro de desarrollar
desnutrición, que pueden beneficiarse de un tratamiento
nutricional.

Es importante determinar el estado de nutrición
de un individuo puesto que la presencia de complicaciones
diversas como retraso en la cicatrización de las heridas o
menor resistencia a las infecciones, entre otras pueden
determinar estancias hospitalarias más prolongadas e
incremento del coste sanitario.

Tanto la VSG como la MNA constituyen un buen predictor
de pacientes en alto riesgo de desarrollar complicaciones
atribuibles a la desnutrición. Tiene un poder predictivo
igual al de los datos de objetivos (antropometría,
bioquímica, inmunología) considerados en conjunto.
Concuerda en más del 80% cuando se valoran en los mismos
pacientes.

Si bien no está universalmente aceptado un
método simple para definir con precisión el estado
nutricional, existen diversos modos que nos permiten una
orientación sobre el estado nutricional del individuo. Por
no existir consenso sobre cuál es el mejor método
de valoración del estado nutricional, es aconsejable
conocer los distintos métodos existentes y disponibles y
escoger el que más se adecue a nuestras necesidades.
(11)

Se recomienda el empleo de sistemas de cribaje
específicos para la edad pediátrica. Dentro de los
paramentros mas importantes y baratos para la realización
de un diagnostico temprano y oportuno tenemos la necesidad de
incluir en la historia de urgencias.

Edad

IMC.

Pérdida de peso en los últimos
meses.

Ingesta alimentaria. (10)

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Fisiopatología y respuestas
adaptativas

A través de una serie de mecanismos
fisiológicos, el organismo tiende a mantener un equilibrio
dinámico ante la ingesta de energía, cuando existen
periodos largos de restricción energética y/o
proteica, el organismo se adapta en forma progresiva a esta
restricción con el objeto de mantener un estado funcional
adecuado tanto como lo permita el suministro limitado de
nutrimentos.

La adaptación nutricia significa que para
sobrevivir a dos agresiones sinérgicas, la carencia de
nutrimentos y las infecciones frecuentes, el organismo modifica
sus patrones biológicos de normalidad y crea nuevas
condiciones homeostáticas.

La DPE se desarrolla gradualmente y permite la siguiente
serie de ajustes metabólicos que resultan en una
disminución de la necesidad de nutrimentos y en un
equilibrio nutricio compatible con una disponibilidad más
baja de nutrimentos celulares. Si en este punto el suministro de
nutrimentos continúa siendo cada vez más bajo que
el aceptado por el organismo para su adaptación sobreviene
la muerte; sin embargo, aunque en la mayoría de los casos
ese suministro es bajo, no lo es tanto para causar la muerte y el
individuo es capaz de vivir en un estado adaptado a una
ingestión disminuida. A este fenómeno, Ramos
Galván le llamó "homeorresis", en el cual la
mayoría de las funciones están alteradas y tienen
las siguientes características:

Movilización y gasto de energía: El
gasto de energía desciende con rapidez tras la
disminución de la ingesta de sustratos calóricos y
ello explica la reducción de los periodos de juego y
actividad física que se observan y los periodos de
descanso más prolongados y el menor trabajo físico.
Cuando la disminución del gasto de energía no puede
compensar la ingesta insuficiente, las reservas de la grasa
corporal se movilizan y el tejido adiposo y el peso corporal
disminuyen. La masa magra corporal se reduce a una velocidad
menor como consecuencia del catabolismo de las proteínas
del músculo que promueve una mayor liberación de
aminoácidos. Conforme la deficiencia de energía se
vuelve más grave, la grasa subcutánea se reduce en
forma notoria y el catabolismo de proteínas lleva al
desgaste muscular. Las proteínas viscerales se conservan
por un tiempo mayor, en especial en pacientes con
marasmo.

Degradación y síntesis de
proteínas
: La disponibilidad baja de proteínas
dietéticas reduce la síntesis proteica. Las
adaptaciones del organismo permiten conservar las
proteínas estructurales y mantener las funciones
esenciales que dependen de proteínas, esto conduce a
cambios enzimáticos que favorecen la degradación de
la proteína del músculo y la síntesis
hepática de proteína, así como la
movilización de sustratos de energía desde los
depósitos de grasa. Hasta que las proteínas de los
tejidos que no son esenciales se agotan, la pérdida de
proteínas viscerales aumenta y la muerte puede ser
inminente si no se instituye el tratamiento nutricio.

