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Propuesta de otra realidad – análisis del caso Mérida (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4

 

Intentemos digerir lo anterior. Decíamos que el
primero que incorporó dimensiones, como si fueran
ingredientes de un pastel, fue Einstein. Consideró que
está entretejido el espacio de tres dimensiones con el
tiempo,
creando el concepto de
espacio-tiempo como una entidad física unitaria. Con
esto logró definir en términos geométricos a
la fuerza de
gravedad.

Siguiendo su ejemplo, el físico polaco, Theodor
Kaluza, en 1921 sentó las bases para un nuevo y audaz
enfoque de la física.

Kaluza, inspirado en Einstein, se propuso extender su
trabajo para
incluir el electromagnetismo en la formulación
geométrica de una teoría
de campos. Su solución fue brillantemente simple.
Amplió la geometría
lo suficiente para acomodar la teoría del campo
electromagnético y lo hizo de un modo fascinante. Kaluza
mostró que el electromagnetismo es en realidad una forma
de gravedad, pero no la gravedad de la física familiar. Es
la gravedad de una dimensión invisible del
espacio.

Kaluza fue más lejos que Einstein y
postuló que existe una dimensión adicional del
espacio; según sus ideas habrían cuatro dimensiones
espaciales y una temporal, o sea cinco dimensiones en total. En
la actualidad se le conoce a este campo de fuerza de cinco
dimensiones como campo gravitomagnético. A las
partículas elementales que portan este campo se les conoce
como gravitomagnetones o vortones GEM. Habíamos
hecho ya referencia antes de los vortones; pues en efecto, este
tipo de vortones (GEM) son una de las subclases de tales
partículas.

Kaluza logró demostrar que ocurre una cosa
hermosa desde el punto de vista de las matemáticas: El campo gravitatorio de este
universo
pentadimensional se comporta exactamente como la gravedad normal
más el campo electromagnético. Lo que afirmó
Kaluza con su atrevida conjetura era que si ampliamos nuestra
visión del Universo a cinco dimensiones, entonces no hay
más que un solo campo de fuerza, la gravedad. Por lo
tanto, lo que llamamos electromagnetismo es tan sólo esta
parte del campo gravitatorio que opera en la quinta
dimensión, la nueva dimensión espacial que no
habíamos reconocido. Por lo tanto, los fenómenos
electromagnéticos y gravitacionales son expresiones
directas de estas cinco dimensiones en conjunto. No existe una
"quinta" dimensión como algo sólo e independiente,
pues solamente adquiere sentido al coexistir con otras tres
espaciales y una temporal. De tal forma entendamos que los
fenómenos electromagnéticos y gravitacionales nos
relacionan directamente con este nivel de pentadimensionalidad
que la Realidad posee. Podemos pensar que en la
manipulación del electromagnetismo está la llave
para manipular la gravedad, y viceversa. El hacerlo implica
manipular las cualidades del espacio y tiempo. En esta
manipulación radica la clave de infinidad de aspectos que
integran este libro.

En 1923, el Dr. Biefield, Profesor de
Física y Astronomía de la Universidad de
Dennison y compañero de estudios de Einstein en Suiza, en
equipo con su protegido, Townsend Brown, desarrollaron ciertos
experimentos
que les llevaron a descubrir el efecto Biefield-Brown, y
desarrollaron el concepto del espectro de energía
electrogravitacional. Por medio de sus investigaciones,
encontraron la forma de cómo se expresa el acoplamiento
entre la electricidad y
gravitación, obteniendo el hallazgo de que para cada
fenómeno electromagnético, existe un análogo
gravitomagnético. El sorprendente descubrimiento de ellos
radica en que ciertos tipos de campos eléctricos pueden
engendrar campos gravitatorios. Más adelante ampliaremos
satisfactoriamente las características del efecto
Biefield-Brown.

Al detenernos a reflexionar lo que hemos presentado,
quizás nos quedemos con una fuerte duda: La teoría
de Kaluza sigue siendo desconcertante en un aspecto fundamental:
no vemos la cuarta dimensión del espacio. El
espacio de nuestras percepciones es clara e inalterablemente
tridimensional. De tal modo, si el espacio posee una cuarta
dimensión, o hasta incluso más ¿dónde
están?

Podríamos comenzar a detallar esto, refiriendo
que se han creado multitud de modelos
teóricos que describen al mundo desde un esquema de
muchas dimensiones; inclusive algunas teorías
hablan de 5 dimensiones, otras de 7, o 10. La teoría que
es más fuerte y muy consolidada es la conocida como
Teoría M, que ha convencido a los físicos de que el
total es exactamente 12 dimensiones. Con esta superteoría
se ha logrado calcular una gran cantidad de cosas, que han
llevado a los físicos a obtener extraordinarias
conclusiones. Una de ellas es que todo lo que conocemos existe
dentro de una súper esfera inimaginable de 12 dimensiones,
y esta esfera es nuestro Universo. Consideran también que
esta hermosa burbuja, nuestro Universo, está rodeada en
ese espacio multidimensional de nivel 12, por muchísimos
más universos, todos fluyendo en un dinámico e
infinitamente gran Súperuniverso, al cual llaman
Multiverso. Eso quiere decir que cada uno de esos otros universos
allá afuera existe como parte de una verdadera infinidad
de Universos paralelos, algunos muy semejantes al nuestro y los
demás totalmente diferentes en forma, composición y
leyes
básicas. Otra conclusión impactante de la
Teoría M es que todo, absolutamente todo en nuestro propio
Universo se encuentra íntimamente unido por un entramado
de espacio, tiempo y energía.

Esta cuestión del nivel de dimensionalidad del
universo es central en este estudio del Caso Mérida, como
lo es la naturaleza de
los campos cuánticos que ahí existen. La
posibilidad que asoma al analizar los datos
relacionados a la extraña aparición del SINH es que
nos encontramos ante un contacto de tipo interdimensional. En esa
ocasión, los tres jóvenes implicados establecieron
un vínculo directo con algo que es buscado en las
entrañas de las ecuaciones
matemáticas, el corazón de
los aceleradores de partículas y en las más
extremas lejanías del universo. Ellos vivenciaron de
manera cercana la maravillosa esencia de la realidad. Estuvieron
ante un ser que haciendo una magistral manipulación de la
geometría del espacio-tiempo, se
expresó corporalmente para dejarnos de manera indirecta un
mensaje hondo y claro…el de nuestra naturaleza
multidimensional.

Bien, no nos alejemos de la pregunta realizada hace
algunas líneas, la formularemos otra vez
¿Dónde están las dimensiones extras? He
aquí una explicación. Desde 1921, año en el
que Kaluza las propuso, la cantidad teórica de estas
dimensiones extras ha crecido en número y hoy se cree que
son doce. Nosotros solo somos concientes de cuatro, mientras que
esas teorías consideran que las otras ocho se encuentran
de algún modo "enrolladas" microscópicamente en una
diminuta cuerda que se encuentra compactificada o doblada dentro
de un pequeñísimo espacio de 10-33 cm (o
sea igual a 0.000000000000000000000000000000001
centímetros) lo que, por su tamaño, hace muy
difícil poder detectar
las dimensiones de la cuerdecilla. En la escuela nos
enseñaron que el espacio está constituido por
puntos, o sea estructuras
sin volumen y sin
tamaño. Hoy podemos decir que bien, casi no tienen
tamaño, hay algo muy cercano a esos puntos, pero que son
cuerdas cerradas sobre sí mismas, unidas por sus extremos,
como una especie de círculos, más pequeñas
que lo imaginablemente diminuto. Un ejemplo nos ilustrará
la proporción de estas cuerdas. Si un protón fuera
tan grande como el Sistema Solar,
entonces una de estas cuerdas sería en esa escala del
tamaño de un árbol. Esa es su talla, pero su
importancia está en que constituyen a todas las
partículas fundamentales de la física
cuántica. Existen pruebas muy
firmes para pensar que estas son condiciones naturales en el
Cosmos. Tal mecanismo de apretujamiento dimensional es conocido
por los físicos como compactificación de
Kaluza-Klein.

Si bien es esta una teoría muy interesante, la
podemos aceptar también por que está ampliamente
estudiada, con un profundo y sólido respaldo
matemático. Pero quizás existan otras
explicaciones, claro, siempre es posible seguir generando
hipótesis, más lo importante de
ellas es demostrarlas.

Quizás estas dimensiones extras están
aquí directamente, en nuestro entorno, con nosotros
embebidos en ellas, siendo posible que por la
configuración estructural de nuestras mentes no las
logramos ver; pero eso no quiere decir que no seamos capaces de
experimentar o percibir sus efectos, posiblemente si podamos ser
concientes de su concreta realidad.

Al incrementar el número de dimensiones con las
cuales realizar sus cálculos y modelos, los
físicos han procurado vincular entre sí a las
diferentes fuerzas del universo. Primero se logró definir
a la gravitación, luego se incluyó en el esquema al
electromagnetismo, después se han formulado explicaciones
de la naturaleza de las fuerzas nucleares débil y fuerte
en esta descripción. Se considera que las
partículas que trasmiten por el cosmos a todas estas
fuerzas como una sola, son las partículas unitarias del
campo vortón, vortones unitarios o simplemente
vortones.

