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Sophia Jex-Blake: La vida de una luchadora




Enviado por Maximo Contreras



Partes: 1, 2

  1. Infancia y adolescencia
  2. Queen"s College
  3. Sophia Jex-Blake y su vocación por la educación de las mujeres
  4. La visita a las instituciones educativas norteamericanas
  5. El nacimiento de su vocación médica
  6. La batalla de Edimburgo. La batalla legal por el acceso de las mujeres a la formación y práctica como doctoras
  7. Obtención de su título de doctora
  8. Doctora en Edimburgo
  9. La creación de la Edinburgh School of Medicine for Women y el Edinburgh Hospital and Dispensary for Women
  10. La vuelta a Sussex
  11. El final de su vida

Infancia y adolescencia

Hablar de Sophia Jex-Blake es hablar de la batalla de las mujeres por obtener el derecho a la educación en medicina en pie de igualdad con los hombres, batalla legal a nivel universitario y parlamentario. No se trata ya de anécdotas sufridas individualmente, ni de la consecución de soluciones individuales para lograr sus objetivos, como en el caso de Elizabeth Blackwell y Elizabeth Garrett, sino que Sophia Jex-Blake es protagonista indiscutible en una campaña de amplia repercusión social para lograr el acceso de la mujer británica a la formación médica universitaria y a los exámenes que la permitieran graduarse y registrarse para practicar legalmente la medicina en su país. En este capítulo realizaremos un breve bosquejo de su vida, basándonos en las dos únicas biografías existentes: The Life of Sophia Jex-Blake, publicada en 1918 por su colega, alumna, amiga y heredera de diarios y papeles personales, la doctora Margaret Todd, y Sophia Jex-Blake. A Woman Pioneeer in Nineteenth Century Medical Reform, publicada por Shirley Roberts en 1993, si bien varias obras de ficción, recogidas en la bibliografía, se han basado en su vida y obra. En el capítulo siguiente trataremos en detalle los acontecimientos de la denominada campaña de Edimburgo y la posterior batalla legal en el Parlamento.

Sophia Jex-Blake nació en el 3 de Croft Place (Fig. 14), en el corazón de la histórica ciudad de Hastings, el 21 de enero de 1840. Una pequeña placa blanca, escondida por las flores de un minúsculo jardín la recuerda: "In this house was born SOPHIA JEX-BLAKE M.D. 1840-1912. Pioneer woman doctor." (Fig. 15) Sophia fue la hija menor del matrimonio compuesto por Thomas, jurista de profesión, hombre serio y estudioso, y María, muy piadosa y enfermiza, quienes constituían una familia de la alta burguesía, altamente conservadora, muy religiosa, perteneciente al Movimiento Evangélico de la Iglesia Anglicana. Thomas y Maria tuvieron seis hijos. Los tres mayores fallecieron en la infancia, contando por tanto Sophia con un hermano, Thomas Williams, nacido en 1832, y una hermana, Caroline, nacida en 1834. Sophia nació cuando sus padres contaban 50 y 39 años de edad respectivamente.

Hasta la edad de ocho años, fue educada en casa por sus padres, quienes le inculcaron un espíritu de religiosidad y sacrificio. En 1848, fue enviada a su primer internado, en el que sólo permaneció dos meses. Entre los ocho y los dieciséis años cambió de colegio seis veces, teniendo dificultad para adaptarse a la rigidez normativa y falta de interés intelectual y actividad física de los internados de niñas de la época. María Jex-Blake toleraba con dificultad la presencia de su hija pequeña en casa y en sus cartas insistía en culpabilizar a Sophia de sus dolencias y en insistir en que debía ser buena:

"You behaved so ill that I doubt if I could have borne another day without being laid on a bed of sickness, and I might never have recovered. Your ever being with us again for three weeks at a time is quite out of the question till you have the good sense to understand (as other children of your age do) that to be happy and comfortable and to enable me in my weak state to have you at all, you must be good."

Comenzaban ya las dificultades que una y otra vez tuvo Sophia Jex-Blake que superar para luchar por metas, a veces perdidas apenas alcanzadas, y también su carácter rebelde y asertivo.

Entre los ocho y los diez años de edad, Sophia, escribió su primer libro, en sus cuadernos infantiles creó una utopía, el reino de Sackermena, dirigido por ella bajo el nombre de Grand Moguel and Despotic Emperor Grandiflora, "the grand Law-giver General Judge Sage Physician and in short the Father of his vast dominions". Su espíritu de líder y su capacidad de organización posteriores ya se anunciaban en su precoz habilidad para imaginar en detalle la forma de gobierno, leyes, etc., de Sackermena. Curiosamente, y pese a la educación religiosa impuesta por sus padres y la fuerte religiosidad que presidió su vida, "there is no mention of clergy at Sackermena, nor of any form of church. We are not even told that nothing of the kind existed." Disfrutaba intensamente de la vida al aire libre que le proporcionaban las vacaciones de verano, pasadas al aire libre en Escocia, el Lake District o en la pequeña localidad de Bettws-y-Coed, en el Norte de Gales, donde más adelante ayudaría a la creación de una escuela; y una de las frustraciones recogidas en sus diarios fue la prohibición de compartir un verano tales vacaciones como castigo a su comportamiento.

