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La preparación psicológica en el taekwondo rumbo al siglo XXI




Enviado por Carlos Andrés



Partes: 1, 2, 3

Monografía destacada

  1. Notas para el inicio
  2. Introdución
  3. Concepción general de personalidad
  4. Personalidad, autoeficacia y rendimiento deportivo
  5. Personalidad, motivos deportivos y rendimiento
  6. Características del desarrollo de la edad juvenil
  7. Edad juvenil: características psicológicas y del desarrollo
  8. Etapas de Investigación
  9. Análisis de losresultados
  10. Consideraciones finales
  11. Bibliografia
  12. Contraportada

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Notas para el inicio

La práctica deportiva constituye una de las acciones más complejas en que interviene el sujeto psicológico. La aproximación sucesiva a su estudio y profundización contribuye a su perfeccionamiento, al propio tiempo ofrece herramientas de trabajo a entrenadores y atletas fruto de resultados científicos, que a su vez aplicados tienden a favorecer la preparación de los deportistas para su mejor desempeño en el entrenamiento y la competencia.

Los autores presentan un libro fruto de las elaboraciones realizadas en el estudio de las formaciones psicológicas, autovaloración, autoeficacia y motivos deportivos en taekwondocas del equipo juvenil femenino y masculino de la provincia Las Tunas, Cuba. Trabajos resultantes de tesis de maestría y doctorados que abarcan los conocimientos de varios años de trabajo en la Universidad de la Ciencia de la Cultura Física y el Deporte de Las Tunas. Cuba

Los elementos teóricos, metodológicos y prácticos que se recogen en la obra, pasan a formar parte de un estudio integral de las formaciones psicológicas antes mencionadas, expresión de resultados científicos aplicables a otros contextos del deporte taekwondo en función de la búsqueda de la fortaleza mental en la preparación de los deportistas de alto rendimiento

Aportando además elementos prácticos para la realización de la preparación psicológica utilizando las categorías estudiadas y aplicarlas al universo deportivo y diferentes estilos de trabajo

Los autores han construido la obra de manera tal que su metodología pueda ser utilizada y comprobada en la práctica, como diagnóstico factible en la conducción de las acciones dirigidas al propósito de alcanzar riqueza espiritual y convicción de éxito en los deportistas de alto rendimiento.

Introdución

El éxito es la paz mental, resultado directo de la autosatisfacción de saber que usted hizo lo mejor que pudo para llegar a ser lo mejor que es capaz de hacer

John Wooden

La actividad deportiva constituye una de las acciones más exigentes y complejas a las que se enfrenta el sujeto psicológico a lo largo de la vida, en esta dirección escribe A. S. Medvedev (1991) la lucha por triunfar en olimpiadas y campeonatos del mundo, los entrenamientos de muchos años… requiere que uno sacrifique todas sus fuerzas físicas y espirituales – en- la superación de las dificultades y obstáculos que impiden el avance hacia el éxito. Así requiere de una personalidad que posea la fortaleza mental necesaria para lograr la excelencia atlética y con ello el rendimiento deportivo potencial.

En la actualidad los resultados de las competiciones nacionales, olímpicas y mundiales dan fe del establecimiento de marcas extraordinarias, que tienen que ver con la aplicación de la tecnociencia en la preparación del deportista, con el propósito de lograr las metas previstas, después de un largo proceso de entrenamiento físico, táctico técnico, teórico y psicológico.

Las investigaciones realizadas conceden un valor significativo a la preparación psicológica del deportista, para alcanzar el éxito. En este sentido se incluyen los deportes de combate, especialmente el Taekwondo como arte marcial, surgido en Corea en 1954 como arte y filosofía de puños y piernas, es decir, camino de piernas y puños. En este sentido escribe Sandra Talavera García (1998). El taekwondo es el nombre del arte marcial devenido en moderno deporte de combate, siendo su significado tae piernas, kwon manos y do camino transitado por los antepasados en las artes marciales. De forma general el taekwondo agrupa técnicas rectoras de manos y piernas.

Se introduce en Cuba en 1987. A veinte años del inicio oficial del Taekwondo. En el país existen resultados positivos en diferentes torneos a escala regional y mundial, se incluye aquí, la clasificación de los cubanos Ángel Bolodia Matos, Nelson Zaenz, y SonallisMayán a los juegos olímpicos de Sydney 2000 condición que alcanzaron solo siete países. Obteniendo Ángel Bolodia medalla de oro olímpica.

El Taekwondo como deporte se practica en los Centros de Iniciación Deportiva Escolar y en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético en Cuba. Se desarrolla como asignatura opcional en las distintas facultades y en los centros adscriptos a la Universidad de la Ciencia de la Cultura Física y el Deporte. Lo anterior asegura, por una parte, la masificación de la práctica del deporte en cuestión y por otra la preparación profesional de entrenadores y profesores de Educación Física para lograr una acertada preparación de los taekwondistas, de modo que desarrollen desde su personalidad los recursos necesarios para asumir el rigor que implica la práctica de este deporte.

