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Aguas del Silala




Enviado por Wilson Mercado



Partes: 1, 2

  1. El problema del
    Agua en Bolivia
  2. Hidrografía
    de Bolivia
  3. Las Relaciones
    Bolivia-Chile
  4. Cronología
    de Sucesos
  5. Situación
    Actual del Conflicto
  6. Defensa
    Jurídica de las Aguas del Silala
  7. Metodología, Conceptos y Marco
    Teórico
  8. Antecedentes
    Históricos y Jurídicos del
    Silala
  9. Compensación por el uso ilegal de las
    aguas del Silala
  10. Conclusiones

I. INTRODUCCIÓN

A. El Problema del Agua en el
Mundo

El agua es uno de los cuerpos más complejos desde
el punto de vista físico químico, ya que es muy
complicado obtenerlo en estado puro y además es el que
presenta un mayor número de anomalías en sus
constantes físicas.

El agua es la fuente misma de toda la vida, sin agua no
hay vida; ya que es la bebida elemental y fuente de
energía, además de ser una necesidad para el
desarrollo de la agricultura y la industria.

El 71% de la superficie de nuestro planeta está
cubierto por océanos; existen aproximadamente 1,4 millones
de kilómetros cúbicos de agua de los cuales el
97,4% es agua de mar o salobre. De la cantidad restante
aproximadamente el 75% está encerrado en casquetes polares
y glaciares. El agua dulce representa aproximadamente 9000
kilómetros cúbicos al año, cantidad
suficiente para cubrir las necesidades fundamentales de toda la
población humana pero lamentablemente la
distribución de este recurso no es uniforme ya que existen
regiones áridas y semi áridas en las cuales existe
un marcado déficit de este elemento.

A través del tiempo se ha percibido una creciente
escasez de este elemento debido al crecimiento poblacional y a la
contaminación ambiental, según datos del Banco
Mundial, aproximadamente 1000 millones de personas en el mundo no
tienen ningún acceso a fuentes de agua aptas para consumo
y aproximadamente 1700 millones de habitantes no tienen
saneamiento adecuado. La solución a esos problemas en
estos tiempos exige inversiones 5 veces mayores a las actuales
debido a los altos costos de regeneración y retratamiento
de las aguas[1]

En un futuro cercano, la escasez de agua podría
ser la causa de nuevos conflictos internacionales, basados en
experiencias de países del Medio Oriente en los cuales se
tienen grandes cantidades de recursos energéticos
(petróleo) y bajas cantidades de recursos hídricos
(agua).

B. El problema del Agua en Bolivia

Uno de los problemas mas graves que enfrenta el
país es la disponibilidad de aguas y la
contaminación de las disponibles para consumo. A
raíz de esta situación se estima que el 80% de las
enfermedades en Bolivia tienen origen en el consumo de aguas
contaminadas. El elevado índice de mortalidad infantil es
el resultado del consumo de aguas insalubres.

En los próximos años, el país
deberá encarar una serie de rigurosos proyectos para
abastecer de agua a las poblaciones, a la agricultura y a las
industrias nacionales, para esto deberá tener la capacidad
técnica y económica de explotar todas sus reservas,
fijando siempre la viabilidad operativa de los mismos.

Bolivia no está libre de involucrarse en
problemas binacionales a causa del agua, debido a que el
país posee elevadas cordilleras de las cuales se generan
los causes fluviales, convirtiéndose estas en áreas
estratégicas y de gran importancia
geopolítica.

En el caso particular con Chile, existe un riesgo de
conflicto por el aprovechamiento de las aguas del Silala, cuyo
origen y control está en manos de Bolivia pero los mayores
intereses de uso residen en el país chileno, que en
determinado momento podría ver que sus intereses
estén siendo afectados y tomar actitudes de fuerza
destinadas a lograr el control total de esta agua, tanto en su
origen como en su uso final.

Chile necesita urgentemente mantener abastecidas de agua
todas sus ciudades ubicadas en el desierto de atacama y tiene
focalizada su atención en el aprovechamiento de las aguas
del Silala ya que esta tiene la característica de ser
limpia y potable, por lo que prácticamente no precisa
tratamientos químicos ni microbiológicos
importantes.

En la actualidad las aguas del Silala no tienen un costo
establecido ni un caudal de uso determinado y que estén
bajo control de las autoridades departamentales del departamento
de Potosí, lo que de hecho constituye una pérdida
de divisas importante para la zona y para la población del
lugar, cuyas condiciones de pobreza son comunes en todo el
departamento.

De igual manera, el desarrollo de la región
potosina depende mucho de esta agua, como es el caso de las
Pampas de Agua de Perdiz, que está ubicada muy cerca de
las aguas del Silala con cuya vertiente podría desarrollar
importantes proyectos agrícolas, ganaderos,
turísticos y eventualmente algunas industrias
regionales.

Hidrografía de Bolivia

En Bolivia hay tres cuencas o vertientes
hidrográficas bien definidas, la Cuenca Amazónica
que es la mas importante y ocupa casi el 50% del territorio; la
Cuenca del Plata y la Cuenca Altiplánica o de los
Lagos.