En 1851, su familia se trasladó al 13 de Sussex Square, en Brighton. En 1857, a los diecisiete años, Sophia salió por última vez de un internado, con el deseo de encontrar un sentido a su vida, como queda expresado en estas frases de su diario el 17 de diciembre de 1857: "Came home for good? For good? Who can tell? Oh, what would I give to look forward ten, aye five, short years, and see what I shall be. Just 18, half my life at school… Well shall I be a great authoress as my day and night dreams prompt me to hope? … Shall I ever be a happy wife and mother." Empezó entonces a escribir un libro basado en su experiencia en uno de sus internados, el de Mrs. Teed, donde había residido durante dos períodos durante su pubertad. Ser escritora no sería la vocación principal de su vida, pero sí publicó tres libros y numerosísimos artículos y cartas al periódico. Una de sus obras, Medical Women, es una importante contribución al estudio de la mujer en la historia de la medicina.

Queen"s College

Sophia pasó el verano de 1857 en Gales con sus primas. Quizás su experiencia ayudando en la escuela de niños de Bettws-y-Coed, hizo nacer el deseo de ser profesora, que daría sentido a su vida durante los años siguientes. Esta incipiente vocación la llevó a trasladarse a Londres en el otoño de 1858, como alumna del Queen"s College. "Work and independence!" la hacían sentirse feliz. No solamente se matriculó en el currículum completo de siete asignaturas: matemáticas, inglés, francés, historia, filosofía natural, astronomía, teología e historia de la Iglesia, sino que pronto le ofrecieron ocupar la plaza de profesora particular de matemáticas que llevaba vacante unos meses.

Una nueva polémica surgió entonces: su padre veía con orgullo que se eligiese a su hija para tal labor, pero la prohibía recibir remuneración alguna por su quehacer. Sofía defendió su punto de vista cediendo en parte a las presiones de su padre, al ofrecerse a renunciar a la paga del primer trimestre en contra de su voluntad. Además "she undertook to teach book-keeping gratuitously in connection with the Society for Promoting the Employment of Women, (fundada por Jessie Boucherett en 1858, para ayudar a las mujeres de clase media baja a conseguir una formación profesional elemental y posterior empleo) and had a class of children at Great Ormond Street." A estos quehaceres se unió la necesidad de buscar alojamiento fuera del colegio provocada por enfrentamientos con alguna de las compañeras; y problemas de salud, tales como dolores de cabeza y garganta. Pero la sensación de libertad, las amistades adquiridas y sobre todo la experiencia del estudio y el trabajo, daban sentido a ese período de su vida.

Varias amistades femeninas fueron figuras clave en la vida de Sophia Jex-Blake. Una de ellas fue la famosa reformista de las viviendas sociales y co-fundadora del National Trust, Octavia Hill, a quien conoció en enero de 1860, con motivo de tres clases de contabilidad que Octavia le dio en su casa. Octavia Hill era un año mayor que Sophia. Por haber sufrido su padre una enfermedad mental, fue educada junto con sus hermanas por su madre y su abuelo materno, un doctor muy interesado por las condiciones sanitarias de los pobres. Cuando Octavia tenía 13 años, se trasladó con su madre y hermanas a vivir a Londres, al ocupar su madre el puesto de directora de la Ladies" Cooperative Guild, sociedad fundada en Londres por el reverendo Frederick Maurice para ayudar a las mujeres necesitadas a conseguir empleo. La propia Octavia, con sólo catorce años, se hizo cargo de una escuela de niños pobres donde éstos aprendían a fabricar juguetes para ganarse la vida. A partir de los 17 años, descubierto su genio artístico por el escritor John Ruskin, se dedicó además a realizar una gran cantidad de copias de cuadros famosos para él. A partir de 1856, Octavia se convirtió en secretaria y profesora del Working Women"s College de Great Ormond Street, siendo ésta su ocupación cuando conoció a Sophia Jex-Blake y nació entre ellas una intensa amistad.

En las vacaciones de Pascua de 1860, Octavia acompañó a Sophia a Brighton, siendo muy bien recibida por los Jex-Blake. En septiembre, al comienzo del nuevo curso en Queen"s College, Mrs. Hill necesitó alquilar una vivienda más amplia en Londres y Sophia sugirió que la posibilidad de compartir la casa con Octavia y su familia, haciéndose cargo de gran parte de los gastos. Encontraron una casa en el número 14 de Nottingham Place, y decidieron tomarla, alquilando parte de la misma para ayudar a sufragar los gastos. La rotunda negativa del padre de Sophia a este proyecto que, de nuevo, le parecía humillante para su hija, fue decisiva para el posterior distanciamiento de las dos jóvenes. Por la presión de su padre Sophia se quedó en la casa, no como co-propietaria, sino como inquilina de Mrs. Hill, lo que ofendió a ésta. En mayo de 1861, Octavia se marchó a casa de su amiga Mary Harris en Cumberland, buscando el descanso, no sólo de su intenso trabajo en Londres, sino de la tensión existente en su hogar. En octubre, su madre le pidió que regresara. Octavia se vio obligada a tomar una decisión: ante los problemas de convivencia entre su madre y Sophia, ésta debía abandonar la casa. "She refused to discuss the problem with Sophia, declaring that their friendship was permanently ended, and that Sophia must arrange to leave Nottingham Place."

