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Climaterio masculino (página 2)




Enviado por jose cukier



Partes: 1, 2, 3

(1911c [1910]). "Puntualizaciones psicoanalíticas
sobre un caso de paranoia ("Dementia paranoides") descrito
autobiográficamente"
Freud dice
que  "[…] No omitamos, empero, llamar la atención sobre un factor somático
que muy bien podría entrar en cuenta. El doctor Schreber
tenía 51 años de edad en el momento en que contrajo
la enfermedad; se encontraba en la época crítica
para la vida sexual, aquella en que la función
sexual de la mujer […]
experimenta un vasta involución, pero de cuya
gravitación tampoco parece a salvo el hombre;
también para éste hay un "climaterio" con
las predisposiciones patológicas que de él se
siguen […]". (my italics). (S.E. 12. p.46). 
En carta del 13 de
Septiembre de 1926 a Marie Bonaparte, Freud le dice que se
enteró de que Schreber tenía cincuenta y tres
años cuando hizo eclosión su enfermedad, "como si
dijéramos en la menopausia varonil". (my italics).
(E. Jones. 1962. T. lll. p.465).

3. Material
clínico.
Sigmund Freud y
su climaterio

Para sostener éste aspecto, me remitiré a
algunos pasajes  de su vida y su obra, en donde se
vislumbran los problemas con
el poder, la
herencia, las
modificacio-nes en el dormir, y la idea de la muerte en
la década de la cincuentena.

a. En "El creador literario y el fantaseo", Freud,
(1908e), señala que la mayoría de los seres humanos
crean fantasías en ciertas épocas de su vida, son
deseos ambiciosos, que sirven a la exaltación de la
personalidad. Freud contaba en ese momento con 51
años, momento de la vida en que el poder comienza a
declinar en el medio familiar, y pueden  quedar como reducto
para sostenerse, otros recursos como por
ejemplo el recurso económico, político o
científico. El ejercicio del poder, destaca la importancia
de otras pulsiones, no ligadas a la erogeneidad genital, por
ejemplo la ambición, ligada a la erogeneidad
uretral.

b. Max Schur, (1972), T. l, p. 370, dice que Freud en
1907 preocupado por quien sería su sucesor intelectual
reflexionaba acerca de su discípulo Jung, "[…] Cuidado
con este brillante joven; lo has elegido como tu sucesor, pero ya
anda detrás de tu corona como Enrique lV […]". 

c. En 1911, en la carta del 14
de Marzo a Binswanger, se lo adivina preocupado por la herencia y
le dice a éste, "[…] Cuando el imperio que he fundado
quede huérfano, ningún otro sino Jung debe
heredarlo todo […],". (Schur, op. cit. T.I, p.379).

En la carta del 16 de Diciembre de 1912, Schur, (op.cit. T. I,
p. 394) recuerda un comentario de Freud, "[…] todos ellos
(Stekel y Jung en especial) apenas pueden esperar […]". Es
decir, a que Freud estuviera muerto.

d. Con "Grande es Diana Efesia", (1911f), denota el
interés
por la continuidad de la historia y el tema de la
inmortalidad. (Su trabajo remite
al nombre de un poema de Goethe. Proviene de un capítulo
sobre Efeso, de Villes mortes d' Asie mineuse, de F. Sartiaux,
(Paris, 1911).

e. Cuando Freud escribe Totem y Tabú, (1912-13),
tenía 56 años, y se sentía como el padre de
la horda primitiva cuando observaba a sus discípulos. Por
un lado la necesidad de un sucesor confiable a quien legar. Por
otro, las raíces instintivas de la rebeldía y el
conflicto
edípico, sustentaban la ambivalencia para transmitir el
poder y la herencia. Si bien el hombre
primitivo estaba incapacitado para concebir y aceptar la muerte,
señala que el hombre moderno solo está
aparentemente preparado. "[…] Todos le deben una muerte a la
na-turaleza […]", (Schur, op. cit, p.445). (Esta cita remite a
la observación hecha por el
príncipe Hal a Falstaff en, Enrique lV, "Le debes una
muerte a Dios", Shakespeare, Acto
V, escena l).

A Freud se le hace evidente la inevitabilidad de la
muerte.

f. Cuando Freud desarrolló el tema de "El motivo
de la elección del cofrecillo", (1913f), trabajo
donde  despliega la temática de el Rey Lear,
tenía entonces 57 años. Le preocupaba el tema del
poder y la herencia. Al respecto, sugiere el Dr. Horacio
Etchegoyen que éste trabajo era contemporáneo a las
decisiones de Freud acerca de la creación de la
asociación  psicoanalítica internacional, pero
que que tenía sus incertidumbres acerca del legado. Sus
dudas estarían dichas en las palabras de Lear. Dice 
Freud "[…] La creación de las Moiras es el resultado de
la intelección que advierte al ser humano que
también él es parte de la naturaleza, y
por eso está sometido a la inexorable muerte […] el
hombre viejo en vano se afana por el amor de la
mujer […] solo
la […] callada diosa de la muerte, lo acogerá en sus
brazos […]". (S.E. 12. p. 299-301).

Schur (op.cit.), opina  que en yddisch, idioma que Freud
conocía, moira, (mejor dicho "moire"), significa temor y
no destino. Se insinúa el miedo, "moire", a la muerte.

g. En 1914, en carta a Abraham del 25 de Agosto dice
"[…] ¿Qué son las espe-ranzas, qué son los
proyectos,
hechos por el hombre débil y perecedero […]",
Schur, (op.cit. T. II, p.436). (my italics). Con la  cita de
 Braut von Messina de Shiller se le hace evidente la
finitud de la vida.

h. En su trabajo "De guerra y
muerte temas de actualidad", (1915b), termina el ensayo y
dice "[…] Si vis vitam para mortem: si quieres soportar
la vida, prepárate para la muerte […]", refrendando lo
que ya se viene configurando de años atrás. (my
italics). (S.E, 14, p.300).

i. En la carta del 16 de Diciembre de 1917 a Fliess,
Freud que tenía 61 años y nueve meses, le dice;
"[…]  de hecho no hay nada extraño en que un hombre
de mi edad note la inevitable decadencia gradual de mi persona […]
trabajo espléndidamente todo el día […] y apenas
puedo controlar mi apetito, pero ya no gozo del
sueño como solía […]", (my italics). (Schur.
op.cit. p.469).

j. En 1927, cuando Freud tenía 71 años,
reflexiona sobre un recuerdo ya lejano, en 1904, cuando se
preparaba para ingresar a la cincuentena. Evoca que "siendo ya un
hombre maduro" visitó por primera vez la colina de la
Acrópolis en Atenas, y el embeleso se le mezcló con
un sentimiento de asombro y de incredulidad ante lo que
veía, como un intento de desautorizar la realidad. Freud
analiza la denegación por culpa ante el padre, y concluye:
"[…] parece como si lo escencial en el éxito
fuera haber llegado más lejos que el padre […]". Cuando
en 1936, ya anciano, en la carta abierta que le escribe a R.
Rolland, (1936a), en ocasión del septuagésimo
aniversario de éste, introdujo una prevención
acerca de su propia edad y le dice "[…] soy diez años
mayor que Ud., mi producción languidece. Lo que en definitiva
le ofrezco es el don de alguien empobrecido que 'ha visto
antaño días mejores' […]". Los años
mejores se refiere al recuerdo en la Acrópolis (esos
restos empobrecidos de la 'gloria de los Antiguos', que remiten
al padre). La dicha, quedó empañada por una
'moción de piedad', y agrega en la carta "[…] Y ahora ya
no le asombrará a Ud., que el recuerdo de la vivencia de
la Acrópolis me frecuentara desde que, anciano yo mismo,
me he vuelto menesteroso de indulgencia y ya no puedo viajar
[…]". Freud en la cincuentena, tiene una "moción de
piedad", expresión de su identificación con el
padre, y al ver las ruinas, deniega la realidad y la dicha.
Entonces el interrogante "¿Todo esto existe
efectivamente tal como lo aprendimos en la escuela?"

