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Costa Rica. El sindicalismo bananero del Pacífico Sur en la década del 60



Partes: 1, 2

  1. Lucha
    obrera y organizaciones precedentes
  2. La
    primera convención colectiva de
    trabajo
  3. Bibliografía

Lucha obrera y
organizaciones precedentes

El surgimiento del enclave en el Pacífico sur
nació, a diferencia del de la zona atlántica,
cuando la United Fruit Co ( UFCo.) culmina una fase de
concentración monopolista de tipo vertical; "de tal manera
que en 1930 ya sólo quedaba otra compañía
bananera importante en el mercado mundial" (Ellis, F. 1983: 43).
A pesar de esto, los contratos leyes de 1930, 1934 y de 1938 solo
difieren del contrato original, de 1884, en cuanto que la frutera
no recibió gratuitamente tierras para la producción
de banano; aunque3 sí todas las demás concesiones
para el tendido de ferrocarriles, electricidad, carreteras y
puertos. De igual manera, salvo la prórroga por 20
años al impuesto de exportación de dos centavos por
racimo, quedó exonerada de todo otro tipo de cargas
tributarias hasta el año 1988. (Ellis, F.
1983:61).

La apropiación de tierras en el litoral del
Pacífico, a partir de 1926, mediante las empresas
subsidiarias de la UFCO., la Chiriquí Land Co. que
compró 6.000 Has. en 1927 en el Valle del Coto y la Gulf
of Dulce Land Co. que adquirió en el mismo año
grandes concesiones del gobierno, fue el paso inicial para la
apertura en el país de otra importante zona de
producción capitalista. No obstante, el carácter
monopolista de la UFCO impuso un tipo de relaciones productivas,
comerciales y financieras con la economía nacional,
articulándola aún más con el capitalismo
mundial y en condiciones subordinadas al imperialismo
norteamericano, con influencia directa en el comportamiento
político de la clase dominante y en el carácter
dependiente del Estado. (Carcanholo, R. 1966:48)

Efectivamente, las nuevas contrataciones bananeras se
producen en un momento de transición de la economía
agroexportadora hacia el desarrollo de las relaciones burguesas
en la producción nacional. En cuanto este proceso
podría generar contradicciones con el "modelo
oligárquico dependiente de desarrollo capitalista", las
contrataciones bananeras venían a apuntalar las posiciones
de esta fracción burguesa debilitada por la
depresión mundial; circunstancia que ayudaría a
explicar las onerosas concesiones otorgadas al monopolio frutero
en los contratos mencionados.

Entre 1937 y 1939 la UFCo puso en producción las
divisiones bananeras de Quepos, Golfito y Puerto González
Víquez: cada división formada por 4 distritos y
éstos por 8 fincas identificadas con nombres de
árboles, animales, provincias del país o numerales.
De ese modo generó el proceso el proceso de
extensión de las formas mercantiles y capitalistas en gran
parte de la región del Pacífico Sur; una modalidad
de enclave que tuvo un efecto similar al del Atlántico,
cincuenta años atrás, en cuanto a su incapacidad
para impulsar el crecimiento del mercado interno. (Torres R., E.
1973: 98).

En esa estructura económica produjo efectos, como
la concentración de la propiedad agraria, la
absorción de la producción bananera organizada por
productores nacionales desde 1929, y el desplazamiento hacia
zonas marginales de la población indígena Brunca,
Cotos y Guaimyes. El enclave puso haber estimulado algunos ciclos
agrícolas de subsistencia y de comercio local al ser un
centro de intercambios, particularmente por el importante
poblamiento previo al establecimiento de la frutera, la
inmigración de trabajadores al lugar y la escasa
producción bananera durante el período de la
Segunda Guerra Mundial. El volumen de producción y
exportación de banano cobrará importancia sobre
todo a partir de 1945. (Carcanholo, R. 1978: 175).

El inicio de operaciones de la Compañía se
desarrolló con abundante empleo de fuerza de trabajo. "Se
trata de un trabajador cuya oferta de trabajo es libre y cuyo
exclusivo medio de pago es el salario en efectivo. Es una forma
de organización agrícola que corresponde a un nivel
superior de desarrollo capitalista con respecto al de la
hacienda, y por ese carácter la plantación
actúa como un agente de cambio social y cultural con
efectos diferentes. Uno de ellos es la formación de nuevos
grupos sociales: el obrero agrícola en las plantaciones y
el trabajador industrial en los ferrocarriles, instalaciones
fabriles y puertos". (Torres, R. E. 1973: 106)

Varios factores determinaron la formación del
proletariado agrícola en el momento de la apertura de las
plantaciones. La concentración de la propiedad agraria, el
mejoramiento técnico de la producción y el
monopolio del capital bancario privado en la economía de
exportación actuaban en conjunto sobre un proceso
disolvente de la propiedad pequeño campesina, que se
acentuó durante la crisis de 1929-1933. La
depresión desestimuló, igualmente las actividades
agrarias y manufactureras con efectos sobre la ocupación,
fenómeno que se agravó con la reducción de
la actividad bananera en el Atlántico y su paulatino
abandono luego de la firma de los contratos de 1930 y 1934. En
tales condiciones, el inicio de los trabajos en la nueva zona
bananera, se convirtió en un polo de atracción que
fomentó la inmigración de población desde el
interior del país. Así, la zona sur de la provincia
de Puntarenas triplicó sus habitantes entre 1927 y 1950
(Fernández, M. y otros 1975:83) y ya en 1946 la UFCo
empleaba a 14.856 obreros y trabajadores. (Carcanholo R., 1978;
182).