Por otra parte, la preparación psicológica del deportista es un problema que cobra cada vez más relevancia en el trabajo deportivo, de modo que entrenadores y psicólogos deben realizar una labor conjunta para lograr la competencia deportiva manifiesta en los resultados de los atletas en los disímiles eventos en que participan. Para ello se necesitan estudios integrales que conduzcan a la propuesta de los procederes idóneos para que la labor de preparación psicológica cumpla sus propósitos, sobre la base de resultados científicos.

Estas reflexiones son válidas también para el análisis de lo que ocurre en la provincia Las Tunas Cuba con la práctica del Taekwondo, especialmente con los miembros del equipo femenino y masculino juvenil. Los taewondistas juveniles tuneros han mostrado determinados resultados, expresados en más de 130 medallas en los diferentes niveles, tres aportes a la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético Nacional, cinco medallas de bronce en la recién concluida Olimpiada Nacional en Julio 2007; un proyecto de investigación que trajo consigo la elaboración de un libro de metodología para el entrenamiento de este deporte, así como una página Web y el séptimo lugar por provincias durante varios años. Sin embargo, los rendimientos no han gozado de suficiente estabilidad ni se han correspondido con las posibilidades reales. Los rendimientos parecen depender de variables subjetivas, no suficientemente controladas por los entrenadores.

En algunos casos, los atletas parecían sentirse perdidos antes de realizar el combate, al subvalorar sus posibilidades con respecto a taekwondistas del equipo nacional, de la provincia Camagüey y de Santiago de Cuba, con expresiones como – ¡viste el tamaño de los del equipo nacional con ellos no vamos a ganar un combate!

En la práctica competitiva se observó la pérdida de la disposición para el combate y el papel desestabilizador de su subjetividad. También se destacó la comunicación no siempre asertiva que establecen los entrenadores con sus atletas. Los términos que emplean en el entrenamiento inciden de manera negativa en la valoración que de su desempeño realiza el deportista. Por otro lado cuando el taekwondista comete una indisciplina se castiga con un número de ejercicios a repetir, que no contribuye a la motivación y a la justa valoración de la realización de los ejercicios.

¿Por qué ocurren estos comportamientos si se tienen entrenadores de calidad y los atletas en su mayoría desean la victoria?, Qué papel juegan algunos elementos subjetivos como la adecuación de los juicios autovalorativos, el carácter intrínseco y extrínseco de los motivos deportivos y la convicción en las posibilidades propias en el rendimiento de estos deportistas?

En la Psicología del Deporte se realizan estudios en torno a la autovaloración, la autoeficacia y los motivos deportivos en el rendimiento, pero los conocimientos que ofrecen con relación a la correspondencia entre estas formaciones psicológicas complejas, resultan insuficientes en el deporte de taekwondo para comprender cómo trabajar desde el entrenamiento y la competencia, en su perfeccionamiento y tener un referente teórico de las relaciones de igualdad relativa o proporcional de la autovaloración, la autoeficacia y los motivos deportivos en el rendimiento.

En la búsqueda bibliográfica realizada se encontraron en el país diversas investigaciones que tienen que ver con el taekwondo como deporte, pero en su gran mayoría se dirigen a perfeccionar el entrenamiento, a desarrollar el pensamiento técnico-táctico, a la selección de talentos, entre otras. Muy pocas en la dirección que se pretende realizar este estudio. Un trabajo de diploma que estudia la autovaloración en atletas de taekwondo de alto rendimiento en Ciudad Habana, una investigación en la Facultad de Cultura Física de Ciego de Ávila y actualmente se realiza una investigación en el Instituto de Medicina Deportiva de Ciudad Habana. Entre los aportes de estos estudios se destaca que los juicios autovalorativos están relacionados con la crucialidad del contexto deportivo. Esto apoya el criterio del carácter mediador de estos elementos reguladores de la personalidad, la utilización del método de análisis de contexto social de la actividad para elaborar una concepción sobre la valoración como subsistema de la personalidad, así como reflexiones sobre el papel de la autovaloración, como capacidad del sujeto para evaluarse en el alcance de mejores resultados deportivos. Por sus características, estos trabajos no responden a las condiciones y características de los atletas de la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético de Las Tunas, Cuba pero constituyen un referente para el trabajo.

¿La adecuación autovalorativa, la autoeficacia, la dimensión intrínseca y extrínseca de los motivos de los taekwondistas juveniles tuneros se corresponde con el nivel de rendimiento que logran?

Aspecto que se estudia en la relación personalidad/rendimiento de los atletas juveniles (femeninos y masculinos) de Taekwondo de la provincia de Las Tunas, Cuba. A partir de la adecuación autovalorativa, la autoeficacia, la dimensión intrínseca y extrínseca de la motivación en el rendimiento de los atletas juveniles femenino y masculino de taekwondo.

