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Explosión Demográfica



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La población peruana
  3. La fecundidad
  4. La natalidad
  5. La fertilidad
  6. La mortalidad
  7. La migración
  8. Crecimiento de la población

Introducción

Históricamente, la mayor parte de nuestra población creció lentamente debido a las altas tasas de mortalidad que prevalecía durante mucho tiempo. Debido a los avances de la medicina y la difusión generalizada de la salud pública a partir de mediados de este siglo, las tasas de mortalidad comenzaron a declinar significativamente, originando de esta forma un período de explosión demográfica sin precedentes.

El fenómeno de explosión demográfica se inició en la década del cincuenta. Según información censal del INEI, la tasa de crecimiento neto de la población peruana se elevó de 1.7% a inicios de los 50s a 2.0% en 1961, 2.8% en 1972, para luego reducirse paulatinamente a 2.6% en 1981, 2.0% en 1993 y proyectarse a 1.8% hacia el año 2005.

El hecho de que en ciertos periodos la población crezca más aceleradamente que lo normal, origina la existencia de cohortes más numerosos que otros. Cuando esto ocurre, (tal como ocurrió entre los años 1960 y 1980) entonces aproximadamente 20 años más tarde esos grupos estarán presionando por ingresar como oferta al mercado laboral y, evidentemente, lo harán en condiciones de mayor competencia por los puestos de trabajo que la economía genera.

CAPÍTULO I

La población peruana

Con una población de 29 132 013 habitantes según
el Censo de 2009, el Perú es el cuarto país más poblado
de Sudamérica. En base a datos obtenidos del Instituto Nacional de estadística
e informática (INEI). Su densidad poblacional es de 22.5 habitantes por
km². El 52,1% de la población peruana vive en la costa; la sierra andina
alberga el 36,9 % y en el llano amazónico el 11%.La población
urbana asciende al 72,3% y la población rural al 27,7% del total. Las
mayores ciudades se encuentran en la costa, Las ciudades más grandes
del Perú son:

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La población peruana es muy joven. Más del 30% de la población tiene menos de 15 años, el 64% entre 15 y 65 y el 6% más de 65 años. La tasa de crecimiento real es moderada, de un 1,3% anual, pero hay que tener en cuenta que existe un saldo migratorio del -1‰. La tasa de natalidad es muy alta, sobre un 20‰, lo que da una tasa de fertilidad de unos 2,5 hijos por mujer. La tasa de mortalidad es moderada (6,20‰), pero se dispara la tasa de mortalidad infantil hasta el 30‰. Con todo esto la esperanza de vida al nacimiento se eleva hasta los 70 años. Perú no ha terminado la transición demográfica, pero está ya en la parte desdente del ciclo.

Como en la mayoría de países de América Latina, el siglo XX en el Perú representa el período de mayores cambios demográficos desde el siglo XVI. A diferencia de este último, en el que el despoblamiento fue la tónica predominante en toda la región1, el siglo XX se caracterizó por la "explosión demográfica". En este artículo discutiremos las implicancias que ella tiene en el trabajo y la reproducción.

Una de las características de la población peruana es la emigración. Durante la segunda mitad del siglo XX, y principios del XXI se ha dado un auténtico éxodo rural que ha despoblado el campo, y ha llenado las ciudades. Sin embargo, estas ciudades no siempre han estado preparadas para recibir tal avalancha, y se han dado fenómenos de chabolismo y marginación en torno a ellas. Los principales destinos han sido: en la franja costera, Callao, Chimbote, Chiclayo, Lima, Ica, Piura, Trujillo, Tacna; en la sierra Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Huancayo, Puno y Cusco; y en la selva Iquitos, Pucallpa y Tarapoto.

La emigración exterior también se ha disparado desde comienzos del siglo XXI. Los principales destinos han sido España, Estados Unidos y otros países de la Unión Europea.

CAPÍTULO II

La fecundidad

Bajo la definición de fecundidad (número de nacimientos vivos por cada grupo de 1.000 mujeres entre las edades de 15 a 49 durante un año determinado).

En el Perú se han efectuado varios censos y encuestas demográficas que han obtenido abundantes datos que han posibilitado hacer estimaciones de la fecundidad en diversos momentos. Un análisis detallado de la información disponible ha permitido estimar la tendencia de esta variable desde el quinquenio 1950-1955, y efectuar proyecciones alternativas hasta el periodo 2020-2025.

Gráfico 1. Tasa global de fecundidad, por área de residencia, según quinquenios, 1970 – 2025

Tabla1.

Tabla1. Tasa global de fecundidad, por área de residencia, según quinquenios, 1970 – 2025 FUENTE: INEI-CELADE-MINED. "PERU: Estimaciones y Proyecciones de Población, 1970 – 2025. Boletín Nº 35. Julio 2001

Gráfico 1

Tabla1. Tasa global de fecundidad, según departamentos (1993, 1996, 2000 y 2004-2006)

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2.1 Evolución de la Fecundidad en el Periodo 1950-1995

A inicios de los años 50 la tasa global de fecundidad era de 6.9 hijos por mujer, a lo largo de su vida fértil (INE-CELADE 1983). Esta situación se mantuvo aproximadamente por 15 años, favorecida por una política pro-natalista imperante en el país por ese entonces, y otras causas como el bajo nivel de urbanización, el alto grado de analfabetismo y la ausencia de programas de planificación familiar, entre otras.

