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Evolución de la psicologia (página 2)



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Janet, médico, pronto se interesa por la psicología patológica. Como método propone ajustarse a la observación de la conducta, a la cual define como una categoría amplia que engloba un conjunto de acciones caracterizada por tener un significado y una finalidad, y cuya unidad reside en su valor funcional. Las acciones se encuentran en el origen del pensamiento y el acto es el desencadenamiento de una tendencia a hacer una serie de movimientos en orden sucesivo. Esas tendencias están siempre jerarquizadas pues algunas de ellas exigen gran fuerza psicólogica y tensión. Son estas las nuevas síntesis que abarcan numerosos hechos, la incorporación de nuevos conocimientos y el manejo de situaciones novedosas, es decir acciones orientadas hacia la realidad en forma eficaz. Otras acciones en cambio exigen menos fuerza y tienen una tensión mínima, como las acciones desinteresadas, las reacciones emocionales habituales y los movimientos automáticos.

Demuestra que en las neurosis las acciones que implican gran fuerza y máxima tensión son las primeras en ser suprimidas, persistiendo sólo las acciones automáticas, que se exageran.

Charcot (1825-1893) fue médico neurólogo y luego psiquiatra. En La Salpetriere estudia la histeria en las mujeres. Trabajó con la hipnosis, con la cual produjo estados motores imposibles de simular. En base a la hipnosis encontró tres estados nerviosos en la histeria: la catargia, la catalepsia y el sonambulismo. Los trabajos de Charcot (traducidos al alemán por Freud) fueron refutados por Metzner (1832-1919) al decir éste último que Charcot se basó en la sugestión y no en la hipnosis, y que lo que hacía Charcot era trabajar con personas altamente sugestionables y allí promover el síntoma.

Freud

Freud (1856-1939) era el mayor de seis hermanos y de dos hermanastros hijos del matrimonio anterior de su padre. Médico dedicado a la neurología, hacia 1880 toma contacto con Breuer, quien estaba tratando un caso histérico, el de Anna O (Berta Oppenheim). Freud no la trató, sólo fue un observador. Anna O interrumpió el tratamiento pues dijo que estaba embarazada; algunos dicen que se curó y fue asistente social, y otros que murió con un deterioro mental avanzado.

En 1900 aparece "La interpretación de los sueños" y luego siguieron muchos trabajos que fue autocorrigiendo. Pero su obra fundante es anterior (aprox. 1880) y es "Proyecto de una psicología para neurólogos". En 1933 comienza la persecusión nazi y sus obras son quemadas.

6. Continuadores del psicoanalisis

Psicoanálisis del yo

 Surgida en EEUU, enfatiza dos puntos: la importancia de la instancia yoica, y la enfatización del carácter (Freud no habló de carácter, salvo en el artículo "El carácter y el erotismo anal").

Reich, en "El análisis del carácter", define el carácter como una alteración crónica del yo que se caracteriza por su rigidez y que sirve para proteger al yo de peligros internos o externos. El carácter es la coraza del yo, el que se atrinchera por miedo al castigo. Frente al carácter neurótico está el carácter genital, armónico y plástico, que puede adaptarse, no es rígido. Rank, por su parte, habló de un carácter artístico e ideal.

Kardiner, Erikson, Anna Freud, Hartmann y Abraham buscaron integrar datos dinámicos y psicológicos dentro de la escuela del yo. Esta escuela buscó dar cientificidad a sus investigaciones. De éstas, hay dos bastante conocidas: la investigación Menninger y el Indice Hampstead.

La investigación Menninger empieza alrededor del 50 hasta el 72. Investigó la fortaleza yoica y sus funciones. Comparando pacientes con expacientes, estudiaron la fortaleza yoica, el nivel de angustia, el nivel de agresividad y la capacidad de externalización. Todo ello respecto de los pacientes. Respecto del tratamiento, indagaron la técnica (interpretación), la experiencia del terapeuta en el caso, y el grado de tolerancia. Y respecto de la situación, indagaron la posibilidad o grado de estrés, y la capacidad de irritabilidad.

Concluyeron dos cosas: primero, que la fuerza yoica depende de la combinación de la integración, la estabilidad y la flexibilidad de las estructuras psíquicas; y segundo, que la mayor fortaleza yoica permite mayor posibilidad de respuesta positiva en un paciente.

