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En Terapia e Historias de diván: El auge de la psicología en los medios (página 2)



Partes: 1, 2

Su argumento ronda en torno a un grupo de terapia conducido por el Dr. Guillermo Segura (Jorge Marrale), quién es el punto de encuentro de varios pacientes con diferentes problemas. Jimena (Inés Estévez) es una mujer muy inmadura, con una madre absorbente. Roberto (Alfredo Casero) un hombre con dificultades en relacionarse con las mujeres. Antonio (Gustavo Garzón), un fotógrafo forense, que no desea aceptar su relación con una mujer policía. Cecilia (Soledad Villamil), siempre en problemas para encontrar el hombre correcto. Alejandra (Sandra Mihanovich), una personalidad fóbica, no muy segura sobre sus relaciones con hombres. Gonzalo (Damián de Santo), un adicto a las drogas, con serios problemas con sus padres. Lidia (María Leal), una mujer muy conservadora con un pasado no del todo claro. Y, finalmente, Leopoldo Albarracín (Alfredo Alcón), un hombre de una posición acomodada que ha derrochado su fortuna en el juego.

Podemos decir que Vulnerables fue el pionero de la introducción de esta modalidad a la tv y sobre todo a la ficción, que subió la apuesta de lo que podía verse, y llevó a la pantalla conflictos que no eran habituales en la TV abierta. Mucho menos habitual era que esos conflictos, en caso de recibir algún tratamiento, alcanzaran un desarrollo honesto. Además la audacia de los guiones lograba un equilibrio entre tanta materia dolorosa y los toques de humor que admitía la traumatizada vida de los pacientes, evitando caer en el ejemplo clínico.

La edición del relato explota posibilidades en función de mantener o crear climas. Avanza y retrocede en el tiempo para prolongar la tensión de una escena y su resolución.

El recurso de la voz en off sirve para leer el pensamiento de los personajes durante la terapia. Y la cámara lenta, el plano detalle de un objeto y la alteración del sonido ambiente muestran obsesiones sin ninguna necesidad de recurrir a la palabra. Así, dejan a libre imaginación del público las percepciones de cada paciente, siempre manchándolos con un tinte personal, ya que cada uno de los televidentes interpretará a través de esas imágenes, realidades distintas. Nuevamente, lo privado de cada problemática, trasciende al living de cada persona que sintoniza el canal.

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Marco teórico

¿Qué es una ficción televisiva?

Para comenzar con la descripción de mi objeto de estudio, primero
definiré el término ficción televisiva. El término
ficción, se relaciona con la simulación o fantasía, en
dónde el modo de presentar una historia inventada, genere que el público
llegue a creerla o sentirla como una verdad momentánea. Un tipo de este
grupo, son las series o también llamado telefilme. La acción gira
en torno a unos protagonistas fijos en todos los episodios, a los cuales se
suceden, en cada capítulo, diferentes invitados que propician distintas
situaciones. El rasgo principal que define a una serie de ficción es
que sus capítulos constituyen una unidad narrativa independiente en sí
mismos, lográndose la continuidad entre uno y otro a través de
los personajes, los escenarios o los temas. A diferencia de los seriales, que
dejan abiertas las tramas de un episodio para otro, en las series éstas
se resuelven dentro del propio capítulo.

Psicoanálisis

Para comenzar, explicaré de qué se trata esta disciplina
que funciona como hilo conductor en la trama en Historias de diván series
elegidas como casos de estudio. El psicoanálisis es una disciplina científica
desarrollada por el médico y neurólogo austríaco Sigmund
Freud (1856–1939) que tiene como objetivo la investigación y el
tratamiento de las enfermedades mentales. Según la Asociación
Psicoanalítica Argentina "estudia, investiga y describe el alma
humana: cómo se forma, cómo se desarrolla, cómo está
estructurada y cómo funciona. Todo esto en sus aspectos así llamados
"normales" o sanos. Y también cómo se enferma… y cómo
se cura."

La doctrina psicoanalítica sostiene que los impulsos instintivos
que son reprimidos por la conciencia permanecen en el inconsciente y afectan
al sujeto. Éste no es observable por el paciente: el psicoanalista es
quien debe hacer accesibles dichos conflictos inconscientes a través
de la interpretación de los sueños, los actos fallidos y la asociación
libre en las sesiones de terapia en donde el paciente expresa todas sus emociones,
pensamientos ideas e imágenes tal como se le presentan; sin restricciones
ni ordenamientos.

El intersubjetivismo

Guillermo es un terapeuta relacional o intersubjetivo. Es un método que pone el énfasis en la participación emocional del terapeuta y afirma que la experiencia emocional del mismo a lo largo del tratamiento, es relevante en la terapia. También es posible, con un buen discernimiento, compartir estas experiencias con el paciente. Así, el profesional no es un pizarrón en blanco o un oyente omnisciente, sino que es parte de la interacción, de la relación en la que las dos partes tienen un rol, y no influye tanto la cantidad de interacciones, sino la calidad de las mismas.

Al ser un paradigma psicoanalítico no tan divulgado en la Argentina, adaptar la serie a la audiencia local fue uno de los puntos principales en el armado del contenido, ya que el método más difundido, aceptado y utilizado en el país es el freudiano. Sin embargo, fue completamente imposible cambiar el paradigma psicoanalítico por otro más ortodoxo como el Freudiano ya que este hace al devenir de la dramaturgia de toda la serie. En conexión con lo anterior aparece un segundo tema que me parece sumamente importante: la experiencia de seguridad, la terapia como una base segura (Bowlby, 1988; Kohut,  1971; Mitchell, 1997; Wachtel, 1996).  El paradigma intersubjetivo  enfatiza mucho la seguridad del paciente. Se sostiene que el cambio se produce más fácilmente cuando el paciente se siente seguro; es decir, entendido, aceptado y respetado por el analista. La preocupación por retraumatizar al paciente en la terapia está en un primer plano.

El grado de empatía y capacidad autoreflexiva con que actúa el analista favorecerá en mayor o menor medida la construcción interpersonal de la experiencia de seguridad. La seguridad no es una variable del paciente ni preexiste al encuentro interpersonal. Es una característica emergente de la interacción paciente-terapeuta. En En terapia Las narraciones espontáneas de los pacientes muchas veces están fragmentadas o son superficiales. Por lo tanto, sus relatos carecen de la información necesaria para entender suficientemente bien los problemas que traen a sesión. En ocasiones, la sensación agobiante que tiene el terapeuta de que no comprende tiene que ver con que no se da cuenta de que está recibiendo relatos muy incompletos que no permiten fantasear o formular hipótesis. Los pacientes deben aprender a traducir sus conflictos en términos de narraciones interpersonales. Por su parte, también Guillermo debe esforzarse por perseguir un diálogo con afirmaciones interpersonales. Esto lo logra pidiendo a los pacientes relatos minuciosos, aclarando la secuencia de hechos (qué fue primero, qué vino después) y preguntando frecuentemente para iluminar los puntos oscuros. Este hecho hace que el televidente logre comprender exactamente qué es lo que siente, piensa y por qué lo hace de ese modo el paciente que se sienta en el sillón del consultorio de Peretti. Así mismo, permite generar en el televidente indirectamente las mismas preguntas sobre aquellas cuestiones que también ha experimentado o que de alguna manera, lo identifican.

