- Relación
psicológica médico paciente - Medicina y ciencias
de la conducta - Psicopatología y
Psiquiatría - Funcionamiento
orgánico y procesos mentales - Enfoque
psicosomático de la medicina - Cerebro y conducta
humana - Entrevista
médica - Relación
médica - Ética y
bioética en salud - La
psicoterapia - La medicina
complementaria - Conclusión
- Bibliografía
La psicología de la salud constituye, en
últimas, el reconocimiento de un hecho cada vez más
evidente: el fenómeno vital humano está en
permanente variación no sólo en función de
factores orgánicos, sino también en función
de factores ambientales y psicosociales; incluso, el papel que
juegan factores como el estilo de vida y el ambiente social en la
determinación de esa variabilidad del proceso
salud-enfermedad, es hoy en día proporcionalmente superior
al de los factores orgánicos. Ello ha llevado a que el
ámbito de la salud se amplíe hacia áreas de
conocimiento que antes eran relativamente ignoradas, como las
ciencias sociales y humanas; ahora no sólo se reconoce su
función y aporte, sino que se le demandan a estas ciencias
soluciones para problemas que escapan al alcance del modelo
biomédico tradicional.
Relación
psicológica médico paciente
El antecedente para este análisis surge de la
epide-miología clásica, donde se reconoce que la
enfermedad como cualquier otro evento que ocurre en la
naturaleza, tiene una historia natural de evolución. Este
esquema propone un período de prepatogénesis, en
términos de prevención primaria es aquello que
ocurre antes de que se den los primeros síntomas de
deterioro de la salud, donde existe un anfitrión humano y
factores medio ambientales que facilitan o potencian el efecto de
estímulos patógenos cotidianos desde antes de
enfermarnos.
Existe un momento, en el cual se da un umbral o punto de
corte donde termina el período de prepatogénesis y
se inicia uno de patogénesis, aquí se comienza a
hablar del desarrollo de la enfermedad, con evolución de
síntomas tipificables. El panorama clínico muestra
una patogénesis temprana, la cual los médicos
insisten en descubrir lo antes posible. El padecimiento puede
evolucionar hasta un extremo, a partir de la interacción
entre el anfitrión humano y los estímulos
patógenos. Después se tiene ya una enfermedad
temprana perceptible, que en dependencia de la
intervención se convierte en enfermedad avanzada, que
puede a su vez desencadenar en estado crónico, incapacidad
o llevar a la muerte, o lo contrario, si hay intervención
adecuada se puede lograr la recuperación en cualquiera de
sus estadios.
A partir de esto, se propone un modelo hipotético
de progreso de cualquier enfermedad y sus derivaciones hacia
determinados temas o aspectos que aborda la Psicología de
la Salud (Conferencia impartida por el profesor J. Grau Abalo, en
la maestría de Psicología de la Salud. Facultad de
Salud Pública, octubre de 1996). Este puede sintetizarse
así:
Salud.
– Conducta saludable. - Modelos
salutogénicos. - Modelos de creencias de
salud. - Factores de riesgo. Estrés. Variables
personales.
Enfermedad asintomática
susceptible de ser detectada. Problemas psicológicos
de los programas de screening.Enfermedad sintomática
aún no diagnosticada.
Búsqueda de ayuda
médica. Atribuciones, estigmas.
Enfermedad manifiesta en el momento del
diagnóstico.
Comunicación del
diagnóstico. Dolencia. Enfermedad. Rol de
enfermo.
Desarrollo de la enfermedad. Influencia
del tratamiento.
Adherencia
terapéutica. Recuperación. Estado
crónico. Adaptación y ajuste a la
enfermedad.
Calidad de vida del enfermo
crónico.
Enfermedad después del
tratamiento. Discapacidad.
Rehabilitación. Muerte. Afrontamiento a la
muerte.
En un primer momento partimos de un hombre sano,
supuestamente saludable y se estudia la forma de favorecer la
conservación de su salud. Puede deducirse que a la
Psicología corresponde un papel decisivo en el
esclarecimiento de los problemas que están más
relacionados con los estilos de vida y en la búsqueda de
medios eficaces para la promoción de salud y la
adopción de conductas preventivas.
En consonancia con esto, se trabaja por estimular las
principales conductas relacionadas con los estilos de vida que
constituyen comportamientos protectores, tales como la
práctica regular de ejercicios físicos, las
prácticas nutricionales adecuadas, la reducción de
consumo de sustancias tóxicas, las prácticas de
seguridad y protección, prácticas adecuadas de
higiene, participación en programas promocionales y
preventivos, aprendizaje de recursos personales para minimizar la
acción del estrés, uso de servicios sanitarios de
la comunidad, entre otros.
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