Esto es muy importante para el estudio del Caso
Mérida, pues en realidad nosotros sostenemos la idea de
que el SINH logrando manipular la fuerza de los vortones,
logró abrir una puerta de acceso entre su mundo y el
nuestro. Creó un hueco en la fina estructura del
espacio tiempo que permitió que ello, el SINH, desde su
nivel de dimensionalidad se lograra asomar al nuestro. Ese
portal, esa rasgadura aún persiste en ese lugar, y aun que
de manera parcial, pero aún existen rastros de su
presencia en los momentos en lo que esto se escribe.

Además creemos que nuestros ancestros
podían manipular la fuerza de los vortones, y como es
lógico, pensamos que los demás seres de esta
hiperrealidad de naturaleza multidimensional, también
pueden. La
comunicación entre niveles de realidad debe de ser lo
más común, pero nosotros, desde hace mucho tiempo
hemos perdido la capacidad para establecer el estado
mental adecuado para, por lo menos, concebir eso posible. Hagamos
un ejercicio cerebral para empezar a imaginar entonces esta
posibilidad, la de una comunicación transdimensional.

XII. Portales Transdimensionales o
Accesos a Otros Mundos

Hay quienes buscan negar la
existencia de los OVNIS
argumentando que es absurda la mera idea de naves que viajen
desde otros mundos hasta el nuestro. El centro de su argumento
es, que para cruzar las inmensas distancias que separan a las
estrellas entre sí, se necesitarían viajes con una
duración muy larga en tiempo. Dicen además estos
detractores de los OVNIS que si tales naves llegaran a viajar a
velocidades cercanas a la de la luz, entonces
más absurda sería la misión de
esos seres, por que se verían sometidos a efectos
previstos por la teoría de la Relatividad, efectos que los
llevarían a sufrir condiciones imposibles para la vida. El
hecho es que si alguna nave se llegara a mover a velocidades
cercanas a los 300,000 kilómetros por segundo, la cual es
la velocidad de
la luz en el vacío, entonces ciertos fenómenos
conocidos como efectos relativistas se dejarían sentir: el
viaje a bordo duraría pocos meses, pero al llegar al
objetivo
habrían pasado muchos años afuera, a lo cual se le
conoce como contracción del tiempo. Eso, por un lado.
Además, hay otro inconveniente, y es que la nave
requeriría de gigantescas cantidades de energía
para lograr tal viaje. Supongamos que esos problemas de
alguna manera los extraterrestres se ajustaran para encontrarles
solución. Pero algo muy difícil de eludir
sería el hecho de que los tripulantes de la nave
recibirían un baño de intensísimas y
mortales radiaciones mientras viajan casi a velocidad-luz, lo
cual aniquilaría a toda la tripulación y el viaje
simplemente no se concluiría. Estos son en verdad grandes
argumentos, fundamentados en ciertos resultados de la
teoría de la Relatividad. Y en realidad a quien esgrima
estas razones debe de dársele todo el apoyo. Ninguna raza
inteligente en el cosmos intentaría tal absurdo. El viajar
por el espacio casi a velocidad-luz es una tontería.

Mejor hay que intentar viajar desde un lugar hasta otro
lugar distante de una forma más rápida, digamos que
casi instantánea. Esto seguro
parecerá una idea necia, pero en verdad no es así.
Si nos hemos apoyado en la teoría de la Relatividad de
Einstein para descartar la factibilidad del
viaje a velocidad-luz, podemos con esa misma teoría
comprender el viaje a velocidad instantánea. Me estoy
refiriendo al uso de portales transdimensionales.

Cualquier civilización altamente avanzada
desarrollaría los medios
necesarios para viajar a través de portales
transdimensionales. Esto es lo más lógico en virtud
de los nuevos descubrimientos científicos. Hablar de
portales transdimensionales es algo de lo que podemos sentirnos
tranquilos, no es una locura o una fantasiosa idea de la
ciencia-ficción; son algo natural y
científicamente verdaderos.

Volvemos con el gran Einstein. Él y unos colegas
encontraron en las ecuaciones de la teoría de la
Relatividad General que podrían existir cierto tipo de
cosas parecidas a caminos muy cortos entre diversos puntos del
Universo. A estas cosas se les llamó Puentes de
Einstein-Podolsky-Rosen, en honor a sus descubridores
teóricos, pero son mejor conocidos como "agujeros de
gusano" o portales transdimensionales. Para ilustra mejor lo que
ellos encontraron, le pediré a usted que imagine una
manzana y sobre de ella un gusano. Si el insecto se quisiera
mover desde un punto situado sobre la cáscara hasta otro
punto en el lado opuesto de la fruta, tendría que recorrer
por la superficie de la manzana cierta distancia. Pero si el
gusano perforara un agujero a través de la fruta, entonces
lograría hacer un camino mucho más corto para ir
desde el punto de partida hasta el punto de llegada. Ahora
imaginemos que estamos en la Tierra y
que deseamos ir desde la Cd. de
México
hasta Australia. Podemos hacer el viaje tomando un
vuelo que nos lleve por encima de la superficie terrestre, pero
por la forma de nuestro planeta, el avión recorrerá
una trayectoria curvada y larga.

La otra alternativa sería hacer un túnel
que atravesara directamente a la Tierra. Este
camino tendría una longitud más corta que la
recorrida por el avión. Esto resultaría similar a
la perforación hecha por el gusano en la manzana. El
gusano se movió por el espacio interno de la manzana y los
valientes constructores de nuestro hipotético túnel
en la Tierra también se tendrían que mover
directamente a través de la tercera dimensión para
realizar el agujero con el cual ir desde un lado al otro del
mundo. Pero si pudiéramos construir un túnel a
través de la cuarta, quinta u onceava dimensión
espacial, lograríamos desplazarnos libremente desde un
lugar del Universo hasta cualquier destino que deseáramos
en fracciones de segundo. Incluso podríamos ir desde este
Universo a cualquiera de los otros muchísimos Universos
paralelos que existen. Debido a la posibilidad teórica de
atravesar grandes distancias en el espacio-tiempo de forma casi
instantánea, es fácil pensar que este es el medio a
través del cual los OVNIS logran llegar desde sus lugares
de origen hasta aquí, a la Tierra.

Posiblemente los portales son invisibles y bajo ciertas
condiciones se logran hacer visibles a nuestros ojos. Pueden
estar en cualquier parte, abrirse y cerrarse, algunos en el
aire, otros
pueden estar a nivel del suelo y
posiblemente incluso estar fuera de la atmósfera, pero algo
por seguro si podemos saber: existen como medio de
comunicación y desplazamiento para los SINH. Esto es algo
que debemos aceptar, las señales
son muchas y un simple análisis lógico basado en los nuevos
hallazgos científicos, nos permite respetar como verdadero
todo esto.

Las teorías que respaldan esto, desde la famosa
teoría de la Relatividad General, pasando por las
teorías de Supersimetría, por las cinco
teorías de Cuerdas, la de Supergravedad hasta llegar a la
grandiosa y moderna teoría M, han provisto de resultados y
conclusiones que permiten construir todas estas asombrosas
posibilidades. De tal forma, los científicos le devuelven
a nuestra visión del mundo todo lo mágico y
maravilloso que tuvo en la antigüedad, dotándole
además el sesgo para comprender esta
visión.

Este proceso
comenzó hace 100 años. En su momento, Albert
Einstein formuló una teoría que para la
mayoría de los científicos de su época
sonaba totalmente descabellada, sin embargo logró ser
presentada satisfactoriamente ante la comunidad de
físicos. Era una teoría realmente nueva y
auténtica, en la cual aparecía una sensatez a
primera vista, y algo que tenía primero que ofrecer era
ese aspecto de conexión con el
conocimiento de la física ya previo. Era esa elegancia
intrínseca, la cual no la hacía parecer algo
simplemente suspendido en el aire, y en eso se distinguía
de la pura especulación hueca.

De ese modo, las nuevas teorías son modelos
matemáticos que describen al mundo
físico de una forma fascinante, pero manteniendo esa tan
importante conexión con el conocimiento
previo, consiguiendo grandes trozos de entendimiento, profundo e
impresionante.

Ahora, los físicos teóricos que hacen
investigación de frontera, se
han dejado adentrar más y más en el inextricable
laberinto del Universo y han revelado la existencia de un nivel
de realidad sumamente fluido. De acuerdo a las más
recientes postulaciones del conocimiento
científico, podríamos afirmar que la materia tiene
solamente una tendencia a existir. No hay objetos como tales,
más bien podríamos decir que existen sólo
conexiones, elementos vivos y auto concientes de energía
que cruzan y vinculan entre sí al Cosmos. Esta
visión moderna es derivada de una manera natural por los
físicos, desde la comprensión la bellísima
teoría M, que describe un Multiverso de membranas de
espacio y tiempo, multidimensionales e
interconectadas.

Los portales transdimensionales son acepciones que hace
tiempo dejaron nada más de ser especulaciones atrevidas,
para transformarse hoy en conceptos aceptados. Los primeros
portales transdimensionales fueron vistos -por medio de los ojos
de las ecuaciones matemáticas-, en el corazón
furioso de los terribles agujeros negros, esas
exóticas cosas que quedan luego de que una gran estrella
muere, esas incontenibles cosas que se tragan todo a su alcance
con las insaciables fauces de una monstruosa fuerza de gravedad.
En el centro de los agujeros negros existen cosas llamadas
singularidades del espacio-tiempo. De tales singularidades
se llegó a calcular que podían ser de varios tipos.
Algunas singularidades inconmensurablemente destructivas y otras
fantásticamente estables, más sin embargo
inaccesibles para todos, pues las inimaginables mareas
gravitacionales y los enormes chorros de radiación
destruyen a todo lo que se acerque a los agujeros
negros.

