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La Religión Crística a la luz de las enseñanzas originales de Jesús El Cristo (Parte V) (página 2)



Partes: 1, 2

Para conseguir armonizarnos con aquel Océano Cósmico, es preciso pensar, sentir y actuar, según los ideales, más elevados posibles, es preciso irradiar paz y armonía a nuestro alrededor, es preciso dar antes de recibir. El Bien tiene su opuesto aparente, el mal. Esto tiene el propósito de que lo podamos identificar por contraste, y así ocurriendo, elegirlo, rechazando las tinieblas

.Elegir el Bien, elegir la Luz es Nuestra Misión.
Y cumpliéndola, estaremos recorriendo el camino de la Felicidad, que
en lenguaje bíblico – como ya vimos – recibe el nombre de Reino de los
Cielos. ¿Se percibe ahora que la caminada no es tan difícil? Cuando
sabemos – por vislumbre interno, por intuición genuina – que dentro de
nosotros palpita una chispa de Luz Cósmica, la vida se hace más
fácil, más soportable, más satisfactoria.

Estamos aquí con el objetivo de aprender ciertas lecciones, a través de la experiencia de la Vida. Cuanto más rápidamente las aprendamos, menos sufrimiento tendremos y mas velozmente transitaremos por las sendas que nos conducen al Reino Interior, al Reino de la Felicidad.

Cuando nuestros corazones están felices, exultantes, realizados, nos transformamos en focos que irradian para los otros, brillantes rayos de luz y esperanza. Al hacerlo, estamos cumpliendo con nuestra misión.

Nuestra verdadera misión es – precisamente – ser auxiliares del Creador, ayudándolo a transferir y transformar vibraciones de altísima frecuencia, que emanan de su Fuente Infinita, para aquellos que la necesitan. Ninguna Felicidad verdadera y sí, a lo máximo, una satisfacción falsa y de poca duración, es encontrada cuando nuestros objetivos son puramente egoístas. Pero cuando el altruismo hace carne en el corazón y nos transformamos en canales de manifestación cósmica, todo brilla a nuestro alrededor.

Auxiliar a otros, menos evolucionados, es una de las misiones fundamentales del hombre. El Creador precisa de nosotros para esa magna tarea, porque su Energía Divina, aplicada directamente a los necesitados, los fulminaría. Él precisa de intermediarios, canales, vehículos; Él precisa de verdaderos Seres Humanos. Una forma simple de participar en este trabajo cósmico, consiste en enviar mensajes mentales vibrantes de paz interior, optimismo, armonía, prosperidad, fe y esperanza, en la medida en que se tenga contacto físico con las personas.

Por ejemplo, podemos enviar mensajes mentales dentro del ómnibus, de las filas de espera en el cine, en el banco, en el correo o en el supermercado, en la sala de espera de los médicos, a los vendedores que nos atienden etc. También podemos enviar esos mensajes cuando hablamos con algunas personas o cuando las oímos, cuando escribimos una carta o un e-mail, cuando las abrazamos o les damos un simple apretón de manos.

Lo importante es que el mensaje sea auténtico, genuino, sincero. Esa es una de las formas más maravillosas y útiles que el Creador tiene, para irradiar su Energía Cósmica, a través de nosotros, sus canales humanos,

También podemos cumplir esta misión de noche, mientras dormimos. En efecto, cuando la conciencia física se calma y finalmente adormece, debido al sueño y la fatiga, surge una nueva y radiante posibilidad: trabajar con nuestra Alma, con el Ser Crístico que vive en nuestro interior, sin que sepamos – muchas veces – de su existencia.

Para preparar esa magnífica tarea, es necesario por comenzar a saturar la mente con pensamientos cálidos durante el día, impregnados de paz, amor y buena voluntad. Al acostarnos, los retenemos en nuestra mente hasta quedarnos dormidos. En ese momento, la mente subconsciente los envía a los destinatarios. De ese modo, se puede consolar a los tristes, a los sufrientes, iluminar gobernantes, científicos y artistas, así como difundir la paz interior. La luz, la comprensión y la buena voluntad en las personas, en general.

Por otra parte, debemos recordar que enviamos para los otros, apenas una copia; el original queda dentro de nosotros. Si él fuera puro y generoso, nuestro interior resplandecerá de buenos sentimientos, y por lo tanto de Felicidad. Sin embargo, si tomáramos el camino inverso, colocando odio, codicia y envidia en nuestra mente y lo enviáramos para otros, el original también quedará dentro de nosotros, intoxicando aún más nuestra vida.

El hecho real es que, a pesar de todo, la gran masa continúa exclusivamente preocupada con su vida material; otros valores no existen para ella. El becerro de oro continúa siendo su ídolo indiscutible. Pero, tenemos seguridad que usted, lector, es diferente. Usted tiene un objetivo claro y definido en su vida: descubrir la senda que conduce a la Felicidad. Por lo tanto, en la medida que desarrolle potentes y armoniosos pensamientos de paz y optimismo, de amor y buena voluntad, de fraternidad y alegría, irá atrayendo a su alrededor, pensamientos afines de otros personas.

De ese modo, a través de su atracción magnética, usted se transformará en un núcleo para el Bien, en un operario cósmico, en una herramienta valiosa en las "manos" del Creador, y en la medida en que se integre más y más en ese trabajo maravilloso, las Energías Cósmicas encontrarán en usted, un canal que les permitirá descender hasta aquellos que realmente las necesitan. Es así que cumplimos la misión que nos fue dada aquí en la Tierra; es claro que algunos utilizarán ciertos dones y otros utilizarán otros dones. Hay, por lo tanto, una misión general y una misión particular.

La misión fundamental del ser humano es clara: transformarse en un canal por donde las Energías Cósmicas se puedan mover libremente, teniendo como objetivo su irradiación sobre la Humanidad sufriente. La misión particular debe ser encontrada por cada uno de nosotros: la Luz puede ser difundida a través de escritores, científicos y artistas, pero también a partir de cualquier otra profesión u oficio, por modesto que sea.