Al promediar los años 60 recién el estado tomó algunas acciones para estudiar y moderar el crecimiento demográfico en alza; para ello creó el Centro de Estudios de Población y Desarrollo y favoreció la aparición de organizaciones dedicadas a la promoción de la planificación familiar. Esta apertura tuvo como resultado un cambio en la tendencia de la fecundidad, de tal manera que entre 1965 y 1970 la tasa global descendió a 6.6 hijos por mujer.

A partir de 1968 el estado desarrolló una política contraria a la planificación familiar, llegando a cerrar inclusive clínicas privadas que brindaban estos servicios. Este ambiente frenó el descenso de la fecundidad; pero, a pesar de ello el promedio de hijos por mujer se redujo a 6.0 en el quinquenio 1970-1975. Después de 1975 el gobierno empezó a prestar atención al problema demográfico y formuló en 1976 los Lineamientos de Política Nacional de Población; en 1978 dio inicio también a los servicios de planificación familiar por parte del Ministerio de Salud. Así, entre 1975 y 1980 la tasa global de fecundidad se situó en 5.4 hijos/mujer. Por su parte, a lo largo de los años 70 el uso de métodos anticonceptivos se elevó del 12% al 19% de las mujeres en edad fértil (INE, 1984).

A lo largo de los años 80 la fecundidad continuó su descenso a la par con el aumento del uso de anticonceptivos. El promedio de hijos por mujer en ese per iodo disminuyó en 26%, estimándose en 4.0 como promedio del quinquenio 1985-90. Para el periodo 1990-95 se estima una tasa global de fecundidad de 3.4 hijos por mujer al completar su vida fértil. Esta tasa supera al promedio latinoamericano del periodo, estimado en 3.1 (CELADE, 1993) y ubica al Perú como el décimo país de mayor fecundidad entre los 20 que forman la región.

Este nivel de 3.4 hijos por mujer se dio cuando la prevalencia en el uso de anticonceptivos alcanzaba a algo más del 36% de mujeres en edad fértil. Cabe señalar que este nivel de uso de anticonceptivos es aún bajo si se compara con países de América Latina de baja fecundidad

Tabla2.

El vigoroso incremento en el uso de métodos anticonceptivos debería haberse plasmado en un descenso más intenso de la fecundidad; sin embargo, el uso de ellos afronta una serie de problemas como el alto grado de fallas -32 por ciento en el primer año de uso de la abstinencia periódica que es el método más usado, y 6.1% en la píldora o la alta discontinuación por otras razones (PADILLA A. 1994).

Diferenciando las tendencias por áreas, se estima que la mayor parte del descenso de la fecundidad se ha dado en el área urbana, que en 20 años bajó en 48%, mientras que en el área rural disminuyó sólo en 23%; así, en el campo persiste todavía una fecundidad muy alta, equivalente a la que el país tenía a inicios de los años 70. Esta alta fecundidad compensa con creces la emigración del campo a la ciudad, lo que permite que la población rural vaya en aumento.

A lo largo del tiempo se ha observado que la fecundidad ha descendido en todos los grupos de edades, pero los cambios más notables se han dado entre los 20 y los 35 años, que son a su vez las edades donde la frecuencia de hijos tiene sus mayores valores numéricos. Es entre los 25 y los 30 años donde la fecundidad alcanza su máxima expresión desde la década de los 50, pero en los últimos tiempos se observa la tendencia a equipararse con la del grupo de 20 a 24 años.

Tabla3.

En los últimos 10 años la fecundidad ha descendido entre 20 y 30% entre las mujeres de 20 a 34 años; pero el descenso relativo más importante se ha dado en las mujeres de 45 a 49 años cuya tasa especifica se ha reducido en 44%.

Desde el punto de vista de la estructura de la fecundidad, entendida como la contribución relativa de cada grupo de edad a la fecundidad total, la tendencia observada muestra que los grupos mayores de 30 años han venido en descenso, concentrándose cada vez más la fecundidad en las edades más jóvenes.

En el quinquenio 1990-1995 las diferencias en la fecundidad urbana y rural se dan principalmente en las edades extremas aunque de manera más sostenida por encima de los 35 años.

2.2 Proyección de la Fecundidad

Se construyen tres escenarios de curso posible de la fecundidad para los próximos 30 años, tomando en cuenta las recomendaciones de la División de Población de las Naciones Unidas. La metodóloga seguida en la proyección es presentada en el anexo correspondiente de esta publicación.

La hipótesis alta supone que los programas de planificación familiar se mantendrán en la situación alcanzada en los primeros años de la década de los 90, con lo cual la tasa global de fecundidad bajára a 3.2 hijos/mujer entre 1995-2000 logrando un equilibrio en torno a 2.6 hijos/mujer en el quinquenio 2020-2025.