La Cuenca Amazónica va desde la Cordillera Real a
todo el oriente, siendo sus ríos principales el Madre de
Dios, Beni, Mamoré y el Itenez; todos ellos desembocan en
el Madera que es uno de los afluentes del Amazonas.

La Cuenca del Plata ocupa el sureste del país
desde el departamento de Chuquisaca siendo sus ríos
principales el Paraguay y el Pilcomayo.

La Cuenca Altiplánica es una cuenca cerrada que
forma un eje entre los dos grandes lagos del país; el
Titicaca y el Poopó, el río que los une es el
Desaguadero. Forman parte de este sector los grandes salares, el
de Uyuni y el de Coipasa.

Las Relaciones Bolivia-Chile

Históricamente la política Chilena ha
estado dirigida a aprovecharse de los recursos naturales y
geográficos de Bolivia. Como ejemplos tenemos la
usurpación del Litoral Boliviano en un conflicto originado
por la ambición Chilena de los recursos de Guano y
Salitre; el Tratado de Paz de 1904 con claros vicios del derecho
internacional; el desvío de las aguas de los ríos
Lauca y Mauri, el aprovechamiento de las aguas del Silala y mas
actualmente la remoción de hitos fronterizos y las
incursiones no autorizadas a territorio nacional por parte de
grupos de exploración Chilenos en la intención de
verificar recursos naturales que puedan ser explotados para su
beneficio.

Recientemente, un General del Ejercito Chileno
declaró que las potencias intermedias (incluso
sudamericanas) podían identificar intereses vitales fuera
de sus fronteras, no necesariamente en ultramar, si no en sus
países vecinos, lo cual revela la arraigada
política expansionista chilena hacia Bolivia, Perú
y Argentina desde el inicio mismo de la república lo que
le permitió prácticamente duplicar su territorio
original. Este tipo de declaraciones ponen de manifiesto los
alcances de la Geopolítica Chilena, que no mide las
consecuencias de los conflictos en su afán de cumplir sus
dictados.

A través de los años se ha notado un
permanente desinterés de parte del Estado Chileno por
resolver el centenario problema marítimo que sostiene con
Bolivia, aspecto que es muy notorio en los foros y congresos
internacionales en los cuales Chile evita tratar el tema y cuando
lo hace sostiene que se trata de un problema binacional, cuyo
alcance debe ser resuelto de forma particular entre los dos
países.

A nivel de intercambio comercial se observa un marcado
desequilibrio a favor de Chile, ya que el nivel de desarrollo
tecnológico de sus industrias y el nivel económico
de su población les permite convertirse en uno de los
países exportadores mas importantes de la región,
cuyos productos alcanzan mercados muy importantes como ser
Estados Unidos y Europa, mientras que las exportaciones
Bolivianas son principalmente materias primas con bajo valor
agregado y productos de baja tecnología cuyo ingreso a los
mercados de consumo Chilenos está restringido y sujeto a
ciertos aranceles, barreras comerciales y sanitarias que
dificultan su libre comercialización.

II. DESARROLLO.

A. Ubicación de las Aguas del
Silala[2]

Las fuentes de las aguas del Silala están
ubicadas en el Cantón Quetena, provincia Sur Lipez del
departamento de Potosí, entre los puntos de límite
del tratado de Paz y Amistad firmado en 1904: el Cerro Norte
(Volcán Apagado) Nº 15, cerrito del Silala Nº 16
y el cerro de Inacaliri o del Cajón Nº 17.

Esta es una cuenca volcánica de 41 km2,
despoblada y cubierta con manantiales o bofedales que forman a su
alrededor áreas húmedas cubiertas de
pasto.

Estas áreas húmedas están
esparcidas desde la parte superior de las mesetas (5300 msnm)
hasta la parte inferior (4300 msnm). Las fuentes de las aguas del
Silala están en una hoyada y las vertientes se encuentran
ubicadas a 5 kilómetros de la frontera con Chile,
existiendo por lo menos unas 1000 vertientes que fluyen en
dirección de Este a Oeste llegando a concentrarse todo el
volumen de agua en un cañadón donde se tienen obras
civiles hidráulicas ejecutadas entre 1908 y 1914 por
grupos chilenos.

Las mesetas donde se sitúan las vertientes del
Silala están rodeados por macizos volcánicos
(ubicación entre 22º8" de latitud sur y 68º30"
de longitud oeste del meridiano de Greenwich). Los cerros
volcánicos que conforman la cuenca son: Al Norte el Cerro
Silala Grande y Cerro Negro; al Sureste el Cerro Nacaliri y el
Volcán Apagado; Al Suroeste el Cerro Cahuana.

Orografía: Los macizos volcánicos
tienen alturas superiores a 5000 msnm, la altitud del terreno
donde se encuentra la laguna colorada es 4288 msnm; Las pampas
con bofedales, donde se encuentran mas de 90 manantiales o
vertientes están dispuestos en terrenos de poca pendiente
con alturas de entre 4300 y 4800 msnm.

Precipitación anual: El promedio anual es
de 40 mm/año.