Desde el punto de vista de la organización
empresarial, las condiciones técnicas de
producción, la explotación salarial y la
división del trabajo estimularon la cohesión e
interdependencia de los trabajadores y las luchas por la
reivindicación del salario. "La masa de ganancia realizada
por el monopolio fue mayor en la situación de enclave, por
la debilidad y desorganización de la fuerza de trabajo
asalariada (sobre todo inicialmente). Por el hecho de que el
nivel de salarios fuera proporcionalmente el más alto del
país, se ha perdido de vista la tasa de explotación
a que fue sometida…Contribuyó sustancialmente a
producir esos efectos, la existencia de un sector de mercado
interno asentado en relaciones precapitalistas y mercantiles,
cuya producción de alimentos y otros bienes primarios
quedó articulada al sector de las plantaciones
capitalistas, proveyendo así el mantenimiento y la
reproducción de una fuerza de trabajo barata". (Torres R.,
E. 1973: 173)

Por otra parte, en el nivel ideológico el
proletariado bananero del Pacífico se encontrará
desde su formación misma, en condiciones más
avanzadas para enfrentar la explotación. En junio de 1931
había sido fundado el Partido Comunista y desde su
creación se vinculó a los trabajadores en una
línea de masas que ayudó a la formación de
un movimiento sindical clasista (Posas A., Mario: 1981:23) y al
esclarecimiento del nivel político de la lucha de clases.
La actividad del Partido con el proletariado del Atlántico
en la huelga de agosto-setiembre de 1934 fortaleció la
influencia de sus tesis políticas, sindicales y
antiimperi9alistas entre los obreros bananeros.

La experiencia de las luchas obreras contra el monopolio
de la frutera en el Atlántico, se expresó
directamente en los Artículos Nos. 2, 3 y 4 del contrato
ley del 10 de diciembre de 1934. La UFCo se comprometió a
instalar botiquines en los centros de trabajo, dar
atención hospitalaria gratuita a los obreros, mantener
precios no especulativos en los comisariatos y a acatar la
prohibición de hacer descuentos en los vales con que se
pagaban los salarios. (Cassey, J. 1979:57).

En el mismo sentido actuó la intensa
agitación sindical y social de toda esta década, la
cual influyó en la aprobación de una
legislación favorable a la fijación de salarios
mínimos y su revisión periódica a
través de las Comisiones Cantonales; la aceptación
de hecho, del derecho de organización sindical, y la
fusión del movimiento obrero con otros sectores sociales
en las jornadas patrióticas y nacionalistas contra los
contratos eléctricos, aéreos y bananeros. La
inmigración de trabajadores desplazados por la
compañía en el Atlántico hacia las nuevas
zonas bananeras, ayudó a la configuración de una
conciencia proletaria. De manera que, desde sus primeras luchas,
los trabajadores forjaron un movimiento ligado a la historia
obrera y popular, y a partir de 1930 se desarrolló
según las condiciones particulares de la plantación
bananera y el Pacífico Sur del país. En marzo,
abril y mayo de 1939, Carmen Lyra publicó en el
periódico Trabajo, con el pseudónimo Antares, el
cuento "Hace un año que Juan Cortés abandonó
Quepos", un relato sobre las condiciones de explotación en
las nuevas plantaciones. Asimismo, Fabián Dobles
publicó en el mismo medio "El Gato con Zapatos", otro
cuento con similar intención social y
política.

En el período 1939-1949 se producen en la zona
cuatro huelgas bananeras. Una, dirigida por los sindicatos
afiliados a la Confederación Costarricense de Trabajadores
"Rerum Novarum", otra asesorada y conducida por la
Confederación de trabajadores de Costa Rica, CTCR y dos
por sindicatos independientes o no confederados. Las huelgas de
1943 y 1949 a afectaron a toda la división bananera. En el
lapso 943-1948 la CTCR organizó 12 sindicatos ubicados en
Quepos, Parrita, Puerto Cortés, Golfito y Puerto
González Víquez; de manera que,
históricamente el sindicalismo clasista arraigó en
el proletariado de la plantación con carácter
mayoritario, a pesar del divisionismo sindical institucionalizado
en el Código de Trabajo desde 1943.

Ilegalizada la CTCR en 1951, la CTRN conservo cierta
hegemonía a través de la Federación de
Trabajadores Bananeros (FETRABA), pero contrarrestada desde 1949
con el surgimiento de sindicatos Independientes de
orientación clasista, coordinados por la Unión de
Trabajadores "Carmen Lyra" y la Comisión Obrera Sindical.
En el Pacífico bananero ambas organizaciones influyeron
para la constitución en 1952 de la Federación de
Obreros Bananeros y Anexos (FOBA). Entre 1953 y 1960
repuntó la agitación laboral y la
organización sindical con el resultado de 4 huelgas
generales y 16 interrupciones parciales, los cuales, al calor de
la crisis de 1957-1959 y de la influencia de la Revolución
Cubana impulsaron con altibajos y movimiento unitario de lucha
entre ambas confederaciones. Esa actitud propició,
después de la huelga por el aguinaldo de 1959-1960 la
constitución de la Federación Única de
Trabajadores Bananeros del Pacífico Sur (FUTRA) creada en
febrero de 1960. (Abarca V., 1978: )

En resumen, los rasgos significativos del movimiento
obrero bananero en el período 19940-1960 fueron los
siguientes:

  • 1) El nacimiento de la organización
    sindical como reacción colectiva frente a la
    explotación salarial, órgano de defensa de la
    libertad sindical y de reivindicación de los intereses
    del movimiento obrero regional y nacional.