Se estableció el siguiente objetivo general de investigación: Determinar si la adecuación autovalorativa, la autoeficacia, la dimensión intrínseca y extrínseca de la motivación deportiva están asociadas al rendimiento deportivo de los taekwondocas juveniles de la provincia de Las Tunas, Cuba. Y se determinaron los siguientes objetivos específicos.

1. Analizar si la adecuación autovalorativa está asociada a mejores rendimientos en taekwondistas juveniles de la provincia de Las Tunas.

2. Analizar si la autoeficacia está asociada a mejores rendimientos en taewondistas juveniles de la provincia Las Tunas.

3. Analizar si la dimensión intrínseca vs extrínseca de la motivación está asociada a mejores rendimientos en taekwodistas juveniles de la provincia Las Tunas.

De tal manera, se establecieron las siguientes etapas de investigación:

  • Búsqueda de los referentes teóricos y prácticos.

  • Elaboración y aplicación de los instrumentos de la investigación.

  • Análisis de los resultados y elaboración del informe final.

Para el desarrollo de estos objetivos se aplicó el método analítico-sintético desde el punto de vista teórico. Desde el punto de vista empírico, se acudió al análisis de documentos, técnica de la observación, técnica de la entrevista, y método matemático estadístico.

Se utilizaron además los siguientes instrumentos. Test de Adecuación Autovalorativa, Completamiento de frases variante composición, Escala valorativa y Test de los 10 deseos.

La novedad científica radico en la particularización que se hace del problema en el deporte de Taekwondo y en el tratamiento específico y diferenciado de las categorías autovaloración y autoeficacia. Hasta el momento esta distinción no había sido explícita en las investigaciones que se realizan sobre el tema.

En la actualidad la trascendencia que tiene la autovaloración, la autoeficacia y el carácter intrínseco vs. extrínseco de la motivación en el mejoramiento del rendimiento del deportista, en el comportamiento que en este caso asumen los taekwondistas y la necesidad de desarrollar la personalidad de atletas potencialmente capaces de lograr propósitos y rendimientos elevados sobre la base de una preparación psicológica de excelencia, evidencian y justifican el tratamiento de este tema.

CAPÍTULO 1

Concepción general de personalidad

El estudio de la personalidad comenzó a despertar interés desde la época del renacimiento y todavía hoy constituyen un problema de estudio, a pesar de las diferentes investigaciones que se han realizado y que desde luego aportan conocimiento de manera sucesiva, cada vez más profundo. Así, Arias, H (1998) al abordar la concepción general de personalidad expresa. El problema de la personalidad, aunque no pueda decirse que ha sido el más tratado o desarrollado dentro de la psicología, si podemos señalar que desde el renacimiento, en que comenzó a despertar interés dicha problemática, hasta la actualidad, se ha venido produciendo un incremento más o menos estable en el lugar que se le va concediendo dentro de la ciencia psicológica.

En la psicología existen diferentes tendencias que estudian la personalidad. Se hará referencia a algunas de las más importantes.

La teoría de los rasgos, se dedica a identificar determinados rasgos personológicos que se reflejan en la conducta y manifestaciones de la personalidad y diferencian a un sujeto de otro. Utilizando los test como el 16P.f. que permiten ubicar el sujeto en determinados puntos de escalas bipolares, tales como introversión-extroversión, optimismo-pesimismo. En este sentido refiere González, F. (1989), los rasgos, las dimensiones, los factores son unidades psicológicas que identifican tipos concretos de conducta de manera descriptiva, pero no pueden utilizarse para explicar funciones diferentes de estos contenidos de acuerdo a su significación en las relaciones más complejas dentro de la personalidad.

El psicoanálisis y el neopsicoanálisis inician con Freud, S. su creador. La personalidad se considera como una estructura cerrada compuesta por tres elementos el ello, el yo y el súper yo, los que en sus contradicciones e interrelaciones definen el comportamiento del hombre, a pesar de una determinada evolución producida en la concepción psicoanalítica, el punto de vista de su creador entorno a la personalidad no se ha modificado esencialmente, lo que está determinado por el propio carácter cerrado de esta concepción que no da margen para su modificación y su enriquecimiento sin salirse del marco conceptual original.

La psicología humanista tiene una concepción diferente de personalidad, al ofrecer una visión integral del hombre de su calidad y su característica funcional.

Entre los representante de esta teoría se encuentran Allport, G. W. (1971) con su concepto de personalidad madura, Maslov, A. (1979) con su concepción de hombre autorrealizado y Rogers, C. con sus escritos sobre el sí mismo o Self.

Las elaboraciones de estos autores, exageran el carácter espontáneo como tendencia natural de la personalidad, limitando el papel del medio social y la educación solo a la función de posible facilitador. No obstante tienen de positivo colocar al hombre en el centro de atención para el estudio.