La vida media de las proteínas se incrementa. La
velocidad de síntesis de la albúmina disminuye, hay
un movimiento de albúmina desde las reservas
extravasculares hacia las reservas intravasculares para ayudar a
mantener niveles adecuados de albúmina circulante ante la
disminución de su síntesis. Los mecanismos de
adaptación fallan cuando el agotamiento de
proteínas se vuelve muy grave y la concentración de
las mismas en el suero disminuye. La reducción secundaria
de la presión oncótica intravascular y la fuga de
líquido hacia el espacio extravascular contribuyen a la
formación del edema del kwashiorkor.

Hematología y transporte de
oxígeno
: La disminución de la
concentración de hemoglobina y de masa de eritrocitos que
se observa en casi todos los caos de DPE grave es un
fenómeno de adaptación que se relaciona cuando
menos en parte con los requerimientos de oxígeno por los
tejidos. El decremento de la masa corporal magra y la actividad
física menor de los pacientes con desnutrición
también disminuyen la demanda de oxígeno. El
descenso simultáneo de los aminoácidos de la dieta
resulta de una disminución de la actividad
hematopoyética, que reserva los aminoácidos para la
síntesis de otras proteínas más necesarias.
En tanto los tejidos reciben suficiente oxígeno, esta
respuesta debe considerarse una forma de adaptación y no
una forma "funcional" de anemia. Cuando la síntesis de
tejidos, la masa corporal magra y la actividad física
mejoran con un tratamiento dietético, la demanda de
oxígeno se incrementa y es necesario que la hematopoyesis
se acelere. Si no se cuenta con suficiente hierro, ácido
fólico y vitamina B2 ocurre anemia funcional con hipoxia
tisular secundaria.

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Función cardiovascular y renal: El gasto
cardiaco, la frecuencia cardiaca y la presión arterial
disminuyen y la circulación central cobra mayor
importancia que la circulación periférica. Los
reflejos cardiovasculares se alteran y ocasionan
hipotensión postural y disminución del retorno
venoso. La forma principal de compensación
hemodinámica la constituye la taquicardia y no el aumento
del volumen latido. Tanto el flujo plasmático renal como
la velocidad de filtrado glomerular pueden disminuir a causa del
descenso del gasto cardiaco, aunque al parecer la capacidad de
excretar líquidos y de concentrar y acidificar la orina se
conservan.

Sistema Inmunitario: Los defectos principales que
se observan en la DPE grave parecen afectar los linfocitos T y el
sistema de complemento. El número de linfocitos que se
originan en el timo disminuye en forma intensa y la
glándula se atrofia. Además se observa
depleción de células de las regiones de linfocitos
T en el bazo y los ganglios linfáticos. En de DPE
disminuye la producción de varios componentes del
complemento. Estas deficiencias pueden explicar la gran
susceptibilidad a la sépsis por bacterias gram
negativas.

Estos cambios tienen como consecuencia una mayor
predisposición a las infecciones y a complicaciones
graves.

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Electrolitos: El potasio corporal total disminuye
a causa de la reducción de proteínas musculares y
de la pérdida del potasio del compartimiento intracelular.
La acción baja de la insulina y la disminución de
los sustratos de energía dentro de la c´welula
reducen la disponibilidad de ATP y fosfocreatina. Lo anterior
conduce a una entrada a la célula de Na y agua, con la
consecuente sobrehidratación intracelular.

Función gastrointestinal: La
absorción de lípidos y disacáridos pueden
alterarse y la velocidad de absorción de glucosa disminuir
en la deficiencia de proteínas grave. También puede
observarse menor producción de sustancias
gástricas, pancreáticas y biliares, estos cambios
alteran aún más las funciones de absorción
que se manifiesta con diarrea y quizá también por
la motilidad intestinal irregular y el sobrecrecimiento
bacteriano gastrointestinal. La diarrea incrementa la
malaabsorción y puede agravar más el estado
nutricional.

Sistema nervioso central: Los pacientes que
cursan con DPE a edad temprana pueden presentar
disminución del crecimiento cerebral, de la
mielinización de los nervios, de la producción de
neurotrasmisores y de la velocidad de conducción nerviosa.
Aún no se demuestran en forma clara las implicaciones
funcionales de estas alteraciones a largo plazo y no pueden
correlacionarse con la conducta posterior ni con el nivel de
inteligencia.

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Respuestas Adaptativas:

– Adaptación metabólica para
sobrevivir de manera "compensada".

