Pobreza y desigualdades sociales: Un debate obligatorio en salud oral
- Introduccion
Protocolo de manejo. ¿Como manejan la odontología
y la medicina las desigualdades sociales?
La odontología como práctica que fomenta las
desigualdades sociales
Propuestas de la salud oral para la salúd
pública: Limites del flúor y de los programas
educativos- Dos mitos de la odontología: Los tratamientos
odontológicos son costosos y prevención v/s
tratamiento - El sesgo de la balanza es claro
Referencias
Resumen: Las reformas al sector
salud de las
últimas décadas en Latinoamérica están fomentando la
privatización de los servicios
siguiendo principios de
corte liberal. A diferencia de un sistema de
medicina
social, en sistemas privados
el acceso de las personas a los servicios depende de la capacidad
adquisitiva y su énfasis es más terapéutico
que preventivo. El resultado es que personas con más
recursos tienen
menos riesgo de
enfermar y de que sus enfermedades se agraven. De
otro lado, quienes viven en la pobreza no
solamente son más vulnerables a padecer enfermedades, sino
que tienen menos acceso a los servicios de salud y, al no recibir
tratamientos adecuados y oportunos, sus enfermedades se agravan.
Esta situación es peor aún en temas de salud oral,
donde se requiere un debate con la
bioética como interlocutora para proponer
sistemas de equidad.
Palabras clave: salud oral, pobreza,
desigualdad, bioética
Abstract: Latinamerican last decades' health
reforms have encouraged liberal principles where access to
services depend on purchasing power, and where emphasis is placed
more on therapeutics than on prevention. Therefore, people with
high income present less sickness risks while those with low
income are more vulnerable to illness due to their poor access to health
services. This situation is even worse in oral health issues;
that's why bioethics is urgently required to act as speaker in a
debate on equity.
Key words: oral health, poverty, inequality,
bioethics
Resumo: As reformas
do setor saúde das últimas décadas na
América
Latina estão fomentando a privatização
dos serviços, seguindo princípios de cunho liberal.
Diferentemente de um sistema de medicina
social, em sistemas privados, o acesso das pessoas aos
serviços depende da capacidade de aquisiçãoe
sua ênfase é mais terapêutica que preventiva.
O resultado é que as pessoas com mais recursos tem menos
risco de ficarem doentes e de que suas enfermidades se agravem.
Por outro lado, as pessoas que vivem na pobreza, não
somente são mais vulneráveis em sofrer
enfermidades, mas também têm menos acesso aos
serviços de saúde e, ao não receber
tratamentos adequados e oportunos, suas enfermidades se agravam
com o tempo. Esta situação se encontra agravada em
temas de saúde oral, onde se exige um debate com a
bioética como interlocutora para propor sistemas de
equidade.
Palavras chave: saúde oral, pobreza, desigualdade
social, bioética
Los niveles de pobreza de la región
latinoamericana, históricamente alarmantes,
continúan en aumento en vez de disminuir. En 1980, 41% de
los latinoamericanos vivían en condiciones de pobreza. En
2002, el porcentaje de pobres ya alcanzaba el 44%, 221 millones
de personas; 97 millones de ellos (19,4% de la población) viviendo en la pobreza extrema o
la indigencia(1). Tales niveles de pobreza están asociados
a la inmensa desigualdad
social de la región, la mayor del mundo. Desigualdad
social significa que minorías ricas concentran la
mayoría de los recursos del país, mientras que la
gran mayoría tiene muy poco. Para disminuir estas
desigualdades se requiere, lógicamente, de medidas
distributivas que otorguen más ingresos a los
pobres y menos a los ricos. Desafortunadamente, en la
región latinoamericana los ricos no sólo concentran
más recursos sino que reciben proporcionalmente más
ingresos que los pobres y, como resultado, se observa que no
sólo la pobreza sino también la brecha entre ricos
y pobres se ha incrementado en las últimas
décadas.
¿Cuál es la relación entre
desigualdades sociales y salud? La salud es un proceso
complejo, representado por una interdependencia entre factores
individuales y sociales y que, por tanto, los procesos
salud-enfermedad no dependen exclusivamente de las personas, sino
de las interacciones entre la persona y su
entorno. Éste favorece la aparición de enfermedades
y dificulta o facilita que la persona enferma reciba tratamientos
adecuados, controle su enfermedad y se recupere. Personas con
más recursos y mejores condiciones de vida tienen menos
posibilidades de enfermarse y, en contraste, personas con menos
recursos y peores condiciones de vida tienen más
posibilidades de enfermarse. Los sistemas de salud y las políticas
públicas sociales influyen sustancialmente en este
vínculo entre desigualdades sociales y salud. Si destinan
más recursos y servicios a los pobres, se pueden compensar
los efectos de la pobreza y disminuir las desigualdades sociales.