La Psicología cognitiva, dirige su atención al procesamiento de la información, sus características y su influencia en el comportamiento del sujeto psicológico y la personalidad. Son representantes de esta posición teórica Nelly, G y Lazarus, R, en Cuba se destacan los trabajos realizados por Morenza, L.

González, F. Miitjans, M. (1989) al referirse a Nelly, G. y Lazarus, R. plantea. Si bien los conceptos que utiliza el individuo para reflejar una situación nos descubren un indicador importante para el estudio de la personalidad, este no se agota por este proceso sino que más bien lo define…muchos de los aspectos que estos psicólogos evalúan reflejan operaciones de la personalidad que deben ser tenidas en cuenta en relación con las distintas formaciones subsistemas y niveles que la integran

El Conductismo es una corriente centrada solo en el estudio de la conducta, aunque algunos representantes se han planteado estudiar la personalidad y han iniciado su estudio con las limitaciones que le impone la concepción de origen.

Estas tendencias o posiciones – escribe – González, F Mitjans, A. (1989)- pueden ubicarse en dos grandes grupos, por un lado, los que se orientan fundamentalmente al estudio de la personalidad a través de sus componentes estructurales, de las unidades o rasgos que la integran y por otro, los que enfatizan en el carácter funcional, procesal de la personalidad su papel en la regulación del comportamiento, sin basarse en unidades o estructuras estáticas que solo pueden identificarse y describirse.

En la psicología Marxista también se desarrolló una concepción, de la estructura de la personalidad calificada como tradicional o clásica, incluye como aspectos esenciales el carácter, las capacidades y el temperamento. Al respecto de esta concepción, Rubinstein, S.L. (1985) planteó "el problema del estudio psicológico de la personalidad no culmina con el conocimiento de sus propiedades psíquicas, o sea de las capacidades el temperamento y el carácter: concluye con el descubrimiento de la autoconciencia."

Como se plantea el estudio en la concepción de estructura de la personalidad clásica tiene un carácter descriptivo y externo, solo permiten identificar como se manifiestan en cada sujeto concreto, los diferentes componentes, sin un nivel explicativo profundo.

Aunque un gran número de psicólogos cubanos en la actualidad se han dedicado al estudio de la personalidad, asumimos los trabajos realizados por González, F. (1989), particularmente su concepción de configuración psicológica de la personalidad. En esta elaboración se vinculan elementos estructurales y funcionales y se propone un modelo para el estudio de la personalidad, que admite nuevas categorías, y por tanto mecanismos que permiten un conocimiento más profundo de la personalidad.

Componentes estructurales concebidos en esta concepción.

a) Unidades psicológicas primarias: Representadas por contenidos psicológicos parciales que son portadores de un valor emocional, se expresan en formas concretas de comportamiento, Entre ellos están los rasgos, los valores, normas, actitudes.

b) Formaciones psicológicas: Representan un nivel estable y organizado de información personalizada, teniendo una base plurimotivada. González, F. diferencia dos tipos de formaciones psicológicas en función del nivel de elaboración intelectual y la intencionalidad del sujeto:

1)- Formaciones motivacionales complejas. Expresan un contenido elaborado intelectualmente por el sujeto y que está en la base de su comportamiento intencional.

2)- Formaciones motivacionales. Aunque tienen una organización compleja de diferentes motivos y sirven de base al sistema de información personalizada, no implican una elaboración consciente por parte del sujeto, pudiendo inclusive ser inconscientes, como por ejemplo, las formaciones de sentido.

c) Síntesis reguladoras: Expresan la integración de distintas formaciones y mecanismos de la personalidad que participan en la regulación de los comportamientos más elaborados de estas.

La estructura de personalidad anterior integra los contenidos psicológicos, al propio tiempo que se diferencian por su nivel de complejidad y su actuación en la regulación del comportamiento. Así también el autor desarrolla un conjunto de indicadores que permiten identificar como se manifiesta un contenido concreto en la personalidad. De esta manera la teoría da lugar a una mejor explicación y profundización de los contenidos psicológicos.

González, F. (1989) propone los indicadores funcionales siguientes:

  • Rigidez –flexibilidad.

  • Estructuración temporal de un contenido psicológico.

  • Mediatización de las operaciones cognitivas en las funciones reguladoras de la personalidad.

  • Capacidad de estructurar el campo de acción.

  • Estructuración consciente activa de la función reguladora de la personalidad.

Personalidad, Autovaloración y Rendimiento Deportivo.

Concepciones de la psicología marxista que abordan la autovaloración en sus estudios.

En los trabajos de Bozhovich, L. I., aparecen elementos interesantes que tienen que ver con el tema, relacionados con la personalidad de niños y adolescente, los que valora a partir de los postulados de Vigotsky, con la influencia de Lewin, K. y. Allport, G. W.

