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La Masoneria, Un Clon de los rosacruces del siglo XVII



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Monografía destacada

  1. Prólogo
  2. Los cabalistas cristianos del Renacimiento
  3. Los manifiestos rosacruces y su huella en los ritos y en los Landmark
  4. Los personajes que encarnan las doctrinas rosacruces en el siglo 17
  5. El Drama Político y la transferencia de la Masonería Católica a la Protestante
  6. La Creación del Grado de Maestro Masón, la principal Herencia Rosacruz
  7. La investidura de los Venerables Maestros y la herencia rosacruz
  8. El grado 18 del R:.E:. A:. y A:., el 46 del Rito de Menfis y Mizraim antiguo y primitivo
  9. Filadelfia, la Sexta Iglesia del Apocalipsis, y su segunda manifestación histórica, la Masonería
  10. Los enemigos del Clon Rosacruz: Ignorancia, Ateísmo, Liberalismo masónico ingenuo
  11. La ignorada Esencia Bíblica de la Constitución de Anderson
  12. La Biblia, corazón del templo masónico y de la masonería
  13. La Masonería moderna en los planes del Alma Universal

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En la Imagen el núcleo rojo eliminado es la ciencia operativa de la construcción, y el núcleo verde injertado en el ovulo es el cristianismo esotérico o rosacruz, que incluye un ADN de Kábalah judeo-cristiana, doctrinas herméticas greco-egipcias, y alquimia espiritual.

Se conserva la cubierta externa de simbolismo arquitectónico y se cambia su alma o esencia interna. Y desde luego, aquí se entiende la Kábalah como la doctrina esotérica o mística de la Biblia, absolutamente dependiente de los textos canónicos.

Las células madres embrionarias son las logias masónicas
especulativas. Adaptables a todo tipo de organismo social civilizado, y la base
de la palingenesia universal prometida en la tradición rosacruz. Como
también la panacea de las enfermedades morales y espirituales del mundo
contemporáneo.

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Prólogo

Es imposible comprender la aparición de la masonería especulativa moderna en 1717 sin estudiar la influencia de los Rosacruces en la Inglaterra y la Europa del Siglo 16.

Sus ideas religiosas y su cosmovisión crístico-hermética, son el origen de todas o la mayoría de las características interiores o espirituales de la masonería, aunque sus formas externas o sus usos y costumbres puedan rastrearse perfectamente en la masonería operativa medieval y antigua, en cuanto ella era un gremio de constructores en piedra, cemento, madera y metal, que venía conservando y enseñando sus secretos arquitectónicos de generación en generación por siglos.

Los landmarks y la Constitución de Anderson de 1723 son de profunda y clara inspiración Rosacruz, tal como esa escuela o hermandad es descrita en los Documentos de La Fama Fraternitatis, La Confessio Fraternitatis, Las Bodas Químicas de Cristian Rosenkruz, y en Cristianópolis, del Presbítero Alemán Juan Valentín Andrea, publicados a partir de 1614.

Así mismo, varios conceptos esenciales de la masonería especulativa fueron tomados de "La Nueva Atlántida" de Francis Bacon, de la "Utopia" de Tomás Moro, y de "La Ciudad del Sol" de Tomás de Campanella, y como muchos pensadores ya han comentado, se sospecha la filiación rosacruz de Francis Bacon desde hace mucho tiempo. Su Casa o Colegio de Salomón, y el nombre de su rey mítico, situada en la cumbre jerárquica de la Sociedad de la Nueva Atlántida es claramente un fundamento de la importancia del rey Salomón en las ceremonias de las logias azules y en la primera fase de los grados de las Cámaras filosóficas del Rito Escocés y de otros ritos.

Estas tres Utopías son de esencia Cristiana, lo mismo que los famosos documentos rosacruces ya mencionados. El signo de la Cruz en color rojo o bien adornada de una rosa, la Santísima Trinidad, la oración, la veneración por la Biblia, por las palabras griegas y hebreas tomadas como nombres claves de estas historias utópicas, la idea de la caridad, la justicia, la fraternidad, el gobierno interesado en el bien común, las funciones sacerdotales unidas al gobierno de la sociedad, la virtud, la piedad, recomendada a los ciudadanos y a los visitantes, son prueba de una poderosa herencia cristiana, que sigue resonando en otra utopía rosacruz como es Cristianópolis. La que, para los que la han leído, lleva la huella de La Nueva Atlántida.

La Confessio Fraternitatis, la segunda obra de la saga de libros rosacruces de Andrea, es una apología de la Biblia como herramienta indispensable del hombre virtuoso que aspira a la sabiduría. De esa apología surge evidentemente el landmark que pone el Libro de La Ley sagrada en el Ara de los Templos Masónicos, y como la Fuente Divina de los signos o símbolos que junto a los símbolos de la naturaleza y del cosmos, que adornan los templos masónicos, se disponen para reflexión y guía de los hijos de la Luz.

El Hermetismo, no en el sentido vulgar del secreto o de cerrado, sino como la Doctrina de Hermes, es una enseñanza común de todos estos libros. Pero no es para predominar sobre el cristianismo o dirigirlo, sino para complementarlo. Pues en el Fondo de las cosas, El Verbo de Dios, (Evangelio de Juan 1,1 y 1,14): encarnado como Jesús el Cristo, no es otra cosa que una versión más moderna de Toth, el Dios de la Palabra Creadora de Ptah, el Arquitecto del Universo, de acuerdo con la Tradición Egipcia de Menfis. Y según el mismo Apocalipsis de Juan 3,12; Cristo también es una Divinidad que "Escribe", como Toth, el Destino eterno de los Hombres en sus frentes. Y que juzga a los hombres las puertas de la eternidad como Osiris.