Pero el avance de las investigaciones, a lo largo de las
décadas ha permitido el ir entendiendo que además
deben de existir portales transdimensionales fuera de los
agujeros negros. Portales que formen parte natural de las cosas,
sin tener que ver nada con estrellas muertas y con terribles
gravedades. Simplemente se cree que son puertas naturales que den
acceso a otros niveles de la realidad, algunas serían
puertas muy pequeñas y otras de considerable
tamaño. Imaginémoslas como dobleces en la membrana
de nuestro entorno de cuatro dimensiones, con giros y curvas en
dimensiones superiores, conectando un punto aquí con otro
allá.

Pero también puede haber puestas
interdimensionales hechas por medios artificiales.

Si una civilización alienígena, de este o
de cualquier universo, deseara viajar a muy distantes lugares,
como ya lo explicamos no recurrirá al viaje espacial en
velocidad-luz. Harían saltos transdimensionales. El
salto es exactamente lo que su nombre indica. Si en la
misma estructura del espacio-tiempo de cuatro dimensiones es
imposible viajar igual o más rápidamente que la luz
para llegar a las estrellas, entonces estos seres
alienígenos encontrarían el método
para salirse de la estructura restrictiva del espacio-tiempo
común, para penetrar en el poco conocido dominio del
hiperespacio, donde distancia y tiempo carecerían de
sentido.

Naturalmente, se requería una gran cantidad de
energía para entrar en este espacio sobre el
espacio
, así como muchos y complicados cálculos
para asegurar nuevamente la entrada en el espacio-tiempo, en el
punto adecuado. El resultado del consumo de tal
energía e inteligencia
haría posible atravesar distancias inmensas en un tiempo
cero. Sólo gracias al salto son posibles los viajes
entre estrellas y entre universos.

XIII. Vortones y
Portales

"Las estrellas, cual polvo, me
envuelven

en nieblas vivientes de
luz,

y me parece contemplar todo el
espacio"

En la arena estelar

Isaac Asimov

Un lugar de un mundo sólido y real, hasta
aquí he presentado por medio de la física
teórica un Universo complejo, conformado por campos de
fuerzas, por muchas dimensiones, con extrañas
partículas y con una red evanescente de
sucesos, en la que las relaciones y potencialidades son formadas
por ultramicroscópicas estructuras como pequeños
círculos, que vibran armónicamente como si de
cuerdas de un instrumento se tratara. Nos hemos enterado por
medio de este viaje que existe un nivel de la realidad con una
escala de lo inimaginablemente pequeño que define a lo
infinitamente grande.

Es obvio pensar que el Cosmos abriga infinitas formas de
vida inteligente y que muchas de ellas están plenamente
deseosas de conocer a las jóvenes civilizaciones
planetarias, que como nosotros apenas asomamos a la claridad de
que existimos en un Súperuniverso.

Esta es una nueva e inmensa visión para
cualquiera de nosotros.

Se ha descrito ya la fascinante naturaleza de los
vortones. Son esta extraña suma de electricidad, magnetismo,
gravedad y fuerzas nucleares. Debemos aclarar que aún no
se les ha detectado directamente, o más bien no las han
creído aún detectar, pues los intentos para
lograrlo se están realizando apoyados en ideas
preconcebidas que nublas la interpretación de los físicos de
partículas y campos.

Por medio de sensores
especiales localizados a bordo de satélites
que orbitan la Tierra, se pretende encontrar la expresión
de cierto tipo de vortones que ya mencionamos, los vortones
GEM que son portadores de la fuerza
gravitomagnética, esa extraña fusión
en la quinta dimensión del electromagnetismo y la
gravedad.

La confirmación física de este tipo de
fuerza no solo permitirá reconocer el genio de
Einstein y Kaluza, sino que nos acercará más a la
construcción de los principios de una
nueva tecnología. Pero, ¿para qué
nos será útil el gravitomagnetismo cuando lo
sepamos controlar? La misma pregunta surgió, muchas veces,
en el siglo XIX cuando Maxwell, Faraday y otros estaban
explorando el electromagnetismo. ¿De qué utilidad
podría ser el electromagnetismo?

Hoy estamos rodeados por los beneficios de comprender al
electromagnetismo: Focos, computadoras,
televisión, lavadoras de ropa,
láseres, internet, radares, y la
lista continúa. Entonces, ¿para qué
será útil el gravitomagnetismo? ¿En
qué formas manipularemos a los vortones
GEM?

Me atrevo a afirmar que este tipo de fuerza ya la hemos
usado desde hace mucho tiempo, sin darnos cuenta de su origen.
Posiblemente pueblos ya extintos conocían esta verdad,
pero como ellos lo comunicaron su conocimiento con un lenguaje
diferente al nuestro, apoyados quizás en su visión
religiosa o mágica, nosotros no nos hemos dado cuenta de
tal alternativa. Sería bueno que revisemos entonces
algunas cosas que han resultado de los trabajos de
investigación de sabios que pertenecen a otras ramas
científicas, y es probable que nos percatemos de que ellos
dieron de lleno con los vortones.

XIV. Orgones y
Multidimensionalidad del Universo

"La Fuerza, mi joven discípulo, es la
energía

que fluye en todos los seres
vivos…

la Fuerza es lo que mantiene

unida a la Galaxia y da vida a todo"

Star Wars,

Una Nueva Esperanza

George Lucas

ste libro es en
esencia una presentación de los hechos y la
formulación de posibles explicaciones sobre la naturaleza
de los encuentros entre personas y Seres Inteligentes No Humanos.
Pues en este estudio ahora haremos entrar de manera directa las
ideas y hallazgos de un señor llamado Wilhelm Rich: Gran
pensador y científico de enorme valor del
siglo XX. Muchos lo vemos como un genio y otros como un
loco.

Muy joven, él se inscribió en la Facultad
de Medicina de la
Universidad de Viena en 1918. Al año siguiente
conoció a Freud y en enero
de 1920 fue nombrado miembro de la Sociedad
Psicoanalítica de Viena. En 1922 terminó sus
estudios de Medicina y los de Psiquiatría en
1924.

De 1925 a 1927 escribe sus primeras y controversiales
obras. La inortodoxia y brillantes de sus ideas y hallazgos lo
caracterizó y entre sus revolucionarios descubrimientos se
encuentra el del Orgón, partícula que
aseguró haber aislado como fuerza pura, subatómica
y primaria. Esto lo logró durante la cuarta década
del siglo XX, cuando construyó un dispositivo al que
nombró cámara orgónica, construida a
base de capas alternadas de materia orgánica e
inorgánica (placas de madera y de
metal), para que en su interior la energía de los orgones
se intensificara, moviéndose estos en trayectorias
espirales y resonantes. Si una persona se
sometía a la irradiación en una cámara
orgónica –aseguraba él– la
energía bloqueada de su cuerpo volvía a fluir,
revitalizando sus sistemas vitales.
Para él, el orgón es la energía vital de
todo organismo. Según afirmó, además, es de
color azul,
medible y omnipresente. Toda materia viva es creada por y produce
esta energía. El objetivo de Reich era hacer fluir la
energía en el cuerpo de sus pacientes. Enfermedades como el cáncer,
para él no eran más que acumulaciones de "orgones
negativos", o sea, estos serían el equivalente
termodinámico de las "frigorías", unidades de
medición del la cantidad de frío, lo
opuesto a las calorías, unidades de energía
térmica. Rich experimentó con enfermos
terminales de cáncer con la intención de
ayudarlos. Creó el Instituto del Orgón, como
también una editorial conocida como Orgonon, y un
centro de investigación, hogar del acumulador de orgones.
La demostración de la existencia de la energía
biológica llevada a cabo primero por Wilhelm Reich es el
descubrimiento más importante de los últimos siglos
en las Ciencias
Naturales y sin embargo ha pasado casi desapercibido.
¿Cómo es esto posible? ¿Fue él nada
más que un fraude, o
quizás sufrió una terrible conjura? ¿Eran
divagaciones sin sentido de una febril mente o fue la
anticipación de un genio a su tiempo?
¿Sufrió él la incomprensión
generalizada o una campaña de silenciosos
idiotas?

La existencia de una energía vital omnipresente
tampoco es un tema nuevo; más bien sin darse cuenta de
ello, Rich lo redescubre y actualiza, por decirlo de algún
modo, por que las antiguas culturas como la china, la
griega y la hindú lo habían planteado con
énfasis aunque sin tener que utilizar –obviamente-
las metodologías de comprobación de la ciencia
contemporánea. Que quede claro, por ejemplo que los
conceptos energéticos de la Medicina Tradicional China no
están circunscriptos al caso particular de las
enfermedades del ser humano, pues esta disciplina, al
igual que la teoría de los Orgones, postula la
organización energética del Cosmos, del
medio ambiente
terrestre y los seres vivos en general, incluyendo las relaciones
entre estos y los tipos de bio-sistemas como forma de entender la
génesis de gran variedad de trastornos. Veremos más
adelante que estos principios de energías de la vida y
campos de organización son reencontrados actualmente
en otros modelos científicos muy fundamentados.

Reich encontró que los orgones fluyen en la
atmósfera, en los ríos y mares, como además
también lo hacen por canales muy definidos en el suelo. Es
decir, en el agua y en
el aire se mueven de manera libre, subiendo y bajando,
serpenteando o con trayectorias espirales. Pero encontró
que en el suelo se mueven por ciertas líneas rectas, como
si recorrieran una especie de red o entramado. Estos
canales son justamente las líneas Ley. Reich no
sabía nada de los trabajos previos sobre líneas
Ley, pero por su parte dedujo su forma y naturaleza.