Temperatura: Menor a 5ºC

Evotranspiración: 100 a 200 mm

Fisiografía: Existen fuentes termales con
presencia de fuentes geotérmicas cerca de laguna colorada.
La región es inhóspita. La diferencia de
temperatura entre el día y la noche es de
50ºC.

Hidrografía: No existen trazos de cursos
de aguas naturales, es decir no existe un cauce natural de un
río nacional o internacional. Estudios mas rigurosas han
demostrado que no existe la posibilidad de formación de un
curso de agua permanente o río.

Simplemente existen áreas húmedas o
bofedales aislados unos de otros de las cuales brotan aguas
subterráneas conocidas como vertientes.

El afloramiento de las aguas subterráneas
(manantiales) forman los vertientes con un caudal de 5 a 9
litros/seg.; entre estos bofedales no hay
intercomunicación debido a la diferencia de nivel y a la
baja pendiente del terreno que impide el escurrimiento de los
pocos litros de agua que emanan del subsuelo que por otro lado
debido a su permeabilidad impide la formación de un
riachuelo.

En los Anexos "A" y "B" se observa la relación de
acequias o canales de recolección de aguas construidos por
la compañía Inglesa "The Antofagasta and Bolivian
Railway Company Limited" para transportar las aguas recolectas
hasta el territorio chileno.

Para la recolección de las aguas se tienen
numerosas bocatomas y acequias; 27 Km. de canales revestidos con
mampostería; 2,5 Km. de canales revestidos con
mampostería y hormigón; 17 Km. tubería de 25
cm. de diámetro y 46 Km. de tendido de tubería de
30 cm. de diámetro.

El agua es tratada en el cañadón para
posteriormente ser transportada desde un pequeño estanque
por medio de un canal y dos cañerías (una enterrada
y la otra al aire libre) para luego desembocar en un estanque
ubicado a 20 metros en territorio chileno donde todo el agua es
concentrada y tratada.

Mas abajo, a 8 kilómetros de la frontera existe
una represa en la cual los chilenos cuidan y almacenan las aguas
del Silala para luego ser llevada mediante cañerías
a las ciudades de Calama, Chuquicamata, Antofogasta, Mejillones,
Tocopilla, Cobija y otras poblaciones menores del norte chileno
en la región del desierto de Atacama.

B. Antecedentes del Problema

El 14 de febrero de 1879 el Ejercito chileno
invadió Antofagasta y se dio inicio a la guerra del
Pacífico que enfrentó a los países de
Perú y Bolivia que firmaron una alianza para enfrentarse a
Chile.

Como resultado de la guerra se tuvieron desmembraciones
territoriales de parte de Perú y Bolivia, que fue el mas
afectado ya que perdió su zona Litoral y por consiguiente
su espacio de salida al mar.

El pacto de tregua entre Bolivia y Chile fue firmado el
4 de Abril de 1884 y a partir de esta fecha se crearon una serie
de comisiones bilaterales destinadas a determinar los nuevos
límites y los alcances de las compensaciones. En el tiempo
estos acuerdos fueron sistemáticamente diferidos,
modificados y replanteados por la hábil diplomacia
chilena, contando además con la inefectiva y reactiva
diplomacia boliviana que en muchas situaciones por falta de una
adecuada coordinación a nivel de gobierno no consiguieron
obtener mayores compensaciones y beneficios de parte de Chile,
consiguientemente la mayoría de los tratados resultaron
enteramente favorable a los invasores.

Durante la fase de demarcación final de
límites participaron comisionados ingleses, bolivianos y
chilenos, y ya entonces se pudo percibir la importancia que iba a
tener el agua en la economía y el desarrollo del norte
chileno. En uno de los recorridos al sector del Silala ya se
realizaron algunas excavaciones que permitieron identificar la
riqueza acuífera del sector.

Las locomotoras de la época utilizaban grandes
cantidades de vapor para generar la energía la fuerza de
locomoción, en ese entonces las aguas del río San
Pedro estaban quedando insuficientes para abastecer semejante
cantidad de energía requerida.

En 1900 el Ingles Josias Harding emite un informe a la
compañía inglesa The Antofagasta and Bolivian
Railway Company Limited, en sentido que en el sector boliviano
del Silala existían reservas de agua cuya cantidad era
suficiente para abastecer por completo las necesidades de la
empresa. Este informe dio lugar al inicio de los estudios de
explotación, uso, aprovechamiento de las aguas en el
sector de la estación ferroviaria de San Pedro.

En 1908 la compañía inglesa The
Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited se
adjudicó el uso, aprovechamiento y explotación de
las aguas del Silala. Esta adjudicación estuvo basada en
la ley del 28 de Noviembre de 1906 en la cual se elevó a
rango de ley el "Reglamento de Aguas" promulgado por decreto del
8 de septiembre de 1879.

El artículo 204 de esta ley señala que "En
concesión del aprovechamiento de aguas públicas se
observará el siguiente orden de preferencia":

  • 1. Abastecimiento de Poblaciones

  • 2. Abastecimiento de Ferrocarriles

  • 3. Riegos

  • 4. Canales de Navegación

  • 5. Molinos y otras fábricas; Barcas de
    paso y puentes flotantes

  • 6. Estanque para viveros o criaderos de
    peces

Dentro de esta clase, se dará preferencia a las
empresas de mayor importancia y utilidad, y en igualdad de
circunstancias a las que antes hubiesen solicitado el
aprovechamiento de las aguas.