Así lo entendieron los cristianos que escribieron esa literatura rosacruz, y así lo entendieron los masones que se desprendieron de las tareas operativas y pasaron a ser especulativos.

"Sólo había un mar infinito, sin vida y en absoluto silencio. Entonces llegó Ptah con las formas de los abismos y las distancias, de las soledades y de las fuerzas. Por ello Ptah veía y oía, olía y percibía en su corazón la existencia. Pero lo que percibía lo había ideado antes en su interior. Así tomó la forma de Atum y devorando su propia semilla, parió al viento y la humedad a quienes expulsó de su boca creando a Nut, el cielo y a Geb, la tierra. Atum, el no-existente, fue una manifestación de Ptah. Así, inexistentes fueron antes de Ptah las nueve formas fundamentales y el universo con todos los seres que Ptah concibió dentro de sí Y CON SU SOLA PALABRA puso en la existencia. Después de haber creado todo de su boca, descansó. Por esto, hasta el fin de los tiempos serás invocado: Inmenso, inmenso Ptah, espíritu fecundador del mundo! (2)

Las formas de los dioses son formas de Ptah y solamente por la conveniencia humana Ptah es adorado con muchos nombres y sus nombres mudan y se olvidan; nuevos dioses siguen a los antiguos pero Ptah permanece ajeno a esto. El creó el cielo como conductor y a la tierra la circundó de mar; también creó el tártaro para que se apaciguaran los muertos. Fijó su rumbo a Ra de horizonte a horizonte en los cielos, e hizo que el hombre tuviera su tiempo y su dominio; así hizo también con el faraón y con cada reino.

Ra, en su camino por los cielos reformó lo establecido y apaciguó a los dioses que estaban descontentos. Amaba a la creación y dio amor a los animales para que estuvieran felices, luchando contra el caos que hacía peligrar su vida. Dio límites a la noche y al día y fijó las estaciones. Puso ritmo al Nilo para que anegara el territorio y luego se replegara para que todos pudieran vivir del fruto de sus aguas. El sometió a las fuerzas de la oscuridad. Por ser quien trajo la luz fue llamado Amon-Ra por quienes creyeron que Amon nació de un huevo que al romperse en un destello dio lugar a las estrellas y otras luminarias.

Pero la genealogía de los dioses comienza en Atum que es el padre-madre de los dioses. El engendró a Shu (el viento) y Tefnut (la humedad) y de ambos nacieron Nut (el cielo) y Geb (la tierra) . Estos hermanos se unieron y procrearon a Osiris, Seth, Neftis e Isis. Esta es la Enéada divina de la que deriva todo".

Texto tomado del Libro de Toth de la tradición menfita. Justamente es en la tradición de la masonería de Menfis y Misraim del rito Antiguo y Primitivo, donde se reconoce abiertamente que los maestros rosacruces son los que crearon la masonería especulativa. Ese dato es reconocido al explicar el uso de la palabra "I N R I" en la nómica de sabios que enumeran en las ceremonias del grado de Compañero masón.

Además, es claro y notorio que PTAH es el Gran Arquitecto del Universo de los masones egipcios. Y es el mismo Yahveh de la tradición judeo cristiana. Ya lo dice el mismo san Pablo, en la epístola a los Hebreos 11,10; donde se nombra a Dios como el Arquitecto y Constructor de la Jerusalén celestial. Ese nombre egipcio de Ptah no está fonéticamente lejos de Yah, abreviatura de Yahveh, presente en varios salmos del Antiguo Testamento. Ni del "Ilah" de los semitas islámicos.

Basta con leer este texto de la Creación según el libro de Toth de las Tradición Menfita, y observar su semejanza con el primer capítulo del Génesis de la Biblia: en el que el Espíritu de Elohim se cernía o se movía sobre la faz de las aguas. Y con textos de los salmos, que nos hablan de la inmutabilidad del Ser Absoluto (102) y su superioridad sobre los dioses (82), o textos de los Proverbios, (21,2) donde se menciona la balanza de Yahveh que pesa los corazones, como Osiris, y la importancia del Verbo Creador en el cap. Uno del Evangelio de Juan, como para darnos cuenta de la influencia egipcia en la Biblia, sin mencionar el famoso texto del discurso de Esteban de los Hechos de los Apóstoles 7,22; en que se afirma que Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los Egipcios.

El problema de la masonería es que en los trescientos años de caminar por la tierra entera se ha aceptado el ingreso de personas cuya posición filosófica y religiosa es contraria a los propósitos del ADN rosacruz que lleva en su interior, y que han tratado de introducir virus de un ADN ajeno a su esencia. De allí que tenemos una masonería enferma de una gripe agnóstica e incluso atea, que daña profundamente el mensaje que los grandes maestros rosacruces quisieron dejar escrito en sus ritos y símbolos.