Para Bozhovich, L. I. la autoconciencia y la autovaloración son esenciales en la formación y desarrollo de la personalidad, así como en la regulación del comportamiento. Tanto la autoconciencia como la autovaloración reciben la influencia de la valoración social, aunque cuando alcanza determinado nivel de desarrollo se hacen independientes, propias y con mayor valor afectivo, de modo que el sujeto actúa en correspondencia con su autovaloración, al propio tiempo que interviene de manera más intensa en la formación de la personalidad, en la regulación del comportamiento. En esta dirección en Cuba escribe. Arias, H (1998) "la autoconciencia y la autovaloración y también como consecuencia de la autorregulación alcanzando determinado nivel de desarrollo se forma una autovaloración propia independiente. Cuando esto ocurre resulta más importante y de mayor valor afectivo para el sujeto actuar acorde con su autovaloración."

La autovaloración estable determina el nivel de aspiración del sujeto y cómo puede en cada actividad que realiza alcanzar parte de la meta planteada. Bozhovich, L. I. (1977) concede relevante importancia a la autovaloración al expresar: "La autovaloración ocupa un lugar especial entre los estímulos humanos". Como unidad cognitivo-afectivo que impulsa el desarrollo de la personalidad sobre la base de su autoconocimiento.

Otros autores como Petrovsky, A.V. (1988), I. S Kon (1990) conceden gran importancia a la autoconciencia y la autovaloración. Ellos consideraron relevante el papel del autoanálisis, que según el grado de profundidad refleja el nivel de desarrollo alcanzado por la personalidad y a su vez la autoexigencia que de él se derivan, condición necesaria para el logro de las metas. El autoanálisis constituye un elemento esencial de la autovaloración, en la valoración detallada de las posibilidades con que contamos y las fallas que en este sentido se presentan con los recursos que necesitamos y la necesidad de autoperfeccionamiento. Petrovsky, A.V. (1988) considera. "La autorreflexión juvenil es por una parte la toma de conciencia de su propio yo… ¿cómo soy?, ¿cuáles son mis capacidades?… y por otra parte, la toma de conciencia de su posición en el mundo… la misma necesidad de autoanálisis es un indicio indispensable de la personalidad desarrollada… es imposible dejar de ver que la profundidad de este autoanálisis refleja la complejidad de la personalidad y las más elevadas exigencias a sí mismo que constituyen una de las condiciones de logros futuros".

Se refieren también a la autoestimación, como reflejo generalizado de la autovaloración que determina la aceptación o no hacia sí mismo. En esta dirección Petrovsky, A.V. (1988) refiere, ¨ un rasgo de la personalidad particularmente importante el respeto a sí mismo, esto es la autoevaluación generalizada, el grado en que uno se toma o no se toma a sí mismo como personalidad.¨ La autoestimación en la personalidad puede ser alta, sobrevalorada o disminuida. Cuando es alta favorece el desarrollo de la personalidad, infunde confianza en las propias fuerzas y lleva a la proposición de objetivos, pero cuando es sobrevalorada incide negativamente en el desarrollo de la personalidad e impide el autoperfecionamiento, conduciendo a un locus de control externo y a culpar a elementos ajenos de sus fracasos y conflictos. Por otra parte, la autoestimación disminuida propicia la falta de confianza y un nivel de pretensiones muy bajo, aspecto que limita el desarrollo de la personalidad. Petrovsky, A. V. (1988) expresa, " el débil respeto hacia sí mismo hace que el nivel de pretensiones de la personalidad sea muy bajo, incita a apartarse de toda actividad en que haya competición. Tales personas se rehúsan al logro de objetivos planteados, ya que no cree en sus propias fuerzas, y esta a su vez refuerza su autoevaluación rebajada."

Así refiere Petrovsky, A.V. (1986), refiere, "una evaluación demasiado alta o demasiado baja puede convertirse en fuente de conflictos para la persona, esta conflictividad puede expresarse de diferentes maneras, una autoevaluación exageradamente alta conduce a que la persona se incline a sobrevalorarse en situaciones en las cuales no hay razón para ello. Como resultado de esto con frecuencia choca con el escepticismo del grupo de referencia con relación a sus pretensiones, entonces se irrita manifiesta desconfianza o altivez… y encerrarse en sí mismo."

Kon, I. S (1990), al referirse a la autovaloración, enfatiza en que esta tiene dos medios de realización, uno derivado por la confrontación de la opinión social y otro comparando el nivel de pretensiones con los resultados obtenidos. Tanto la confrontación social como la contrastación del nivel de pretensiones con los resultados obtenidos, constituyen aspectos que se integran y encuentran espacio en la formación de la autovaloración. En este sentido refiere. Petrovsky, A.V. (1988). "Hay dos modos de autoevaluación – del joven –uno consiste en medir el nivel de las propias pretensiones con el resultado alcanzado (si no he retrocedido ante una situación difícil quiere decir que soy capaz). La segunda vía de autoevaluación es la comparación social, la confrontación de las opiniones de los circundantes sobre sí mismo."