puede ser una pregunta proyectada al futuro que podría ser
así¿Efectivamente nos volvemos viejos, en
ruinas? Esta pregunta es respondida 30 años más
tarde; al decirle a Rolland, "[…] anciano yo mismo me he vuelto
menesteroso de indulgencia […]". (my italycs), (S.E.
22. p. 239 a 248). En 1904 no quería ver las ruinas
a las que está condenado el hombre, y la desdicha que eso
produjo en su ánimo, pero ya se estaba configurando en
su mente y proyectado como construcción exterior; el espacio sobre el
cual se interrogaba. El espacio de la muerte.

4. Consideraciones
metapsicológicas acerca de algunas singularidades
del
clima-terio
masculino

A. El problema del poder.

El estudio del poder  requiere de algunas consideraciones
previas acerca del trabajo. Freud (1912a), refiriéndose al
trabajo, sostiene que ninguna otra téc-nica de
conducción de la vida liga al individuo
finalmente a la realidad como la insistencia en el trabajo.
La  posibilidad de desplazar sobre éste componentes
libidinosos, narcisistas y agresivos le confiere un valor
indispensable para afianzar y justificar la vida en sociedad.
Brinda una satisfacción particular cuando ha sido elegido
libremente, o sea, cuando permite volver utilizables mediante las
sublimaciones las inclinaciones existentes. La voluntad de poder,
es un patrimonio
yoico, y la forma más decantada de la tramitación
de la pulsión de destrucción y ésta de la
pulsión de muerte, Freud, (1924c). El trabajo permi-te que
las aspiraciones homosexuales, sean conducidas a nuevas
aplicaciones  con sectores de las pulsiones yoicas para
constituir las pulsiones sociales, y gestan así la
contribución del erotismo a la amistad, la
camaradería, el sentido comunitario y el amor
universal por la humanidad, Freud, (1930a). El trabajo, como
forma de ligadura de la pulsión homosexual evita que la
violencia
fraterna culmine en asesinato o en práctica homosexual.
Pero, ¿qué sucede cuando el contexto social va
impidiendo la tramitación de la violencia mediante la
inserción laboral?
¿qué sucede, cuando la transformación en la
voluntad de poder se pierde, y deja de ocupar un lugar que
tenía una investidura narcisista muy alta? La respuesta
requiere reflexionar  acerca del doble valor que
puede reconocer el trabajo.

a) El trabajo ligado a una forma genuina de
tramitación pulsional
.

Aunque claudique la inserción laboral, el trabajo
continúa toda la vida con alternativas de salida
creativas. Puede perderse la posición relacionada con el
poder sobre otro, con todo lo que éste plano implica como
forma de tramitación de la propia hostilidad, pero
conservando el poder interior. Este poder interior es un
derivado del trabajo psíquico y de una armonía
pulsional. Provee un estado de
bienestar. El ejercicio del poder "sano", tiene que ver con el
ejercicio del poder sobre uno mismo, ligado a la fusión
pulsional, opuesto al estancamiento, que es repetición y
muerte. Y sobre todo vinculado al placer de rescatar capacidades
no desarrolladas, o que preexistiendo adquieren nuevas formas. El
procesamiento pulsional, puede alcanzar en ocasiones su
tramitación genuina en los hobbies, acordes con la
legalidad de
cada quien, y aún cumpliendo con valores
éticos.

Otro aspecto vinculado al poder sobre uno mismo, se relaciona
con el retorno a una lógica
más elemental.

De una posición arrogante, ilusoria, que supone el
cuerpo como una unidad cerrada sobre sí mismo y
autoabastecida, puede sustituirse por otra más primitiva
en que cada cuerpo, vinculado a otro, forma parte de una
totalidad. Freud, (1920g), supone el cuerpo constituido por
células
que para sobrevivir y reproducirse, requieren unirse con otras
diferentes. En los vínculos entre las personas, tiene
vigencia la necesidad de neutralización 
recíproca de los excesos, la protección mutua, el
cuidado contra los intrusos. Todo ello, asegura la
cohesión libidinal, pero requiere del poder sobre uno
mismo. Implica renunciar al narcisismo omnipotente, reconociendo
necesidades y limitaciones; las propias y las ajenas. Se instalan
nuevos vínculos de trabajo y nuevas relaciones
intergeneracionales y de trabajo. Es el profesional que se retira
dando lugar a los jóvenes y les aporta su experiencia (el
espacio de los consul-tores), o el espacio intrapsíquico
para dar cabida a los nietos, complementándo-se las
necesidades de la lógica infantil con la lógica a
la que retorna el presenescente.

Se le preguntó a Sófocles si la edad le
permitía aún disfrutar de los placeres  del
amor, y Sófocles respondió, "[…] has de saber que
todos los días hallo nuevos encantos en la
conversación a medida que los placeres del cuerpo
disminuyen y me abandonan […]". (diálogos entre
Céfalo y Sócrates.
Platón,
República l) citado por M. Strejilevich. 1970.
p.223). He aquí la excelencia de una compensación,
la excelencia de la comunicación humana. 

b) El trabajo ligado a un sentimiento de injusticia y
vinculado al ejercicio de un poder despótico.

Mientras la inserción laboral se mantiene, la ligadura
psíquica se expresa bajo la forma de protesta permanente,
anhelando un paraíso no laborable. Se trabaja por
coerción, como obligación de conectarse con el
mundo. Coartado el trabajo, la voluntad de poder deviene en un
camino inverso. Puede conservarse en la pul-sión de
apoderamiento o hacer una degradación mayor hacia el
proceso
orgánico. La violencia no descargada vuelve sobre
sí.

Cuando el trabajo no puede usarse como poder sobre otro,
porque es coartado por el medio o por el odio al trabajo; la
imposibilidad de ligar la pulsión deviene en
degradación y retorno al sadomasoquismo
intrasomático, y determinante capital en el
envejecimiento. Freud, (1924c), dice que "[…] Si se me
consiente alguna imprecisión, puede decirse que la
pulsión de muerte actuante en el interior del organismo
-el sadismo primordial- es idéntica al masoquismo […]".
(S.E.19. p.164). Cuando el sadomasoquismo es
intracorporal, surgen los diferentes caminos del enfermar,
originados en la menor ligadura posible de la pulsión de
muerte. Esta ligadura implica un desprendimiento cada vez mayor
del cuerpo, para dirigirse a productos cada
vez más sublimados y transformarse en la voluntad de
poder, como expresión más benévola. Cuando
falta la ligadura, estamos en la antesala del desencadenamiento
psicosomático. Una depresión
convencional pre-existente, puede adquirir un carácter orgánico, porque ligada a
la claudicación de una fuente pulsional, conduce a la
ruptura de un equilibrio
químico.

La mayor o menor capacidad para el procesamiento de la
pulsión, se vincula con los distintos elementos que
participan en el envejecer personal
(filogenia, familia, herencia
y factores individuales).