La ruptura de esta amistad provocó un gran dolor a Sophia, cuya angustia quedó reflejada en las cartas a su madre. Permaneció el afecto por su amiga a lo largo de toda su vida, nombrándola heredera en su testamento, hasta que Octavia dispuso de amplios medios de vida propios. Según su amiga y biógrafa, Margaret Todd:

"One cannot read the record of this period of her life without feeling that it was mainly here and now that her character was made, -that it was the resolute determination with which she took to work and stuck to it as the remedy for intolerable heartache- that enabled her in later years to bear the brunt of all she came through."

Sophia Jex-Blake y su vocación por la educación de las mujeres

Primera estancia en Edimburgo

En la Navidad de 1861, bajo la influencia de esta ruptura pero con el triunfo de sus estudios en Queen"s College, Sophia regresó a Brighton. Continuó la búsqueda de centros de enseñanza para jóvenes y en 1862, acompañada de su doncella Alice, viajó a Edimburgo, donde se instaló en el 3 de Maitland Street y estudió matemáticas y alemán en las University Classes for Women, además de dedicarse intensamente a la lectura, identificándose profundamente con la protagonista de Jane Eyre. A finales de mayo recibió la visita de Elizabeth Garrett, comentada en el capítulo anterior. A pesar de que ella misma no sintiera entonces interés por la medicina, ayudó a Elizabeth Garrett, realizando diferentes gestiones, incluso la petición de apoyo social a través de una carta publicada en la prensa local.

"The shared experience did not result in a deep and lasting friendship between Sophia and Elizabeth. Each saw much to admire in the other, but their differences in temperament made them ill at ease in each other"s company. Despite all the help Sophia had given her, Elizabeth may even have wondered if her application to Edinburgh University would have been more successful if she had managed it by herself, in her own less forthright manner."

Profesora en Alemania

Sophia mantenía el deseo de conocer distintas instituciones dedicadas a la educación de las mujeres, tarea que esperaba fuera la vocación de su vida. Pretendió viajar a Francia, lo que prohibieron sus padres por temor a que la convirtieran al Catolicismo. Finalmente obtuvo el permiso paterno para viajar a Alemania. Su amiga Miss de Dreux le facilitó residir y trabajar como profesora con una familia de Göttingen, hacia donde partió el 21 de julio de 1862. Pasó unos dos meses estudiando alemán, dando clases de inglés a la hija de la familia e informándose sobre instituciones educativas para jóvenes. La más adecuada parecía ser el denominado Grand Ducal Institute de Mannheim, fundado en 1819 por la Gran Duquesa Estefanía de Baden, donde sustituyó durante ocho meses a una profesora de inglés que se encontraba de baja por enfermedad.

La experiencia no fue fácil para Sophia, que tuvo que soportar las burlas de sus alumnas, por su falta de capacidad para ciertas labores femeninas, como el bordado y la pintura, su sencillez en el vestir, y su emotividad durante las celebraciones religiosas. Sin embargo, ganó su afecto y admiración cuando la vieron lucir un elegante vestido con motivo del baile de carnaval. Completado su periodo lectivo y , tras una enfermedad que la obligó a permanecer tres semanas más en Mannheim, Sophia regresó a Inglaterra.

Tomó unas largas vacaciones en la casa familiar, hasta que en el otoño de 1864, recibió una carta del reverendo T.D.C. Morse, rector de Stretford en Manchester, manifestando su interés "about establishing a Ladies" College in this locality" y pidiéndole que le presentará alguna señora que pudiera organizarlo y dirigirlo, si no estaba dispuesta a aceptar tal tarea ella misma. Una nueva oportunidad e ilusión se abría para Sophia. Se trasladó inmediatamente a Manchester y comenzó a realizar gestiones para la organización de su Colegio de Señoritas. Pese a una diferencia de puntos de vista sobre el tema de las oraciones diarias, Mr. Morse aceptó que Sophia llevara adelante el proyecto, en el que hubiera contado con la colaboración de la escritora Elizabeth Gaskell, quien se ofreció a actuar como Lady Visitor de las futuras alumnas. Se celebró una reunión para informar a los ciudadanos y se dio amplia publicidad en la prensa, pero el apoyo financiero era escaso y tras tres meses de arduo trabajo, Sophia de nuevo tuvo que renunciar a ver realizado un sueño. Fue entonces cuando decidió llevar a cabo un plan que había fraguado años atrás: la visita a los centros de estudio para mujeres de Estados Unidos. Antes de partir, visitó a otra de sus amigas más importantes, Lucy Walker, quien estaba esperando su primer hijo, y con quien Sophia mantenía una frecuente y afectuosa correspondencia.