Todo lo referente a la manera de cómo estas
redes terrestres
cubren al planeta y hacen que cierta energía fluya por
ellas, lo encontró Rich cuando comenzaba a indagar la
forma de hacer uso de esas energías. Sus trabajos se
vieron abruptamente interrumpidos por sus acérrimos
detractores, dejando muchas cosas sin aclarar.

Podríamos en este punto tratar de víncular
a los orgones con los vortones.

Primero, los orgones se encuentran en una mayor
concentración en todos los seres vivos. Un organismo
viviente requiere de una gran cantidad de recursos
físicos para funcionar. Se ha descubierto que entre
más complejo sea el ser vivo, más cantidad de
orgones también necesita para sostener su
existencia.

Por otro lado, los orgones parecen ser algo
intrínseco a vida, y por lo tanto, también a los
medios que la sustentan.

De esto deducimos que los SINH también
están constituidos por orgones, por que es evidente que
los SINH por definición son algún tipo de forma de
vida; y por lo tal, en sus mundos de origen también hay
orgones.

Ante esto, es evidente que los orgones son un tipo de
partículas presentes universalmente. Siguiendo con esta
línea de análisis podemos considerar que todos los
SINH de cuya existencia se tiene conocimiento, son seres cuya
biología
puede ser muy diferente a la nuestra pero esencialmente
están formados por enormes cantidades de orgones, esto en
virtud a que no son seres simples y elementales.

Ahora, eso que técnicamente es llamado morfología
topológica del espacio-tiempo de la Tierra, o la forma de
cómo está curvo, arrugado o rizado el espacio y el
tiempo entorno a nuestro planeta, es lo que considero que define
a toda la red de líneas Ley del mundo. Es decir, la manera
de cómo están conformados los campos
eléctrico, gravitacional y magnético de la Tierra,
define físicamente los caminos o líneas del campo
gravitomagnético. Esto lo podemos expresar de este modo:
el campo gravitomagnético tiene pliegues, algo así
como dobleces por los cuales corre con mayor intensidad la
compleja fuerza de este campo cuántico. Serían
estos pliegues unas estructuras no nacidas del azar, sino
definidas por precisas ecuaciones correspondientes a la
geometría de cinco dimensiones de esta fuerza. Estos
dobleces simplemente serían, según este modelo, lo
mismo que las líneas Ley. Sobre este encauce
lógico, y sabiendo que una fuerza de origen
orgónico fluye por las líneas Ley, entonces podemos
concluir que entre los vortones GEM presentes en tales
pliegues de espacio-tiempo existe una íntima
relación con los orgones de las líneas
Ley.

Si alguien ya se perdió y no quiere releer para
terminar de entender, entonces aquí pongo este esquema
analítico: Existe un campo de fuerza cuántico de
cinco dimensiones generado por la Tierra, el cual tiene por su
propia forma natural vértices, pliegues, y por ellos
corren los vortones de tipo GEM. Los pliegues de tal campo son
significativamente iguales por su posición en la Tierra
con todas las líneas Ley que se conocen. Si se encontraron
en las líneas Ley grandes cantidades de orgones corriendo
como un chorro continuo, entonces hallamos en esto una
equivalencia obvia: los orgones y los vortones GEM son lo
mismo.

Ante esta afirmación podemos detenernos un
momento. Hagámoslo con el afán de justificar que,
con ella nos quedarán claras muchas cosas que hemos venido
tratando de relacionar. A partir de aquí podremos hacer
grandes avances en nuestro estudio del Caso
Mérida.

La formación de los orgones es algo que
consideramos natural a la manera de cómo las dimensiones
se curvan, dando diferentes configuraciones del espacio-tiempo.
Los orgones sencillamente son algo que emerge de las fuerzas que
consisten al Cosmos. Estas maravillosas partículas
están aquí a nuestra disposición.
Seguramente siempre han sido utilizados por nuestros ancestros en
todos lados del orbe, realizándolo por medio de emplazar
sus santuarios, avenidas, observatorios y templos en puntos y
líneas Ley. Por esto, nuestros antepasados llamaban a sus
emplazamientos sagrados con nombres como Lugares de Poder,
Vías del Espíritu y Caminos de
Luz
.

Si continuamos con esta línea de pensamiento,
podremos seguir asociando hechos con teorías, y
encontrarnos con formulaciones de este tipo: pensemos que esta
vasta red de conductos naturales de nuestro planeta es una
estructura a su vez común en el resto del universo, algo
así como un sistema de
circulación de fuerza de vida y un medio de transferencia
de información, que a modo de complejo
entramado posee una estructura multidimensional intrínseca
a la geometría del espacio-tiempo.

Hemos hablado mucho de la multidimensionalidad del
universo, y hasta incluso hemos dicho en cierta parte del libro
que según la teoría M, existen fuera de nuestro
universo otros universos, un número infinito de ellos en
realidad, moviéndose allá afuera. Hemos incluso
considerado los portales interdimensionales. Bueno, llegó
el momento de extender nuestra visión. De dónde
pueden venir los SINH, y por lo tanto, los OVNIS. Pues bien,
siempre hemos tendido a creer que naturalmente vienen de otros
planetas, en
esta galaxia o quizás de otra más lejana. Ya
comenzamos a ver que pueden venir de otro universo. Quizás
todavía nos parece algo difícil de creer.
Posiblemente podríamos aceptar la existencia de portales
interdimensionales o agujeros de gusano, llámeseles como
quiera, que comuniquen diversos sectores de este universo, pero
pensar en serio que existan universo paralelos al nuestro, llenos
de gentes, es algo que resultaría difícil para
más de uno. ¿Doce dimensiones? ¡Bah!,
dirán quizás. Pues de seguro cambiarán de
pensar, pues de una forma u otra los convenceré de que
sí existen también estos universos aparte del
nuestro en cantidades infinitas. Incluso, les aseguro vamos a
quedar con algo parecido a un dolor de cabeza luego de asimilar
lo que describiré, amables lectores. Sólo avancemos
hacia el siguiente capítulo.

XV.Universos Paralelos y
múltiples razas de SINH

"No son sólo un producto de la
ciencia ficción:

los otros universos son consecuencia
directa

de las observaciones
cosmológicas
"

DR. MAX TEGMARK

a revisamos las teorías relacionadas a la
descripción de la naturaleza multidimensional del
Universo. Hemos desarrollado una justificación para la
idea de que el SINH del Caso Mérida es un visitante desde
un nivel de realidad diferente al nuestro.

Ahora fundamentaremos la teoría de que el SINH de
este caso es un habitante de un universo paralelo. En realidad
ambas teorías son en verdad la misma, pero expresando
aspectos diferentes del concepto en sí. La mera
posibilidad de que nuestro asombroso visitante pertenezca a un
universo paralelo, es una idea para nada absurda, ya que esta se
explica mediante una de las muchas consecuencias de las recientes
observaciones que se han realizado en el ámbito de la
Cosmología -esa área de la Astronomía que
estudia al Universo en su conjunto-. Nos referimos al concepto de
los universos paralelos, y esto no es sólo una mera
metáfora.

La idea de universos paralelos se refiere directamente a
la existencia de realidades alternas a la nuestra con sus propias
y muy diferentes leyes físicas.

La existencia de realidades alternas o universos
paralelos trae consigo la percepción
de que el tiempo y el espacio son aún más complejos
de lo que explican algunas teorías más
clásicas o difundidas.

Si desarrollamos esta idea, lograremos darle mucha
más claridad, y la podremos comprender mejor. Así
pues, hagámoslo. Comencemos con el hecho de que el
espacio, ante todo, parece tener un tamaño infinito. Si
esto es así, entonces podemos pensar lógicamente
–de acuerdo a las leyes de probabilidad
que en alguna parte allá afuera, cualquier cosa que sea
posible en un momento dado se convierte en real, sin importar
cuán improbable sea. Si el universo es
infinito en tamaño, entonces también lo es en la
cantidad de partículas de materia que contiene. Comencemos
esta descripción imaginando que más allá del
alcance de nuestros telescopios hay otras regiones del espacio
que son idénticas a las nuestras. Esas regiones son un
tipo de universo paralelo. Los científicos pueden incluso
calcular qué tan lejos están estos universos, en
promedio. Y eso es física bastante sólida. La
presencia de tales universos explicaría varios aspectos
extraños del nuestro. Incluso podría responder
preguntas fundamentales acerca de la naturaleza del tiempo y del
mundo físico.