Dentro de los factores individuales interesa la forma  de
tramitar los traumas.

Freud, (1892), en su artículo  "Extractos de las
notas de Freud a su traducción de Charcot", dice que en los
padecimientos de la  glándula tiroides los
traumas psíquicos desempeñan un gran papel
en el desarrollo de
la afección. En las "Conferencias…", (1916-17
[1915-17]), refiriéndose a la enfermedad de Basedow, dice
que la intoxicación por la influencia crónica de
materias extrañas, puede constituirse en factor
traumático por acumulación, y continuarse
con un retorno al masoquismo elemental. En resumen: el
procesamiento pulsional, es el que dará o no, la
posibilidad de apertura para seguir teniendo proyectos; para
insertarse en ellos, en un ámbito laboral convencional,
cuando los espacios habituales claudican.

B. Modificaciones del dormir.

Consideraciones generales.

-Freud sostiene el carácter pulsional del
dormir,(1900a,1920g,1940a). -El dormir no se liga a reponer
energías, sino a crear las condiciones necesarias para
la desintoxicación. ¿Qué significa
ésto?

Durante la actividad diurna, se van generando desajustes con
acumulación de toxinas. Son momentos microtóxicos
acompañados de sentimiento de inermidad y violencia del
yo. Este padece porque las toxinas no pueden ni descargarse ni
ser procesadas. La realidad exterior siempre cambiante, es causa
del progresivo desajuste de los relojes internos durante el
día.

Trastornos del dormir aparecen normalmente con el surgimiento
de la pulsión genital. Freud, (1905d), se refiere a que
hay una "intoxicación normal", alrededor de los
ocho años y que luego con la complejización del
psiquismo, se va tramitando. Pero hasta entonces hay algo del
orden de la acumulación. Son procesos
universales que pueden tramitarse pero siempre hay un resto que
jamás lo fué.

-El reloj biológico o reloj interno. Es un concepto
metafórico, descriptivo y evocador de aquello que tiene
que ver con la sincronización de ritmos intra-corporales,
encontrando la homeorrhesis, y neutralizando el stress.
Waddington. C.H., (1957).

-Podemos definir el dormir como: un estado producido por el
surgimiento al na-cer, de una pulsión de dormir. De
carácter filogenético, cotidiano y alternante.
Semejante al regreso a la vida intrauterina, busca desmintiendo
la realidad, la ausencia de estímulos. Se desarolla en
tales circunstancias,  una retracción de la
erogeneidad hacia los órganos, periódica necesaria
y no contingente. La re-gresión del yo con el ello se
produce por disminución de la inhibición yoica de
las pulsiones. Entonces el dormir, es el proceso eficaz que
permite crear las condiciones necesarias para restablecer el
mecanismo de alteración interna, anterior a la acción
específica. Tiene por objetivo,
restablecer los ritmos intracorporales, al neutralizar las
toxinas producidas por las relaciones intercelulares que afectan
al equilibrio del sistema
inmunitario. Hay una concentración en las legalidades del
único mundo disponible. No hay un equilibrio dado por una
legalidad propia que responda al desequilibrio del etímulo
mundano, sino que necesita retraerse para recuperarlo.

-Alteraciones climatéricas del dormir.

La fisiología, la clínica y
gerontología, más las descripciones subjetivas de
pacientes, señalan una lenta disminución de la
cantidad de horas de dormir a medida que avanza la edad. Puede
mantenerse la duración a expensas de la profundidad.
Intentaré justificar estos síntomas desde la
teoría
psicoanalítica

 Metapsicología. En el climaterio,
hay una cierta fractura en el poder de la pulsión genital
de subsumir a las demás. La pulsión parcial, va
cobrando autonomía y eficacia. Al no
ser suficientemente procesada se convierte en intrusiva e
intoxicante. Puede expresarse como un fragmento psicótico,
por ejemplo un fragmento anal primario, como en la psicosis de
Schreber.

Las pulsiones parciales, debilmente sintetizadas, quedan
prestas a recobrar autonomía por razones
económicas. La pulsión parcial autónoma,
adquiere carácter tóxico y puede aparecer
proyectada en la exterioridad, volviendo como objeto amenazante.
Ante éste el yo se encuentra inerme y para defenderse debe
permanecer despierto, con violencia muda e impotente.

Puede devenir en vínculo pasional (con hijos, yernos,
nueras o socios), que "quitan el sueño".

La pulsión es activa para el psiquismo y este es
pasivo. Emerge del desvalimiento gracias a una actividad respecto
del mundo, mediante una actividad perceptiva en la que participa
un segmento motriz, (1950a [1887-1902]). Así estamos en
presencia del insomnio.

Freud, (1937c) dice que en la mujer cerca de la menopausia, y
en el hombre desde mi punto de vista también, el
domeñamiento de las pulsiones fracasa, y se llega a
refuerzos pulsionales en virtud de "[…] influjos colaterales
recíprocos de las pulsiones, y que es incontrastable el
poder del factor  cuantitativo en la
causación de la enfermedad […]". (S.E. 23,
p.228).

Debo destacar,una natural, normal y sana disminución
del dormir ligada a una menor necesidad de reajustar los
"relojes biológicos" porque  hay mejores
transacciones en la triple servidumbre del yo, (Superyo, Ello y
realidad).

Esto último se desprende de lo dicho en 
"Más allá…",(op.cit.), donde recuerda  que
en  épocas de mayor madurez, el imperio del principo
del placer está mucho más asegurado.

Asimismo, el  dormir puede  ligarse a la muerte.
Freud, (1928b), decía que Dostojevsky solía dejar
notitas diciendo que temía dormirse de noche y caer en un
estado de muerte aparente.  También se refiere al
tema en la carta 58, a Fliess del 8 de Febrero de 1897. Al
penetrar en los niveles profundos del dormir, se pierde el
sentimiento de individualidad y con ello el yo tiene
sensación de peligro, el que es experimentado como
anticipación de la muerte. "[…] Sin embargo Eros, 
permite el estado de
reposo, transformando el impulso de reposo en deseo placentero de
dormir, y ofrece como premio, el retorno al vientre materno,
[…]". L. G. Alvarez de Toledo, (1951, p.153). Con el insomnio
queda interferido el proceso normal de desintoxicación que
produce el dormir. La intoxicación devenida, crea
tensión vital pero a través de un síntoma,
sustituyendo la vitalidad de los procesos pulsionales por
estímulos dolorosos tensionantes que vienen del mundo.
Tensión que es una manera de defenderse del principio de
inercia.

C. La modificación subjetiva del pasaje del tiempo.

Expresiones tales como ¡que rápido que
pasó el tiempo!, ¡va quedando cada vez menos!,
¡como creciste!, ¡soy el próximo en la fila!,
son comunes en la cincuentena. En la presenesencia, la
perspectiva del tiempo comienza a ser tomada más en
función de lo que falta por vivir, que el que ha
transcurrido desde el nacimiento. Surge la conciencia de la
finitud, marcada por el crecimiento de los hijos y la muerte de
los padres.

¿Porque la sensación subjetiva de que el tiempo
de vida pasa más rápido? y contrariamente el tiempo
cotidiano parece lento con sentimientos de aceleración e
impaciencia. En este apartado intentaré dar respuesta
metapsicológica a estos interrogantes.

-Generalidades acerca de laconstitución
intrapsíquica del tiempo.