La visita a las instituciones educativas norteamericanas

El 27 de mayo de 1865 Sophia partía de Liverpool en el Africa, junto a su amiga y compañera del Queen"s College, Isabel Bain, y el 8 de junio desembarcaban en la ciudad de Boston. Pocos días después, conocería a otra persona fundamental en su vida, la doctora Lucy Sewall, médica residente del New England Hospital for Women and Children de Boston, "who, at the age of twenty-eight, had already made a name for herself as one of her country"s pioneer women doctors." En las cartas a su madre Sophia expresa su satisfacción al compartir el trabajo y el tiempo libre de las doctoras y otras mujeres profesionales como la astrónoma Maria Mitchell, profesora de astronomía en el Vassar College.

Tras unas breves vacaciones en las montañas de New Hampshire por consejo de Lucy, Sophia e Isabel continuaron su viaje siguiendo las indicaciones del Dr. Hill, Presidente de Harvard. En primer lugar visitaron Oberlin, "the oldest co-educational college in America. From the time of its foundation it admitted men and women as students and as teachers, and also made no distinctions based on colour. In 1865 there were 900 students enrolled", muchos de ellos procedentes de familias pobres, y un tercio de raza negra. A continuación visitaron Hillsdale College en Michigan, y posteriormente se dirigieron al Mary Institute en St. Louis, Missouri, una pequeña institución, con tan sólo ciento treinta y dos alumnas, todas de raza blanca, con amplio número de mujeres entre el profesorado, en la que se practicaba la tolerancia religiosa y se impartía una enseñanza muy cualificada. Las alumnas podían obtener los títulos de la Universidad de Washington, accediendo a los mismos exámenes que los hombres.

Posteriormente. se trasladaron a Springfield, Ohio, donde visitaron el Antioch College, donde se admitía a todas las personas aspirantes, independientemente de su sexo, raza o religión. Tanto en Ohio, como en Massachussetts, Sophia visitó gran número de escuelas públicas de enseñanza primaria y secundaria. Durante este periplo, Isabel Bain decidió matricularse en uno de los colegios visitados y Sophia regresó sola a Bostón.

El nacimiento de su vocación médica

Estaba invitada a pasar una temporada con una antigua amiga en Nassau, pero prefirió aceptar la propuesta de Lucy Sewall para residir en el hospital a cambio de ayudar con el trabajo de tipo administrativo: contabilidad, recetas, etc. Su contacto con las pacientes, la mayoría mujeres pobres, la llevó a ofrecerse a actuar como capellán, visitando en sus hogares a las mujeres que carecían de familia o amistades, y haciéndose cargo de un sermón los domingos durante tres meses. Es en estos momentos, a partir de la experiencia personal que le supuso su actividad en el New England Hospital for Women and Children, cuando Sophia comienza a plantearse la que será su vocación definitiva. Así escribe a su madre el 24 de noviembre de 1865, "…I find myself getting desperately in love with medicine as a science and as an art, to an extent I could not have believed possible." Durante un tiempo se debatió en la duda sobre qué carrera seguir: la educación o la medicina, siempre dirigidas a las mujeres. Finalmente, "she decided to pursue her medical studies for the time being because, even if she continued with her teaching career, the medical knowledge could be put to good use."

Sophia pasó un período de vacaciones en Inglaterra durante el verano de 1866. Sus padres y amistades aceptaron positivamente la posibilidad de que se dedicara a la medicina. Sólo dos personas le dieron una opinión desfavorable, como recoge en su diario: ""Most people are much more in favour of Medicine than I expected, " she writes, "except Miss Garrett, who thinks me not specially suited, and E.S.M., who thinks it indecent of unmarried women knowing all about these things."" Durante esa estancia se puso en contacto con la editorial Macmillan para ofrecerles escribir un libro sobre su visita a los centros de enseñanza de Estados Unidos.

Volvió a Boston el 1 de septiembre de 1866, y dos meses más tarde enviaba a la editorial el manuscrito de su obra A Visit to Some American Schools and Colleges, que se publicaría a mediados de 1867. "While working on her book she had come to an important decision: medicine was to be her vocation." Se matriculó en el curso de anatomía del New England Female Medical College y comenzó a practicar disecciones, pero pronto descubrió la baja calidad científica de la enseñanza allí impartida. Sophia realizó entonces su primer intento de acceder a la enseñanza universitaria impartida a los hombres y, junto con otra estudiante, Miss Susan Dimock, escribió el 11 de marzo de 1867, al presidente y los miembros de la facultad de Medicina de universidad de Harvard, solicitando su admisión a la misma. La respuesta llegó una semana más tarde haciendo constar que "there is no provision for the education of women in any department of this university." Ambas cartas fueron publicadas en el Boston Daily Advertiser. Sophia y Susan Dimock se dirigieron entonces a los profesores de forma individual. Algunos de ellos las hubieran aceptado en sus clases, pero las autoridades universitarias se lo prohibieron, por lo que únicamente pudieron proporcionarles enseñanza clínica práctica en el Massachussets General Hospital. Sophia combinaba estos primeros estudios con su trabajo en el New England Hospital for Women, donde continuaba residiendo. Tras posteriores intentos de ser admitida en Harvard, Sophia decidió trasladarse a Nueva York e informarse sobre la escuela de medicina para mujeres proyectada por Elizabeth Blackwell.