La investigación del Indice Hampstead empieza en el 50. Fue dirigida por Anna Freud y trabajó con chicos en relación con su educación. Se operó con índices porque se buscó aislar indicadores tanto del niño como de la madre y el grupo tratante que mostraran como eran las respectivas respuestas básicas para cada momento evolutivo.

Escuela inglesa

Mientras que para Freud al principio el yo no está estructurado, para M. Klein desde el nacimiento el yo está estructurado y con capacidad para la defensa. Esta autora habla de un Edipo a los seis meses, mientras que para Freud es muy posterior. Los aportes de Klein son básicos para comprender patologías adultas a partir de la observación que hizo sobre niños. Trabajó también con grupos, y sus continuadores fueron Bion y Jacks.

Estructuralismo

Al hablar de estructuralismo hay que remitirse en primer lugar a C. Lévi-Strauss, antropólogo, que tuvo tres grandes influencias: la geología, el marxismo y el psicoanálisis. En su relación con Jakobson empieza su trabajo en lingüística estructural.

Su fama se debe mas bien a sus trabajos sobre los parentescos, al establecer los principios básicos que gobiernan la gran cantidad de reglas que favorecen los intercambios de parentesco en las distintas culturas. Ayudándose con modelos matemáticos para dar cuenta de las posibilidades de cada sistema cultural y por cuál optar en la elección de un parentesco. Dice que la prohibición del incesto y la obligación al intercambio constituyen la opción mínima para formar un sistema.

En relación a esto tiene una conocida frase: "las mujeres circulan en relación a los hombres", porque el intercambio se hace con las mujeres, y se le prohíbe a la mujer el intercambio con su propia familia.

Otro autor importante es Michel Foucault, uno de los más claros exponentes del estructuralismo dentro del psicoanálisis. Otro fue Lacan, quien al morir disolvió la escuela que había fundado en 1950. Fue expulsado de todas las escuelas psicoanalíticas. Para algunos es muy importante porque incluye el estructuralismo dentro del psicoanálisis, pero para otros la visión de Lacan está totalmente aparatada de lo que había dicho Freud.

Karl Jung

Desde pequeño introvertido, su relación con sus padres influirá sobre él. El padre era pastor, cálido pero inseguro en sus creencias, y su madre imprevisible, vital, fue para Jung fuente de energía y seguridad afectiva. Siendo médico pasa seis meses entre los enfermos mentales, concluyendo que sus conductas no son percepciones distorsionadas de la realidad sino que están plenas de significado, el cual debe decodificarse. Empieza a interesarse por el planteo freudiano de la motivación inconciente y desde el principio trata de conciliarlo con las ciencias naturales y las leyes de la termodinámica, o sea la conservación y transformación de la energía aplicada a lo psíquico, que luego ocupará un lugar central en su teoría.

A pesar de ver Freud en Jung al hijo varón que no tuvo y ver Jung en Freud al padre seguro, la ruptura es inevitable cuando Jung concibe la libido como algo mucho más amplio e inespecífico que la mera representación psíquica del impulso sexual. Luego de la guerra, empieza Jung a desarrollar la teoría del inconciente colectivo al estudiar ciertos fenómenos que él considera como imágenes primordiales y determinantes de todo el desarrollo humano. Esto lo lleva a ampliar sus conocimientos (filosofía, orientalismo, alquimia, literatura, historia, idiomas griegos y latín, etc) y viaja a Asia, América y Africa para estudiar culturas muy diferentes a la occidental. Hacia el final de su vida se dedicó al estudio de la "sombra", que son los aspectos más inadaptados e indeseables del hombre, y por ello un arquetipo importante en el desarrollo. Antes de su muerte publica "El hombre y sus símbolos", dirigido al público en general.

Jung enfatizará la conducta humana desde el punto de vista teleológico y como expresión de su entorno universal; por ello privilegia las vivencias básicas humanas referidas a la vida, la muerte, la trascendencia, todas vivencias teñidas de un sentimiento numinoso (de "numen", espíritu). Estas experiencias están más allá de lo humano, es la experiencia de lo trascendental y lo sagrado (pero Jung no le da connotaciones religiosas dogmáticas).

Jung explica la dinámica de la personalidad mediante la idea de libido. La libido (anhelo, ansia) es la energía indiferenciada que está en la base de todos los procesos vitales. Es algo muy concreto pero imposible de conocer (así como ocurre con la idea de energía en física).