De este modo, cada uno debe analizar cuidadosamente cual es su vocación, o sea, aquel tipo de actividad que hace vibrar su alma y comenzar a recorrer ese camino, primero lentamente y después más rápido, hasta consolidarse en él.

Nunca es tarde para comenzar a transitar nuestra misión, por un motivo muy simple: lo que dejamos incompleto en esta vida por falta de tiempo, comprensión y oportunidad, lo retomaremos en nuestra próxima experiencia como ser físico, encarnado. Por lo tanto, cuando más hayamos avanzado en esta vida, mejor estaremos preparados para la otra. Por lo tanto, aunque usted tenga 60, 70, 80 ó más años, está todavía a tiempo para comenzar el gran cambio de su vida: decidir cuál es su misión particular y comenzar a desarrollarla ya, a cualquier precio.

Tanto la misión fundamental como la particular, están basadas en el nuevo principio que el Maestro difundió en el mundo hace 2000 años: el Amor. Cuando la capacidad de amar llegue en nosotros al nivel necesario, las malezas que crecen al amparo de la ignorancia, de las tinieblas, espirituales y de las ansías de dominación y explotación, serán extinguidas y entonces seremos capaces, como especie, de crear, o diciendo mejor, re- crear el Paraíso en la Tierra.

¿Utopía? Tal vez lo sea hoy, en "este contexto", pero si continuásemos luchando sin desmayar por lo que es bueno, justo, noble, elevado, amoroso, bello y pleno de luz, la Utopía (la Gran Utopía, ver Bonilla, 2), en algún momento se transformará en Realidad.

Y eso ocurrirá, simplemente, porque ese el destino del hombre, decretado por el Creador. En esa oportunidad, nuestra misión estará cumplida y nuestro trabajo fructificará: desde el Refugio del Altísimo, una centella de Luz nos será dirigida, para indicar que las palabras del Maestro, también se refieren a nosotros: "Por sus frutos les conoceréis".

La gran utopía involucra un impulso cósmico

EL PROCESO EVOLUTIVO DEL SER HUMANO.

Estamos llegando a un punto en este libro, donde algunos tal vez lo abandonen, pues precisamos entrar en asuntos muy profundos, de los cuales no hay referencial racional ni pruebas de laboratorio. Lo único que nos puede guiar es la intuición, la inspiración, la aspiración de alcanzar grados más elevados de conciencia.

No pretendemos pues, mostrar "la verdad" ya que ella no se escribe, no se demuestra, no se enseña. ¡La verdad se vive!, entendiendo por ella una minúscula fracción de la Verdad Absoluta, que por su infinitud y su eternidad no puede ser constreñida y recluida dentro de la limitada comprensión humana.

Carey (8) es uno de esos raros autores iluminados que recibió mensajes de las Altas Esferas, percibiendo como se desarrolla una visión evolutiva del ser humano. Algunos lectores podrán encontrar las ideas que presentaremos de aquí a poco como fantasiosas. No tenemos ninguna demostración científica para oponerles, pero nos parece que sería bien más interesante dejar de lado el racionalismo ambiguo (que nos ha llevado a la bomba atómica, a la destrucción ambiental y al canibalismo económico). Confiar en la intuición, es una importante herramienta para el crecimiento del ser humano.El proceso evolutivo del ser humano según Carey (8) podría ser explicado así:

  • 1) Al principio, el hombre, ser espiritual, vivía en el "paraíso", en alegre comunión con el Creador y con seres de naturaleza angélica (Esto lo dicen todas las religiones, aunque de forma extremamente simplificada) El ser humano, dentro de un Plan Superior, perfectamente equilibrado, comenzó a experimentar ciertas frecuencias seleccionadas, que eran momentáneamente separadas de la Unidad, personificando así individualidades específicas. Esto era inicialmente como un juego, puro deleite.

2) La evolución, conducida por un impulso cósmico, llevó al ser humano a retener una forma específica de identidad, como una gota de agua que se separa del océano y forja su individualidad.

En ese proceso, el hombre se fue cubriendo de una camada cada vez mas espesa de estructura molecular, que culminó en su materialización o sea la adquisición de un cuerpo, siendo deslumbrado con las nuevas características del reino de la materia, bien diferente del reino de la energía.

Con el paso del tiempo, el ser humano se adaptó completamente al mundo material limitado por el tiempo y el espacio, y sólo quedó en su mente una visión nebulosa del pasado, negándose a reconocer las jerarquías cósmicas con las cuales había compartido su vida, eones de tiempo atrás. Así en la medida en que el hombre se hacía más material, olvidaba el perfume de su vida anterior, e incluso comenzó a designar a aquellas jerarquías como "entidades etéreas sin sustancia", "fantasías" anti-científicas, etc.

La culminación de este proceso llegó cuando el hombre, ya anclado en la materia, comenzó a considerarse como algo separado del resto de los seres y por lo tanto de la Naturaleza. Se transformó en una partícula de polvo, arrastrada por la tempestad, como una hoja suelta desligada de su Raíz Original.

Por estos motivos, la percepción humana de la Conciencia Cósmica ha sido muy limitada por la separatividad antemencionada; pero en la medida en que un ser humano especifico evoluciona y llega a cierto nivel de comprensión, su conciencia le presenta ideas que no están disponibles para los que se auto-prendieron en una cárcel interior. Es por eso, extremadamente difícil exponer algunos conceptos, porque para que puedan ser aprehendidos, es necesario que surja alguna luz de aquella prisión. Si ésta está ausente, la comunicación no es posible.

Debe ser esclarecido que no fuimos colocados en ese Plan (Proyecto Ser Humano) por decisión superior. Cada uno de nosotros, optó – en un momento específico – para ser un auxiliar del Creador en la exploración y desarrollo del mundo material.

El libre albedrío, la mayor gracia que fue concedida al ser humano, impedía imposiciones, aún del Creador. Por lo tanto, la propia naturaleza de ese Plan, exigía que la proporción exacta de la materia (mundo físico) y de la energía (mundo espiritual) a ser aplicados en el planeta Tierra fueron oriundos de una decisión humana.