En marzo de 1868, seis meses antes de la inauguración de la escuela, fue recibida por Elizabeth Blackwell en la New York Infirmary for Women, donde ya existía un grupo de jóvenes que recibían enseñanza de medicina, al que inmediatamente se unió Sophia. "Each afternoon she attended lectures at the Infirmary; her mornings were spent dissecting, and studying anatomy at the Bellevue Hospital." Sus planes eran ahora completar tres años de estudios en Nueva York, trabajar como ayudante de Lucy Sewall durante uno o dos años y regresar posteriormente a Inglaterra para iniciar su propia práctica profesional. Pero la realidad sería muy distinta.

Tras dos meses de trabajo y estudio en Nueva York, Sophia regresó a Inglaterra para las vacaciones del verano de 1868, acompañada por Lucy Sewall. "Sophia"s arrival in London almost coincided with the announcement that the Society of Apothecaries had altered its constitution. In future, candidates for examination would have to produce certificates to show that all their training had been obtained in the Society"s classes." La puerta de entrada a la ciudadela inexpugnable utilizada por Elizabeth Garrett se había cerrado para otras mujeres. Sophia regresó a Boston con Lucy e intentó una vez más ser admitida en Harvard. Rechazada de nuevo su solicitud, decidió trasladarse a Nueva York y realizar los estudios en el Women"s Medical College de las hermanas Blackwell. El 2 de noviembre de 1868, Sophia asistió al acto de inauguración de la escuela, y comenzó sus estudios al día siguiente. Contaba con la ayuda económica de sus padres y la colaboración de su doncella Alice, quien se había trasladado a Nueva York, y residía con ella en el 222 de East Tenth Street.

De nuevo, Sophia parecía haber alcanzado la posibilidad de realizar una ilusión y estaba satisfecha con su vida de estudiante de medicina. Pero el día 16 de noviembre recibió la noticia del grave estado de salud de su padre. Regresó a Inglaterra rápidamente, para descubrir que su padre había fallecido el día 6 de noviembre. Sophia renunció a sus planes para quedarse junto a su madre. Alice se encargaría de desmontar la recién estrenada casa de Nueva York. Era el final del sueño americano de Sophia Jex-Blake.

A finales de 1868, la editorial MacMillan se puso en contacto con Sophia, para encargarle su contribución a una colección de ensayos sobre la educación de la mujer bajo la dirección de Josephine Butler, en la que también contribuía Frances Power Cobbe. Sophia aceptó escribir un capítulo sobre la medicina como una carrera para la mujer. Este ensayo comenzaría con una breve revisión del lugar de la mujer en la historia de la medicina para concluir con una apelación a las universidades británicas solicitándoles abrir sus puertas a las mujeres. Este ensayo sería el germen del libro publicado por Sophia Jex-Blake en 1886, bajo el título de Medical Women, A Thesis and a History, formado por dos volúmenes: I. Medicine as a Profession for Women, y II. The Medical Education of Women: I. The Battle in Edinburgh, II. The Victory won.

La batalla de Edimburgo. La batalla legal por el acceso de las mujeres a la formación y práctica como doctoras

Los años pasados en la universidad de Edimburgo, desde 1869 a 1874, constituyen un capítulo fundamental en la biografía de Sophia Jex-Blake. Durante estos años cursó la totalidad de materias y realizó las prácticas hospitalarias requeridas para optar al título de la facultad de Medicina de la universidad de Edimburgo. Al mismo tiempo, desarrolló una continua actividad para tratar de superar las numerosísimas dificultades que impedían su acceso y el de sus compañeras a la universidad y el posterior ejercicio de la profesión. Publicó artículos en la prensa, dio conferencias y, en 1872, publicó la primera edición de su obra Medical Women. Ella fue, indiscutiblemente, la líder del grupo de mujeres que accedieron como pioneras a la facultad de medicina de la universidad de Edimburgo, ella quien realizaba las gestiones administrativas, consultaba con abogados, planteaba reclamaciones, hablaba con los profesores para lograr se les aceptase en sus clases y salas de hospital, acudía a la prensa, etc.

Todo ello provocó que en dos ocasiones, en octubre de 1871 y en octubre de 1872, suspendiese el Primer Examen Profesional (de los cuatro exigidos para obtener el título) en la facultad de Medicina de la universidad de Edimburgo. En la primera ocasión su energía había estado especialmente dedicada a conseguir que ella y sus compañeras, pudieran ser admitidas a dicho examen, como se verá en detalle en el capítulo siguiente. En octubre de 1872, Sophia tuvo que dedicar las semanas anteriores al examen a reunirse con sus asesores legales y planear la defensa de las mujeres en el litigio contra el Tribunal de la Universidad, para conseguir se les diesen las facilidades necesarias para completar sus estudios. En fechas cercanas al examen cayó gravemente enferma una amiga que vivía en Falkirk, a unas veinte millas de Edimburgo. Sophia acudía a atenderla. Realizó la primera parte del examen el 22 de octubre, y marchó a pasar esa noche cuidando a su amiga enferma, para regresar al día siguiente a realizar el segundo examen, teniendo que recibir a un abogado antes de entrar en el aula.