Por ejemplo, Lichtenberg, Lachmann y Fosshage (1996), afirman: "El mensaje contiene el mensaje. Un psicoanalista clásico es entrenado para mirar con insatisfacción lo que el paciente dice: si habla del presente, se defiende del pasado, si habla del pasado, se defiende de la transferencia, si de la transferencia, huye del recuerdo. Esto da como resultado una devaluación del mensaje y del mensajero, el paciente. Por lo tanto, se propone que continuar más tiempo y más intensamente con lo manifiesto trae más entendimiento que la escucha hecha desde un enfoque defensivo o genésico". Los terapeutas suelen pensar que las preguntas son más neutrales que las interpretaciones, pero el preguntar o explorar también conlleva metacomunicaciones (Wachtel, 1996). Las preguntas, como cualquier otro comentario, también pueden contener connotaciones acusadoras o exculpatorias. El arte de preguntar positivamente es la habilidad del terapeuta para analizar experiencias o motivaciones de una manera mínimamente crítica o perjudicial para la autoestima del paciente. Obviamente, la marcha del tratamiento resulta beneficiada cuando el paciente vive las preguntas como una invitación para explorar más que cuando las vive como un desafío o una amenaza. Sobre este último punto se apoya la serie israelí cuando pone como objetivo la atracción de la serie en los diálogos que en ella se desarrollan, ya que buscan indagar más sobre la historia de cada uno y no que recaiga en el análisis interior de cada uno, gracias a lo cual logran arreglar sus problemas. De esta manera, permite a la audiencia saber más sobre cada historia.

Los psicólogos en la Argentina

La Lic. Rosa Giordano en su ensayo sobre "psicología y trabajo
social" para la Universidad Nacional de Córdoba, explica que el
desarrollo temprano de esta disciplina en nuestro país se puede explicar
por las características de nuestra población proveniente en gran
medida de inmigrantes europeos. Por lo que no es de extrañar que varias
generaciones fueran educadas con modelos curriculares netamente europeos, y
con fuerte adhesión a la ideología liberal y progresista de aquel
continente. Así, Argentina a finales del siglo XIX y comienzos del XX
ya contaba con una masa crítica de jóvenes estudiantes y profesionales
de clases acomodadas cuyos viajes a Europa permitía el intercambio de
teorías de vanguardia, entre ellas el psicoanálisis que de este
modo encontró una tierra fértil para su difusión. En 1922
ya se contaba con la traducción de las obras Completas de Sigmund Freud
y es a partir de allí que se instala la discusión, estudios y
debates entre la intelectualidad de Buenos Aires y del interior posteriormente.
Los primeros difusores del psicoanálisis fueron médicos inmigrantes
europeos, que pasaron de la práctica psiquiátrica alemana y francesa
a adoptar la teoría freudiana. De modo que el psicoanálisis surge
íntimamente articulado con la clínica terapéutica.

Uno de los psiquiatras fuertemente innovadores de la práctica
clínica hospitalaria fue Enrique Pichón Riviere que introdujo
la psicoterapia grupal, los test en la práctica psiquiátrica y
el impulso que le dio a la psiquiatría infantil y adolescente. Pichón
Riviere descubre que los orígenes de las patologías debían
buscarse en la historia de los vínculos familiares, de allí surge
su "teoría del vínculo" cuyas hipótesis dio pie
la formación de su vasta obra plasmada en la Psicología Social.

La psicología grupal, aparece en varios de los casos expuestos
como antecedentes históricos como Bajo terapia, Toc toc o Vulnerables,
en dónde los psicoanalizados intentan curarse a través de la ayuda
mutua.

Es claro que la psicología forma parte de la idiosincrasia argentina
en la actualidad. Un estudio realizado por Modesto Alonso para la Facultad de
Palermo en 2005, estableció que Argentina es el país con más
psicólogos de América. Existen 154 psicólogos cada 100.000
habitantes, es decir, 649 habitantes por psicólogo; "Mientras que
Argentina está con 154, el resto de los países tienen 65, eso
marca una diferencia", afirma el psicólogo, docente y autor del
informe "Los psicólogos en la Argentina". El desarrollo de
esta disciplina está creciendo anualmente un 15 % y esa cifra es mayor
al crecimiento anual de la población. Nuestro país parece alejarse
del viejo prejuicio que afirma que el psicólogo es para los locos. "El
temor a la locura provoca que no siempre se consulte (…) el tema de la relación
entre oferta y demanda mejora porque las obras sociales y las prepagas fueron
incorporando progresivamente la prestación psicológica en su cartilla
permitiéndole un acceso más sencillo a sus pacientes".

Lo curioso resulta que los psiquiatras son minoría: "En la
Argentina, el 80% de la salud mental está en manos de los psicólogos,
contamos con alrededor de 5000 psiquiatras. Considerando que aproximadamente
35.000 psicólogos se dedican a la clínica, podemos afirmar que
son 40.000 los profesionales dedicados a la salud mental, es decir, sólo
el 10% son médicos psiquiatras", señala Alonso.

A pesar de que exista una hipótesis de que este auge de la psicología
en nuestro país se deba a la influencia del movimiento migratorio provocado
como consecuencia de la Segunda Guerra mundial, acompañado por los daños
sociales y los procesos vividos que pueden haber llevado a la población
a interesarse en comprenderse mediante la introspección, "otras
naciones han sufrido más que nosotros y no cuentan con este fenómeno,
habrá que limitarse a los hechos", explica el experto.

Psicología de los medios de comunicación

El aparato psíquico del hombre según Freud, está conformado por el Yo, el Ello y el Superyo. La constitución del Yo es producto tanto de un complejo proceso de identificaciones, como del paulatino reemplazo del principio del placer por el principio de realidad. Éste proceso, se produce a través de las experiencias en las que el sujeto es protagonista, dentro del entorno en el que se desarrolla con las personas que lo influencian, dado su carácter de ser social. Así, el pensamiento y la conducta de los hombres estará basada en su idea de realidad: actuará de manera poco eficiente en aquellos aspectos desconocidos, y buscará que se le muestre aquello que coincida con sus percepciones experimentadas. Esta capacidad de mostrar contenidos acordes a los intereses y las normas de la audiencia, es la que le otorga el papel de instrumentos centrales del "control social" a los medios de comunicación.

La mayoría de las veces el éxito de las telenovelas, precisamente, se apoya en que el contenido no real tiene una base real que lo hace factible; no pura ilusión. Lo importante a destacar es que, tal presentación de la "realidad", transmite una visión de la misma cargada de determinadas significaciones y valores. Esto implica entonces, no sólo los mensajes antes citados al yo, sino también modelos identificatorios, caminos de éxito y de logro de satisfacciones, mostración de premios y castigos (con destino al superyo), modelos de conductas normales y aprobadas, etc., todo ello presentado como expresión de la "realidad" a la que es preciso ajustarse en contraposición a lo "raro", lo "loco", lo peligroso, lo "malo", etc. Es evidente que todo esto es, por causas obvias, fácilmente perceptible en las programaciones dirigidas a los niños. En la medida en que todo sujeto actúa de acuerdo a lo que entiende por "realidad", es comprensible que se busque que todos o la mayoría de una sociedad compartan la que interesa que se vea como tal.

Probablemente la psicología de los medios podría definirse como disciplina cuyo rasgo central es la preocupación por un objeto de estudio concreto: la comunicación mediática. Si la comunicación a través de medios y tecnologías se puede definir como un proceso de interacción con mensajes, el objeto de investigación de la disciplina denominada Psicología de los medios es, precisamente, el análisis de la interacción que se produce entre un sujeto (que cuenta con una serie de estructuras y procesos cognitivos y afectivos) y un mensaje determinado (que también ha sido codificado mediante una serie de reglas que cuenta con una estructura determinada y en el que operan ciertos rasgos formales que pretenden estimular una reacción particular).