El tema de la temporalidad tuvo múltiples alusiones en
Freud. La relación entre filo y ontogenia, la
teoría de la fijación pulsional, la
regresión pulsional y del yo, la vinculación entre
repetición y recuerdo, la temporalidad inferida en la
construcción, las fases de la evolución libidinal, la
estratificación sucesiva de las huellas mnémicas,
la articulación en la fantasía entre pasado,
presente y futuro, Maldavsky (1991c).

-Algunas citas Freudianas referidas al tiempo: 1) Carta del 6
de Diciembre de 1896 a Fliess; donde le habla de la
estratificación de los rastros mnémicos, que
experimentan un reordenamiento como una forma de
transcripción. 2) La articulación de la huellas
mnémicas por simultaneidad (pasividad y actividad),
analogía y causalidad, (1900a). El criterio de
simultaneidad implica, no solo un enlace de huellas
mnémicas, sino una forma de tramitar la necesidad urgente
de descarga pulsional. 3) En "La transitoriedad" dice que el
"[…] El valor de la transitoriedad es el de la escasez en el
tiempo […]", (1916a). (S.E., 14. p.305-6). 4)
En  "El Yo y el ello", (1923b), asumía que 
Eros, por oposición a la pulsión de muerte tiene
por fin complicar la vida. 5) En "Nota sobre la pizarra
mágica", (1925a), supone que el funcionamiento
discontinuo de la percepción
constituye la base de la idea del tiempo.

La discontinuidad es fundamental en la
producción anímica del tiempo, y deviene del
movimiento  pulsional de investidura
periódica y la desinvestidura posterior. Con la
investidura surge la conciencia, Freud, (1895) y la conciencia
desaparece, cuando la investidura se interrumpe.
Dinámicamente, entonces, el flujo, y reflujo libidinal,
que genera la discontinuidad, necesita de dos lugares diferentes
como requisito. A su vez este movimiento, es resultado de la
tensión devenida de la relaciones intercelulares. En fin
que la complejización estructural preserva a la célula
de la muerte tóxica (1920g) en sus propias de-yecciones, y
conlleva la complejidad, que deriva en tensión, que deriva
en flujo, que deriva en ciclo, que marca el tiempo.
Es comandado por Eros en oposi-ción a la monotonía
que manda Tanatos. Cuando aumenta la cantidad del flujo, el ritmo
se acelera y con ello dejan de marcarse las diferencias de
tiempo, hay es-tancamiento, intoxicación, falta de
ligadura psíquica y descarga.

La sexualidad
aspira a la reunión de lo diferente y con ello  se
desprende de lo tóxico.

Por su lado las zonas erógenas, implican una
proyección de las tensiones endosomáticas en la
periferia, y a través de ellas se eliminan y reciben
incita-ciones del mundo. Cada zona erógena aporta
incitaciones diversas, singulares a cada erotismo, es fuente de
exitación y puerta de salida hacia la percepción.
Como tal tiene su amplitud, su frecuencia, con ritmos y
discontinuidadse en la conciencia. La fijación a
una zona erógena, conlleva el estancamiento libidinal y la
clausura hacia la exterioridad y los nuevos proyectos. Así
una nueva fuente constitutiva de la temporalidad y la
discontinuidad desde las zonas erógenas se ocluye, se fija
y condiciona a la repetición. Así se articula
repetición con zona erógena.

En la conciencia hay un doble registro, el
pulsional como afecto; y el registro mundano como
impresión sensorial. En la constitución intrapsíquica del
tiempo, es importante no sólo la captación de las
diferencias que proponen los tres espacios, sino la
velocidad. La velocidad y
sus diferencias genera el pasaje de la lógica de la
simultaneidad, a la analogía donde impera la palabra, y
con lo cual cada erogeneidad tiene su especificidad. La velocidad
incluye el concepto de duración que es producida por la
complejización de distintas velocidades (afectivas y
sensoriales), y la velocidad sensorial se significa desde la
afec-tiva.La duración mundana, es la proyección
del tramo temporal de un ciclo pulsional. Estas reflexiones
servirán para desarrollar los planteos iniciales.

Hipótesis acerca de la modificación
subjetiva del tiempo en la sexta década de la
vida.

-Sustentación en algunos textos Freudianos. En "El Yo y
el ello", (1923b), dice que pulsión de destrucción
es sincronizada según detreminadas reglas, a los fines de
la descarga, al servicio de
Eros y que la exigencia del mismo  detiene la caída
del nivel.

En "Tres ensayos…",(1905d), se refiere al tironeo
rítmico del lóbulo de la oreja, o el mamar
rítmico; y que para la producción de una
sensación  placentera importa la cualidad del
estímulo, particularidad en la que está contenido
el factorsexual.

En "Más allá…",(1920g), recuerda que la serie
placer displacer apunta al cambio de
magnitudes de investidura dentro de la mitad de tiempo.

En "El problema económico del masoquismo", (1924c),
sostiene que el placer y displacer no pueden ser referidos al
aumento o disminución de una cantidad, y propone la
posibilidad de que quizá sea el ritmo, el ciclo temporal
de las alteraciones.

En la quinta década de la vida podemos pensar entonces
que las modificaciones subjetivas del tiempo pueden deberse entre
otras a las siguientes causas:

a) La caída de la energía de reservas, es
autopercibida y proyectada en el tiem-po vital, y en consecuencia
hay "menos tiempo por delante para vivir". Proyecta-da en el
tiempo cotidiano surge el sentimiento de la falta de tiempo
diario.

b) La disminución de Eros, conlleva la menor
capacidad de ligar la pulsión, Tanatos cobra preeminencia
con aceleración de la descarga inmediata. La urgencia de
descarga proyectada en el tiempo genera la sensación de
que "el tiempo pasa más rápido", y en el tiempo
diario surge la sensación de que "se me voló el
día" c) La caída de la pulsión
genital, se liga a la caída del placer que se articula con
los ritmos, Freud, (1905d). La aceleración de los ritmos,
produce el acorta-miento de los ciclos, y la disminución
del espacio temporal entre éstos, proyectado en el tiempo
potencia el
sentimiento de que el "tiempo pasa más rápido". La
aceleración se vincula con la menor posibilidad de
sostener una erogeneidad sin descarga.

d) La autopercepción de la aceleración,
crea la sensación relativa de que las cosas pasan
más lentamente en relación al tiempo propio, con
sentimientos de impaciencia.

e) Con la caída de Eros, y la menor capacidad de
ligar la pulsión, ésta se acu-mula y hay
intoxicación la cual  estimula la descarga, que
potencia la ya producida por la pérdida del ritmo.

f) Las pulsiones sexuales son las que menos urgencia
tienen para descargarse, ésta falta de urgencia es la
mejor resistencia a la
pulsión de muerte. La pulsión de
autoconservación, tiene urgencia de descarga y esto
determina la menor resistencia a la pulsión de de muerte,
Cukier, (1993a).

D.Elproblema de la pasión. Generalidades.

Desde el punto de vista descriptivo, la pasión se
caracteriza por la intensidad afectiva, (habitualmente un sentir
masoquista)  una fuerte dependencia de otro (un objeto, una
actividad, una circunstancia o un resultado), acompañado
de gran actividad. Teóricamente la constelación
pasional está constituída por un deseo,
acompañado de afectos del tipo de los celos, terror,
humillación de los cuales el yo intenta sustraerse
mediante una conjunción de actos. La trama sobre la que se
sustenta el entretejido de la pasión se constituye por:
las erogeneidades en juego, las
defensas predominantes, la hipertrofia del afecto y la
tramitación de éste en una intensa actividad. El
afecto, constituye la parte del sostén identificatorio,
como cuando alguien afirma  de sí, "soy un apasionado
de", Maldavsky, (1991a.b. 1992).