Continúe usted imaginando algo más
extraño: ¿Habrá en algún lugar muy
lejano, muy distante una copia de usted leyendo este libro?
¿Existirá alguien que no es usted, pero que vive en
un planeta llamado Tierra, con fértiles campos y brumosas
montañas, además de que ese mundo tenga extensas
ciudades, en un sistema solar con tantos planetas como tiene el
nuestro? Imagine por un momento que la vida de esa persona ha
sido, en todos aspectos, idéntica a la suya, pero
quizás esa persona decida ya no leer más este
libro, mientras usted, el que habita en este planeta, sigue
leyendo. Esta forma de plantear la idea del alter ego es
rara y aparentemente poco plausible. Pero vamos a tener que
aceptarla, pues las observaciones astronómicas la apoyan.
El modelo más sencillo y popular predice que usted tiene
un gemelo en una galaxia ubicada a una distancia en
kilómetros igual a un número que se escribe con un
1 seguido por 25 ceros, desde aquí (la notación
matemática
para esta cantidad es escribiendo 10 a la 24 Km o 1024
Km.). Imaginarse esto es un importante esfuerzo. Ejemplificando
más diremos que 10 a la 11 Km (1011 Km) es
igual cien mil millones de kilómetros. Podremos tomar como
referencia que 4.06 por 10 a la 13 Km (4.06 por 1013
Km), es simplemente la distancia a la estrella más cercana
a nosotros. O pensemos que decir que 1.89 por 1019 Km,
es la distancia a la galaxia de Andrómeda, la más
cercana a la nuestra. La manera de expresar estas cantidades y
distancias puede ser algo difícil en primera instancia,
por eso mejor les daremos un trato diferente a estas distancias,
refiriéndolas por medio de una más adecuada
equivalencia, llamada año-luz. Un año luz es la
distancia que recorre la luz durante un año en el
vacío del espacio, y eso es aproximadamente igual a diez
millones de millones de kilómetros (en realidad son
9,454,436,981,280 de kilómetros). Quizás así
nos quede más evidente que hablar de que un individuo
exactamente igual a nosotros está ahora viviendo a una
distancia de 1024 Km, lo cual es igual a
100,000,000,000,000 años-luz.

Hablar de esta increíble distancia, es hablar de
una distancia tan enorme que excede la escala astronómica,
pero eso no le resta realidad al gemelo de usted.

Esta tan impresionante estimación se deriva de la
teoría elemental de las probabilidades, y además
sólo nos apoyamos en el postulado que el espacio es
infinito -o al menos suficientemente grande- y que está
según las observaciones hasta ahora realizadas, casi
uniformemente poblado con materia. Sepa usted que en el espacio
infinito tienen lugar de manera natural incluso los eventos
más improbables. Allá afuera, a todo nuestro
alrededor hay una verdadera infinidad de planetas habitados, de
los cuales no uno, sino muchos contienen personas con la misma
apariencia, nombre y recuerdos de usted, viviendo todas las
variantes posibles de las elecciones de su vida.
¿Qué le parece esto? ¿Alucinante acaso? pues
prosigamos.

En un espacio tan extraordinariamente enorme, en
realidad inimaginablemente grande existen nuestros otros yoes,
pero probablemente no los veremos jamás. Y esto es por que
han transcurrido apenas 14,000 millones de años desde que
comenzó la expansión del Big Bang, y
durante todo ese tiempo la luz de los objetos más
distantes ha estado
viajando hacia nosotros. Esto nos lleva a determinar que los
objetos visibles más distantes se encuentran hoy a la
sorprendente distancia de unos 4 por 1023
kilómetros, o lo que es igual a 42,000 millones de
años-luz, la distancia que la luz ha sido capaz de viajar
desde que comenzó el Big Bang (nota: la distancia es mayor
a 14.000 millones de años-luz porque la expansión
cósmica ha alargado las distancias), siendo esta la
distancia que define nuestro universo observable, llamado
también volumen de Hubble o simplemente nuestro
universo, centrado en nuestro propio planeta. Por
definición, los universos de sus otros yoes son esferas
del mismo tamaño, centradas en sus planetas. Este es
simplemente el ejemplo más sencillo de universos
paralelos, donde cada uno es apenas una pequeña parte de
un multiverso más amplio.

Para muchos una definición así del
"Universo" los llevaría a la idea de que el Multiverso
pertenezca eternamente al reino de la metafísica, pero en realidad las fronteras
de la física se han ido expandiendo siempre, cada vez
más para incorporar conceptos abstractos y que en
algún momento fueron metafísicos, como los
invisibles campos electromagnéticos, las superposiciones
cuánticas o la curvatura del espacio. Y es que de tal
manera en los últimos años se agregó a esta
lista el concepto del Multiverso, según lo afirma
así el Dr. Max Tegmark, de la Universidad del Sur de
California.

La pregunta no es si existimos en un Multiverso, sino
cuántos niveles tiene. Los cosmólogos han descrito
hasta cuatro tipos diferentes de universos paralelos, siendo el
primero nombrado sencillamente Multiverso Nivel I, y es el
tipo más simple de universo paralelo. Es simplemente una
región del espacio que está demasiado lejos de
nosotros como para haber sido vista todavía. Ya se dijo
que lo más lejos que podemos observar es lo definido por
el volumen de Hubble (42.000 millones de años-luz).
Consideremos que cada uno de los universos paralelos Nivel
I
es básicamente igual al nuestro, pero en ellos todas
las diferencias provendrán de las variaciones posibles en
el arreglo, distribución o estados energéticos
iniciales de la materia.

Meditemos un poco en estas ideas. Un Multiverso de este
tipo sería el de naturaleza menos controvertida.
Quizás, en el futuro distante sus descendientes con un
telescopio suficientemente poderoso logren observar esos
extraordinariamente lejanos mundos, en donde habitan los alter
ego
de usted. Un poco de análisis nos hará ver
que el Multiverso Nivel I parece muy obvio. Topamos con la
pregunta ¿Cómo podría el Universo no ser
infinito? ¿Terminará abruptamente? En tal caso,
¿qué hay más allá? Ante esto la
teoría de la Relatividad General de Einstein cuestiona
esta intuición. Afirma que el espacio podría ser
finito si tuviera una curvatura convexa o una estructura
descriptiva de su forma con partes del mismo interconectadas. Un
universo esférico, en forma de dona o de cilindro doblado
sobre sí mismo como un nudo tendría un volumen con
límites
pero sin bordes.

Datos cosmológicos apoyan la idea de que el
espacio continúa más allá de los confines de
nuestro universo observable. El satélite norteamericano
WMAP midió recientemente las fluctuaciones de
cierta energía que baña al universo casi por igual,
la radiación de fondo de microondas.
Las fluctuaciones indican que el espacio es muy grande o
ciertamente infinito. Además, los telescopios orbitales
WMAP y el 2dF Galaxy Redshift Survey han encontrado
que el espacio en grandes escalas está lleno con materia
uniformemente, significando que las otras regiones muy lejanas,
que son los otros volúmenes de Hubble se parecerán
básicamente al nuestro.

Así, suponiendo que el patrón
continúe, el espacio más allá de nuestro
universo observable bulle de planetas, estrellas y galaxias, y
claro, de una inconmensurable cantidad de formas de vida. Vida
que posee en verdad casi una infinidad de posibles formas y
características. Vida que ha tomado sendas de evolución y desarrollo
más allá de nuestra imaginación. Son seres
vivos que evidentemente están estableciendo
vínculos, extraños pero reales con nosotros desde
hace mucho tiempo.

Los seres que vivan en universos paralelos Tipo
I
, experimentan las mismas leyes físicas que nosotros,
pero con distintas condiciones iniciales. Según las
teorías actuales, los procesos
primordiales del Big Bang esparcieron la materia con cierta
aleatoriedad, generando todos los arreglos posibles con
probabilidad diferente de cero. Ese supuesto refuerza la
estimación de que la copia idéntica a usted
más cercana vive en un volumen de Hubble que en muchas
cosas puede ser diferente al nuestro pero que por lo menos tiene
un planeta con una luna y un sol a su vez idénticos al
nuestro, situado esto a unos 25 volúmenes de Hubble de
distancia y que si esperamos encontrar todo un volumen de Hubble
idéntico al nuestro, debemos de pensar que a una distancia
de 10115 kilómetros, deberemos de encontrarlo
–algo así como 2.5 por 1091 veces
más grande que nuestro propio volumen de Hubble, o sea que
tenemos que imaginar que hacemos una hilera de universos, uno al
lado del otro, comenzando con el nuestro, y que después de
poner una cantidad de universos diferentes en un número de
25 con 90 ceros seguidos –un número en verdad
gigantesco-, encontraremos que el último de esa fila
será en todo, absolutamente en todo igual al nuestro,
desde la posición y energía de cualquier
partícula hasta la configuración de cualquier
conjunto de galaxias, así como en la secuencia de
acontecimientos que han ocurrido en cada punto de ese universo,
así es, será en plena forma idéntico al
nuestro en todo. Y si continuamos la hilera, poniendo un universo
al lado de otro, prolongando la hilera, después de otros
tantos 2.5 por 1091 universos encontraremos por fuerza
otra vez otro idéntico al nuestro, y si continuamos el
proceso de alineación de universos, con diferentes
combinaciones de configuración en ellos, seguiremos
encontrando más universos iguales entre si, ocurriendo
esto de tanto en tanto de acuerdo a un arreglo predecible por las
leyes de la probabilidad. Pues bien, pensemos que si esta es la
posibilidad matemática de encontrar copias
idénticas de nosotros mismos, entonces,
¿Cuál es la posibilidad real de encontrar seres
obviamente diferentes a nosotros? La respuesta es clara, se
necesita una pizca solamente de inteligencia humana para darnos
cuenta de que en una vastedad tan extraordinariamente enorme de
espacio, allá afuera, están poblando el Cosmos
todas las razas imaginables de seres, algunos en estados
primitivos de evolución biológica y otros poseyendo
cualidades increíbles en sus cuerpos y sus
mentes.

Un Súperuniverso rebosante de posibilidades,
combinaciones y de personas con todo tipo de pensamientos y
deseos.