He aquí el motivo de por qué el ser humano precisó "dormir" espiritualmente un cierto tiempo; si no lo hubiera hecho, las fuerzas materializantes, no hubieran podido desarrollarse con plenitud, y el equilibrio entre ambas corrientes sería imposible.

Dicho en otras palabras, dentro del Plan Cósmico fue necesario que el hombre oscureciese su espiritualidad, para que su materialidad tomase cuenta de su cuerpo y de su mente. De lo contrario, no podría haber zambullido en el mundo físico. Aquí está la explicación acerca de por que el Mal no existe (ya discutido en este capítulo desde otro ángulo)

En efecto, la "caída" del ser humano, testimoniado por todos los libros sagrados, no significa un triunfo del mal sobre el Bien y sí que era necesario, para que el hombre pudiese conducirse en forma equilibrada tanto en el mundo espiritual como en el físico y para tanto, era necesario privilegiar la nueva experiencia.

Por lo tanto, la "caída" no fué acción de demonios o seres malignos. Ella estaba dentro del Plan Cósmico y algunos seres espirituales guiaron el hombre por ese camino. Pero no eran seres satánicos y si auxiliares del Creador en un proceso especial, como es la evolución humana.

Sin embargo, en todo este proceso, el hombre conservó su libre albedrío. Por lo tanto, no hubo imposición de los "seres malignos". La inmensa mayoría de los seres humanos, aguijoneados por la flamante separatividad, se dejaron llevar por aquellos, renunciando a su propia autonomía y libertad. La "caída" es repetida diariamente por innúmeras personas que niegan su propia capacidad de ser creativos y prefieren llevarse por opiniones ajenas.

O sea, la historia de la "caída" se repite diariamente, sin comprender que nos fue dada autoridad para indicar a las fuerzas materializantes el destino que escogemos. Lamentablemente no comprendimos esto y así el ser humano abdicó, entregando su poder a aquellas fuerzas, que se presentan así como negativas, destructivas y hasta diabólicas. Esto es la repetición de la "caída". ¿Será que desarrollando más el raciocinio podremos cambiar el rumbo de nuestras vidas?

A través del raciocinio tenemos conocimientos increíbles por su precisión, pero la Tecnociencia que ellos crean no puede resolver ese problema. Sólo el corazón y el alma humana, pero ellos están oscurecidos por las gratificaciones del becerro de oro y por la "realidad" de la separatividad.

¿Cual es la salida entonces? Si miramos objetivamente para la especie humana, las esperanzas parecen casi perdidas. Con todo, hay otras posibilidades.

No tenemos espacio aquí para hacer un inventario de sucesos que acontecieron en el planeta Tierra y que muestran que hay fuerzas invisibles que están conduciendo la evolución humana a través de impulsos cósmicos.

Apenas un ejemplo: en la Edad Media, ahogada por la "Santa Inquisición", tres millones de personas fueron quemadas vivas, sus bienes confiscados y sus familias expulsadas, apenas porque no concordaban con los dogmas que le eran impuestos.

A pesar de estas restricciones horribles y del irresistible poder físico feudal y eclesiástico, actuando mancomunados, el espirito humano, a través de los Bacon, los Galileos y los Descartes, la racionalidad acabó sustituyendo la pseudo-espiritualidad, de modo que así se desarrolló el método científico, que nos condujo a la actual Ciencia y a la actual Tecnología. ¿Cómo es posible que el ser humano haya atravesado esta "cortina de acero" a pesar de los brutales riesgos que cualquier actitud contrastante involucraba?

Parece haber una única respuesta, partiendo de la idea de que la evolución humana ocurre en función de un Plan Cósmico. Y ella es simple: si hay un Plan Cósmico, hay un Planificador y éste, como un buen gerente, refuerza ciertos aspectos en determinados momentos. A esto le llamamos un impulso cósmico.

Esos impulsos que antes ocurrían cada milenio, después pasaron a ocurrir en períodos más cortos. En el siglo XX hubo varios: 1914 (Primera guerra mundial), 1929 (crack de la bolsa americana); 1945 (Segunda guerra mundial) etc. Esos acontecimientos, son obviamente negativos, pero eran necesarios para comenzar un proceso de limpieza de la mente y de los corazones humanos, completamente intoxicados. Aquí entró en juego la Ley de la Compensación, que los hindúes llaman de carma. ( Ver Bonilla,4)

Hecha una limpieza interna, vinieron impulsos positivos, como la década del 60 donde se abrió una esperanza para la sociedad humana, después negada, porque aún no habíamos madurado lo suficiente. En 1987-89 vino una nueva onda de conciencia que condujo a la caída del Muro de Berlín, a la reducción de armas, sobre todo nucleares, la democracia volvió a América Latina etc.

Es probable, a partir de este análisis, que la historia humana se está acercando a un punto de inflexión (o "punto de mutación", como dice Capra, 7). He aquí un concepto tal vez demasiado grandioso para la mayoría de las personas: un nuevo impulso cósmico, tal vez en la próxima década, podría iniciar un ciclo de gestación de una inteligencia planetaria, una vuelta al principio, dejando de lado la separatividad y uniendo los hombres dentro de una visión holística, plena, fecunda y verdaderamente humana, que no es otra cosa que la Gran Utopía.

Este impulso cósmico no estará dirigido a transformar las mentes, que apenas siguen las pasiones, muchas veces oscuras, del corazón. Lo que se precisa es abrir los corazones.

el impulso cósmico en direccion a la gran utopía

Dice Carey (8): "La Palabra que el Creador envía para estos tiempos de cambio es metaconceptual y telepática, más abarcante y mas específica que los términos proporcionados por el lenguaje. Es la Palabra viva mencionada en las Escrituras. Es el alimento básico de los nuevos tiempos".