A diferencia del teatro, en dónde el vínculo con la audiencia comienza y termina sin tener continuidad, en las ficciones televisivas la fidelidad del público es esencial para su existencia; es por esto que la adaptación de los guiones debe ser una tarea determinante para lograr que la audiencia pueda decodificar el mensaje y prolongar su proceso identificatorio con el personaje. Esther Feldman y Alejandro Maci en En terapia, trabajaron en cuestiones culturales vinculadas con la idiosincrasia argentina, para generar una red. Al traerlo a nuestra realidad, teniendo en cuenta la temática psicoanalítica (en dónde el público porteño, en general, ha pasado por experiencias de psicoanálisis y tiene una capacidad de introspección y de auto cuestionamiento superior a la de otros públicos), hay que tomar ciertos cuidados. En cuanto a los personajes, en la versión original, hay algunos que no podemos encontrar en nuestro medio sociocultural, y entonces requieren de la búsqueda de aspectos, que puedan configurar uno que para nosotros sea reconocible. Por ejemplo, el personaje que hizo Germán Palacios (Gastón) en la versión argentina es un policía de elite de la GEOF (N. de la R: Grupo Especial de Operaciones Federales), y en la versión estadounidenses es un militar, un piloto de guerra de un tipo de naves muy particulares que son de última generación, o sea, algo muy alejado para los argentinos que, en cambio, funcionaba perfectamente en Israel y en Estados Unidos, países que viven en guerra. Otro claro  ejemplo de ello fue el personaje de Ailín Salas (Clara), que en la versión original es una gimnasta olímpica, algo nada popular en la Argentina. Por eso llegaron a la danza clásica, que a través de ciertas figuras como Julio Bocca o Paloma Herrera, se ha popularizado en nuestro país, e ilustra el rigor, las dificultades y las presiones horribles que tiene que experimentar alguien que no está todavía en una edad para vivirlo.

En el caso de Historias de diván, al tratarse de una adaptación dramatúrgica de un libro de autoría argentina que ya había tenido gran éxito en las librerías, el vínculo con el público, fue mucho más fácil de construir. Además, las historias relatadas, pertenecen a pacientes reales que atendió el autor del libro, Gabriel Rolón. "Los casos que elegimos montar sobre el escenario no son para identificarse fácilmente, pero las problemáticas que los rodean sí: la culpa, la sexualidad, la relación con los padres, la angustia, la muerte (…) ese es el desafío de 'Historias de diván': contar tramas poco comunes y movilizar afectos que son generales", explicó el psicoanalista en una nota para la agencia de noticias argentina Télam.

El hecho de que sean sesiones de psicoanálisis llevadas a la construcción de una ficción clínica, implica que no sea un documental sobre psicoanálisis, sino que su estética de un único decorado con planos y contraplanos, permita a la audiencia centrarse en lo más atractivo de estas tiras: sus diálogos. De esta manera, permite reforzar aún más la similitud de la escenografía con el living de la casa del espectador, construyendo la idea de un espacio íntimo que permite al público una sensación de proximidad con el narrador.

Ficciones clínicas

Representan búsquedas artísticas distintas. En algunos
casos se parte de la situación de la terapia colectiva; en otros, el
psicoanálisis es un acelerador de la trama o un motivo (personaje) inspirador.
"El formato tiene sus peculiaridades técnicas y requiere del público
algo a lo que no está acostumbrado ni conoce: tiene que aprender con
la serie un "manual de instrucciones" para poder seguirla. Pero, al
mismo tiempo, había mucho recelo: en este mundo donde la gente tiene
tantos problemas atencionales, ¿se podrá instalar y disfrutar
un diálogo? Es un formato que es media hora de conversación, sin
cortes comerciales. En sí mismo, es un formato de interior. Prácticamente,
no tiene exteriores y eso representa una gran apuesta: ¿tendría
la audiencia la capacidad para estar media hora concentrada en lo que  sucediera,
sin irse a buscar algo o hacer zapping?" Explica uno de los productores
de En terapia en una nota realizada por la Revista argentina Ñ.

Cada capítulo no tiene que ver con la extensión de una
sesión típica de psicoanálisis, sino con la instrucción
de un formato. El diseño de producción tiene una gran ventaja
para los actores: grabar todos los capítulos seguidos por personaje y
van renovando la mirada sobre el consultorio. En el caso de En terapia e Historias
de diván, a diferencia de las obras teatrales, más allá
de la historia central del psicoanalista, siempre habrá nuevos pacientes
para analizar y ello implica nuevo material para futuras temporadas.

Parte de la originalidad de este formato es el modo en que sucede; es
como si fuera un unitario por un lado, pero una serie porque se emite todos
los días. En el caso de En terapia en su versión estadounidense,
parte de la promoción que se hacía era "usted puede ver sólo
los miércoles", cosa que es en parte cierta y en parte no tan cierta
porque, en realidad, hay una historia de un protagonista, que es el punto de
vista del terapeuta desde el consultorio.

Relación afectiva televisor- televidente y transferencia paciente- terapeuta

La televisión es considerada hoy en día el medio de comunicación de mayor fuerza socializadora. Su gran influencia, así como la masiva utilización social que de este medio se hace en nuestros días, nos lleva a considerar la importancia de revisar sus efectos e influencias. Son muchos los autores que han teorizado sobre este tema, así como las experimentaciones e investigaciones realizadas al respecto dentro y fuera de nuestro país y que aportan importantes fuentes de conocimiento sobre el tema. 

La televisión tiene una serie de características que la otorgan un alto grado de influencia, tiene una gran fuerza expresiva, porque se basa en la imagen y esto es una manera muy eficaz de interiorización de los mensajes, ya que se introducen directamente en el subconsciente. Las imágenes son en color, van acompañadas de sonidos, música, y presentan la realidad con movimiento, de una forma "viva". Además, su uso no requiere un esfuerzo mental apreciable, lo que la hace ser un modo muy atrayente de pasar el tiempo libre.

La teoría de usos y gratificaciones (TUG) es un acercamiento a la comprensión para entender por qué y cómo las personas buscan activamente contenidos en los diferentes medios para satisfacer sus necesidades. Es un acercamiento centrado en la audiencia para entender la comunicación en masa. Cuestiona la relación directa entre estímulo y respuesta, atendiendo al hecho de que cada uno de los destinatarios de un mismo mensaje, viene precedido por un contexto el cuál condiciona el efecto de dicho mensaje. Por tanto, no son solo los estímulos los que ponen en marcha el proceso comunicativo, sino los propios receptores al elegir el contenido e interpretarlo. Los estímulos generan unos efectos tan sólo si el individuo quiere responder a ellos.

En el caso de En terapia, las miserias, errores y desatinos de Guillermo (el analista), tan necesarios como inobjetables desde el punto de vista dramático, constituyen un escándalo desde la teoría. Según explicaba Lacan "Explicar el arte por el inconsciente me parece muy sospechoso, es sin embargo lo que hacen los analistas. Explicar el arte por el síntoma, me parece más serio. Es enteramente evidente que en ese registro el psicoanalista se introduce en primer lugar como sujeto supuesto saber, es él mismo quien recibe y soporta el estatuto del síntoma" es decir, cuando el analista, tal como sucede con la obra de arte, incomoda, desafía, rompe estereotipos y, como si fuera un cuerpo extraño (un síntoma), causa el trabajo de interpretación del sujeto. Esto no es lo que sucede en la serie israelí adaptada, ya que Guillermo no cesa de introducir sus propios fantasmas en el discurso de sus pacientes. Es probable entonces que las mismas torpezas que generan malestar y transferencia negativa en sus pacientes, sean las que alojan y causan al televidente. Guillermo se muestra como un profesional comprometido con una ética clínica: escucha al paciente, es decir, aloja su sufrimiento sin imponerle visiones, normas, o líneas de conducta alguna. Para decirlo todo: parece cumplir con la regla fundamental de la abstinencia. Además, por momentos da la sensación de que su escucha, por vía del desciframiento, trabaja para rescatar de la represión aquello que el paciente no sabe que sabe Sin embargo, las interpretaciones que ensaya no dejan de contaminar con el sentido de sus propias ocurrencias el material que aportan sus pacientes. En particular, su afán interpretativo se centra en las defensas y resistencias de quienes asisten a su consultorio, lo que redunda en confrontaciones imaginarias del tipo "yo te dije/vos me dijiste" o acusaciones mutuas ("vos no me escuchás" o "me parece que sos vos la que no me escuchás"). Guillermo no cuestiona la enunciación del sujeto porque, al escuchar sus dichos, se distrae con el valor referencial de los enunciados. Así, sus intervenciones no propician la deriva significante necesaria para ubicar la posición con que el fantasma juega su partida en la subjetividad del paciente. La serie es valiente porque en esa relación de poder no se muestra a un psicólogo héroe, sino antihéroe. Norma Aleandro, su propia analista, se lo marca. Según el psicoanalista consultado en una nota para el diario La Nación, es positivo y verosímil mostrar a un terapeuta que duda, que también tiene problemas y angustias y a veces eso interfiere en las sesiones. El personaje de Peretti, interviene bien cuando interroga más que cuando él mismo impone sus señalamientos. Estas consideradas "malas intervenciones" son analizadas entre terapeutas en instancias de supervisión de casos, una práctica típica de aprendizaje en esta profesión. Esta violación de la objetividad que debe mantener el terapeuta con su paciente, es explicada por una de sus guionistas a una nota de la Revista Ñ, en dónde explica que el desafío de adaptar los diálogos, recaía en que la audiencia pudiera lograr la transferencia no solo con las historias que protagonizaban los pacientes, sino también con el terapeuta, personaje en torno al cual gira la ficción. Así, el televidente puede identificarse tanto con el terapeuta, como con el paciente.