La energía es algo capaz de producir trabajo, o sea se define por lo que hace, no por sí mísma. En sí mísma nadie sabe qué es: es el maná de los polinesios, la fuerza de la inspiración, etc, o sea es fuerza creadora, acción vital que regula la actividad psíquica desde dentro: no hay nada desde fuera que regule dicha actividad.

El mantenimiento y la transformación de esta energía es explicado por las leyes de la termodinámica. La actividad psíquica es entendida como un proceso energético sujeto a transformaciones que se realizan mediante regulaciones internas que tienden a compensar en uno u otro sentido los excesos energéticos canalizándolos para mantener el equilibrio. Así, las transformaciones de la energía exigen una constante interacción entre los distintos aspectos hacia los que se canalizan. Estos aspectos (al igual que las cargas eléctricas), son opuestos entre sí, y así la energía se desplaza entre polos opuestos con el fin de equilibrarlos. Así, la psique es un sistema de autorregulación energética entre opuestos o polos antagónicos presentes en ella. El principio de enantiodromía o principio de los opuestos es entonces el principio básico de la dinámica de la psique. Este principio rige además en todo el universo.

La energía y su dinámica son inconcientes, pero lo que Jung no determina es donde termina la energía física y empieza la psíquica: esta transformación en otra modalidad de la misma y única energía ocurre en un determinado momento de la evolución de la especie: en el momento donde el hombre deviene "simbólico", o sea de un momento donde nada tiene sentido a otro pleno de sentido: el símbolo es como una máquina psicológica que transforma la energía física en psíquica, o sea en libido.

Los símbolos son hechos, imágenes, palabras, situaciones que representan, expresan, designan o connotan algo más que su significado inmediato o manifiesto. O sea tienen un aspecto desconocido, inconciente, imposible de definir porque si no no sería "algo más". Definir el símbolo es anularlo, vaciarlo, y sólo podemos alcanzarlo como metáfora o alegoría de un sentido complejo, innato y tan antiguo como el hombre. El contenido último del símbolo sólo es presuntivo. Por ello los símbolos no se piensan, se sienten, se viven en imágenes; ellos constituyen las expresiones naturales espontáneas de la energía psíquica que se van cristalizando a lo largo de la evolución transindividual. Por ello son comunes a toda la humanidad.

Símbolo entonces es una unidad sincrética (contiene muchos elementos) de significados polivalentes (muchos significados) situada entre lo manifiesto y lo oculto. El trabajo hermenéutico va descubriendo algunos de los muchos significados, y lo que se revela es una estructura enantiodrómica detrás de ellos, o sea una estructura donde hay polos opuestos.

La psique consta de tres sistemas: conciente, inconciente personal, e inconciente colectivo.

El núcleo del conciente es el yo, conformado en base a percepciones, memoria, sentimientos, pensamientos. El yo es organizador y guardián de lo conciente y provee identidad y continuidad de la personalidad a lo largo de la historia. El yo es selectivo para salvaguardar la coherencia interna personal y permitiendo la adaptación al medio. Tanto estructural como dinámicamente, lo conciente es el producto más reciente de la evolución filo y ontogenética, y su desarrollo está relacionado con el de los otros sistemas.

El inconciente personal encierra todo aquello que fue antes conciente pero que fue reprimido. Tales deseos o impulsos pueden emerger nuevamente bajo formas regresivas, a la conciencia, produciendo imágenes que expresan el conflicto subyacente. En el inconciente personal se conforman los complejos de carga afectiva, término este último creado por Jung en 1912 y definidos como una estructuración de experiencias reprimidas en torno a fuertes núcleos afectivos. Estos núcleos ejercen una acción constelizadora, pues son como un imán para atraer experiencias que se viven del mismo modo que esos núcleos conflictivos. Tanto ética como intelectualmente, el inconciente personal es neutro; es un ente natural que sólo es peligroso cuando lo conciente impide la resolución de sus conflictos subyacentes.

El inconciente colectivo es el que tiene mayor influencia en el desarrollo filo y ontogenético, y es el sistema de mayor fuerza y autonomía. Es el fundamento hereditario del hombre y se confunde con la naturaleza misma. Surge cuando la energía vital se transforma en psíquica mediante la simbolización por lo que tiene que ver con vivencias primitivas que revelan una profunda participación afectiva del hombre como parte de la naturaleza.