Este es el impulso cósmico necesario para desarrollar la Gran Utopía, la nueva sociedad humana, justa, digna y armoniosa. Él está próximo, porque está llegando el momento en que el Proyecto Ser Humano, necesita incorporarlo, bajo pena de echarlo todo a perder. El libre albedrío del hombre, como estudiante inmaduro en un laboratorio de química, ya quebró demasiados matraces y tubos de ensayo demás. Antes que el laboratorio sea destruido, el profesor dará las lecciones necesarias para que eso sea evitado.

En el caso humano, no habrá una clase especial de instrucción, como en el caso del alumno mencionado, pues a nosotros nos fue dado, desde el principio, todo el conocimiento. Sólo que por estar tanto tiempo escondido en un cajón, se llenó de polvo y está irreconocible. Lo único que se precisa es una "sacudida", de modo que el polvo desaparezca, y deje claramente a la luz, la brillante chispa cósmica que siempre nos acompañó.

Ese proceso se cumplirá rápidamente a través de un impulso cósmico, que no es otra cosa que la aceleración de las frecuencias vibratorias existentes en el planeta Tierra, de modo que las más bajas y groseras serán descartadas. Es como si recibiésemos una invitación del Creador a concentrarnos a vivir del modo más elevado posible, abandonando las ropas viejas que nos acompañaron durante milenios.

¿Fantasía? Pensemos un poco: si usted cree que el mundo y el hombre nacieron al azar, obviamente lo afirmado es fantasioso. Pero si concordáramos que el Universo (y por lo tanto el ser humano) tuvieron un proceso de Creación, a partir de una Inteligencia Superior, es obvio que Él, tendrá el poder de intervenir (respetando nuestro libre albedrío), orientando el hombre de una cierta forma.

Ese impulso cósmico inminente, es apenas una etapa del "Proyecto Ser Humano", de la misma manera que nosotros lo hacemos, creando objetos y productos de los más variados, los que van siendo ajustados de determinada forma en cuanto son elaborados. La gran diferencia es que el ser humano trabaja con material inerte o aún vivo, pero sin autoconciencia. El Creador trabaja con el ser humano, considerando nuestra autoconciencia y nuestro libre albedrío. Él nos orienta, nos estimula, nos incentiva, pero la decisión será nuestra, pues fuimos creados para ser sus auxiliares, sus co-regentes en el planeta Tierra y no para ser robots o papagayos.

Pero el tiempo de la duda, de la indecisión, de la inmadurez, de la falsa identificación con el Yo Exterior, de la incomprensión y de la intolerancia, gracias al impulso cósmico próximo, comienza a agotarse, de la misma manera que cuando el sol sale con todo su esplendor, disipa y desvanece la neblina.

Ese impulso cósmico, no será – como nunca fue – una imposición. Debido a nuestro libre albedrío, las Altas Inteligencias precisaron tiempo, mucho tiempo con el Proyecto Ser Humano, pues éste tendría sentido apenas a partir de su propio auto-desarrollo y para esto precisó experimentar, errar, caer y percibir finalmente que la solución de sus problemas está en su propio interior. El impulso cósmico involucra, básicamente, en comprender más profundamente que somos seres espirituales y que tenemos una partícula cósmica en nuestro interior.

Muchas personas tienen comprensión intelectual de esto, necesaria pero no suficiente, pues la emoción (generalmente relacionada con lo efímero, lo superfluo, lo material) acaba sobreponiéndose. Precisamos de la ayuda de un impulso cósmico para quebrar como especie y no apenas individualmente, la separatividad que nos transforma en notas aisladas de la sinfonía cósmica.

Dice Carey (8), "durante milenios, ondas sucesivas de seres espirituales(*) vinieron para ayudar en los procesos históricos de la humanidad. Pero el influjo de la nueva onda es más potente que cualquier cosa que lo haya precedido"… "El evento previsto por los cristianos como siendo la Segunda venida del Cristo, es, de hecho, la primera generación enteramente conciente del Eterno Uno, en una conciencia colectiva de la biosfera de un mundo" (O sea, de la Humanidad en la Tierra). La Segunda venida de Cristo no es, pues, su reaparición física y sí su introyección en el ser humano, de modo que cada uno de nosotros pueda reconocer su Ser Crístico, su chispa cósmica que siempre existió en nuestro interior.

Este enfoque supone un punto de inflexión en la versión clásica del Creador apenas como un Ser Trascendente, que vive fuera del ser humano. El nuevo y decisivo impulso cósmico nos hará comprender y vivenciar efectivamente que el Creador es, también, un Ser Inmanente, que vive dentro de nosotros. Puede haber una contradicción aparente, pero no verdadera entre ambos Seres, que en realidad son Uno, porque, en verdad, el Creador es el Uno Único, "separado" del ser humano en ciertas frecuencias vibratorias y "junto con él" en otras frecuencias. Los primeros son las frecuencias materiales; las segundas, las espirituales.

Retornando a la vida cotidiana, a la sociedad humana actual, al modo de vida imperante, se debe decir que estos cambios no serán suaves, indoloros, simples. Habrá resistencias e inclusive hasta la llegada del despertar colectivo, la situación se volverá cada vez más complicada (algunos síntomas bien actuales son la corrupción, los desastres climáticos como el tsunami y el Katrina, la globalización caníbal, la prepotencia del gendarme mundial y ahora la bancarrota económica del "Primer Mundo"). Es lógico pensar que el proceso avanzará más rápidamente en aquellos países en los cuales la estructura política favorece las corrientes de un nuevo rebrote de la conciencia humana, incluyendo aquí, algunos países de América Latina.

Como dice Carey (8): "En una sociedad sana, la Economía siempre sigue a la Ecología y la Educación a ambas". Este es, precisamente, el objetivo central de este libro: educar, que es diferente de instruir.

La Educación debe contener todas los componentes del ser humano: la física y la mental (a través de la ciencia y la filosofía), así como la afectiva y espiritual (a través del Arte y de la dimensión espiritual). O sea, que la Educación del Siglo XXI será transdisciplinaria (ver Bonilla, 2) o será sólo instrucción (técnico-científica).