La hipótesis media supone que se mejorar n los programas de planificación familia, superando los problemas de descontinuación o abandono de los métodos por parte de las parejas, as i como de las elevadas

Tasas de falla en el uso de anticonceptivos. Así, la tasa global de fecundidad disminuirá a 3.0 hijos/mujer en el período 1995-2000, y a 2.6 hijos/mujer en el quinquenio 2000-2005. En esta variante se proyecta que la tasa global de fecundidad se estabilice en torno a 2.1 hijos/mujer en el período 2020 – 2025. Esta hipótesis se adopta como oficial o recomendada y se sustenta en los programas puestos en práctica por el Ministerio de Salud e instituciones privadas, con la cooperación acentuada de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID) que ha considerado al Perú dentro de su estrategia de países grandes, as i como del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Esta hipótesis también toma en cuenta los criterios de proyección de las Naciones Unidas para países de fecundidad alta como el Perú.

La hipótesis baja considera que los programas de planificación familiar y los de educación en población s acentuaran significativamente siguiendo una estrategia m s impetuosa, con un mejoramiento sustancial en la calidad de los servicios ofrecidos y una priorización de los métodos de larga duración. De lograrse estos fines a tasa global de fecundidad podría estar llegando 2.3 hijos/mujer en el quinquenio 2000-2005, adelant ndose en casi una d‚cada lo supuesto con la hipótesis media. En esta variante se espera que la fecundidad se estabilizar ia en torno 1.6 hijos/mujer en el per iodo 2020-2025. Cabe señalar que este nivel de fecundidad corresponde actualmente a los países desarrollados.

Tabla4.

Gráfico 2

Gráfico 3

CAPÍTULO III

La natalidad

Bajo la definición de natalidad (Esta variable da el número promedio anual de nacimientos durante un año por cada 1000 habitantes, también conocida como tasa bruta de natalidad)

Gráfico 4. Tasa de natalidad (nacimientos/1000 habitantes)

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La tasa de natalidad suele ser el factor decisivo para determinar la tasa de crecimiento de la población. Depende tanto del nivel de fertilidad y de la estructura por edades de la población.

La tasa bruta de natalidad (TBN) mide el número de nacidos vivos por cada mil habitantes. Este indicador muestra una reducción continua durante el período de proyección de1995-2015, con una variación relativa de -23.3% en la TBN promedio nacional. Las mayores TBN departamentales, por encima de 25.0 por mil, en el quinquenio1995-2000 corresponderán a Piura, en la Costa; a todos los departamentos de la Sierra, con excepción de Arequipa (21.1) y, a todos los de la Selva.

Por un lado, Lima, Callao, Tacna y Moquegua, tendrán las TBN más bajas del país, entre 13.8 y 15.4 nacimientos por cada mil habitantes y, habrán otros departamentos como Huancavelica (28.6) y Apurímac (25.5), que alcanzarán las TBN más elevadas.

Tabla 5.

Fuente: INEI

3.1 Número de Nacimientos

El número promedio anual de los nacimientos proyectados para el quinquenio 1995-2000, en cifras mayores a 30 mil, está concentrado en los departamentos de La Libertad, Lima y Piura en la Costa; y de Cajamarca, Cusco, Junín y Puno en la Sierra. Los mayores a portantes al total de nacimientos en el quinquenio 1995-2000, serán Lima (138 mil), Cajamarca (42 mil) y Piura (41 mil). Entre los quinquenios 1995-2000 y 2000-2005, los departamentos que presentarán incrementos en el número de nacimientos serán Arequipa, Callao, Lambayeque, Lima, Madre de Dios, San Martín, Tacna, Tumbes y Ucayali. Relacionando este indicador con la TBN, observamos que los nacimientos en cifras absolutas se incrementarán en dichos departamentos a pesar de que estos mismos registrarán reducciones relativas en sus respectivas TBN. Entre los quinquenios 1995-2000 y 2010-2015,el crecimiento relativo del número de nacimientos será más elevado en el departamento de San Martín (19.5%), en tanto Ayacucho (-18.3%), Ancash (-15.0%) y Pasco (-18.9%), alcanzarán las reducciones más acentuadas. Tales reducciones en estos departamentos de las sierra ocurrirán a pesar de registrar elevadas tasas brutas de natalidad (TBN).

La influencia de las elevadas TBN es muy determinante del número de nacimientos. Esto ocurre con los departamentos de la Selva, con excepción de Amazonas, los cuales registrarán incrementos en el número de nacimientos aún cuando durante los quinquenios 1995-2000 y 2010- 2015 se espera significativas reducciones en sus respectivas TBN.