C. Cronología de
Sucesos[3]

  • Año 1889 La compañía
    Huanchaca forma una sociedad anónima con una
    compañía inglesa denominada "The Antofagasta
    (Chili) and Bolivian railway Company Lmt." Que contiene
    capitales ingleses y chilenos.

Esta compañía pasa a controlar toda la red
de ferrocarriles de Antofagasta a Bolivia incluyendo ramales y
desvíos, además de monopolizar el uso y
aprovechamiento de las aguas en el departamento de Antofagasta y
la concesión de las aguas del Cebollar y
Polapi.

Posteriormente se les otorga los derechos de usos y
aprovechamiento de las aguas del río San Pedro (Afluente
del río Loa), cuyas aguas nacen en las faldas del
volcán San Pedro (50 kilómetros de la frontera con
Bolivia).

  • Año 1904 La firma inglesa "The
    Antofagasta (Chili) and Bolivian railway Company Lmt." Se
    hace cargo de la explotación y administración
    de la compañía ferrocarrilera FCAB y de los
    derechos de exploración, uso y explotación de
    las fuentes de agua en Antofagasta incluyendo los manantiales
    de Palpana, Ujira, Ujira Grande y Puquios.

En la época, por la utilización de las
aguas de los ríos Loa y San Pedro, la empresa era obligada
a dar gratuitamente el 5% del agua distribuida a la
población y el 10% a las poblaciones

Asentadas a lo largo de la ruta. Todos los demás
usuarios estaban obligados a pagar 1,4 pesos chilenos por metro
cúbico comercializado.

  • Año 1906-1907 El gerente de FCAB,
    Hosias Harding es autorizado por el gobierno chileno a
    incursionar en territorio boliviano a objeto de aprovechar
    los numerosos manantiales de donde brotaban de forma natural
    el agua de los acuíferos
    subterráneos.

  • Año 1908 La FCAB solicita a la
    sub-prefectura de Potosí la concesión del uso
    de las aguas subterráneas de las pampas del Siloli o
    Silole. La autoridad boliviana autoriza el 30 de septiembre
    de 1908. El objetivo de la concesión es dotar de agua
    a las locomotoras de vapor y destinar una tercera parte del
    agua al consumo de la población boliviana.

  • Año 1940 El Sr. Pablo Baudain
    establece el 24 de junio, una demanda en La Paz en sentido
    que la FCAB estaba utilizando las aguas concesionadas de las
    vertientes del Silala para la venta de agua potable a la
    población de Antofagasta y para uso industrial de la
    región; que de hecho resultaba contrario a los
    objetivos iniciales de la concesión.

Ese mismo año el Cónsul Boliviano en Chile
confirma la distorsión en el uso de las aguas, resaltando
además el importante volumen de reservas de la
región.

  • Año 1962 Una comisión oficial
    del gobierno Boliviano presidida por el Ing. Augusto Valdivia
    Altamirano viaja a la región del silala y comprueba
    que las aguas de los manantiales y vertientes han sido
    colectadas mediante la construcción de canales. En
    esta oportunidad el Ing. Valdivia indica que se trata de un
    río por basarse en un mapa del IGM en el cual se lee
    "Río Silala" canalizado.

  • Año 1965 Se realiza una nueva
    inspección a la región a cargo de funcionarios
    y técnicos de la Dirección General de
    Límites quienes en su recorrido confunden las aguas
    con un río de curso sucesivo (al ver correr las aguas
    por medio de un canal colector general), estableciendo
    también el volumen de agua traspasada a territorio
    chileno (0,45 Mt3/seg).

  • Año 1997 El periódico
    "Presencia" publica un artículo del Ing. Antonio
    Bazoberry titulado "En la región del Silala no hay
    ningún río", lo cual causa una sorpresa general
    en todos los que sostenían que existía un
    desvío de las Aguas del "río"
    Silala.

  • Año 1997 La Cancillería
    contrata a la firma consultora Gómez García, en
    cuyo informe final se establece que no se ha encontrado
    ningún río en la zona, sino mas bien se tienen
    construcciones y obras civiles para la recolección de
    sus aguas y para su transporte a territorio
    chileno.

D. Situación Actual del
Conflicto[4]

El tema de las aguas del Silala comenzó a tomar
un nuevo curso luego de una denuncia realizada en 1996 obligaba
al estado boliviano a prestar atención a un asunto
olvidado durante 90 años.

Mediante Decreto Supremo Nº 24660 del 20 de Junio
de 1997, se estableció la revocación del uso y
aprovechamiento de las aguas manantiales del Silala que fuese
otorgada mediante escritura pública Nº 48 del 23 de
septiembre de 1908, quedando los señores ministros de
Relaciones Exteriores, de la Presidencia y de Gobierno,
encargados de la ejecución y cumplimiento de este Decreto
Supremo.