La transferencia con el televidente fue tan fuerte, que sin embargo, aunque la ficción no respetara las pautas de un diálogo estrictamente profesional, muchos terapeutas argentinos, declararon que muchos de sus pacientes traían situaciones de la ficción a sus consultorios "Los pacientes que se psicoanalizan saben que lo que sostiene a los tratamientos es la transferencia, es decir, esa atmósfera propia que se genera, ese cuerpo a cuerpo que determina el efecto que tiene la palabra del terapeuta en el paciente" declaró al diario La Nación el psicólogo argentino Alejandro Daumas, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL). De allí que lo que diga el psicoanalista que encarna Peretti sea sólo tomado como un aporte a esa historia que se presenta en la ficción, pero difícilmente modifique la relación del paciente con su terapeuta en la vida real. Según observan, uno de los grandes aciertos de la serie es que se ocupa de historias humanas, de traumas universales que generan sufrimientos más allá de las culturas y las épocas. Conversar sobre estas cuestiones, ponerlas a discutir en la pantalla de un medio expansivo como la televisión, despierta inexorablemente emociones puertas adentro de los hogares.

En el caso de Historias de diván, si bien también se encuentra una historia paralela del terapeuta en la serie, al representar a un profesional real como es Gabriel Rolón, la contaminación subjetiva en los discursos de los pacientes, no se hace presente como en En terapia. Y en referencia a la capacidad de diálogo entre el universo televisivo y el psicoanalítico, el terapeuta declaró en Télam que "el analista tiene mucho de guionista en lo que arma con cada paciente en particular, porque piensa cómo decir algo, cuál es al intervención, los silencios, las formas". Sin embargo, el autor argentino del libro en el que se inspiró la serie transmitida por Telefe, declaró ante el diario La Nación que su objetivo al adaptar las historias que se dieron en su consultorio para la tv, no era que el televidente se sienta identificado con la historia, sino con el tema en cuestión. En cuanto a la relación terapeuta- paciente, se hace presente en En Terapia, ya que inclusive, en una de las pacientes está enamorada de Guillermo.

A través de la teoría de usos y gratificaciones en el que se basa la relación televidente- televisión, podemos afirmar que se ve reflejada en la identificación de la audiencia que recaudaron estos dos programas televisivos. En cuanto a la relación terapeuta- paciente, esa transferencia también puede darse con la que se produce entre el televidente y los actores que encarnan los papeles de los profesionales.

La identificación

Se puede distinguir entre dos formas de identificación: cuando
es el individuo el que identifica su persona a otra; y cuando el individuo identifica
al otro con él mismo.

En ocasiones, cuando coexisten ambos movimientos se trataría de
una identificación más compleja que explicaría la formación
del "nosotros". En el psicoanálisis, el concepto de identificación
tiene un valor central, ya que representa la operación mediante la cual
se constituye el ser humano. Para Freud, la identificación es más
que una imitación, porque lo que produce este fenómeno es un elemento
inconsciente común entre las personas. El concepto de incorporación
oral tiene su función en la melancolía, en la que el individuo
se identifica de un modo oral con el objeto perdido mediante la regresión
a la relación objetal de la fase oral.

En la segunda teoría del aparato psíquico, Freud describe
las distintas instancias del aparato psíquico, más como los residuos
de distintos tipos de relaciones de objeto que como imágenes, recuerdos,
o contenidos psíquicos.

En Psicología de las masas y análisis del yo, Freud distingue
tres modos de identificación:

1) Como forma arcaica del lazo afectivo con el objeto, o sea una relación
pre-edípica ambivalente.

2) Como sustitución regresiva de una relación objetal abandonada.

3) Cuando no existe catexis sexual del otro, el individuo se puede identificar
con éste si tienen un elemento en común (por ejemplo: el deseo
de ser amado).

El ideal del yo se forma por identificaciones con los ideales culturales,
que no siempre están en armonía entre sí.

La identificación proyectiva es un término que introdujo
Melanie Klein para señalar el mecanismo representado por fantasmas, en
los cuales el individuo se sumerge en forma parcial o total para dañar
el objeto, poseerlo y controlarlo. 

En el caso de las dos series analizadas, la audiencia reconoce
el relato del personaje de la serie que está siendo analizado y lo relaciona
con una experiencia pasada que experimentó en un momento determinado,
generándose una regresión sobre su Superyo y volviendo al Yo que
fue quién "filtró" las experiencias para formar a la
persona que es hoy en día. Esa identificación que se genera con
la historia, es la que lo hace atractiva para el televidente quién se
interesa no sólo en mirarla, sino que inconscientemente se sumerge en
su subconsciente y trae al presente aquellas experiencias que coinciden con
aquellas que su aparato psíquico apartó de su actualidad, le hayan
generado o no un conflicto psicológico. El juego de estas series se encuentra
en la cotidianeidad con las que están cargadas sus historias, en el caso
de Historias de diván, se trata de historias verídicas a diferencia
de lo que ocurre en En terapia, en donde el desafío recae en el guionista
que lo adapta.

Lo público de la tv y lo privado del consultorio

Lo público se trata de un adjetivo que proviene del latín publicus y tiene como primera acepción: "Notorio, patente, manifiesto, visto o sabido por todos";  encontramos también que es aquello "que pertenece a todo el pueblo" y que "se contrapone a privado". En cuanto a privado hallamos que es un adjetivo que procede del latín privatus, que define aquello "que se ejecuta a vista de pocos, familiar y domésticamente, sin formalidad ni ceremonia alguna"; también que se trata de un hecho "particular y personal de cada uno".

La edad moderna muestra cambios sustantivos en la organización de las  viviendas. Como menciona el psicólogo español Pablo Fernández : "En el recinto privado de la casa se crea una zona de intercambio público alrededor de la mesa del comedor, para la que se confeccionan formas de expresión especiales, arreglos, juegos de mesa, vajillas; se escriben tratados de modales y costumbres, etc."

Si bien en todos los medios de comunicación podemos hallar la debilidad de las fronteras entre lo público y lo privado es sin embargo la televisión donde esta exposición logra su clímax. En las series analizadas, revelando los deseos ocultos y descifrando las miserias reprimidas, los capítulos se suceden como pequeñas epifanías donde el espectador siente a veces la misma angustia y desazón que los personajes; humanos y contradictorios, desamparados ante una nueva verdad revelada. Incrustados en las redes de la terapia, los espectadores se confunden, ejercitan la mente y se emocionan, dando discusión en un nuevo espacio terapéutico de la tv local. Conversar sobre estas cuestiones, ponerlas a discutir en la pantalla de un medio expansivo como la televisión, despierta inexorablemente emociones puertas adentro de los hogares.