– Limitación de funciones no
vitales

– Detención de crecimiento y
desarrollo

– Normoglucemia a expensas de
proteínas y grasas

– Reducción de la síntesis de
proteínas viscerales y musculares

– Reducción en la
concentración de la Hemoglobina y Glóbulos
Rojos

– Disminución del flujo
plasmático renal y filtrado glomerular

– Disminución de linfocitos T y
complemento sérico

– Disminución de IgA

– Hipokalemia

– Disminución de secreción
gástrica y pancreática, atrofia de vellosidades
intestinales

– Alteraciones endocrinológicas
(descritas a continuación)

Esquema de mecanismos de
adaptación hormonal en la
desnutrición

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Adaptado de Vásquez, 2001

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Clasificación

Para elaborar el diagnóstico de
desnutrición se requiere analizar la historia alimentaria,
la frecuencia y severidad de las enfermedades previas, reconocer
los signos y síntomas propios de esta enfermedad, medir el
crecimiento y realizar algunas pruebas
bioquímicas.

1.- Clasificación
etiológica:

A) Primaria: Se presenta cuando el aporte de
nutrimentos es inadecuado para cubrir las necesidades y/o
episodios repetidos de diarrea o infecciones de vías
respiratorias. Esta forma primaria de desnutrición es
producto de la pobreza y la ignorancia, en la actualidad se
observa con más frecuencia en regiones o países en
vías de desarrollo y la de origen secundario en
países desarrollados.

B) Secundaria: cuando existe alguna
condición subyacente que conduce a una inadecuada
ingestión, absorción, digestión o
metabolismo de los nutrimentos, generalmente ocasionado por un
proceso patológico como infecciones agudas, sépsis
o problemas crónicos como la diarrea persistente, SIDA,
cardiopatías congénitas, neumopatías,
enfermedad renal avanzada y muchos tipos de
cáncer.

C) Mixta: se presenta cuando están
coexisten las dos causas anteriores, el sinergismo entre ingesta
inadecuada e infección es el ejemplo clásico de
este cuadro y tiene como sustrato metabólico el
desequilibrio entre el mayor gasto de nutrimentos y la necesidad
no satisfecha de los mismos.

2.- Clasificación
clínica:

La DPE es un nombre genérico para un amplio
espectro de estados de deficiencia de proteínas y
energía y son clasificados como: energética,
protéica y energética-protéica.

Las manifestaciones clínicas iniciales son
inespecíficas. Incluyen: reducción en la velocidad
de crecimiento, disminución en la actividad física
y apatía general. Al incrementar el déficit de
proteínas y energía, las manifestaciones primarias
se hacen más evidentes. Sin embargo, sólo cuando la
DPE es grave, los signos y síntomas específicos se
hacen evidentes.

Los términos marasmo, kwashiorkor y
marasmo-kwashiorkor se usan para designar expresiones
clínicas de desnutrición calórico-proteica
avanzada o de tercer grado.

Generalmente la desnutrición de tipo
marasmática se presenta en menores de un año, el
déficit proteico y energético es lento y
progresivo, propia de una desnutrición crónica
dentro de sus manifestaciones clínicas se observa una
marcada hipotrofia muscular e hipotonía, piel seca, pelo
seco fino desprendible y ausencia de panículo adiposo,
etc.

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El Kwashiorkor forma "húmeda" o con edema, es un
proceso más agudo, se presenta más frecuentemente
en la edad preescolar, existe un déficit proteico
importante y en muchas ocasiones su ingesta energética es
adecuada e incluso elevada, en muchos casos es precipitado por
episodios infecciosos en el niño. El edema es el signo
central pero ademas pueden presentar signo de la bandera y una
dermatitis denominada pelagroide, irritabilidad, hígado
graso entre otras manifestaciones clínicas.

La desnutrición marasmo-kwashiorkor anteriormente
conocido como Síndrome Pluricarencial presenta tanto
signos de marasmo como de kwashiorkor.

3- Clasificación por severidad o
intensidad:

La clasificación de Gómez, una de las
más usadas, utiliza el índice peso/edad, que
resulta muy útil para niños menores de cinco
años. La severidad de la desnutrición se reconoce
clínicamente y se clasifica según el déficit
de peso que tengan los niños en relación al peso
con el percentil 50 de los niños de su misma edad. Los
valores pueden ser locales o internacionales, la
desnutrición se clasifica de la siguiente
manera:

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* Los niños que presentan edema
independientemente de su déficit se clasifican como tercer
grado.