Para este autor el sujeto posee imágenes complejas y difusas de su propio yo, plantea el yo real tal y como el sujeto se ve en el momento presente, el yo dinámico, que es como el sujeto trata de ser, y el yo ideal, como el sujeto cree que debe ser.

En sus elaboraciones Chesnakova, I. (1997) considera que la autovaloración constituye una forma especial de autoconciencia integrada por el autoconocimiento y la actitud emocional valorativa hacia sí misma en forma generalizada. El autoconocimiento como proceso complejo y multifacético de formación de imagen propia, incluye diversas vivencias y la actitud emocional valorativa hacia sí mismo, como producto de la generalización de las vivencias que se experimentan en la actividad y los resultados del conocimiento de sí mismo. En esta dirección escribe la autora (1974)" la autoconciencia es la unidad indivisible del conocimiento y de la vivencia, más exactamente, es la unidad de la conciencia y de la vivencia, relacionada con el análisis de la conducta propia, de su actividad hecho por la personalidad."

En este sentido Arias, H. (1998) expresó que en la autovaloración se incluyen los valores morales, las posibilidades y relaciones. Cada uno de ellos puede tener distintos niveles de adecuación y madurez con diferentes tipos de relación entre sí, lo que puede llevar al sujeto a prestar mayor atención a sí mismo y a su mundo interno, a fin de comprender mejor su valor y lugar en la vida.

En esta dirección escribe Chesnakova, I. (1977): "la forma superior de autorregulación sobre la base de la autovaloración consiste en la peculiar actitud creativa hacia la propia personalidad, en la aspiración de cambiarse, de mejorarse a sí mismo y en la realización de esta aspiración". La autovaloración constituye un eje central en todo el proceso de autorregulación de la personalidad, y su estructura motivacional orienta y propicia la elección y dirección de los medios de su realización y la interpretación que hace el sujeto del efecto de su conducta. La autovaloración se desarrolla, profundiza y corrige sistemáticamente. En este sentido –escribe Chesnakova, I. (1977)- "el resultado del proceso de autorregulación se relaciona de forma directa con la calidad de la autovaloración y con su adecuación. Solamente un alto nivel de desarrollo de estas características de la autovaloración en una determinada combinación condiciona también el correspondiente nivel de autorregulación."

En los elementos teóricos que aborda Chesnakova, I. se destaca el rol de la autoconciencia en la autovaloración, se destaca el papel regulador y autorregulador del comportamiento de esta, sobre la base de la calidad que la misma alcanza a partir de su desarrollo, manifiesta en la combinación integral de los elementos que a su juicio lo caracterizan y que ya referimos con anterioridad.

Elaboraciones de González Rey, F.

Los elementos teóricos que este autor aporta al estudio de la personalidad en esta área, parten de los estudios realizado por Bozhovich, L.I. quien no define la categoría que estudia y que González, F. denominó formaciones motivacionales complejas. En este sentido González, F. (1989) expresó "que estas no pueden reducirse a una de las esferas de expresión de la personalidad, y consideró que deben manifestarse en sus distintas esferas de expresión. Esto da lugar a complejos sistemas de regulación que conforman precisamente la personalidad."

Otro aspecto de relevante importancia se aprecia en las características generales de las formaciones motivacionales complejas que elaboraron los autores. Teniendo las siguientes características:

  • Son conscientes.

  • Son expresiones activas de la elaboración intelectual del sujeto.

  • Son de naturaleza cognitivo-afectiva. Aunque su forma esencial de existencia son conceptualizaciones, reflexiones y valoraciones de la esfera cognitiva, estas expresan los contenidos de los motivos que están en su base, por lo cual son portadores de una elevada carga emocional, que evidencia su potencial motivacional, sobre el comportamiento.

  • Sus contenidos son relativamente estables. Están orientada ante todo, a la regulación del comportamiento teniendo su expresión en esta dirección en objetivos, valoraciones y otras formas activas que dan dirección y efectividad a las tendencias orientadoras de la personalidad.

Para este autor, la autovaloración constituye un sistema de regulación motivacional que integra un conjunto de motivos, cuyos contenidos se refieren a un concepto preciso y generalizado del sujeto sobre sí mismo, sobre sus cualidades y capacidades que están comprometidos en la realización de sus aspiraciones más significativas en las diferentes esferas de la vida. La autovaloración implica una unidad indisoluble entre lo cognitivo y lo afectivo.

El criterio que se asume al considerar el conocimiento de sí mismo por el sujeto y el dominio de cuáles son sus cualidades y capacidades, lo conducen a una determinada dirección a partir de los siguientes cuestionamientos.