Reportajes

Sebastián Blutrach: Productor de la obra teatral "TOC TOC",
"Bajo Terapia" y "Conversaciones con Freud".

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¿Cómo empezaste en el mundo del teatro?

Hace mucho tiempo, hace 25 años ya… mis papás eran productores de teatro. En realidad yo estaba haciendo otras cosas, era deportista, jugaba al vóley….un verano había una gira, pregunté si podía ayudar y me enganché.

¿Qué fue lo que te atrajo de Toc Toc? ¿Por qué decidiste producirlo?

Es un caso raro el teatro con respecto a los éxitos… la primera vez que me llegó la obra, la leí y las primeras páginas me divirtieron mucho… después me pareció que era muy repetitiva y no me gustó y la dejé. Después fue un éxito en España, Lía Gelin (guionista) me preguntó si la quería hacer, le dije que no y la hizo en México con un productor que yo conocía. Después él me llamó y me dijo que había comprado los derechos para hacerla en Bs As, qué me parecía hacerla juntos… y ahí dije que sí. Pero no es una obra que al principio me haya entusiasmado.

¿Cómo creés que Toc Toc logra entretener y hacer reír con un tema tan complejo, como lo es la enfermedad del TOC?

Creo que son teorías, en reaidad no existen certezas. Si nosotros supiéramos por qué las obras son un éxito, en realidad haríamos más éxitos y no fracasos. Yo creo que lo que genera Toc Toc es una gran identificación con el público, digamos, es fundamental que más allá del tono de la comedia, porque es una comedia y está escrita y concebida como tal, es una comedia implícita, no hace falta hacer chistes… las situaciones de humor están haciendo los personajes de manera seria y con algunos giros dramáticos o intensos respecto a la enfermedad. Por supuesto que como toda ficción, se agudiza la patología al máximo para que se convierta en una obra de teatro… la identificación se genera en que todos tenemos un poco de cada uno de esos tocs, pero ninguno llegamos (aunque han aparecido espectadores enfermos, sobre todo con el síndrome de Tauret) a ese nivel. Para mi es fundamental que se tome muy enserio la patología, que se haga desde un lugar de verdad y después se juega en la comedia. Obviamente que con todas las funciones que tenemos, se va perdiendo el matiz del día del estreno, porque las risas es lo que lleva a los actores a ser más exagerados a la hora de actuar. Pero la identificación es lo que me parece fundamental para el humor, cada uno se siente identificado con cada uno de los actores.. y el giro, el giro del final también me parece que sorprende y el público lo festeja mucho.

¿Por qué te parece que la psicología se está metiendo cada vez más en los medios?

No se si en los medios… creo que es parte de nuestra sociedad como lo es también la sociedad neoyorkina. En Madrid, yo viví unos años en España, la psicología no es un tema que se lleve al teatro, aunque se lleva, pero no con el éxito que tiene acá. Nosotros tenemos temáticas que nos son propias, en el teatro aparece la psicología, muchas cosas relacionadas con la comunidad judía que es un público teatrero muy fuerte y cosas relacionadas con la mujer… yo creo que esos tres serían nuestras tres patas fundamentales de nuestro público. Y claro que cuando aparecen obras relacionados con esos temas, suelen tener un nicho de público al que le interesa. Se meten en la sociedad, porque están en nuestra sociedad, debemos ser la ciudad que más terapia hace per cápita y una cantidad de cosas que no tienen que ver con el teatro.. es parte de nuestra idiosincrasia.

¿Y por qué pensás que el argentino elige esos temas?

En general cuando se tratan temas que se relacionan con la psicología, yo produje La última sesión de Freud, hice Bajo Terapia… y en ningún caso se toma al psicoanálisis desde un lugar académico…es ficción, es juego y se toman principios del psicoanálisis para lanzar una situación teatral y eso nos interesa, a mi como público me interesa, como me interesa el psicoanálisis, pero no desde un lugar académico, sino desde persona psicoanalizada y desde la herramienta de reflexión que nos da el psicoanálisis. En ese sentido, creo que somos una sociedad, sobre todo el público teatrero, que tiene mucha capacidad de reflexión… a veces mal utilizada o de forma barata, pero a veces atravesás esa situación. Yo creo que si un psicólogo va a ver Toc Toc, se relaja y disfruta de hecho teatral, porque no hay un cuestionamiento psicoanalítico, claramente no se pretende eso. Igual que la gente que va a ver la última sesión de Freud, las discusiones o religiosas que plantean los dos personajes no son para nada profundas, son muy básicas para llegar al público… no se pretendía hacer un discurso psicoanalítico innovador.

¿Por qué te parece que esta disciplina trasciende en la tv que sí es un medio más masivo, que ese nicho al que dijiste que apuntaba el teatro?

Pero me parece que no es una ficción masiva, creo que el público la adopta por la misma razón… la tv si vos te fijás, había una serie llamada Vulnerables, vos sos muy jovencita… era muy linda ficción… en Uruguay Marrale hizo lo de Rolón. Yo no lo vi, pero hablé con Marrale y hablamos mucho de eso, hablamos también de Rolón, un personaje carismático, inteligente, buen comunicador, que también está haciendo su espectáculo. En la tv se abordaron estos temas y en realidad se obtuvieron resultados de calidad, no masivos. Lo masivo en tv pasa por otro lado, pasa por Esperanza mía, por Tinelli, pasa por conflictos de esos muy básicos y eso le encanta al público… pero lo psicoanalítico en televisión es matinal.

¿Llevarías Toc Toc a la tv?

No soy productor de tv, la verdad que la obra llegó a una cantidad de espectadores que no me sorprendería que termine en una película o en la tv, porque pasó el millón de espectadores y hace 5 años que está ya, uno de los fenómenos más importantes e los últimos 30 años. Pero no debiera hacerse de la misma manera que en el teatro, debería hacerse una adaptación que seguramente se parezca un poco y no va a relacionarse mucho con la propuesta original.

¿Te parece que la estética sería la misma?

Creo que en tv se tiene que trabajar bastante más naturalista que o que propone el teatro o el cine. Vos estás amplificando los gestos para llegar a 500 personas y uno por ahí está a 25 metros en la última fila. En tv todo es más chico, más naturalista, por lo que habría que trabajar la patología de otra manera.

¿Te parece que se genera un vínculo entre el espectador y que la obra que trascienda lo privado?

La verdad que no es una sesión terapéutica, se propone una situación de juego. Después habrá público que habrá hecho terapia, algún tipo de terapia que nada se parece a eso y habrá gente que hizo terapia de grupo y puede identificarse con alguna de las cosas que se dicen… pero como está planteada la temática, con las luces, como si en realidad sucediera en la cabeza del personaje, no como una situación de realidad. Se trata de meterse en la cabeza de cada uno de ellos y tirarle un poquito de sal a la herida. No creo que se vulnere, no es una situación real. Me parece que quien quiera ver una sesión de terapia no es el lugar, acá se utilizan disparadores psicoanalíticos para generar una situación teatral, que pueda llegar a la risa o a situaciones dramáticas. Pero no hay ninguna pretensión de demostrar lo que es una terapia, puede formarse desde la ignorancia del espectador y que lo vea de esa manera, pero no es el objetivo. No creo que se trascienda lo privado, creo que sólo son disparadores.

¿Cuál es el mensaje que intenta transmitir la obra?

A ver, la obra deja un mensaje de que se puede mejorar un poco… pero si tuviera que hacr la lectura, creo que no hay nada que nos cure más que el humor, el humor como herramienta curativa. La capacidad de reírnos de nosotros mismos es lo que más nos va a ayudar a pasar nuestras dificultades, defectos, tocs…

Pablo Guerrero, Lic. En psicología

Monografias.com

¿Por qué creés que la psicología evolucionó tanto en la Argentina en los últimos años, hasta llegar a ser utilizadas en programas de tv (panelistas, series, etc) u obras teatrales?