  • 2) La vinculación del proletariado
    bananero a las luchas políticas generales de obreros,
    artesanos, campesinos y de otros sectores
    antioligárquicos que se desarrollaron en la
    década del 40. En particular, las luchas por las
    reformas laborales, sociales, tributarias, agrarias y
    antifascistas del período y su desenlace en las luchas
    militares de 1948.

  • 3) La consecución de un conjunto de
    leyes, específicamente producto de las luchas de este
    sector obrero. La "Ley Juárez" o la ley contra
    accidentes de trabajo en las labores agrícolas
    bananeras. El derecho a la huelga en los servicios
    públicos –así considerada la
    plantación, en el Código de Trabajo-; la ley
    del aguinaldo para los obreros de la plantación. Cada
    uno de esos derechos fue resultado de las huelgas de 943,
    1954 y 1959, respectivamente.

  • 4) La derrota parcial del divisionismo sindical
    a raíz del debilitamiento de los sindicatos pro
    patronales, estatales y de los vinculados con el Partido
    Liberación y el capital monopolista que actuaban en
    las plantaciones del Pacífico. Este rasgo es
    importante, debido dada la ofensiva sindical que lanzó
    el Departamento de Estado norteamericano y el Instituto
    Latinoamericano para al Desarrollo del Sindicalismo Libre
    desde Honduras y Panamá, en el contexto de la Guerra
    Fría. Se trata de los sindicatos SITRACOBA (1964)
    SITRASUR (1966) SITRABUNI (1970) y SITRADIQUE (1975)
    (Selligson, M. 1980:105-108).

  • 5)  El nexo entre las reivindicaciones obreras
    y las luchas campesinas y antimonopolistas como elemento
    táctico de las luchas sindicales del Pacifico. Este
    vínculo, históricamente desarrollado en las
    plantaciones bananeras, elevó cualitativamente la
    conciencia social de los sectores populares, en
    proyección de las alianzas necesarias en perspectiva
    anticapitalista.

La primera
convención colectiva de trabajo

  • A. EL MOVIMINENTO SINDICAL EN EL NUEVO
    CONTEXTO MONOPOLISTA

Al crearse la
FUTRA en febrero de 1960, se declaró como una
federación sindical antiimperialista,
antioligárquica y clasista y se mantuvo como el principal
contrapeso al sindicalismo bananero "democrático",
tutelado por el Partido Liberación entre 1960 y 1964. El
gobierno se propuso impedir su reconocimiento legal,
acusándola, junto con las ligas campesinas, de ser
organizaciones políticas a través de las cuales
actuaba el Partido Vanguardia Popular. Ineficaces fueron los
esfuerzos encaminados a lograr su reconocimiento jurídico,
a pesar de la intervención favorable a ella del
Comité Sindical de la OIT. A finales de 1963 debió
clausurarse y con ella desaparecieron las federaciones,
sindicatos y ligas campesinas afiliadas.

En tales circunstancias, los dirigentes sindicales
delinearon una política orientada a tomar la
dirección de la Unión de Trabajadores de Golfito
(UTG). Ésta, creada en setiembre de 1950 para
contrarrestar el sindicalismo dirigido por los comunistas
(Selligson M., 1980-105) se vio involucrada en el proceso de
unidad de acción antipatronal que remató en la
huelga por el aguinaldo de 1959 y en la Asamblea General del 19
de marzo de 1960 su Junta Directiva quedó integrada por 8
miembro de la FOBA y 6 de la FETRABA, adhiriéndose
paulatinamente a la línea nacional e internacional del
sindicalismo clasista.

Así, ante la negativa del gobierno de inscribir a
la FUTRA, la UTG se convirtió a partir de 1964 en el
principal organismo sindical bananero del Pacífico Sur.
Además persistieron otros sindicatos minoritarios; pero,
en general el movimiento sindical del nuevo enclave bananero
entró en fase de estancamiento. Las causas del retroceso
fueron: la reorganización de las actividades productivas
por parte del monopolio, los programas estatales de
extensión de las relaciones capitalistas en la
región mediante estímulos a la producción de
ganado y granos básicos. La United, asimismo,
inició la sustitución del banano por la palma
africana en Parrita, Cortés y Quepos. El Partido Comunista
priorizó la organización sindical en las nuevas
plantaciones del Atlántico activadas por la Standard Fruit
Co en el Valle de la Estrella y políticamente
privilegió el economismo y la desmovilización del
movimiento obrero en aras de conseguir la legalidad
electoral.