Afortunadamente la investigación histórica ha mejorado mucho nuestro conocimiento del siglo XVII, que es el momento clave de esta clonación espiritual que antes no se podía probar con tanta claridad, pues es un siglo oscuro y trágico de la historia del Reino Unido. Gracias a los aportes de investigadores como Michael Baigent, Richard Leigh, y sobre todo de la historiadora britanica Frances A. Yates, que escribió una obra cumbre, llamada EL ILUMINISMO ROSACUZ, ya podemos probar la identidad del ADN rosacruz, que se constituyó en el alma de la masonería moderna. Y como ya se cumplen 300 años de la fundación de la Gran Logia de Londres, es bueno aclarar nuestros orígenes, y así con esos datos podemos iluminar nuestro futuro.

Entremos en materia:

CAPITULO UNO.

Los cabalistas cristianos del Renacimiento

Giovanni Pico de Mirándola es el primero que nos habla, a fines del siglo 15, de que la Kábalah judía es la clave más adecuada para comprender el Nuevo Testamento y describe todo el concepto esotérico del ser humano como un ser que interconecta el cielo con la tierra a través de la famosa Escalera de Jacob. El libro que muestra esos conceptos en un lenguaje perfectamente masónico se llama "Discurso sobre La Dignidad del Hombre". Del paso a transcribir algunos textos para comprender este cambio de Núcleos espirituales que sufrió la masonería del siglo 17.

"Ya el Sumo Padre, Dios Arquitecto, había construido con leyes de arcana sabiduría esta mansión mundana que vemos, augustísimo templo de la divinidad; había embellecido la región supraceleste con inteligencia, avivado los etéreos globos con almas eternas, poblado con una turba de animales de toda especie las partes viles y fermentantes del mundo inferior, pero, consumada la obra, deseaba el Artífice que hubiese alguien que comprendiera la razón de una obra tan grande, amara su belleza y admirara la vastedad inmensa. Por ello, cumplido ya todo (como Moisés y Timeo lo testimonian) pensó por último en producir al hombre".

Por tanto de Pico de Mirándola se ha tomado el concepto de Gran Arquitecto del Universo. Sin olvidar que en la propia Biblia, que es parte del ADN de los Rosacruces y de la Masonería, dice en Hebreos 11,10 que Dios es el Arquitecto y constructor del mundo.

Y el kabalista cristiano agrega la base de lo que es el concepto de la Libertad en masonería, poniendo el concepto en la boca de Dios mismo.

"Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves. La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescritas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que son divinas".

Claramente se nos muestra, no solo la cuestión de la Libertad o el Libre Albedrio. Sino que nos muestra en que nos podemos convertir, y también nos muestra el destino sobrehumano que nos espera si RENACEMOS, es lo que se denomina como "regeneración" iniciática y la teosis cristiana y pitagórica. He allí todo el plan pedagógico de la masonería especulativa. Y en línea con nosotros Pico de Mirándolo agrega:

"De aquí las metamorfosis celebradas por los hebreos y por los pitagóricos. También la más secreta teología hebraica, en efecto, transforma ya a Enoc en aquel ángel de la divinidad llamado malakhha-shekhinah, y a otros en diversos espíritus divinos".

La tradición esotérica hebrea, sinónimo de la kábalah, nos informa que Enoc o Janoj para los judíos, se transformó en Mitatron, o en el Ángel de la Presencia de Dios, al ser exaltado sin pasar por la muerte. Es el mismo ángel que se apareció a Moisés, y que está a la derecha de cada hombre para guiarlo hacia el bien, y que, además, mora como la Shejinah sobre el Altar de los Templos Masónicos. Continuemos escuchando a nuestro Maestro en Kabalah cristiana, y comparemos sus palabras con la doctrina masónica más pura:

"Más, para no restringirnos a nuestros padres, consultemos al patriarca Jacob, cuya imagen refulge esculpida en la sede de la gloria. El patriarca sapientísimo nos enseñará que mientras dormía en el mundo terreno velaba en el reino de los cielos. Nos enseñará mediante un símbolo (todo se presentaba así a los patriarcas) que hay escalas que del fondo de la tierra llegan al sumo cielo, distinguidas en una serie de muchos escalones: en la cúspide se sienta el Señor, mientras los ángeles contempladores alternativamente suben y bajan; y si nuestro deber es hacer lo mismo imitando la vida de los ángeles, ¿quién osará – pregunto– tocar las escalas del Señor o con los pies impuros o con las manos sucias?".

"Al impuro, según los misterios, le está vedado tocar lo que es puro. Pero, ¿qué son estos pies y estas manos? Sin duda el pie del alma es esa parte vilísima con que se apoya en Discurso sobre la dignidad del hombre la materia como en el suelo: yo la entiendo como el instinto que alimenta y ceba, pábulo de libido y maestro de sensual blandura. ¿Y por qué no llamaremos manos del alma a lo irascible que, soldado de los apetitos, por ellos combate y, rapaz, bajo el polvo y el sol, pilla lo que el alma habrá de gozar adormilándose en la sombra?".

"Para no ser expulsados de la escala como profanos e inmundos, lavemos con la filosofía moral, como en agua corriente, estos pies y estas manos, esto es, toda la parte sensible en que tienen sede los halagos corporales que, como suele decirse, derriban el alma por el cuello. Pero tampoco bastará esto para volverse compañero de los ángeles que deambulan por la escala de Jacob si primero no hemos sido bien instruidos y habilitados para movemos con orden, de escalón en escalón, sin salir nunca de la rampa de la escala, sin estorbar su tránsito".