La posición chilena es que las aguas del silala
provienen de un río de curso internacional, cuyo nombre
aparece inclusive en el tratado de paz y amistad firmado en 1904
y que sería un error de parte de Bolivia el tocar esas
aguas o licitarlas, pues significaría afectar el normal
aprovisionamiento de agua en las regiones del norte
chileno.

En concepto de Chile, la ley internacional establece que
un curso natural de agua que baña a dos países no
puede ser dispuesto de forma unilateral por uno de ellos y que
este sería un asunto que debería ser tocado en
tribunales internacionales.

La concesión inicial de 1908 establecía la
utilización de las aguas del Silala por parte de la
empresa The Antofagasta and Bolivian Railway Company, por medio
de la cual se autorizaba a canalizar sus vertientes a objeto de
transportarlas a territorio chileno para ser utilizadas en el uso
de las locomotoras a vapor del ferrocarril Antofagasta-La
Paz.

Bolivia jamás obtuvo un retorno por dichos
contratos, que tampoco establecían los montos que
debían ser pagados y luego que las locomotoras a vapor
dejaron de funcionar, las aguas fueron utilizadas para abastecer
el consumo privado de la ciudad de Antofagasta y otras ciudades
norteñas.

El primer trimestre de 1999 se inició una serie
de análisis y consideraciones sobre el uso y
explotación que debería darse a las aguas del
Silala, sin embargo no se tenía una estrategia clara al
respecto.

En marzo de 1999 tanto el Canciller Javier Murillo y el
Ministro de la presidencia Carlos Iturralde confirmaron que
Bolivia no tenía una estrategia definida sobre las aguas
del Silala y que se estaba arrastrando un problema de mas de 90
años de duración durante los cuales existió
un total desinterés de parte de las autoridades bolivianas
para lograr una solución a este problema. Se estima que
Chile se beneficia con mas 6,3 millones de metros cúbicos
de agua al año y que Bolivia deja de percibir mas de 2
millones de dolares anuales por concepto de utilización de
las aguas.

En Septiembre de 1999 el Vicecanciller de Relaciones
Exteriores de Bolivia, Fernando Messmer reiteraba que el Silala
no es un río Internacional, tal como lo afirmaban las
autoridades chilenas, siendo mas bien un manantial que nace y
está en Bolivia, sin embargo ninguno de los países
terminó cediendo posiciones. La posición Boliviana
está sustentada por datos históricos, de justicia y
derecho internacional.

La mayoría de las autoridades bolivianas
sostienen que el problema es un asunto centenario, por lo tanto
no es posible exigir soluciones inmediatas; el tema de las aguas
del Silala ha comprometido a muchos gobiernos y muchas gestiones
de cancillería y los temas de política
internacional deben ser tratados con gran ponderación y no
con apresuramiento o intereses que posibiliten salir a la
palestra política.

En Agosto de 1999 se promulgó el Decreto Supremo
25500 que encomendaba a la Superintendencia de Aguas a licitar
las aguas del Tunari, destinada solamente a empresas
nacionales.

El 5 de Septiembre de 1999 fue aprobado el Decreto
Supremo 25500 que autorizaba a la Superintendencia de Aguas a
realizar la licitación pública nacional para la
utilización de las vertientes del Silala para fines de
comercialización y/o exportación. Por la
ubicación de los manantiales, esta licitación
estaría ajustada al artículo 25 de la
Constitución Política del Estado que
señala:" Dentro de los 50 Km. de las fronteras, los
extranjeros no pueden adquirir ni poseer, por ningún
título, suelo ni subsuelo, directa o indirectamente,
individualmente o en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio
del estado, la propiedad adquirida, excepto en caso de necesidad
nacional declarada por el estado"

Los ingresos estarían destinados en su totalidad
a favorecer el desarrollo socio-económico del departamento
de Potosí.

El 10 de Septiembre de 1999 se realizó la
convocatoria y la venta de pliegos de especificación para
la licitación de las aguas de las vertientes del Silala.
Este pliego constó de 8 capítulos y 4 anexos,
siendo la concesión de las aguas basadas en el proyecto
SIRESE (Ley 1600 del 28 de Octubre de 1994).

La licitación tomaba en consideración las
condiciones legales, administrativas, técnicas,
económicas y recomendaciones para la adjudicación;
siendo el objeto de la licitación: " el otorgamiento de la
concesión para el uso y el aprovechamiento de las aguas de
los manantiales del Silala, en la industrialización,
comercialización interna y/o externa y su transporte
mediante tuberías, canales o envasada en botellones y la
dotación de agua potable".

Los sobres con las propuestas fueron abiertos el 16 de
diciembre de 1999, habiendo existido 15 ofertas, sin embargo el
Comité Cívico Potosino (COMCIPO) mostró
desde un inicio su oposición a esta licitación por
considerarla amañada y corrupta considerando que todo el
proceso estaba dirigido a favorecer los intereses chilenos y que
previamente debía realizarse el pago de mas de 90
años de utilización de las aguas sin ningún
tipo de retorno para el departamento. El Comité
Cívico sostenía además que entre las
empresas licitantes existían capitales extranjeros con lo
cual se estaba violando el artículo 25 de la
Constitución Política del Estado además de
violar la reglamentación de las licitaciones

La posición potosina estaba referida a que
previo, a cualquier licitación internacional, la ex
empresa Anglo-Chilena The Bolivian Railway Company,
debería proceder al pago de más de 100 años
de utilización de las mencionadas aguas sin haber
percibido ningún tipo de compensación en el
tiempo.