Entre los quinquenios 1995-2000y2010-2015, serán 8 los departamentos que presentarán incrementos absolutos en el número de nacimientos (Tacna, Callao, Tumbes, Lima y todos los de la Selva con excepción de Amazonas), a pesar de que todos ellos tendrán variaciones relativas en sus respectivas TBN, que en la mayoría de los casos caen por debajo del-20.0%. Por otro lado, los departamentos que presentarán incrementos positivos entre los quinquenios 1995-2000y 2000-2005,y alcancen un número de nacimientos superior a los 20 mil, en el quinquenio 2010-2015, serán Lima, Lambayeque, Arequipa, Loreto y San Martín; y los que tendrán reducciones absolutas ,en dichos períodos manteniendo un número de nacimientos superior a los 20 mil, en el quinquenio 2010-2015, serán La Libertad y Piura, en la Costa; y Ancash, Cajamarca, Junín, Cusco, Huánuco y Puno, en la Sierra.

La contribución de los departamentos al número total de nacimientos del país, presenta una distribución relativa que no muestra cambios importantes durante todo el período de la proyección. Hacia el quinquenio 2010-2015, los 13 departamentos, antes citados, que aportarán un número de nacimientos superior a los 20 mil, representarán el 80.7% del total de nacimientos; en tanto, Lima y Callao, en conjunto aportarán 25.9% al número total de nacimientos del país, en el último quinquenio de la proyección.

CAPÍTULO IV

La fertilidad

Bajo la definición de natalidad (La tasa de fertilidad es un término que se usa en demografía para designar el número proporcional de nacimientos con vida, referidos a una población de mujeres y un tiempo determinados.)

Esta variable da el número promedio de hijos que nacerían por mujer si todas las mujeres vivieran hasta el final de sus años fértiles y dieran a luz de acuerdo a la tasa de fecundidad promedio para cada edad. La tasa total de fecundidad es una medida más directa del nivel de fecundidad que la tasa bruta de natalidad, ya que se refiere a los nacimientos por mujer. Este indicador muestra el potencial de los cambios demográficos en el país. Un promedio mayor a dos hijos por mujer se considera la tasa de sustitución para una población, dando lugar a una relativa estabilidad en términos de cifras totales. Promedios por encima de dos hijos por mujer indican poblaciones en aumento y cuya edad media está disminuyendo. Tasas más elevadas también puede indicar dificultades para las familias, en algunas situaciones, para alimentar y educar a sus hijos y para las mujeres que desean entrar a la fuerza de trabajo. Promedios por debajo de dos hijos por mujer indican una disminución del tamaño de la población y una edad media cada vez más elevada. Las tasas mundiales de fecundidad están disminuyendo en general y esta tendencia es más pronunciada en los países industrializados, especialmente de Europa occidental, donde se espera que la población disminuirá dramáticamente en los próximos 50 años.

Gráfico 5.

CAPÍTULO V

La mortalidad

Bajo la definición de mortalidad (número medio anual de muertes
durante un año por cada 1000 habitantes, también conocida como
tasa bruta de mortalidad. La tasa de mortalidad, a pesar de ser sólo
un indicador aproximado de la situación de mortalidad en un país,
indica con precisión el impacto actual de mortalidad en el crecimiento
de la población. Este indicador es significativamente afectado por la
distribución por edades. La mayoría de los países eventualmente
mostrarán un aumento en la tasa de mortalidad general, a pesar del continuo
descenso de la mortalidad en todas las edades, a medida que una disminución
en la tasa de fecundidad resulta en un envejecimiento de la población..)

Grafico 6

La mortalidad se podría expresar mediante dos indicadores: la tasa de
mortalidad infantil y la esperanza de vida al nacer. La primera expresa el riesgo
de muerte en el primer año de vida; la segunda, el número de años
que viviría una persona recién nacida, si los riesgos de muerte
en cada edad observados al momento en que nace permanecieran constantes a lo
largo del tiempo. La primera medida esta circunscrita pues al primer año
de vida, mientras que la segunda es un resumen de las posibilidades de sobrevivencia
en cada edad de la vida en un momento determinado.

Los registros de defunciones no son completos ni de calidad suficiente como
para hacer estudios de la mortalidad en el Perú; sin embargo, los censos
y encuestas demográficas realizados han obtenido datos que permiten efectuar
estimaciones de la mortalidad infantil, fundamentalmente, y de la adulta, a
partir de las cuales se ha podido construir una serie que describe la tendencia
seguida por la mortalidad en el Perú desde 1950 y efectuar proyecciones
hasta el quinquenio 2020-2025.

3.1 Evolución de la Mortalidad en el Periodo 1950-1995.

La esperanza de vida al nacer era de 43.9 años, para ambos sexos, en el periodo 1950-1955. En esa ‚poca las mujeres vivian en promedio 2.1 años m s que los hombres. Desde ese entonces, y hasta concluir los años 60, anualmente se fue ganando cerca de medio año m s de vida, de tal manera que entre 1965 y 1970 se habia alcanzado una esperanza de vida de 51.5 años. Los estudios disponibles muestran que el mayor mejoramiento en las condiciones de sobrevivencia se habrian dado entre 1965 y 1975,periodo en el cual la duración de la vida se incrementó anualmente en 0.8 años.