El abandono del banano en el Pacífico Central
entre 1954 y 1963 redujo el área cultivada de banano en
4.000 hectáreas y en casi 20.000 Has en todos los
cultivos. (Núñez S., O. 1976; Carcanholo R.,
1986:182) En 1954 la empresa negoció otro contrato con el
Presidente Figueres Ferrer para entregar unas 6.000
hectáreas abandonadas y destinarlas a programas de
colonización para estimular la producción de
subsistencia y los cultivos comerciales como arroz, frijoles,
maíz y ganadería de carne. El cambio redujo la
población laboral proletaria, a tal punto que el
número de trabajadores ocupados por la frutera se redujo
de 19.891 en 1953 a 8.860 en 1963. (Carcanholo R., 1986:
182)

Los desplazados reivindicaron la posesión de
tierras en forma individual, arrendataria, en esquilme, en
precario o en cooperativas. Se articularon de manera dependiente
al latifundio bananero y ganadero o a los proyectos reformistas
de asentamientos campesinos de los gobiernos. Así, en el
conjunto de los cantones de Osa, Aguirre y Golfito entre 1955 y
1963, creció en un 57% el número de explotaciones
censadas como propiedad individual y en un 37.4% el área
en manzanas incorporadas a la producción privada. DGEC.
Censos Agropecuarios de 1955 y 1963).

La tendencia anterior fue impulsada a partir de 1960,
"año que puede ser considerado el del inicio del nuevo
patrón de reproducción capitalista en el
país, expresado a través de una expansión
industrial de nuevo tipo, y cuyo contenido social consiste en la
alianza burguesa que venía progresivamente imponiendo su
hegemonía, con el capital extranjero", esta vez con la
incursión de la Standard Fruit Co. en la región del
Valle de la Estrella y el Atlántico Huetar. Además,
la nueva estrategia de acumulación imperialista coincide
con el Programa de la Alianza para El Progreso y sus medidas de
diversificación del agro con miras al fortalecimiento de
los sectores medios y la ampliación del mercado interno
como estímulo a las empresas transnacionales dedicadas a
la industrialización de ensamble para la
sustitución de importaciones.

A principios de 1960, la UFCo mantuvo todavía un
control monopólico sobre la producción, transporte,
comercialización, tecnología y comercio interno. No
obstante, la aparición de otras empresas bananeras, la
expropiación de sus instalaciones azucareras y bananeras
en Cuba, y el proyecto de libre comercio centroamericano e
industrialización, favoreció su tendencia a
diversificar inversiones en el agro, la agroindustria, el
transporte terrestre inter centroamericano y el comercio
regional. En Costa Rica, comienza esas inversiones industriales
hacia 1965, año en que adquiere la mayor parte de las
acciones de la Compañía Numar S.A., instala en la
región tres plantas de Polymer Internacional S.A. para la
producción de plásticos, abre en 1966 dos plantas
para la producción de puré de banano, introduce las
fábricas de cartón, monta la empresa de transportes
GASH, la panadería Smith, agencias de publicidad, hoteles,
compañías navieras y dos pequeñas
fundiciones. (Torres R., E. 1979:187)

En el campo de la producción bananera, el
período 1960-18970 muestra que, hasta 1972 aumentó
el volumen exportado en un 27.6% debido a la ampliación
del área en cultivo, en un 15.2%, y la introducción
de nuevas técnicas como el sistema de doble empaque,
aumento de las semillas sembradas por hectárea y otras
innovaciones mecánicas. Con ello logró un aumento
en la productividad, la cual pasó de 0.86 a 1.42 miles de
racimos por hectárea. (Merton H. y otros.
1977:14).

  • B. CRECE EL MALESTAR POR LAS RELACIONES DE
    EXPLOTACIÓN

El origen de las luchas reivindicativas del proletariado
bananero, está determinado por la explotación
salarial y el carácter de las relaciones sociales de
producción. Un estudio de 616 quejas y denuncias contra la
UFCo en las fincas del Pacífico y el Atlántico
divisiones de Sixaola, Osa y Golfito entre 1952 y 1959, permite
la siguiente clasificación. El 32.6% de las protestas
refieren a deficiencias en los servicios de salud, vivida, agua,
higiene, transporte y recreo. El 24.7% debido a reducción
en las remuneraciones y menoscabo del salario mínimo. El
18.3% ocasionado por cambios en los horarios y en las tareas
establecidas en el contrato laboral. El 6.7% a causa del mal
trato de jefes, capataces y mandadores. El 7.6% por violaciones
al derecho de organización y libertad sindical. El 6.8%
por despidos o amenazas de cesantía a uno o varios
empleados, con o sin prestaciones. El 3.1% a causa de
deficiencias en el comisariato y por especulación. (Abarca
V., 1978:29)

Las federaciones, FOBA, FETRABA fusionadas en la FUTRA;
y la UTG, posteriormente, asumieron la defensa de los intereses
de los obreros bananeros enfrentando el antagonismo patronal
derivado de las condiciones de trabajo que surgieron con las
transformaciones técnicas introducidas por el monopolio a
partir de 1960. En efecto, a partir de ese año la frutera
ejecutó un programa de reducción de costos para
resarcir las erogaciones por el pago parcial del aguinaldo y
obstaculizar el proceso de unidad sindical de la FUTRA. En los
años siguientes introdujo nuevos métodos de
trabajo, otros sistemas de contratación y nuevas
técnicas productivas que no contemplaban sus efectos en
las relaciones de trabajo y creaban nuevas causas objetivas de
descontento entre los obreros y otros trabajadores.