La propuesta potosina estaba orientada a la
administración de las vertientes del Silala por parte del
estado Boliviano, a través del departamento de
Potosí, sugiriendo además que cada región
chilena beneficiada merezca un tratamiento
diferenciado.

En este escenario surgió la figura pública
de Milton Lérida (Asesor cívico de las cinco
provincias del sudeste potosino: Daniel Campos; Antonio Quijarro;
Enrique Valdivieso; Nor Lipez; Sur Lipez) quien comenzó a
tomar protagonismo debido a sus numerosas intervenciones en el
parlamento, a los artículos publicados y a
representaciones publicas que realizó en diferentes medios
de comunicación del país. Según sus
estimaciones, el estado perdía anualmente una suma
aproximada de 10 millones de dolares, debido principalmente a la
falta de interés del estado boliviano como resultado de la
falta de una estrategia geopolítica clara.

El 15 de septiembre de 1999 el departamento de
Potosí realizó un paro cívico demandando
entre otros aspectos el resarcimiento por la utilización
de las aguas del Silala y rechazando la nueva propuesta de
licitación.

En la fase de la aprobación de la
licitación, aparecieron una serie de diferencias entre los
gobiernos de Bolivia y Chile, que obligó a la
participación del propio presidente Banzer, quien
tomó parte en el problema declarando que Bolivia no
cedería ante las presiones de Chile de llevar el problema
ante un tribunal internacional ya que el país tiene todos
los respaldos jurídicos que establecen su soberanía
sobre esas vertientes y tiene la suficiente capacidad para
encarar el problema ante tribunales internacionales. La
reacción del presidente Banzer fue inmediata,
comprometiendo su participación directa y firme en caso de
progresar el reclamo chileno.

El gobierno chileno pretendía que el tema del
Silala esté incluido en la agenda de negociaciones
bilaterales, ya que consideraban un tema dificultoso de las
relaciones entre ambos países que se sumaba al reducido
avance en los acuerdos comerciales. Chile sostenía que se
mantiene vigentes los derechos que la empresa del ferrocarril de
Antofagasta a Bolivia tiene como sucesora de los títulos
que le fueron otorgados en 1906, el ministro de relaciones
exteriores chileno Juan Gabriel Valdez manifestaba que su
país recurriría inmediatamente a un tribunal
internacional de mantenerse la controversia que vulnera los
derechos de concesión de las aguas suscrito en
1908.

A criterio del experto Antonio Bazoberry, consultor en
asuntos internacionales, Bolivia no debería ingresar en un
juicio internacional debido a que sería prestarse al juego
chileno en un conflicto de muchos años, del que no
saldría nada claro, mientras que Chile seguiría
usufructuando las aguas.

Entre todas las empresas interesadas solo DUCTEC y Aguas
del Illimani confirmaron su voluntad de continuar en la
licitación; habiendo existido una serie de observaciones
de parte de sectores políticos y cívicos que
refutaban el curso de la licitación debido a que el
proceso había pasado por alto las normas legales de
adjudicación considerando además que ninguna de las
empresas había realizado una oferta mayor a la exigida por
la Superintendencia de Aguas que consistía en 1,2 millones
de dolares anuales. Ambas propuestas fueron analizadas en
detalle, DUCTEC ofertó 46,8 millones de dolares por 40
años de concesión, mientras que Aguas del Illimani
ofertó simplemente 6,6 millones de dolares por el mismo
tiempo de adjudicación.

El 19 de marzo del 2000 se suscribió el acuerdo
definitivo con la empresa DUCTEC (Resolución Nº
SSSB15/2000 de la Superintendencia de Saneamiento Básico),
acordándose que todos los recursos económicos
obtenidos estarían íntegramente dirigidos al
desarrollo de la provincia Sur Lipez en Potosí. A los
pocos días la empresa adjudicada advirtió sobre el
riesgo de que Chile no quiera comprar las mencionadas aguas
movidos por una interferencia del gobierno chileno debido
principalmente a las diferencias históricas que dividen a
Bolivia y Chile.

Según informes oficiales, Chile dio inicio a un
proyecto de desanilización de las aguas marinas para poder
de esta forma prescindir de las aguas del Silala, pese a que en
la fase previa de la adjudicación se había
observado mucho interés de las empresas privadas del norte
chileno pero ahora se observaba una interferencia de parte del
gobierno de Chile.

Varias empresas multinacionales que operan con la
explotación de minas de cobre en el norte chileno
iniciaron un proyecto destinado a la construcción de
plantas desanilizadoras del agua del mar debido, a que desean
evitar el riesgo político y la falta de interés del
gobierno boliviano por vender el recurso a un precio razonable.
Este proyecto está favorecido por la sobreoferta de
energía eléctrica en el norte chileno proveniente
de plantas termoeléctricas que utilizan gas natural
argentino y que facilitan la construcción de las plantas
desanilizadoras.