La Gran Utopía comenzará a tomar forma en lo que Carey (8) llama del "momento cuántico del despertar", en el cual un fuerte impulso cósmico difundido sobre toda la Humanidad, lleva a mudar el comportamiento humano, hasta ahora basado en la separatividad, en la individualidad, en el principio auto-afirmativo(**), para otro centrado en la cooperación, en el sentimiento de interligación con toda pulsación de vida, en el principio integrativo(*) .Esto es lo que el Maestro llamó de Amor y que no fue entendido a lo largo de los siglos.

En la medida en que una persona se transforma en un canal cósmico, se abren nuevas posibilidades, neutralizando muchas que aún están hundidas en valores anacrónicos. Hasta que se alcanza una masa crítica. En ese momento se manifiesta la Gran Utopía en todo su esplendor.

Dice Carey (8): "durante milenios, tanto en Oriente como en Occidente, se sabia que la Tierra tiene su fecha prevista (su "momento cuántico"): la segunda década del siglo XXI. Este será el evento central de la historia humana. El énfasis del mundo espiritual fue preparar el ser humano para ese momento único".

Ese impulso cósmico – repetimos – no involucra ninguna imposición al ser humano, apenas le proporcionará un aumento de percepción que le permitirá – en forma colectiva y no apenas unos pocos casos individuales, como ahora – a alcanzar niveles más elevados de conciencia.

En esos niveles elevados, se percibe en forma cristalina, la forma absurda en que el planeta está siendo conducido, sin que la racionalidad humana consiga hacer nada significativo para cambiar ese estado de cosas. Orientado entonces por su corazón y su alma, y ya no apenas por su cuerpo y su mente, el ser humano re-creará el planeta, sintonizándolo con elevadas frecuencias vibratorias; lo hará así, realmente compatible con las orientaciones cósmicas.

Algunas trampas precisan ser conocidas, identificadas y desmontadas. Antes del "momento cuántico" y en la medida en que los problemas insolubles se acumulen, los detectores del poder, a través de los hasta ahora omnipotentes medios de comunicación, especialmente electrónica, pretenderán impedir el avance del río impetuoso que ya se avizora. Así deformarán los acontecimientos, ligándolas a interpretaciones pavorosas de los mismos. Difundirán el miedo de todas las formas posibles, y proclamarán que la salvación dependerá de concentrar el poder en un "hombre fuerte" (que será apenas un representante del poder político-económico-militar).

Es necesario, entonces, estar atentos y resistir eventuales ondas de pánico colectivo. La información verdadera viene de nuestro interior, de nuestra chispa cósmica, de nuestro Ser Crístico; la información externa sirve a los intereses que la financian.

Agrega Carey (8): "En el 'momento cuántico', habrá una expansión de no-tiempo(*), en el cual los seres humanos tendrán todo el tiempo necesario que precisan, para comprender y vivenciar la plena conciencia de sus eternos espíritus y poder así recordar su origen en los campos virginales del Ser".

Es importante reflexionar sobre esta frase, porque nos muestra, aunque de forma algo oscura para el nivel de comprensión actual, la acción del impulso cósmico actuando en la construcción de la Gran Utopía.

EL DESPERTAR CÓSMICO DEL HOMBRE RUMBO A LA GRAN UTOPÍA

El Creador es el Único Uno que se manifiesta en todo lo que existe. ¿Pero será que Él existe en una piedra, en una planta, en un animal o solamente en nosotros, seres humanos? Todo es Él, pero se manifiesta en forma gradual a través de la sensación, de la conciencia y de la auto-conciencia (esta sí exclusivamente humana).

La gran diferencia del ser humano con otros seres, también oriundos del Creador es que aquel fue preparado lentamente durante mucho tiempo para poder expresar en el planeta Tierra, la Conciencia Cósmica plena, lo que Carey (8) llama de "biocircuito".

En efecto, el hombre dispone de un sistema de creación y comunicación increíbles, apenas utilizado en pequeña escala, lo que es excelente pues él aún no maduró para enfocar su maravilloso instrumental en dirección al Bien.

Cuando esta maduración ocurra (y todo indica que esté próxima) el hombre podrá sintonizar desde las frecuencias vibratorias más lentas, que son las correspondientes al tacto (hasta 16 por segundo) a las más elevadas, de naturaleza espiritual cuya velocidad no ha podido ser medida por la Ciencia, pero que extrapola el número 1 seguido de treinta ceros (vibraciones por segundo). O sea el ser humano posee un instrumental fantástico, pero todavía no está ajustado ni conectado con la Fuente de Toda Energía.

Ese ajuste o conexión será hecho a través de un impulso cósmico. Una vez efectuado, la Luz se derramará, posibilitando la construcción de la Gran Utopía, de la misma manera que cuando enchufamos una lámpara, tendremos iluminación para leer, escribir o trabajar, lo que antes era imposible porque estábamos presos a las tinieblas. Esta comparación permite ver que no se trata de asuntos oriundos de la fantasía, y que pueden ser explicadas a través de la lógica común.

Esta frase de Carey (8) es memorable: "Cuando se relaja el pensamiento(**) y se abre el corazón, lo que se pierde no es el saber y sí apenas declaraciones de primates parlanchines. Para que el verdadero conocimiento pueda entrar, la falsa sabiduría debe ser eliminada".

Se acerca el tiempo en que cada uno de nosotros debe hacer (si ya no lo hizo) una opción definitiva: o nos identificamos con el Ser Exterior, aquel cuyo nombre está en la cédula de identidad y entonces continuamos trillando el penoso camino de la separatividad, o comprendemos que somos frutos de un árbol maravilloso, cuya raíz es de naturaleza cósmica, habilitándonos entonces a vivenciar la Unidad.

Aún aquellos que no comprenden esto y siguen pegados exclusivamente a la materia, tendrán su oportunidad, ya que el impulso cósmico llegará para todos. Para algunos, los menos, este impulso llegará como la manifestación de un sueño largamente acariciado. Para la mayoría, por su vez, él llegará con total deslumbramiento, algo no imaginable.