En "Dostojevski y el parricidio", (1928b), Freud dice que
"[…] de acuerdo con la relación de fuerzas entre las
exigencias pulsionales y las inhibiciones que las contrarrestan
(más las vías de sublimación disponibles)
habría que clasificar a Dostojevski como uno de esos
caracteres llamados "apasionados" […]". (S.E. 21.
p.179). La pasión se acompaña regularmente de una
desmentida del juicio que tiende a disminuir el prestigio y valor
del objeto de la pasión, previamente investido como ideal.
Sucede algo semejante al enamoramiento, tiene eficacia en lo
anímico, promueve perversiones y cancela represiones.
Brevemente se pueden caracterizar las múltiples formas de
pasión tomando en cuenta:

a. La consumación o no de la meta sexual de
modo directo
.

Se puede singularizar por el esfuerzo de consumación o
por el contrario la renuncia. La pasión puede liberarse en
relación con el objeto, pero no necesariamente en
contacto con su cuerpo.

b. El tipo de pulsión parcial que se tramita.
Por nombrar solo algunos ejemplos voy a nombrar: la
fijación pre-oral intrasomática, que deviene en
la pasión numérica especuladora remanente de
carácter regresivo ante la imposibilidad de sostener
vínculos humanos. La fijación oral
primaria  deviene en la pasión cognitiva por
develar incógnitas abstractas. La fijación oral
secundaria se expresa como la pasión amorosa de
consustanciación con el objeto. En la anal primaria
se manifiesta como la pasión justiciera vindicatoria. En
éstas pasiones, la debilidad de la ensabladura
psíquica, es fácilmente arruinada, porque no se
tolera el displacer como forma de ser. Naturalmente, en la
clínica  las formas son mixtas, cambiantes y de
articulación variable.

c. La magnitud del sentir. Puede ser: mesurada
(con un vínculo de ternura intenso), media
(pasional, con desborde), intenso (con abolición de
la mesura, de los matices y con signos de
intoxicación).

d.Desde el punto de vista vincular, el apasionado
promueve que los otros se distribuyan en torno de la
desmentida y el esfuerzo por sostener la idealización del
objeto, rechazando aquello que pueda denunciar alguna
diferencia  entre el objeto de la pasión y el ideal.
Esta promoción de ciertas posiciones para el
otro, corresponde al criterio de Freud de "Psicología de las
masas…", 1921c, (modelo,
objeto, auxiliar, enemigo), con una regresión del yo y el
privilegio de la afectividad sobre el pensar.

e. Según el tipo libidinal previo. Puede ser:
erótico, compulsivo y narcisista, Freud, (1931a).

La sobreinvestidura de uno de los fragmentos, implica
coordinar las tres servidumbres del yo con el predominio de una
de ellas. Al claudicar la defensa, se reordenan las relaciones
entre servidumbres, y el resultado depende de una nueva
redistribución global o de acentuar un fragmento.

Singularidades de la pasión en el climaterio
masculino.

En el climaterio la caída de la energía
pulsional se disfraza como pasión. La captación de
una menor vitalidad, intenta ser restituída con una
revitalización espuria. Hay una proyección
ilusoria, con la creencia de que la energía de reserva la
tiene otro y que se recibe de éste. La hipertrofia del
sentir pretende encubrir el agotamiento de Eros. Suele mostrase
con una fachada inversa, y desde ahí refutar el
agotamiento o aún promoverlo, pretendiendo en apariencia
restablecer el circuito energético, cuando en verdad se
está drenando, con la salvedad de las pasiones ligadas a
la sublimación (como la pasión creadora). Esta,
aún teniendo un componente intenso y hasta violento,
cuenta con el acuerdo de un Superyó desexualizado, lo cual
es una diferencia con el intento de realimentación a
través del vínculo inmediato con otra persona. La
pasión creadora implica mayor autonomía
intrapsíquica  y menor dependencia de la vitalidad
ajena, con diferentes posibilidades de procesamiento y
destino.

Igualmente puede ser vitalizante el vínculo con
personas más jóvenes (es el ca-so de los
educadores), aunque lo fundamental es el vínculo tierno
que continúa luego que la pasión se extingue en una
relación de tenura mutua recíproca.

Dos tipos de alternativas posibles brinda la pasión:
En un contexto sublimatorio y  pasión sin
sublimación.

El  primero, es un camino que la
desvitalización elige para revitalizarse en un
vínculo tierno con el otro. Cuando hay interlocutores
interiores, el vínculo pa-sional se da en torno a un
producto que
se va plasmando. En cambio en el vínculo pasional
inmediato, hay deseo de "pigmalionizar" al otro, como complemento
de uno, lo cual es imposible en la realidad. Pueden darse
coincidencias más o menos felices, o bien por
sumisión de alguno de los miembros. En la
sublimación, no hay forzamiento del otro, se puede ir
promoviendo y modelando el objeto sobre el cual se opera, si es
que éste se dispone para ello. Esta sublimación no
implica siempre producción intelectual, artística o
laboral. Pueden ser otras diferentes y menores como por ejemplo
los hobbies, de aparición muy común el quinta
década de la vida.

En los vínculos interindividuales familiares, es
observable las pasiones con los hijos, los nietos, las nueras, o
los yernos (a veces disfrazados de peleas). 

¿Qué sucede cuando la pasión sin
sublimación claudica?

¿Cuando el Superyó no reconoce al yo a pesar de
la sumisión de éste y le exige mayor goce?,
¿Cuando ya no es posible tramitar una voluptuosidad
desenfrenada? Puede tener diversas derivaciones 
(según el punto de fijación). A manera de ejemplo
puedo señalar que en la fijación pre-oral
intrasomática, puede devenir en una
manifestación psicosomática o en accidente.
Sería el caso bastante frecuente del señor que en
la cincuentena  busca energizarse en el vínculo con
una joven y cuando la pasión cede, surge la
patología psicosomática.

Si la fijación es oral primaria, puede
desembocar  en adicciones o en
las pasiones místicas (de religiones
exóticas) que al fracasar derivan en el alcoholismo o
en la drogadicción. Surge el proceso
tóxico cuando claudica la posibilidad de ligar la
pulsión con algo en el mundo.

El afecto hiperintenso no alcanza para satisfacer; en lugar de
cancelar la urgencia pulsional, promueve una mayor exigencia de
trabajo y mayor tensión.

Mientras la pasión subsiste, hay un matiz afectivo y
conciente, cuando se intensifica surge la intoxicación sin
cualidad, hasta el estallido  catártico. Este puede
intercalarse con la pasión, y así alternarse
pasión, intoxicación y descarga. En la
intoxicación, se interfiere la capacidad de producir por
proyección, un espacio sensorial sobre el cual
podría recaer la investidura pulsional. Al no constituirse
el universo
sensorial, surge un conglomerado sin proyectos alternativos. Un
estado de embotamiento en que ya ni el objeto de la pasión
es suficiente para satisfacer y ligar las exigencias libidinales.
Entonces la desestimación sustituye a la desmentida.
Surgen los celos delirantes, los amores tempestuosos como
esfuerzo para sustraerse del riesgo de
intoxicación libidinal. Puede seguirse de una
manifestación orgánica, con un vínculo
esclavizante con otra persona, aparentemente violenta y posesiva.
Esta persona es alimentada por proyección del sujeto
apasionado.