Sus compañeras aprobaron en 1871. Ella, que luchaba por abrir un camino, no individual, sino colectivo, sufrió la humillación de suspender por dos veces. Dos años más tarde, con motivo de la discusión de un proyecto de ley a favor de la matriculación de las mujeres en las universidades escocesas, el diario The Times publicó un artículo en que criticaba la actuación de la universidad, pero también aludía, irónicamente, al fracaso académico de Sophia Jex-Blake. Isabel Thorne se apresuró a enviar una carta periódico, publicada el 18 de junio de 1874, en defensa de Sophia, haciendo constar que la verdadera causa de su suspenso, no a la falta de capacidad o dedicación al estudio sino ""her unselfish devotion to the interests of her fellow students."" Cuando Sophia vio esta carta reaccionó impulsivamente. El Times del 20 de agosto publicaba su réplica, en la que veladamente acusaba al tribunal examinador de haberla suspendido indebida e injustamente. Ello provocó un nuevo enfrentamiento entre Sophia y la facultad de Medicina de Edimburgo. Los seis profesores examinadores, Drs. Crum Brown, W. Drumbeck, Benjamín Bell, William Robertson y el Decano J.H. Balfour enviaron una carta publicada el 29 de junio en el Times, a la que de nuevo replicó Sophia. En esta ocasión ella tuvo la última palabra, pero sin la aprobación de sus compañeras que temían este incidente repercutiera contra su causa justo en el momento en que se pretendía conseguir apoyo parlamentario y se iniciaba la fundación de la Escuela de Medicina de Londres. (Ver cartas en Anexo II).

En el verano de 1874 crea la London School of Medicine for Women, fruto fundamentalmente de su voluntad y gran capacidad de trabajo y continúa una importante actividad posterior para lograr la modificación de leyes que permitieran el acceso de las mujeres a los Examining Boards (Tribunales Examinadores) y posteriormente a la universidad. Dada la importancia que la acción de Sophia Jex-Blake tuvo para la causa de las mujeres doctoras, se estudiarán estos períodos de su vida en detalle en los capítulos siguientes.

Obtención de su título de doctora

El 2 de diciembre de 1875, Sophia Jex-Blake, Edith Pechey e Isabel Thorne, a la sazón alumnas de la London School of Medecine for Women, solicitaron formalmente la admisión al examen del Colegio de Cirujanos para obtener la Licence in Midwifery (Licenciatura como Comadronas), que permitía la inclusión en el Registro, siendo éste el único resquicio legal en esa fecha para las mujeres. Durante cinco semanas las autoridades del Colegio de Cirujanos solicitaron consejo legal para aceptar o rechazar la petición de las mujeres.

"They were advised "that the College had power to admit women under its supplemental charter, and could be compelled by legal process so to examine and grant certificates;…that the Medical Act clearly considered the holder of such certificate a licentiate in midwifery, and as such entitled to register.""

En consecuencia, el secretario del colegio solicitó a las mujeres el 8 de enero de 1876, la presentación de los certificados de haber cursado las materias requeridas, exigiéndoseles para la obtención de la "Licence in Midwifery" los mismos requisitos que para la presentación al Examen de Cirugía, que les hubiera permitido optar al título de doctoras en medicina. Las materias cursadas por las tres mujeres en Edimburgo superaban las exigencias del Colegio de Cirujanos, y el 17 de febrero de 1876, se decidió su admisión para realizar el examen de comadronas, notificándoseles el 25 de ese mismo mes que debían cursar también un examen especial en anatomía y cirugía. El 17 de marzo se les informó de que habían sido aceptadas formalmente para el examen y las tres mujeres dedicaron todo su esfuerzo a la preparación de los exámenes.

Pero, entretanto, la Sociedad de Obstetricia había comenzado una campaña para evitar el acceso de las mujeres a la práctica de la medicina a través de la licenciatura como comadronas, informando, a través del Lancet, sobre la creación de un comité para supervisar la propuesta de permitir a las mujeres obtener la licencia como comadronas. Tal comité dirigió un escrito al Colegio de Cirujanos, con fecha de 18 de febrero de 1876, haciendo constar que ""persons so imperfectly qualified"…… must really not be admitted to the Register, for that such admission would be most "injurious to the interests of the public (¡) and the profession."" Dado que no pudieron evitar la aceptación de las mujeres, recurrieron a hacer imposible la celebración del examen mediante la dimisión de sus cargos de los tres miembros del tribunal, los doctores Barnes, Farre y Priestley. El examen podría haberse celebrado mediante el nombramiento de otro tribunal, pero se ejerció tal presión que ningún miembro man-midwife aceptó el cargo. No se celebraron más exámenes para la obtención de la Licence in Midwifery.