Giordano Bruno, el valiente filósofo y poeta
renacentista italiano avistó esta inmensa Realidad, y la
plasmó en su obra Del Universo infinito y los
mundos,
en la que nos dice como veía un Cosmos de
proporciones infinitas, con mundos por doquier en los que otras
humanidades vivían y se preguntaban quién
más viviría en las estrellas brillantes de sus
propios mundos. El concebía un Universo insuflado por un
Poder de Vida, capaz de crear y vivificar todo, uniendo su
creación con nexos de energía y forma.

Bruno murió en la hoguera a manos de la
Inquisición, después de ocho años de
encarcelamiento por cargos de herejía y blasfemia. Pero
aún así, esas temerosas y crueles mentes de la
Iglesia no
pudieron acallar la rotundidad de la percepción de
Giordano Bruno, así que sirva como humilde honra este
trabajo para él como para Wilhelm Rich.

Si los multiversos Nivel I implican mundos
paralelos muy lejanos, más allá incluso de los
dominios de los astrónomos, nos encontramos con otros
tipos de multiverso. Hemos dicho que se consideran cuatro tipos y
que de ellos sólo tomaremos los conceptos de los Niveles
I, II y III. Estos siguientes niveles del multiverso (Niveles II
y III) están justo alrededor de usted.

El Multiverso Nivel II es del tipo que desde el
capítulo XI, "Vortones, Teoría de Cuerdas, los
SINH y muchas dimensiones
" ya comenzamos a describir.
Recordemos que la existencia del Multiverso Nivel II es
determinada a partir de los resultados de la teoría M.
Dice que nuestro Universo es una hipermembrana rodeada en la
12va dimensión por muchísimos más
universos que poseen todo tipo de formas. Algunos son
idénticos al nuestro y otros poseen configuraciones
extrañas. Unos tienen leyes físicas semejantes a
las nuestras y hay otros que tienen leyes básicas
totalmente diferentes.

Este tipo de Multiverso implica la necesidad de muchas
dimensiones, alguna de ellas compactificadas, como además
de la existencia de estructuras esenciales llamadas
supercuerdas y p-branas. El concepto físico
de los universos paralelos de Nivel II se encuentra
firmemente apoyado en las observaciones subatómicas y
astronómicas. Además los principios
matemáticos con los que se ha construido la teoría
M son muy firmes y poseen varias décadas de ser estudiados
y analizados por cientos de científicos de prestigiosas
universidades del mundo. A las aseveraciones a las que ha llegado
la teoría M se les conoce como predicciones
teóricas. Por lo tanto podemos aceptar libremente la
existencia de un Multiverso Nivel II como algo cierto. Nos
queda ante esto el ir incluyendo en nuestra interpretación
del Mundo la verdad de estos otros universos, los del Tipo
I
y II, y aprender a convivir con todas sus
consecuencias.

El multiverso Nivel III surge de la famosa y
controvertida noción de los mundos múltiples de la
mecánica
cuántica: la idea de que los procesos cuánticos
aleatorios ocasionan que el universo se ramifique en
múltiples copias, una por cada posible
resultado.

A principios del siglo XX, la teoría de la
mecánica cuántica revolucionó
la física al explicar el reino de lo atómico, que
no obedece las reglas clásicas de la mecánica newtoniana. No obstante los
evidentes éxitos de la teoría, sigue muy vivo el
debate sobre
lo que esto significa realmente. La teoría especifica el
estado del universo por medio de una forma de ecuación
denominada función de
onda. De acuerdo con la ecuación de Schrödinger, este
estado cuántico gira en un espacio abstracto de
dimensiones infinitas, llamado espacio de Hilbert.

Lo difícil es cómo relacionar esa
función de onda con lo que observamos. Existen algunas
formas de obtener resultados con este tipo de ecuaciones, algunos
siendo resultados extraños y desconcertantes. Por ejemplo,
miremos la proposición aportada por Schrödinger, uno
de los padres de la mecánica cuántica. Al concepto
aportado por él se le conoce como Gato Cuántico
de Schrödinger
. Él consideró que
sería posible crear una situación
paradójica, ambivalente con los principios de la
mecánica Cuántica. Imaginó un experimento
consistente en tener dentro de una caja a un gato. En el interior
de dicha caja se encontraría un átomo
radioactivo que en algún momento emitirá
radiación. Dicha radiación podrá ser
detectada por un detector Geiger que, al momento de detectar la
radiación, dispara un mecanismo especial que destapa una
botella llena de gas venenoso que
matará al gato. Ahora bien, de acuerdo con la
interpretación de la mecánica Cuántica, el
átomo, mientras no se observa, se encuentra
simultáneamente en dos estados, excitado y desexcitado. En
consecuencia, ¡el gato está a la vez vivo y muerto!
Sólo en el momento de observar si la emisión
radioactiva sucedió o no en el interior de la caja se
decide la suerte del gato. Esto naturalmente contradice nuestro
sentido común, por lo que parece incorrecta la
apreciación cuántica. Sin embargo, todavía
podríamos preguntarnos: si es que existen las
superposiciones de estados, ¿por qué no las
observamos?, ¿por qué no observamos un gato muerto
y vivo al mismo tiempo? Muchos resultados a estas ecuaciones
cuánticas legítimas corresponden a situaciones
contrarias a la intuición, como la de que un gato
esté a la vez vivo y muerto. Esto es lo que se denomina
una superposición cuántica.

En 1957 Hugh Everett III, mostró que la
teoría cuántica pura no plantea ninguna
contradicción. Everett determinó que la
teoría Cuántica predice que una realidad
clásica se va bifurcando en superposiciones de muchas
realidades, en la que los observadores experimentan
subjetivamente esas bifurcaciones sólo como una leve
aleatoriedad, cuyas posibilidades concuerdan exactamente con las
debidas al viejo postulado del colapso de las posibilidades. Esa
superposición de mundos clásicos es el multiverso
Nivel III.

La interpretación de los mundos múltiples
de Everett ha confundido a físicos y a legos durante
más de cuatro décadas. Pero la teoría es
más fácil de entender si distinguimos simplemente
que la idea describe una situación en la que en una
dimensión existe toda una realidad en la que el gato se
mantiene con vida por que no se ha activado aún el
mecanismo que libera el gas venenoso, mientras que en otra
dimensión se encuentra todo un universo en el que el gato
ha muerto por la liberación del gas. Un extraño
proceso sólo nos permite percibir nuestro propio universo
como de Nivel I, y nos referimos al proceso llamado
decoherencia, el cual preserva la unitaridad
cuántica, impidiéndonos así que se perciban
copias paralelas Nivel III de uno mismo.

Constantemente el universo está sufriendo
procesos naturales que están creando estados en los cuales
cada partícula se encuentra poseyendo la posibilidad de
estar con diversos estados cuánticos, lo cual implica que
constantemente el universo se encuentra ante la situación
de "decidir" tomar una alternativa u otra de las diversas en las
que se encuentra. Si un electrón en cualquier lugar del
universo puede estar en un estado A o en un estado
B, ocurre que el universo asume no dejar a un lado una
posibilidad para desarrollar la otra, sino que toma ambas a la
vez. Eso conduce a una situación en la que el
electrón se encuentra en un universo siguiendo la
alternativa A, mientras que un universo paralelo asume la
alternativa B. Se crean dos universos, independiente uno
del otro, cada uno con todo un desarrollo en el que no
interfieren entre sí. Ante esto se cree que la cantidad de
universos paralelos Nivel III esta en función a la
cantidad de partículas elementales que pueden estar
contenidas en un volumen de Hubble y a la cantidad de posibles
estados cuánticos que en total pueden asumir, o sea, la
cantidad de posibles alternativas que son definibles por ello. La
cantidad en cuestión se cree que es de por lo menos de
10118 universos paralelos Nivel III, siendo
cada una ramificaciones cuánticas.

Desde la perspectiva de cada uno de los individuos que
son de alguna manera copias cuánticas de usted, ocurre que
cada uno no está consciente de los otros yoes existentes
en los otros universos Nivel III.

Por extraño que parezca, esa misma
situación acontece en verdad, en la que cada universo de
Nivel III, existe en otra bifurcación
cuántica de un espacio de Hilbert con infinitas
dimensiones.

Imaginemos por lo tanto este vastísimo escenario,
repleto de una extraordinariamente grande cantidad de universos
con todas las combinaciones y posibilidades, tantas como para
existir prácticamente casi cualquier cosa imaginable.
Simplemente disponemos de 10118 formas diferentes de
imaginarnos cualquier tipo de realidad. Quizá nos iremos
acostumbrando poco a poco a las rarezas de nuestro Cosmos y
aceptaremos que son parte de su belleza. Quizás nos
vayamos haciendo a la idea de que en este inmenso mar de
universos existen todo tipo de civilizaciones ávidas con
seguridad de
querer establecer algún tipo de contacto con nosotros.
Quizás ellos ya lograron la manera de viajar de un
universo a otro, a través de atajos que nosotros apenas
estamos comenzando a imaginar. Quizás nuestro conocido
amigo el SINH llegó a nosotros desde su propio
universo.

Existimos en un Súper universo constituido por
infinidad de universos, una suma de multiversos de niveles
I, II y III, e incluso de un multiverso
Nivel IV, el cual, por cuya complejidad conceptual mejor
omitiremos mencionar, pues son características es casi
imposible explicarlas sin recurrir a complejas
matemáticas, pero que sin embargo también debe de
ser por lo menos mencionado y considerado en el hiperconjunto de
universos total que constituyen a la Creación. Simplemente
podríamos llamar a esta suma de multiversos de todos los
tipos con el término Súper
Universo
.