B.1 EL CAMBIO EN LAS CONDICIONES TÉCNICAS DE
TRABAJO

La empresa suprimió la labor de los portadores de
manguas, ayudantes del regador de caldo bordelés,
así como las de conchero, pasador y amarre en la corta de
fruta. Los trabajos de limpia y deshija de bananales; chapeas de
fincas, cuadras y alrededores; limpieza de zanjas y canales se
omitía por varios meses para ser entregadas mediante
contratos a destajo, en sustitución de las cuadrillas de
peones. La labor de "cocaleca" que consistía en sacar del
monte el alambre viejo para apuntar la mata, y la faena de cargar
el recipiente de la formalina o cuchumbo para desinfectar los
macheres, fueron eliminadas y recargadas a un mismo obrero. En
las empacadoras se redujo la semana laboral a sólo tres
días. El sistema de acarreo de frutas por medio de cables
y andariveles –usado desde 1955- presentaba constantes
quejas a falta de engrase y mantenimiento. Se introdujeron las
escaleras de tubo y los ganchos metálicos en las labores
de amarre, las cuales aumentaban la propensión a
accidentes,

En 1962 la compañía introdujo el
método de "las parcelas" o fajinas. Fue una forma de
contratación a destajo que recibía un obrero y se
le permitía emplear la mano de obra familiar: los hijos
menores en las chapeas y deshijas, la mujer en el embolsado de
frutas, alistado de amarras y de bolsas. El cumplimiento del
contrato requería jornadas de hasta 10 horas diarias. Por
su parte, los mandadores daban estas "parcelas" a amigos sin
trabajo llamados arrimados, discriminando a los trabajadores
permanentes y a los obreros sindicalizados. En la tarea de hacer
las cajas de cartón y transportarlas cargadas a los
vagones del ferrocarril, se redujo el número de hombre de
5 a 3, con recargo de trabajo y por el mismo sueldo. De igual
forma, en las empacadoras los obreros reivindicaban el pago por
salarios carros llenos, y no por horas trabajadas.

En 1966 la UFCO comenzó a usar el sistema de
doble embolsado de fruta para protegerla contra picaduras de
insectos. Esto redujo los rendimientos de los trabajadores en dos
tercios y con ello, los salarios en igual proporción. El
cambio en el sistema lo acompañó con la
práctica de "no pago de quitada de la placenta". En el
control de enfermedades, como la sigatoka y el mal de
Panamá o moko, continuó con el uso de sustancias
altamente tóxicas: "ditamo" "widon" y "dupont" como
herbicidas, fungicidas, nematicidas y desinfectantes que
producían alergias y manchas blancas en la piel. Se
carecía de protectores para cargar las bombas de riego,
provocando magullones y heridas leves en la espalda de los
portadores.

En 1967 se introdujo experimentalmente el uso de
pequeños tractores para sustituir el trabajo el carrero,
en las fincas de Palmar Sur. La medida provocó malestar
por el desempleo que generaba el uso del micro chapulín.
Desde ese año, la empresa recurrió a la
práctica de no pagar los racimos cortados, cuando estaban
a punto de madurar; tarea que era imprescindible, pero que no
reconocía en el salario puesto que la fruta no llegaba a
la empacadora.

En 1968 la compañía comenzó a
sustituir la siembra de semillas por una nueva variedad de banano
para prevenir el moko y la sigatoka. Las fincas se resembraron
con mayor densidad de semillas y se aumentó el
número de matas, hasta 1.600 por hectárea. La
medida provocó molestias, puesto que no se ajustaron las
tareas de rodaja y deshija, las cuales se intensificaron.
Asimismo, los mandadores separaron las tareas de apuntar y
embolsar, exigiendo el doble puntal y doble embolse.

B.2 EL SISTEMA DE EMPLEO Y SALARIOS

Si observamos el sistema de salarios y empleo, se
concluye que la reducción en el número de
trabajadores era una amenaza constante por la
tecnificación, la diversificación de cultivos, el
aumento de la producción de palma y la persecución
sindical.

La producción de palma ocupa un 67% menos de
trabajadores por Ha que el banano, aproximadamente 475 obreros
menos. La demanda de trabajadores bajo también porque los
terrenos ya estaban preparados para la siembra de palma. Entre un
7 un 12% de los obreros contratados se encuentran en
situación de inestabilidad permanente, mediante el sistema
de contratación por períodos de prueba, lo que le
permite a la empresa debilitar la organización sindical y
eludir el servicio de vivienda y las obligaciones laborales.
Además la frutera contrata a mucho trabajador soltero que
usa la plantación como enganche de transición
mientras se ubica en las zonas urbanas del país o en la
actividad comercial. La movilidad de la fuerza de trabajo en los
bananales es del 12% anual. De los obreros permanentes, entre un
20 y 35% son mujeres o personas menores de 18 años. A las
mujeres no hay que proveerles vivienda y favorecen la
estadía del obrero soltero. (Merton y otros.
1977:32)

El régimen de salarios fue una de las causas
prioritarias de las protestas y luchas sindicales. Entre 1964 y
1975 el salario real fue de sólo un 4.35 %. Entre 1964 y
1967 los salarios se congelaron, en parte como consecuencia de la
contracción de las ganancias de un sector del capital
nacional afectado por la depresión económica.
También, debido a la firma de Arreglos Directos al margen
de la organización sindical, los cuales reconocían
aumentos salariales por períodos de dos años. En
1971 estalló la huelga por la primera convención
colectiva, y trajo un aumento sustancial, pero se mantuvo
congelado hasta 1974 y se vio deteriorado por el proceso
inflacionario de 1970-71 y las devaluaciones monetarias a
raíz del comienzo de la crisis de 1973-1975.