El inconciente colectivo se fue estructurando generación tras generación a partir de vivencias interiores (sistema simpático), y transformando la enegía vital en psíquica. La conciencia surgió a su vez de la telencefalización del cerebro, y el yo pudo organizar las vivencias externas y así organizar el mndo, estableciendo una separación entre el yo y el mundo.

La energía canalizada en forma psíquica se expresa en los contenidos propios del inconciente colectivo: los arquetipos. Estos establecen un vínculo entre el hombre y su realidad vital, cósmica, y es similar a la idea platónica. Los arquetipos surgen de experiencias ancestrales y a su vez determinan la experiencia individual actual.

Como contenidos energéticos, los arquetipos se canalizan generando imágenes primordiales, símbolos ejemplares y patrones de conducta. Así, el arquetipo es energía subyacente al símbolo. El arquetipo se estructura alrededor de vivencias primordiales relacionadas con las necesidades del hombre, su devenir, cosas que tienen fuerte carga afectiva. Como contenidos energéticos a priori no pueden someterse a elaboraciones concientes, y por ello son un hecho psíquico puro y básico. Entre los hechos significativos de la experiencia humana en torno a los cuales se organizan los arquetipos podemos mencionar los siguientes:

1) Símbolos que representan cambios de identidad: nacimiento, pubertad, matrimonio, etc. 2) Símbolos que representan vínculos: padre-hijo, madre-hijo, sexuales, etc. 3) Símbolos que representan vínculos entre partes de la psique: conciente-inconciente, pensamiento-sentimiento, masculino-femenino, etc. 4) Símbolos que expresan vínculos con el medio social: jerarquía, autoridad, metas y valores sociales, y 5) Símbolos vinculados a la muerte y la trascendencia. Alrededor de todos estos hechos y situaciones se han ido formando complejos arquetípicos que se expresan por medio de los mitos, las creencias, ritos y ceremonias. Todos ellos son profundamente simbólicos, es decir, con un significado polivalente y una estructura enantiodrómica. El aspecto externo, el soporte material varía según el individuo y según el contenido histórico y cultural, pero el significado remite siempre a contenidos arquetípicos arcaicos.

Alfred Adler

Al principio médico oftalmólogo, luego fue psiquiatra. Se interesó desde el comienzo por la psicología infantil, de donde surgieron sus estudios sobre la inferioridad de los órganos. Al principio enrolado en el psicoanálisis, sus diferencias con Freud fueron agudizándose cada vez más, criticándole a éste aspectos como los siguientes: Adler minimizó el concepto de inconciente, mostrando que lo determinante de la vida psíquica es en rigor el complejo de inferioridad; rechazó la estratificación de la personalidad en instancias: negó importancia a lo sexual como determinante; negó el carácter natural del complejo de Edipo, asignándole un carácter de epifenómeno cultural; refutó el origen sexual de la neurosis; introdujo profundas modificaciones en la psicoterapia analítica.

En "El carácter neurótico", adopta una postura holística: la totalidad psíquica es irreductible a cualquier elemento, con lo que se opone tanto a los atomistas como a los fisiologistas porque enfatizan el papel de los instintos o de lo genético. Resalta así la importancia del ambiente en el carácter y el estilo de vida. Se opone también al determinismo, postulando que hay una responsabilidad individual y una libertad. De Nietszche tomará el concepto de voluntad de poderío.

Para Adler, detrás de toda neurosis se oculta un complejo de inferioridad, como estructura cristalizada de los naturales sentimientos de inferioridad de la infancia. Esos sentimientos fundan la conducta humana (y no la sexualidad), o sea la necesidad de sobrevivir en un medio hostil, o vivido como tal. Así, la conducta busca superar este sentimiento de inferioridad logrando normalmente la propia estima, desarrollando estrategias de supervivencia y haciendo más soportable la vida a pesar de las continuas renuncias y frustraciones. Lo que importa es el fin que se oculta tras toda conducta. Los llamados caracteres personales son entonces resultado de mecanismos compensatorios para superar la condición primordial de inferioridad.