¿En qué condiciones estamos? ¿Qué posibilidades tenemos? ¿Qué nos falta? ¿Cuáles son nuestras perspectivas?

Así la autovaloración orienta al sujeto y regula su comportamiento, con un nivel de adecuación o inadecuación. Los elementos teóricos que se refieren en este trabajo se tienen en cuenta por la Psicología del Deporte como ciencia aplicada al estudiar -según Sánchez, M.E (2005), " la manifestación, el desarrollo y la transformación de los aspectos psicológicos que en respuesta a las exigencias de los deportes en cuestión, se materializan en las condiciones del proceso de entrenamiento y competencia de los deportistas. Por tanto, estudia el comportamiento de los atletas como personalidad activa, consciente y comunicativa, que vivencia sus transformaciones e influye sobre los demás provocando también transformaciones."

Diferentes autores han estudiado la autovaloración como formación psicológica de la personalidad de los atletas. En esta dirección se destacan los trabajos realizados por N. C. Ozolin (1970), Arosiev, D. A. (1971), Judadov, N. (1978), García, Ucha, F. (1979), A. Fernández, F. García, Ucha, F. (1980), Richards, R.L. yGarcía, Ucha, F (1981), Posada, P. y García, Ucha, F. (1981). Gutiérrez, P. (1984), García, Ucha, F. (1985), García, F. Domínguez, M y Pres, Rosendo. (1987), Rodríguez, E.L. y Domínguez, Martha (1988).G. García. Matilde (1990). V, Casal Hiran (1996); González Carballido L. G. (2001), (2002), (2003), (2005).

Ozolin, N. (1970) Investigó atletas de diferentes deportes y arribó a la conclusión, que a mayor experiencia del deportista, más exacta será la autovaloración que posee. Corroboró que la relación entre la autovaloración y el deseo de entrenar, la capacidad de trabajo, el pronóstico de los resultados por un lado y el resultado deportivo por otro es tan estrecha que puede emplearse para el control de la preparación especial.

Arosiev, D. A. (1971) En sus elaboraciones abordó las principales ventajas de la autovaloración. Obtuvo índice sin sobrecarga del organismo, por lo cual pueden emplearse todas las veces que se requieran en cualquier fase de agotamiento y recuperación, observó con exactitud los problemas que surgen en la regulación del entrenamiento y encontró diferencias en los atletas de los distintos niveles deportivos para autovalorarse.

Judadov, N. (1978) Estudió y desarrolló métodos de autovaloración de las reacciones emocionales ante el estrés competitivo así como las formas de autorregulación.

Ozolin, N., Arosiev, N., Judadov, N. Desde diferentes perspectivas de investigación abordaron el papel de la experiencia en el desarrollo de la autovaloración del deportista, formas diferentes de manifestación de las mismas, según el nivel del atleta. Ozolin, N. esbozó el rol de orientación y motivación hacia el entrenamiento y en su generalidad coincidió con la capacidad de control y autorregulación de la autovaloración. Tanto de manera explícita como implícita, pero se hace notar en sus resultados.

Haciéndose notar por los estudios e Investigaciones realizadas por psicólogos cubanos.

García, Ucha, F. (1979). Estudió la autovaloración a partir de la comparación de un grupo de atletas de alto rendimiento, que se dedican a la práctica del Atletismo, unos con éxitos y otros no, arribando a la conclusión de que los atletas con bajos resultados en las competencias subvaloran sus capacidades deportivas, poseen sentimientos de minusvalía y se inhiben antes los factores externos antes de las competencias que pueden constituir un obstáculo para lograr el éxito.

Fernández, A., García, Ucha, F. (1980). Investigaron en un equipo de Polo Acuático de alto rendimiento, la autovaloración del estado general de los mismos y la autoevaluación del pronóstico de los resultados y arribaron a la conclusión de que la autovaloración se relaciona con los años de experiencia del atleta. Este resultado coincide plenamente con las investigaciones de Ozolin, N. sus regímenes de preparación y con el resultado de su formación deportiva.

Richards, R. L. Y García, Ucha, F. (1981). Analizaron la autovaloración y el nivel de aspiración de un grupo de jóvenes gimnastas, encontrando como tendencia general de estos atletas, la sobrevaloración de acuerdo con el nivel deportivo que poseen.

Posada, P. y García, Ucha, F. (1981). Indagaron la relación entre el nivel de autovaloración, con los rendimientos deportivos y la calidad de la táctica en tenistas, arribaron a la conclusión de la tendencia a sobrevalorarse en los aspectos de la táctica al comparar su valoración con la valoración de los entrenadores.

Gutiérrez, P. (1984). Realizó un análisis comparativo de la autovaloración del atleta y la valoración grupal que de él hace el grupo de trabajo y los entrenadores.