Lo que en verdad sucede es que la pulsión proyectada,
queda representada por un objeto. Este retorna como alguien del
mundo que impone la sumisión del apasionado. Se dan
entonces vínculos interindividuales con pasión y
estados tóxicos que se alternan.

Cuando queda estancamiento con restos  de la
pulsión no ligada ni descargada, el Yo, pasivo ante la
pulsión, padece afectos automáticos y no desarrolla
matices. No hay proyección, ni objeto ni circunstancia que
resulten investidas. En éste caso un fragmento del propio
cuerpo siempre presente, se presta para la afección
somática.

E. Creatividad y
rasgos de carácter.

En la tercera posibilidad de organización que describe Freud, (1940a),
agrega que las investiduras libidinales "[…]  experimentan
una aplicación diversa dentro del yo, forman rasgos de
carácter, padecen sublimaciones con desplazamiento de
meta […]". (my italics). (S.E, 23. p.155).
Así nos encontramos en el capítulo vinculado con la
aparición de los hobbies, o de otros intereses que fueron
desarrollados anteriormente durante la vida, y que van cobrando
valor diferente según el punto de fijación de que
se trate. La sublimación debe discriminarse de la
creatividad. Esta no presupone la sublimación pero la
sublimación presupone creatividad. A esta Freud la llama
actos puramente internos porque implican procesos de
autoconstrucción, diferentes del percibir y el 
vivenciar. Pueden posteriormente quedar incorporados al
superyó con carácter de amparo y como
intensificador para ligar las exigencias pulsionales. Amparo que
como dice Platón,
citando a Píndaro es una "dulce esperanza que le sirve de
nodriza en la vejez". (El
Estado o La
República. Libro l.
Citado por M. Streji-levich. 1970. p.223). Amparo que permite la
adquisición del humor como transfor-mación del
narcisismo, reconociendo y aceptando su finitud. El humor se
alcanza cuando el acento psíquico del yo, es transferido
al superyo, Freud, (1927d). La sublimación puede dejar al
yo, expuesto a la pulsión de muerte sin ligar; la
creatividad no tiene ese riesgo, da por resultado productos que
denotan un buen enlace con el ambiente y una
elaboración de las tres servidumbres del yo, con
complejización creciente del psiquismo y generando
neoformaciones.

En cuanto a los rasgos de carácter, solo diré
que los conflictos con
la propia erogeneidad y con un superyó sádico
pueden culminar en una creciente caractero-patización.
Decía Freud, que se suele atribuir a los seres 
deformes o contrahechos, un sentimiento de envidia por la
diferencia irreversible con los demás. La
captación de una diferencia insoportable, que comienza a
insinuarse en éste período, imposible de
neutralizar por la desmentida, puede devenir en rasgos
conflictivos de caracter e identificación con objetos
decepsionantes. "A esta altura de mi vida, soy así y que
me aguanten", expresiónhabitualque pretende evitar el
desarrollo del sentimiento de envidia nivelando por lo bajo. El
rasgo de carácter patológico se vuelve
hegemónico y para sostenerse se puede apelar a
algún tipo de poder económico, político o
cognitivo que permite imponer el criterio. Se instala la lucha
por el poder y la herencia con los más jovenes. "Con
respecto a esas quejas de los viejos y de sus pesares
domésticos, no es la vejez […] sino en el
carácter de los viejos en donde hay que buscar la causa.
Con costumbres apacibles y tranquilas encuentra uno soportable la
vejez. Con un carácter opuesto, la vejez y la juventud son
igualmente difíciles."(citado por M. Strejilevich. op.
cit).

F. Sentimiento de sí y de inferioridad.

Freud, (1917e), dice que "[…] la melancolía se
singulariza […] por […] una rebaja en el sentimiento de
sí […] desagrado moral con el
propio yo por encima de otras tachas; quebranto físico,
fealdad, debilidad, inferioridad social (son) apreciación
que el enfermo hace de sí mismo […]". (S.E,
4. p.247).

El sentimiento de inferioridad es la inversa del sentimiento
de si; como respuesta a la inermidad yoica que produce la herida
narcisista. Deviene de la captación de la pérdida
de recursos internos y el fracaso de las conductas
sobrecompensatorias para desmentir la caida (como por ejemplo
la  sobrecarga laboral, deportiva, status, recompensas,
honores). Estas son un intento de restituir imaginariamente, una
imagen de si
identificada con el ideal para salvaguardar la autoestima. El
ideal del yo, promueve en el yo sentimientos displacenteros 
(de inferioridad), en cuanto que está ubicado como
negativo del yo ideal. No hay posiblidades intermedias. Para ello
es necesario un funciona-miento esquizoide (lógica de las
posiciones y la parte por el todo). La misma crea un estado de
tensión narcisista, que opera como señal ante el
peligro de colapso. La búsqueda de recursos externos al
sujeto, para sostener una imagen inferior dominante, sustituye lo
que debe generarse internamente. En conse-cuencia la
posición es de un equilibrio precario y de dependencia
extrema. Este es el momento en que, ambición mediante y
para neutralizar el sentimiento de inermidad, pueden cambiarse
las metas por otras con las alternativas siguientes: l) abandono
de  una meta genuina previa por una genuina actual; 2) 
abandono de una meta genuina previa por una no genuina actual; 3)
abandono de una meta no genuina previa por una no genuina actual;
4) abandono de una meta no genuina previa por una genuina; 5)
formas mixtas.

Pueden despertarse también capacidades postergadas y
esta posibilidad plantear la alternativa entre lo que es y no es
genuino. Al perder la pulsión genital su hegemonía,
las pulsiones parciales recobran autonomía, que al ser
tramitadas devienen en ideales que motorizan las disposiciones
postergadas.

Puede ser que no haya replanteo, o que el mismo quede solo
como tal. La autoestima se mantiene en proporciones variadas
desde el interior o desde el mundo. Pero el entusiasmo, proviene
solo de lo interno y de cuanto hay de creativo o de
identificatorio en el acto de trabajar. En el extremo
patológico, surgen las adicciones como estimulantes
engañosos y los tratamientos para "rejuvenecer". "[…]
Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido […] nuestra libido
queda de nuevo libre para si, todavía somos jóvenes
y capaces de vida, sustituimos los objetos perdidos por otros
nuevos […]". Freud, (1916a), a los 60 años de edad.
(S.E. 14. p.307). Jóvenes, se refiere Freud
a la actividad mental creativa. La creatividad deviene de la
serenidad y la capacidad para ver la belleza presente y futura; y
que necesita ser constantemente reconquistada en la incesante
lucha por la vida. 

G. Una hipótesis
psicosomática acerca de las causas agudas  de muerte
en los hombres en la quinta década de la vida.

Introducción.

En éste apartado voy a  desarrollar el tema
siguiente; la vinculación entre las altas tasas de 
muerte aguda en la cincuentena y el climaterio masculino.