Con todo esto nos queda clara la idea de la
comunicación física entre niveles dimensionales, es
lo más común en el Multiverso, y que nosotros,
seguramente en algún oscuro momento del pasado perdimos la
capacidad para mantener el estado mental necesario para concebir
–por lo menos- que eso es posible. En el siguiente
capítulo hablaremos de por qué creo que hemos
perdido esa capacidad, y describiré la profunda
relación que posee esto con el fenómeno
OVNI.

XVI. Modelo Holográfico del
Cerebro

Pues, bien, nos encontramos con el extraño hecho
de no somos concientes de la existencia de esta
multidimensionalidad, y esto ocurre porque hemos sido educados
totalmente para que nuestra mente sólo pueda establecer
relaciones de percepción y comprensión de
fenómenos nada más de tres dimensiones espaciales.
Interpretamos una aproximación pobre de la realidad.
Percatémonos de que no somos seres de tres dimensiones
nada más. Quizás esta limitante ocurre porque las
características que parecen intrínsecas a los
procesos físicos del cerebro humano,
en realidad han sido sociológica y fisiológicamente
manipuladas a la fuerza; es decir, nuestra mente humana, con sus
enormes capacidades está regida por ciertos procesos para
la captación, procesamiento e interpretación de
datos que nos permiten tener acceso a sólo cierto nivel
cognoscitivo. El entorno al cual llamamos categóricamente
"realidad" es únicamente un pequeño aspecto de Toda
la Realidad existente. La actitud
científica prevaleciente enfoca todos sus esfuerzos nada
más a lo que es considerado objetivamente verdadero,
olvidando que en esencia, el Objeto creador de la ciencia es en
verdad primero un Sujeto. Este principio dialéctico deja
de ser una abstracción para convertirse en un
eslabón siempre olvidado, casi nunca pensado en el moderno
pensamiento científico. Creemos firmemente que el universo
es desde una primera instancia interpretable cabalmente por
nuestras mentes humanas. La verdad es que los procesos de
elaboración del conocimiento se basan no en leyes
absolutas, sino en trozos de comprensión parcial que los
seres humanos vamos adquiriendo con un elevado esfuerzo. Existen
niveles de vibración de la luz y del sonido,
así como rangos de temperatura,
de presión y
de velocidad, o campos eléctricos y condiciones
químicas que existen en nuestro entorno, pero que
únicamente si nos confiamos en nuestros sentidos
primarios, son totalmente ajenas a nuestros sentidos.

Literalmente esos planos de la realidad no
existirían para nosotros, sino es que, por medio de
estados de conciencia
especiales e instrumentos de
medición hacemos que aquellos sean convertidos en
versiones analógicas comprensibles para nuestra mente, y
así solo las percibimos como representaciones
conceptuales. Los ámbitos de una realidad de muchas
dimensiones son apenas incorporados en nuestro acervo de
conocimiento por medio de las experiencias
místico-religiosas de algunos pueblos y tradiciones
arcaicas.

Estos planos de realidades que parecen totalmente ajenos
a nosotros, son realidades que pueden ser descritas con cierto
grado de precisión pero que al tratar de explicarlas las
desvinculamos del elemento del sujeto conciente que
pretende describir esos niveles. Es decir, los sujetos, la gente,
somos parte natural de la realidad, pero en nuestro afán
de construir una descripción precisa del mundo pretendemos
hacerlo sólo desde decir cómo son las cosas por
sí mismas sin que nosotros tengamos nada que ver con
ellas, como si fuéramos unos fantasmagóricos
espectadores que no interactuaran con el mundo físico. Es
como si hablar de la naturaleza de la luz, de la mente, de la
electricidad, de la vida orgánica, de la
gravitación o de cualquier cosa nosotros simplemente las
estuviéramos viendo sin tener nada que ver con
ellas.

Esto es un vicio conceptual del pensamiento moderno, el
cual es actualmente trascendido por medio de brillantes modelos
que ofrecen una más completa descripción del
mundo. Cada vez más, los seres humanos hemos
aprendido a utilizar nuestra mente con menos ataduras impuestas
por la costumbre o el poder establecido.

Por ejemplo, la idea de que la mente y la realidad son
un holograma interactivo es profunda y esclarecedora.

Para por aclarar esta afirmación, amable lector,
permítame de forma breve explicar el concepto de
holograma:

Un holograma es genéricamente el método de
obtención de imágenes
fotográficas tridimensionales. Las imágenes se
crean sin lente alguna. Los principios teóricos de la
holografía no se remiten nada más hacia la
obtención de imágenes grabadas; más bien se
refieren al concepto de estructuras nombradas matriciales,
mucho más complejas. Estos principios fueron desarrollados
por el físico británico de origen húngaro
Dennis Gabor en 1947, lo cual le valió la concesión
del premio Nobel.

Bueno, un holograma se diferencia básicamente de
una fotografía
normal en que no sólo registra la distribución de
intensidades de la luz reflejada, sino también la de
fases. Esta capacidad para diferenciar ondas con fases
distintas se logra interfiriendo un haz de luz láser de
referencia con unas ondas reflejadas30 también de luz
láser. Al final del proceso, se obtiene una placa
fotográfica, en la que se encuentran plasmados patrones de
interferencias que asemejan un complicado patrón de
estructuras oscuras y claras que aparentemente no guardan ninguna
relación con la imagen normal del
objeto original. Sin embargo, si se ilumina esta placa
holográfica bajo luz coherente, se hará visible una
imagen tridimensional del objeto grabado, de manera que incluso
si se contempla esta imagen holográfica desde diferentes
ángulos, el objeto también se ve desde distintos
ángulos.

Una muy importante aplicación la constituye el
almacenamiento de
datos digitales, que se pueden grabar como puntos brillantes y
oscuros en las placas holográficas. Un holograma puede
contener miles de millones de datos en un espacio realmente
reducido, permitiendo almacenar datos. Iluminándola
mediante un haz de láser con diferentes ángulos se
pueden recuperar selectivamente las distintas páginas o
datos cifrados en el holograma. Además si fracciona en
múltiples pedacitos toda la placa donde se ha grabado un
holograma, veremos increíblemente que cualquier pedazo de
ella tiene la facultad de poder reproducir entera la misma
imagen.

Estas fantásticas cualidades de los hologramas
son tomadas en plena consideración por el Karl Pribram,
neurólogo de Stanford, siendo que él vio en el
holograma un modelo apasionante de la forma como el cerebro
almacena, y hasta procesa e interpreta la información
cognoscitiva. Pribram pensó que si la información
se encuéntrala distribuida en vez de localizada
–como se creía- en el tejido cerebral, entonces el
cerebro tal vez sea en verdad algo que funciona como un
holograma. Esto fuera así, tal vez el cerebro se ocupa de
interacciones bioinformáticas, lográndolo a
través de interpretar frecuencias bioeléctricas en
toda su extensión. Al trabajar con esta idea, Pribram fue
encontrando lo que parecían estrategias de
cálculo
realizadas por el cerebro para sentir y conocer. Parece que para
poder ver, oler, degustar, oír, etc., el cerebro lleva a
cabo una serie de operaciones de
cálculo complejas sobre las frecuencias de los datos que
recibe. Los colores, a
textura, o un olor amargo, por ejemplos, son solamente
frecuencias cuando ingresan al cerebro. Si esto fuera cierto,
podríamos pensar que, estos procesos matemáticos
tendrían muy poca relación, o quizás
ninguna, en términos de sentido común, con el mundo
real tal y como lo percibimos. Imaginemos que entonces el cerebro
es por lo tanto un holograma, esto nos llevaría a
considerar que por lo tanto todo el código
de interpretación y memoria se
encuentra en cualquier punto de la materia cerebral. Siguiendo
con este razonamiento, la mente física no es una cosa,
más bien sería una compleja serie de relaciones de
energía codificada abstracta. Sabemos que el cerebro
decodifica las huellas almacenadas en su memoria, entonces parece
hacerlo –dice Pribram- de un modo semejante a como la
proyección de un holograma decodifica la imagen original.
Como la configuración grabada en la placa
holográfica no tiene dimensiones espacio-temporales,
resulta comprensible entender que de igual forma el cerebro graba
la información en sí mismo, y veríamos
cómo el cerebro holográficamente hablando,
lograría trascender restricciones que el mundo habitual
podría de otro modo imponerle a sus procesos de
conciencia.

Esto resulta apasionante, más si lo enriquecemos
con que la psicología Gestalt se
fundamenta sobre el siguiente principio: Según lo que
percibamos "ahí afuera", encontraremos que es lo mismo que
existe en nosotros mismos, dentro, en nuestra conciencia. Eso
implicaría –deducimos aquí- que los procesos
de interpretación del mundo son isomórficamente
iguales que el mundo mismo, o sea, que si el cerebro
físicamente funciona como un holograma, es que él
es un holograma, es un reflejo de la realidad con la que
interactúa, entonces uno, el individuo interpretante y
conciente es también un holograma y por lo tanto ¡El
Mundo mismo es en si un holograma! Si la naturaleza de la
realidad es holográfica, entonces el mundo realmente es
algo en el que su materialidad concreta es en verdad una gran
ilusión.