Por otro lado, cuando los sistemas de salud y las
políticas públicas disminuyen subsidios sociales y
crean barreras económicas para el acceso a los servicios
de salud, aumentan las desigualdades sociales.
Los sistemas de salud que prestan especial atención a la relación entre
condiciones de vida y salud enfatizan los programas y
servicios de promoción y prevención, promueven
medidas de saneamiento básico y desarrollo
comunitario, y priorizan el tratamiento en un sistema
interconectado de servicios con varios niveles de atención
según la complejidad de la enfermedad. Este tipo de
sistemas, basado en las necesidades de las personas y las
comunidades, tienen una gran trayectoria académica y
práctica en la región latinoamericana, con varias
vertientes de un movimiento
conocido como medicina social, medicina comunitaria o medicina
colectiva(2). Por lo general, la medicina social se basa
en sistemas públicos de salud, los cuales, mediante
recolección de impuestos,
ofrecen acceso igualitario a servicios de prevención,
promoción, tratamiento y rehabilitación en salud a
toda la población. Su nacimiento se debe a los sistemas de
bienestar social europeos, pero se desarrollaron como un
movimiento social latinoamericano desde la década de los
setenta, oponiéndose a las muchas dictaduras de la
región y a gobiernos elegidos por voto popular que han
fomentado las desigualdades sociales e impactado negativamente en
la salud de la población debido a manejos
económicos y políticas públicas
inadecuadas(2).
En el otro extremo se encuentran sistemas que podríamos
denominar como "basados en el mercado" o "de
pensamiento
liberal", los cuales consideran que los servicios de salud deben
concebirse como mercancías de consumo
privado, es decir, basadas en las leyes de la
oferta y la
demanda. Por
lo tanto, responsabilizan a cada persona por sus cuidados y
situación de salud y por la búsqueda de servicios
para su tratamiento. Este tipo de sistemas, basado en los
mercados, no
contempla respuestas frente a los factores sociales de los
procesos salud-enfermedad ni reconoce necesidades
específicas en salud de poblaciones más vulnerables
a las enfermedades; por el contrario, refleja y afianza
desigualdades sociales de raza, género y
condición socioeconómica(3).
En la región latinoamericana las reformas del sector salud
de las últimas décadas -siguiendo las
políticas y presiones de organismos financieros
internacionales, en especial del Banco Mundial–
están desmantelando los sistemas públicos de salud
y fomentando la privatización de los servicios. Estas
reformas -que siguen principios de pensamiento liberal (ahora
revitalizado en el modelo
conocido como neoliberal)- han traído resultados muy
negativos a la región, con varios países mostrando
retrocesos significativos en indicadores de
salud
pública (4,5). El informe del
Banco Mundial
de 1993 "Invirtiendo en salud"(6) abrió la
posibilidad de que el modelo de salud privatizante de los
Estados
Unidos, conocido como atención gerenciada (managed
care), fuera exportado a la región latinoamericana, una
vez que las compañías multinacionales de seguros en salud
vieron que su mercado en ese país se había saturado
(7,8).
Ante este panorama de pobreza, desigualdades sociales y
sistemas de salud surgen varias preguntas para la
profesión odontológica/estomatológica.
¿Cuál ha sido el aporte de la odontología
frente a este panorama de pobreza y desigualdad social en
Latinoamérica y el Caribe? ¿Cuáles son las
respuestas que la profesión ha brindado frente a esta
realidad y cuáles son las estrategias que
planean para enfrentar este panorama? ¿Cómo la
tradición odontológica ve este debate entre
medicina social y medicina basada en los mercados? En este
ensayo,
más que traer respuestas a estas preguntas, pretendo
plantear algunos puntos de discusión que espero nos
permitan implementar y desarrollar líneas de
reflexión e investigación, y comenzar a generar
respuestas frente a la alarmante situación de pobreza y
desigualdad social, y a la grave situación de salud oral
de la mayoría de la población latinoamericana y
caribeña.
Debo aclarar que cuando hablo de "odontología" no me
refiero exclusivamente a sus practicantes, sino a una actividad
construida históricamente y de la cual hacen parte sus
practicantes (profesionales de la odontología), la
población en general, los gobiernos -a través de
sus leyes y programas sociales en salud- y los mercados
nacionales e internacionales, representados por seguros privados
y por compañías farmacéuticas,
cosméticas, biotecnológicas y de materiales
dentales. Por tanto, este ensayo pretende que redimensionemos la
profesión odontológica como esta amalgama de
actores y acciones que
interactúan en un momento histórico en el que
compiten dos paradigmas en
salud en la región latinoamericana: salud como derecho
humano fundamental y universal de la vertiente de la medicina
social, y salud como mercancía individual de consumo y
supeditada a las leyes del mercado de la vertiente
liberal.
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