Ese impulso cósmico, cuando llegue, no transformará el ser humano en un ser espiritual, en un ángel, porque su cuerpo físico y su mente son necesarios para el Creador, pues somos los medios que meticulosamente Él ha preparado, para que transformemos la Tierra en un vergel. Así el ser humano integrará sus dos hemisferios, representados por el principio auto-afirmativo, que lo lleva al crecimiento personal de acuerdo con su biodiversidad y por el principio integrativo, que nos permite ver las cosas y sus relaciones de una manera amplia, holística, capaz de servir al conjunto y no apenas la parte (Ver Bonilla, 2).

El negativismo, un verdadero vandalismo psíquico, es el primer enemigo a ser controlado. Carey (8) afirma "Usted no permite que el vandalismo entre en sus iglesias de vidrio y piedra. Entonces, si el verdadero templo de la conciencia es el cuerpo, la mente y el corazón, ¿es justo que aceptemos el vandalismo en este suelo sagrado"?

En resumen: el ser humano pasó milenios siendo preparado. El objetivo era proporcionarle un biocircuito completo que combinase su visión espiritual perdida (o mejor dicho, escondida) durante la "caída", con un dominio completo de la materia.

Para tener este dominio es que la espiritualidad fue oscurecida. Era necesario darle prioridad a la materia. Pero hoy, en el siglo XXI, la disciplina "materia" no digamos que está agotada, pues ella es interminable, pero es ampliamente conocida, tanto que ese conocimiento se volvió peligroso. En efecto, el hombre puede acabar con el planeta de formas variadas: gradualmente, ya lo está haciendo a través de la destrucción y contaminación ambiental; o rápidamente, a través de la explosión del arsenal atómico disponible; así como de otras formas intermediarías.

Una "nueva" disciplina se diseña en el currículum humano, que podríamos llamarla de varias maneras, tal vez la más simple sea "Espiritualidad"(*). Para que ella germine rápidamente, antes que los lebreles de la destrucción hagan pedazos el planeta, es que se hace ahora necesario un impulso cósmico, ya simbolizado por la paloma blanca y el Espíritu Santo cuando Jesús fue bautizado en el Jordán.

En aquel momento, hubo un impulso cósmico, que como fue explicado anteriormente, quebró el ciclo de la "caída" desde los mundos espirituales a los mundos materiales, iniciando lentamente un nuevo período, en el cual hubo que hacer una gran limpieza (que todavía continúa siendo hecha) en el establo de Augias en que se transformó la sociedad humana.

De la misma manera que el legendario Hércules, en uno de sus doce trabajos, limpió aquel establo, el tiempo está arrastrando gran parte de los detritos acumulados en la mente y en el corazón humano. La hazaña de Hércules es apenas una figura simbólica, que toma expresión, a través del "impulso cósmico" repetidamente mencionada en este Capítulo.

El ser humano del siglo XXI está mucho más concientizado que el de cualquier época anterior, pero – simultáneamente – está preso en un laberinto, del cual quiere salir, pero no sabe como hacerlo. Procura la salida con su mente y no la encuentra; sofistica más sus recursos racionales a través de la Ciencia y de la Tecnología y en lugar de encontrarla, se extravía cada vez más.

El impulso cósmico es la luz que precisamos para quebrar el hechizo de la materia, que no debemos despreciar, porque es sobre ella que tenemos que operar, aunque con una comprensión mucho mayor a la que hoy está disponible.

¿Y en que dirección ese impulso cósmico podrá llevarnos? Esa dirección es precisamente lo que llamamos de Gran Utopía, o sea la transformación radical de la sociedad humana, creando una nueva, una sociedad Pró-Vida, en la cual los fulgurantes atributos del amor, la cooperación, la paz interior y exterior, la buena voluntad y la armonía, sustituyan a las pesadas frecuencias que hoy prevalecen: la explotación del hombre por el hombre, el miedo, el consumismo, la destrucción ambiental y la deshonestidad.

Preguntas importantes sobre el impulso cósmico

¿POR QUÉ, HASTA AHORA EL IMPULSO CÓSMICO NO SE MANIFESTÓ PLENAMENTE?

Algunas respuestas son las siguientes, siendo que el conjunto de ellas ha bloqueado aquella manifestación… ¡HASTA AHORA!

  • Porque el ser humano, a pesar de estar en un proceso acelerado de concientización, aún no alcanzó la madurez. Él percibe lo satisfactorio que sería salir de la trampa donde está prisionero, pero no ve salida al laberinto. Esto es más evidente en los jóvenes, que gracias a los nuevos sistemas de información, disponen mucho más de ellas que las generaciones anteriores. ¿Pero qué hacer con esas informaciones? ¿Como usarlas para derribar los portones de la prisión? Al no encontrar respuestas, se acomodan en el sistema que mal o no, por lo menos está funcionando (hasta ahora).

  • Porque el consumismo ampliamente difundido, ofrece gratificaciones para todos, desde auto importado hasta el celular más barato. ¡Hay para todos! (aunque algunos precisen robar o traficar drogas). Las gratificaciones consumistas son un anestésico muy eficaz usado por el sistema económico.

  • Porque el alto costo de las exigencias y el deslumbramiento por las nuevas fruslerías, ocupan todo el espacio mental de muchas personas, de modo que ellas dejan de pensar… ¿y para que hacerlo, si los medios de comunicación nos dicen como debemos pensar, como debemos actuar y sobre todo, lo que debemos consumir?

  • Porque la racionalidad científica y tecnológica dio lugar a la irracionalidad económica (distribuciones de renta absurdas, destrucción de suelos, ambigüedad del PIB que mide el valor de los alimentos producidos del mismo modo que las armas fabricadas, se incrementa el efecto invernadero, que acaba produciendo serios disturbios climáticos, etc, etc.). Esto es percibido y comentado, pero parece ser fatal quedar encadenado en ese círculo de hierro.