Paralelamente a la adjudicación, se
estableció una comisión para trabajar en el calculo
científico y jurídico del cobro por la
utilización de las aguas por parte de la empresa
anglo-chilena; este "Cobro Histórico" estaría a
cargo de una comisión interministerial que fue conformada
por el presidente de la república Gral. Hugo Banzer
Suárez y que quedo a cargo del Ministro de Justicia Juan
Antonio Chain. El trabajo de la comisión está
orientado a la ejecución de un estudio jurídico
internacional de forma de poder presentar un proyecto de
reclamo.

A disposición de la comisión están
los órganos técnicos como ser la Superintendencia
de Aguas; La Superintendencia de Minería y el Instituto
Geográfico Militar que son los encargados de dar los datos
elementos técnicos del proceso que deberán
establecer las fechas desde las cuales la empresa Anglo-Chilena
comenzó a utilizar indebidamente las aguas del Silala
teniendo en cuenta que en 1908 se concedió el uso limitado
de esa vertiente. Desde el momento que las locomotoras dejaron de
utilizar el agua de las vertientes, se puede establecer un plazo
para verificar el porque del uso de las aguas para otros fines.
También se establecerá un calculo técnico
sobre el precio del agua en los años en que sucedió
tal uso indebido.

El 20 de Abril del 2000, el superintendente de Aguas
Luis Uzín anunciaba oficialmente la suscripción del
contrato para la explotación de las vertientes del Silala
con la empresa DUCTEC S.R.L., por este concepto el departamento
de Potosí pasará a recibir 1,9 millones de
dólares anuales durante los próximos 40
años, montos que estarán destinados
íntegramente al desarrollo regional de uno de los
departamentos mas pobres de Bolivia. Con la adjudicación
de esos manantiales, la Superintendencia de Aguas da por
concluido su trabajo en el mencionado tema.

El 27 de Abril del 2000, Chile anunciaba oficialmente su
desconocimiento al contrato de concesión de las aguas del
Silala, por entender que el mencionado recurso hídrico
debería ser compartido por ambas naciones, en una
declaración oficial del Ministerio de Relaciones
Exteriores se manifiesta que el contrato desconoce los derechos
de Chile sobre las aguas del Silala y por ese motivo cualquier
contrato afecta el derecho de su país. La posición
chilena fue expresada en notas dirigidas al gobierno boliviano en
fechas 20 de mayo, 15 de septiembre, 14 de octubre, 3 de
diciembre de 1999 y es la misma posición que se mantiene
ahora.

A raíz de este problema se emitió
oficialmente una invitación al gobierno boliviano para
entablar un dialogo. El Presidente Chileno Ricardo Lagos
expresó que cree firmemente en la posibilidad de reanudar
relaciones diplomáticas con Bolivia antes de la
culminación de su periodo constitucional el año
2006. El gobierno del Chile analizará el tema de las
relaciones diplomáticas con Bolivia en el marco del
consejo asesor de política exterior, que es un organismo
integrado por ex cancilleres, ex embajadores, académicos y
expertos en el área.

La ministra chilena de Relaciones Exteriores Soledad
Alvear manifestaba que las discrepancias con Bolivia significaban
una dificultad importante para el dialogo que su país
pretende impulsar con Bolivia.

Como respuesta el 28 de Abril, el Canciller boliviano
Javier Murillo rechazaba las objeciones de Chile al contrato del
Silala y manifestaba su pleno respaldo al superintendente Luis
Uzin en su defensa del derecho boliviano a explotar sus aguas por
encima de cualquier reclamo chileno, ya que la concesión
de las aguas a la empresa The Antofagasta Chile and Bolivian
Railway Ltd. Fue revocada el 15 de mayo de 1997 y se dio paso a
la última licitación ganada por DUCTEC.

Ambos gobiernos expresan sus deseos de que las
relaciones binacionales no se vean afectadas por estos sucesos
tomando en cuenta las agendas de dialogo que existen entre ambos
países.

E. Defensa Jurídica de las Aguas del
Silala
[5]

En toda su historia republicana, Bolivia ha demostrado
siempre poco interés en la importancia y en la
protección de sus recursos hídricos, ya que en el
tiempo no han existido políticas de estado dirigidas a
preservar las aguas de las vertientes, lagos, ríos y
cuencas que nacen en los sistemas de las montañas en el
territorio boliviano.

Por el contrario, Chile siempre ha demostrado
interés en la riqueza hídrica boliviana debido a la
escasez de agua en sus territorios desérticos del norte,
por lo que de manera sigilosa e ilegal ha venido usufructuando
nuestras aguas como acontece en el caso de las vertientes del
Silala que merced a una serie de obras realizadas dentro del
territorio boliviano, sirven para abastecer de agua a varias
poblaciones del norte chileno, sin recibir a cambio ninguna
retribución económica que permita compensar en
parte la explotación del recurso y favorezca a desarrollar
la región proveedora.