Según las estadísticas de "Las Condiciones de
salud en las
Américas", OMS., (1990) es la edad más castigada en
cuanto a muerte por enfermedad aguda. La esperanza de vida en las
mujeres se acerca a los 70 años y la de los hombres a los
65 años. En el grupo de 45 a
54 años, la mortalidad por enfermedad isquémica del
corazón
y en particular el infarto agudo
de miocardio es responsable de la mayoría de las muertes
agudas. El 68 % de la sobremortalidad temprana, se concentra en
los grupos de 40 a 64
años, que suman un tercio de la población total. En ésta etapa se
hace evidente  la claudicación para procesar
toxinas extrañas al cuerpo, pero generadas por su propio
metabolismo.",Freud, (1916-17 [1915-17]).
Hay modificaciones psicobiológicas que en general
son desmentidas debido a los prejuicios culturales, y potenciados
por el narcisismo individual. Estas modificaciones se constituyen
en terreno disposicional, para que, los factores contextuales,
actúen con eficacia desencadenando las muertes agudas en
la década de la cincuentena.

Metapsicología.

Uno de los caminos  a trabajar en la
metapsicología del climaterio masculino, se relaciona con
las transformaciones en el ello, que es el sustrato mismo de lo
que sucede en el psiquismo. El sujeto es regido por el destino de
su libido, y el envejecer afecta la aptitud para usufructuar su
traducción psíquica. La modificación
pulsional está ligada a cambios en las  fuentes,
Freud, (1915c), unida a cambios químicos, que junto con
las tramitaciones orgánicas y de vínculo con el
medio, van dejando marca.

Heinz Kohut, (1969, T. XXVl, N2, p.398.), nos dice que; 
"[…] el control final del
jinete sobre su montura, quizás haya contado con la ayuda
decisiva de que también el caballo ha envejecido […], en
lo relativo a los poderes supremos de la naturaleza, todos somos
'jinetes domingueros',[…]".  Se refiere a lo dicho por
Freud, (1923b), donde el compara al Yo en su relación con
el Ello como al jinete que rije y refrena la fuerza de su
cabalgadura superior a la suya, y que, al igual que  el
jinete, se ve obligado alguna vez a dejarse conducir a donde su
cabalgadura quiere.

Hay dos tipos de cambio en las fuentes pulsionales:

I. Causas preparadas filogenéticamente.

I.a.Causas de la especie

Freud, (1905d) sostiene (refiriéndose a los
factores  temporales) que "[…] la génesis de
ésta propiedad
humana habría que buscarla en la historia primordial de la
especie […]", y agrega que "[…] La secuencia en que son
activadas las diversas mociones pulsionales […] parece
filogenéticamente establecidas […]. Ni siquiera podemos
indicar la procedencia de esas complicaciones temporales de los
procesos de desarrollo […]".(S.E.7. p. 241).

La pulsión genital deja de tener hegemonía.
Suele sufrir una caída que no afecta la posibilidad de
crear, ésta se mantiene y aún puede ser convocada.
Otras pueden tomar importancia (por ejemplo la
ambición). 

I.b. Factores hereditarios. En estos factores tiene
influencia la herencia familiar (no de la especie). Por ejemplo
la disposición singular para los problemas
cardiovasculares, la hipertensión arterial o la
arterioesclerosis, y algunos menores como la dentadura y la
calvicie, entre otros. En cuanto a la herencia cultural, o
"razón de la humanidad", Freud, (1918b), queda el
interrogante si en ésta no participa la eficacia del
instinto, es decir de una predeterminación
congénita.

II. Causas vinculadas con el contexto. 

II.a. Aspectos generales. Para éstas causas voy
a citar una defensa escasamente desarrollada por Freud.

Me refiero a la defensa inmunitaria. Alude a la misma en las
"Conferencias…. (1916-17), y dice que por su propiedad de
influir sobre todos los sistemas de
órgano y todas las funciones, las
neurosis actuales
testimonian una inequívoca semejanza con los estados
patógenos generados por la influencia crónica de
materias tóxicas extrañas y por el brusco retiro de
ellas.

Esto significa que, con el correr de los años
("influencia crónica y brusco retiro"), se intensifica una
falencia de lo que actualmente llamamos sistema inmunitario.
Defectos en éste para destruir fragmentos tóxicos
generados por el propio organismo.

Refiriéndose a la enfermedad de Basedow Freud
señala que en ésta, la acción es debida a
materias tóxicas, pero no a unas toxinas que se
introducirían en el cuerpo como agentes extraños,
sino que son engendrados por su propio metabolismo Freud
sostiene que en la enfermedad de Basedow, a diferencia de las
neurosis actuales, hay exceso de toxinas químicas no
sexuales. Posiblemente éstas, estarían ligadas a
los trastornos inmunitarios y de autoconservación.

En "Más allá del principio del placer", (1920g),
sostiene que tenemos que aceptar que todo lo viviente, muere por
fundamentos internos. Los productos del propio metabolismo poseen
éste efecto conducente a la muerte y el organismo sucumbe
por muerte natural. Esta es producida por insuficiente
alejamiento de los productos de su propio metabolismo. 

En el artículo "Sobre psicoterapia",
(1905a [1904]), dice que las personas que se acercan a la
cincuentena, o la sobrepasan suelen carecer de la
plasticidad de los procesos anímicos, y por otra
parte también, porque el material que debería
reelaborarse, prolongaría indefinidamente el tratamiento.
Este concepto es el que se conoce como perelaboración, que
implica un cambio de significación, y no
sólo movilización de cargas. Pero éste
concepto que podríamos llamar de acumulación de
material que confiere  poca plasticidad, como si se
esclerosara, o de viscosidad
libidinal, permite entender que es envejecer. Envejecer se
vincula con la acumulación de material en la línea
de marcas
erógenas dificiles de procesar, particulramnete de
cicatrices originadas en heridas narcisistas

Freud, (1920g), sostiene que la pérdida del amor y el
fracaso dejan como secuela una cicatriz narcisista, que es el
más poderoso aporte al frecuentemente "senti-miento de
inferioridad". Las pulsiones de autoconservación, imponen
el camino de ir obedeciendo de una manera particular, a la
tendencia al retorno a lo inorgán-ico. El camino de este
retorno, es el camino de lo tóxico, por la imperfecta
eliminación de las sustancias nocivas que se
acentúa con el tiempo.  De todas maneras,
éstas discusiones sobre los mecanismos de envejecimiento,
son los conceptos actualmente disponibles pero no darían
aún "explicación" cierta sobre el
envejecimiento.

II.b. El problema de la éstasis de
autoconservación.

La éstasis de la pulsión  de
autoconservación es resultado de la falta de procesamiento
motriz y psíquico de la misma. El procesamiento motriz
tiene lugar con la acción específica, y el
procesamiento psíquico con el juicio de atribución,
el de existencia o el juicio que diferencia interno de
externo.

Freud, (1926d), establece una relación entre el dolor
orgánico y la éstasis.

A raíz del dolor corporal se genera una investidura
narcisista elevada  del lugar doliente del cuerpo. Esa
investidura aumenta cada vez más y ejerce sobre el yo un
efecto de vaciamiento.

El paso siguiente y extremo, sería la inversión de la autoconservación,
Freud, (1940a), sostiene que hay personas en quienes la
pulsión de autoconservación ha experimentado un
tras-torno (la traducción más acertada
podría ser inversión, (Verkehrung), y parecen no
perseguir otra cosa que dañarse y destruirse a sí
mismos. El dolor, es entendido por Freud en términos
cuantitativos; grandes magnitudes de exitación irrumpen en
el aparato psíquico. Cuando la cantidad, supera la
posibilidad de ligadura, queda abolida la conciencia. Para que
surja vivencia de dolor, la tensión irrumpiente debe ser
soportable. Ciertamente que gritar, implica una tendencia
expulsiva, pero el dolor es anterior, y la libido narcisista se
desprende en un esfuerzo por realizar una contrainvestidura, que
se da automáticamente y conduce a un empobrecimiento
pulsional global.