  • Porque, en lugar de educar, los medios de comunicación banalizan y la Universidad apenas instruye. Hay un espacio para educar de verdad (Educación para la Vida, ver Bonilla, 2), que hasta hoy no fue llenado.

  • Porque los medios aterrorizan las personas con todo tipo de desastres, de modo que ellas, asustadas, sólo procuran un lugar para guarecerse y ese lugar es el modo de vida prevaleciente (egoísta, individualista, consumista y ganancioso). Esta acomodación impide que las personas sean más osadas, más intrépidas, más arrojadas, condiciones necesarias para que el Impulso Cósmico se encarne nosotros.

  • Porque, por lo menos una masa crítica, precisa agotar los deslumbramientos falsos y las apariencias insustentables, apoyadas en el tener, y así comenzar la fascinante experiencia que representa descubrir el Ser.

  • Porque el planeta aún malherido, con suelos destruidos, bosques devastados, contaminación muy extendida y con exclusión creciente de personas, aún resiste. Pero… las luces de peligro están encendidas: "Tsunami", "Katrina " y ahora colapso económico…

  • Porque cuando un problema es grande demás, muchas personas abandonan la idea de luchar contra él. Al sentirlo como enemigo inexpugnable, se acomodan, como lo hicieron varios pueblos de Europa frente a las legiones romanas, o los indios latinoamericanos frente al invasor español (Los que resistieron fueron exterminados, como los charrúas).

  • Porque una minoría, lúcida en la defensa de sus intereses, pero estúpida en relación con el contexto (Humanidad, Naturaleza, Planeta), dispone de poderosos recursos materiales (armas, dinero) y comunicacionales (invasión cultural, divulgación de noticias distorsionadas, etc.).

  • Porque una visión mezquina de la Realidad, la reduce apenas a la "realidad" tridimensional, cuando ya hace cien años Einstein nos habla de una cuarta dimensión. En ese marco referencial el materialismo científico y un avasallador imperio económico constriñen el auténtico desarrollo espiritual, cercenándolo y concentrándolo en prácticas religiosas, generalmente desprovistas de la esencia fundamental; apenas rituales y apariencias.

  • Porque esa mayoría no se ha organizado lo suficiente para enfrentar aquella minoría, pues ésta la seduce con sus luces de colores, o sea avalancha de productos, de cualquier naturaleza, que "precisamos tener" si es que consideramos que pertenecemos a la raza humana y no a fósiles extinguidos milenios de años atrás.

  • PORQUE AÚN NO LLEGÓ EL MOMENTO DEL IMPULSO CÓSMICO AUMENTAR SUS FRECUENCIAS VIBRATORIAS Y ASÍ HACERSE SENTIR HASTA FÍSICAMENTE.

¿ENTONCES, CUANDO EL IMPULSO CÓSMICO PODRÁ MANIFESTARSE?

El término "Evolución" es generalmente entendido y restricto a la evolución de las especies animales y vegetales como un simple proceso de acumulación: así millones de átomos acabaron reuniéndose en forma de moléculas, éstas en células y un conjunto complejo de células específicas, las nerviosas, acabaron construyendo la conciencia humana. El abordaje cartesiano que impera en la Ciencia impide ver que hay algo más que acumulación (aleatoria) de elementos más simples hasta llegar a constituir uno más complejo.

Russell (9) nos dice que la complejidad puede ser abordada a través de tres características básicas:

  • Diversidad. El sistema contiene gran número de componentes diferenciados. Según aquel autor, el surgimiento de nuevos niveles evolutivos, no depende apenas de procesos acumulativos y sí que esa acumulación alcance un número crítico, existiendo un valor abajo del cual muy difícilmente el nuevo nivel pueda surgir. Ese número, que parece mágico, pero sería como el número de años que un estudiante precisa cursar la graduación y así poder pasar al nivel más elevado (post-graduación), sería de 10 mil millones (o sea 1010), que es el número de neuronas contenidos en el córtex humano, ya el córtex cerebral del perro con 109 neuronas sólo alcanza el nivel de conciencia, pero no el de autoconciencia. Solamente cuando se alcanza aquel valor (1010 neuronas) en el cerebro humano, es que surge aquella facultad, y con ella el intelecto, el pensamiento, el lenguaje, el libre albedrío, la ciencia, el arte y la dimensión espiritual.

  • Organización. Una cantidad mínima de componentes es necesaria, pero se precisa algo más: que estén estructurados en forma interrelacionada. Esta organización es la que distingue un ser humano de una sopa de verduras con el mismo número de moléculas.

  • Conectividad. No sólo la estructura de un organismo complejo debe estar organizada; también deben serlo sus actividades internas.

Cuando determinados sistemas comienzan a entrar en crisis, hay dos alternativas: el colapso, o la superación de la crisis a través de un nuevo nivel de organización. Esto es lo que prueban los estudios más recientes sobre complejidad

En la evolución de la Tierra hubo, por lo menos dos situaciones de esta naturaleza. La primera, cuando comenzaron a escasear los compuestos orgánicos simples, hubo la irrupción de la fotosíntesis, que permitió (y permite) a las plantas alimentarse de ¡la luz del sol!(*)

La segunda ocurrió más de mil millones de años después, cuando la propia fotosíntesis comenzó a envenenar la atmósfera, debido a la alta proporción de oxígeno (poco oxígeno prende fuego en todo; mucho intoxica). El nuevo orden vino a través de la creación de células capaces de respirar ese oxígeno excesivo y así mantener el equilibrio. Otras reacciones evolutivas llegan después: la creación de seres multicelulares,… los mamíferos, el hombre.

Trasladando todos estos conceptos a la situación actual de la sociedad humana, podemos constatar que el consumo de materia y energía es brutalmente superior a cualquier época anterior. Al mismo tiempo, el creciente desorden social aumentó muchísimo (criminalidad, drogadicción, contaminación, destrucción ambiental, desigualdad económica en aumento, etc.).