En Argentina estos últimos años se naturalizó el hacer una terapia psicológica, no como se estigmatizaba hace años atrás al que hacía terapia como ese loquito que va a psicólogo. También se hizo atractivo esto para las series y programas de TV ya que a las personas generalmente les atrae ver cómo es una terapia, escuchar las historias del paciente y sus secretos… porque aunque esté mucho más aceptado que antes, no deja de ser un tabú para algunos.

¿Por qué creés que la población Argentina incluye a la psicología como parte de su vida, tanto que es el país con más psicólogos en el mundo?

La psicología en Argentina tiene un papel protagónico en la vida de la población porque con el tiempo, se incluyó a la psicología dentro de la salud mental y se la consideró fundamental para el tratamiento de pacientes con diversas patologías dentro de las neurosis y psicosis, siendo que durante años el modelo médico hegemónico no la consideraba como tal… y desde allí que la demanda de Psicólogos en el país aumentó ya que en la actualidad el médico recomienda la terapia como tratamiento fundamental.

¿Te nombraron la serie "En Terapia", " Historias de diván" u alguna obra teatral como Toc Toc en alguna sesión, haciendo referencia a la historia de algún personaje?

Sí, alguna vez en terapia me nombraron la obra Toc toc, pero solo como una obra paródica del trastorno obsesivo compulsivo digna de ver… De las series me hablaron de la misma manera, como una recomendación, pero nunca explícitamente introduciéndola en la terapia con mis pacientes.

¿Cuál creés que es el vínculo que se genera entre el televidente y los personajes de una serie de televisión? ¿Creés que hay algún tipo de transferencia como el que existe entre el terapeuta y el paciente?

Sin duda que se genera muchas veces una cuestión identificadora del espectador con algún personaje frente a una obra de teatro, película o programa de TV. Se transfieren muchas emociones y sentimientos del personaje al espectador… y eso hace que la elijan.

¿Por qué creés que al televidente le interesa mirar una sesión terapéutica mediatizada, cuando en la vida real sólo se desarrollan en el ámbito privado del consultorio? ¿Creés que debe haber una similitud entre el televidente y el personaje para que eso ocurra?

En términos de psicoanálisis hay algo llamado pulsión escopica, la cual habla del deseo de observar y ser observado. Yo relaciono esta necesidad de mirar una sesión en TV con esta pulsión, además que lo privado y lo prohibido muchas veces es algo tentador para el espectador. Si la historia que se cuenta en la terapia genera en el espectador alguna cuestión identificadora con su propia historia esto puede ser aún más interesante para el espectador.

¿Te parece correcto mediatizar una sesión terapéutica? ¿Cómo creés que eso afecta al paciente o futuro paciente que lo consume?

Si lo que se hace en el programa u obra está supervisado por un profesional, el cual muestre como correctamente como es el rol del psicólogo o la terapia en el consultorio, no me parece mal… pero sería dañino o peligroso que se muestre a la terapia o al terapeuta en su rol de una forma distorsionada y cree un preconcepto erróneo al futuro paciente o la población en general. Sin duda son temáticas complicadas para mediatizar, son temas delicados muy susceptibles a la opinión o la imagen que se transmita sobre ellos.

Esther Feldman: Guionista de En terapia.

Monografias.com

¿Por qué te parece que la psicología trasciende en los medios televisivos?

Primero creo que el hecho de que Argentina sea el país con más psicólogos por persona hace que haya una incorporación de todo lo que tiene que ver con el leguaje psi, y cualquier persona te dice "tuviste un fallido", "velo en terapia", etc. Con lo cual ya forma parte de nuestra cultura, cosa que no pasa igual en otros lugares de Latinoamérica; de hecho En terapia no se vendió a otros canales de aire porque todavía en muchos países de Latinoamérica como México o Colombia, ir al psicólogo está visto vinculado con ir al psiqiuiatra, con la enfermedad mental. Por otro lado, la televisión es voyerista, le gusta estar en lugares que no podemos ver y creo que lo más privado que hay es la sesión de terapia, entonces eso es muy atractivo de ver… es como espiar por la cerradura algo que no tenés acceso. Y también porque me parece que en el análisis uno habla de las cosas que nos tocan a todos: la muerte, el desamor, el miedo, la angustia, la enfermedad… y no importa si tu miedo no coincide al 100% con el del personaje, pero siempre se ve reflejado, todos pasamos por cosas parecidas y es un espacio muy claro en donde se genera identificación y atrae.

¿Cuál fue para vos el desafío más grande de lanzar esta serie en la tv argentina?

Sin duda fue convertir una serie israelí, ya que nosotros trabajamos sobre la original, y hacer que los personajes sean argentinos. No hacer un traspasamiento literal, sino hacer una adecuación tanto de los pacientes como del analista, porque el método que se trabaja en En terapia no es ni freudiano ni lacaniano, que son los métodos más conocidos en la Argentina. Ellos usan el intersubjetivismo que es como más parecido a Melanie Klain que a Freud o Lacan, en donde para el paciente, parte de su análisis es la intervención del analista que le dice qué hacer y qué no hacer… cosa que para nosotros es impensado, ningún analista te dice "andá y separate", entonces el desafío tenía que ver con, por un lado ser fiel a ese método y por otro lado hacer un analista que para nosotros sea creíble y que un actor quiera hacerlo… porque imagínate tener a Peretti sin hablar! Entonces fue lograr que sea atractivo desde el punto de vista de la historia, convertirlo en argentino. Y además fue un claro desafío desde el lado del guionista, porque es todo lo contrario a lo que uno le enseña a un alumno de guión. Siempre la premisa es "no lo digas, mostralo" y acá es "no lo muestres, contalo", el interés de la historia es por todo lo que no pasa en cuadro, los pensamientos de los personajes, lo que sienten, lo que queda implícito.

¿Qué características considerás que tiene la audiencia argentina y que tuviste que tener en cuenta para escribir estos diálogos?

Bueno, es un poco lo que hablábamos antes, sobre todo en Bs As hay un alto conocimiento sobre el mundo analítico, sin ningún prejuicio sobre el psicoanálisis, y por otro lado lo que ocurrió después que no estaba planeado pero fue genial, que tanto la APA (Asociación Psicoanalítica Argentina), como la escuela lacaniana nos contaron que creció muchísimo la consulta, gente que se acercó a la consulta gratuita en hospitales y en lugares especializados. Eso para mí fue como un efecto impensado, nunca me imaginé que iba a llegar a eso, la verdad que fue bárbaro.

¿Cómo lograste generar la estética que tiene esta serie a través de los diálogos de sus personajes?

Creo que eso es el hallazgo del programa, del final… también el hallazgo de que sean capítulos de media hora, porque si fueran de una hora sería algo insostenible. En cambio en un formato de media hora, era como una mini obra de teatro en un mismo lugar y las historias tenían una fuerza propia terrible, que eso era lo que mantenía al espectador atento. Me ha llegado a pasar que gente me hablaba del novio de Marina, de la primera temporada como si lo hubiese visto… yo creo que eso es un hallazgo del formato, yo no tuve que hacer nada ahí, eso lo trajo el formato. Y además, yo soy guionista (risas) yo trabajo de eso, y creo en que una buena historia no necesita de tanta parafernalia, una buena historia puede contarse en una sola habitación… creo en el poder de la historia sin necesidad de que vuelven autos por el aire. Porque realmente la dramaturgia que traía era exquisita, tampoco hubiera adaptado algo que no me hubiera resultado interesante.

¿Cuál fue la clave que vos utilizaste al escribir los guiones y sabías que iba a "enganchar" al público?

Lo que más enganchó al público fue que todos los personajes habían pasado por el tamiz de la argentinidad y eran personajes reconocible con los que se podían identificar… una médica histérica que hace lo posible para que le terapeuta se enamore de ella, un policía que estaba debatiendo su sexualidad, una bailarina del Colón que se quiere suicidar… tocaba cosas muy reconocibles, eran casos muy comunes. No fueron casos rebuscadísimos que vos decís "muy interesante pero yo no tengo nada que ver con esto" fueron realmente cosas muy concretas y muy comunes.