En mayo de 1876, se presentó la que se conocería como la ley de Russell Gurney, que permitia a todos los Tribunales Examinadores del Reino Unido admitir mujeres si lo consideraban conveniente. Entretanto, Sophia y sus compañeras habían decidido obtener un título en el extranjero (irónicamente, el consejo de Elizabeth Garrett rechazado anteriormente). En noviembre de 1876 Sophia se trasladó a Berna, junto con Edith Pechey, compañera desde el comienzo de la batalla de Edimburgo. Realizó sus exámenes y presentó su tesis sobre el tema de la fiebre puerperal, obteniendo su título de doctora en medicina el 10 de enero de 1877. Para poder acceder al Registro de Médicos de Inglaterra, tuvo que presentarse posteriormente al único Tribunal Examinador que aceptaba mujeres en aquel momento, obteniendo la Licence of the King"s and Queen"s College of Physicians of Ireland en marzo de 1877. Sophia fue la quinta mujer que accedió al Registro, tras Eliza Dunbar y Frances Hoggan que habían aprobado el examen de Dublín dos meses antes que ella.

Doctora en Edimburgo

Los primeros años

En el mes de mayo de ese mismo año de 1877, la rivalidad entre Sophia y Elizabeth Garrett, llevó al nombramiento de Isabel Thorne como Honorary Secretary de la London School of Medicine for Women. Sophia no tenía ya ninguna responsabilidad directa en la dirección de la escuela que había hecho nacer, aunque aún era "a trustee and a Governor of the School, so for nearly a year she continued to attend its Executive Council meetings"

En vez de comenzar una práctica privada, Sophia se dedicó durante varios meses a completar estudios de medicina y visitar diversos hospitales. Finalmente, a comienzos de 1878, decidió volver a Edimburgo, y en junio de ese año se instalaba en el número 4 de Manor Place, en cuya fachada aparecía su placa de doctora, de hecho, la primera mujer doctora de Escocia. Contaba con el apoyo de sus viejos amigos, los doctores Heron Warson y George Balfour. Su clientela fue creciendo poco a poco. Tres meses más tarde abría una clínica o dispensario en el 73 de Grove Street, Fountainbridge, donde las mujeres pobres, por unos pocos peniques, podían recibir atención médica y apoyo personal. En estos años seguía con interés los progresos de la London School of Medicine for Women, atendiendo el acto de apertura del curso de 1879, y se mantenía activamente comprometida con la lucha parlamentaria por la causa de las mujeres doctoras. También prestaba su apoyo a la lucha por el sufragio femenino.

La muerte de su madre, a los ochenta años de edad, el 8 de julio de 1881, tras varios meses de enfermedad en su casa de Rugby (Sussex), el último de ellos bajo el cuidado directo de Sophia, fue un duro golpe para ella. Pronto siguió el fallecimiento de otro ser cercano, una de sus ayudantes en el dispensario. Sophia sufrió una depresión que la llevó a abandonar su práctica médica durante dos años. Contó entonces con el apoyo y la compañía de una de sus importantes amistades femeninas, Ursula du Pré. En marzo de 1882, viviría otra experiencia negativa: en la reunión del Executive Council de la London School of Medicine for Women, se presentaron dos candidaturas para el decanato, la de Elizabeth Garrett, y una segunda, a favor de Edith Pechey, propuesta por Sophia Jex-Blake y el Dr. T.K. Chambers. De los quince miembros presentes, catorce votaron a favor de Garrett y uno, obviamente Sophia Jex-Blake, a favor de Edith Pechey. Elizabeth Garrett, la mujer que inicialmente se había opuesto a la creación de una escuela de medicina de mujeres, sería decana de la misma durante los próximos veinte años. "Sophia continued to be associated with the School as a Trustee and as a Governor, but she never attended another meeting of the Executive Council." El 6 de mayo de 1897, Sophia presentó también su dimisión de este cargo, al no estar de acuerdo con la propuesta de construcción de una nueva sede para la escuela, rompiendo así definitivamente sus lazos con la misma.

La creación de la Edinburgh School of Medicine for Women y el Edinburgh Hospital and Dispensary for Women

A finales de 1882, Sophia trasladó su domicilio a una amplia residencia en Bruntsfield Logde. En septiembre de 1883, reanudó sus consultas en esta nueva dirección y continuó con su actividad en el dispensario. En 1885, éste se transformaría en el Edinburgh Hospital and Dispensary for Women, al trasladarlo al 6 de Grove Street y añadir una sala con cinco camas para pacientes internas. "The Edinburgh Hospital and Dispensary was Scotland"s first hospital for women staffed by women", contando con una matrona residente y, desde 1886, con la doctora Catherine Urquhart, antigua alumna de la London School, como Médico Residente.

En 1885, Sophia comenzó otra nueva aventura, la creación de una escuela de Medicina para mujeres en Edimburgo, instalada en una propiedad adquirida por Sophia, Louisa Stevenson y Ursula du Pré en 1876, situada en el número 1 de Surgeon Square. "The school was formally designated the Edinburgh School of Medicine for Women, with Sophia as its Dean." Trataremos con más detalle sobre esta escuela en un capítulo posterior.