"Cuando hayamos conseguido esto con el arte discursivo y raciocinante, y ya animados por el espíritu querúbico, filosofando según los escalones de la escala, esto es, de la naturaleza, y escrutando todo desde el centro y enderezando todo al centro, ora descenderemos, desmembrando con fuerza titánica lo uno en lo múltiple, como Osiris, ora nos elevaremos reuniendo con fuerza apolínea lo múltiple en lo uno, como los miembros de Osiris, hasta que, posando por fin en el seno del Padre que está en la cúspide de la escala, nos consumaremos en la felicidad teológica".

Obsérvese cómo Giovanni de Mirándola usa la palabra "profano" y "Filosofía Moral" con un lenguaje idéntico al sentido actual de nuestros rituales masónicos, quinientos años después. Y como el purificarse de viles pasiones es equivalente al devaste de la piedra bruta, y su posterior levantamiento, grado a grado, nivel por nivel, por la escalera mística, a la cúspide del templo, según los grados filosóficos. La Felicidad teológica, para los que saben, es la contemplación del Rostro de Dios y el gozo de los bienaventurados que lo ven cara a cara, como se dice en el grado 33 del R. E. A y A, que se ha visto al Divino Arquitecto o al Maestro de Universo, cara a cara. La gnosis perfecta es la contemplación y el conocimiento de Dios con los ojos del alma.

"Desdeñemos las cosas terrenas, despreciemos las astrales y, abandonando todo lo mundano, volemos a la sede ultramundana, cerca del pináculo de Dios. Allí, como enseñan los sacros misterios, los serafines, los querubines y los tronos ocupan los primeros puestos. También de éstos emulemos la dignidad y la gloria, incapaces ahora de desistir e intolerantes de los segundos puestos; con quererlo, no seremos inferiores a ellos. Pero ¿de qué modo? ¿Cómo procederemos? Observemos cómo obran y cómo viven su vida. Si nosotros también la vivimos –y sí podemos hacerlo–, habremos igualado ya su suerte".

"Arde el serafín con el fuego del amor; fulge el querubín con el esplendor de la inteligencia; está el trono en la solidez del discernimiento. Por lo tanto, si, aunque entregados a la vida activa, asumimos el cuidado de las cosas inferiores, con recto discernimiento nos afirmaremos con la solidez estable de los tronos; si, libres de la acción, nos absorbemos en el ocio de la contemplación meditando en la obra al Hacedor y en el Hacedor la obra, resplandeceremos rodeados de querubínica luz; si ardemos sólo por el amor del Hacedor de ese fuego que todo lo consume, de inmediato nos inflamaremos en aspecto seráfico".

"Sobre el trono, es decir, sobre el justo juez, está Dios, juez de los siglos. Por encima del querubín, esto es, por encima del contemplante, vuela Dios que, como incubándolo, lo calienta; el espíritu del Señor, en efecto, «se mueve sobre las aguas», esas aguas, digo, que están sobre los cielos y que, como está escrito en Job, alaban a Dios con himnos antelucanos. El seráfico, esto es, el amante, está en Dios y Dios está en él: Dios y él son uno solo. Grande es la potestad de los tronos y lo alcanzaremos con el juicio; suma es la sublimidad de los serafines y la alcanzaremos con el amor".

He aquí el secreto, unificándonos paso a paso con la conciencia angélica, llegaremos a la cumbre la perfección moral y el perfecto conocimiento mistico del Sublima Creador de los mundos.

Por eso en algunos ritos masónicos los oficiales y dignatarios
llevan nombres de ángeles o de arcángeles. En el grado 18 del
R:. E:. A:. y A:. el arcángel del sol, según la kábalah,
llamado Rafael en la Biblia, conduce al neófito en parte la ceremonia
de ingreso. Algo semejante y más completo se efectúa en los Ritos
del Grado 28 del Rito Escocés A:. y A:. , o el de los Caballeros del
Sol, donde se nombran y participan los siete arcángeles de la tradición
kabalística y la logia es el jardín del Edén, en concordancia
con los objetivos de los manifiestos rosacruces que afirman aspirar a reconquistar
el estado Pre Adámico, o el estado de conciencia de Adán antes
de la Caida.

Lo mismo se puede observar en el parlamento y el trabajo ceremonial de los Diáconos y del Experto dentro de las logias azules. Sus funciones son eminentemente angélicas. Y al mismo tiempo son las tareas del Dios Hermes de la tradición griega. La Biblia define a los ángeles como mensajeros a las órdenes del Padre de las Luces. Y por eso el primer Diácono, cuando el Venerable Mestro le pregunta sobre su lugar y funciones, dice: A LA DERECHA Y CERCA DEL VENERABLE MAESTRO. Y mi tarea es llevar los Mensajes y las Ordenes del V:. M:. y esperar la vuelta del Segundo Diácono". Es su rol en el universo de los espíritus, y el V:. M:. hace la función de Dios en el paraíso.

Las ideas de Giovanni Pico de Mirandola, van a recorrer toda Europa y entraran en las logias de Inglaterra y Escocia en el siglo 17 en gloria y majestad.