A la par del deterioro en el salario real, el trabajador
bananero era víctima permanente de variedad de
arbitrariedades de los mandadores, contratistas y capataces para
reducir el salario nominal. "Uno de los más graves
problemas que afrontan los trabajadores de la UFCo es la
diferencia en los contratos de trabajo que existen en la zona.
Hay trabajadores que reciben su salario por horas; otros por
contratos por hectáreas; otros por
cuadrillas…finalmente pueden ocurrir combinacioines de
formas de trabajo que alteran esas relaciones". (Libertad
28-11-70:6).

Finalmente, los obreros y trabajadores eran
víctimas de las reducciones arbitrarias de precios en
algunas tareas. Se usaba con frecuencia, a veces por error y la
mayoría de las veces por simple cálculo mercantil.
Ocurrían en la limpieza de zanjas y canales; en la carga y
descarga de cajas; en la labor de esparcía que se pagabas
al mismo precio que la deshija; en la limpieza del talud de las
zanjas y se incluía en el precio de las chapeas; en el no
pago de desmanar y salvar los mecates de apuntalar; por retraso
en los ciclos de corta y deshija que ampliaban la jornada; en el
no pago de quitar la placenta y de la corta de racimos con alguna
madurez; al calcular con error los metros cúbicos de
limpieza de terrenos y zanjas; al eludir el pago de limpiar los
boquetes de las mangueras usadas en el riego de caldo
bordelés, etc. Finalmente, en el escamoteo de las horas
extraordinarias, vacaciones, incapacidades, aguinaldo en el
cálculo mismo del salario semanal.

B.3 VIVIENDA Y SALUD

Estos servicios dependían originalmente de la
empresa frutera, pero paulatinamente fueron tomados por el Estado
y en ambos casos eran también objeto de reivindicaciones
de los trabajadores y ciudadanos. Desde la huelga de 1953 la UFCo
había adquirido el compromiso de otorgar vivienda a los
obreros. Por mucho tiempo utilizó los barracones y luego
fue introduciendo las casas unifamiliares. Los barracones
carecían de mantenimiento y se iban deteriorando. El
planché de los lavaderos de ropa se rompían y
causaban estancamientos de aguas insalubres; las pilas se
carcomían y amenazaban con derrumbarse; la ausencia de
desagües y zanjas de drenaje entre las casas hacía
pozos de aguas llovidas y de las de uso interior. Los picaportes
de puertas de dormitorios, baños y servicios sanitarios no
se reparaban y lo mismo ocurría con los aleros, marcos de
puertas y ventanas. Simbólicamente, los obreros bautizaron
los barracotes con los nombre de San Lucas y La Peni, mostrando
que más servían para alojar a delincuentes
–si es que estas personas merecían esos tratos- que
a los trabajadores.

En las viviendas unifamiliares la empresa impuso un
reglamento de uso que atentaba contra la privacidad de individuos
y parejas. Procedió a clausurar aposentos o a cerrar
llaves de cañería, y a racionar el uso de bombillos
eléctricos, limitándolo sólo a un
tomacorriente. El Dr. Guillermo Bonilla Rojas observó en
un viaje a la zona bananera que en los servicios sanitarios y
viviendas había propensión a la
contaminación venérea, hongos, carates,
cólera y otras enfermedades provocadas por el
hacinamiento. El mismo médico constató la escasez
de de dispensarios y de doctores. En Coto 47 tres galenos daban a
tenci8ón diaria a más de 200 pacientes y realizaban
además labores de parto y visitar a otros dispensarios.
Denunció que las labores de parto eran muy costosas, hasta
de 1.000. Un estudio de enfermedades, desnutrición, causas
de mortalidad y otros indicadores de salud no haría
más que confirmar el pésimo estado de salud y la
mala calidad de la atención médica.

A partir de 1965 se inició el proyecto de
trasladar a la CCSS los dispensarios médicos de la
empresa. Los sindicatos defendieron el proyecto por considerarlo
un rescate de la autonomía del Estado, pero al mismo
tiempo demandaron que los trabajadores con salarios inferiores a
600 colones mensuales quedaran exentos de la cuota obrera,
tomando en cuenta que otras luchas precedentes habían
logrado la atención médica gratuita. Esta conquista
fue reafirmada en las Convenciones Colectivas de 1971 y 1974,
incluyendo a los obreros que ganaban menos de 1.000
colones.