Pero también este proyecto tendría una triste final para Sophia Jex-Blake: El primer conflicto surgió en junio1888, cuando las hermanas Cadell y otras dos alumnas de la escuela incumplieron la norma de abandonar el Hospital Leith, donde realizaban sus prácticas, a las cinco en punto de la tarde, para asistir al tratamiento un caso de urgencia, (concretamente un accidente craneal) por parte del cirujano Dr. Juckes. Al recibir la queja de Miss Perry, la encargada de enfermeras, Sophia instead of discussing the matter with the four students privately, she reprimanded them in the presence of the whole class, and drafted an apology to Miss Perry for them to sign." Las cuatro alumnas firmaron el escrito aunque una de ellas, Georgina Cadell, se retractó después de forma individual. "For several weeks an atmosphere of tension prevailed until, with the exchange of more letters between the School and the Hospital, and the submission of another apology from Ina Cadell, peace was restored."

En julio, surgió un nuevo conflicto: una de las alumnas, Miss Sinclair, había suspendido los exámenes de acceso en inglés y matemáticas. Sophia le había permitido repetir estos exámenes en julio, pero cuando llegó el día previsto la alumna no compareció. Uno de los profesores, el Dr George Gibson, a petición de Miss Sinclair, había escrito al examinador explicando que se encontraba enferma el día de la prueba, y su nota había sido revisada, habiéndosele aprobado sin efectuar nuevo examen, todo ello sin informar a Sophia directamente. "At the next meeting with all the students Sophia, quien se oponía absolutamente a conceder ningún tipo de privilegio a las estudiantes, expressed her views bluntly, referring to Miss Sinclair"s action as "a mean thing.""

Tales enfrentamientos llevaron a la división del alumnado en dos bandos: un grupo de alumnas, favorables a Sophia, entre las que se encontraban Margaret Todd y Jessie MacGregor, y otro grupo crítico de su actuación, encabezado por la después famosa doctora Elsie Inglis. En la reunión del comité ejecutivo de 26 de julio, Sophia planteó que presentaría su dimisión como decana si las hermanas Cadell continuaban en la escuela. El comité, consecuentemente, decidió no admitir a ambas alumnas para el curso siguiente. Ante esta resolución Georgina y Grace Cadell presentaron una reclamación judicial de 500 libras cada una por daños y perjuicios a la escuela. El juicio se celebró en julio de 1890, siendo la sentencia final a favor de las demandantes, aunque sólo se les concedía una indemnización de 50 libras a cada una. Elsie Inglis, con la colaboración de su padre, fundó la Scottish Association for the Medical Education of Women y, en noviembre de 1889 abrió una segunda escuela de Medicina para mujeres en Edimburgo, denominada The Medical College for Women, situada en el 30 de Chambers Street. No había lugar para dos escuelas de medicina de mujeres en Edimburgo, y en 1898 acababa otro sueño con el cierre de la Edinburgh School of Medicine for Women. Una frase de Margaret Todd define bien el constante movimiento pendular entre ilusión y fracaso, presente en la vida de esta luchadora: "Success was always just round the corner, so to speak, all but within reach; but success, in the form in which she looked for it, never came."

En 1890, Sophia perdió a otra persona querida, su amiga Lucy Sewall, quien prácticamente había inspirado su vocación como doctora. En junio de 1898, se celebró en Edimburgo la asamblea de la British Medical Association, a la que asistieron una treintena de mujeres doctoras. La doctora Jane Walker organizó una cena bajo la presidencia de Sophia, la pionera de Edimburgo, a la que asistieron entre otras Elizabeth Garrett y Mrs Scharlieb.

En 1899, Sophia decidió retirarse y trasladarse de nuevo a Sussex, donde había adquirido una amplia casa de campo cerca del pueblo Mark Cross, a unas seis millas al sur de Tunbridge Wells, llamada Windydene. Vendió Bruntsfield Lodge al comité del hospital a un módico precio, y, durante noventa años, desde el 27 de marzo de 1899 hasta 1989, ésta fue la sede del hospital de mujeres, denominado a partir de ese momento Brunstfield Hospital, "but the original policy of appointing women doctors only, to care for women and children, was reaffirmed. Dr Sophia Jex-Blake was appointed a consultant physician to the Bruntsfield Hospital."

El comité del hospital organizó una fiesta de despedida en su honor, en la que su viejo amigo, el profesor Masson, pronunció las siguientes palabras:

""That this company, remembering all that has been done by Dr. Jex-Blake so preeminently for the medical education of women, and for the opening up of the medical profession to women, both here and elsewhere, take this opportunity of congratulating her on the present evidence of the success everywhere of the cause which owes so much to her powerful initiation and persevering advocacy; and regrets that the occasion should also be one of farewell"."

En 1905, se produjo una vacante en la plantilla de doctoras de Bruntsfield hospital. La mejor candidata era la ya doctora Elsie Inglis. Sophia fue informada como miembro del comité directivo, ofreciéndosele al mismo tiempo el cargo de Vice-Presidenta del hospital. "She replied that she would resign from the Hospital Board rather than acquiesce in the appointment of Dr Inglis. Her resignation was accepted and the appointment was made. So Sophia, who had founded two medical schools and a hospital, now had no association with any of them."

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