El proceso social vivido por el Perú a lo largo de los años 80 ha estado caracterizado por un crecimiento de la pobreza que se ha materializado fundamentalmente en una persistencia de la desnutrición crónica en valores cercanos al 50% en los niños de 5 a 6 años. Paralelamente, el continuado descenso de la producción económica nacional agudizó las condiciones de vida de la población. Estos aspectos, indudablemente, limitaron las posibilidades de la expansión de la esperanza de vida. En el quinquenio 1990-1995, la esperanza de vida al nacimiento ha sido de 69.2 años para las mujeres, 64.4 para los hombres,con un promedio de 66.7 para ambos sexos. Estos valores sitúan al Perú como un pais de alta mortalidad, pues ocupa el lugar 14 entre los 20 paises latinoamericanos. En la región, 7 paises superan los 70 años como expectativa de vida, siendo Costa Rica con 76.3 años el m s adelantado (CELADE, 1994). En el rea urbana la esperanza de vida al nacer es de 70.3 años, mientras que en el rea rural es apenas de 61.1 años, valorque tenia el rea urbana unos 15 años atr s

En cuanto a la mortalidad infantil, ‚esta ha venido en descenso. Entre 1950 y 1955, de cada mil niños nacidos vivos fallecían 159 en el primer año de vida, con una sobre mortalidad del 10% en los hombres con respecto a las mujeres. Hasta los inicios de la década de 1970, la mortalidad infantil se había reducido hasta 110 por mil en el promedio de ambos sexos. Es a partir de 1975 que se experimenta la reducción m s notable en este indicador situándose en 56 por mil como promedio para ambos sexos en el quinquenio 1990-1995. Para ese periodo la mortalidad infantil masculina se estima en 62 por mil, y la femenina en 49 por mil.

El descenso más notable se ha dado en el área urbana, que en 20 años vio bajar su mortalidad infantil en 54%; en cambio, en el rea rural fue en 44%.

Tabla 6.

Si bien es cierto el Perú soportó una severa crisis económica a lo largo de los años 80, hay elementos suficientes como para explicar y aceptar el descenso acentuado de la mortalidad infantil en ese periodo. Entre los múltiples aspectos que han contribuido a este hecho se pueden mencionar el acelerado proceso de concentración urbana que ha puesto al alcance de mayor población los servicios existentes. Un factor de singular importancia ha sido el aumento del acceso de las mujeres a la educación, expresado en una reducción de su tasa de analfabetismo de 38% en 1972 a 18% en 1993.

Por otro lado, el estado ha brindado mayor atención a la salud infantil; así, el Plan Trienal Multisectorial de Protección de las Salud del Niño 1988-1990, y el Plan Nacional de Acción por la Infancia 1992-1995 reforzaron las acciones orientadas al control de las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, la expansión de las inmunizaciones, la atención materna y perinatal, como también la vigilancia y promoción nutricional (PCM-CONAPO, 1993).

Para la reducción de la mortalidad infantil se implementaron programas especiales con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID), y las agencias de las Naciones Unidas como UNICEF, OPS, y UNFPA entre otras. Un programa exitoso ha sido el de vacunaciones masivas que ha logrado llevar la cobertura con BCG al 89% de los menores de un año, y con DPT al 87%. Este programa ha logrado reducir la incidencia de las enfermedades inmune-prevenibles en menores de 5 años, del 11% entre 1970 y 1975 al 1% en 1994. Asimismo, ha logrado erradicar la presencia de la polio en el Perú (UNICEF-INEI, 1994).

Por otro lado, la prevalencia de la diarrea disminuyó del 32% al 18% entre 1986 y 1992, con un incremento del uso de la Terapia de Rehidratación Oral desde 20% en 1986 a 76% en 1993.

Importantes mejoras también se han dado en la cobertura de la atención pre-natal por personal de salud, que de 1986 a 1992 aumentó del 55% al 64% de todos los nacimientos. En el caso de los partos, la atención varió del 50 al 53% (INE y otros 1987, INEI y otros 1992). Asimismo la lactancia materna se ha ido acentuando de tal manera que la mediana de meses ha pasado de 13 meses en 1978 a 18 en 1992.

Los censos de población y vivienda de 1981 y 1993 revelan que ha aumentado el acceso al agua potable, sea de manera directa con conexión domiciliaria a la red pública, o indirecta. La cobertura del servicio varió del 49% al 57% de las viviendas, lo que es un factor favorable para la prevención de enfermedades.

El descenso de la fecundidad también ha sido un factor coadyuvante importante para la disminución de la mortalidad infantil, al evitarse los nacimientos de orden muy alto.

Los cambios ocurridos han ocasionado variaciones en la estructura de causas de la mortalidad de tal manera que la incidencia de las enfermedades perinatales se ha convertido en la primera causa de mortalidad infantil con el 32% de los casos, lo que es concordante con el descenso de la mortalidad.