  • B. 4 LA LABOR DE LA UNIÓN DE
    TRABAJADORES DE GOLFITO

Entre 1960 y 1965 la UTG tuvo a cargo la laboriosa tarea
de desarrollar un intenso programa de organización,
propaganda, agitación y educación sindical entre
los trabajadores bananeros del Pacífico Sur. Creó
Comités Seccionales en Palmar Sur, Coto, Puerto
Conzález Víquez y Golfito con sus directorios y
comités de base por finca, taller y centro de trabajo. En
setiembre de 1960 participó en una campaña conjunta
con la FUTRA y la CGTC, en oposición a un proyecto de
reformas al Código de Trabajo que mutilaba derechos
sindicales mínimos. (Abarca V., 1978:89) Apoyaron el
proyecto de reforma agraria que presentó el Partido
Acción Democrática Popular, coalición de
izquierda que se presentó a las elecciones como la
única alternativa electoral en defensa de los intereses de
los trabajadores. Asimismo, enfrentaron la ofensiva
ideológica antisindical de la Embajada de Estados Unidos y
el Partido Liberación Nacional que, a través de
Luis Alberto Monge Álvarez organizaban la creación
de una Federación Democrática de Trabajadores
Bananeros.

Hacia 1962 la UTG tenía una afiliación de
al menos 1.600 obreros y representaba el 22.8% de la fuerza de
trabajo empleada por la UFCo. Puso en práctica un plan de
emulación sindical para elevar la afiliación en 700
trabajadores por año, activar los comités
sindicales y de fincas y talleres, bloqueados por las represalias
de la empresa y sus capataces. En la Asamblea Extraordinaria de
setiembre de 1962 se discutió la meta de obligar a la
frutera a suscribir una convención colectiva de trabajo y
levantar un censo de desempleo a causa de la
tecnificación, sustitución y abandono de las fincas
de banano por las siembras de palma.

El 13 de noviembre de 1965 la UTG celebró el
Primer Congreso de Sindicatos de Trabajadores Bananeros.
Aprobaron acciones para enfrentar la ausencia de libertades
sindicales, idear métodos de recolección de las
cuotas, pues la empresa se negó a deducirla, denunciar el
despido de afiliados y dirigentes de base ante el Ministerio de
Trabajo, y elevar a la Asamblea Legislativa un proyecto de Ley de
Fuero Sindical. Se reconoció que la ausencia de un partido
de la clase obrera y popular exigía luchas por la
abolición del segundo párrafo del Art. 98 de la
Constitución Política. Por último, se
acordó editar el boletín sindical La Rula que
comenzó a circular a partir de 1966 y hasta 1977. Se
abordaron otros temas como la oposición a la
creación de un Banco Popular bajo el sistema de ahorro
obligatorio; y publicar pronunciamientos contra la
intervención de los Estados Unidos en la Guerra de Viet
Nam. Nombraron una comisión para participar en la Marcha
Nacional por la Paz que se realizaría entre el 22 y el 26
de febrero.

  • C. LA HUELGA POR LA PRIMERA
    CONVENCIÓN COLECTIVA

C.1 EL ACONTECIMIENTO

Uno de los objetivos principales de las luchas de la UTG
consistió en presentarle a la UFCo una convención
colectiva de trabajo. Esta figura jurídica y su proceso,
fue regulado en el Código Laboral de 1943 pero
tenía limitaciones para ejecutarse. Por un lado debido a
que la consecución del derecho de huelga en las
plantaciones sólo se contempló en el Contrato
Bananero de 1954; además por las dificultades
prácticas emanadas de la ausencia de fuero sindical y la
existencia de los sindicatos creados y avalados por la
frutera.

En 1953, 1954 y 1955 hubo tres huelgas generales en las
plantaciones del Pacífico Sur, y muchos intentos de llegar
a ese proceso por la había de la firma de Arreglos
Directos. En 1955 se logró la primera huelga legal, la
cual fue resultado de un convenio laboral con intervención
del gobierno de José Figueres, impuesto en un clima de
represión patronal contra los sindicatos afiliados a la
FETRABA y la FOBA. Esta huelga se originó en la firma de
un convenio colectivo que el Poder Ejecutivo obligó a la
Compañía a acatarlo. Pero en los años
siguientes, otros factores obstaculizaron la liberad de
acción sindical: la persecución patronal con apoyo
del Resguardo Fiscal, la dispersión y
descomposición del proletariado por efectos de los cambios
agrarios y asentamiento de las instituciones públicas en
la zona, la reducción del empleo y la emigración a
las nuevas plantaciones de la zona Huetar Atlántica por
parte de la Standard Fruit Co.

A pesar de eso, entre 1967 y 1972 se asiste a un repunte
en la producción de banano en el Pacífico Sur con
base en la modernización de los métodos de trabajo,
tecnificación y aumento de los cultivos por
hectárea. El proceso fue acompañado de un aumento
en la tasa de explotación, circunstancia que avivó
la lucha por la libertad de organización sindical y el
proyecto de convención colectiva, figura que se introdujo
en el Código de Trabajo mediante reforma del año
1964.

Entre 1960 y 1963 los sindicatos bananeros del sur
presentaros tres conflictos colectivos de carácter
económico-social. En 1965 apoyaron enfáticamente
los proyectos de ley de fuero sindical que propusieron a la
Asamblea los diputados Guillermo Villalobos Arce y Jorge Luis
Villanueva Badilla. Al no ser aprobados, el movimiento sindical
volvió a la discusión legal de los Conflictos
Colectivos Económico Sociales. Esas negociones aumentaron
a partir de 1966 en las empresas del Mercado Común del
Área Metropolitana. En el Pacífico, al
término de un Arreglo Directo impuesto por la UFCo
mediante un grupo de "gestores de empresa", la UTG inició
el trámite judicial de un Conflicto Colectivo y en ese
proceso se desencadenó la huelga de 1971. Un año
antes, el sindicalismo clasista había logrado
también obligar a la Standard Fruit a firmar una
Convención en el Valle de la Estrella.