¿Te parece que la serie se podría haber lanzado años atrás donde la psicología no estaba tan difundida?

En los 70 por ejemplo era otra televisión, la psicología ahí no tiene nada que ver…tendríamos que hablar diez horas sobre la televisión de cada década. No creo que la disciplina tenga nada que ver. Es verdad que a la Argentina la serie llega 7 años después de que se había lanzado en HBO, ahí sí te podría decir que claramente eso ayudó a que la tele argentina se arriesgara a hacerlo… pero en el marco de maso menos 5 años, no cuarenta.

¿El vínculo que se genera entre el espectador y el personaje de qué tipo te parece que es?

Yo creo que hay un vínculo con el personaje y con el terapeuta, el vínculo que se establece es con la dramaturgia… por eso también el psicólogo está humanizado, vos durante tres temporadas ves las crisis que tiene, ves que el tipo se separa, que también tiene problemas con su hijo… hay un montón de cosas de la vida del analista que habitualmente quedan afuera. Yo creo que el vínculo del espectador era con toda la dramaturgia, pero de todas maneras, sí es cierto que el formato teniendo esto de que todos los lunes era un paciente, martes otro y miércoles otro, todos tenían su historia preferida y decían "tal no me la banco o no me gusta y no lo veo, o lo veo al día siguiente", creo que el vínculo era más personalizado que con otras series, por la segmentación propia que tenía.

¿Por qué te parece que el espectador quiere meterse en lo privado del consultorio?

Al público le gusta ser voyerista, le gusta meterse en lugares que no tiene acceso…todos queremos ser moscas y estar presentes donde no se supone que estés presente. El efecto voyeur es muy propio de la terapia.

¿Te parece que el público es reflexivo cuando lo mira?

Yo creo que ésta claramente no es televisión chatarra… eso de prender la tele y desconectarse es algo que pasó históricamente, Gustavo Yankelevich decía hace 20 años atrás "cuando alguien se sienta frente al televisor, no importa si es un médico cirujano con tres masters en no sé qué, en el momento que se sienta frente a la tele y decide que no va a leer un libro, ni a mirar una película, ni a escuchar música ni a conversar con alguien, en ese momento tiene doce años" y eso es así, lo cual no significa que uno tenga que consumir chatarra, pero hay algo de la necesidad de lo recreativo que está presente. Igual creo claramente que En terapia plantea una reflexión que puede ser con alguien o interna o a veces casi inconsciente, pero te planteaba una reflexión.

Carolina Vespa: productora de Historias de diván

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¿Consideraste algún aspecto diferente a la hora de producir esta serie, teniendo en cuenta que se trataba de sesiones terapéuticas?

Sí, la elegí básicamente de alguna manera, porque me la presentaron Gabriel y el director Jusid en su momento y la elegí. Yo era bastante seguidora de la serie original de En terapia, pero la de HBO… la había visto entera y me parecía que más allá de que soy una persona que se analizó toda su vida (más de 25 años), me parecía que En terapia hablaba de todos los pecados del psicoanálisis más que del psicoanálisis en sí mismo. Y me pareció que Gabriel tiene una manera de llegar a la gente, de tratar todos los casos y las temáticas que él toca, con un lenguaje que le llega de verdad a la gente y puede darse cuenta que hay una manera de ayudarse aunque no todo sea un final feliz, pero que hay una manera de encontrar una forma de salir adelante. Artísticamente me pareció interesantísimo, teníamos un desafío interesante porque no lo hicimos solamente en Argentina, sino que también con Uruguay, y la verdad que fue muy interesante desde los protagonistas que elegimos, la dirección que tuvimos, porque hicimos cine en televisión. Entonces me pareció que ofrecía todo: una visión importante del psicoanálisis bastante real y un lenguaje que la gente no ve como técnico e impenetrable, como algo con lo que todos se pueden identificar. De los 26 casos que hicimos, siempre van a encontrar uno que lo toca, en alguna fibra lo va a tocar bastante personalmente.

¿Te parece que ayudó que la serie sea la adaptación de un best seller? ¿Cómo fue transmitir a la televisión un libro que se basa en los diálogos?

Siempre ayuda que haya sido un best seller, pero la manera de transmitirlo fue una excelente combinación que encontraron entre Gabriel, que como te dije tiene un leguaje muy cercano a cualquier ser humano, abierto y muy fácil de entender y la visión, el ojo del director que es director de cine y Marcelo Camaño que es la adaptación de guión. Entonces, la verdad que la combinación de los tres más la actuación de Marrale, esto lo hablamos entre nosotros, fue como poseído por el personaje, se convirtió en el personaje en sí mismo. Creo que eso ayudó mucho, el libro y cómo fue tratado, la visión cinematográfica.

Generamos un contenido muy atractivo, sumado a la fuerza que tiene Gabriel, y la manera en que logramos contar las historias, fue lo que ayudó a que tuviera éxito.

¿Apostaste a esta serie porque te parece que la Argentina tiene una gran aceptación con la psicología, o fue como me decías antes fue una excelente obra artística?

Nosotros cuando producimos algo no lo hacemos solamente para Argentina, en general apostamos a venderlo al mundo, un lenguaje más universal, por eso los personajes que elegimos no son locales y tratamos de evitar en todo lo que hacemos localismos, pero la psicología es fundamentalmente algo con lo que se identifica nuestro país, somos uno de los países más analizados del mundo y en muchos países lo ven como algo difícil. Pero creo que lo que ayuda, insisto, fue la manera en la que se lo trató, eso de llegar más a lo humano que a la terapia en sí.

¿Te hubieras animado a producirla algunos años atrás, o te parece que el siglo XXI fue una época indicada para hacerlo?

A ver… yo no me hubiese animado a producirlo porque no estaba madura personalmente para hacerlo. Empecé un poquito antes de que se me presentara esto, yo era actriz… soy actriz, entonces sin querer me di vuelta hacia el otro lado. También creo que se estaba empezando a ver televisión de otra manera, que hay un auge de unitarios y de series distintos, una manera de mirar televisión que ya como era concebido antes está "muriendo" porque uno ve tv como quiere, cuando quiere de la manera que quiere, entonces me parece que el taiming tuvo que ver un poco con eso.

¿Por qué te parece que el público elige esta serie con esta temática? ¿Creés que se mete en la historia de alguna manera?

Creo que es básicamente porque no es un tecnicismo, que la gente lo elige porque siempre hay un caso con el que uno se puede sentir más allegado o más tocado y nosotros hicimos esta cuestión de darle al analista una vida, que no tenía nada que ver con la de Gabriel pero elegimos darle una vida de ficción cosa que hiciera un hilo conductor y que de alguna forma quizás hay casos (algunos más fuertes que otros) y algunos con los que te podés identificar menos, pero de alguna manera ese hilo conductor también te ata y te genera una fidelidad. Por eso hicimos esa parte ficcionada.

Conclusión

Luego de haber realizado este trabajo, podemos destacar varios puntos importantes en la justificación de por qué estos formatos televisivos con una temática tan poco tradicional y, tal vez, también algo específica, llegan a los medios de comunicación y son elegidos por una audiencia que no siempre es catalogada como el target al que va dirigido, sino que experimentaron una aceptación que excedió tanto las expectativa de la tv, como del teatro, teniendo resultados impensados por sus productores a la hora de tomar la responsabilidad de producirlo. En el caso de En terapia, alcanzó a ser un formato que permitió realizar 3 temporadas, y en el caso de la obra teatral Toc toc, logró llevarla al teatro por quinto año consecutivo, algo que pasa pocas veces en este ambiente.