El sistema de Adler abarca tres aspectos: 1) es una teoría del carácter basado en la psicogénesis del mismo, y que implica una tipología y una pedagogía, 2) es una técnica de exploración del carácter, y 3) es una psicopatología que implica también una psicoterapia.

El carácter es el estilo de vida propio de cada persona, y es lo que lo define como ser único, individual. Se va estructurando genéticamente mediante ciertas fases. Primeramente el niño busca un punto de apoyo que le sirva de referencia en un mundo para él desconocido, punto que encuentra en primer lugar en sí mísmo. Luego este punto de referencia serán los padres, se compara con ellos y surge un sentimiento de pequeñez, inferioridad, por lo que su primer objetivo será estar arriba como lo están sus padres. En este contexto el papel del sexo es importante: el niño ve la condición social de la mujer, inferior, y a su meta de superioridad agrega entonces un objetivo de masculinidad. En la niña esto toma la forma de "protesta viril", que aparece cuando ella ve en lugar que ocupa el hombre en la sociedad.

Tanto el niño como la niña, para lograr el objetivo de superioridad, van estructurando cierta línea de conducta que configuran la base de su carácter, y todo esto ya ocurre en los primeros años de vida. El carácter es único, siempre igual y en cada rasgo del mismo se expresa el carácter como totalidad.

Paralelamente, se va gestando también un sentimiento de comunidad, de pertenencia o cooperación, que es un mecanismo compensatorio de la inferioridad que es normal y adaptado a la realidad. Pero puede ocurrir también que el sentimiento de inferioridad busque ser compensado no a través de la cooperación, sino mediante el dominio del otro, lo que implica una dirección patológica.

El sistema de Adler como técnica de exploración del individuo debe centrarse en descubrir la forma original y única como cada sujeto ha elaborado sus experiencias, como ha hecho su estilo de vida y los objetivos en torno a los cuales ese estilo se ha configurado. Esta exploración es retrospectiva, teleológica y totalizante.

Retrospectiva porque busca remontarse a los primeros años por una reconstrucción mnésica que descubra los sentimientos y experiencias que fueron formando el carácter desde la infancia: se trata de ver la psicogénesis del carácter.

Teleológica longitudinal pues es necesario captar el sentido del estilo de vida. Acá interesan las metas.

Holística o totalizante porque el rasgo de carácter del individuo debe interpretarse en función del contexto vital del mismo. Esta comprensión global no debe quedarse en el análisis de un rasgo sino verlo en función del todo, incluyendo lo social.

El sistema de Adler como psicopatología y psicoterapia recurre a criterios de salud y enfermedad derivados de los presupuestos básicos de cómo se formó el carácter. Para Adler las neurosis son desajustes psicosociales siempre derivados de un egocentrismo básico. Este egocentrismo impide al individuo superar la inferioridad inicial llevándolo a cristalizar esos sentimientos iniciales en forma de cmplejo, o bien sobrecompensatoriamente mediante la superioridad y el dominio sobre los otros.

El estado idealmente sano se deriva, en cambio, del sentimiento de comunidad que lleva al interés por las metas sociales. Salud implica esfuerzo y responsabilidad individual en relación con el cumplimiento de ideales sociales.

Así, la psicoterapia adleriana implica el reconocimiento de que la propia realización como persona sólo se consigue por el trabajo en pro de guías comunes que benefician a la sociedad y permiten su desarrollo, pero no a expensas de los otros. Sano es quien puede subordinar su interés egocéntrico al bien común. En este sentido se asemeja al deber-ser de Kant.

La meta de la psicología individual es hacer claras y concientes las exigencias egocéntricas regidas por la voluntad de poder, para subordinarla al logro de metas interpersonales. El sistema de Adler se llama psicología individual porque apunta a esclarecer al individuo como ser único: no es una psicología individualista, como la que según Adler sostenía Freud.

Karen Horney

Fue K. Horney la más directa seguidora de Freud. Cuestionó los criterios de salud y enfermedad, diciendo que deben basarse en consideraciones culturales y no biológicas.

En su tesis fundamental, dice que el ser humano nace con un binomio básico de ansiedad y hostilidad, originados en la temprana infancia. Estos dos aspectos, adquiridos, es lo que hace que cada uno vaya buscando la solución en las relaciones humanas; en algunos casos se encuentra y en otros no. En este último caso se da la neurosis. Tanto Horney como Sullivan ven la neurosis como engendrada en la infancia y derivada de la falta de seguridad y amor.