Tomando en cuenta los principales indicadores proporcionados por la encuesta ENDES 1991/92, los factores más relacionados con el descenso de la mortalidad infantil en el Perú serian el descenso de la fecundidad, el aumento de la accesibilidad a los servicios calificados de salud, y la mayor actitud favorable a la búsqueda de ellos, lo que tiene mucho que ver con el mejoramiento del acceso a la educación por parte de las mujeres.

La mortalidad infantil ha descendido considerablemente en el Perú, pero aún se mantiene por encima del promedio latinoamericano, situado en 51 por mil (CELADE, 1994) y, m s aún, es superado sólo por Haití y Bolivia.

3.2 Proyección de la Mortalidad.

Se espera que en el futuro próximo la duración de la vida aumente a razón de 0.3 años cada año y que esta ganancia cada vez sea menor, toda vez que hay una aproximación progresiva pero lenta a los límites observados actualmente en el mundo. Asimismo, las mujeres irán teniendo cada vez una vida más prolongada que los hombres. En el quinquenio 2000-2005 la esperanza de vida al nacer bordearía los 70 años, en el promedio para ambos sexos, y en el quinquenio 2020-2025 se estaría llegando a cerca de 75 años. Para esa fecha. La esperanza de vida al nacer de los hombres seria de 72.1 años y de las mujeres 77.7. En el área urbana el incremento seria de 71.2 a 76.1 años, en tanto que en el área rural la duración de la vida aumentaría de 63.1 a 71.7 años. Es decir que en el periodo 2020-2025, la esperanza de vida al nacer de la rea rural seria aproximadamente la que tiene en la actualidad la rea urbana. Estos supuestos no toman en cuenta las repercusiones que pudiera tener el sida, debido a su aún escasa incidencia en el país

Tabla 7.

En cuanto a la mortalidad infantil, se supone que el descenso obtenido a lo largo de los años 80 continuar en el próximo quinquenio, debido a que hay un fuerte programa inspirado en las metas trazadas en la Cumbre Mundial por la Infancia celebrada en 1990, lo que haría factible alcanzar una mortalidad infantil de 41 por mil hacia al año 2000. De allí en adelante se espera una suavización de la tendencia de descenso, hasta llegar a 22 por mil en los siguientes 20 a 25 años. Para ese entonces la mortalidad infantil femenina sería de 19 por mil en tanto que la de los varones sería de 24 por mil. En el área urbana se esperan descensos importantes en los próximos 10 años pero en tendencia a la estabilización; la mortalidad infantil del quinquenio 1995-2000, estimada en 36 por mil, disminuirá a 17 por mil en los años 2020 a 2025. En el área rural se espera un descenso de 60 por mil a 33 por mil en el mismo período, con una persistencia en niveles todavía altos.

Conseguir niveles por debajo de los señalados demandaría cambios estructurales sustanciales en el país, lo que podría producirse si se mantuviera estable el crecimiento de la economía peruana experimentado en los años 1993 y 1994. Sin embargo, conviene señalar que el crecimiento de la población tiene una escasa elasticidad con respecto a la mortalidad infantil.

Gráfico 6.

Gráfico 7.

Gráfico 8.

CAPÍTULO VI

La migración

(-0,97 migrante(s)/1.000 habitantes (2008 est.))

Esta variable incluye la cifra correspondiente a la diferencia entre el número de personas que entran y salen de un país durante el año por cada 1000 habitantes (basada en la población medida a mitad del año). Un exceso de personas que entran al país se conoce como la inmigración neta (por ejemplo, 3,56 migrantes/1000 habitantes); un exceso de personas que abandonan el país se conoce como la emigración neta (por ejemplo, -9,26 migrantes/1000 habitantes). La tasa neta de migración indica la contribución de la migración al nivel total de cambios demográficos. Altos niveles de migración pueden causar problemas tales como el aumento del desempleo y posibles conflictos étnicos (si las personas están llegando a un país) o una reducción en la fuerza laboral, quizás en sectores clave (si las personas dejan un país).

6.1 La Migración Internacional

6.1.1 Evolución de la Migración Internacional 1950

A lo largo de su historia, el Perú ha recibido importantes contingentes de migrantes, especialmente de africanos, japoneses y chinos; ha habido también corrientes de europeos, fundamentalmente de Talía y Alemania. Se estima que entre 1950 y 1975 las entradas y salidas de personas del país se compensaban mutuamente produciendo un saldo cero en promedio. Sin embargo, desde 1973 se inicia el deterioro de la economía, lo que se acentúa en la década de los años 80 en que el Producto Bruto Interno se contrajo a una tasa promedio anual de 0.6%. La falta de inversiones hizo que la oferta de puestos de empleo formal no fuera a la par con el crecimiento demográfico (PCM-CONAPO 1993).

A este panorama económico se suma el accionar de los grupos subversivos a lo largo de toda la década de los años 80 pero con una tendencia creciente, lo que generalizó la sensación de inseguridad. Esta situación del país ocasionó, por un lado, el descenso de la llegada de extranjeros y, por otro, incentivó a los peruanos a buscar mejores horizontes en otros pases, sobre todo en los Estados Unidos. Así, la salida de personas del país se convirtió en un fenómeno creciente. Se estima que entre 1975 y 1985 el Perú habría perdido 141 mil habitantes por migración. Y entre 1985 y 1990 habrían sido 270 mil.