Durante 1969, los sindicatos "democráticos"
SITRASUR y SITRAQDIQUE presentaron tres convenios colectivos que
la frutera se negó a negociar. En junio más de
1.500 obreros de la palma, de Quepos hicieron un conato de huelga
por retención de salarios. En represalia, la empresa
despidió a unos 200 trabajadores. De nuevo en noviembre,
el "sindicato democrático" afiliado a la CTRN
presentó otro conflicto colectivo. Los trabajadores
formaron un Comité de Huelga ante la negativa de la
empresa a negociar. Pero no lograron conseguir la firma del 60%
de sus afiliados como requisito para ir a la huelga legal.
Entonces la gerencia firmó un Arreglo Directo con
SITRADIQUE y neutralizó la protesta legal. Con miras al
vencimiento de ese Arreglo Directo, la UTG inició en
noviembre de 1970 la discusión de un pliego de demandas,
acompañado de una activa propaganda en los medios
estudiantiles, la Asamblea Legislativa y en las comunidades por
medio de las Juntas Progresistas y los Centros Obreros. El
Presidente Figueres Ferrer, el Ministro Jiménez Veiga y el
Viceministro Morales Hernández, asistieron a un mitin
convocado por la UTG en Villa Neilly, el 6 de
noviembre.

Pero en los tres meses siguientes la frutera
desató la represión. Hubo saboteo de reuniones y
asambleas sindicales, despido de cerca de 300 obreros, boicot a
la recolección de firmas del pliego de peticiones. El 14
de noviembre un piquete policial detuvo al Vicepresidente de la
Municipalidad de Golfito, Jorque Conejo Peñaranda, regidor
del Partido Socialista (PASO), nombre electoral del Partido
Vanguardia Popular. Esos hechos crearon un clima de repudio y
favorecieron la lucha sindical

La resistencia a la represión sindical
aglutinó un compacto movimiento popular de carácter
antiimperialista que venía formándose desde
principios de la década del 60, y cuya expresión
más lúcida fue el repudio a los contratos con la
Aluminium Co of América (ALCOA) en la gran jornada
nacionalista del 24 de abril de 1970. Este movimiento de
repercusión política, se puso del lado del
proletariado bananero. La Asamblea Legislativa nombró una
comisión investigadora sobre la ausencia de libertades
sindicales en la zona sur, la cual, a finales de marzo de 1971
rindió informe favorable al movimiento sindical, y
avivó la solidaridad con alcance nacional.

En enero de 1971 la UTG volvió a presentar el
proyecto de convención colectiva. La
Compañía provocó el estallido de la huelga
de hecho, con rebajas arbitrarias de salarios, traslado masivo de
obreros de una finca o división a otras, adiestramiento
militar a los empleados de confianza y la organización del
sindicato SITRABUNI, adscrito a la CCTD. En concierto, militantes
diestros en manejo de armas y terrorismo pertenecientes al
Movimiento Costa Rica Libre creado en la década del 50,
provocaban a la guardia civil y coreaban la consigna de "huelga
no" para desconcertar a los trabajadores y al movimiento de
solidaridad.

En respuesta, el movimiento obrero impulsó la
solidaridad estudiantil, comunal, campesina y obrera. El 2 de
febrero se constituyó el Comité Nacional de
Solidaridad integrado por 11 organizaciones juveniles
universitarias. Una delegación de la UCR visitó la
zona bananera; el tema de la libertad sindical se discutió
en foros académicos; se organizaron jornadas de "pintas" y
"pegas" en el área metropolitana y un piquete
obrero-campesino se apostó por varias horas en las afueras
de Radio Monumental. El 5 de febrero otro piquete de estudiantes,
de la Alianza de Mujeres Costarricenses, y militantes del PVP
hicieron recorridos por las calles de Barrio Cristo Rey y Los
Ángeles explicando la lucha de los obreros, exhortando a
la solidaridad y la ayuda material.

El conflicto colectivo de la UTG se discutió en
los Tribunales entre enero y mayo de 1971. El 8 de marzo,
después de sucesivos rechazos por parte de los jueces
quienes alegaban ausencia del número legal de firmas para
declarar la huelga legal; así como por la
indeterminación acerca del lugar de trabajo, finca,
distrito o división de cobertura de las demandas, el
Tribunal Superior de Trabajo revocó los alegatos de los
jueces. El fallo agotó la fase de conciliación,
dada la negativa de la frutera a negociar, y los trabajadores
iniciaron la recolección de las firmas para pedir la
huelga legal. Excepcionalmente en la historia judicial del
país, hubo necesidad de realizar un plebiscito para
determinar el apoyo del 60% de los obreros; y a pesar de que
faltaron unas cuantas firmas, los obreros se fueron a la huelga
de hecho, el 24 de mayo de 1971.

Partes: 1, 2

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