Una desventaja de esta clasificación es que nos
permite diferenciar entre un evento agudo y uno crónico,
ni tiene la misma confiabilidad para niños mayores de
cinco años.

La clasificación de Waterloo utiliza el peso,
talla y la edad y los agrupa en dos índices peso/talla
(P/T) y talla/edad (T/E). El P/T indica la presencia de un
déficit de peso con respecto a la estatura actual
(desnutrición presente o emaciación), mientras que
T/E evidencia desnutrición pasada o desmedro. Mediante
esta clasificación se puede saber si la
desnutrición es actual (peso bajo), desnutrición es
pasada (talla/edad baja), o ambas.

De esta manera es posible hacer una distinción
entre los niños que estan muy delgados (emaciados o con
desnutrición aguda), los que son de talla baja (desmedro o
con desnutrición pasada actualmente recuperados), y
aquellos que son delgados y pequeños (emaciación o
con desnutrición crónica agudizada).

El puntaje se determina de acuerdo al siguiente
cuadro:

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4.-Clasificación por el tiempo de
evolución:

De acuerdo al tiempo de evolución podemos
clasificar la desnutrición en un proceso agudo donde
observamos déficit en peso sin deterioro de talla. Los
procesos crónicos manifiestan en forma evidente
déficit en talla y los crónicos agudizados, son
niños con deterioro en talla en donde además se
observa una pérdida de peso importante.

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Diagnóstico

El diagnóstico en la DPE es primordialmente
clínico. Los signos clínicos se clasifican
en:

1) SIGNOS UNIVERSALES.- Son aquellos que siempre
están presentes en los niños desnutridos; su
intensidad dependerá de la magnitud del déficit de
nutrimentos, de la etapa de crecimiento y del tiempo de
evolución y son: dilución, hipofunción y
atrofia, y ocasionan detención de crecimiento y
desarrollo.

2) SIGNOS CIRCUNSTANCIALES.- Su presencia es
circunstancial, pueden o no estar presentes y son
características del tipo de desnutrición ya sea
Marasmo, Kwashiorkor o mixta, como hipotrofia muscular,
hipotonía, edema, lesiones dermatológicas, signo de
la bandera.

3) SIGNOS AGREGADOS.- Son aquellos que se
encuentran presentes en el niño desnutrido solamente y a
consecuencia de diversos procesos patológicos que se
agregan, como insuficiencia respiratoria, fiebre,
deshidratación, etc.

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INDICADORES DEL ESTADO
NUTRICIONAL

  • ANTROPOMETICOS

Las variables antropométricas evalúan y
detectan la malnutrición preexistente al ingreso del
paciente crítico. No obstante, los cambios corporales y la
evolución del estado de hidratación en estos
pacientes invalidan a este grupo de variables como
parámetros de seguimiento nutricional y de
pronóstico en los pacientes críticos.

PESO

Mide de forma simplificada el total de los componentes
corporales. Una pérdida involuntaria de peso superior al
10 % en los últimos seis meses o el rápido
desarrollo de la misma son signos clásicos de
malnutrición cuyo valor no ha sido analizado en los
pacientes críticos.

ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC)

Evalúa la relación entre el peso y la
talla. Índices inferiores a 15 kg/m2 son indicativos de
malnutrición y se asocian con un aumento significativo en
la mortalidad en enfermos quirúrgicos.

La reducción en la tasa de incremento ponderal o
bien el franco decremento en esta medida antropométrica,
precede a la detención del crecimiento estos indicadores
nos permiten situar a la enfermedad en severidad (P/E), tiempo de
evolución (T/E) y pronóstico (P/T).

PESO PARA LA EDAD (P/E)

El P/E se utiliza en los niños y se valora como
el porcentaje del peso esperado o ideal para una edad
determinada. El déficit de peso evalúa tanto la
desnutrición presente como la pasada ya sea debida a un
proceso agudo o crónico.

Monografias.comP/E = PESO
ACTUAL x 100 = % de peso – 100 = % de déficit de
peso

PESO IDEAL

Interpretación: según la
clasificación de Federico Gómez.

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* Bengoa se adhiere a la
clasificación en grados de Gómez y solo introduce
que todos los casos con edema deben ser incluidos en el grado III
de desnutrición.

PESO PARA LA TALLA (P/T)

El peso para la talla P/T ha reemplazado al P/E como
criterio para el diagnostico de desnutrición aguda o
presente. Es muy útil para evaluar el impacto de los
programas de intervención nutricia.