Esto parece indicar, ahora desde un punto de vista científico y no espiritual, que nos estamos aproximando rápidamente de un punto crítico, que llevará al colapso o a un nuevo nivel de organización. Y ese nuevo nivel es, ni más ni menos, que la Gran Utopía.

Los místicos modernos como Sri Aurobindo también concuerdan: "Recuerden que ustedes viven un tiempo excepcional, en una época única y que tienen esa gran felicidad, ese incalculable privilegio, de estar presentes al nacimiento de un nuevo mundo".

En un análisis anterior se habló de un "número mágico" que representaría, aproximadamente el número de unidades mínimas para que se pueda dar un salto evolutivo, a través de la creación de un sistema organizado más elevado. Ese número es 1010 o sea, diez mil millones. Actualmente (2017) existen en la Tierra 7.400 millones de personas, o sea 0,74 x 1010. Considerando un crecimiento poblacional de 1,5% al año; en 2020 tendríamos 0,82 x 1010; en 2030, habría 0,95 x 1010 y en 2033, 1,01 x 1010, de modo que, matemáticamente, tal vez en 2032 alcanzaríamos el "número mágico"

Debe subrayarse que no sería necesario llegar exactamente al valor 1010; ese es un punto medio, que tendría un intervalo para más o para menos. O sea, matemáticamente, el "número mágico" puede ser alcanzado en cualquier momento a partir de la próxima década.

Sin embargo, densidad numérica no sería suficiente para el salto evolutivo, para la Gran Utopía. Es necesario, también organización y conectividad.

La sociedad humana, independiente de sus fallas y carencias, tiene una alta organización, extremadamente sofisticada. Por ejemplo, el sólo hecho de tomar el café por la mañana, involucra y moviliza una red mundial de personas: productores de insumos agrícolas, caficultores, tostadores, transportistas de diversos medios, distribuidores, mayoristas y el minorista final para que aquel llegue a nuestras manos, pasando por una amplia gama de empresas de seguros, bancos, recaudadoras oficiales de impuestos, agencias publicitarias, etc., etc.

Considerando el mundo mental, la organización humana es fantástica: a partir de datos brutos, levantamos estadísticas, proponemos hipótesis, las testamos, las aprobamos o las rechazamos, las relacionamos con otras conclusiones etc. Así extraemos un orden, de números aislados, a partir procesos matemáticos o estadísticos, sean simples o complejos.

En relación con la conectividad, también estamos en fase bien avanzada, pues tenemos sistemas de comunicación extremadamente sofisticados, impensables apenas 20 años atrás, gracias al explosivo progreso de la informática.

Por lo tanto, a partir de cualquier momento, y muy probablemente en el próximo período de 15 años (2021 – 2035), las condiciones estarán dadas para el salto cualitativo, para el salto cuántico, llevando a la Humanidad a un nivel superior de organización y una auto-conciencia más elevada. O sea, a la Gran Utopía.

Todo el raciocinio anteriormente desarrollado nos retrotrae a un punto ya discutido anteriormente: la solución de los problemas mundiales no está en resolver las dificultades de naturaleza material, especialmente económica, que la vida exterior nos impone. Como ya lo dijeron todos los mayores estudiosos de Psicología, el problema está en nuestras propias limitaciones mentales, oriundas de una visión mezquina de nosotros mismos: nos identificamos con el Yo Exterior e ignoramos la Personalidad y el Ser Crístico.

Esta es la lección – la única lección – que el ser humano precisa aprender ahora. Las configuraciones evolutivas están casi prontas, el impulso cósmico también está pronto. ¿Que falta entonces para el estallido? ¿Qué falta para transformar la Gran Utopía de sueño en realidad?

Falta que comprendamos racional y emocionalmente, una gran verdad: si queremos cambiar el mundo para mejor, precisamos comenzar con algo más modesto (pero no mas fácil) cambiarnos a nosotros mismos. ¡Ese es el nuevo tipo de revolucionarios que precisa la sociedad humana!

Russell (9) agrega: "La lucha más importante ahora no es contra el hambre, la inflación, la contaminación, la desertificación o la corrupción. Ella es necesaria sí, pero lo básico es el interior. El embate con el modo egoico que está en la raíz de todos aquellos problemas, debe ser enfrentado en la seguridad interior de que la vida es mucho más que lo que los sentidos son capaces de percibir".

Preparémonos pues, porque los tiempos de la Gran Utopía están llegando, pero debe quedar claro que aunque los factores evolutivos (diversidad, organización, conectividad) y el impulso cósmico estén prácticamente prontos, ellos no entrarán en acción si el actor principal (el ser humano) no se concientiza de su papel y de su misión y lo lleva a la práctica. Así el componente (acción) humana se vuelve imprescindible.

Bibliografía

  • (1) BESANT A y C.W. LEADBEATER. Formas de pensamento. San
    Pablo: Pensamento (sin fecha, 90 p).

  • (2) BONILLA J.A. El Cambio de verdad: La Gran Utopía se transforma en Realidad. Montevideo: Nordan . 2006, 254 p.

  • (3) BESANT A. Sabedoria Antiga. San Pablo: Pensamento (sin fecha) 249 p.

  • (4) BONILLA J.A. La Religión Cósmica : el mensaje olvidado de Einstein. (Material disponible on line.2010, 153 p.)

  • (5) FERGUSON. M. A Conspiração Aquariana. Rio de Janeiro: Record. 1980, 427 p.

  • (6) TEILHARD DE CHARDIN. P. O Fator Humano. Sá Pablo: Record. 1988, 240 p.

  • (7) CAPRA F. O Ponto de Mutação. San Pablo: Cultrix. 1982, 445 p.

  • (8) KAREY K. A Estrela-Semente. San Pablo:Pensamento. 1990, 218 p.

  • (9) RUSSELL P. O despertar da Terra. San Pablo; Cultrix. 1982, 304 p.

 

 

Autor:

Prof. José Antonio Bonilla Castillo

(Universidad de la República, Uruguay; Universidad Nacional de
Tucumán, República Argentina, Universidad Federal de Minas Gerais,
Brasil) ?????

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