Otros representantes de esta visión esotérica y kabalística de la misma época de fines del siglo 15 y comienzos del siglo 16, son Johannes Tritemius de Alemania, Cornelio Agripa, y Johannes Reuchlin. Luego, a fines del siglo 16 y a comienzos del siglo 17, en Inglaterra florecerán las ideas y la influencia de John Dee, el kabalista cristiano, mago y matemático de la Reina Isabel.

Johann Reuchlin [1455-1522] es el puente que llevara el estudio de la Kabalah a Alemania, lo cual es fundamental para entender cómo la Kábalah llegó a ser incluida en los manifiestos Rosacruces de la segunda década del siglo XVII en esa nación. Reuchlin fue alumno personal de Giovanni Pico de Mirándola.

En su primer viaje a Italia en 1482, el alemán Johann Reuchlin, que llegó a ser doctor en leyes por la universidad de Tubingen, conoce a Lorenzo de Médici y a algunos de los miembros de la Academia dirigida por Marsilio Ficino. Ya en su juventud encontramos a este estudioso nacido en Pforzheim en 1455 visitando los principales centros culturales del continente; sus estancias en Friburgo, París, Basilea, Orleans y Poitiers le permitieron vivir de cerca los aires de renovación de la cultura de Occidente y acumular saberes acerca de las artes liberales y también de leyes, así como de lenguas, entre las cuales estudia el hebreo. En 1490 Reuchlin vuelve a Italia para profundizar el griego junto a sabios llegados de Grecia tras la invasión otomana, y ese mismo año conoce a Giovanni Pico de la Mirandola, que lo introduce en los misterios de la Cábala dando un viraje a toda su existencia.

Tras ese encuentro vivido como algo extraordinario, toda la erudición de la que Reuchlin es depositario se pone al servicio de una causa mayor, de tal forma que este personaje se convierte en uno de los eslabones fundamentales de la cadena de transmisión de la Tradición Hermética y en un sintetizador de tres de sus corrientes sapienciales, el pitagorismo, la Cábala hebrea y el cristianismo, cuyas simbólicas penetró hasta el fondo, reconociéndolas como las facetas de un Pensamiento único que él contribuyó a rescatar y vivificar, siendo uno de los grandes representantes de la llamada Cábala hermético-cristiana en Alemania.

Este pitagorismo, la Cábala hebrea y el cristianismo, más el hermetismo, de Reuchlin, van a formar parte de la tradición masónica o a completarla con mejores bases, a partir del siglo XVII. Gracias a la publicación de las Obras Rosacruces en Inglaterra por Roberto Fludd, Tomás Vaugham, Elías Ashmole, Robert Moray, e Isaac Newton. E hizo pasar los estudios masónicos de lo operativo a lo especulativo. Nótese que dos de los autores mencionados, Moray y Ashmole fueron iniciados en la masonería inglesa sin duda alguna. Y ambos tenían copias de los documentos rosacruces en sus bibliotecas hechas a mano. De los que no ingresaron a logias o no quedó registro de ello, como Roberto Fludd Andros, por ejemplo, su influencia fue enorme por la vía de sus libros. Hasta hoy día, varias logias de Londres peregrinan a la tumba de Roberto Fludd todos los años, el ocho de septiembre, como homenaje a su doctrina y espíritu, insertados en las enseñanzas de las logias anglosajonas. Tal homenaje es un reconocimiento a un Padre espiritual y maestro, que cambió los núcleos espirituales de la masonería y su alma medieval para siempre. (Fludd falleció el 8 del 9 de 1637).

Reuchlin realiza una primera aproximación a esta labor de síntesis en su obra "De Verbo Mirifico", proceso que culmina 23 años después con la publicación de "De Arte Cabalistica", una de las más bellas producciones doctrinales que alumbró el Renacimiento, escrita en latín con muchas anotaciones en hebreo, y que citaremos abundantemente en este estudio, pues en ella se integran con agudeza y sencillez muchos de los néctares de la cultura occidental.

A Reuchlin debemos también la publicación en 1506 de la primera gramática sistemática hebrea escrita por un cristiano, el "De rudimentis hebraicis", tal es la importancia que otorgaba a esta lengua arcana que tuvo la oportunidad de conocer al lado de Jacob ben Jechiel Loans, médico de Federico III, y más adelante de la mano del físico y cabalista Obadiah ben Jacob Sforno. Del hebreo dice:

"Simple, pura, intacta, sagrada, breve, concisa y perdurable es la lengua de los hebreos, en la cual, como se dice, Dios habló con los hombres y los hombres con los ángeles, personalmente y no a través de un intérprete, cara a cara… tal como se espera que un amigo hable con su amigo".

De Verbo mirifico ve su primera edición en 1494 y Reuchlin lo dedica a Johan Dalberg, obispo de Worms y director del círculo humanista Sodalitas Literaria Rhenana de Heidelberg al que el autor se vinculó en 1496. Hoy en día, esta obra casi caída en el olvido, cuenta con muy pocas ediciones. Para aproximarnos a los descubrimientos que Reuchlin empieza a vislumbrar y a fijar en este texto, así como para conocer el ambiente en el que se movió nuestro autor, recurrimos de nuevo a la investigadora inglesa Frances Yates, a su estudio La Filosofía oculta en la Epoca Isabelina en el que dedica un capítulo al sabio alemán. Sobre el De Verbo mirifico afirma:

"Dicha obra tiene forma de conversación de varios interlocutores, que son el griego Sidonio, el judío Baruchias y el cristiano Capnion, es decir, Reuchlin mismo. (…) Elogia la Cábala por ser una ciencia divina que los judíos han recibido por medio de la tradición, y el idioma hebreo, en que Dios se dirige a los ángeles y en el que se expresa el verdadero nombre o nombres de Dios y de los ángeles. (…) Reuchlin cita las Conclusiones Cabalísticas de Pico, repite los nombres de los Sefirot en hebreo y se muestra muy interesado en los nombres de los ángeles en esa lengua, así como en la manera de invocarlos. En el tercer libro, el cristiano Capnion habla y demuestra que Jesús es el nombre del Mesías ya que es el Tetragramatón con una S intercalada. Aunque se trata de un argumento ya esgrimido por Pico, el pequeño libro de Reuchlin sobre la Palabra que Hacía Maravillas fue una potente fuerza para la difusión de la Cábala cristiana".

En un artículo reciente, Charles Zika hace hincapié en que Reuchlin, en su obra De Verbo mirifico, demuestra un fuerte interés en la "capacidad de obrar prodigios" de la lengua hebrea como la estudia la Cábala, y un deseo de incrementar el poder de la filosofía renacentista dando importancia a su elemento mágico central y especialmente subrayando la Cábala. Reuchlin formaba parte de un mundo anterior a la Reforma, movimiento que no tardaría en empezar a manifestarse, en una época en que a muchas personas serias la filosofía escolástica les parecía muerta, estéril, gastada e inaplicable.

El programa cultural humanístico con que los erasmianos la estaban sustituyendo, a Reuchlin le parecía insuficiente, pues para él la cultura no bastaba. Para sustituir la escolástica se necesitaba otra filosofía, que no fuera vacía, sino poderosa, y la encontró en el neoplatonismo, cuyo núcleo era la magia activa. Pero muy bien sabía que este tipo operativo de magia era temido por muchos como algo posiblemente diabólico, aunque para él la magia cabalística no daba lugar a temores porque se ocupaba de las fuerzas divinas, de los ángeles y de los santos nombres de Dios. Los poderes demoníacos de la antigua magia quedaban limpios de cualquier mal, y era segura por la asistencia de los ángeles que alejan a los demonios. Por esto (dice Zika) en el sistema de Reuchlin es tan prominente la invocación a los ángeles.

Esta es una observación importante, pero hay que agregar que también Pico en sus Conclusiones Mágicas ya había subrayado que la magia siempre tiene que estar asociada con la Cábala para ser poderosa y estar libre de peligros. De la misma manera, Pico había afirmado que la Cábala cristiana, cuya piedra angular era el hecho de que demostraba la divinidad de Cristo, santificaba el sistema haciendo posible que los cristianos abrazaran el neoplatonismo hermético-cabalístico como su filosofía religiosa.

Sin un pensamiento mágico no hay quien comprenda el discurrir de esta corriente sapiencial y de sus multifacéticas manifestaciones. Aunque la magia de que hablamos no hay que confundirla con la fenomenología, ni con juegos espectaculares en un plano psico-físico para impresionar al personal y atraparlo en las cárceles de la mente racional; tampoco es aprenderse un oficio o lección de carretilla, ni aplicar debidamente el manual de instrucciones según el resultado que previamente se espera o desea obtener.

La Magia y la Teúrgia que han experimentado todos los hombres y mujeres liberados de la esclavitud de lo profano es vivir a flor de piel, siempre, la presencia intangible del Misterio que se reescribe a sí mismo, rito para nada rutinario, ni tediosa repetición de algo ya sabido, sino expresión de un asunto que es constante novedad. Igualmente es atreverse a explorar y conocer todas las comarcas de la creación inacabada, incluso las más insospechadas, recónditas, indómitas y vírgenes, y dejar que una mano invisible burile con letras vivas, de fuego, todos los mundos y seres, que al arder se expanden, iluminan y se consumen, y de cuyas cenizas renacen otras posibilidades.

En el Renacimiento, este pensamiento se encarna en muchos lugares y de distintos modos, empezando por ese faro de la Academia florentina conducida por Ficino, y seguido por una retahíla de entidades y seres sobre los que se irá revelando ese latido vivo del cosmos. En Alemania emergieron igualmente algunos de esos centros intelectuales, muchos de ellos al margen de la oficialidad –aunque eso no quita que sus integrantes fuesen simultáneamente hombres con funciones públicas–, que mantuvieron viva la Teúrgia universal.

Konrad Celtes (1459-1508), poeta germano nacido en Wipfeld, fue el fundador de diversos grupos en Heidelberg, Mainz, Viena, Ingolstadt y Cracovia que bautizó con el nombre de "Sodalitas literaria", inspirados en la Academia de Ficino, de la que fue discípulo. Estuvo también estudiando en la Academia Platónica Romana fundada por Pedro de Calabria (Pomponius Laetus) y en la de Padua dirigida por Marco Musuro; además estudió griego y hebreo con Rudolf Agrícola. Fue coronado como el primer poeta laureado de Alemania en una ceremonia presidida por el emperador Federico III. Ejerció como profesor de poética y retórica en la universidad de Viena, siendo cabeza del nuevo Collegium Poetarum et Mathematicorum, e inspiró esos círculos en los que se vivificaba el pensamiento pitagórico, platónico y neoplatónico. En el de Heidelberg, que como hemos dicho dirigió Johan Dalberg, Reuchlin participó durante la última década del 1400 haciéndose cargo de la biblioteca, que atesoraba muchos títulos hebreos, griegos y latinos de los que pudo ir extrayendo gran cantidad de material para su labor intelectual-espiritual.