Este cociente indica el estado nutricio actual y permite
detectar casos de desnutrición aguda comparándolo
con gráficas estandarizadas para niños y
adolescente.

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TALLA PARA LA EDAD (T/E)

La T/E cuando se encuentra diminuida es evidencia de una
desnutrición crónica o pasada, no es útil en
los programas de intervención nutricia. Sin embargo, es el
indicador que nos permite diferenciar los procesos
crónicos y pasados de los presentes y agudos y de
ahí su valor en investigación social.

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  • VALORACION GLOBAL
    SUBJETIVA

  • MNA

  • BUIQUIMICOS

Indicativas del estado de las
proteínas musculares

Indice creatinina/altura

Mide el catabolismo muscular. Sus valores
están influenciados por la cantidad y contenido proteico
de la dieta y por la edad. No es un parámetro útil
en la insuficiencia renal. En el paciente crítico el
índice creatinina/altura detecta la malnutrición al
ingreso, pero carece de valor pronóstico o de seguimiento
de forma aislada.

3-Metil-histidina

Es un aminoácido derivado del
metabolismo muscular proteico. Sus valores aumentan en
situaciones de hipercatabolismo y disminuyen en ancianos y en
pacientes desnutridos. En el paciente crítico es un
parámetro de seguimiento nutricional, renutrición y
catabolismo muscular.

Excreción de urea

Es un método habitual de
medición del catabolismo proteico. También estima
la pérdida de creatinina y ácido úrico. Sus
valores presentan variaciones en relación con el volumen
intravascular, el aporte nitrogenado y la función renal.
En el paciente crítico es un índice de la
intensidad de la respuesta metabólica al
estrés.

Balance nitrogenado

Es un buen parámetro de
renutrición en pacientes postoperados con estrés o
desnutrición moderada. En el paciente crítico, no
es válido como parámetro de desnutrición y
seguimiento nutricional, pero sí como índice de
pronóstico nutricional.

Indicativas del estado de las
proteínas viscerales

Albúmina

Es el parámetro bioquímico
más frecuentemente utilizado en la valoración
nutricional. Una reducción significativa de los valores de
albúmina se asocia con un incremento en la
aparición de complicaciones y en la mortalidad. Los
valores de albúmina al ingreso de los pacientes
críticos tienen valor pronóstico. No obstante,
dichos valores son poco sensibles a los cambios agudos7 del
estado nutricional (por la elevada vida media de la
albúmina: 20 dias). La albúmina sérica
tampoco es un buen parámetro de seguimiento nutricional,
aunque sus valores pueden relacionarse con la extensión de
la lesión8.

Prealbúmina

Su vida media corta (2 días), la
convierte en un parámetro de evolución y
seguimiento en el paciente crítico9, habiéndose
apreciado que la prealbúmina es el parámetro
más sensible a los cambios en el estado nutricional . No
obstante, sus valores están interferidos por factores no
relacionados con el estado nutricional: disminuyen en la
infección y en la insuficiencia hepática y aumentan
en el fracaso renal.

Proteína ligada al
retinol

Su vida media corta (12 horas) la convierte
también en un marcador de seguimiento nutricional. Sus
niveles aumentan con la ingesta de vitamina A, disminuyen en la
enfermedad hepática, infección y estrés
grave. Carece de valor en pacientes en insuficiencia
renal.

Transferrina

Presenta una baja sensibilidad y
especificidad cuando se analiza de forma individual. Sus niveles
plasmáticos están aumentados en la anemia
ferropénica y disminuidos en la enfermedad
hepática, sepsis, síndrome de malabsorción y
alteraciones inespecíficas inflamatorias.

El déficit crónico de hierro,
la politransfusión y las alteraciones en la
absorción intestinal, lo invalidan como parámetro
nutricional en el paciente crítico. Su vida media es de
(8-10 días).

Somatomedina

Se trata de un péptido de bajo peso
molecular, cuya síntesis está regulada por la
hormona de crecimiento y el factor I de la insulina. Mide la
intensidad de la respuesta metabólica de la
agresión y es un buen parámetro de seguimiento
nutricional. La complejidad en su determinación y su
elevado coste limitan su uso.

Otras proteinas

La proteína C, alfa-1-antritripsina,
alfa-1-glicoproteina, alfa-2-macroglobulina, la fibronectina, el
fibrinógeno y la haptoglobina, son proteínas
inespecíficas cuyo valor puede encontrarse relacionado con
la intensidad de la respuesta metabólica. No obstante,
pueden alterarse también por un gran número de
situaciones no relacionadas con el estado nutricional.