La neurosis es una defensa contra la angustia, defensa que puede adoptar tres formas (de las que surgen los tipos de persona): 1) el complaciente, 2) el agresivo, y 3) el desligado-desinteresado, donde hay ausencia de compromiso.

La tipología basada en el tipo de defensa agrupa también a: 1) el impulso hacia la gente, el amor. Es el más sano; 2) el alejamiento de la gente, afán de independencia; y 3) el impulso contra la gente: afán de poderío.

K. Horney dice al hablar de la imagen ideal que la persona neurótica va armando una imagen ideal de sí mísma como resultado de sus choques con la realidad. El neurótico sufre un "orgullo neurótico", que se expresa a través de diez tipos de necesidades neuróticas, que son las siguientes:

1. Necesidad de afecto y aprobación: no es el afecto sincero. Justifican las terapias y muchos padecimientos de amor por necesidad, pero no es amor. Es la "tiranía del debiera", la necesidad que se disfraza de amor, o sea el amor como necesidad de dependencia.

2. Necesidad de un compañero que se haga cargo de la propia vida, que es la fantasía de muchos analizados en la terapia.

3. Necesidad de restringir la propia vida a límites estrechos: por ejemplo el obsesivo.

4. Necesidad de poder: quienes les gusta mandar.

5. Necesidad de explotación: el explotador compulsivo.

6. Necesidad de prestigio.

7. Necesidad de admiración personal.

8. Necesidad de logro personal.

9. Necesidad de autosuficiencia e independencia.

10. Necesidad neuromotriz de perfección: el obsesivo-compulsivo.

La terapia según Horney consiste básicamente en un análisis situacional: interesa fundamentalmente la situación actual del paciente, más que el conflicto en sus raíces históricas y genéticas.

Harry Sullivan

Su pensamiento fue importante en los EEUU, y para él la unidad de estudio no es el inconciente sino la situación interpersonal, y por ello fue un precursor de la psicología social. Define a la personalidad como un centro dinámico de procesos inter-personales, y podemos reconocer en la postura de Sullivan tres elementos fundamentales: los dinamismos, la personificación, y los procesos cognitivos.

1) Dinamismos: el psiquismo se compone de procesos, de transformaciones de energía que se hacen a través de unidades mínimas y que muy a menudo se concentran en determinadas zonas, como por ejemplo las zonas erógenas. Esta tesis de la fragmentación de la energía total es lo que para Sullivan fundamenta la dinámica de la persona. Si esas dinámicas funcionan bien, la persona se desarrolla normalmente, y ocurriría lo contrario si se presentan obstáculos.

La persona se entiende a partir de su relación con la sociedad y más concretamente sus relaciones inter-personales. Estas relaciones generan siempre ansiedad, y frente a estas ansiedades se elaboran defensas conformándose el llamado "sistema del sí-mísmo". Si este sistema es coherente con la realidad, la persona funciona armónicamente, y si no lo es, la persona es neurótica.

2) Personificación: resulta de la necesidad de dar una imagen y que los demás nos perciban com una imagen definida. Son estereotipos compartidos por el mundo que nos rodea, a los cuales uno se ajusta o intenta simpre ajustarse.

3) Procesos cognitivos: de los cuales existen tres tipos: prototáxico, paratáxico y sintáxico. El prototáxico es el conocimiento de las relaciones causales, es el modo habitual del pensar. Se lo denominó corriente de la conciencia. El paratáxico es una modalidad de apoyarse en la magia y la superstición, y conecta acontecimientos en series no causales. El tipo sintáxico tiene una actividad simbólica verbal que determina mediante el lenguaje un orden lógico de experiencias.

Todas las transformaciones de energía se realizan, para Sullivan, a través de trabajos manuales y mentales, fundamento de la labor terapéutica. Esta implica un reconocimiento recíproco entre paciente y terapeuta, un detallado interrogatorio relacionado con lo situacional, y una iniciación que debe necesariamente ir acompañada de una emoción también recíproca, nacimiento del pacto terapéutico.

Enviado por: Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®

Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 2016.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE, JUAN BOSCH Y ANDRÉS CASTILLO DE LEÓN – POR SIEMPRE"®

 

 

 

Autor:

Víctor Cabrera Vistoso.

Partes: 1, 2
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