Y esto se trasluce en sus textos aún hoy vivos pues trasmiten vibraciones, o sea ideas, códigos que pueden ser activados por la intuición intelectual del lector atento. Además, y aunque de ello no haya constancia escrita, ni actas, ni documentación certificada, seguro que el soplo del Verbo fecundaba el alma de muchos de esos poetas, magos y filósofos que se hacían permeables al poder de la palabra, a sus proporciones, ritmos y modulaciones acordes con la música de las esferas o de los mundos, esto es, de los estados de conciencia.

Pero aún encontramos más focos de saber en tierras germánicas, lugares en los que el estudio, la investigación en modelos simbólicos y la práctica de la magia se vivía con naturalidad, como lo real y auténtico; ambientes teofánicos donde la conexión cielo-tierra era directa.

Nos referimos, por ejemplo, a la abadía de Sponheim, de la que el benedictino Joannes Trithemio (1462-1516) fue abad, cuya biblioteca recibió la visita de la inmensa mayoría de los sabios del momento, tal era la magnitud y calidad de obras que conservaba. Reuchlin estuvo con Trithemio en 1496, poco antes de que el abad recibiera una revelación en sueños de su principal obra Steganographia hoc est ars pro occultam scripturam animi sui voluntatem absentiis aperiendi (o arte de abrir el pensamiento a los corresponsales mediante escritura oculta, de 1499), compendio de magia, numerología, abecedarios arcanos y demás simbólicas inspirada también en la obra Peri anacriseon de Pelagius.

Como ya hemos visto éste es otro personaje clave en la cadena de transmisión mágico-teúrgica de reminiscencias pitagóricas, cuyo discípulo Giovanni Mercurio da Correggio o Libanius Gallus fue a conocer a Trithemio en 1495 y le transmitió muchas de las enseñanzas de su maestro, haciéndole partícipe de sus obras e iniciando a partir de entonces una relación epistolar con el benedictino que se publicaría en 1590 con el título de De vera conversione mentis ad Deum. Al igual que Gallus, Trithemio habla en su Opera pia sobre la conjugación de la oración pitagórica con la cristiana y muestra interés, como en muchos de sus otros escritos, por la alquimia espiritual, la astrología y la magia, que también estudió en fuentes judías como el Sefer Razeia, de lo que da testimonio en este fragmento de su Steganografía:

Y remarcar que según Raziel, todos estos espíritus se forman y se transforman a voluntad del operador, y que bajo cualquier forma que él los haya visto, le obedecen prontamente en todo. Y en este otro de su Poligrafía, donde reconoce identidades entre las simbólicas de los pueblos de Occidente:

Es cierto y más que notorio que los antiguos y primeros Kabbalistas, sabios filósofos y perfectos magos hebreos y griegos… usaban, hace tiempo y con frecuencia, para describir reglas y secretos de magia y de Kabbala, este mismo método de la escritura gramática que descompone el carácter en nueve trazos así como el carácter Tetragrámmaton, base de toda la ciencia sobre el cuaternario… según lo que he podido encontrar y sacar de obras tanto caldeas, hebreas, árabes, griegas como latinas.

De este abad se cuentan toda suerte de prodigios y maravillas. Ya en su adolescencia tuvo un sueño en el que:

Un joven vestido de blanco –verosímilmente un ángel– le muestra dos tablas, una cubierta de signos de escritura y la otra de figuras pintadas. Entonces le ordena: Elige ex his duabus tabulis unam, quam volueris [Elige una de estas dos tablas, la que quieras]. Es de suponer que, de escoger la tabla pintada, Trithemius se habría convertido en un gran artista de la mnemotecnia, como Giordano Bruno.

Pero él eligió la tabla con los caracteres de escritura, y el joven le dijo: Ecce Deus oraciones tuas axaudivit, dabitque tibi utrumque quod postulaste, et quidem plus, quam petere potuisti [Dios ha atendido tus plegarias y te dará las dos cosas que has pedido, e incluso más de lo que has tenido oportunidad de exigir]. Su primer deseo era el conocer las Santas Escrituras, pero el segundo nunca se hizo público.

Klaus Arnold debe por lo tanto estar en lo cierto cuando supone que se trataba 'de conocer todo lo que puede ser conocido en el mundo', lo cual parece confirmado por el proyecto de la Steganographia así como por su sed inextinguible de saber, traducida en una intensa actividad bibliófila.247

Y siguiendo con el estudio de Culianu, –después de explicar cómo Trithemio organizó en Sponheim un espacio teofánico que incluía toda la rehabilitación de la abadía y su embellecimiento con frescos y símbolos numéricos, alfabéticos (incluso poesías pintadas en las paredes del ya citado Konrad Celtes), etc.–, agrega que:

La nueva construcción resulta muy sorprendente, pero su atracción principal es la biblioteca, única a principios del siglo XVI. Trithemius compra o cambia libros y manuscritos raros y constriñe a sus monjes a una actividad febril como copistas y encuadernadores. Si el monasterio poseía, en 1483, cuarenta y ocho volúmenes, cuenta con mil seiscientos cuarenta y seis cuando se hace el inventario de 1502, para alcanzar, en 1505, antes de la marcha del abad, los casi dos mil… Algunos años más tarde, Sponheim se había convertido en un lugar de peregrinaje obligatorio para todos los humanistas de paso por Alemania. (pág. 221).