Tabla 8

La recesión económica y la severa contracción del ingreso experimentada a partir de 1990, acrecentó aún más la tendencia emigratoria. Las estadísticas de entrada y salida de personas desde y hacia el exterior registraron un saldo negativo de 58 mil personas por año, como promedio para el período 1991-1993. Aunque este registro es incompleto, la cifra es bastante alta, por lo que la verdadera magnitud del saldo migratorio es aún mayor. Tomando en cuenta esta información y la conciliación de la mortalidad, la fecundidad y los resultados de los censos últimos, se estima que el Perú habría tenido una pérdida neta de 370 mil personas en el quinquenio 1990-1995. En el anexo metodológico se pueden encontrar datos básicos y más detalles sobre este tópico.

6.1.2 Proyección de la Migración Internacional

Para los fines de la proyección de la migración internacional se supone que los cambios ocurridos en la economía nacional, con una recuperación ostensible y el control de los problemas básicos de inflación, paralización de la actividad subversiva, y creciente inversión extranjera, todos ellos configuran un escenario favorable para revertir la tendencia emigratoria. Sin embargo, la salida de personas del país no cesar inmediatamente por lo que todavía sería de esperar una magnitud considerable de emigrados, aunque no en los niveles anteriores. Se espera que el saldo negativo de entradas versus salidas se sitúe en torno a 140 mil personas entre 1995 y el año 2000, cifra que es muy parecida a la registrada para el período 1975-1985, y que el proceso podría estabilizarse en torno a las 30 mil personas por quinquenio a partir del año 2005. Este supuesto se hace viable si se toma en cuenta que el Perú es uno de los países de menor desarrollo relativo en Latinoamérica y que el avance en el acceso a la educación aunque que siempre haya gente dispuesta a emigrar para lograr mejores posibilidades. Esto también sería favorecido por la tendencia de integración de los

Mercados subregionales y la disminución de las barreras para el libre

tránsito entre países.

Tabla 9

Gráfico 9.

Gráfico 10.

6..2 La Migración Rural-Urbana

No existe información en el Perú que permita medir de manera directa la migración rural-urbana y los momentos en que ellos se producen. Para aproximarse a este fenómeno, los datos recogidos en los censos de población y vivienda permiten conocer la magnitud en que ha aumentado o disminuido la población en cada una de estas reas entre los momentos censales; asimismo permiten estimar la mortalidad y la fecundidad en cada una de ellas. Conciliando estas informaciones se puede estimar la migración rural-urbana total entre 2 censos. Para descomponer la migración de todo el período por quinquenios se hacen estimaciones procurando afinar una tendencia más o menos suave, pero que en conjunto reproducen el proceso.

Así, tomando en cuenta los elevados niveles de fecundidad que caracterizan al área rural, y el descenso de la mortalidad, la tasa de crecimiento natural de la población de esta área hubiera sido de 2.9% anual entre 1970 y 1980. Combinando esta información con la población empadronada en el censo de 1981, se estima que en ese período, 1 millón 30 mil personas dejaron el campo para trasladarse a los centros poblados urbanos o al exterior. Esto supondrá la salida de unas 103 mil personas por año, aunque esta cifra incluye a los habitantes de los centros poblados que por crecimiento de su población pasaron la cuota de los quinientos habitantes y, por tanto, se convirtieron en urbanos. Esa fue la ‚poca de los desbordes de las ciudades con el aumento de los barrios urbano-marginales, donde se fueron asentando los migrantes.

El fenómeno migratorio continuó y más aún se acrecentó a lo largo de los años 80, y continuó en los primeros años de los 90, en respuesta a la inseguridad existente en varios puntos del país debido al accionar de los grupos subversivo. Inicialmente este fenómeno estuvo restringido a los departamentos de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, pero hacia 1990 ya había involucrado a gran parte del territorio, por lo que es de suponer que la emigración de la área rural haya ido en aumento, debido fundamentalmente a razones de seguridad.

Tabla 10

El análisis integrado de la fecundidad, la mortalidad y las poblaciones censadas en 1981 y 1993 permiten estimar que el promedio anual de salidas de la área rural habría estado en 147 mil personas entre 1980 y 1995. Sin embargo, es importante notar que esta alta migración rural-urbana fue mitigada por la también alta migración internacional y por el descenso de la fecundidad urbana, controlándose así el crecimiento de la población urbana, que de otra manera hubiera sido más intenso.

Habiendo mejorado la situación de seguridad, lo que ha iniciado el retorno a sus lugares de origen a quienes habían sido desplazados por la situación de violencia, se estima que la migración rural-urbana se atenuará, esperándose que entre 1995 y el año 2010 el saldo migratorio se sitúe en torno a un promedio de menos 500 mil personas por quinquenio, es decir menos 100 mil personas por año, como ocurría en los inicios de los años 70.