Comenzamos a darnos cuenta de por que en nuestro entorno
pueden existir aspectos de la realidad que simplemente no
percibimos, y que menos podemos concebir. Así que si a
esta descripción matemática, psicológica y
neurofísica de la mente la aceptamos, veremos más
claramente que las propuestas de David Bohm, discípulo
protegido en otros tiempos por Einstein, son ciertas. El
ofreció la idea de que el universo sea interpretado como
un Cosmos Holográfico. Lo plantea esto a partir de pensar
que lo que vemos normalmente es un orden ex – plicado, des
–plegado de las cosas. Bohm consideró que en
realidad hay un orden subyacente en todas las cosas, y que ese
orden es como el padre de una realidad de segunda
generación. A este otro orden lo llama orden im-plicado.
Este orden implicado encierra en sí nuestra realidad, de
un modo muy semejante a como el ADN presente en
el núcleo de la célula
encierra en sí toda la vida en potencia y dirige
el curso de su despliegue. De alguna manera, considera Bohm, la
esencia del cosmos está de alguna manera "enrollada", o
empaquetada dentro de la estructura misma del espacio y del
tiempo.

De estas tesis, la del
Cerebro Holográfico de Pribram y la del Orden Implicado de
Bohm, obtenemos una teoría holográfica que afirma
que nuestros cerebros constituyen matemáticamente la
realidad sólida mediante la interpretación de
frecuencias provenientes de una dimensión que trasciende
el espacio y el tiempo. El cerebro es por lo tanto un holograma
que interpreta un universo holográfico. Somos realmente
participantes en la realidad, observadores que afectan a lo
observado. Y esta participación del cerebro podría
se utilizada por las conciencias extraterrestres para sus
tecnologías. Vistos a esta luz, el fenómeno OVNI no
es sino producto de esa matriz ubicua
y simultánea. Los cerebros individuales son pedazos de un
holograma más grande. Bajo ciertas circunstancias, incluso
condiciones creadas ex profeso, los seres inteligentes no humanos
tendrían acceso a toda la información presente en
el sistema cibernético total y a la posibilidad de que sus
mentes logren directamente, por simple acto de voluntad, la
manipulación sencilla y llana de los campos de vortones
que entrecruzan y sustentan al espacio-tiempo. En la fenomenología OVNI existen miríadas
de casos en los que interviene el factor "casualidad". Pues bien,
esto obedecería al principio de la sincronicidad, o sea, a
una red de coincidencias que parece testimoniar la existencia de
alguna relación o intención superior, encajando
perfectamente en el modelo holográfico. Tales
coincidencias cargadas de sentido que acompañan siempre a
los avistamientos de OVNIS o de SINH – como por ejemplo el que
coincidieran en el mismo lugar y momento David Espada, Carlos
Escalante y José Alonso Herrera justo ahí con una
mini videocámara para vivir y grabar el encuentro con un
SINH-, derivarían de la naturaleza estructurada,
intencional y organizadora de la realidad matriz.

Considerar una realidad matriz, constituida por muchas
dimensiones, estructurada de manera holográfica, con un
orden coherente e implícito, vivificada por complejos
campos de vortones e integrada por una vastísima red de
intervinculación, es más consistente que aceptar la
versión fría, plana y supuestamente objetiva que
nos otorga el pensamiento científico
tradicional.

XVII.
Explosiones Gamma de la Tierra

Volvamos
aquí con las líneas Ley, los vortones GEM, y
también hablemos de Chen Ho.

La Tierra está constituida por una extensa y
compleja red de energía, y esta energía toma forma
y expresión en nuestro nivel de experiencia directa. Esta
red está constituida por las líneas Ley, cuyos
campos de fuerza son intrínsecos a nosotros. Estas
fuerzas, nacidas de la estructura multidimensional del Mundo son
a su vez la causa de fenómenos científicamente
aceptados como además de aquellos que son estudiados por
disciplinas parapsicológicas y espirituales.

El SINH del Caso Mérida, por la forma de
cómo lo vemos en el video, nos llega
a quedar claro que definitivamente no andaba caminando por
ahí, y que ni siquiera actuó escondiéndose
inmediatamente tras el poste al notar a los muchachos jugando.
No, más bien se le ve, "emergiendo" de una manera
extraña, como materializándose casi. Las
posibilidades son simples de deducir, considerando para esto que
o se teletransportó directamente a ese lugar, o
posiblemente estaba saliendo a través de un portal
interdimensional. La presencia de la extraña actividad
magnética y de potente radiación ambiental nos
lleva a considerar seriamente estas dos explicaciones. La
formulación de tales hipótesis se respalda en las
evidencias,
evidencias que no podemos soslayar por nada.

La primera aseveración, el que el SINH
llegó por medio de una distorsión artificial del
espacio-tiempo, se puede fundamentar en la prueba tangible,
mensurable de la extraña energía que ahí
está. Los niveles de radiación los referimos ya en
el capítulo VI y hemos establecido una
relación entre el lugar del encuentro con el SINH, con la
ruinas de Chen-Ho y con la especial actividad de la red
energética manifestada especialmente durante el ingreso
del equinoccio.

Reitero mi intención. Hasta aquí nos hemos
dirigido hacia una dirección: lograr crear un clara
relación entre la actividad de los OVNIs, la de los SINH y
los especiales campos de fuerzas que integran a nuestro planeta,
para construir y proponer con estos elementos un esquema amplio y
complejo, esquema al cual –según nuestra
teoría- pertenecen además las antiguas culturas del
mundo. Dejaremos evidente que la expresión física
de la energía vortónica de la Tierra además
de ser observable en los sacbés o líneas Ley como
una posible expresión de los campos
gravitomagnéticos, también puede tener unas
manifestaciones muy desconcertantes. Esta afirmación nace
a partir de una serie de descubrimientos realizados, unos
obtenidos por la NASA y los otros por nosotros como equipo de
investigación.

Lo relacionado a los descubrimientos obtenidos por la
NASA, comienza cuando esta Agencia declara públicamente en
febrero de 2005, estar sorprendida desde hacia unos años
atrás por impresionantes hallazgos concretados por el
satélite Compton Gamma Ray Observatory (CGRO). Este
telescopio orbital, mientras estuvo en funciones,
detectó fuentes de
rayos gamma muy intensos; algunas de estas fuentes son objetos
exóticos extragalácticos, muy distantes de la
Tierra. Pero además de esas fuentes registró
chorros de fotones muy energéticos que son
extrañamente emitidos desde la misma Tierra. El CGRO fue
diseñado para detectar las intensas explosiones de rayos
gamma que son emitidos desde el espacio profundo por agujeros
negros, cuásares y las estrellas de neutrones. Estos
poderosos y lejanos estallidos de energía son creados por
extremas reacciones astrofísicas, muy lejos de nuestro
Sistema Solar, más sin embargo el CGRO también
logró encontrar extraños pulsos gamma de muy corta
duración pero con una intensidad considerablemente elevada
emitidos desde la superficie de la Tierra hacia el
espacio.

Esto fue considerado desde un principio como algo
absurdo, ilógico, pero las lecturas indicaban eso. Esto ha
sido confirmado aún en la actualidad por las observaciones
del nuevo satélite de imagen espectroscópica
Reuven Ramaty High Energy (RHESSI) de la NASA, el cual ha
mostrado que aproximadamente al día se emiten por lo menos
cincuenta intensos destellos de radiación gamma
(Terrestrial gamma-ray flashes o TGFs) desde diversas
partes de nuestro planeta todos los días, teniendo estos
destellos gamma una duración aproximada de un milisegundo.
Las causas de estos TGFs son todavía desconocidas, pero
los científicos creen que son causadas por el ascenso de
electrones a través de estrechos campos eléctricos
que emergen desde la superficie y que se dirigen hacia la parte
superior de las nubes. Las observaciones aportadas por el RHESSI,
aunque reportan una cierta cantidad de TGFs todos los
días, sobre ese valor se cree que la cantidad real
sería de por lo menos cinco mil TGFs al día. Ante
esto, David Smith, profesor adjunto de física de la
Universidad Santa Cruz de California declaró que: "Las
energías que nosotros vemos en los TGFs son tan parecidas
a los rayos gamma emitidos por agujeros negros y estrellas de
neutrones distantes, pero su origen aquí nos resulta algo
totalmente desconocido
". Algo interesante debe de ser
aclarado respecto a este tipo de fenómenos, y es que la
intensidad de estos chorros de rayos gamma emitido por los TGFs
–los emitidos desde la Tierra hacia arriba- no tiene la
energía suficiente para producir daños a las
personas, son destellos muy rápidos y proporcionalmente
potentes, pero no se piense que son capaces de crear condiciones
poco saludable en la Tierra. Simplemente son complejos y
extraños eventos cuánticos que poseen un
significado cualitativo. Las emisiones de TGFs son incapaces
aparentemente de crear daños a nuestros organismos, pero
son lo suficientemente fuertes como para ser detectables,
más lo importante del asunto es que no existen mecanismos
identificados como los responsables directos de estos
fenómenos. Su origen es un misterio.

Los procesos de decaimiento radioactivo son algo
inherente a nuestro entorno terrestre pero no conocemos
algún modo de cómo la naturaleza pueda engendrar
estos localizados y potentes chorros. Pero ante esto, que quede
claro: no se inquiete nadie, no están siendo disparados
mortales rayos gamma desde el suelo hacia nosotros, pero
sí está ocurriendo algo que nos resulta nuevo como
a la vez extraño, pues estos fotones de alta
energía emitidos no tienen en verdad ninguna
explicación de aceptación mayoritaria. Para lo cual
nosotros hemos desarrollado toda una profunda hipótesis
que pretende dar explicación a este fenómeno,
haciéndolo dentro del contexto que asume la existencia de
las líneas Ley y de los campos de partículas
vortónicas.

 

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