Colesterol

Un nivel bajo de colesterol sérico
ha sido observado en pacientes desnutridos, con insuficiencia
renal, hepática y síndrome del malabsorción.
La presencia de hipocolesterolemia puede ser indicativa de
malnutrición en los pacientes críticos y se
relaciona con un incremento en la mortalidad.

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Signos de mal
pronóstico

* Edad menor de 6 meses

* Déficit de P/T mayor del 30 % o de
P/E mayor del 40 %

* Estupor o coma

* Infecciones severas
(bronconeumonía, sarampión, etc.)

* Petequias o tendencias
hemorrágicas

* Deshidratación, Alteraciones
electrolíticas, acidosis severa

* Taquicardia o datos de insuf.
Respiratoria o cardíaca

* Proteínas séricas menores a
3 gr/dl

* Anemia severa con datos de
hipoxia

* Ictericia, hiperbilirrubinemia o aumento
de transaminasas

* Lesiones cutáneas eruptivas o
exfoliativas extensas

* Hipoglucemia e hipotermia

Consecuencias a
largo plazo

Hay clara evidencia acerca de la
importancia de la desnutrición como factor predisponente
de un mayor riesgo de enfermar o de morir y como condición
antecedente de una limitación estructural y
funcional.

Durante el estadio agudo de la
desnutrición severa, la aparente mayor susceptibilidad del
niño a contraer enfermedades infecto-contagiosas es sin
duda la consecuencia de mayor trascendencia
clínica.

Con respecto a las potencialidades
somáticas los niños con desnutrición severa
presentan tallas inferiores al promedio para su edad
considerándose estos como "Enanos
Nutricionales".

Los estudios sobre el desarrollo mental
indican que existe una interrelación estrecha entre la
desnutrición y el desarrollo intelectual. Sin embargo,
aún queda por precisar el grado de participación de
la desnutrición en el retraso mental. En años
recientes se ha logrado que lactantes severamente desnutridos
tengan una mejor recuperación en su desarrollo
neurológico, cuando son sistemáticamente
estimulados durante su tratamiento médico
dietético.

El niño desnutrido grave se
deteriora más debido a un desequilibrio
hidroelectrolítico, a trastornos gastrointestinales,
insuficiencia cardiovascular y/o renal y a un déficit de
los mecanismos de defensa contra la infección.

Las alteraciones psicológicas pueden
ser profundas; la anorexia severa, apatía e irritabilidad
hacen que el niño sea difícil de alimentar y
manejar, y son de muy mal pronóstico.

En general, la muerte es secundaria a
bronconeumonía, septicemia por gram negativos, infecciones
graves y falla aguda cardiovascular, hepática y
renal.

Los signos y síntomas de deficiencia
grave de vitaminas y minerales pueden ser importantes en la DPE y
pueden hacerse aparentes durante la rehabilitación
temprana si no se provee un suministro adecuado de estos
nutrimentos. Además, el cuadro clínico puede
complicarse por una deficiencia grave de folatos, tiamina o
niacina y/o una deficiencia aguda de potasio, sodio y magnesio o
por deficiencia crónica de hierro, zinc, cobre y
cromo.

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Tratamiento

Una de las novedades del protocolo de la
OMS es el uso de suplementos de vitaminas y minerales
antioxidantes, terapia que se fundamenta en el papel protector de
algunos micronutrientes contra el estrés oxidativo
asociado con la etiología del kwashiorkor (9)

La influencia de la desnutrición
sobre la efectividad de un suplemento de lactobacilos vivos para
prevenir y curar cuadros de diarrea infantil se estudió
sobre 200 niños entre 6 y 24m de edad, desnutridos (D) o
controles (C) que recibieron a ciegas durante 90 días
leche fermentada con L. Acidofilus y L. Casei (107-108
/ml) (LB) o cantidad equivalente de leche fluida pasteurizada
(L).

En conclusión, la leche fermentada
fue capaz de prevenir la mitad de los episodios en los controles,
pero fue ineficaz en los desnutridos; sin embargo, fue efectiva
para acortar la duración y evitar las Diarreas Prolongadas
con independencia del estado nutricional. Por ende, la
desnutrición afectó los aspectos preventivos de los
lactobacilos que requieren del sistema inmune, pero no los
curativos, eminentemente locales. (12)

Bibliografía

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    energético-protéinica. En: Casanueva E,
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Autor:

Mónica
Hernández

Partes: 1, 2
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