CAPÍTULO VII

Crecimiento de la población

1,264% (2008 est.)

Es el Promedio porcentual anual del cambio en el número de habitantes, como resultado de un superávit (o déficit) de nacimientos y muertes, y el balance de los migrantes que entran y salen de un país. El porcentaje puede ser positivo o negativo. La tasa de crecimiento es un factor que determina la magnitud de las demandas que un país debe satisfacer por la evolución de las necesidades de su pueblo en cuestión de infraestructura (por ejemplo, escuelas, hospitales, vivienda, carreteras), recursos (por ejemplo, alimentos, agua, electricidad), y empleo. El rápido crecimiento demográfico puede ser visto como una amenaza por los países vecinos.

En los párrafos que siguen se comentan las principales características del crecimiento de la población peruana desde 1950 y su proyección al año 2025. Para las estimaciones y proyecciones se ha empleado el método de los componentes tomando como población inicial la de 1950, que es la misma determinada en el trabajo realizado en 1983 (INEI, CELADE, 1983).

7.1 Evolución de la Población en el Período 1950-1995

El Perú tenía 7.6 millones de habitantes en el año 1950. Por ese entonces la población aumentaba a razón del 2.6% por año. Esta velocidad se acrecentó en los 2 lustros siguientes, llegando al máximo de 2.9% a los inicios de los años 60. La reducción de la fecundidad, ya comentada, experimentada a partir de ese entonces hizo que esta velocidad empezara a declinar, aunque el número neto de habitantes en que aumentaba la población anualmente iba en ascenso; por ejemplo, entre 1950 y 1955 se sumaban anualmente 208 mil habitantes; en la ‚poca de mayor crecimiento, 1960-1965, el incremento anual llegó a 307 mil personas, y en el quinquenio 1985-1990, donde la tasa de crecimiento había descendido al 2.0% anual, el incremento neto de habitantes por año se situó en 418 mil personas. En el año 1995 el Perú tiene 23.5 millones de habitantes, que aumentan anualmente a una tasa de 1.7%. Con esta cantidad de habitantes, Perú se ubica como el quinto país de mayor población en América Latina, después de Brasil, México, Colombia y Argentina.

Tabla 11

Los componentes de la dinámica demográfica han tenido variaciones con respecto a los supuestos con los cuales se construyeron las proyecciones anteriores (INEI, CELADE. 1993). La fecundidad ha tenido un leve descenso, la mortalidad lo ha hecho en mayor medida al igual que la migración. Sin embargo, el efecto conjunto de todos ellos ha hecho que la tendencia de crecimiento proyectada en 1990 para 1995, haya tenido sólo ligeros cambios. La presente proyección corrige la anterior en 322 mil personas; es decir 1.4% menos de lo proyectado anteriormente.

7.2 La Población Urbana y Rural entre 1970 y 1995

Se han preparado estimaciones de población para el período 1970-1995 diferenciadas por rea de residencia, las mismas que evidencian un proceso de urbanización continuado en el Perú. En el período comentado, la población urbana aumentó en 9 millones 100 mil personas en tanto que la rural lo hizo sólo en 1 millón 240 mil. En 25 años la población asentada en el área urbana pasó del 58.1%, en 1970, al 71.2% estimado para 1995. Entre 1990 y 1995 la población urbana creció a una tasa del 2.5%, en tanto que la rural lo hizo con una de 0.1%.

7.3. Perspectivas de Crecimiento 1995-2025

En el quinquenio 1995-2000 la población peruana aumentar a una tasa del 1.7% anual, esperándose que en el año 2000 se llegue a los 25.7 millones de habitantes. En ese período se espera que anualmente ocurran, en promedio, 613 mil nacimientos, 158 mil defunciones y 28 mil emigrantes por año. Estas proyecciones corresponden a la hipótesis media de crecimiento de la población, la cual combina la hipótesis media de la fecundidad con las correspondientes a las de mortalidad y migración (únicas) antes señaladas. Con esta tendencia, el Perú estaría teniendo 35.5 millones de habitantes en el año 2025; es decir, 5 0.1% más que en 1995. Para ese entonces la tasa de crecimiento anual bordearía el 1%, con un aumento neto de 352 mil personas por año.

Como se ha explicado antes, el grado de ‚énfasis que se pudiera poner en los programas de educación en población y especialmente en el de planificación familiar, tendrían decisivo efecto en el nivel de la fecundidad y en la dinámica de crecimiento de la población. Una tendencia pasiva en la magnitud y en la calidad de los servicios de planificación familiar haría que la fecundidad descienda muy tenuemente, de tal manera que la población del año 2025 podría ser de 38.5 millones, 3 millones más que lo proyectado con la hipótesis media. En cambio, un mayor ‚énfasis en tales programas producirá un descenso más acentuado de la fecundidad, con lo cual el Perú podría llegar a tener 32.5 millones de habitantes.

Partes: 1, 2

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