Freud sustituye el concepto de "descarga interna" por el de
"hemorragia interna" que alude a un estado de pasividad, y de
inermidad del yo real primitivo.

La energía de reserva que se pierde, es energía
del yo destinada a la realización de acciones
específicas.

Las perturbaciones en las pulsiones de autoconservación
derivan de una tentativa de defensa ante una herida
narcisista.

Merced a la hemorragia de autoconservación, la
capacidad desintoxicante y trófi-ca va siendo desgastada
por el dolor.

Freud, (1926d), dice que en la infancia son
característicos el desvalimiento motor y
psíquico. Ante la  situación
traumática, frente a la cual uno está desvalido,
conciden el peligro externo y el interno. Acá se liga
desvalimiento con situación traumática,  sea
que el yo vivencie en un caso un dolor que no cesa, o en otro una
éstasis de necesidad que no puede hallar
satisfacción. La situación económica es, en
ambos, la misma. El desvalimiento motor encuentra su
expresión en el desvalimiento psíquico.

Resumiendo, hay situaciones traumáticas que producen
dolor, que llevan a la és-tasis de
autoconservación. Con ello, y al mermar la posibilidad
desintoxicante, se constituye en otro factor más de
envejecimiento. Envejecimiento entendido como la crescencia de
residuos cada vez más dificiles de procesar, que alteran
 la ecología
intracorporal. Secundariamente la libido sufre alteración
en su tramitación y surge el desvalimiento
psíquico. No hay investimiento de nuevos proyectos,
alternativas para la identificación, el goce en el amor y
en el tra-bajo.

Algunas pocas palabras acerca del dolor psíquico, que
en éste período tiene una peculiaridad. Se expresa
como la disminución del sentimiento de
sí.

El dolor psíquico requiere previamente una investidura
de nostalgia de un objeto que no coincide con el registro
perceptual. Esta ausencia, se constituye como una herida para la
libido narcisista. Hay un aumento de tensión libidinal,
que inviste el lugar del registro de la ausencia, y por cuya
herida se pierde tensión. Se genera una especie de
recogimiento, Freud, (1887, Manuscrito G), de-bido a una
hemorragia interna. Esta pérdida puede predisponer a la
enfermedad psicosomática, por pérdida de
autoconservación con vaciamiento yoico y con ello se
pierde la capacidad de desintoxicación, coadyuvando como
otro factor más de envejecimiento.

II.c. La memoria
inmunitaria.

Esta memoria se
vincula con los procesos económicos interpulsionales.
Permite categorizar, cual de todas las secreciones internas,
tienen que se tomadas como externas al sistema. Implica un
saber, referido a las propias modificaciones intracorporales. Se
vincula a la hipótesis de Freud, (1920g), por la cual el
cuerpo está constituído por células que
tienen afinidad entre sí, sin ser idénticas. Su
relación está basada en la lógica de la
recíproca neutralización de toxinas,
acompañada de la creación de la coraza
antiestímulo que protege de un mundo potencialmente
arrasador. La neutralización de toxinas se realiza por
células que vigilan contra la irrupción de
deyecciones. Estas células, regulan las condiciones
económicas totales para que puedan operar las
pulsiones.

El sistema inmunitario, funciona en la medida que la
representación del propio sistema orgánico  y
su equilibrio se encuentran representados en la memoria.

Se entiende como propio aquello transmitido de una
generación a otra por la procreación, mediante el
plasma germinal y que toma al resto del cuerpo, que es
perecedero, como su instrumento para la reproducción. Costosamente y de manera
lábil, la memoria puede recordar aquello que no sea
familiar. Gracias a la memoria, las células deciden entre
lo que es interior o exterior a ellas. Pueden haber productos de
secreción interna que la célula
debe tomar como exterior a ella, (las toxinas sexuales y no
sexuales), y productos de secreción interna que han de ser
tomados como interiores, (hormonas,
enzimas, ácidos,
jugos).

Así, entonces las toxinas aunque internas, deben
eliminarse como si fueran externas. Sólo hay
percepción y memoria, si se crean diferenciaciones de
función y de estructura en
el sistema nervioso;
por lo cual algunas neuronas, retienen más energía
que otras. La éstasis de libido y de
autoconservación, producida por la ley interna y por
el dolor, opera como un trauma que determina el desalojo de las
huellas mnémicas de lo anímico, y con ello un
carácter repetitivo.

La invasión de cantidad, no permite la
cualificación de las viscicitudes libidi-nales. El
desplazamiento de una representación a otra, sigue
criterios que le son propios y anteriores al acceso a la palabra,
independientes de la diferen-ciación ello-yo o
inconciente-preconciente.

Pueden coexistir representaciones con singularidades propias,
expresión de las complejizaciones diversas. El despliegue
posterior, puede quedar interferido por el trauma,
(éstasis), y la huella entonces queda desinvestida a
merced de la pulsión de muerte en un estado de
desvalimiento, Maldavsky, (1991a.b).

Pensemos éstas especulaciones con un ejemplo
clínico.

Frente a una situación traumática que genera una
descarga endógena productora de hipertensión, la
memoria inmunitaria en condiciones operantes es la encargada de
neutralizar las toxinas en exceso. Esta fracción es
categorizada como externa.

Puede suceder que la cantidad sea tal, que no haya
procesamiento posible, o que, (y acá viene el
envejecimiento por causas tóxicas), por una éstasis
previa, se afecta la memoria inmunitaria y así la
capacidad de neutralizar o inhibir.

Con éstos fundamentos, quiero dejar abierto un
interrogante vinculado al clima-terio masculino.

Sabemos que es una etapa donde comienzan a observarse
signos de intoxicación por causas internas. Coexiste con
una doble servidumbre intergeneracional, la atención a los
padres y a los hijos, que potencia las exigencias de la triple
servidumbre, (Super yo, ello y realidad). Se produce la
conjunción de estímulos dispares frente a los
cuales el yo es pasivo. Las estructuras y
funciones yoicas preexistentes y el déficit para la
desintoxicación adecuada, causada por la ley interna,
favorecen la falencia de la memoria inmunitaria.

Disponen el terreno para la patología
psicosomática, Cukier, (1993c.d.e) H.
Generación intrapsíquica de un espacio para la
muerte.

Anteriormente me referí al tema de la
preocupación que Freud tenía por la muerte  en
la cincuentena, a partir del "Tema de la elección del
cofrecillo", y de "Un trastorno de la memoria…".

En el manuscito de "La escisión del yo…", (1940e
[1938]), que fué terminado el 2 de Enero, y
preguntándose sobre el costo de la
desmentida recurrió a un dicho "[…] como se sabe solo la
muerte es gratis […]", referencia al territorio final de la
vida individual. (S.E. 23. p.276.)

El 22 de Agosto de 1938, en "Conclusiones ideas y problemas",
(1941f [1938])  dice; "[…] Mística, la oscura
percepción de sí del reino que está fuera
del yo, del ello […]". (S.E. 23. p.300). El 16 de
Noviembre de 1938, escribió  "Antisemitismo
en Inglaterra",
(1938c), y cita un dicho en francés; "El ruido es para
el fatuo/la queja es para el tonto/el hombre honesto
engañado/se va sin decir palabra." (S.E.,
23. p.301). Referencia a las posibles alternativas de
despedirse de la vida; engreimiento, rezongo, honesto
silencio.

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