Por un lado, según las investigaciones expuestas y los testimonios de los entrevistados, es innegable que Argentina tiene una cultura diferente al resto de países latinoamericanos, en donde se produjo una separación entre la psicología y la psiquiatría, y eso provoca que la población acepte a esta ciencia como una herramienta y no como la cura de la enfermedad. Esto, posibilitó la apuesta de estos formatos en el entretenimiento argentino, tanto por su idiosincrasia como por su herencia, ya que el ir a terapia es una costumbre que se va arraigando cada vez más en las familias argentinas, y eso provoca que la aceptación de estos formatos basados en el diálogo y en conflictos psicológicos, no sean visto como algo morboso o como una falta de respeto a una patología, sino como experiencias traumáticas que cada paciente en la ficción está tratando de superar. Algo que se refleja también en las series, ya que la familia de los personajes también participa en algunos casos en el psicoanálisis. Aunque hay que tener en cuenta, que como dijo Carolina Vespa, fueron formatos pensados para vender al exterior, porque a pesar de su valor artístico, el entretenimiento en los medios no deja de ser un negocio. Sin embargo, de alguna manera, fue necesario adaptarlo al público argentino. También es importante destacar que esta temática comenzó a llegar a los medios hace no más de 10 años, a lo que las personas entrevistadas atribuyeron que, si bien es cierto que en los últimos años la psicología creció en número y en aceptación en la población argentina, esa aparición en la tv se debe a que lo que se veía antes, era diferente a lo de ahora; Vespa, Blutrach y Feldman, coincidieron en esto. Aunque claramente, el tema de que el psicoanálisis se haya convertido en algo popular, ayudó notablemente a que esto ocurriera. Así como también los antecedentes en los que se basaron los dos casos de estudio elegidos: En terapia, en la versión original israelí e Historias de diván en el Best Seller de Rolón. Pero sin embargo, no fue la temática la que impulsó a esto formatos a entretener a la audiencia, sino que se debió a un cambio en la historia del entretenimiento. Esto, de la mano del crecimiento del papel que desempeña la psicología en el país, fue lo que posibilitó el éxito de estas dos series en la tv argentina.

Otra de las razones principales para justificar el éxito de ambas ficciones clínicas, y de los demás formatos que abarcan este trabajo, es la identificación que se genera entre las historias que cuentan los personajes, que se asemejan en los dos casos de estudio y en los demás ejemplos del contexto histórico. Son historias que revisten de veracidad, o de la posibilidad de que en la realidad ocurran (si es que ya no nos han ocurrido a más de uno). Por supuesto, me refiero a la cotidianeidad de los temas que abordan, ya que no tienen contenido teórico, que conviertan a las series, obras teatrales o artículos periodísticos en documentales o artículos académico; solamente exponen historias con el objetivo de entretener y cumplir la satisfacción de la audiencia a la hora de superar sus expectativas en el tiempo de ocio. La cercanía que proponen con la audiencia, hace que ella se cautive con el diálogo que mantiene el terapeuta con sus analizados y se deje un poco de lado la necesidad de, como dijo Esther en la entrevista, "tanta parafernalia" o "autos volando", a diferencia de la estética artística que muestran los programas con más rating de la tv argentina actual como Show Match, u otras series como Esperanza mía. A través de estos dos casos, se demuestra que no siempre la audiencia recurre a lo superficial de los contenidos, sino que intenta buscar algo más profundo con lo cual identificarse, aunque claramente, no de manera consciente, como se explicó en la teoría de la identificación. La transferencia del terapeuta con la audiencia, algo en lo que coinciden tanto Esther Feldman como Carolina Vespa, también ocurre en el transcurso de las historias, las cuales los muestran humanizados, y no como una figura mística o poseedora de todo el conocimiento de cómo resolver los problemas que se les presentan tanto en su vida como en la de los pacientes. Eso hace que la identificación del público con la historia, sea más fuerte, teniendo en cuenta que tal como la teoría lo indica, el ser humano busca retrotraerse a experiencias pasadas que condicionaron a su formación del Yo, y lo toman como atractiva. Este proceso se da tanto con los personajes, como con el terapeuta.

Por otro lado, según la investigación realizada, el hecho de que se muestre una sesión terapéutica, tal como lo explican la teoría de lo público y lo privado y el licenciado en psicología, el espacio de terapia es una de las cosas más privadas que existen y al que una persona recurre porque no quiere hacer públicos sus problemas. El hecho de que al ser humano le resulte atractivo lo prohibido y quiera estar presente en lugares donde no puede, hace que el contenido que la serie muestra le resulte de interés. Este recurso está potenciado con la forma en que las historias son contadas: un consultorio austero, una sola escenografía que no cambia con el correr de los capítulos haciendo que el televidente se incluya en la historia y pueda espiarla, ya que sabe que la semana que viene, el encuentro se producirá en el mismo lugar con los mismos personajes y el mismo terapeuta, con la diferencia que al pasar los días descubrirán los pensamientos cada vez más prohibidos de cada uno de ellos, que lo muestran como algo privado, y que justamente por esa pulsión escópica que explica el Lic. Guerrero, le genera a la audiencia la necesidad de observar y ser observado, esa necesidad de ser voyerista, como afirma Esther Feldman.

También es importante destacar, que la dramaturgia de estas obras es lo que en definitiva atrae al televidente, ya que si no contaran con una historia que personifique a los protagonistas, no resultaría tan atractiva, ya que pasarían a ser estudios de casos psicoanalíticos transmitidos por la tv, en lugar de ser ficciones clínicas.

Es importante decir que, así como lo afirmaba Sebastian Blutrach, estas ficciones no son masivas, o mejor dicho, su aparición repentina en los medios de comunicación no apuntan a una difusión masiva, sino que son más bien contenidos que tienen un nicho que los sigue y hace posible su transmisión. Esther Feldman destaca que no son ficciones masivas, sino de calidad tanto por sus diálogos como por su trasfondo emocional, que se transmiten en cada capítulo. Por otro lado, el teatro siempre fue considerado como un entretenimiento que tiene un público muy específico y que no siempre representa al total de la población, pero en el caso de la tv, nos tiene acostumbrados a transmisiones que quieren adaptar sus formatos a aquello que logre captar la mayor audiencia posible; por esto resulta llamativo que una serie como En terapia o Historias de diván, hayan funcionado.

Las series tomadas como casos de estudio, no han relevado ratings que hayan sido históricos para la tv, o que sean considerados como números extraordinarios, pero teniendo en cuenta que En terapia fue televisado en el canal de la TV pública y teniendo en cuenta sus estadísticas numéricas de audiencia, podemos afirmar que fue un éxito, ya que alcanzó mediciones que le permitieron continuar e incluso llegar a las tres temporadas. En el caso de Historias de diván, también logró obtener números que le permitieron introducirse en la tv y demostrar que tuvieron una aceptación positiva. De todas maneras, sus responsables lo dicen, el hecho de que En terapia haya salido en HBO y que Historias de diván sea la adaptación de un best seller, ayudó indudablemente a lograr que sus productores apuesten a reproducir ese contenido.

En resumen, el auge de la psicología en los medios y el éxito de estos contenidos, está respaldado como dije anteriormente, en la idiosincrasia característica argentina, en la necesidad que experimenta el público en observar lo prohibido o lo privado, en la identificación que se genera con los personajes y la transferencia que experimenta la audiencia con el terapeuta, quién reviste un papel mucho más humanizado que muchas creencias urbanas.

Personalmente, me parece importante destacar que son ficciones de calidad
y que no siempre la calidad tiene que ser masiva. El hecho de que el televidente
pueda concentrarse en media hora de diálogo que inconscientemente recaiga
en una introspección propia, generan el merecido éxito que tuvieron
ambas ficciones que ofrecen algo distinto a lo que estamos acostumbrados a ver
en la tv argentina.

 

 

Autor:

Milena Ayelén Lloret

Universidad de Morón

Facultad de Cs. Económicas y empresariales.

Licenciatura en Relaciones Públicas.

Materia: Medios de comunicación II

Profesor: Luis Buero

Partes: 1, 2
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