El tema de la explotación de las aguas del Silala
tiene un descuido de mas de 90 años, ya que no existe
ningún convenio legal para que Chile recoja las aguas de
los bofedales, por este motivo surge la necesidad de establecer
bases jurídicas nacionales e internacionales que permitan
internacionalizar la defensa legal de los mencionados recursos ya
que por una parte la concesión otorgada por el Prefecto de
Potosí en 1908 a la empresa de Ferrocarriles es nula de
todo derecho ya que no existe un contrato avalado de parte del
gobierno central que avale la utilización de las aguas tal
cual establecen los procedimientos cuando se trata de aguas
internacionales, y por otro lado, nunca existió convenio
bilateral de gobierno a gobierno.

1. Metodología, Conceptos y Marco
Teórico

En 1908 se suscribió el acuerdo entre el prefecto
de Potosí y la empresa inglesa The Antofagasta and
Bolivian Railway Company Limited para el aprovechamiento de las
aguas del Silala para el aprovisionamiento de las locomotoras a
vapor.

De manera unilateral, Chile procedió a la
construcción de depósitos de agua con
hormigón armado dentro de territorio boliviano para
desviar el curso natural de las aguas a través de canales
construidos para tal fin, que en la actualidad abastecen varias
poblaciones del norte chileno como ser Antofagasta, Mejillones,
Tocopilla, Calama y Chuquicamata.

Existen varios ejemplos de usurpación de aguas
bolivianas por parte de Chile, como ya aconteció con el
desvió de las aguas de los ríos Lauca y Mauri y el
actual tema en conflicto, de las aguas del Silala cuya
importancia radica principalmente en que estas son aguas dulces y
potables.

En la actualidad Chile usufructúa el 100% de las
aguas del Silala, que de hecho ya contravienen las normas
internacionales y está fuera de todo marco legal por lo
que resulta imperioso actualizar las políticas de
protección de los recursos nacionales y la propia
protección de la soberanía.

Como base de defensa se plantea la siguiente
hipótesis: " El Estado Boliviano debe adoptar
políticas, medios jurídicos y diplomáticos
con el objeto de resguardar la soberanía nacional y
efectivizar la compensación real por el uso y
aprovechamiento ilegal de las aguas del Silala, en beneficio de
las poblaciones de la región de Sur Lipez. Puesto que
actualmente el Silala abastece de agua potable a varias
poblaciones del norte chileno, mientras que los pobladores de la
región boliviana del silala atraviesan una crisis
económica y social debido a la carencia de
agua".

A Bolivia le asiste la potestad de disponer y aprovechar
sus recursos naturales dentro de su territorio.

El agua es muy importante y vital para la vida de las
personas y el desarrollo de los pueblos; antiguamente las guerras
se originaban por el dominio del oro, plata y petróleo, se
prevé que las próximas guerras ocurrirán por
el dominio de las reservas de agua.

Según la definición jurídica,
río es toda corriente de agua que desemboca en otro
rió o en el mar, siendo nacionales si se encuentran
integralmente en el territorio de un solo estado, perteneciendo
jurídicamente al mismo, en completa soberanía y
propiedad; su uso está restringido por la ley interna del
estado y está fuera del derecho internacional.

Los ríos internacionales son aquellos que separan
o atraviesan el territorio de uno o mas estados. Las cuencas se
definen como el territorio cuyas aguas fluyen todas a un mismo
rió, lago o mar. Desde el punto de vista jurídico
implica los elementos constituidos por un rió, sus
afluentes y las aguas subterráneas del sistema.

Cuando los ríos son considerados internacionales
se presentan tres problemas jurídicos que son los
referidos a la Soberanía, la Navegación y la
Utilización de sus aguas para generar energía,
riego y otros usos domésticos e industriales.

Bolivia, por su posición geográfica posee
muchas cuencas internacionales, por lo que el manejo
jurídico de su explotación debe ser conducido con
mucho criterio.

Los Estados que comparten aguas internacionales
contiguas tienen entre sí, una dependencia física
que implica no ejercer el derecho exclusivo por ningún
lado. En la declaración de Asunción (1971) aprobada
por los Cancilleres de los países de la Cuenca del Plata
se establece que en los ríos internacionales de curso
sucesivo, no siendo la soberanía compartida, cada estado
puede aprovechar las aguas en razón de sus necesidades
siempre y cuando no cause perjuicio sensible al otro estado de la
cuenca.

El concepto de perjuicio sensible se centra que los
daños producidos por una obra de ingeniería
hidráulica sean graves. El derecho prohíbe la
modificación del curso del rió, de su caudal, del
volumen de aguas o de su calidad en la medida que se cause
perjuicio sensible.

En el caso de las aguas del Silala, se ha causado un
perjuicio sensible dado que se ha desviado el curso natural de su
agua, cual era el de sumergirse en el bofedal creando condiciones
de humedad para mantener la flora de la zona. El perjuicio es que
ha disminuido considerablemente la flora y la fauna de la zona y
no existe agua para implementar proyectos de desarrollo en la
zona y llevar adelante asentamientos humanos.

2. Recursos Naturales de la Región de los
Lípez y del Silala

Partes: 1, 2

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