García, Ucha, F. (1985). Investigó la autovaloración en los atletas de Voleibol femenino de alto rendimiento. Posteriormente, en el año 1987, el autor antes mencionado junto a Domínguez, M. y Pérez, Rosendo. Muestran un estudio en torno a la autovaloración y su significado para el rendimiento deportivo, concluyendo que la autovaloración del comportamiento deportivo tiene un papel directo en la transformación de los rendimientos competitivos de alto nivel.

Otro trabajo en torno al tema que nos ocupa fue la investigación realizada por Rodríguez, E. L., y Domínguez, M. (1988) referida a la autovaloración y su significado para el rendimiento de corredores de distancia media y larga. Demostraron que la autovaloración le permite al atleta correlacionar su nivel de aspiración con sus posibilidades reales de rendimiento cumpliendo un papel importante en la regulación y control del comportamiento deportivo.

Las elaboraciones de estos autores se pueden reunir en cuatro grupos:

Un primer grupo integrado por García, Ucha, F., Richards, R.L. y Posada, P. Aportan elementos relacionados con la subvaloración y la sobrevaloración de la autovaloración en atletas de alto rendimiento de diferentes deportes, que tienen que ver con la adecuación o inadecuación de la autovaloración y las consecuencias negativas que las dos direcciones traen consigo para el logro de resultados deportivos.

Un segundo grupo en el que se encuentran Fernández, A. y García, Ucha, F. ofrecen información relacionada con la autovaloración, la experiencia deportiva, la preparación, la formación deportiva y el comportamiento deportivo en la transformación de los rendimientos deportivos de alto nivel, lo que constituyen aproximaciones cada vez más profundas del tema y por consiguiente contribuyen a una mejor preparación psicológica de atletas y en particular al tratamiento que psicólogos y entrenadores deben dar a cada uno para el ulterior desarrollo de esta formación psicológica.

El tercer grupo representado por Rodríguez, E. L., Domínguez, M., se detuvo en el análisis de la autovaloración y el control del comportamiento, conocimiento que tiene una alta incidencia en los resultado del entrenamiento y la competición, en tanto el atleta tienen conciencia de sus meta y a dónde quiere llegar, y en esa misma dirección orienta su quehacer deportivo.

Gutiérrez, P. Este autor conforma el cuarto grupo, aborda el papel social de la autovaloración sobre la base de la opinión que el grupo tiene del atleta, con la valoración que este tiene, como indicador de relevante importancia por la influencia que la opinión social del grupo tiene en la formación y desarrollo de la autovaloración

En sentido general estos estudios han permitido profundizar en el conocimiento teórico y práctico acerca de la autovaloración en el desarrollo de la personalidad, y el logro de resultado en la vida deportiva, como nivel autoconsciente que permite valorar las capacidades mentales, físicas y tácticas, así como los resultados de la actividad. En este sentido, según González. Matilde (1990), la autovaloración constituye aquel nivel de autoconciencia en que la persona no solo conciencializa sus necesidades, capacidades y actividad, sino que es capaz además de valorarse, de evaluar sus capacidades mentales, físicas, sus cualidades morales y los resultados de su actividad. La autovaloración es la base del nivel de aspiraciones, es decir, de aquel nivel de funcionamiento que el individuo se considera capaz de realizar (González, L.G., 2004). Es por ello que está presente en todo acto de comportamiento como elemento orientador.

Algunas elaboraciones de Valdés, Casal, H. (1996).

Para este autor la autovaloración en el practicante de la actividad física sistemática y deporte agudiza sus percepciones en relación con la actividad. Más adelante escribe: "Así un saltador de altura es capaz de detectar un centímetro en la altura de la varilla, el corredor de larga distancia puede calcular hasta el segundo el tiempo de los tramos recorridos y un pesista sabe cuándo tiene un gramo de más en la palanqueta. De la misma forma se hace muy precisa la evaluación de los estados internos como el funcionamiento cardíaco o la percepción del esfuerzo para realizar el movimiento".

El investigador refiere la intervención de la autovaloración en la manera que el sujeto psicológico percibe la actividad, percibe su estado interno y su propia persona en función de la actividad física y deportiva, aspectos que actúan también en el autocontrol que realiza de la actividad.

Valdés, Casal, H., considera que la autovaloración de los practicantes de la actividad física, recae sobre todo en los posibles resultados a obtener, que depende a su vez de la historia de éxitos, derrotas y del tipo de orientación hacia la meta del deportista. Hace referencia a que la orientación hacia la superación provoca autovaloraciones más adecuadas que la orientación hacia el resultado, juicio que se considera interesante, si se tiene en cuenta que la superación y autosuperación constante, conduce generalmente a metas cada vez más altas. Cuando un atleta se autoevalúa en términos de su desempeño, de su maestría, estará en condiciones de realizar mayores esfuerzos, persistirá y perfeccionará sus habilidades y al final enriquecerá su personalidad y elevará los resultados obtenidos.

Partes: 1, 2, 3

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