En cuanto a la obra más importante del abad: Trithemio anunciaba a su amigo el proyecto ya definitivo de una obra cuyo primer libro se titularía Steganographia (hoy diríamos criptografía), "que cuando la publique producirá asombro en todo el mundo". Este primer esbozo contenía cuatro libros (no cinco como cree K. Arnold), los dos primeros se ocupaban de criptografía y de escrituras al encausto, el tercero proponía un método acelerado para aprender una lengua extranjera y el cuarto trataba sobre otros procedimientos criptosemánticos así como de temas ocultos "que no podemos proferir en público". (pág. 224).

De los cuatro tratados, el segundo y el tercero contienen profundas enseñanzas arraigadas en la Cábala y su ciencia combinatoria; del cuarto poco se sabe, sólo que el abad lo destruyó para evitar ser tratado de hereje, pues por lo visto se refería al arte de la adivinación, tan mal entendida y totalmente censurada por el dogmatismo inquisitorial. Pero de la tercera parte, informa de nuevo el investigador rumano en las páginas 228-229:

En un escrito de 1508, titulado De septem secundeis o Chronologia mystica, Trithemius desvela al emperador Maximiliano los secretos del universo. El abad afirma, en un espíritu muy ficiniano, que Dios gobierna el cosmos a través de siete "inteligencias segundas" (intelligentiae sive spiritus orbes post Deum moventes), que no son otra cosa que los espíritus planetarios: Orifiel, ángel de Saturno; Anael, ángel de Venus; Zacariel, ángel de Júpiter; Rafael, ángel de Mercurio; Samael, ángel de Marte; Gabriel, ángel de la Luna, y Miguel, ángel del Sol. A partir de esta misma doctrina se precisa el sentido del tercer libro de la Steganographia con la única diferencia de que los espíritus reciben aquí una identidad más marcada. En efecto, pueden ser invocados trazando su fisionomía y añadiendo unas fórmulas.

El proceso recuerda el arte de los emblemas y presenta analogías sorprendentes con la mnemotecnia, excepto que, en nuestro caso, el mago se transforma en pintor en el sentido más concreto del término: tiene que modelar en cera o trazar sobre una hoja de papel una figura que representará un ángel planetario, dotado de sus atributos. Esta invención del espíritu se supone que también invoca su presencia, la somete a una tarea que, en el caso en cuestión, se refiere a la comunicación a distancia. Se requiere además otros conocimientos: las figuras y los nombres de todos los espíritus que representan a las entidades zodiacales, e igualmente un cálculo astrológico.

Estas son sólo algunas muestras de una cohorte de seres inmersos en la visión prodigiosa de la existencia; hombres que rompían los moldes encorsetados, castrantes y enfermizos del mundo material y solidificado y que encarnaban funciones teúrgicas, recreando con palabras o gestos espontáneos y gratuitos los mundos o planos invisibles del ser, sus luces y sombras, contracciones y expansiones, hálitos, sudores, elixires y excrecencias; y que realizaban cuidadosas labores transmutatorias en el laboratorio interno del mundo –del que ellos eran un modelo en pequeño, como todo ser humano–, al que conociéndolo podían atravesar, y quedar libres, por fin, de cualquier limitación.

Uno podría sorprenderse del interés que despertó en muchos de esos personajes el estudio de una lengua que era de uso culto y restringido incluso entre los judíos, o sea, que no estaba "viva", y atribuir este hecho solamente a una moda o a un afán de saber enciclopédico. Puede que así fuera en algunos casos, aunque lo cierto es que dicha dedicación levantó más de un recelo entre las mentalidades dogmáticas que veían a los hebraístas o interesados en la tradición judía como sospechosos de herejía.

Para Reuchlin, y otros de los sabios ya citados, ese estudio significó otra cosa bien distinta. Nuestro autor, imbuido en la atmósfera de la que hemos ofrecido unos ligeros trazos, reunió en su biblioteca un copioso número de las principales obras de la Cábala medioeval, e incluso realizó un tercer viaje a Italia en 1498 para comprar más manuscritos hebreos y griegos, al igual que hacían muchos otros estudiosos de su época, que buscaban y adquirían con sumo interés toda esta literatura sapiencial, en la que encontraron claves para descifrar el lenguaje secreto del universo, a la par que se iluminaban nuevas facetas del conocimiento, se regeneraban las anquilosadas u oscuras, y se adivinaban respuestas a enigmas no resueltos a través de las simbólicas conocidas.

La lengua hebrea era, y es, una vía prodigiosa para acceder al Conocimiento (Gnosis), pero no es sólo camino sino también puente, o escala, ya que promueve rupturas de nivel, y por tanto el acceso a esos mundos escondidos que la verdadera magia religa o concatena constantemente, atrayendo y purificando al que atiende la llamada y atemorizando al que no alcanza a comprender o no se permite ser lo que es el Ser. A propósito del hebreo, Reuchlin afirma en esta inspirada página:

Partes: 1, 2, 3, 4, 5

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